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Estrategias de producción semántica (T.

Base 11)
Conjuntamente con las estrategias interactivas y pragmáticas actúan
las estrategias de producción semántica.
Si las interactivas y pragmáticas resuelven la asignación de las
intenciones mediante los actos de habla y el plan discursivo, las
estrategias semánticas resuelven en forma global la asignación del
tema que llenará de contenido el plan de producción.

Estrategias interactivas y pragmáticas


Asignan intenciones
Concretan un acto de habla
Construyen un plan discursivo
Estrategias de producción semántica
Asignan el contenido o tema global
Asignan el formato global
El término semántica refiere al estudio de los significados de una
lengua. En el uso cotidiano, la semántica es un recurso lingüístico
para establecer y reconocer el sentido de las palabras o frases que
utilizamos.
Así como podemos producir y comprender significados de palabras y
oraciones, también podemos ampliar esa habilidad para comprender
unidades más extensas y complejas, con ideas organizadas
conjuntamente, tales como el significado de un párrafo, el texto
completo de una noticia, una poesía, una novela.
Macroestructuras
Cuando se trata de unidades superiores como los textos,
reconocemos el significado global, el tema de todo el texto, al mismo
tiempo que vamos percibiendo los significados de las unidades
menores o locales, es decir de cada palabra. Llegamos a ese
reconocimiento global del tema por medio de operaciones de
abstracción que nos permiten despejar de qué se trata el texto.
Si, en situación de comprender un discurso, nos preguntamos:
¿De qué se trata este texto?
¿De qué se trata esta conversación?
¿De qué me está hablando?
Obtenemos como respuesta una proposición que resume el asunto de
referencia, logramos asignar un contenido o tema global del texto. Ese
resultado que nuestra mente procesó con operaciones similares a una
deducción es la estructura semántica global del texto y se denomina
Macroestructura.
Si en situación de producir un discurso, tenemos que tomar decisiones
estratégicas y nos preguntamos:
¿Cuál es el asunto que voy a abordar?
¿Qué hecho deseo relatar?
¿Acerca de qué punto quiero convencer a esta gente?
Si como respuesta a estos planteos construimos una proposición que
resume el contenido global y si dicha proposición coordina con el plan
pragmático de concreción de un acto de habla, logramos obtener la
macroestructura semántica del texto.
Entonces, definimos macroestructura como la representación del
contenido global de un discurso.
En el proceso de producción escrita, esa proposición de resumen es la
responsable del establecimiento del tema y por ende, también de la
coherencia global. A la vez, decide la estrategia que luego regirá toda
la producción de nivel micro, es decir, la macroestructura mantendrá
bajo su control la conformación de oraciones y las secuencias
particulares del texto.
Ahora bien, si la macroestructura define las elecciones temáticas del
escritor, veamos específicamente cómo se construye el tema general.
“Las estrategias precisas que subyacen a la formación de
macroestructuras sólo son producto de la especulación científica (…)
Se piensa que no hay una estrategia general válida para todas las
formas de construcción de tópicos o temas de un discurso. Las
estrategias especifican las macroestructuras semánticas que se
derivan de la memoria episódica hasta elaborar las representaciones
semánticas de las oraciones que compondrán el discurso. Se trata de
un problema de linearización: existe un tópico global pero hay que
comenzar por algún aspecto de él y continuar de manera coherente”.
(MARRO y DELLAMEA, 1996:37)
El tema se construye con información de la memoria. Podría ser que,
primero se determine el tema global y luego se tomen decisiones
acerca de con qué aspecto se dará comienzo y qué otros asuntos
continuarán de manera conectada y coherente y, por último, se
pongan en juego saberes de usuario, tales como la construcción de
oraciones aceptables, que permitan expresar esas ideas en el texto.
Les proponemos ir al análisis de un ejemplo en el que este
procesamiento está completamente explicado.
Superestructuras
Las estrategias de producción semántica incluyen otro aspecto que
interviene en el nivel global: la Superestructura que caracteriza el
formato global de los textos y orientan las estrategias de ordenamiento
de la información.
Las Superestructuras son estructuras esquemáticas convencionales
conocidas por autores y lectores que intervienen en la formación de
coherencia global. Son esquemas típicos, formatos preestablecidos,
vacíos de contenido que se “llenan” con el contenido de la
macroestructura semántica. Las podemos identificar fácilmente
porque, como usuarios, percibimos y podemos describir con algún
nivel de abstracción, las diferencias de organización de la información
existentes entre un cuento, una noticia, un aviso publicitario, un
prospecto de medicamentos.
En alguna medida, las superestructuras intervienen en el
comportamiento estratégico porque organizan el proceso de lectura,
comprensión y reproducción de los discursos. Por este motivo,
intervienen en la formación de las macroestructuras al orientar las
estrategias de distribución de información ya que deciden qué
corresponde colocar en primer lugar, cómo debe continuar y, en
algunos formatos, cómo debe tramarse el final.
Los múltiples y variados formatos discursivos y textuales que circulan
socialmente se diferencian entre sí porque adoptan ordenamientos de
la información. Estos ordenamientos han sido estudiados mediante las
nociones de orden natural, que intenta reflejar en el texto el orden de
los hechos en la realidad, y reordenamientos, que quiebran el orden
natural en función de un sinnúmero de necesidades comunicativas.
Para sintetizar, las estrategias de producción semántica operan en el
nivel global asignando el tema (Macroestructura) y el formato
(Superestructura). Estas estrategias controlan la producción de la
coherencia local que veremos a continuación.

