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Imagen de portada obtenida de González, Mariana: “La inseguridad como pretexto”, en

La Gaceta, 19 de mayo de 2008, p. 7.


La militarización de la seguridad pública en México y
sus consecuencias (2000-2009)

Tesis para acceder al grado de


Licenciada en Relaciones Internacionales

Director: Dr. Marcos Pablo Moloeznik


Tesista: Virginia Inés Labiano

Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires


Facultad de Ciencias Humanas

TANDIL – 2009
A mi hermana Florencia,

por ser mi compañera y cómplice.


Índice General
Índice general I

Índice de figuras III

Índice de abreviaturas V

Agradecimientos VIII

Introducción 1

Capítulo 1: “Antecedentes y desarrollo político-histórico de las


Fuerzas Armadas mexicanas” 19

1. Estructura militar 22
2. Planes de defensa nacional, doctrina de guerra y despliegue territorial 28
3. Las Fuerzas Armadas mexicanas en el último cuarto del siglo XX: de la
seguridad interior a la seguridad pública 35
4. Breve historia del desarrollo del narcotráfico en México y de la participación
de las Fuerzas Armadas en su “combate” (1914-2000) 44
5. Reflexiones preliminares 55

Capítulo 2: “Las Fuerzas Armadas y el gobierno de alternancia de


primera generación (2000-2006)” 57

1. La militarización de la seguridad pública durante la alternancia partidaria 60


2. La designación del general Rafael Macedo de la Concha como titular
de la Procuraduría General de la República (PGR) 62
3. Revisando el ayer de las Fuerzas Armadas: La Fiscalía Especial para atención de
delitos contra movimientos sociales y políticos del pasado 67
4. Un intento frustrado: el Consejero Presidencial de Seguridad Nacional 73
5. La creación de la Secretaría de Seguridad Pública y la institucionalización
de la militarización pública 76
6. Gabinete de Seguridad Pública 83
7. La Agencia Federal de Investigaciones (AFI): ¿nueva policía judicial? 84
8. Narcotráfico, Fuerzas Armadas y cambio político (2000-2006) 89
9. Reflexiones preliminares: La reforma en las Fuerzas Armadas mexicanas,
una oportunidad perdida 97
Capítulo 3: “Las Fuerzas Armadas y el gobierno de alternancia de
segunda generación (2006-2012)” 99

1. La toma de posesión como presidente de la República 105


2. Los Operativos Conjuntos 110
3. Creación del Cuerpo Especial de Fuerzas de Apoyo Federal del Ejército y la
Fuerza Aérea Mexicanos 115
4. Los Derechos Humanos frente a la radicalización de la militarización de la
seguridad pública 117
5. Reflexiones preliminares 131

Capítulo 4: “La dimensión externa de la militarización de la seguridad” 133

1. Los cambios en la seguridad y en la relación con Estados Unidos luego del


11 de septiembre de 2001 134
2. La Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte 143
3. ¿Juntos pero separados? La construcción del muro fronterizo en el marco
de la “integración profunda” 164
4. Las relaciones con Estados Unidos en la administración de Felipe Calderón 167
5. La Iniciativa Mérida, ¿una estrategia destinada al fracaso? 168
6. Reflexiones preliminares 179

Conclusiones 181

Referencias bibliográficas 196


Índice de figuras
Figura I: Niveles de seguridad e instrumentos coercitivos 9

Figura II: Organigrama de la Secretaría de Defensa Nacional 24

Figura III: Organigrama de la Secretaría de Marina 26

Figura IV: Zonas militares 32

Figura V: División territorial por regiones 32

Figura VI: División aérea por regiones 33

Figura VII: Jerarquías de las fuerzas de seguridad mexicanas 43

Figura VIII: Gasto programable devengado del sector público


presupuestario en clasificación administrativa (Millones de pesos mexicanos) 61

Figura IX: Recursos humanos y profesionalización de los miembros de las


Fuerzas Armadas 62

Figura X: Denuncias recibidas por las procuradurías de justicia del ámbito


local (miles) 77

Figura XI: Presuntos Delincuentes registrados en los juzgados de primera 77


instancia en materia penal del fuero federal y común (1991-1999)

Figura XII: Participación de la SEDENA en reuniones de Consejos de


Seguridad Pública Estatales, Municipales y en Grupos de Coordinación Locales 81

Figura XIII: Participación de la SEMAR en reuniones del Grupo de


Coordinación Interinstitucional en Materia de Seguridad Pública y Factores de
Riesgo a la Soberanía y Estabilidad Democrática y de los Grupos de
Coordinación Interinstitucional para los Estados Costeros 81

Figura XIV: Cantidad de policías de los tres niveles de gobierno a los que
la Secretaría de Defensa Nacional capacitó/adiestró, cantidad de
Exámenes de Habilidades Psicomotrices que aplicó y número de Bases de
Operaciones Mixtas de Seguridad Pública en las que participó la Secretaría
de Defensa Nacional 82

Figura XV: Escudo de la Agencia Federal de Investigaciones 86

Figura XVI: Tasa de homicidios por cada 1.000 habitantes en las plazas
disputadas 93

Figura XVII: Deserciones durante la administración de Vicente Fox (2000-2006) 108


Figura XVIII: Recursos humanos y profesionalización de los miembros de
las Fuerzas Armadas 110

Figura XIX: Quejas interpuestas contra la SEDENA ante la CNDH 118

Figura XX: Tipos de abusos denunciados en los 101 casos analizados por el 119
Centro de Derechos Humanos "Miguel Agustín Pro Juárez", A.C.

Figura XXI: Principales aspectos de los acuerdos sobre fronteras


inteligentes: México-Estados Unidos y Canadá-Estados Unidos 140-141

Figura XXII: Grupos de trabajo de la ASPAN 149

Figura XXIII: Estructura de la ASPAN 150

Figura XXIV: Mexicanos que viven en Estados Unidos, 2006 164

Figura XXV: Asistencia militar de Estados Unidos a México, 1996-2006 (en


millones de dólares) 170

Figura XXVI: Presupuesto requerido para la Iniciativa Mérida (Millones de


dólares) 171-172
Índice de abreviaturas

ACNUDH Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos


Humanos
AFI Agencia Federal de Investigaciones
AI Amnistía Internacional
APPO Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
ASPAN Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del
Norte
BOM Bases de Operaciones Mixtas
CBT Coalición por el Bien de Todos
CCAN Consejo de Competitividad de América del Norte
CCCE Canadian Council of Chief Executives
CENCOS Centro Nacional de Comunicación Social
CeNDRo Centro Nacional para el Combate a las Drogas
CePRoPIE Centro de Producción de Programas Informativos y
Especiales
CFE Comisión Federal Electoral
CFR Council on Foreign Relations
CIDH Comisión Interamericana de Derechos Humanos
CIDH Corte Interamericana de Derechos Humanos
CISEN Centro de Investigación y Seguridad Nacional
CNDH Comisión Nacional de Derechos Humanos
COMCE Consejo Mexicano de Comercio Exterior
COMEXI Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales
DEA Drug Enforcement Administration
DFS Dirección Federal de Seguridad
DN-I Plan de Defensa Nacional I
DN-II Plan de Defensa Nacional II
DN-III Plan de Defensa Nacional III
EMP Estado Mayor Presidencial
EPR Ejército Popular Revolucionario
EPRI Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente
EZLN Ejército Zapatista de Liberación Nacional
FDN Frente Democrático Nacional
FEADS Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la
Salud
FEMoSPP Fiscalía Especial para la atención de hechos probablemente
constitutivos de delitos federales cometidos directa o
indirectamente por servidores públicos en contra de
personas vinculadas con movimientos sociales y políticos
del pasado
FMI Fondo Monetario Internacional
FPDT Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra
GAFES Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales
GANFES Grupo Anfibio de Fuerzas Especiales
GIT Grupo Independiente de Trabajo sobre el Futuro de
América del Norte
ICAN Industry Canada
IFAI Instituto Federal de Acceso a la Información pública
IFE Instituto Federal Electoral
INaCiPe Instituto Nacional de Ciencias Penales
INCD Instituto Nacional para el Combate a las Drogas
INEGI Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática
INM Instituto Nacional de Migración
LiMeDDH Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos
NACC North American Competitiveness Council
NAFTA North American Free Trade Agreement
OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
OMS Operativo “México Seguro”
OPEP Organización de Países Productores de Petróleo
PAN Partido de Acción Nacional
PaNAL Partido Nueva Alianza
PEMEX Petróleos Mexicanos
PFP Policía Federal Preventiva
PGJM Procuraduría General de Justicia Militar
PGR Procuraduría General de la República
PJF Policía Judicial Federal
PND Plan Nacional de Desarrollo
PNR Partido Nacional Revolucionario
PRD Partido de la Revolución Democrática
PRI Partido Revolucionario Institucional
PT Partido de los Trabajadores
PVEM Partido Verde de México
SECON Secretaría de Economía
SEDENA Secretaría de la Defensa Nacional
SEMAR Secretaría de Marina
SIEDO Subprocuraduría de Investigación Especializada en
Delincuencia Organizada
SNPP Sistema Nacional de Protección Civil
SPP Security and Prosperity Partnership of Noth America
SSP Seguridad Pública
TEPJF Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
TLCAN Tratado de Libre Comercio de América del Norte
U.S.A. Uniting and Strengthening America by
P.A.T.R.I.O.T. Providing Appropriate Tools Required to Intercept and
Obstruct Terrorism
UNAM Universidad Nacional Autónoma de México
USCENTCOM Comando Central
USDOC U.S. Department of Commerce
USEUCOM Comando Europeo
USNORTHCOM Comando del Norte
USPACOM Comando Pacífico
USSOUTHCOM Comando Sur
Agradecimientos

