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Andrés Felipe Rojas Márquez

Grupo D1

La metáfora de la vida y existencialismo en El desierto de los tártaros de Dino Buzzati

Existen evidencias en la obra de Dino Buzzati que permiten hacer una relación entre su
contenido con el existencialismo de la vida misma, mostrando incluso una postura en
cuanto a la existencia del ser. El desierto de los tártaros es una novela en la que se narra la
vida de Giovanny Drogo, un oficial que es enviado a una fortaleza para custodiarla y evitar
la invasión los tártaros. A lo largo de la historia se presenta una constante alegoría a la vida;
a cómo se vive, al transcurso de la misma, incluso al sentido que se le puede dar. A
continuación se presenta un análisis inmanente de la novela, grosso modo, para mostrar
cómo es que hace una metáfora de la vida, desde un punto de vista existencialista de Jean
Paul Sartre.

Necesidad de Gloria

La novela inicia con Giovanny Drogo cuando es enviado a custodiar la fortaleza


Bastiani después de ser nombrado teniente. Cuando se prepara para partir, se pone su
uniforme, el que habría anhelado en un pasado, sin embargo, al portarlo parece generarle un
sin sabor que no lo satisface como hubiera creído: “Cuando acabó, se miró en el espejo a la
luz de una lámpara de petróleo, aunque sin encontrar la alegría que había esperado.”
(Buzzati, 1940, pág. 5). A partir de ese momento, la novela empieza a evidenciar un
sinsentido en las acciones del personaje; una necesidad de superación que al final no llena
las expectativas. Para el existencialismo de Sartre (1943) el ser humano justifica y busca
darle sentido a su existencia a partir de acciones individuales, metas o logros, que al
cumplirse no son lo suficientemente satisfactorios; tal como le ocurre a Drogo.
Para Drogo, era una necesidad tener honor en su vida, para un oficial como él se
conseguía sirviendo a su patria, luchando y muriendo por ella. Así las cosas, se obsesiona
con proteger su nación de los tártaros al costo que fuera, aunque su vida se fuera en ello. La
necesidad de gloria lo lleva a desear una muerte honorable. En una ocasión se presentó una
misión en la que no quiso participar, por otro lado, su mejor amigo Angustina sí, allí murió
de forma absurda y sin ningún tipo de honor. A pesar de eso sí se le reconoció con honores,
entonces Drogo deseó haber muerto con su amigo, solo para ser recordado como héroe.
La necesidad de gloria le da sentido a la vida de Drogo. Cuando envejece parece
haber jugado sus fichas en vida; sus últimos momentos resultan ser el momento más
esperado de su vida, el suceso que le daría ese honorable momento. La invasión de los
tártaros finalmente ocurre. Drogo se viste de gala y ansía luchar sabiendo que le costará la
vida pero habrá cumplido con su objetivo de existencia, la gloria, sin embargo, no se le
permite entrar en combate por su avanzada edad. Después de eso, Drogo nota que el
momento que esperó toda su vida se esfumó:
Oh, es una batalla mucho más dura que la que esperaba antaño. (…) Porque puede ser
hermoso morir al aire libre, en el furor de la refriega, con el cuerpo aún joven y sano, entre
triunfales ecos de trompeta (…) Pero nada más difícil que morir en tierra extraña y
desconocida, en el ambiguo lecho de una posada, viejo y afeado, sin dejar a nadie en el
mundo. (Buzzati, 1940, pág. 153).
De esa forma se evidencia el apego individual hacia una gloria que siempre se
prolonga pero no se alcanza y un final que mantenga viva la imagen después de la muerte
que menciona Sartre (1943).

Soledad de la existencia
Drogo había estado solo en algunos momentos de su vida, sin embargo, al llegar a
la fortaleza Bastiani es que entra en un estado de reflexión en el que es consciente de lo que
pasa a su alrededor, piensa sobre se vida y lo que quiere hacer: “Ahora sí que entendía en
serio qué era la soledad (una habitación nada fea, toda recubierta de madera, con una gran
cama, una mesa, un incómodo sofá, un armario)” (Buzzati, 1940, pág. 23). En ese momento
entra en un estado llamado “En-Sí-Para-Sí” (Sartre, 1943, pág. 42). Es el estado en que el
ser entra en su propia consciencia para poder asimilar lo que ocurre en su entorno y la
manera en que lo afecta. Es el estado de reflexión en el que Drogo se sienta al borde de la
cama para observar y pensar en lo que ha pasado y puede pasar.

El tiempo en la vida
El tiempo en la novela transcurre de dos formas diferentes. En la primera mitad
lleva un ritmo lento y pausado, en el que la configuración trópica hace mayor énfasis en los
detalles y en recalcar el inicio del camino del protagonista. De esta forma, el tiempo
psicológico de la novela fluye despacio, sin afán aparente. Sin embargo, pasada la primera
mitad de la obra, este tiempo se torna mucho más apresurado. Para ese entonces ya no solo
los hechos parecen ser más frenéticos, sino que también la vida de Drogo se le va por las
manos. Esa lenta juventud del inicio se convierte en una rápida vejez en la que no tiene
mucho por hacer. A esa manera de ver, el tiempo cambiante en la novela se puede
relacionar con la visión temporal de la vida desde el existencialismo en el que: “el presente
es una sobreabundancia de ser” (Sartre, 1943 pág. 136). Entonces, el inicio por eso se
presenta de forma más detallada y lenta. Después, está el tiempo futuro que relacionado con
la teoría existencialista de Sartre muestra el final de la vida, la constante carrera por lograr
hacer algo o que algo pase, tiempo que se prolonga de forma infinita pero al final no
satisface el deseo del ser, tal como le pasa a Drogo al final.

Desinterés
Drogo tiene una relación personal más allá de su oficio militar. En una ocasión
regresa de la fortaleza Bastiani a su hogar, allí lo esperaba su enamorada. Cuando llega
siente que pierde el interés por ella. Para Sartre (1943) las relaciones con otros individuos,
especialmente las más cercanas, se convierten en intermediarios que remiten al mismo
individuo para lograr una mirada desde otra perspectiva de sí mismo, así entonces, poder
orientar el sentido de la vida. Visto así, es la seguridad de Drogo respecto a su necesidad de
gloria con su profesión lo que le hace dejar de lado otro tipo de relaciones como las
interpersonales.

En conclusión, El desierto de los tártaros de Dino Buzzati es una novela en la que se


hace una metáfora de la vida y el existencialismo por medio de elementos como el tiempo,
el desinterés, la soledad y la necesidad de gloria. A partir de la forma y fondo de la obra se
pueden atar cabos y entender cómo se asemeja existencialismo de Sartre.
Referencias bibliográficas
Buzzati D. (1940). El desierto de los tártaros. De: Lectulandia.com
Sartre J. P. (1943). El ser y la nada. Iberoamericana Buenos Aires
Sullá E. (1996). Teoría de la novela. Antología de textos del siglo xx. Crítica Grijalbo
Mondadori

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