TEXTO FUENTE
¿Qué son las superestructuras? – Teun VAN DIJK
Publicado el 11 marzo, 2008 por ana maria margarit
UNIDAD 1
TEXTO FUENTE/ ir a Estrategias de producción semántica
VAN DIJK, Teun, en La ciencia del texto, Capítulo 5, 1996.
“La manera más sencilla de ilustrar las superestructuras es hacerlo a
través de una narración. Una narración puede tratar de un tema
determinado, por ejemplo, un robo. Sin embargo, además del hecho
de que el texto posea este tema global, tiene a la vez la característica
global de que se trata de una narración.
En otras palabras: después de haber escuchado o leído una narración,
sabemos que se trata de una narración y no de un anuncio o una
conferencia.
Ahora bien: para demostrar que el tema o el objeto y la típica
estructura narrativa son independientes entre sí, podemos muy bien
imaginarnos un texto que si bien también se trata de un robo, no es en
absoluto una narración, sino un informe policial o una declaración
hecha después del robo, un informe de los daños habidos en una casa
de seguros junto con la denuncia de un robo, etc.
Estos diferentes tipos de textos se diferencian todos entre sí, no sólo
por sus diferentes funciones comunicativas y, por ello también, por sus
funciones sociales, sino que además poseen diferentes tipos de
construcción.
Denominaremos superestructuras a las estructuras globales que
caracterizan el tipo de un texto. Por lo tanto, una estructura narrativa
es una superestructura, independientemente del contenido (es decir:
de la macroestructura) de la narración, aun cuando veremos que las
superestructuras imponen ciertas limitaciones al contenido de un texto.
Para decirlo metafóricamente: una superestructura es un tipo de forma
de texto, cuyo objeto, el tema, es decir, la macroestructura, es el
contenido del texto. Se debe comunicar, pues el mismo suceso en
diferentes “formas textuales” según el contexto comunicativo”.

Estrategias para establecer la Coherencia local (T.


base 12)
Publicado el 18 mayo, 2007 por Ana María Margarit
UNIDAD 1
TEXTO BASE 12
Ya hemos dicho que el proceso de producción de un texto es complejo
e implica para el autor orquestar habilidades y conocimientos variados
y múltiples.
En este contexto de complejidad quedan enmarcadas también las
estrategias para establecer la coherencia local. De modo que
procederemos aquí a una primera explicación que ampliaremos en la
unidad 4.
Para completar las estrategias semánticas estudiaremos unas
nociones sobre coherencia local, relacionadas con las decisiones que
toman los autores para resolver el problema de ordenar, distribuir y
conectar el sentido de la información de modo que ésta resulte
coherente para los lectores.

¿Porqué se llama coherencia local?


