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Recopilación de fallos

de los Corte Suprema


de Justiciay Corte de
Constitucionalidad

JURISPRUDENCIA EN
MATERIA DE
NULIDADES Y VICIOS
DEL CONSENTIMIENTO
RESUMEN: El presente documento compila importante jurisprudencia
emitida por la Corte Suprema de Justicia y CC en materia de nulidad es de
negocios jurídicos, instrumentos públicos y vicios del consentimiento. Lo que
se presenta a continuación es un extracto de la ratio decidendi más
relevante en cuanto a estos tópicos. Recuerde utilizar los siguientes vínculos
para descargar las sentencias completas:

http://sistemas.cc.gob.gt/portal/
http://jurisprudencia.oj.gob.gt/
PRINCIPAL JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL
Y ORDINARIA

NULIDAD ABSOLUTA POR VENTA BIEN INMUEBLE AJENO


Casación No. 262-2011. Sentencia del 14/08/2012
“Ninguno puede vender sino lo que es de su propiedad. La venta de cosa ajena es nula, y el
vendedor debe restituir el precio si lo hubiere recibido y responder de daños y perjuicios si
hubiere procedido de mala fe”. En consecuencia, este Tribunal establece que los hechos se
subsumen en la hipótesis jurídica contenida en el artículo 1301 del Código Civil, que regula: “Hay
nulidad absoluta en un negocio jurídico, cuando su objeto sea contrario al orden público o
contrario a leyes prohibitivas expresas, y por la ausencia o no concurrencia de los requisitos
esenciales para su existencia. Los negocios que adolecen de nulidad absoluta no producen efecto
ni son revalidables por confirmación”, ya que indudablemente el negocio en las condiciones antes
expuestas no podía nacer a la vida jurídica, pues en caso contrario, se estaría convalidando la
venta de cosa ajena en contraposición a una norma prohibitiva expresa...”.

EL DICTAMEN DE EXPERTOS COMO MEDIO IDÓNEO EN LAS NULIDADES


ABSOLUTAS
Casación No. 14-2011 Sentencia del 13/06/2012
“…Por otra parte, esta Cámara es del criterio que el dictamen de expertos es una prueba idónea en
procesos como el objeto de la presente casación, el cual después de ser legalmente valorado, el
Juzgador arriba a una conclusión de carácter legal, tomando en cuenta todos los hechos cuya
certeza hayan sido establecidos durante el proceso, haciendo eficaz el relacionado medio
probatorio cuando lo concatena con otros medios de prueba aportados al juicio, lo cual le permite
formar, fundamentar y robustecer su propia convicción; y no apreciarlo o valorarlo de manera
independiente como lo hizo la Sala sentenciadora, razón por la cual no le otorgó valor probatorio;
obviando que en el presente caso el procedimiento de esta prueba en particular se llevó a cabo
observando los actos propios de la misma en cuanto a su admisión, designación, fijación y
ejecución, en otras palabras, el acto ejecutado por el experto fue realizado en la forma, modo y
tiempo dentro de la actividad que le correspondía y que le fue asignada dentro del proceso,
estimando que dicho medio de convicción tiene existencia jurídica, fundamentalmente por
haberse rendido en tiempo. El error cometido por la Sala sentenciadora respecto al medio de
prueba denunciado, incidió diametralmente en el fallo, pues se considera que dentro de todo
proceso incoado para lograr la nulidad absoluta de un negocio jurídico contenido en un
instrumento público, el dictamen de expertos, como medio de convicción se torna fundamental,
ante todo por ser un juicio que un tercero emite por encargo judicial por no tener el juzgador el
conocimiento especial sobre la materia. Al haber fallado la Sala sentenciadora, en la forma como

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lo hizo, incurrió en error de derecho en la apreciación de la prueba, infringiendo con ello el artículo
170 del Código Procesal Civil y Mercantil, pues si bien es cierto el dictamen de expertos aun siendo
armónicos en su contenido no obliga al juez, también lo es que, en el presente caso, la Sala al
formar su propia convicción no tuvo presente hechos establecidos en el proceso, tal el caso de que
el dictamen del experto, tercero en discordia, fue presentado en tiempo, condición sine qua non
para considerar su existencia jurídica, y para hacerlo eficaz respecto al extremo que se pretendía
demostrar. En atención a las consideraciones anteriores esta Cámara advierte, por una parte, que
el dictamen de expertos es una prueba toral dentro de un juicio ordinario cuya pretensión es
declarar nulo un negocio jurídico y, por la otra, que siendo un medio de convicción concluyente en
el presente caso, se arriba a la conclusión indubitable que el negocio jurídico contenido en la
escritura pública número ocho, autorizada en la ciudad de Coatepeque el dieciséis de enero de mil
novecientos noventa y cinco, por el notario Gilberto Recinos Figueroa es nulo, por no concurrir en
el mismo uno de los elementos necesarios para su validez, como lo es el consentimiento, al que
hace referencia el artículo 1251 del Código Civil, razón por la cual se configura el presupuesto
jurídico establecido en el artículo 1301 del citado código, al haber ausencia de un requisito
esencial para su existencia; por consiguiente no puede producir efectos jurídicos...”.

