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Había una vez y sigo esperando.

Por: Mauricio Vargas González.


(Cuentos del futuro)

Había una vez un organismo financiero llamado Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, ellos
contrataron con distintas universidades y empresas, las investigaciones para crear un medicamento que
podría venderse a todo el mundo y caro. Las ganancias serian orgásmicas. Ellos a su vez dependían
principalmente de un país imperialista que violaba, masacraba y practicaba el genocidio y el etnocidio
directamente, mediante subcontratistas o por genuflexos servidores políticos de los pueblos víctimas de
sus políticas de desarrollo y promoción.

En estos complejos tecnológicos, para las pruebas, tenían muchos animales, encerrados, torturados y
asesinados científicamente en total asepsia, con todo el rigor y con los protocolos metodológicos del
caso. Por el bien de la humanidad, de esa misma que consume, contamina y acaba con los ríos y
ecosistemas, por ganancias o simplemente por ignorancia.

Por alguna razón, no desperté en mi casa, en mi cama privilegiada. ¡No! yo era un simio de esos, y
habían insertado en mi cerebro unas placas metálicas para medir el magnetismo de mi sinapsis. En la
celda contigua había un gato, al cual le estaban cambiando la sangre por una sustancia sintética, en
nombre de la creatividad teórica. Pero no me importó, porque no era yo y además, porque los animales
no sienten, son objetos. Y porque lo que importa es el ser humano, el centro del universo y medida de
todas las cosas.

Llevo mucho tiempo encerrado aquí, en esta máquina desolada y super técnologizada, de inteligencia
artificial y energías renovables. Les imploro que me sacrifiquen, que el metal penetra mi cabeza y la
taladra sin remedio. Pero ellos no me escuchan, al parecer hay una nueva recensión económica y los
fondos para la investigación están “in suspense”.

Y es que ya hay una nueva tecnología capitalista para auscultar la biología, el conocimiento y el saber,
que permite prescindir de seres vivos y es la de las células madres in-vitro que se cultivan, embriones
biológicos, pero son muy costosos y no son rentables aún...

Yo sigo esperando mi turno…

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