En primer lugar, para distinguirla de la coherencia global.
En segundo lugar, porque estas estrategias se activan en niveles
diferentes.
La coherencia local asigna los significados del texto en el nivel de la
estructura de las oraciones individuales y relaciona la coherencia y
cohesión de unas oraciones con otras.
Como opera en el nivel oracional, se la denomina también coherencia
lineal y microestructura.
Si recuperamos los conceptos que estudiamos en el punto anterior
podemos establecer una comparación entre coherencia global
(macroestructural y superestructural) y coherencia local o lineal
(microestructural) y así podemos evaluar qué tienen en común, en qué
se diferencian y cómo se complementan.
Significado y referencia
Para abordar este tema, hablaremos de proposición, concepto que se
define como el significado de una oración aislada.
Al caracterizar estas estrategias como semánticas nos referimos a que
se vinculan al orden de los significados generales y conceptuales de
palabras, grupos de palabras y oraciones y también a las relaciones
entre esos significados y la realidad a la que se refieren (relaciones
referenciales). De modo que los hechos son los referentes de las
proposiciones.
Pueden ampliar este tema en:
Coherencia local: definición
Proposiciones y mundo posible
Relaciones causa-consecuencia
Relaciones motivos-acciones
En las secuencias textuales aparecen señales que revelan estas
relaciones entre significados y realidad y entre los significados entre
sí, relaciones que ocurren fuera y dentro del texto. La primera relación
que describiremos es la de co-referencia, que relaciona participantes
de hechos conectados por medio de una relación de identidad, se
continúa hablando de la misma cosa o persona, se mantiene el foco.
Ejemplo:
Las tarifas telefónicas para acceder al uso de Internet registrarán una
rebaja de hasta cinco veces en los costos actuales. En promedio,
ahora cuesta 1 peso la hora de navegación pero pronostican que
bajará a 20 centavos hacia fin de año.
En el ejemplo analizamos:
Entre las proposiciones “registrarán una rebaja” y “pronostican que
bajará” se establece una relación de co-referencia o identidad
referencial: ambas denotan el mismo referente, en este caso, las
tarifas telefónicas. Esto lo podemos advertir porque en el texto hay
señales “rebaja” “bajará” y también porque podemos interpretar la
relación de esos significados lingüísticos con entidades del mundo
real, en este caso, el costo de las tarifas telefónicas que utilizamos
cotidianamente.
También hay identidad referencial entre “el costo de las tarifas
telefónicas” y “cuesta 1 peso” y “bajará a 20 centavos”. Mientras que lo
mismo se cumple esta relación entre “rebajará cinco veces el costo” y
“bajará a 20 centavos”.
De la misma manera, hay co-referencia entre “el uso de Internet” y “la
hora de navegación”, aunque esta relación podrán establecerla sólo
aquellos lectores que conocen la modalidad de aplicar el verbo
navegar a la acción de buscar o conectarse a Internet.
Todas las proposiciones de este ejemplo tienen identidad referencial:
“las tarifas telefónicas para Internet”, aunque se prediquen
propiedades y relaciones distintas, tales como “ahora” y “a fin de año”,
“1 peso” y “20 centavos”.
Marcos de conocimiento
La coherencia conceptual también se constituye con información
proveniente de los marcos de conocimiento, esto es, conocimientos
convencionales de los usuarios de una lengua. “Los marcos, dice van
Dijk, definen lo que esperaríamos que fueran los transcursos de
eventos posibles, normales y necesarios”.
La coherencia local involucra el concepto de mundo posible, que
indica que un texto representa una secuencia de hechos que
caracterizan un mundo particular, ya sea el mundo real o mundos
inventados, imaginados, fingidos, soñados o supuestos.
Por ejemplo, en la emisión:
La Empresa de Teléfonos paga a los usuarios para que naveguen por
Internet.
Remite a un estado de cosas que resulta falso, o no verdadero para el
mundo posible de esta proposición puesto que en el mundo real las
empresas cobran las tarifas a los usuarios, nunca las pagan.
En cambio, si la emisión es:
Soñé que la Empresa de Teléfonos pagaba a los usuarios para que
naveguen por Internet.
Vemos que las proposiciones que la componen son admisibles y
verdaderas para el mundo posible de un sueño.
Ligada a la condición de mundo posible, la coherencia local también
se establece con otro tipo de marco de conocimiento, el conocimiento
de mundo que utilizan hablantes y oyentes en el proceso de
interpretación.
El conocimiento de mundo son informaciones o pedazos de
informaciones generales y convencionales que dispone la mayoría de