LA CONFESIÓN FICTA COMO MEDIO DE PRUEBA EN LAS NULIDADES


ABSOLUTAS
Casación No. 339-2011 Sentencia del 08/10/2012
“...Del contenido de la prueba relacionada -confesión ficta- se extrae que el absolvente confesó
que él había falsificado la firma de la recurrente en el negocio jurídico que fue objeto de
impugnación de nulidad absoluta, extremo que constituía el quid iuris del juicio ordinario
promovido, ya que éste buscaba establecer la nulidad absoluta por la falta de consentimiento de
la propietaria del inmueble, al haber falsificado su firma, lo que se tuvo por acreditado mediante la
confesión ficta, sin que el demandado hubiese comparecido al proceso, por lo cual en ningún
momento rindió prueba en contrario, que desvirtuara su confesión. Ante tal situación, ésta debió
ser valorada al tenor de lo establecido en la norma previamente relacionada, produciendo efectos
de plena prueba, lo cual no aconteció en el fallo impugnado...”.

NULIDAD ABSOLUTA POR FALTA DE CAPACIDAD DE EJERCICIO Casación No.


51-2008 Sentencia del 15/02/2010
“...Ante esa primacía, es claro que cuando un negocio jurídico resulta manifiestamente nulo por la
ausencia o no concurrencia de los requisitos esenciales para su existencia, el juzgador puede
declarar la nulidad absoluta de conformidad con el artículo 1,302 del Código Civil, en apego a lo
establecido en el artículo 1,301 del mismo cuerpo legal, que es la norma que configura y
determina la nulidad absoluta, es decir, decisoria en el caso que esté juzgando, conforme a los
principios y valores que pretende tutelar. En virtud de que la nulidad es manifiesta pues el defecto
en que se incurre está determinado por la ley, específicamente en los artículos 8 y 1251 del
mencionado cuerpo normativo, los cuales señalan que para que un negocio jurídico tenga validez,
requiere que el sujeto que declare su voluntad posea capacidad legal, misma que se obtiene con la
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mayoría de edad -dieciocho años, y catorce en algunos casos que determina la ley-; tomando en
cuenta lo anterior y del estudio de las actuaciones se desprende que Francisco Corona García... -
mandante- tenía ocho años de edad, por lo que carecía de capacidad legal para otorgar o celebrar
dicho negocio jurídico...”.

NULIDAD DE LA VENTA SEGUNDA DE BIEN INMUEBLE


Casación No. 175-2011 Sentencia del 16/07/2012
“...Al examinar este prueba [certificación registral], se advierte que con la misma lo que se
evidencia es que la compraventa celebrada entre Víctor Nicolás de León Alfaro y Sergio Guillermo
Perussina Barrios fue inscrita en el Segundo Registro de la Propiedad de Inmueble, porque sin
duda alguna dicho registro no conocía de impedimento alguno para ello; sin embargo, con dicho
documento no se desvirtúa el hecho que quedó demostrado en autos, consistente en que el
inmueble objeto de litis había sido vendido con anterioridad, circunstancia que motivó que la Sala
considerara que dicha inscripción resultara nula, al estimar que la venta de un bien de ajena
pertenencia adolece de nulidad. De esa cuenta, se aprecia que la Sala sentenciadora resolvió
correctamente, obteniendo sus conclusiones del análisis integral de las pruebas aportadas al
proceso, incluyendo lo declarado por Víctor Nicolás de León Alfaro quién aceptó haberles vendido
el inmueble a los demandantes. De lo anterior, se concluye que la Sala no incurrió en el error de
hecho denunciado, pues quedó categóricamente establecido que el señor De León Alfaro había
transferido la propiedad del bien inmueble antes de vendérselo al señor Sergio Guillermo
Perussina Barrios, por lo que esa segunda venta es nula, y la inscripción registral no puede
convalidar actos que hayan sido declarados nulos...”.

Casación No. 651-2008


Sentencia del 05/09/2010
“...En el caso de estudio, la recurrente cita como interpretado erróneamente por la Sala
sentenciadora, el artículo 1794 del Código Civil. Esta Cámara, al estudiar la sentencia impugnada,
establece que la Sala interpretó correctamente dicha norma en el contexto de la controversia,
pues era obvio que la vendedora sabía perfectamente que ya no era propietaria del inmueble, por
lo que al proceder a venderlo nuevamente, esa segunda venta es nula, y en todo caso es el
segundo comprador, si hubiere sido de buena fe, el que debe pedir la restitución del precio. Sin
embargo, la propia vendedora se allanó a la demanda, lo cual debe interpretarse como un
reconocimiento de su actuación, que fue indudablemente contraria a derecho y a la moral, y que
puede incluso presumirse que tal acto lo hizo en contubernio con la segunda compradora (su
hermana)...”.

