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Eros y Thanatos
(de Eros y Civilización, de Herbert Marcuse; pág. 229 y ss.)

Bajo condiciones no represivas, la sexualidad tiende a «convertirse en» Eros –esto es, tiende
hacia la autosublimación en relaciones duraderas y en expansión (incluyendo las relaciones de
trabajo) que sirven para intensificar y aumentar la gratificación instintiva. Eros lucha por
«eternizarse» a sí mismo en un orden permanente. Esta tendencia encuentra su primera resistencia
en el campo de la necesidad. Con toda seguridad, la escasez y la pobreza prevalecientes en el
mundo pueden ser dominadas en suficiente medida para permitir la ascendencia de la libertad
universal, pero este dominio parece ser autoimpelente: perpetúa el trabajo. Todos los progresos
técnicos, la conquista de la naturaleza, la racionalización del hombre y la sociedad no han
eliminado y no pueden eliminar la necesidad del trabajo enajenado, la necesidad de trabajar
mecánicamente, sin placer, de una manera que no representa la autorrealización individual.
Sin embargo, la misma enajenación progresiva aumenta la potencialidad de la libertad:
mientras más ajeno al individuo llega a ser el trabajo necesario, menos lo envuelve en el campo
de la necesidad. Liberada de los requerimientos de la dominación, la reducción cuantitativa del
tiempo de trabajo y de la energía empleada en él lleva a un cambio cualitativo en la existencia
humana: el tiempo libre antes que el de trabajo determina su contenido. El campo cada vez más
amplio de la libertad llega a ser en verdad un campo de juego –del libre juego de facultades
individuales. Liberadas así, ellas generarán nuevas formas de realización y de descubrimiento del
mundo, que a su vez le dará nueva forma al campo de la necesidad, de la lucha por la existencia.
La relación alterada entre los dos campos de la realidad humana altera la relación entre lo que es
deseable y lo que es razonable, entre el instinto y la razón. Con la transformación de la sexualidad
en Eros, los instintos de la vida despliegan su orden sensual, mientras la razón llega a ser sensual
hasta el grado en que abarca y organiza la necesidad en términos que protegen y enriquecen los
instintos de la vida. Las raíces de la experiencia estética reaparecen –no sólo en una cultura
artística, sino en la misma lucha por la existencia. Asumen una nueva racionalidad. La
represividad de la razón, que caracteriza al mando del principio de actuación, no pertenece al
campo de la necesidad per se. Bajo el principio de actuación, la gratificación de los instintos
sexuales depende en gran parte de la «suspensión» de la razón e inclusive de la conciencia: en el
breve (legítimo o furtivo) olvido de la infelicidad privada y universal, en el interrupción de la
razonable rutina de la vida, del deber y la dignidad de la oficina y la manera de ser. La felicidad
es casi por definición irrazonable si es irreprimida e incontrolada. En contraste, más allá del
principio de actuación, la gratificación de los instintos requiere un mayor esfuerzo consciente de
la razón libre, conforme menos sea el producto de la racionalidad de la opresión sobre impuesta.
Mientras más libremente se desarrollen los instintos, más libremente se afirmará a sí misma su
«naturaleza conservadora». La lucha por la gratificación duradera tratará no sólo de aumentar el
orden de las relaciones libidinales (la «comunidad»), sino también de perpetuar este orden en una
escala más alta. El principio del placer se extiende a la conciencia. Eros define la razón en sus
propios términos. Es razonable lo que sostiene el orden la gratificación.

1. La idea principal del texto es:


a) Los avances tecnológicos han logrado que el trabajo se vuelva placentero.
b) La sexualidad debe tratarse en situaciones de estricta libertad.
c) Cuando no hay condiciones de represión, la sexualidad tiende a convertirse en Eros.
d) La sexualidad plena es aquella que se logra con el ejercicio de la razón.

2. La idea incompatible con el texto es:


a) La felicidad es irrazonable si es irreprimida e incontrolada.
b) Los instintos afirman su naturaleza libertina si se desarrollan libremente.
c) La gratificación de los instintos sexuales depende en gran parte de la suspensión de la
razón.
d) El principio del placer se extiende a la conciencia.
3. Se infiere del texto que:
a) La libertad humana depende de la libertad sexual.
b) La sociedad actúa con razón al reprimir los instintos sexuales.
c) Con la tecnología y el trabajo se puede reprimir la sexualidad.
d) El desarrollo del Eros permite una vida más plena para el ser humano.

4. El tema del texto es:


a) Sociología.
b) Humanismo.
c) Sexualidad.
d) Psicología

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