Deseo hacer un sentido reconocimiento al conjunto de personas que me


acompañaron durante esta carrera, en especial a los que me alentaron y estuvieron
presentes en la recta final: la tesis.
En primer lugar, agradezco al personal docente y no docente de la Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, y en particular a la Facultad de
Ciencias Humanas que siempre me respondió atentamente. Son estas personas las que
hacen que la educación pública y gratuita universitaria argentina siga teniendo un gran
reconocimiento.
Pero mi paso por esta Universidad no hubiese sido posible sin el apoyo de mi
familia, que no sólo me brindó sostén económico sino que me permitió la libertad de
estudiar la carrera que quería en el lugar que deseaba. Ellos han estado animándome en
cada etapa de este camino y han confiado en mí. Por eso, a Susana, Sergio y Florencia
dedico el más profundo agradecimiento. Junto al agradecimiento a ellos, va un
reconocimiento muy especial a Ezequiel que muchas veces se llevó la peor parte de este
proceso y nunca me soltó la mano sino que la tomó más fuerte. En este día irrepetible,
no quiero dejar de recordar el cariño de mis abuelos María, Angélica y Neftalí.
También extiendo mi agradecimiento a mi director de tesis, Marcos Moloeznik,
por haber depositado su confianza en mí y darme la oportunidad de trabajar con él.
Otras dos personas a quienes necesito agradecer mucho es a Ignacio Frechero y
Virginia Toledo López, porque me dieron una gran mano académicamente con el trabajo
de tesis y, en especial, me contuvieron y me dieron fuerzas para salir adelante.
Finalmente, y no por eso menos importante, quiero agradecer el apoyo a mis
cumpas de Lacandona (FPDS) por todos esos momentos compartidos y por seguir
alimentando con su ejemplo la utopía en mí.
Introducción

Las relaciones civiles-militares durante el siglo XX en México han estado signadas,


a diferencia de lo que ha ocurrido en otros países de América Latina, por el respeto por
parte de los generales de las Fuerzas Armadas a la autoridad presidencial electa.
También este vínculo se ha caracterizado por concesiones mutuas, como por ejemplo,
los políticos han ejercido un tenue control civil sobre los elementos castrenses, a cambio
éstos han cumplido diversas tareas correspondientes a otros organismos del Estado así
como la represión a los movimientos sociales disidentes 1 . Esta situación estuvo
estrechamente vinculada al origen del cuerpo armado en la Revolución, que se inició en
1910 y que posteriormente se institucionalizó en el partido que gobernaría a México por
71 años.
Sin embargo, existieron dos hechos que pusieron en entredicho la estabilidad y
legitimidad del sistema político emanado de la Revolución: la masacre perpetrada por el
Ejército el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco2 y el colapso económico de 1982 producto
de la caída un año antes de los precios del crudo3. Estos sucesos erosionaron las bases

1
“En 1949 [el Ejército] perpetra un asesinato colectivo de estudiantes de la Universidad Nicolaíta en
Michoacán; en 1956 ocupa las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional; en 1958 reprime la
insurgencia civil contra el cacicazgo local de San Luis Potosí; entre 1958 y 1959 participa activamente en la
desarticulación violenta de los movimientos de telegrafistas y ferrocarrileros; en 1960 ocupa la Escuela
Nacional de Maestros; en 1966 ocupa también la Universidad de Morelia; en 1967 interviene en la huelga
estudiantil de la Universidad de Sonora; y, en 1968 interviene para contener las manifestaciones del
movimiento estudiantil-popular que culmina el 2 de octubre con la matanza masiva e indiscriminada de
estudiantes y civiles en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Tratándose de conflictos rurales, que
degeneraron en incipientes movimientos guerrilleros, cabe mencionar el uso de la acción militar contra las
demandas agrarias de Rubén Jaramillo en Morelos y que concluye con su ilegal arresto y brutal asesinato
junto con su familia en 1962; en 1965 el Ejército resiste en Chihuahua el asalto al cuartel Madera por
militantes guerrilleros quienes, finalmente, son acribillados; en 1967 el Ejército es responsable de la
matanza colectiva de civiles desarmados en un mitin magisterial en Atoyac, Guerrero, lo que da origen al
movimiento guerrillero del profesor rural Lucio Cabañas Barrientos con el denominado Partido de los Pobres
y su Brigada de Ajusticiamiento y que termina con su asesinato a mediados de la década de 1970; la misma
suerte corrió la guerrilla de Génaro Vázquez a principios de la misma década”. Tirado, Erubiel: El Ejército
Mexicano y la Transición Democrática. Características y procesos de cambio político-institucional, 2000-
2003, trabajo presentado en REDES 2003 (Research and Education in Defense and Security Studies), Center
for Hemispheric Defense Studies, Santiago de Chile, 28-30 de octubre de 2003.
2
El miércoles 2 de octubre de 1968, luego de varios meses de huelgas y muy próximos a la celebración de
los Juegos Olímpicos con sede en México, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz utilizó la fuerza y emboscó a los
estudiantes concentrados en la plaza. Como efecto inmediato de este acontecimiento, podemos citar la
reforma del artículo 34 de la Constitución que permitió a los jóvenes de 18 años votar en elecciones locales
y federales. Además, “los logros alcanzados después –y éstos logros arrancados al sistema no pueden dejar
de reconocerse, por limitados que sean-, no podrían explicarse sin tener presente que tienen su acta de
nacimiento en la profunda conmoción que el movimiento estudiantil del 68 provocó en la historia y la vida
política de México”. Sánchez Vázquez, Adolfo: “El movimiento del 68. Testimonios y reflexiones”, en
Sociológica, año 13, no. 38, septiembre-diciembre de 1998, p. 152.
3
La caída del precio del crudo se dio en el marco de un profundo déficit fiscal en la cuenta corriente de la
balanza de pagos, un enorme incremento de la deuda pública y una inflación creciente, acompañada por
una devaluación del peso mexicano frente al dólar.
sociales de apoyo de los gobiernos post-revolucionarios, lo cual se refleja en “triunfo
electoral” del Frente Democrático Nacional en 1988.
Consecuencia del fracaso de las medidas tomadas para frenar la crisis, la
dirigencia política cambia el rumbo económico del país: se redujo drásticamente el
gasto público y los subsidios, se impusieron controles salariales, se libera el comercio, se
privatizan las empresas en mano del Estado, se disminuye el control sobre el tipo de
cambio y se inicia la desregulación impositiva para el capital. Estas transformaciones
estructurales tuvieron efectos negativos en el plano social, así para finales de la década
y principios de la siguiente la pobreza alcanza al 40% de la población, junto a ella
aumentan las enfermedades; más de 5 millones y medio de jóvenes entre los 13 y los 17
años quedan fuera del sistema educativo; también se da una expansión de los espacios
urbanos que conllevan cambios de las normas y valores sociales, además de conflictos
derivados de la gestión de los recursos laborales, de la salud y de la vivienda4. En este
contexto, el sistema corporativo y clientelar emanado de la Revolución comienza a
desvanecerse tanto en el ámbito formal como en el de la ilegalidad donde regulaba el
mercado de drogas5.
Como consecuencia de la combinación de todas estas variables y de otras más, se
produce un importante incremento de la violencia política y de lo que en este trabajo
denominamos violencia urbana 6 , asimismo comienza a salir a la luz la narcoviolencia

4
Arteaga Botello, Nelson: En busca de la legitimidad: violencia y populismo punitivo en México 1990-2000,
Editorial Universidad Autónoma de la Ciudad de México, 2ª edición, México D.F., 2006, pp. 89-103.
5
Serrano, Mónica: "México: narcotráfico y gobernabilidad", en Pensamiento Iberoamericano, no. 1, 2a época,
2007/2, p. 258.
6
Violencia que se caracteriza por expresar conflictos sociales y económicos, pero no políticos, ya que los
agentes que la ejercen no tienen vocación de poder. Una violencia que tiene su campo privilegiado de
acción en las ciudades y, sobre todo, en las zonas pobres, segregadas y excluidas de las grandes ciudades.
Briceño-León, Roberto: “Introducción. La nueva violencia urbana de América Latina”, en Briceño-León,
Roberto (compilador): Violencia, sociedad y justicia en América Latina, CLACSO, 2002, pp. 13-26. En otra
publicación el mismo autor desarrolla un marco sociológico para explicar la violencia urbana. El modelo
tiene tres dimensiones que representan tres niveles distintos de explicación. Hay un nivel de tipo estructural,
que se refiere a procesos sociales de carácter macro y con una génesis y permanencia en el tiempo de más
larga duración. En este nivel señala los factores que originan la violencia. Entre éstos destacan: la distancia
entre los pobres y los ricos es cada vez mayor en América Latina; hay más educación, pero menos empleo;
más aspiraciones, pero menos capacidad de satisfacerlas; menor control social de la familia; menos fuerza
de la religión como instrumento para regular el comportamiento de los individuos. En el segundo nivel,
indica los aspectos mezo-sociales, con una raigambre estructural menor (…) y pueden constituirse en
elementos estimulantes y propiciadores de la violencia. Estos son los factores que fomentan la violencia: la
segregación y densidad urbana; la cultura de la masculinidad; y el mercado local de la droga y la impunidad.
Y en el tercer nivel, ubica a los factores micro-sociales, pero que tienen un carecer más individual y no
pueden ser considerados como causas, sino simplemente como acompañantes y facilitadores del pasaje al
acto violento o como responsables de la letalidad de una acción. Ellos son los factores que facilitan la
violencia: el incremento de armas de fuego entre la población; el consumo de alcohol; y la incapacidad de
expresar verbalmente los sentimientos. Briceño-León, Roberto: Sociología de la violencia en América Latina,
FLACSO Sede Ecuador, Quito, diciembre de 2007, pp. 37-65. Véase además Del Olmo, Rosa: “Ciudades duras
y violencia urbana”, en Nueva Sociedad, no.167, mayo-junio de 2000; Kurtenbach, Sabine: “El nuevo
proveniente de las disputas entre los cárteles dedicados al tráfico de estupefacientes.
En este contexto, y justificándose en que los cuerpos policiales eran ineficientes y
estaban infiltrados por los narcotraficantes, las autoridades gubernamentales han
recurrido a la militarización de la seguridad pública.
Con el transcurso del tiempo, y en particular durante las administraciones de
alternancia partidaria de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y Felipe Calderón Hinojosa
(2006-2012), este proceso se extiende y profundiza.
Este panorama se ve permeado por un actor extra-nacional a tener en cuenta:
Estados Unidos, que comparte con México una frontera terrestre de más de 3.200
kilómetros y que tradicionalmente ha tenido una importante injerencia en los asuntos
internos de su vecino del sur. Ésta, hoy se visualiza en las presiones de los gobiernos de
ese país en pos de que se involucre aún más a los militares en las funciones
correspondientes a la seguridad pública y que sean provistos de equipamiento de su
industria. Además, su nueva estrategia de seguridad implementada luego del 11 de
septiembre de 2001 ha conllevado un refuerzo de la militarización de la seguridad en la
relación con México.
Todo esto, ha decantado en una serie de preguntas que impulsaron la presente
investigación: ¿cómo y en qué marco sociopolítico se ha desarrollado este proceso que
denominamos militarización de la seguridad pública en México? ¿Cómo las
administraciones del “cambio” profundizaron esta política? ¿Qué consecuencias implica
en materia de Derechos Humanos?, y finalmente, ¿de qué modo influyen en este tema
las políticas de Estados Unidos?