LA NULIDAD DEL NEGOCIO JURÍDICO Y REFERENCIA A JURISPRUDENCIA DE


LA CC
Casación No. 418-2009 Sentencia del 12/01/2010
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“...esta Cámara tiene presente la jurisprudencia constitucional pronunciada por la Honorable Corte
de Constitucionalidad, Tribunal que dentro del expediente 1652-2005, sentencia de fecha ocho de
marzo de dos mil seis, manifestó lo siguiente: “…” Con base en el referido fallo, se procede a
analizar el hecho controvertido y se advierte que la actora Eunice Ramos Castellanos, demandó la
nulidad del negocio jurídico... argumentando básicamente que el negocio jurídico contenido en
dicho instrumento no fue suscrito por ella y que la firma que lo calza es ilegitima... Al apreciar
dichas pruebas, se establece que en la sentencia de amparo el Juzgado que conoció de dicha
acción, determinó categóricamente que la firma puesta en la citada escritura pública por Eunice
Ramos Castellanos es falsa, conclusión que dedujo del expertaje grafológico realizado por el
experto Rodolfo Rosito Gutiérrez, documento que también fue acompañado al proceso... y con
ellos se tiene por acreditado, sin mayor esfuerzo intelectivo, que en el presente caso concurre una
situación generadora de nulidad absoluta, ya que al no ser la legitima propietaria la que otorgó el
negocio jurídico contenido en la escritura pública cincuenta y dos, autorizada por el Notario Milton
René Sandoval Recinos, el veintiocho de diciembre de dos mil, en realidad le faltan todos los
elementos esenciales para la validez del negocio jurídico... En consecuencia, con base en los
artículos 1301 y 1302 del Código Civil, esta Cámara casa la sentencia impugnada, y resolviendo
conforme a derecho debe declarar con lugar la demanda de nulidad absoluta del negocio
jurídico...”.

LA NULIDAD ABSOLUTA DECLARADA DE OFICIO


Casación No. 418-2009 Sentencia del 12/01/2010
“...esta Cámara tiene presente la jurisprudencia constitucional pronunciada por la Honorable Corte
de Constitucionalidad, Tribunal que dentro del expediente 1652-2005, sentencia de fecha ocho de
marzo de dos mil seis, manifestó lo siguiente: “…” Con base en el referido fallo, se procede a
analizar el hecho controvertido y se advierte que la actora Eunice Ramos Castellanos, demandó la
nulidad del negocio jurídico... argumentando básicamente que el negocio jurídico contenido en
dicho instrumento no fue suscrito por ella y que la firma que lo calza es ilegitima... Al apreciar
dichas pruebas, se establece que en la sentencia de amparo el Juzgado que conoció de dicha
acción, determinó categóricamente que la firma puesta en la citada escritura pública por Eunice
Ramos Castellanos es falsa, conclusión que dedujo del expertaje grafológico realizado por el
experto Rodolfo Rosito Gutiérrez, documento que también fue acompañado al proceso... y con
ellos se tiene por acreditado, sin mayor esfuerzo intelectivo, que en el presente caso concurre una
situación generadora de nulidad absoluta, ya que al no ser la legitima propietaria la que otorgó el
negocio jurídico contenido en la escritura pública cincuenta y dos, autorizada por el Notario Milton
René Sandoval Recinos, el veintiocho de diciembre de dos mil, en realidad le faltan todos los
elementos esenciales para la validez del negocio jurídico... En consecuencia, con base en los
artículos 1301 y 1302 del Código Civil, esta Cámara casa la sentencia impugnada, y resolviendo
conforme a derecho debe declarar con lugar la demanda de nulidad absoluta del negocio
jurídico...”.

NO ES POSIBLE LA NULIDAD DE DOCUMENTO PRIVADO.


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Corte de Constitucionalidad Expediente 977-2009
“…para la acción de nulidad que al respecto se ejercite, deberá tomarse en cuenta que ésta
únicamente pretende demostrar la ineficacia de un instrumento público que contenga un negocio
o acto jurídico, por carecer de los elementos esenciales para su validez, mientras que la otra
[falsedad] pretende demostrar que aunque un documento tenga la apariencia de real, original o
verdadero, no lo es. Además, debe tenerse en cuenta, que no puede solicitarse la nulidad de un
documento privado, dado que su eficacia no se encuentra sujeta a las formalidades legales para su
validez, a las que sí lo están los instrumentos públicos contentivos de negocios o actos jurídicos en
referencia, por lo que éstos solamente estarán sujetos al segundo supuesto, es decir, al de
falsedad, por la apariencia de veracidad, originalidad o autenticidad que pudiera contener un
documento falso”.