los usuarios de una lengua. En el momento de interpretar, esta
información de marco se activa y contribuye decisivamente en el
establecimiento de la coherencia y por lo tanto, también de la
comprensión.
Para el ejemplo:
Las tarifas telefónicas bajarán de 1 peso a 20 centavos.
Podemos afirmar que en el significado de esta proposición hay una
información contextual disponible para una cantidad masiva de
usuarios que permite interpretar el valor de la rebaja, es decir, hay un
conocimiento de mundo amplio mediante el que se puede inferir que
las tarifas bajarán cinco veces su valor, simplemente, porque los
usuarios pueden llegar a esa conclusión con una simple operación
aritmética básica.
En cambio, para la proposición:
Cuesta 1 peso la hora de navegación por Internet
El significado de navegación aplicado a la red mundial de
computadoras supone un conocimiento de mundo disponible para un
grupo de usuarios que se interesan o pertenecen a la cultura de las
computadoras y al ambiente cibernético, usuarios que pueden
despejar que no se trata de navegación por el río, el mar o el espacio
sino que así se denominan las acciones de búsquedas y contactos en
el ciberespacio.
Lo conocido y lo nuevo
Una estrategia general utilizada por los escritores es que no es
necesario incluir explícitamente en el texto información que se
considera conocida por los lectores. Sólo la información nueva debe
ser dada.
Pero para dar entrada a información nueva, a menudo hay que
vincularla con información que ya se conoce pues ésa relación entre lo
conocido y lo nuevo, entre lo ya sabido y lo no conocido es también la
clave de la comprensión.
De modo que preestablecer los conocimientos de los lectores y darlos
por presupuestos, configura un problema para el escritor, problema
que demandará un movimiento estratégico en este campo, donde se
trata de tomar decisiones orientadas a seleccionar tanto la información
que quedará expuesta o explícita como la que dejará implícita.
Lo que va primero y lo que le sigue
Retomemos ahora el concepto inicial con que nos aproximamos a este
tema: las estrategias de coherencia local tratan de explicar los
mecanismos a través de los cuales se conecta la información a lo
largo de un texto.
¿Pero cómo se lleva a cabo realmente este proceso mediante el cual
el escritor construye una proposición y la conecta o relaciona con la
siguiente?
Una formulación aproximada es la que proponen las autoras Mabel
Marro y Amalia Dellamea:
“Una vez que el escritor constuye una proposición, la aloja en su
memoria de corto plazo o memoria operativa. Esta proposición
constituirá el input (ingreso) de la estrategia de formulación de
oraciones. La estrategia consiste en la construcción en paralelo de
una forma sintáctica determinada –por ejemplo, sujeto/predicado- que
toma por base la información semántica y pragmática, la selección de
expresiones lexicales –palabras- y las representaciones fonológicas
de los sonidos.
Durante estas operaciones, la representación semántica será
mantenida en la memoria de corto plazo ya que esta información es
indispensable para establecer la coherencia entre la proposición
anterior y la siguiente, facilitando de ese modo el proceso.
La proposición siguiente debe satisfacer un conjunto determinado de
condiciones que son rastreadas por medio de una estrategia de
selección.
Una vez hallada, la proposición que satisface las condiciones es
alojada junto con la proposición anterior en la memoria operativa, para
ser incluída posteriormente en el mecanismo de formulación de
oraciones. Este mecanismo conducirá a imprimir señales en la
superficie del texto para cumplir con las condiciones de coherencia.
Las señales de superficie pueden ser pronombres, artículos definidos,
marcadores de tiempo y lugar, entre otros conectivos.
A una oración como “la niña era traviesa”, podrá seguir otra del tipo:
“Ella disfrutaba cuando torturaba a su gato”, donde “ella” es una señal
para marcar al oyente o lector que sigue hablando de la primera niña y
que “su” debe ser interpretado como “el gato de ella”.
En este caso, el escritor presupone que su interlocutor sabe a qué
niña se refiere, y por eso necesita especificar esta información; o bien
no quiere presentarla porque está por contar una historia en la que
conviene identificar a la niña más adelante para mantener el
suspenso.
La presente es una versión muy simplificada de cómo se supone que
funciona el proceso de producción. Aunque sumario, este
conocimiento arroja luz sobre las claves del complejo mecanismo que
se pone en marcha en el intento por dar significación y hacerse
comprender.” (MARRO y DELLAMEA, 1993:50)

