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7 trucos para aprender idiomas - cuando se

te dan mal los idiomas


¿Consideras que el idioma extranjero es el enemigo? ¿Llevas toda la vida
intentando hablar un segundo idioma sin éxito? En este artículo te explico 7
trucos para conseguirlo.
ESCRITO POR CRISTINA GUSANO SANZ

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Si estás leyendo esto es porque tú también has sentido cómo el título te definía
en pocas palabras: los idiomas NO son tu punto fuerte.

¡Pero calma! No pasa nada, no se puede ser bueno en todo.

Sin embargo, no podemos olvidar que tampoco se puede ser malo en todo.


Hablar idiomas conlleva varias tareas: leer, escribir, dialogar, traducir, recordar
vocabulario… Seguro que algunas cosas se te dan mejor que otras, pero no
puede ser que todas se te den mal.

Se ha demostrado que hay personas con más habilidades lingüísticas que


otras, pero también está probado que todos podemos aprender un segundo
idioma de forma satisfactoria. Eso sí, tendremos que fijarnos en nuestros
puntos fuertes y débiles… ¡y reforzar estos últimos!

1. La memoria
Si tienes buena memoria para unas cosas pero no para los idiomas, es que
algo va mal. Normalmente la memoria se aplica a los temas que nos gustan,
esto es, si te encanta el fútbol probablemente te acordarás de toda la
alineación de tu equipo y si te gusta la música, seguro que te sabes más de
una canción de memoria. Eso sí, cuando se trata de recordar normas
gramaticales, verbos irregulares o palabrejas de vocabulario, te pierdes. Bueno
es normal, ¿no? La solución es fácil: aplica la memoria al idioma. Crea
conexiones entre temas que te interesen y el idioma que estás aprendiendo. Sí,
ya sé que de esta manera no vas a aprenderte la lista de los “phrasal verbs” o
algo por el estilo, ¡pero mejor motivarse con algo que nos gusta a no motivarse!

2. La pronunciación
Es verdad que la pronunciación no es tan importante, pero la gente siempre te
entenderá mejor si tu acento se parece al de un nativo, que si cometes
los errores propios de un guiri. Hay idiomas dificilísimos de pronunciar, como
por ejemplo el alemán, pero eso no quita que existan trucos para poder
reproducir sus sonidos. Busca técnicas para poder hablar bien el idioma que
estás aprendiendo y no olvides escuchar cómo lo hablan los nativos: ¡está
probado que lo que mejor funciona es aprender por repetición!

3. Hablar, hablar y hablar


No vale con escuchar e interiorizar lo aprendido. La cuestión es familiarizarse
con los sonidos del idioma nuevo. ¿No te has fijado que las personas que
hablan más de una lengua es como si tuvieran más de una voz? Eso es porque
al adaptar su voz al nuevo idioma, salen nuevos tonos y sonidos y adoptan una
nueva personalidad. Si hablas italiano, no tengas miedo de ponerle un poco de
música al idioma, si hablas inglés británico tendrás que hablar más bajito…
¡Pero la cuestión es hablar! Quedarse callado en casa mirando vídeos nunca te
va a llevar a una conversación interesante. ¡Abre la boca y practica!
4. El miedo al ridículo
Igual que hay gente que tiene miedo a volar, a la soledad o a hablar en público
en su propia lengua, muchas veces también nos aterroriza el momento de
demostrar delante de los demás que no dominamos el idioma. Quítate la
vergüenza (que ya sabes, ni come ni almuerza) ylánzate al vacío de los
errores y las combinaciones imposibles. Hazme caso, ¡de las
equivocaciones y los acentos raros solo salen risas y anécdotas divertidas!
Todo el mundo en su momento tuvo que cometer esos mismos errores para
ahora hablar perfecto, así que está prohibido desanimarse. Además, aunque
sea un consuelo un tanto simple, TODOS cometemos errores, ¡incluso cuando
se trata de nuestro propio idioma! Errare humanum est.
5. Aplica lo que te hace ser bueno en otros campos

¿Se te dan bien las matemáticas? ¿La estética? ¿La gastronomía? ¿Las
manualidades? Pues ya es hora de que identifiques qué es lo que te hace
ser tan bueno en esas cosas y lo apliques al mundo de los idiomas. Esto
es, si tienes una mente analítica, explota esa forma de pensar y trasládala
cuando llegue el momento de ponerse a estudiar el idioma. Si por el contrario
te consideras una persona más creativa, adapta tu forma de aprender y
personalízala a tu gusto. Añade colores, formas e incluso pequeños objetos a
tu método personal. Si percibes las cosas sobre todo de manera sensorial,
aprende vocabulario con sonidos, con olores, con texturas y con todo lo
necesario para que tu mente recuerde lo aprendido. Analiza la lengua, ¡seguro
que tiene facetas que no te son tan ajenas ni extrañas!
6. Leer: concéntrate en entender
Y es que muchas veces leemos sin saber lo que pone, igual que miramos el
reloj y al segundo no sabemos la hora que es o como cuando viajamos horas y
horas y lo hacemos como una maleta, en lugar de concentrarnos en lo que
sucede a nuestro alrededor. Cuando se trata de leer en un idioma ajeno, a
veces nos cansamos antes de lo normal, necesitamos el diccionario muy a
menudo y queremos comprobar que no tenemos ningún mensaje nuevo en el
móvil o en Facebook cada tres nanosegundos. Eso no vale, cuando se lee, solo
se lee. No puedes estar pensando en la lista de la compra ni distraerte del tema
que trata el texto. Es sacrificado pero… ¿qué te parece proponerte leer un
pequeño párrafo al día? Ya sea el horóscopo, el pronóstico del tiempo o una
receta: ¡todo vale cuando se trata de aprender!
7. NO DESESPERES
No hay que presionarse a uno mismo, ni meterse demasiada prisa, ni
proponerse retos inalcanzables. Las cosas que conllevan tiempo agotan
nuestra paciencia demasiado rápido, pero no hay que impacientarse, si no
organizarse bien de manera que poco a poco veamos resultados. Aunque no
te conviertas en un/a especialista en hablar idiomas, ¡al menos dejarás de
pensar que es imposible!

ILUSTRACIONES DE RUBEN VILAS


Y recuerda: hablar un idioma mal es el primer paso para hablarlo bien.

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