LA FALSEDAD DECLARADA PENALMENTE NO REQUIERE DE DECLARACIÓN


CIVIL PREVIA.
Corte de Constitucionalidad Expediente 5787-2014
“…no debe confundirse el carácter del conflicto que dio origen a la inserción de las declaraciones
falsas en el acta notarial (que obviamente es civil), con el juicio de si en los hechos imputados y la
calificación jurídica se denota la necesidad de declaratoria judicial previa, que haga viable la
persecución penal y sin la cual esta sería imposible. También debe hacerse notar que, si bien la
acción de nulidad también puede ejercerse de conformidad con el ordenamiento civil (artículos
1257 y 1301 del Código Civil), respecto a que un acto civil carezca o cese sus efectos, cuando se
contraviene la ley, dicha circunstancia no es relevante para la imputación de un hecho calificado
como delito de falsedad ideológica. La falsedad a la que se refiere como elemento el tipo
relacionado, sí es susceptible de ser probada en el proceso penal, y por ende, no es necesario que
exista una declaración de nulidad civil, sustentada en la falsedad del contenido de un documento
público. De ahí que sea innecesario, en este caso, dicha declaratoria, pues es viable la imputación
y para probarse en el proceso penal, si lo insertado en el documento público es falso o no, y si se
lesionó en el caso el bien jurídico, aunque no lo haya declarado así un juez civil”.

LOS OTORGANTES Y LA FIRMA COMO EXPRESIÓN DE CONSENTIMIENTO EN


UN NEGOCIO JURÍDICO
Corte Suprema de Justicia, Cámara Civil Expediente 80-2009
“…si bien es cierto en la parte introductoria de la escritura pública en mención, aparece como
compareciente la actora, también lo es que en la parte del cuerpo de la misma, que es donde debe
constar la relación fiel, concisa y clara del acto o contrato, como lo regula el numeral 7 del artículo
29 del Código de Notariado, en ella se consigna la descripción del objeto que va a ser causa del
negocio jurídico, elementos indispensables para la contratación, como lo define el autor Nery
Roberto Muñoz en su obra: “La forma Notarial en el Negocio Jurídico”, página 17, en cuanto a la
estipulación en el cuerpo de la escritura, indica: “En esta parte, lamada también dispositiva, se

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formula la declaración de voluntad de los otorgantes que da vida al acto o negocio jurídico que
desean celebrar, reconocer, modificar o extinguir”. Por lo que se determina, que es en el cuerpo
de la escritura pública, donde surgen las obligaciones y derechos para ambas partes en un
contrato, y en el caso de marras, en esta parte de la escritura únicamente el señor (…) se
constituye como deudor de (…) y garantiza la deuda con el bien de su propiedad, por lo que el
negocio jurídico queda perfeccionado desde el momento en que se ha celebrado con todos los
requisitos requeridos por la ley para que pueda ser reconocida su existencia y fuerza obligatoria,
es en este momento que representa el nacimiento del contrato, cuando llegan a este acuerdo y
firman la escritura los otorgantes, es decir los que intervienen directamente en el negocio jurídico
y se da el cumplimiento forzoso del tradicional principio de eficacia exclusiva entre las partes que
lo celebran, por cuanto que se dan los elementos esenciales que todo negocio jurídico debe tener
para su existencia, que son capacidad, consentimiento y objeto o causa”. “…la Sala (…) interpretó
correctamente el artículo 31 numeral 6) del Código de Notariado, pues (…) manifestó que esta
norma exige que deben firmar las escrituras públicas los otorgantes, que en el contexto de la
norma se refiere a los que se obligan, o bien quienes manifiestan unilateralmente su voluntad en
un acto (…). Sin embargo, para ahondar en el concepto de “otorgante”, cabe indicar que todo
contrato (…) están conformados por elementos personales que intervienen en la relación jurídico-
contractual, es decir existen dos sujetos susceptibles de derechos y obligaciones, el que da y el que
recibe, verbigracia deudor y acreedor. Los elementos personales en el contrato (…) necesitan de la
capacidad y del consentimiento, elementos que son indispensables para contratar y que
perfeccionan el mismo. Los elementos personales (…) son los otorgantes obligados a firmar el
instrumento público, porque son los que se obligan al declarar su voluntad en el acto, y si falta la
firma de alguno de ellos, sí daría lugar a la omisión de una formalidad esencial del instrumento
público. En virtud de lo expuesto, se concluye que la Sala antes referida dio al artículo 31 numeral
6) del Código de Notariado, el sentido y alcance que le corresponde…”.