TEXTO FUENTE
Reordenamientos – Mabel MARRO y Amalia
DELLAMEA
Publicado el 11 marzo, 2008 por ana maria margarit
UNIDAD 1
TEXTO FUENTE/ ir a Estrategias de producción semántica
MARRO, Mabel y DELLAMEA, Amalia, La redacción como proceso
cognitivo y comunicativo, en Producción de textos, 1993.
Los reordenamientos son intencionales en el sentido de que los
escritores adoptan una perspectiva que transgrede el orden natural
con el objeto de presentar una visión de la realidad tal como la
piensan ellos (reordenamiento cognitivo), para adaptar la información
al logro de sus intenciones o a las características de una audiencia
(reordenamiento pragmático o interaccional), o bien trabajan el
lenguaje y el mensaje mismo para producir efectos especiales
(reordenamiento retórico).
Como se verá luego, los escritores señalan a través de recursos
lingüísticos el alejamiento del orden natural, dando pistas a sus
lectores para la reconstrucción del significado.
A. Reordenamiento cognitivo
El reordenamiento cognitivo es una estrategia para señalar al lector
que no es importante el orden natural de los hechos sino la
percepción, el entendimiento o la opinión del escritor sobre los hechos.
Los verbos correspondientes a pensamiento, visión, recuerdo, sueño e
entendimiento suelen estar presentes cuando ha ocurrido algún
reordenamiento cognitivo.
Por ejemplo: “Sólo recuerdo los naranjos en flor y el perfume de la
tierra del viaje a San Pedro” .
El orden natural de estas acciones es: primero el viaje, luego las
sensaciones y por último el recuerdo. Sin embargo, el escritor ha
privilegiado su punto de vista. Precisamente Fillmore (1981) señala
que el efecto “punto de vista” modifica siempre el orden natural. Un
mismo evento puede ser contado por distintos personajes y recibir
reordenamientos cognitivos según el punto de vista de cada uno.
B. Reordenamiento pragmático
Para una ejecución apropiada y efectiva de los actos de habla en una
situación determinada, el hablante considera que cierta información
semántica debe ser presentada transgrediendo el orden natural.
Por ejemplo, en una expresión como “Por favor, ¿podrías cerrar la
ventana? Hace mucho frío aquí”, la justificación del pedido se presenta
al final de la expresión, y el pedido, que es el acto de habla principal,
al comienzo.
En cambio, en el orden natural, el hablante primero sintió frío y luego
pidió que cerraran la ventana. Como se observa, son las intenciones
del emisor de lograr que una audiencia realice una acción determinada
las que modifican el orden natural.
C. Reordenamiento retórico
El escritor quiebra intencionalmente el orden natural y se concentra en
la estructura del mensaje parra atender a diferentes aspectos del
discurso mismo. Los reordenamientos retóricos se concentran en el
texto para lograr adecuarlo a un tipo de discurso determinado, o bien
para entablar una relación lúdica con la audiencia. Un ejemplo de esta
última función es la modificación de las frases hechas del lenguaje
cotidiano, con el fin de entablar un juego verbal significativo para la
audiencia.
Las operaciones o transformaciones que realiza un escritor para
reordenar una palabra, una frase hecha, una secuencia de ideas o una
estructura global de un texto son en general: a. Adjuntar, b. Omitir, c.
Invertir, c. Sustituir.
Así, por ejemplo, algunos medios de comunicación redactan titulares
realizando transformaciones como las siguientes.
Sangre, sudor y doping, título de una noticia deportiva referida al
exceso de consumo de estimulantes, en el que se sustituyó el último
término de la conocida frase hecha “sangre, sudor y lágrimas”.
También puede considerarse que ‘doping’ se adjuntó a los dos
primeros términos de la frase para aproximar al lector al tema de la
noticia.
Acusador en el banquillo, título de una noticia sobre calumnias e
injurias, en el que se invirtió el orden de los referentes de la conocida
frase: “Estar en el banquillo de los acusados”.
¿Yo señor? No señor, título de una noticia política que intenta elucidar
qué funcionarios son responsables de un hecho, en el que se omitió la
última parte del juego verbal “¿pues entonces quién la tiene? El gran
bonete”, dejando que el lector complete el sentido.
Como se ve en los ejemplos, se ha transformado el orden natural, o el
más usual, de las emisiones para obtener mayor efectividad
comunicativa y complicidad, es decir, proximidad con el lector.
Las estrategias retóricas intentan lograr un efecto estético,
motivacional y persuasivo en el público. Asimismo, están íntimamente
relacionadas con las pragmáticas.
D. Reordenamiento interaccional
Depende del contexto provisto por la situación comunicativa en que se
produce el texto, así como de las características propias que le
imprime la interacción entre los protagonistas del acto de
comunicación.
El escritor produce un reordenamiento para lograr conformidad con su
audiencia en una situación dada. Así por ejemplo, en el contexto de la
producción de discursos científicos los investigadores comunican los
resultados de su trabajo por medio de un “informe de investigación” o
un “paper”. Cuando un divulgador científico trabaja con esos
materiales para ofrecerlos a públicos legos –niños o lectores no
familiarizados con el tema- en diarios, revistas o suplementos se ve
obligado a transformarlos para que sus públicos entiendan de qué
tratan.
Lo mismo ocurre durante la producción de manuales escolares y en
infinidad de situaciones en las que el escritor debe reordenar la
información para cumplir con las pautas de cooperación, modestia,
cortesía, o bien para lograr una comunicación eficaz.
Con frecuencia los escritores posponen la presentación de información
imprescindible, como es el caso de la persona que escribe una carta
respondiendo a un aviso que anuncia vacantes en una empresa.
Reordena la información general que motiva su pedido (interés en
tomar el puesto) y, por cooperación y cortesía con su audiencia, ofrece
primero un informe de su situación, de sus antecedentes laborales y
de las ventajas de la oferta, para expresar sólo al final que tiene
interés en ocupar el cargo vacante.
Asimismo, cuando un productor no desea ser conflictivo con su
audiencia porque tiene algo desagradable para comunicar, utiliza una
estrategia de reordenamiento interaccional en la que la información
probablemente más difícil de aceptar por parte del lector es
presentada tardíamente en el discurso. Es frecuente este uso en la
redacción de comunicados oficiales para los medios de comunicación
cuando se quiere atenuar el desagrado de los lectores ante una
medida drástica. Por ejemplo, una disposición en la que el Estado
anuncia que dispondrá de los depósitos de dinero a plazo fijo.
El reordenamiento interaccional está relacionado estrechamente con
el prágmático. En este sentido conviene recordar que forma parte de
las estrategias de producción interactivas y pragmáticas ya
analizadas”.

