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LECTURA ENCARGADA N° 1
INTRODUCCIÓN
El manejo de cuencas o de los recursos naturales, así como el desarrollo en su concepto más amplio
requiere de un análisis cuidadoso y planificado, para garantizar que tanto los esfuerzos como
decisiones logren alcanzar objetivos integrales, de cambios sustanciales, de largo plazo y que sean
sostenibles. La importancia de la visión de largo plazo requiere de una planificación precisa,
ajustable y viable, la cual se puede controlar en calidad y pertinencia, considerando análisis de
procesos desde el momento inicial (línea base).
Como en todo proceso de largo plazo se concatenan etapas o fases que requieren seguimiento,
evaluación y análisis de las experiencias para mejorar la toma de decisiones y lograr lecciones
aprendidas para otros procesos (sistematización de experiencias). Esto da lugar a un ciclo de etapas,
pasos o fases que tienen una lógica de desarrollo, siendo algunos más sensibles e importantes que
otros, aunque todos cumplen un papel en el manejo o la gestión.
ORGANIZACIÓN DE LA GESTIÓN
El proceso de gestión en sus etapas iniciales parte con la identificación de los actores que están
tomando decisiones en una cuenca hidrográfica o que tienen alguna responsabilidad en ella.
Muchas veces cuando se inicia esta identificación se realiza un inventario de actores
(organizaciones e instituciones), luego se procede a considerar quienes son los que tiene
responsabilidad o alguna función directa e importante en el manejo de la cuenca.
La gestión no será de una sola persona o grupo de personas, requiere de organización, definida en
forma participativa y democrática, en lo posible con competencia sobre el tema y con respaldo 2
institucional. Las capacidades de los gestores se van fortaleciendo en el proceso ya sea mediante
acciones de capacitación, asesoría y acompañamiento tanto técnico, administrativo e institucional.
El proceso de la gestión se puede iniciar con un “grupo gestor” de carácter provisional, pero
reconocido y respaldado socialmente, en el ciclo de las etapas llegará a constituirse en una instancia
formal reconocida e institucionalizada. Pero, ¿por qué se toma esta estrategia? Generalmente
porque el manejo de cuencas casi no tiene una competencia directa, establecida en los marcos
regulatorios e institucionales.
Para representar el ciclo y los procesos de gestión en una cuenca hidrográfica se pueden seguir las
siguientes etapas o pasos (Figura 1), cada uno de ellos se desarrolla en forma amplia en diversos
temas del curso:
1. Etapa preliminar
Conformada por la organización de un comité gestor, el cual representa los intereses iniciales de
los actores interesados en el manejo de la cuenca. Se procede a socializar y ampliar la participación
de actores, identificando roles y responsabilidades, para proceder a una consulta sobre la necesidad
e importancia de manejar la cuenca o microcuenca, se debe sustentar en que consiste el manejo y
la gestión presentando todos sus beneficios y ventajas, así como las limitantes o restricciones. Con
la respuesta afirmativa se procede a organizar el proceso de gestión y sus etapas posteriores. Si no
se tiene una respuesta afirmativa, se debe continuar con la concientización y motivación sobre el
tema.
2. Etapa de diagnóstico
Para esta etapa existentes diversas metodologías y herramientas probadas para inventariar,
caracterizar, analizar y evaluar la problemática, potencialidades y limitantes que se presentan en
las cuencas hidrográficas. Este es una importante porque de un buen diagnóstico se puede esperar
una formulación bastante ajustada a la realidad. El diagnóstico termina en el conocimiento del
estado de la cuenca y la identificación de posibilidades de solución de los problemas y de cómo
potencializar la vocación y capacidades de la cuenca.
4. Línea base
Es una etapa importante porque permite identificar en que se va lograr cambios, efectos e impactos.
En manejo de cuencas la identificación de indicadores de manejo y gestión deben analizarse
cuidadosamente para evitar la toma de datos irrelevantes o que tiene poca utilidad para la
retroalimentación y análisis de los beneficios e impactos.
Consiste en las acciones para lograr la materialización del plan de manejo, para lo cual se parte de
elaborar un plan de inversiones, su cartera de proyectos y los mecanismos para capitalización
(fondos ambientales). El reto es lograr o movilizar recursos para ejecutar programas, proyectos,
actividades y tareas. El fondo ambiental debe tener su administración y el sistema de auditoria (con
reglamentos, normas y manuales).
El plan de manejo y los recursos logrados debe tener una estrategia y la forma como implementar
las actividades en forma organizada y los mecanismos de control. La operativización debe
considerar los niveles de intervención, cuenca/municipio/comunidad/organizaciones/familias.