RESPECTO A LA SIMULACIÓN
Corte Suprema de Justicia, Cámara Civil, Expediente 133-95.
“[L]a simulación, como lo dice acertadamente el tribunal de primera instancia, en coincidencia con
la doctrina dominante, implica necesariamente el conocimiento por parte de los contratantes del
hecho o circunstancia ocultados, ya que en caso de que el consentimiento esté viciado sólo en
cuanto a uno de los contratantes, se cae en caso distinto, como puede ser la reserva mental o el
dolo, ya sea proveniente de tercero o de uno de los contratantes. Esta es la interpretación
correcta que debe darse al artículo 1284 párrafo 3o. del Código Civil, que contempla el caso de
simulación de personas. Cabe citar al respecto lo que con relación a la simulación, expresa el
profesor Luigi Cariota Ferrara: "Simulación en el negocio jurídico, en particular, se tiene cuando las
partes, de acuerdo, realizan deliberadamente declaraciones distintas de la voluntad interna, con el
fin de engañar a los terceros. Características o requisitos de la simulación son: a) la divergencia
querida y deliberadamente producida entre voluntad y manifestación; b) el acuerdo simulatorio
entre las partes... c) el fin de engañar a los terceros, extraños al acto" (El Negocio Jurídico, Editorial
Aguilar, Madrid mil novecientos cincuenta y seis). Con relación a la simulación, cuando se utiliza un
testaferro, cabe también citar doctrina proveniente de los tratadistas Ripert y Boulanger, aplicable
en un todo al caso concreto sujeto al conocimiento de esta Cámara, que con relación a la
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distinción entre el dolo y la simulación expresan: "El dolo tiene por finalidad obtener el
consentimiento de una de las partes engañándola; en la simulación las partes otorgan su
consentimiento con pleno conocimiento de causa; ninguna es engañada." (Georges Ripert y Jean
Boulanger, Tratado de Derecho Civil, tomo IV, volumen I, página trescientos sesenta y ocho,
Editorial La Ley, mil novecientos sesenta y cuatro). (…) [P]ara que se tipifique la figura de la
simulación se requiere que las partes estén conscientes de la ocultación de la realidad, lo cual no
se da en el presente caso, ya que los actores han sostenido que desconocían la calidad de
testaferro de la persona que los demandados emplearon como intermediarios. La doctrina estima
que es requisito de la simulación "el acuerdo de las partes para simular" (Enciclopedia Jurídica
Omeba, tomo veinticuatro, página quinientos diez), que "supone el concurso de la voluntad de
ambas partes otorgantes del acto simulado; ella no puede existir, ni puede ser demandada,
cuando una de las partes ha entendido realizar un acto serio, aunque después descubra que ha
sido víctima de error o dolo; en este caso, el acto podrá ser anulado en virtud de estos otros vicios,
si se prueba su existencia, pero no por el de simulación" (Raymundo Salvat, Tratado de Derecho
Civil Argentino. Vol II Tomo dos, Editorial La Ley, Buenos Aires, mil novecientos cuarentisiete,
página cuatrocientos ochenta y cinco), que "la simulación es un entendimiento entre las partes
contra los terceros" (Marcel Planiol, Georges Ripert, Tratado Elemental de Derecho, Tomo V,
Editorial Cárdenas, México, página ciento siete) y que la simulación "exige la coincidencia en el
propósito simulador de las partes que conciertan el negocio." (Diccionario de Derecho Privado,
Casso y Romero, Cervera y Jiménez, Tomo II página tres mil seiscientos veintinueve, Editorial
Labor. Madrid mil novecientos sesenta y uno).