Pautas para la redacción de nota informativa –


Vicente LEÑERO y Carlos MARÍN
Publicado el 11 marzo, 2008 por ana maria margarit
UNIDAD 8
TEXTO FUENTE
LEÑERO, Vicente y MARÍN, Carlos, Manual de periodismo, Editorial
Grijalbo, México, 1986, pág. 54. Adaptación de la cátedra.
– La función informativa determina, como primera característica del
estilo noticioso, la objetividad, la ausencia de juicios, de opiniones, de
apreciaciones personales sobre el hecho. La objetividad hace que el
estilo noticioso sea escueto, impersonal, ajeno a las florituras. Hay que
narrar sin entrometerse entre los acontecimientos y el lector; lograr
que el periodista pase inadvertido para aquél.
– No se escribe en primera persona.
– Debe tenerse cuidado con el empleo de adjetivos y adverbios que en
muchos casos proyectan una apreciación personal del periodista o
una falta de precisión en la investigación reporteril, deficiencia
profesional que debe siempre superarse.
– Las noticias deben darse con lenguaje comprensible a la mayoría de
los receptores. Sin rebuscamientos que entorpezcan la asimilación de
lo que se quiere decir, asequible a la mayoría del público. Lo contrario
de la sencillez es lo artificioso. El estilo noticioso tiene como segunda
característica la sencillez.
– Deben evitarse palabras que no se usan en la conversación
ordinaria. Imagínese un texto que contenga términos como reversible,
anquilosamiento, inefable. En cualquier género periodístico y
especialmente en la noticia, nada se agradece tanto como la sencillez
en el lenguaje.
– Deben evitarse en lo posible términos técnicos. Si su uso parece
evitable, debe explicarse inmediatamente su significado.
– Deben evitarse las construcciones gramaticales complicadas,
rebuscadas, aunque sean gramaticalmente correctas.
– La claridad en la expresión es factor clave. Claridad significa
expresión al alcance de todos, pensamiento diáfano, conceptos
precisos, sintaxis correcta y vocabulario asequible. Un estilo es claro
cuando el pensamiento del que escribe penetra sin esfuerzo en la
mente del receptor.
La claridad es una condición importante de la noticia, quizá la más
importante.
– La noticia debe redactarse en forma concisa. Concisión es densidad
y el estilo denso es aquel en que cada línea, cada palabra, tiene
sentido, significación. Lo contrario es la vaguedad, la imprecisión.
– Hay que redactar de tal manera que el texto resulte interesante, no
perderse en lo accesorio, en lo contingente. Debe buscarse lo
fundamental, lo que constituye la esencia y la sustancia del
acontecimiento e imprimirle esa dosis de interés al elaborarlo.
– Deben escribirse párrafos breves, de frases simples, directas,
concisas. Idealmente, cada palabra que se escribe debe ser
indispensable.
– Para mantener el ritmo adecuado se recomienda la combinación
armoniosa de frases largas y cortas.
– Debe darse lo más importante del suceso inmediatamente. La
noticia “se dispara”. El estilo noticioso siempre va “al grano”.

Concepto y estructura de la Noticia – Mar DE


FONTCUBERTA
Publicado el 11 marzo, 2008 por ana maria margarit
UNIDAD 8
TEXTO FUENTE
DE FONTCUBERTA, Mar, La noticia. Pistas para percibir el mundo ,
Editorial Paidós, Barcelona, 1993, Pág. 69.
CAPÍTULO 4
 CONCEPTO Y ESTRUCTURA DE LA NOTICIA
La estructura de la noticia directa ha sido concebida para suministrar
la máxima información en el menor tiempo o espacio posible. A lo
largo del lid y el cuerpo responde a las preguntas: ¿Qué ha sucedido?
¿Quiénes son sus protagonistas? ¿Dónde, cuándo y por qué ha
sucedido? La noticia de creación no sigue estas pautas, porque
incorpora nuevas formas de narración y lenguaje en periodismo.
Es muy difícil empezar a redactar una noticia sin tener un cierto
esquema mental de la misma, un guión que quizá se modifique a lo
largo de la redacción pero que, en cualquier caso, será siempre
necesario. Hay dos preguntas importantes al iniciar la redacción de
cualquier noticia:¿qué quiero decir? Y ¿a quién?
La mayoría de los acontecimientos son complejos, se producen dentro
de un determinado contexto y pueden enfocarse de muchas formas
diferentes. Además, no es lo mismo informar sobre el descubrimiento
de un satélite artificial a un público masivo que a un sector
especializado, ni se describe un accidente ferroviario del mismo modo
para una agencia de noticias internacional (donde la noticia ocupará
pocas líneas) que para el diario de la localidad en que se ha producido
(donde posiblemente merecerá los titulares de portada y un amplio
despliegue informativo).

