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Lectura del Evangelio según san Lucas 2,34-35.

51b

Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Éste ha sido puesto para que
muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de
contradicción, y a ti misma una espada te traspasará el alma, para que se
pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones». Su madre
conservaba todo esto en su corazón.

Mamá , Cuá nto dolor sentiste en aquel momento?


Me ves desangrado, derrotado, crucificado.
Tú que buscaste casa para que naciera y encontraste un establo.
Tú que me engendraste y amamantaste en Belén,
Ahora estoy de nuevo despojado de todo,
Tú contemplas mi martirio y no puedes hacer nada.
Me ves morir en cruz y te cambiarías por mi.
Tú que me diste todo.
Cada uno de los latigazos se atrincheran en tu alma.
Tú está s allí, cerca, a mi lado, cada golpe en mi cuerpo, golpea tus entrañ as.
Las espinas de mi cabeza atraviesan tu corazó n.
Como Madre, humanamente, denunciarías a mis agresores
Tu Amor es tan grande que sabes que, para poder vivir siempre, tengo que sufrir y
dejarme romper por todos los hombres. Sabes, desde tu dolor, que ese es el ú nico
camino para salvar al resto del mundo.

“Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y sin embargo es uno, y estos
miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con
Cristo. (…) El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. (...) Dios ha
dispuesto a cada uno de los miembros en el cuerpo, según un plan establecido. Porque si
todos fueran un solo miembro ¿dónde estaría el cuerpo? De hecho, hay muchos
miembros, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decir a la mano: no te necesito. Ni
la cabeza a los pies: no tengo necesidad de ustedes. (…) ¿Un miembro sufre? Todos los
demás sufren con él. ¿Un miembro es enaltecido? Todos los demás participan de su
alegría.” (1Cor 12,12.14.18-21.26)

PADRE, QUE ESTÁS EN EL CIELO, MIENTRAS YO CARGO CON ESTA PESADA


CRUZ QUE SE CLAVA EN MIS HOMBROS APRETANDO LAS HERIDAS DE LOS
LATIGAZOS Y CAUSÁNDOME MÁS DOLOR TODAVÍA;
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, PUESTO QUE NO ME ARREPIENTO DE NADA DE
LO QUE HA PASADO. LO VOLVERÍA A HACER SI ESTA ES TU VOLUNTAD. TODO LO
QUE HE HECHO HA SIDO PARA QUE TODOS TE CONOZCAN, QUE SEPAN QUE
ERAS UN PADRE BUENO, QUE PERDONAS SIEMPRE, QUE ACOGES SIEMPRE.
VENGA A NOSOTROS TU REINO, QUE TODO MI SUFRIMIENTO NO SEA EN BALDE,
QUE MIS AMIGOS SEPAN COMPRENDER CUÁL ES EL MOTIVO POR EL QUE ESTOY
AQUÍ AHORA Y SEPAN HACER ENTENDER A LOS DEMÁS EL SENTIDO DE TU
REINO.
HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO SIEMPRE, QUE SE
HAGA LO QUE TU QUIERES, PORQUE SÓLO TÚ SABES LO QUE TIENES
PREPARADO PARA CADA UNO DE ELLOS. QUE VEAN EN MI VIDA UN CAMINO PARA
LLEGAR HASTA TI.
DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA A TODOS. QUE MIS AMIGOS SEAN
SEMILLAS DE COMUNIDAD, PARA QUE TODO LO QUE HAGAN SEA PARA MAYOR
GLORIA TUYA. QUE SEPAN COMPARTIR; QUE SE AMEN HASTA EL EXTREMO, QUE
DEN SU VIDA POR SUS SEMEJANTES… QUE SEAN FELICES.
SÉ QUE NO TE HE OFENDIDO, QUE HE HECHO TU VOLUNTAD SIEMPRE, PERO
PERDÓNAME, COMO YO PERDONO A LOS QUE ME VAN A CRUCIFICAR, A LOS QUE
ME HAN ENTREGADO, A LOS QUE ME HAN DADO LA ESPALDA, A LOS QUE HAN
MENTIDO, A LOS QUE HAN OLVIDADO LO QUE HE HECHO POR ELLOS.
Y NO ME DEJES CAER EN LA TENTACIÓN, COMO NO ME DEJASTE CAER EN EL
DESIERTO, COMO NO HAN PODIDO ESTOS LATIGAZOS, NI ESTA DOLOROSA
CORONA DE ESPINAS; NI COMO NO PUEDE EL PESO DE ESTE MADERO, NI COMO
TIENEN QUE PODER ESOS CLAVOS QUE VAN A DESGARRAR MIS MANOS Y MIS
PIES.
AMEN. QUE SE CUMPLA TODO LO QUE TÚ QUIERES DE MÍ

“Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y


participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Un santo temor se
apoderó de todos ellos, porque los Apóstoles realizaban muchos prodigios y signos. Todos
los creyentes se mantenían unidos y ponían los suyo en común: vendían sus propiedades
y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno.
Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y
comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Ellos alababan a Dios y eran queridos
por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquellos que
debían salvarse”. (He 2,42-46)

QUERIDOS AMIGOS:
AUNQUE AHORA NO COMPRENDÉ IS, DESDE MI CRUZ OS DIGO QUE LA CRUZ NO
ES EL FINAL,
ES EL COMIENZO DE LA VIDA,
AMAOS IGUAL QUE YO OS HE AMADO.
TODO LO QUE ME HA PASADO Y HE HECHO POR VOSOTROS, TAMBIÉ N VOSOTROS
LO PODÉ IS HACER CON UN POCO DE FE.
SED VALIENTES, NO TEMÁ IS.
ANUNCIAD LA BUENA NOTICIA: DIOS NOS AMA Y NOS PERDONA SIEMPRE.
PERDONAD SIEMPRE, NO ESPERÉ IS NADA DE NADIE.
DAOS POR COMPLETO.
COMPARTID EL PAN,
CURAD A LOS ENFERMOS.
VESTID AL DESNUDO.
VUESTRAS PALABRAS SON IMPORTANTES, PERO VUESTRA FORMA DE VIVIR
TIENE QUE SER MÁ S. SED EJEMPLO PARA TODOS. SED FELICES.

Señ or, ayú danos a aumentar nuestra Fe, a tener una Fe firme y fuerte como la de
María, porque el amor má s grande es aquel que perdona siempre y tú María
actuaste perdonando a todos con humildad, siendo la má s grande.

Ayú danos Señ or , desde nuestra pequeñ ez a ser Fieles en la comunidad, a no


dejarnos abatir por las enfermedades y por la muerte de nuestros seres má s
queridos.

Padre nuestro,  tú que nos has llamado a la fraternidad, danos tu ayuda para construirla.
Dame tu amor para que pueda estar cercano a mis hermanos y hermanas. Hazme capaz
de darles mi palabra, mi silencio, mi alegría, mi dolor, mi vida.

Te doy gracias, Padre porque no me quisiste solo en el mundo, sino que me diste una
familia, amigos,  compañeros de camino, con quienes compartir mi vida.
Ayúdame a ser siempre causa de unión entre mis hermanos y a nunca negarle mi amor y
mi apoyo a los que me necesitan. Amén

CANCIÓ N: TODOS UNO

Que todos sonriamos juntos; todos nos sintamos uno.


Todos andando senderos, llanos y desfiladeros;
todos en el mismo barco, con los gozos y fracasos...
Así, ¡qué feliz!
Tu alegría, mi alegría; tu amargura, mi amargura;
tu pobreza, mi pobreza; tu riqueza, mi riqueza;
tu camino, mi camino; tu destino mi destino,
he de sentir...
En mi alma siento, ésa es la felicidad.
Pierdo hasta el aliento al pensar lo que será.
Ven sabor a mí, no huyas de mí.
Hasta no sentirte, no seré feliz.
Que tú seas de mí, que yo sea de ti.
Que todos vivamos siempre así. 

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