Corte Suprema de Justicia, Cámara Civil Expediente 292-2008


“En concreto, la denuncia que efectúa el casacionista está dirigida a señalar que la Sala incurrió en
la aplicación indebida de la ley, porque con relación a los negocios jurídicos contenidos en las
Escrituras Públicas números ciento ochenta y ciento ochenta y dos autorizadas en esta ciudad el
veinticuatro y veinticinco de agosto de mil novecientos ochenta y siete por el notario Rudy Rafael
García Herrera, subsumió a las disposiciones y consecuencias del artículo 1301 del Código Civil, las
causales que corresponden a la nulidad relativa. También, porque a su criterio, el negocio jurídico
relacionado en la Escritura Pública número sesenta autorizada en esta ciudad el nueve de
septiembre de mil novecientos ochenta y siete por la notaria Olga Mireya Gálvez Vettorazzi, jamás
puede adolecer de la simulación absoluta contemplada en el artículo 1285 del Código Civil, por la
supuesta prohibición de no poder hipotecar. Del análisis jurídico efectuado al recurso de casación,
así como a las actuaciones que obran como antecedentes del mismo, esta Cámara estima
necesario señalar, en primer término, que el juicio iniciado por los señores Carlos Alfredo del Valle
Beteta, Osman Isaías Alvarado Pérez y Juan Luis Ruano Gramajo contra la entidad Inmobiliaria Las
Ilusiones, Compañía Limitada y del señor Alfonso Barahona Herrarte, se denomina “Juicio
Ordinario de Nulidad por Simulación de Negocio Jurídico”, tipo de juicio del que pueden deducirse
los aspectos siguientes: 1) Debemos recordar que de conformidad con la doctrina civil, la
simulación es la declaración de un contenido de voluntad no real, emitida conscientemente para
producir, con fines de engaño, la apariencia de un negocio jurídico que no existe o que es distinto
de aquel que realmente se ha llevado a cabo. Su tratamiento jurídico es distinto, según se trate de
simulación absoluta o simulación relativa. La primera –simulatio absoluta-, tiene carácter
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fraudulento y tiende a causar un perjuicio a terceras personas, puesto que la apariencia creada se
utiliza para frustrar la satisfacción de expectativas legítimas de éstas. La simulación relativa –
simulatio non nuda-, por su parte, se utiliza para dar a un acto jurídico una apariencia, que oculta
ser de carácter disfrazado bajo la forma de otro contrato. Ahora, basándonos en lo que para el
efecto está regulado en nuestro ordenamiento jurídico en cuanto a lo anterior, señala el artículo
1285 del Código Civil que la simulación es absoluta, cuando la declaración de voluntad nada tiene
de real; y es relativa, cuando a un negocio jurídico se le da una falsa apariencia que oculta su
verdadero carácter. De esa cuenta, y con fundamento en el artículo 1286 del Código Civil, los
efectos jurídicos que cada una de ellas produce son específicos: el negocio jurídico del que se ha
comprobado que adolece de simulación absoluta, no puede producir ningún efecto jurídico y la
relativa, una vez demostrada, produce los efectos del negocio jurídico encubierto, siempre que su
objeto sea lícito. De allí se colige que si la simulación, por ejemplo, no tiene fin ilícito ni causa
perjuicio a ninguna persona -establece el artículo 1287 del Código Civil-, no habría razón para
anular el negocio jurídico; pero si se determina que esos dos supuestos sí se producen en el caso
concreto (el fin ilícito y el perjuicio causado a una o varias personas), la consecuencia de la
existencia de la simulación es la nulidad o invalidez del respectivo negocio jurídico, y no se admite
su convalidación o confirmación. Es decir, que la nulidad es sólo el efecto de la existencia y
determinación de la insinceridad del negocio jurídico simulado. 2) Con esta base es oportuno
revisar, a la luz de los hechos que la Sala tuvo como probados, si los supuestos jurídicos
establecidos en los artículos 1285 y 1301 del Código Civil fueron o no infringidos al ser
indebidamente aplicados. Los hechos que la Sala tuvo como probados fueron: a. Que el negocio
jurídico contenido en las escrituras públicas números ciento ochenta y ciento ochenta y dos
autorizadas en esta ciudad el veinticuatro y veinticinco de agosto de mil novecientos ochenta y
siete, por el notario Rudy Rafael García Herrera, contiene defectos o vicio en la declaración de
voluntad, puesto que el representante legal de la entidad demandada tenía pleno conocimiento
de la intervención decretada a la Colonia Las Ilusiones, y de las promesas de opción de compra que
a la fecha de celebración de dichos instrumentos públicos ya se habían otorgado, de ahí que al
segregar los cuarenta lotes relacionados en las escrituras públicas identificadas, existió dolo
incurriendo en un comportamiento engañoso que dio lugar a la nulidad absoluta del negocio
jurídico. Con relación a este hecho, es oportuno expresar que si bien le asiste la razón al
recurrente al indicar que en el argumento de la Sala se hizo referencia a la existencia del dolo, esta
Cámara no estima que por esa razón haya subsumido las causales de la nulidad relativa a la
nulidad absoluta, puesto que ella misma indicó líneas después que “…ese comportamiento
engañoso dio lugar a la nulidad absoluta de dicho negocio jurídico”. Esto implica que lo
comprobado por ella fue el carácter fraudulento de la desmembración efectuada por la entidad
Inmobiliaria Las Ilusiones, Compañía Limitada, en perjuicio de terceras personas, que según lo
anotado en el numeral 1) de esta consideración, los efectos jurídicos de ello trascendieron a la
esfera de la nulidad absoluta y así lo declaró la Sala al fundamentarse en el artículo 1301 del
Código Civil, creado por el legislador para disipar controversias que como en el presente caso, de
toda la prueba producida se evidenció el fin ilícito del negocio jurídico, que hizo subsistir la figura
jurídica regulada en los artículos del Código Civil antes analizados. Como consecuencia de lo
anterior, se aprecia que la Sala no incurrió en la indebida aplicación del artículo 1301 recién citado,
porque lo que ella evidenció fue el fraude cometido por la entidad demandada estando limitada
para celebrar el negocio jurídico que consta en las escrituras públicas relacionadas en este punto-,