a. Fundamentación
En la actualidad la seguridad pública -o quizás para muchos, la inseguridad- se ha
convertido en una de las principales preocupaciones de América Latina, alcanzando
posiciones similares a las del desempleo y la inflación en las percepciones de la

escenario de (in)seguridad en América Latina: ¿amenaza para la democracia?”, en Bodemer, Klaus (editor):
El nuevo escenario de (in)seguridad en América Latina ¿Amenaza para la democracia?, Editorial Nueva
Sociedad, Caracas, 2003, p. 25; Kliksberg, Bernardo: Mitos y realidades sobre la criminalidad en América
Latina Algunas anotaciones estratégicas sobre cómo enfrentarla y mejorar la cohesión social, en Colección
Documentos de Cohesión Social, Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas
Públicas (FIIAPP), Edición a cargo de CYAN Editoriales, 2007; Arteaga Botello, Nelson: “El espacio de la
violencia: un modelo de interpretación social”, en Sociológica, Universidad Autónoma Metropolitana-
Azcapotzalco, año 18, no. 52, mayo-agosto de 2003, pp. 119-145.
población7. Ante esta situación, se puede apreciar que la mayoría de los gobiernos de la
región ha buscado salidas conocidas como de populismo penal, las cuales en su discurso
recurren a metáforas bélicas al hablar de la “guerra al delito”, el “combate a la
criminalidad” o la aplicación de “mano dura” y “tolerancia cero”8.
Alimentada por los medios y fácilmente manipulable por los postulantes a algún
cargo electoral, se impone una percepción dicotómica de la realidad donde se genera en
el público un “nosotros” los “buenos” versus “ellos” los “malos” -con el que se asocia
frecuentemente a los “pobres”, los jóvenes, los inmigrantes-, grupos cada vez más
amplios y socialmente estigmatizados.
Luego, se pretenden resolver las demandas ciudadana de mayor seguridad con
medidas de alto impacto mediático pero de resultados nulos, e incluso
contraproducentes, que caracterizan al “populismo punitivo”: disminución de la edad de
imputabilidad penal, superproducción de leyes que tienden a aumentar los castigos,
aumentar la capacidad carcelaria, etc 9 . En este sentido, y con el mismo objetivo,
algunos gobiernos –como el mexicano- han involucrado cada vez más a las Fuerzas
Armadas en la estructura y tareas de la seguridad pública y la impartición de justicia, a
pesar de poner en riesgo los derechos fundamentales de la población.
Por ello, es indispensable indagar y problematizar en este tipo de políticas y sus
resultados dado que como habitantes de la región no estamos exentos de vernos
envueltos en estas dinámicas.

b. Hipótesis
La presente investigación se ha formulado a partir de dos hipótesis primarias, la
primera señala que México atraviesa un proceso donde las tareas de seguridad pública

7
De acuerdo al Informe Latinobarómetro 2007, en ocho de los dieciocho Estados relevados, la delincuencia
se ubica como el principal malestar a solucionar: Venezuela, Guatemala, El Salvador, Chile, Argentina,
Honduras, Costa Rica y Brasil. En el caso de México, el problema del desempleo (14%) y la delincuencia (13%)
tienen casi la misma importancia. Además, el Informe reseña que en el año anterior sólo lo fue para seis; se
presenta así una agudización de la tendencia. Corporación Latinobarómetro: Informe Latinobarómetro 2007,
Banco de Datos en Línea, noviembre de 2007, Santiago de Chile. Disponible en www.latinobarometro.org
(visitado el 30/06/2008). Estos resultados se obtienen como producto del interrogante: “En su opinión, ¿cuál
considera Ud. que es el problema más importante en el país?”.
8
Dammert, Lucía y Arias, Patricia: “El desafío de la delincuencia en América Latina: diagnóstico y
respuestas de política”, en Dammert, Lucía y Zúñiga, Liza (editoras): Seguridad y violencia: desafíos para la
ciudadanía, FLACSO, Santiago de Chile, 2007, pp. 34-39.
9
Se denomina populismo punitivo “al acto por el cual los políticos llevan a cabo medidas que pretenden,
supuestamente, castigar y creen que la mayoría de la gente respalda o está de acuerdo con ellas. A echar
mano de este tipo de populismo, los políticos basan su acción en la idea de que, efectivamente, llevando a
cabo las acciones que se proponen, se reducirá el crimen; pero además, con ellas se fortalecerá la unidad
moral y el consenso social sobre el problema particular de la violencia, con lo que se podría satisfacer a un
sector particular del electorado”. Arteaga Botello, Nelson (2006); Op. Cit., p. 205.
así como el mando y entrenamiento de los cuerpos policiales han sido encargados por
las autoridades del país (de los tres niveles de gobierno) a las Fuerzas Armadas; y la
segunda, que la militarización de la seguridad en México tiene una dimensión externa
que proviene de las estrategias de seguridad de Estados Unidos.
Además, se han planteado dos hipótesis secundarias que complementan la
primera al sostener que:
1. este proceso de militarización de la seguridad pública se profundiza junto a sus
consecuencias negativas con las administraciones de alternancia partidaria de primera y
segunda generación, en el marco de una extensión democrática.
2. esta intervención militar conlleva intrínsecamente violaciones sistemáticas a los
Derechos Humanos.

c. Marco teórico-conceptual
Para la presente investigación, que intenta describir cómo se ha desarrollado la
militarización de la seguridad pública en México, se ha comenzado por exponer las
particularidades que caracterizan a las Fuerzas Armadas del país y las relaciones que
mantiene con el poder político civil. Para ello se ha construido un marco teórico a partir
de los enfoques de tres especialistas, Jaime García Covarrubias, Gabriel Aguilera y
Marcos Moloeznik. El primero de los autores establece que:

“Las Fuerzas Armadas (como instrumentos de la defensa) tienen una


naturaleza (fueron creadas para cumplir una misión) se les ha dotado de capacidades
(para ser eficaces y eficientes en el cumplimiento de la misión) y tienen un marco
10
constitucional que las ordena. Lo lógico es emplearlas dentro de esos cánones” .

En este sentido también se sitúa la conceptualización de Aguilera, para quien:

“(...) podemos definir a las Fuerzas Armadas como aparatos o instituciones


del Estado, que cumplen una de las funciones necesarias para la vida de la
comunidad, el ejercitar el monopolio de las armas que reclama la autoridad nacional,

10
García Covarrubias, Jaime: “Transformación de la Defensa: el caso de Estados Unidos y su aplicación en
América Latina”, en Military Review en español, marzo-abril de 2005, p. 24.
a fin de garantizar la protección de la sociedad ante amenazas o riesgos de
11
naturaleza militar” .

Entonces, podemos observar que en ambas afirmaciones está presente la teoría


general del Estado de Max Weber, que sostiene que:

“(…) el Estado es aquella comunidad humana que en el interior de un


determinado territorio reclama para sí (con éxito) el monopolio de la coacción física
12
legítima” .

Es decir, el Estado se erige como el único poseedor legal y legítimo del uso de la
fuerza física en el territorio donde se asienta una determinada población. En este
contexto, las Fuerzas Armadas “no son entes que tengan existencia propia, son
instituciones creadas por el Estado (…). Su dedicación es el ejercicio de la guerra (actual
o posible), o bien de la defensa, (…) y la implementación de la misma se explicita en
una política pública que sería la política de defensa. Se asemejan por ello a otras
entidades mediante las cuales el Estado satisface necesidades de la vida en común (…)13.
Por otra parte, Gabriel Aguilera y Marcos Moloeznik coinciden en señalar una
cuestión relevante a los efectos de este trabajo, y es que no se puede comprender el
actuar de las Fuerzas Armadas “sin atender a las características del régimen político de
dicho Estado, o bien a las circunstancias históricas en que un Ejército surge y se
desenvuelve. En otras palabras, las Fuerzas Armadas reflejan la naturaleza del Estado al
cual pertenecen y de una coyuntura histórica dada”14. O al decir de Moloeznik:

“La génesis y evolución histórica de los institutos armados, la situación del


sistema político que los gobierna, la capacidad de generación y distribución de
riqueza de la sociedad, el proyecto de nación vigente o la ausencia de éste, el
contexto internacional bajo el dominio de los fenómenos globales, la concepción de
la seguridad nacional, las amenazas potenciales y reales identificadas por el poder

11
Aguilera, Gabriel: “Las relaciones cívico militares en el Estado Democrático”, trabajo presentado en la
Conferencia Internacional: La Función Militar en una Sociedad Pacífica y Democrática, Fundación Friedrich
Ebert, Luanda, 9 al 11 de octubre de 2002.
12
Weber, Max: Economía y sociedad, Fondo de Cultura Económica, México, 1992, p. 1056.
13
Aguilera, Gabriel (2002); Op. Cit.
14
Ibid.
político, así como las hipótesis de conflicto, guerra y confluencia generadas por este
15
último, determinan y moldean un determinado patrón militar” .