Para una buena gestión se debe tener un sistema de seguimiento y evaluación elaborado con base
a las propuestas de acciones y los indicadores de la línea base. Esto implica tener una buena base
Como impacto de los procesos anteriores se espera que haya sostenibilidad de las acciones y
gestiones, llegando a materializar la institucionalidad del manejo de cuencas, producto de una
gestión ambiental, social y económica en el territorio de la cuenca hidrográfica.
Una particularidad de la gestión de cuencas suele relacionarse con la gestión del agua, la cual puede
ser el punto de partida para el manejo de la cuenca, como lo describe Axel Dourojeanni (Recuadro
1).
Organismo de cuencas
Grupo gestor
Sistematización de Necesidad del
experiencias y comunicación manejo de cuencas
Diagnóstico
Organización y ejecución
Ordenamiento territorial
Gestión para la
implementación del plan
Línea base
* Gestión de recursos
Formulación del plan de manejo
* Plan de inversiones
* Banco de proyectos * Programas y Proyectos
Fondo * Fortalecimiento de * Componentes
para MC capacidades
CURSO: Gestión de Cuencas Hidrográficas. Código: IA8033.
RECUADRO 1
La gestión del agua por cuencas y el manejo de cuencas: dos metas complementarias 6
En la literatura convencional sobre temas vinculados a la realización de actividades de gestión dentro del ámbito de una cuenca hidrográfica es frecuente que
no se haga mayor distinción entre gestión del agua y manejo de cuencas. La carencia de identificación de las acciones que recaen bajo estos dos procesos
diferentes origina una confusión en los roles que se asignan a las instituciones encargadas de ejecutarlos.
La gestión del agua por cuencas dentro del ámbito de una cuenca, o cuencas interconectadas se centra casi exclusivamente en captar, regular, controlar,
aprovechar y tratar dicho recurso haciendo uso de obras hidráulicas auxiliares. Las instituciones a cargo de manejar y utilizar el agua tienen una gran tradición
en los países de la región. Sus objetivos normalmente son balancear la oferta con la demanda de agua, así como controlar o mitigar efectos extremos con que se
presenta el agua en épocas de sequía o inundaciones. Más recientemente, el tema de contaminación del agua, el drenaje urbano, y la estabilización de las zonas
que son fuente de riesgo o de deslizamiento también ha pasado a ser parte de la preocupación de los gestores del agua. Estas acciones normalmente son orientadas
a tratar las cuencas sólo como captadoras de agua y se realizan vía proyectos de inversión. La participación de los usuarios en las decisiones no se considera
como vital para el diseño de obras ni para su administración. La gestión del agua era y aun es un área de trabajo tradicionalmente dominada por la ingeniería
civil hidráulica con sus múltiples variantes formativas ligadas a la construcción, la hidrología superficial o subterránea, así como otras ramas de la ingeniería
afines y otras especialidades complementarias como la economía y el derecho.
El avance conceptual y práctico de los especialistas en estas áreas los ha llevado en algunos pocos casos, y solo recientemente a ampliar su forma de actuar,
primero de un enfoque de uso sectorial a uno de enfoque multisectorial y actualmente a la gestión integrada del recurso y con este último involucrar aspectos
ambientales y de equidad. Las actividades de manejo de cuencas tienen como fin manejar la superficie y la subsuperficie de la cuenca que capta el agua. El
conjunto de acciones que conforman un proyecto de manejo de cuencas (no existe un proyecto de manejo de cuencas sino un conjunto de acciones, cluster o
proyectos que sumados dan un efecto de manejo) tiene como objetivo usual manipular la superficie de captación para regular la escorrentía. En todos los casos
estos objetivos se orientan a usar la cuenca como captadora (“catchment area”) de agua para diferentes fines, principalmente para consumo humano (cuencas
municipales) y para reducir el impacto de la escorrentía protegiendo así zonas vulnerables cerca de pendientes o cauces. Los proyectos más recientes enfatizan
cada vez mas la necesidad de mejorar la calidad del agua y no solo la cantidad y tiempo de descarga. Los alcances de manejo de cuencas evolucionaron
recientemente a otros niveles de protección de recursos naturales y mitigación del efecto de fenómenos, los de control de erosión, los de control de contaminación
y luego conservación de suelos y rehabilitación y recuperación de zonas degradadas para luego pasar a los de mejoramiento de la producción, primero forestal
y de pastos y luego agrícola, agroforestería y agrosilvopastoril en forma combinada. De esta manera el manejo de cuencas se ha extendido al manejo integrado
de los recursos naturales de una cuenca.