Apuntes para una historia


Si se preguntase a más de un periodista sobre la estructura que
emplea al confeccionar sus noticias posiblemente se quedaría sin
contestar o respondería con generalidades. Según Fox: “Se da por
sobrentendido que los periodistas dominan el arte de escribir noticias.
Pero cuando lo hacen adoptan más o menos un cliché fijo que solo
procuran innovar algunos. La mayoría, sin embargo, suele ignorar las
formas que han configurado y están continuamente configurando las
noticias”. (Fox, 1977,pag. 10)
Las fuerzas que han modificado sustancialmente la estructura de las
noticias han sido, por una parte, el desarrollo tecnológico y, por la otra,
la interacción de las formas con los distintos medios de comunicación.
“Si el teléfono acortó la frase-dice Marshall Mc Luhan-, la radio acortó
la noticia y la televisión introdujo una nueva forma de hacer
periodismo”.
Los avances tecnológicos han sido uno de los principales factores que
han modificado la estructura de la noticia. En los comienzos de la
prensa escrita, no existía el concepto de información tal como se
entiende actualmente. Se consideraba que el lector leía todo el
periódico y por lo tanto no era necesario ordenar las informaciones
para acrecentar su interés.
Posteriormente, ya iniciado el siglo XIX, la introducción de mejoras
técnicas en la imprenta consiguió una mejor impresión y los periódicos
tuvieron un aspecto más atractivo. Sin embargo, el material que
publicaban estaba constituido por artículos y comentarios cuyo fin era
más doctrinario que informativo. En 1840, con la aparición del
telégrafo, las noticias sufren el primer cambio profundo en su
estructura.
La importancia de la aparición del telégrafo, en un principio, pasó
inadvertida para los periodistas. El nuevo medio no representó ningún
problema para la prensa mientras sus mensajes se transmitieron en
clave. Los problemas empezaron cuando el material transmitido por el
telégrafo pudo decodificarse e interpretarse.
En un principio, el boletín de noticias telegráficas se publicaba en una
columna fija en los diarios. Los telegramas no se redactaban, y
aparecían tal y como se transmitían por el nuevo medio. Pero, poco a
poco, se produjeron dos variantes. En un primer momento, la
acumulación de material informativo hizo necesario ordenar los datos
a la hora de escribirlos para conseguir redactar en el mínimo espacio
el máximo de acontecimientos. Posteriormente, se vio la necesidad de
ordenar ese material por orden de importancia.
Nace la pirámide invertida
Durante algún tiempo, coexistieron las informaciones que provenían
del telégrafo y las que se recogían por métodos más tradicionales
(reporteros, articulistas, etc.). Sin embargo, la guerra de Secesión
norteamericana iba a modificar sustancialmente la estructura de los
periódicos. Los corresponsales en los campos de batalla iniciaron una
nueva forma de escribir y de enviar noticias. Después de una
contienda importante, los corresponsales pedían preferencia al
encontrarse en las oficinas del telégrafo. Para ganar tiempo no daban
su opinión ni suministraban excesivos detalles al transmitir las noticias;
intentaban informar de los acontecimientos más importantes.
Ante esta situación, los operadores de telégrafos idearon un método
para lograr dar preferencia a todos los corresponsales a la vez. El
sistema consistió en hacer una rueda de informadores en la cual cada
uno podía dictar un párrafo, el más importante, de su información. Al
acabar el turno se iniciaba el dictado del segundo párrafo, y así hasta
el final.
Había nacido la pirámide invertida de la noticia, método que sigue
vigente hoy en día. En ella el núcleo de la información, lo más
importante, se pone al principio, en el denominado lid, y los detalles
que completan la noticia se explican a continuación en orden de mayor
o menor importancia hasta el final. La pirámide invertida sirve para
ayudar al lector a seleccionar los datos más importantes de cada
noticia.
Posteriormente al invento del teléfono (que puso en contacto a los
periodistas con todo el mundo sin moverse de la redacción) y de la
máquina de escribir que conseguía textos perfectamente legibles, uno
de los pasos más importantes en la historia de la estructura interna de
las noticias lo supuso la invención del teletipo. El teletipo fue un
invento, suma del telégrafo y la máquina de escribir, que a partir de
1913, fecha de su aparición, enviaba a los periódicos las noticias
perfectamente impresas y estructuradas, dispuestas para la titulación
si era necesario. La noticia del teletipo, desde un principio, fue
redactada con la técnica de pirámide invertida.
El mundo en seis respuestas
Cuando se produce un acontecimiento, el periodista se encuentra ante
los siguientes elementos: un hecho que implica que ha ocurrido algo,
generalmente a alguien, en un determinado lugar, en un espacio de
tiempo, con unas características y debido a unas causas. La respuesta
a todos esos elementos en un texto elaborado para ser difundido por
los medios convierte el acontecimiento en noticia.
Para dar forma periodística a un hecho-acontecimiento, el informador
formula cinco preguntas clásicas en el mundo periodístico,
denominadas las cinco W por su raíz anglosajona: Qué (what) ha
sucedido; quiénes (who) son sus protagonistas; dónde (where) ha
sucedido; cuándo (when) ha sucedido; y por qué (why) ha sucedido.
Una última pregunta, el cómo ha sucedido, puede responderse en el
qué o el por qué, aunque a veces tiene entidad por sí misma.
La actualidad periodística existe en relación a la respuesta que el
periodista obtiene de las seis preguntas, cuya explicación es la
siguiente:
– Qué: implica los acontecimientos, las acciones e ideas de las que va
a informar la noticia.
– Quiénes: son los protagonistas, sus antagonistas y, en definitiva,
todos aquellos personajes que aparecen en la noticia.
– Cuándo: sitúa la acción en un tiempo concreto, señala su inicio, su