En otras palabras, el carácter de un Estado puede incidir en el ejercicio de las


funciones de los militares, los ámbitos que ocupan dentro del Estado y sus vínculos con
el resto de la sociedad. Por ello, las relaciones civiles-militares deberían modificarse en
la transición de un autoritarismo (del tipo que sea) hacia una democracia. En el caso de
México, se califica de autoritario al partido de Estado, el PRI, que durante 71 años
gobernó el país porque:

“(…) impidió por cerca de 30 años la alternancia en el gobierno municipal y


por 56 años la alternancia en el gobierno estatal, una cultura política de lealtades y
compromisos clientelares que combinó el caciquismo en las regiones, con la sumisión
corporativa de los trabajadores urbanos y los arreglos institucionales cupulares de los
16
gobiernos ‘emanados de la Revolución’ con el empresariado y la jerarquía católica” .

Por ello, el proceso electoral –entendido como el mecanismo por el cual los
votantes expresan su voluntad política que a su vez se transforma en poder público- se
constituía en un ritual de legitimación centralizado, vigilado y controlado por el Poder
Ejecutivo y no era la “expresión reglamentada de la competencia por el acceso al
poder”17.
Pero, las presiones de los movimientos políticos de oposición llevaron a los
gobiernos del PRI, en particular luego de 1976, a conceder una serie de reformas
electorales que condujeron a la disolución paulatina del régimen autoritario. De este
modo, podemos describir el proceso mexicano con la idea que propone Manuel Garretón
de extensión democrática que se refiere a:

15
Moloeznik, Marcos Pablo: “La naturaleza de un instrumento militar atípico”, en Fuerzas Armadas y
Sociedad, año 19, no. 1, 2005, p. 171.
16
Preciado Coronado, Jaime: “La gobernabilidad en la recomposición de las relaciones entre los actores
políticos, los grupos intermediarios, las ONGs y los agentes económicos en el México Post-priista”. Versión
original: “La Gouvernabilité dans la recomposition des relations entre les acteurs politiques, les groupes
intermédiaires, les ONG et les agents économiques dans le Mexique post-priiste”, en Démocratie et
gouvernance mondiale: quelles régulations pour le XXIe siècle?, 2003, p. 105. Disponible en
http://portal.unesco.org/education/en/file_download.php/3382e56fab46512c0bd4545698fbd562esp_jaime_
preciado.pdf (visitado el 09/04/2008).
17
Labastida Martín del Campo, Julio y López Leyva, Miguel Armando: “México: una transición prolongada
(1988-1996/97)”, en Revista Mexicana de Sociología, año 66, no. 4, D. F., octubre-diciembre de 2004, pp.
752-753.
“(…) aquellos casos en que, sin haber un momento formal de cambio de
régimen o de inauguración democrática, hay un proceso de extensión o
profundización democrática desde un régimen de democracia restringida o
semiautoritario. Este proceso implica la transformación institucional, ya sea para
incorporar a sectores excluidos del juego democrático, ya para configurar un sistema
efectivamente poliárquico y pluripartidario, ya para eliminar trabas al ejercicio de la
18
voluntad popular, o para combinar todas estas dimensiones” .

Nuevamente, emerge la proposición de que con transición a la democracia


debería haber un cambio institucional; pero en el caso de México éste parece no haber
ocurrido respecto del aparato militar, el cual con el nuevo régimen podría haber sido
sometido a un mayor control civil como es común en todas las transiciones. Es decir,
debe existir:

“ (…) una verdadera política militar, es decir, que el gobierno decida sobre el
tamaño, la forma, la organización, el armamento y los procedimientos del aparato
militar, de acuerdo con los valores democráticos y las creencias básicas de la
sociedad, lo que supone aceptar las reglas de juego fijadas por ella. La consolidación
democrática se produce cuando el poder civil define la política de seguridad y
19
defensa y conduce efectivamente a las Fuerzas Armadas” .

O sea en México, se han producido grandes avances en varias áreas del Estado,
sin embargo en el caso de las Fuerzas Armadas hay cuestiones que no se han modificado
desde el fin de la Revolución. En este contexto, se desarrolla la militarización que es
entendida en el presente trabajo de un modo amplio al definirla como:

“la utilización por parte del gobierno (en sus diversos niveles) de las Fuerzas
Armadas para resolver conflictos de origen social, impregnando a la sociedad los
20
valores de éstas y provocando serios riesgos de violaciones a los Derechos Humanos” .

18
Garretón, Manuel Antonio: “Revisando las transiciones democráticas en América Latina”, en Nueva
Sociedad, no. 148, marzo-abril de 1997, p. 21.
19
Diamint, Rut: “La historia sin fin: el control civil de los militares en Argentina”, en Nueva Sociedad, no.
213, enero-febrero de 2008, p. 96.
20
Definición propia en base a Aguilera-Peralta, Gabriel: “El camino desconocido. Las nuevas funciones de los
ejércitos centroamericanos”, en Nueva Sociedad, no.138, julio-agosto de 1995, p. 129; Della Bruna, Diana:
“De silencios políticos y mediáticos: Militarización en la Triple Frontera”, en Agencia Periodística del
Mercosur, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP, La Plata, 06 de julio de 2007; Zaverucha,
Jorge: “La militarización de la seguridad pública en Brasil”, en Nueva Sociedad, no. 213, enero-febrero de
2008, p.131; Garzón Vergara, Juan Carlos: “La seguridad y las Fuerzas Armadas en América Latina y El
Lo que se plantea en esta tesis es que los gobiernos mexicanos han acudido a las
Fuerzas Armadas para atender los conflictos que se producen en el ámbito de la
seguridad pública, a pesar de no ser el elemento del Estado más adecuado para ello. En
una democracia es necesario hacer distinciones entre los niveles de seguridad, ya que
ellos señalarían qué tipo de fuerza debería usarse según las circunstancias de tiempo-
espacio y de tipo de amenaza21.
Aquí tomamos la propuesta de Marcos Moloeznik, que plantea que “existen tres
categorías o niveles de seguridad, a cada una de las cuales le corresponde un
determinado instrumento coercitivo; esto supone que la autoridad debe ser sumamente
cuidadosa en la identificación y definición de cada situación que demande el recurso a la
fuerza. Se trata de una relación de tipo jerárquica, que puede representarse con una
pirámide, en cuyo vértice se encuentra la Seguridad Nacional, en una posición
intermedia la Seguridad Interior y en su base la Seguridad Pública”22:

Figura I: Niveles de seguridad e instrumentos coercitivos

Fuente: Moloeznik, Marcos Pablo (2005); Op. Cit.

Si bien los tres niveles sintetizan el monopolio del uso legítimo de la violencia
física, cabe distinguir que la seguridad nacional es:

Caribe: nuevos desafíos para la construcción de una democracia”, Informe final del concurso: El papel de
las fuerzas armadas en América Latina y el Caribe. Programa Regional de Becas CLACSO, 2004, p. 19; Arzt,
Sigrid: “La Militarización de la Procuraduría General de la República: Riesgos para la Democracia Mexicana”,
preparado para la conferencia “Reforming the Administration of Justice in Mexico”, Center for U.S.-
Mexican Studies, 15-17 de mayo de 2003, p. 3.
21
Moloeznik, Marcos Pablo (2005); Op. Cit.
22
Ibid.
“la condición en que un Estado considera que no está en peligro de agresión
militar, presión política o coerción económica exterior. [A partir de esto], debe
mantener la integridad, estabilidad y permanencia de la Nación y sus objetivos,
basados en la preservación de la soberanía, la independencia nacional y la defensa
23
del territorio” .

El vértice de la seguridad se identifica con la defensa. Y corresponde a las


Fuerzas Armadas, como potencial humano movilizado y contando con los medios
materiales necesarios, llevar a cabo la defensa militar de la Nación.
Por su parte, la seguridad interior es aquella que:

“persigue garantizar el orden, la tranquilidad pública y la paz social, y con


este fin, a menudo debe enfrentar situaciones de violencia doméstica que se definen
como disturbios interiores y tensiones internas, en las que las policías son rebasadas
en su capacidad disuasiva y reactiva, pero que no revisten la gravedad como para ser
24
consideradas riesgo o amenaza a la Seguridad Nacional” .