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en perjuicio de terceras personas. b. Con respecto al segundo hecho, en relación a la escritura
pública número sesenta autorizada en esta ciudad el nueve de septiembre de mil novecientos
ochenta y siete por la Notaria Olga Mireya Gálvez Vettorazzi, la Sala determinó que hay simulación
absoluta porque la entidad demandada obviamente tenía conocimiento de que no podía hipotecar
los cuarenta lotes, porque fueron desmembrados en forma fraudulenta, y que el señor Barahona
Herrarte – recurrente- tenía conocimiento de la situación de los lotes porque en su declaración de
parte reconoció que previo a aceptar la garantía, los vendió, y que personalmente constató el
estado de los inmuebles, lo que hizo concluir a la Sala en que los contratantes simularon el
contrato de mutuo con garantía hipotecaria, desvirtuando la realidad dando lugar a un contrato
no válido. En cuanto a este hecho, indicó el recurrente que la Sala aplicó indebidamente el artículo
1285 del Código Civil, porque al vincular los hechos a la simulación absoluta, no advirtió que la
posibilidad de otorgar garantía hipotecaria con ocasión del negocio jurídico de reconocimiento de
deuda, provino del derecho de libre enajenación de bienes a que se refiere el artículo 39
constitucional y particularmente, del derecho de hipotecar a que se refiere el artículo 835 del
Código Civil. Se aprecia de lo anterior que el recurrente incurrió en error en el planteamiento de
esta infracción, puesto que no es el derecho a la libre enajenación o el derecho a hipotecar lo que
la Sala vinculó a la simulación absoluta, sino el hecho de haber celebrado un contrato de mutuo
con garantía hipotecaria, cuando la entidad Inmobiliaria Las Ilusiones, Compañía Limitada también
demandada-, tenía conocimiento de la limitación que tenía de celebrar un negocio jurídico de esa
magnitud, con ocasión de la intervención efectuada a la Colonia Las Ilusiones zona dieciocho,
desde el nueve de mayo de mil novecientos setenta y siete por la Municipalidad de Guatemala,
aunado a que él (quien recurre) también tenía conocimiento de la situación en la que se
encontraban dichos lotes, tal como la Sala comprobó de su declaración de parte; circunstancia que
por lógica impedía gravar los lotes a su favor. Por lo anterior, se aprecia que el señor Alfonso
Barahona Herrarte no respetó los hechos que la Sala tuvo como probados, pues pretende
desvirtuar los mismos a través de la aplicación indebida del artículo 1285 del Código Civil, sin
observar que basta ha sido la jurisprudencia emitida por la Corte Suprema de Justicia, que señala
que para la invocación de un caso de procedencia por motivo de fondo de los regulados en el
numeral 1º del artículo 621 del Código Procesal Civil y Mercantil, es preciso que se respeten los
hechos que el órgano jurisdiccional impugnado tuvo como probados. “

Corte Suprema de Justicia Expediente 235-2011


“En el caso de estudio, la recurrente expresa que la Sala aplicó indebidamente el artículo 158 del
Código de Comercio, porque a su juicio los acuerdos de una asamblea de accionistas, por su
naturaleza, se constituyen en negocio jurídico y como consecuencia, el articulo aplicable es el 1288
del Código Civil, porque en caso contrario, se le estaría negando la posibilidad de discutir en juicio
la existencia de la simulación absoluta del negocio jurídico. Al respecto, esta Cámara estima
necesario establecer lo que para el efecto preceptúan los artículos que se denuncian como
infringidos. En primer lugar, se señaló como aplicado indebidamente el artículo 158 del Código de
Comercio, el cual establece: “Las acciones de impugnación o de nulidad se regirán por las
disposiciones del derecho común, pero caducarán en el término de seis meses contados desde la
fecha en que tuvo lugar la asamblea”. Y en segundo lugar, el artículo que a criterio de la recurrente
era el idóneo para la solución de la controversia, es el 1288 del Código Civil, que preceptúa: “La
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acción de simulación es imprescriptible entre las partes que simularon y para los terceros
perjudicados con la simulación”. La controversia se circunscribe a determinar qué ley es la
aplicable al hecho controvertido; si el Código Civil o Código de Comercio. Por consiguiente, el
hecho de que se haya impugnando los acuerdos celebrados en la asamblea general, a través de un
juicio ordinario, no supone que la naturaleza de lo controversia sea civil, sino más bien, es de
origen mercantil, y por ende, se deben aplicar los preceptos normativos contenidos en el Código
de Comercio, dado que es una ley especial y ésta debe prevalecer sobre la general. De esa cuenta,
el artículo 1288 del Código Civil no es aplicable para resolver las pretensiones de la casacionista, ya
que la nulidad del negocio jurídico es consecuencia de la declaración de simulación absoluta de los
acuerdos adoptados por la asamblea, los cuales tuvieron que haber sido impugnados dentro del
plazo de seis meses, como lo establece el artículo 158 del Código de Comercio, ya que de
conformidad con las actuaciones, se establece que la asamblea que se impugnó fue celebrada el
veintisiete de septiembre de dos mil cuatro, y que la demanda de simulación absoluta del negocio
jurídico, consistente en los acuerdos tomados en la asamblea relacionada, fue presentada el
veintitrés de marzo del año dos mil seis por Ingrid Marie Fischer Sandhoff de Castillo, por lo que al
haber transcurrido con demasía el plazo regulado, su derecho a ejercitarla había prescrito.”.

