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La entrevista del dr.

Van Lommel acerca de sus estudios de las experiencias cercanas a


la muerte (EDM), aunque muy interesante, es poco esclarecedora y su opinión resulta
un poco obscura. Que la experiencia ocurra no parece haber dudas, pero su significado
no resulta claro: ¿qué quiere decir el místico doctor cuando habla que “nuestra muerte
sólo es un cambio de conciencia”?

La frase es vacía de significado si no se explica lo que significan los términos "cambio"


y "conciencia". Los panteístas, por ejemplo, creen que toda forma de existencia es parte
de un todo y que la conciencia es solo uno de los epifenómenos posibles de esta unidad.
Así, la conciencia del hombre se asemejaría a la conciencia del animal que busca su
alimento, del vegetal que busca su sitio al sol, o de la piedra que cae a causa de la
gravedad. Considerada de esta manera, es obvio que la muerte no es nada más que un
cambio de conciencia, un pasaje de la materia viva para otra organización. Sin embargo,
si considerada la conciencia como la unidad intelectual del sujeto que se reconoce en
cada pensamiento que tiene, sua existencia después de la muerte es muy improbable,
porque si bien que haya inteligencia después de ella, no podremos reconocernos en una
materia tan distinta como el polvo en que nos habremos vuelto.

La entrevista y el texto parecen sugerir el segundo entendimiento, con lo cual no puedo


estar de acuerdo. La física cuántica puede, de hecho, explicar fenómenos que todavía no
son explicables por las otras ciencias. Pero concluir a partir de ella que una conciencia
sin cuerpo sea posible, basado solamente en relatos subjetivos de experiencias cercanas
a la muerte, me parece un salto cuántico argumentativo inadmisible. En una palabra, es
confundir ciencia y fe.

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