Éste es el ámbito del accionar de las fuerzas intermedias, que están “ubicadas a
medio camino entre las Fuerzas Armadas, de quienes toman su organización, y las
fuerzas policiales, a cuyas funciones más complejas buscan dar respuesta, resultan
organizaciones estatales armadas de capacidades duales (para seguridad interior y
defensa), que concilian capacidades de uno y otro sector”25. Ejemplo de estas fuerzas
son Gendarmería o la Guardia Nacional, Prefectura o la Guardia Costera.
Finalmente, se elige conceptualizar la seguridad pública como la:

“seguridad del conjunto de la sociedad nacional en términos de protección


de su integridad física, de las garantías individuales, de los derechos de propiedad,
de los niveles mínimos de bienestar y del acceso a los servicios públicos”26. La misma

23
Moloeznik, Marcos Pablo: “Presente y Futuro del papel de las Fuerzas Armadas Mexicanas Aproximación al
debate sobre el rol del instrumento militar en la democracia”, en Security and Defense Studies Review, vol.
1, spring 2001, p. 99.
24
Harroff-Tavel, Marion: “La acción del Comité Internacional de la Cruz Roja ante las situaciones de
violencia interna”, en separata de la Revista Internacional de la Cruz Roja. Ginebra, no. 117, 1993; tomado
de Moloeznik, Marcos Pablo (2005): Op. Cit., p. 176.
25
Carranza Torres, Luis R.: Naturaleza y proyecciones del estado militar en el ordenamiento jurídico
argentino, tesis presentada para optar al grado de Doctor en Ciencias Jurídicas en la Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, Buenos
Aires, 2005, p. 119.
26
Ramos García, José María: “Seguridad ciudadana y la seguridad nacional en México: hacia un marco
conceptual”, en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, año/vol. XLVII, no. 194, D.F., mayo-
“se logra a través de los mecanismos de control penal y de las acciones de
prevención y represión de ciertos delitos y faltas administrativas que la vulneran,
27
particularmente a través de los sistemas de procuración e impartición de justicia” .

A nivel de las fuerzas públicas, la policía es quien se encarga de este tipo de


seguridad. Este cuerpo comprende a las personas autorizadas por un grupo para regular
las relaciones interpersonales dentro del mismo, aplicando la ley y la fuerza física
mínima y su accionar es cotidiano 28.
En consecuencia, cuando las autoridades gobernantes deciden emplear a las
Fuerzas Armadas para atender la seguridad pública, ya sea para entrenar a los
elementos de los aparatos policiales, colocarlos al mando de los mismos o directamente
en la persecución de delitos y si, además, se les deja participar de los organismos donde
se decide la política en esta materia, ésta se va impregnando de los valores castrense.
Estos valores están definidos por la dedicación al arte de la guerra donde “debe[n] estar
dispuesta[s] a atacar, matar o morir en situaciones excepcionales de amenaza a la
nación”29. Además, estos valores en el militar se corresponden con “toda una serie de
hábitos de conducta y de actitudes que le marcarán para siempre en su forma de
preguntarse por los problemas y de presentar soluciones a éstos”30.
Es decir, estos valores que coadyuvan en una situación crítica como es una guerra
pueden poner en peligro, en una situación distinta como es la cotidianeidad de una
ciudad, los Derechos Humanos. Éstos pueden ser precisados como

“aquellas libertades, facultades, instituciones o reivindicaciones relativas a


bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona, por el simple hecho de su
condición humana, para la garantía de una vida digna; generalmente, se imponen al
Estado como realización de determinadas prácticas así como obligaciones que limitan
su injerencia. Se plasman básicamente en la Declaración Universal de los Derechos

agosto de 2005, p. 34. Para los fines de este trabajo se ha optado por una definición acotada del término,
actualmente se debate en torno a conceptos más integrales como seguridad ciudadana o seguridad humana.
27
González, Samuel; López Portillo, Ernesto y Yánez, José: Seguridad Pública. Problemas, perspectivas y
propuestas, Universidad Nacional Autónoma de México, Coordinación de Humanidades, 1994, p. 43.
28
Dammert, Lucía; Bailey, John: “Reforma policial y participación militar en el combate a la delincuencia.
Análisis y desafíos para América Latina”, en Fuerzas Armadas y Sociedad, año 19, no. 1, 2005, p. 136.
29
Zúñiga, Liza: “Defensa y Seguridad: ¿Militares o Policías?”, en Serie Documentos Electrónicos Nº 3,
Programa Seguridad y Ciudadanía, FLACSO Chile, junio de 2007, Santiago de Chile.
30
Borrachina, Carlos y Rial, Juan: "Los ministerios de defensa en América Latina y las consecuencias de la
multidimensionalidad de las amenazas", en América Latina Hoy, Universidad de Salamanca, agosto de 2006.
Humanos, acordada por los Estados parte de la Organización de Naciones Unidas en
31
1948” .

Se vinculan a la democracia mediante la noción de Estado de Derecho, que existe


a partir de la configuración de

“un gobierno de leyes en el que el principio que rige la acción de las


autoridades de gobierno es el de apego a la legalidad en su acción; pero también se
debe incluir en dicha definición el respeto (convencional) a [la población]en sus
bienes y sus personas, a sus derechos humanos, así como la existencia de un
mecanismo mínimo de resolución de controversias entre los ciudadanos y el ‘Estado’
o entre los ciudadanos mismos, con la finalidad de evitar, si no eliminar, la
arbitrariedad de la autoridad contra el ciudadano”32.

Finalmente, se puede agregar que los Derechos Humanos forman parte a nivel
mundial del derecho internacional de los derechos humanos, el cual consiste en un
conjunto de declaraciones y principios que sirven como base para la consolidación de
instrumentos internacionales convencionales que comprometen a los Estados a respetar
los Derechos Humanos reconocidos universalmente33. México se ha incorporado a este
sistema internacional mediante la firma y ratificación de diversos pactos y convenios,
asimismo a través del artículo 133 de la Constitución 34 los ha ubicado -según la
interpretación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación- “en un segundo plano
inmediatamente debajo de la Ley Fundamental y por encima del derecho federal local”35.
Por otra parte, la militarización de la seguridad pública en México tiene una
dimensión externa que proviene de las estrategias de seguridad de Estados Unidos que
sufrieron una transformación luego del 11 de septiembre de 2001. Desde ese momento,
la mayor parte de las iniciativas de defensa se centraron en la prevención contra

31
Morales Gil de la Torre, Héctor: “Introducción: notas sobre la transición en México y los derechos
humanos”, en Derechos humanos: dignidad y conflicto, Universidad Interamericana, D.F., 1996, p. 19.
32
González, Samuel; López Portillo, Ernesto y Yánez, José (1994); Op. Cit., p. 43.
33
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para México: Diagnóstico
sobre la Situación de los Derechos Humanos en México, Capítulo 1: “Aspectos generales”, 2003, p. 1.
34
“Artículo 133.- Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los
tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República,
con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán
a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las
Constituciones o leyes de los Estados”. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en Diario
Oficial de la Federación, 5 de febrero de 1917.
35
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo X, noviembre de 1999, Tesis; P. LXXVII/99,
materia constitucional, p. 46.
amenazas asimétricas o multidimensionales. Éstas fueron definidas por la Conferencia
Especial sobre Seguridad de la OEA, en 2003, como desafíos a la seguridad en el
Hemisferio de naturaleza diversa y que incluyen aspectos políticos, económicos, sociales,
de salud y ambientales36.
A nivel académico, estas cuestiones de seguridad fueron calificadas con el
adjetivo de intermésticas, es decir, situacion[es] en la[s] que no existe una distinción
clara entre los asuntos internacionales y los domésticos, entre los internos y los
externos37. Lo cual en buena medida responde a la participación de actores no estatales
como fuente constante de amenazas no convencionales y emergentes38. De este modo,
progresivamente se va aceptando que la seguridad internacional y la nacional son
inseparables o están indisolublemente ligadas39.
Si bien estas “amenazas” ya existían con anterioridad a esta cumbre de la OEA
que se realizó en México, es a partir del fin de la Guerra Fría que –al diluirse en gran
parte los conflictos clásicos entre Estados- estos “asuntos de seguridad interna, de corte
‘político’ o ‘policial’ terminan siendo asuntos internacionales impactando ya no sólo
sobre la seguridad del Estado donde se originan, sino sobre la de otros, muchas veces
geográficamente muy lejanos” 40. Esto debido a que también con el fin de la Guerra Fría
se inicia una nueva etapa del proceso de globalización, esta vez caracterizado por la
liberalización de flujos –en especial monetarios- y el avance en las comunicaciones, lo

36
Dentro de ellas definen al terrorismo, la delincuencia organizada transnacional, el problema mundial de
las drogas, la corrupción, el lavado de activos, el tráfico ilícito de armas y las conexiones entre ellos; la
pobreza extrema y la exclusión social de amplios sectores de la población, que también afectan la
estabilidad y la democracia; los desastres naturales y los de origen humano, el VIH/SIDA y otras
enfermedades, otros riesgos a la salud y el deterioro del medio ambiente; la trata de personas; los ataques
a la seguridad cibernética; la posibilidad de que surja un daño en el caso de un accidente o incidente
durante el transporte marítimo de materiales potencialmente peligrosos, incluidos el petróleo, material
radioactivo y desechos tóxicos; y la posibilidad del acceso, posesión y uso de armas de destrucción en masa
y sus medios vectores por terroristas”. Declaración sobre seguridad en las Américas, Organización de los
Estados Americanos, Conferencia Especial sobre Seguridad, México 27-28 de octubre de 2003, Sección II,
Parr. 4, inc. I y m. Disponible en:
http://www.wola.org/security/declaracion_seguridad_americas_espaniol.pdf (visitado el 02/07/2008).
Para un análisis de esta Declaración véase Chillier, Gaston y Freeman, Laurie: El Nuevo Concepto de
Seguridad Hemisférica de la OEA: Una Amenaza en Potencia, Informe Especial de WOLA (Washington Office
on Latin America), Washington D.C., julio de 2005.
37
Serra i Serra, Narcís: “Globalización, fuerzas armadas y democracia en América Latina”, en Fuerzas
Armadas y Sociedad, año 17, no. 4, octubre-diciembre de 2002, p. 6.
38
Arzt, Sigrid y De la Cuesta, Antonio: “La política de seguridad de Estados Unidos: México y Centroamérica”,
en Lizano, Ana Cristina (editora): América Latina y la segunda administración Bush: un debate sobre
seguridad, FLACSO, San José de Costa Rica, 2008, p. 52.
39
Serra i Serra, Narcís (2002); Op. Cit., p. 6.
40
Bustamante, Fernando: “La seguridad hemisférica en los años 90”, en Nueva Sociedad, no.138, julio-
agosto de 1995, p. 114.
que generó una interdependencia aún más fuerte entre los distintos países 41 . Estos
progresos tecnológicos sirvieron por igual a las “empresas ilegales” dedicadas al
narcotráfico, la trata de seres humanos, el tráfico ilícito de armas pequeñas y armas
ligeras, el robo de vehículos, el contrabando de especies naturales, etc.
En este marco se encuadran muchos de los asuntos de las relaciones entre México
y Estados Unidos –principalmente narcotráfico y migración-, y que según Abraham
Lowenthal son muy difíciles de manejar. Esto porque “el proceso político democrático,
tanto en Estados Unidos como en [México], impulsa políticas a ambos lados en
direcciones que a menudo son diametralmente opuestas a lo que sería necesario para
garantizar la cooperación internacional requerida para gestionar problemas difíciles que
trascienden las fronteras”42.
El principal riesgo es que se den respuestas militares a problemas de naturaleza
no militar, esto implica resolver estos conflictos no con políticas públicas sino utilizando
a las Fuerzas Armadas, criminalizando a sectores vulnerables de la población y
retornando nuevamente a la concepción de “enemigo interno”, aumentando la
posibilidad de transgresiones a los Derechos Humanos. En otras palabras, los gobernantes
deberán desarrollar otras capacidades específicas del Estado para atender los diferentes
tipos de problemas o amenazas43.