OTRAS CONSIDERACIONES:
1. Según expedientes 2027-2008 y 2489-2009 la Corte de Constitucionalidad (CC) de manera clara
y categórica ha diferencia la nulidad absoluta de la relativa. Y en cuanto a esta última ha
expresado que los “vicios” de la declaración de las partes como error, dolo, simulación o violencia,
dan origen a nulidad relativa.

2. La jurisprudencia anterior es relevante traerla a colación por dos razones, la primera porque si
se alega alguno de los vicios del consentimiento, necesariamente debe plantearse nulidad relativa
y no absoluta, y segundo porque alegados estos, hay que reconocer la complejidad que resulta de
tener que probarlos, sobretodo el dolo y el error; y más aún, dado que el actor corre con la carga
de la prueba y mientras no se declare lo contrario, seguirá el negocio jurídico teniendo plena
validez (a diferencia de la nulidad absoluta, no hay nulidad ipso iure).

3. En el expediente 2027-2008, la CC, ha entendido que en cuanto a la simulación, en realidad su


plazo para interposición es imprescriptible en virtud de lo dispuesto en el artículo 1288 del Código
Civil.

4. Tal como se ha indicado antes, según expediente 133-95 y 292-2008 de la Corte Suprema de
Justicia (CSJ) la simulación, en cualquier de sus modalidades (absoluta o relativa) requiere que
todas las partes estén conscientes que están ocultando la verdad. En otras palabras, requiere el
concierto de ambas partes en la forma “simulada” del negocio jurídico. De no tomar lugar ello, no
existe en realidad simulación.

5. Según expediente 83-2005 de la CSJ, habría nulidad absoluta por la no concurrencia de los
requisitos esenciales para la existencia del negocio jurídico, como lo es el consentimiento que no
adolezca de vicio; razona que existe afectación a la intención que tenía el contrato que se firma al
producir una falsa representación de la realidad (o del contrato). Más importante aún, que “el
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Prof. Pablo Andrés Bonilla Hernández
consentimiento adquiere eficacia jurídica cuando se forma correctamente y cuando existe
coincidencia entre el contenido volitivo y su declaración, el primero formado sin vicios, es decir,
libremente y sobre una representación exacta de la realidad y que la declaración que es el medio
por el cual la voluntad tiene una manifestación externa, debería haber exteriorizado fielmente la
voluntad de ambos. Para que la voluntad tenga relevancia jurídica es necesario que se exprese por
medido de la declaración, a fin de que sea conocida por la otra parte y se integre en el
consentimiento contractual.”.

6. Según el expediente 1179-2000 de la CC, el artículo 32 del Código de Notariado manda a llamar
al Notario al proceso judicial únicamente si se le pretende deducir daños y perjuicios, caso
contrario, no tiene relevancia su participación.

7. Ver aquellos otros expedientes que se indican en la presentación que complementan lo acá
referido.

8. Se sugiere también ver el expediente s.n. 05-08-1993. Pedro Cruz y Cruz vs. Maximiliano de
Jesús Salazar Nova y Virginia Cruz Velásquez de Hernández (procesos derivados de contratos
solemnes), 486-2000 (nulidad instrumento público y negocio jurídico) y 25-2002 (plazo para
nulidad absoluta negocio jurídico); 247-2003 (nulidad del instrumento público y del negocio
jurídico consistente en testamento); 18-2004 (nulidad de una disposición contractual y su efecto
sobre otras) 304-2004 (aplicación oficiosa por parte del tribunal respecto a la nulidad absoluta del
negocio jurídico) 418-2009 (nulidad absoluta luego de concluido proceso de Amparo; ausencia de
todos los requisitos esenciales de validez a partir de firma falsa); la nulidad absoluta supone
nulidad de las demás inscripciones registrales (expediente s/n fecha sentencia 04-12-1980),
cuándo se entiende que hay consentimiento (expediente 83-2005); nulidad absoluta de oficio no
viola debido proceso (expediente 418-2009).

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Prof. Pablo Andrés Bonilla Hernández

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