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Reporte de Lectura No.

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Abril Eréndira Salgado Paredes
El lado más oscuro de viajar: teoría y práctica del turismo oscuro.
Capítulo 2: Haciendo presente la muerte ausente: Consumiendo el turismo oscuro en la
sociedad contemporánea

La anatomía, que una vez fue preservada por los médicos y los profesionales de la salud,
ahora se vende a las masas cuando los visitantes observan los cadáveres anatómicos
plastinados, lo que garantiza que millones de laicos tengan ahora la oportunidad de ver de
cerca la muerte (y el cadáver).

Sin embargo, a pesar de las preocupaciones éticas, legales y religiosas, se han


observado diversas actitudes culturales hacia el evento, como los críticos que se han
manifestado con respecto a la dignidad de los donantes del cuerpo que ahora descansan
en plástico en vez de en paz. A pesar de la controversia que rodea a esta atracción
turística oscura, una razón particular por la cual tiene éxito, al menos en el paso de
visitantes, es porque toca el tabú de la muerte.

Lantermann (2007) sugiere que, luego de una visita, es probable que las personas
experimenten un mayor interés y preocupación por la salud y la vulnerabilidad del cuerpo,
especialmente como resultado de que la exposición despertó un mayor interés en la
yuxtaposición entre la vida y La muerte y la desaparición definitiva del ser humano.

Berger (1967) sugería que la muerte era una característica esencial de la condición
humana, que requería que los individuos desarrollaran mecanismos para hacer frente a su
desaparición definitiva. De manera similar, Lee (2002) revisa el desencanto de la muerte
en modernidad y concluye que la muerte está volviendo a la conciencia social, sugiriendo
que ha llegado el momento de analizar la muerte sin prejuicios.

La muerte es claramente una de esas cuestiones que plantea incertidumbres y


ansiedades. Por lo tanto, la muerte se convierte en un problema psicológico y
problemático tanto para el yo colectivo como para el individuo. Las personas deben
enfrentar su inevitable desaparición, sin embargo, los sistemas sociales en los que
residen deben permitirles vivir día a día con algún tipo de compromiso y, por lo tanto,
negar hasta cierto punto la muerte (Dumont y Foss, 1972).

La neutralización social de la muerte, que a su vez se puede considerar una forma de


temor generalizado, aumentando así el sentido personal y la seguridad ontológica, puede
ayudar a mitigar el impacto perturbador de la muerte para el individuo.

El turismo oscuro permite la reconceptualización de la muerte y la mortalidad en formas


que estimulan algo distinto del terror y el temor primordiales, donde el proceso de
sensibilización continua de la muerte en última instancia resulta en una desinfección del
área temática, creando una inmunidad percibida contra la muerte, además de una
creciente aceptación de que la muerte finalmente llegará.

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