d. Objetivos
Esta tesis tiene como objetivo general demostrar, describir y examinar el proceso
de militarización de la seguridad pública en México y sus consecuencias. Para alcanzarlo
se propone los siguientes objetivos específicos:

41
La teoría de la interdependencia surge porque se considera que las teorías clásicas, en especial el
realismo, no daban cuenta de los cambios estructurales producidos a nivel sistémico durante la década de
los setenta. Los autores de esta teoría fueron Robert Keohane y Joseph Nye. Para ellos, dependencia
significa una condición en la que un Estado es determinado o significativamente afectado por fuerzas
externas. Interdependencia, quiere decir dependencia mutua en política mundial, se refiere a situaciones
caracterizadas por efectos recíprocos entre países o entre actores en diferentes países. La interdependencia
compleja se identifica por: a) la existencia de “canales múltiples” en la relación entre las sociedades, es
decir, una cierta pérdida del “monopolio” del Estado como actor excluyente en las relaciones
internacionales; b) una agenda de las relaciones interestatales integrada por múltiples temas que no están
colocados en una jerarquía clara y consistente a lo largo del tiempo; y, c) el hecho que los Estados
descarten el empleo de la fuerza militar contra otros Estados de la misma región. Keohane, Robert; Nye,
Joseph: Poder e Interdependencia. La política mundial en transición, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos
Aires, 1998.
42
Lowenthal, Abraham F.: “Estados Unidos y América Latina a inicios del siglo XXI”, en Foreign Affairs en
Español, enero-marzo de 2007, p. 7.
43
García Covarrubias, Jaime (2005); Op. Cit.
 Analizar refiriendo a su funcionamiento, cualidades y desarrollo histórico el
proceso de intervención de las fuerzas militares mexicanas en ámbitos de la
seguridad pública, a partir de la identificación de los hechos más relevantes y
representativos y una descripción de los mismos.
 Contextualizar el escenario político mexicano y las modificaciones legales,
identificando la actuación de las administraciones de alternancia partidaria
encarnadas en las figuras de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y Felipe Calderón
Hinojosa (2006-2012) respecto de las Fuerzas Armadas y la seguridad pública.
 Señalar las consecuencias en materia de Derechos Humanos de la utilización de
los militares en cuestiones de seguridad pública.
 Especificar la influencia de Estados Unidos mediante el impulso de tres
instancias: Comando Norte, Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América
del Norte –y en ese marco la construcción del muro fronterizo-, y el Plan Mérida.

e. Metodología
Tipo de estudio
Es una investigación descriptiva-analítica que pretende identificar y desarrollar
las características del fenómeno de la militarización de la seguridad pública en México.
También se propone señalar las consecuencias de dicho proceso.

Método de investigación
El método de investigación adoptado, por tratarse de un trabajo que intenta
describir una compleja realidad social, es el cualitativo. El mismo produce datos
descriptivos, a partir de las palabras de las personas, tanto habladas como escritas y
considera la cualidad y calidad, conceptos que vienen del mismo término latino qualitas,
y éste deriva de qualis (cuál, qué). “De modo que a la pregunta por la naturaleza o
esencia de un ser: ¿qué es?, ¿cómo es?, se da la respuesta señalando o describiendo su
conjunto de cualidades o la calidad del mismo”44.

Fuentes y técnicas para la recolección de la información


Para llevar adelante la investigación se recurrió mayormente a una revisión
bibliográfica. Se utilizaron fuentes primarias como la Constitución Política de los Estados

44
Martínez M, Miguel: “La investigación cualitativa (síntesis conceptual)”, en IIPSI, Facultad de Psicología,
UNMSM, vol. 9, no. 1, 2006, p. 123.
Unidos Mexicanos, la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas y demás legislación
pertinente, así como estadísticas y otros informes producidos por organismos nacionales
tales como los Programas Nacionales de Desarrollo, los Informes Anuales de Gobierno,
leyes estadounidenses y Declaraciones Conjuntas de los mandatarios.
También se trataron fuentes secundarias, dentro de las cuales destacan los libros
y trabajos de intelectuales especializados, revistas científicas y diferentes periódicos, en
su mayoría los nacionales El Universal y La Jornada, en particular este último que en su
sistema de búsqueda electrónica tiene una base con sus publicaciones desde 1996.
Además se utilizaron documentos elaborados por organismos gubernamentales y no
gubernamentales, nacionales e internacionales, de Derechos Humanos. A partir de este
material se buscó reflejar las posturas de diversos sectores de la sociedad (partidos
políticos, movimientos sociales, ONG’s, empresarios, Iglesia, entre otros) ante los
procesos de militarización.
Fundamentalmente, se accedió a casi todas estas fuentes por medio de Internet.

f. Esquema de la tesis
La obra se compone de una introducción -donde además de presentar el tema de
tesis se establecen los fundamentos, las hipótesis, el marco teórico-conceptual, los
objetivos y la metodología-, cuatro capítulos con sus respectivas reflexiones
preliminares y las conclusiones finales.
En el primer capítulo se da cuenta de las especificidades y funciones de las
Fuerzas Armadas mexicanas, las cuales devienen de su origen en la Revolución. Se
destaca la existencia de un pacto no escrito entre militares y el poder civil que regirá las
relaciones entre ambos. Luego, se hace una referencia socio-histórica de los cambios
acaecidos en el país entre la década de los ’70 y los ’90, y el incremento de la
intervención de los elementos castrenses en la seguridad interna y en la seguridad
pública. Finalmente, se hace un breve recuento del desarrollo del narcotráfico en el país
al amparo del poder público y, la posterior, intervención de las Fuerzas Armadas para su
“combate”.
A continuación, el segundo capítulo trata de la relación de las relaciones cívico-
militares durante la primera administración de alternancia partidaria. En él se
demuestra mediante variables cuantitativas y la designación de un General al mando de
la PGR (Procuraduría General de la República), la profundización de la militarización de
la seguridad pública. Se analiza la influencia del poder castrense ante los diversos
cambios institucionales. Se señala también la expansión territorial de la militarización
de la seguridad pública. Y, por ultimo, se exponen las transformaciones del narcotráfico
frente al cambio político y la utilización de las Fuerzas Armadas para su contención.
El tercer capítulo, abarca las relaciones cívico-militares a lo largo del primer
bienio de la presidencia de Felipe Calderón. Se examina particularmente la puesta en
marcha de los Operativos Conjuntos entre militares y policías desplegados en varios
estados del país. Además, se comprueba cómo la creciente militarización vulnera los
Derechos Humanos cuestión que se agrava con la injerencia de la justicia militar en
estos casos.
El último capítulo, está dedicado a la dimensión externa de la militarización de la
seguridad pública proveniente de las estrategias de Estados Unidos. En éste se
desarrollan las relaciones entre los dos países, para observar cómo mutan luego del 11
de septiembre. Este suceso lleva a diferentes mecanismos que profundizan la
militarización de la seguridad: acuerdos para lograr “fronteras inteligentes”; Alianza
para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte; construcción de un muro
fronterizo y la Iniciativa Mérida que intenta el combate al narcotráfico y al terrorismo.
Finalmente, en las conclusiones se retoman las ideas principales y reflexiones
preliminares de cada capítulo en pos de plasmar la confirmación de las hipótesis
primarias así como de las hipótesis secundarias. También se suman un conjunto de
observaciones de la autora que no pretenden proporcionar una solución al problema sino
advertir algunas cuestiones acerca de la militarización de la seguridad pública como
política para enfrentar el dilema de la “inseguridad”.
Cabe destacar que hay un amplio conjunto de temas que son parte de este
proceso de militarización que no se han tratado, no por se menos importantes sino por
cuestiones de extensión del presente trabajo. Por ejemplo, las recientes reformas
legales en materia de derecho penal y procuración de justicia y la Ley de Seguridad
Nacional, así como tampoco los atentados de grandas perpetrados la noche del 15 de
septiembre de 2008 en el marco de los actos por el día de la Independencia o, las
extrañas circunstancias en las que perdió la vida el Secretario de Gobierno Juan Camilo
Mouriño. Otras cuestiones no abarcadas son las consecuencias de la liberalización del
sector agrícola en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la
pugna por la reforma energética y el accionar de los grupos guerrilleros. Finalmente, hay
tres grandes áreas que no se han atendido y que probablemente constituyan futuras
líneas de investigación de la autora: la militarización de las riquezas naturales, la
militarización de la protesta social y la militarización de la Frontera Sur, y en este marco,
el Plan Puebla-Panamá.
Recapitulando, el presente trabajo representa un esfuerzo de investigación que
da cuenta de un caso atípico en América Latina: el proceso de militarización de la
seguridad pública en México, un país que no atravesó durante el siglo XX ni una
dictadura ni un conflicto civil armado extenso como es el caso de otros Estados en los
que se desarrolla la militarización de la seguridad pública, por ejemplo Brasil o algunas
naciones centroamericanas. Y en este marco, destacan las políticas por parte de los
gobiernos de alternancia partidaria que profundizan estas dinámicas.
Capítulo 1: “Antecedentes y desarrollo político-histórico de
las Fuerzas Armadas mexicanas”