duración y su final.
– Dónde: delimita el espacio del desarrollo de los hechos.
– Por qué: explica al receptor las razones que han motivado el
acontecimiento, sus antecedentes, etc. Además, introduce en muchos
casos elementos de valoración que superan la simple descripción de
los acontecimientos.
– Cómo: describe las circunstancias y las modalidades que han
revestido los hechos.
A pesar de que las W pertenecen a la más tradicional escuela
norteamericana de periodismo, su verdadero origen se encuentra en la
retórica clásica. En sus Institutiones Oratorieae, Quintiliano se plantea
las mismas preguntas que el periodista actual como método para
responder a toda causa posible de un discurso.
Según la retórica, las fases de elaboración, producción y
representación en público del discurso comprenden: la inventio (o
proceso productivo – creador); dispositio (el orden de las ideas y
pensamientos que hemos encontrado gracias a la inventio); elocutio
(traslada al lenguaje las ideas halladas en la inventio); memoria
(memorizar el discurso); y pronuntiatio (ejercitarse en la oratoria). Las
tres primeras son las que se desarrollan a través de las seis
preguntas. La respuesta a estas preguntas debe hacerse a lo largo de
la noticia, a través de una determinada estructura.
Estructura de la noticia: lid y cuerpo
Cuando se tiene claro qué se quiere decir y a quién, se puede
empezar a hablar de la estructura interna de la noticia propiamente
dicha. Consta de dos elementos básicos:
* El lid, o núcleo fundamental de la noticia
* El cuerpo, que explica la noticia.
El lid es el primer párrafo de la noticia y su parte fundamental. En él
deben hallarse los datos más importantes que la configuran. Todo lid
necesita dos requisitos: a) explicar la esencia del acontecimiento, y b)
captar la atención del receptor. Toda noticia puede tener muchos
elementos, muchas facetas, pero en el lid sólo puede aparecer lo más
importante, el resto constituirá el cuerpo. Es importante tener esto en
cuenta porque muchos periodistas consideran erróneamente que el lid
debe ser un resumen de las W, con lo que convierten el primer párrafo
de la noticia en un texto farragoso y difícil de leer.
A partir del lid, que contiene el núcleo fundamental de la noticia, el
cuerpo de la noticia se desarrolla con el resto de datos del
acontecimiento. Debe contener los siguientes elementos:
– Los datos se explican y amplían el lid
– La explicación de datos que ayudan a situar la noticia dentro de un
determinado contexto (si es necesario).
– Un material secundario o de menor importancia (si es necesario).
Una de las posibilidades más corrientes que pueden ocurrir al redactar
una noticia es que deba cortarse. La escasez de espacio (en la prensa
escrita) y de tiempo (en la radio y la televisión) obligan a ello en
muchas ocasiones. Si cada vez que debe cortarse una noticia hay que
reescribirla, el proceso informativo no acabaría nunca. Para solucionar
este problema, se adoptó la estructura de la pirámide invertida,
mencionada anteriormente, que es el sistema de redactar una noticia
situando los datos más importantes al principio y los menos
importantes al final. El método tiene dos objetivos: por una parte
informar al receptor desde el principio del núcleo fundamental de la
noticia. Por otra, si es necesario abreviarla, la pirámide invertida
facilita la supresión de los últimos párrafos, que son los que contienen
la información menos importante.
Noticias simples: con un solo elemento
Una noticia simple es la que tiene una sola idea básica contenida en el
lid. En caso de las declaraciones de un personaje público, de un
accidente aéreo, de la victoria de un equipo de fútbol determinado, la
noticia es sencilla: tiene un solo elemento como protagonista.
En una noticia simple, los hechos generalmente se ordenan según su
importancia en relación a la idea básica. Melvin Mencher, de la
Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, considera que
la noticia debe contar con la siguiente estructura (Mencher, 1983, pag.
201):
– Lid o primer párrafo de la noticia (idea A)
– Cuerpo:
· Material explicativo (elaboración de la idea A)
· Material secundario (subtemas b,c,d,e..)
· Información contextual (background)
· Más elaboración de la idea A.
El lid suministra la información fundamental sobre la idea A pero no la
agota. Por lo tanto, el primer párrafo del cuerpo (y, en su caso, el
segundo y el tercero) deberán completarla. Sin embargo, la
información sobre un hecho suele estar rodeada de otros hechos,
conectados de alguna forma con el primero, pero de menor relevancia.
Estos hechos constituirán el material secundario dividido en subtemas
(uno por hecho), que se irán ordenando a lo largo del cuerpo de la
noticia.
Por otra parte, un acontecimiento se produce en un contexto
determinado (geográfico, histórico, etc.) que ayuda a explicarlo. Un
terremoto de la misma intensidad provoca mucho más muertos y
daños en un país subdesarrollado que en otro preparado para este
tipo de siniestros. La información no puede ignorarlo, como también
debe tener en cuenta si el terremoto se ha producido en una zona
geográfica donde los movimientos sísmicos suelen ser frecuentes, y
por lo tanto previsibles, o en un lugar donde este tipo de accidentes
son inhabituales. Por otra parte, no es lo mismo el estallido de un
conflicto entre países con un largo historial de enfrentamientos, que el
brote de violencia inesperado en una ciudad donde, aparentemente,
reinaba la tranquilidad social. En todos estos casos, es necesario
recurrir a la contextualización para explicar mejor la noticia. La
contextualización suele ser de dos tipos: diacrónica (explica la
sucesión de hechos anteriores a la noticia, relacionados con ella) y
sincrónica (explica las circunstancias geográficas, políticas, sociales,
etc., en las que se produce la noticia). Una noticia puede contener
varias contextualizaciones.

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