Las Fuerzas Armadas mexicanas tienen varias características que las diferencian
de sus pares en América Latina, como por ejemplo el hecho de no haber llevado
adelante golpes de Estado durante el siglo XX45.
Esto es, en gran parte, consecuencia de su rasgo fundamental: su origen en la
Revolución Mexicana que se inicia en 1910 contra la dictadura de Porfirio Díaz. En ella
participaron casi todos los sectores de la sociedad, excepto los terratenientes y la Iglesia.
Las fuerzas revolucionarias estaban compuestas mayoritariamente por campesinos y
otros sectores populares; su ideología era la justicia social. Es decir, quebraron el
pensamiento liberal-conservador del Ejército porfiriano, suceso que no ocurrió en el
resto del continente donde los militares surgieron al amparo de regímenes oligárquicos.
Como señala Alain Roquié, “es necesario remontarse a la magna conmoción para
comprender [la] supremacía civil”46.
Si bien el Ejército federal de Díaz fue derrotado fácilmente, todo lo contrario
sucedió al momento de lograr la estabilidad del país y restar peso a la influencia militar.
En esa época, México era uno de los estados con más hombres en armas y que más
presupuesto nacional gastaba en defensa47. Uno de los factores determinante para lograr
la estabilización fue la creación del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929, que
consigue unificar de manera exitosa a todas las fracciones políticas y militares
vencedoras.
El siguiente paso en este sentido lo dio Lázaro Cárdenas, que en 1938 –luego de la
nacionalización del petróleo- renombra al partido “de la Revolución Mexicana” y
establece en él cuatro sectores: campesino, obrero, popular (compuesto por
trabajadores del Estado, profesionales, pequeños empresarios, etc.) y militar. Como
bien indica Roquié, “paradójicamente, se politiza así a los militares para desmilitarizar
45
Desde el 22 de febrero de 1913, cuando el general Victoriano Huerta asesinó al presidente Francisco I.
Madero, no ha habido ningún derrocamiento del presidente; hubo intentos, pero fracasaron. “Historia
Ejército Mexicano”, en http://www.sedena.gob.mx (visitado el 09/04/2008).
46
Rouquié, Alain: El Estado militar en América Latina, Emecé Editores, Buenos Aires, 1984, p. 225.
47
“En términos de hombres en armas, en 1910, antes de estallar la revolución, el Ejército tenía 4.000
oficiales y 20.000 tropas, para una población de 14 millones de personas. O sea, había un militar por cada
583 habitantes. Hacia fines de la etapa armada de la revolución llegó a tener hasta 80.000 hombres en
armas, dándose una alarmante proporción de un militar por cada 160 habitantes. (…) A nivel presupuestal, a
inicios de los años veinte los Ejércitos revolucionarios demandaban más del 50 por ciento del total del gasto
del gobierno”. Benítez Manaut, Raúl: “Las Fuerzas Armadas mexicanas a fin de siglo”, en Fuerzas Armadas y
Sociedad, año 15, no. 1, enero-marzo de 2000, pp. 14-16.
la política y neutralizar a aquéllos mediante su incorporación al poder en un puesto
subordinado”48.
Finalmente, Manuel Ávila Camacho –último militar en presidir la nación- fusiona
en 1940 el sector militar con el popular. Cuando concluye su mandato nace, según Raúl
Benítez Manaut, un “pacto cívico-militar no escrito”. El mismo

“se basa en las siguientes reglas: el primer presidente civil de la revolución,


Miguel Alemán, acepta el bastón de mando que le dan los generales de la revolución
en 1946, a cambio de un respeto absoluto a la institución castrense. En
correspondencia se desprende la segunda regla no escrita, pactada en contra de
todas las tradiciones de los militares mexicanos desde que nació la República a
inicios del siglo XIX: los militares respetarían a capa y espada ese poder civil”49.

De este modo, a medida que el régimen autoritario del ahora llamado PRI (Partido
Revolucionario Institucional) se fue consolidando gradualmente desde su interior fue
sometiendo a las Fuerzas Armadas. Así nuevos sectores se hicieron cargo del aparato
estatal, antes monopolizado por los militares, existiendo éstos como una parte más de la
revolución institucionalizada50.
Por su parte, el gobierno otorga, a cambio, cierta libertad de maniobra al brazo
armado, reflejo de esto es que prácticamente no hubo relaciones entre éste y el
Congreso durante el siglo XX. La residencia presidencial recibía las iniciativas de ley
escritas por las instituciones militares y las enviaba a las dos Cámaras. Los diputados y
los senadores nunca objetaron las iniciativas de ley en materia de defensa, seguridad e
incluso política exterior. Lo mismo ocurría con el presupuesto de los ministerios51.

48
Roquié, Alain (1984); Op. Cit., p. 227.
49
Benítez Manaut, Raúl (2000); Op. Cit., pp. 13-14.
50
En las elecciones de 1952 se presentó como candidato opositor el general Miguel Henriquez Guzmán y fue
derrotado. De ahí surgieron tres lecciones: “primera, quienes tuvieran aspiraciones políticas viables para
puestos burocráticos o de representación popular no tenían otro canal de expresión y ascenso que el partido
oficial (…). Segunda, los miembros del alto mando no expresarían públicamente sus opiniones sobre
problemas nacionales o bien de hacerlo sería para respaldar las declaraciones del presidente de turno o del
secretario de Estado respectivo; tercera, la institución como tal quedó semicorporativizada al partido de
Estado mediante un grupo militar de enlace con la presidencia y el partido dominante”. Éste creado en 1952
se encargó de canalizar las demandas de la milicia. Piñeyro, José Luis: “Las Fuerzas Armadas Mexicanas
frente al cambio presidencial del 2000: historia reciente y futuro inmediato”, en Polis: Investigación y
Análisis Sociopolítico y Psicosocial, año/vol. 00, número extraordinario, Universidad Autónoma
Metropolitana – Iztapalapa, México, 2003, p. 210.
51
Según Marcos Moloeznik, “el precio de la lealtad se revela sobre todo en el alto grado de autonomía
castrense, que se refleja en el goce de ciertas prerrogativas, entre las que se destaca la expansión de su rol
en el mantenimiento de la ley y el orden interno. También en el hecho de que los militares mantengan el
monopolio del planeamiento sectorial, gocen de autonomía en la administración de sus recursos y en el
Por otro lado, si bien los nombramientos de la jerarquía superior constituyen una
facultad presidencial, no se conoce que el mandatario revise la hoja de servicios de los
aspirantes, ni ha cambiado ninguna de las decisiones que le han enviado sus ministros de
defensa. En consecuencia existió una “autonomía funcional”52.
Otra parte gris, fue el sistema de justicia castrense –apoyado en el Código de
Justicia Militar-, que recién fue modificado en mayo de 2005, cuestión que no se había
realizado desde los años treinta. Hoy los sentenciados en este ámbito pueden acudir,
para cuestiones no castrenses, a la justicia civil53.
Sin embargo, a su vez, este sistema –centrado en la Procuraduría General de
Justicia Militar- se ha convertido en muchas ocasiones en un obstáculo para que el fuero
ordinario investigue y juzgue a militares acusados de violación a los Derechos Humanos.
Finalmente, podemos agregar que la sujeción al poder se origina en la lealtad al
cargo de “Mando Supremo” que corresponde al presidente, tal como lo establecen la
Constitución54, la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos55 y la Ley Orgánica
de la Armada de México56, y no por sumisión al pueblo al que sirven.

ejercicio del gasto militar y participen de diversos organismos, tales como el Consejo de Seguridad Nacional,
instancia deliberativa de coordinación de acciones orientadas a preservar la seguridad nacional; el Consejo
Nacional de Seguridad Pública, máximo órgano de decisión en la materia; y el Gabinete de Seguridad Pública,
responsable del diseño, la ejecución y la evaluación de la política criminal del gobierno central”. Moloeznik,
Marcos Pablo: “Las Fuerzas Armadas en México: entre la atipicidad y el mito”, en Nueva Sociedad, no. 213,
enero-febrero de 2008, p. 159.
52
Benítez Manaut, Raúl: “Seguridad y defensa en México. ¿De la revolución a la globalización?”, en Foreign
Affairs En Español, octubre-diciembre de 2003, ITAM, México, pp. 160-171.
53
El Código de Justicia Militar fue sancionado el 31 de agosto de 1933, respondía a las necesidades de
justicia de un Ejército derivado de la Revolución que necesitaba de un poder vertical, lo que no garantizaba
que el proceso fuera equitativo. No obstante, recién se logró reformar el 26 de mayo de 2005. “Una década
atrás era impensable que ninguna otra instancia nacional que no fuera de naturaleza militar abordara
situaciones tan emblemáticas como la que la Suprema Corte de Justicia de la Nación discutió en estas
semanas en torno a los amparos solicitados por militares que habían sido dados de baja por su condición de
portadores de VIH/sida”. Gómez, Magdalena: “La hora del Ejército”, en La Jornada, 13 de marzo de 2007.
54
El artículo 89, fracción VI de la Constitución establece que el Presidente de la República es el
Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917);
Op. Cit.
55
“El Mando Supremo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, corresponde al Presidente de la República,
quien lo ejercerá por sí o a través del Secretario de la Defensa Nacional; para el efecto, durante su mandato
se le denominará Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas”. Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea
Mexicanos, Diario Oficial de la Federación, 26 de diciembre de 1986, articulo 11.
56
“El Presidente de la República es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. Para efectos de esta
Ley se le reconocerá como Mando Supremo de la Armada de México”. Ley Orgánica de la Armada de México,
Diario Oficial de la Federación, 30 de diciembre de 2002, artículo 5.
1. Estructura militar

Como indicábamos al inicio del apartado anterior, las Fuerzas Armadas mexicanas
tienen varias diferencias con las de la región. Entre ellas se destacan la inexistencia de
un ministerio civil, la ausencia de un Estado Mayor Conjunto, la subordinación de la
Fuerza Aérea al Ejército, la presencia de una tercera fuerza –el Estado Mayor
Presidencial- y sus planes de defensa nacional DN-I, DN-II y DN-III.

1.1 Inexistencia de un ministerio de Defensa civil


En contraste con la mayoría de los países de América Latina, México carece de un
Ministerio de Defensa civil, porque las Secretarías de la Defensa Nacional (SEDENA) y de
Marina (SEMAR), están a cargo de militares en actividad, un General de división de arma
diplomado de Estado Mayor y un Almirante del cuerpo general diplomado de Estado
Mayor, respectivamente57.
Esta característica la determina, en el caso de la SEDENA, la Ley Orgánica del
Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos en su artículo 16: “El Alto Mando del Ejército y Fuerza
Aérea lo ejercerá el Secretario de la Defensa Nacional, el cual será un General de
División del Ejército, hijo de padres mexicanos; y que, con objeto de establecer
distinción respecto del resto de militares del mismo grado, se le denominará solamente
General”58.
Por otro lado, la Ley de la Armada no establece restricciones en este sentido, sin
embargo, la tradición político-militar ha llevado a que la mayoría de sus ministros hayan
sido Almirantes59.
Como indicábamos, con pocas excepciones, la mayor parte de los países del
continente cuentan con profesionales civiles en la dirección del área de defensa 60 .
Cuando esto no ocurre, como en el caso de México, suele demostrar cierta resistencia de
los uniformados a aceptar una conducción política.
Según Carlos Barrachina y Juan Rial, en su trabajo “Los ministerios de defensa en
América latina y las consecuencias de la multidimensionalidad de las amenazas”, se

57
Ambos son generales 4 estrellas en activo, o sea, ministros de Estados y a la vez los comandantes militares
con más jerarquía del país.
58
Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos; Op. Cit.
59
Desde su creación, sólo tres civiles han ocupado el puesto de Secretario de Marina. Benítez Manaut, Raúl:
“Las Fuerzas Armadas mexicanas: desafíos y estructuras frente a la democracia”, en Atlas Comparativo de
la Defensa en América Latina. Edición 2007, RESDAL (Red de Seguridad y Defensa de América Latina), abril
de 2007, p. 223.
60
Como por ejemplo, Cuba, El Salvador, República Dominicana, Guatemala y Venezuela.
utilizan varias razones para justificar que sea responsabilidad de civiles la gestión de
estos ministerios. Entre ellas destacan: “la necesidad de tener ‘control civil’ sobre la
administración militar, (…) la continuidad de funcionarios en determinados puestos
durante un tiempo dilatado, aspecto que no se garantiza con personal militar ya que
éste rota constantemente”61. Posteriormente, señalan que “si la defensa es una política
pública más, entonces el Estado debe tener la oportunidad de utilizar profesionales con
diferentes perfiles para desarrollar eficientemente su gestión”62.

1.2 Ausencia de un Estado Mayor Conjunto


Otra característica particular que se observa de México, y que lo distingue de la
mayor parte del mundo, es que no posee un Estado Mayor Conjunto. Por el contrario,
como se señaló en el apartado anterior, coexisten dos secretarías la de la Defensa
Nacional (SEDENA) y la de Marina (SEMAR).
La primera, creada en 1937, controla al Ejército y la Fuerza Aérea. Se rige por la
Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, la cual establece en su primer
artículo las siguientes misiones generales:
“I. Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación;
II. Garantizar la seguridad interior;
III. Auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas;
IV. Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país; y
V. En caso de desastre prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las
personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas afectadas”63.

61
Borrachina, Carlos y Rial, Juan (2006); Op. Cit., p 7.
62
Ibid.
63
Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos (1998); Op. Cit.
Figura II: Organigrama de la Secretaría de Defensa Nacional

Fuente: Benítez Manaut, Raúl (2007); Op. Cit., p. 224.

Por su parte, la SEMAR –escindida en 1940 de la secretaría que las aglutinaba-


está a cargo de la Armada de Guerra. La misma establece su desempeño en base a la Ley
Orgánica de la Armada de México, que indica que son atribuciones de la Armada de
México, las siguientes:
“I. Organizar, adiestrar, alistar, equipar y operar a las fuerzas que la constituyen
para el cumplimiento de su misión y ejercicio de sus funciones;
II. Cooperar en el mantenimiento del orden constitucional del Estado Mexicano;
III. Realizar acciones para salvaguardar la soberanía y defender la integridad del
territorio nacional en el mar territorial, zona marítimo-terrestre, islas, cayos, arrecifes,
zócalos y plataforma continental; así como en aguas interiores, lacustres y ríos en sus
partes navegables, incluyendo los espacios aéreos correspondientes, así como vigilar los
derechos de soberanía en la zona económica exclusiva;
IV. Proteger el tráfico marítimo, fluvial y lacustre, en el área de jurisdicción
federal y donde el Mando Supremo lo ordene y, en coordinación con otras autoridades
competentes mediante convenios, establecer por instrucción del Mando Supremo las
áreas de control al mismo, incluidos los respectivos espacios aéreos;
V. Salvaguardar la vida humana en la mar y en las aguas interiores, mediante
operaciones de búsqueda, rescate y salvamento en las aguas marinas nacionales e
internacionales y en todas aquellas en las que el Mando Supremo lo ordene;
VI. Proteger instalaciones estratégicas del país en su área de jurisdicción y donde
el Mando Supremo lo ordene;
VII. Auxiliar a la población en los casos y zonas de desastre o emergencia;
aplicando los planes institucionales de protección civil, en coordinación con otras
autoridades;
VIII. Proteger los recursos marítimos, fluviales y lacustres nacionales;
IX. Garantizar el cumplimiento del orden jurídico en las zonas marinas mexicanas
por sí o coadyuvando con las autoridades competentes en el combate al terrorismo,
contrabando, piratería en el mar, robo de embarcaciones pesqueras, artes de pesca o
productos de ésta, tráfico ilegal de personas, armas, estupefacientes y psicotrópicos, en
los términos de la legislación aplicable;
X. Realizar actividades de investigación científica, oceanográfica, meteorológica,
biológica y de los recursos marítimos, actuando por sí o en colaboración con otras
instituciones nacionales o extranjeras, o en coordinación con dependencias del Ejecutivo;
XI. Intervenir, sin perjuicio de las atribuciones de las dependencias del Ejecutivo,
en la prevención y control de la contaminación marítima, así como vigilar y proteger el
medio marino dentro del área de su responsabilidad, actuando por sí, o en colaboración
con otras dependencias e instituciones nacionales o extranjeras;
XII. Fomentar y participar con las autoridades civiles en actividades socio-
culturales y cívicas en aspectos relacionados con el medio marítimo;
XIII. Realizar levantamientos topográficos de los mares y costas nacionales y
publicar la cartografía náutica, así como la información necesaria para la seguridad de la
navegación; y participar y fomentar toda actividad relacionada con el desarrollo
marítimo nacional;
XIV. Administrar y fomentar la educación naval en el país, y
XV. Las demás que le señalen las disposiciones aplicables y le encomiende el
Mando Supremo”64.

64
Ley Orgánica de la Armada de México (2002); Op. Cit., artículo 2.
Figura III: Organigrama de la Secretaría de Marina

Fuente: Benítez Manaut, Raúl (2007); Op. Cit., p. 222.

Dado este esquema, en la realidad, producto de la inexistencia de un Estado


Mayor Conjunto y de una mínima coordinación, es como si existiesen dos brazos armados
del Estado. Así lo expresa el especialista Raúl Benítez Manaut, “al haber dos Secretarías
de Estado militares, y a su vez, dos comandancias militares, en la práctica hay dos
Fuerzas Armadas con autonomía casi total entre ambas”65.

1.3 Subordinación de la Fuerza Aérea


Como observamos al analizar la estructura de la defensa, la Fuerza Aérea no
posee una secretaría para sí. Si bien hay un Comandante de la Fuerza Aérea mexicana y
tiene su propio Estado Mayor -el Estado Mayor de la Fuerza Aérea- ambos están
supeditados al Secretario de Defensa, y dependen de él. Por ello, la Fuerza Aérea no
tiene independencia, y su doctrina de guerra se subordina a la del Ejército de Tierra66.

65
Benítez Manaut, Raúl (2007); Op. Cit., p. 230
66
“Asimismo, se verifica un grado de desarrollo signado por el desequilibrio en el equipamiento de cada
fuerza; en especial, en detrimento de la Fuerza Aérea que ni siquiera interviene en el proceso de toma de
Esta situación se remonta a la existencia del Ejército Constitucionalista, cuando
Venustiano Carranza, suma a las cuatro armas existentes -infantería, caballería,
artillería e ingenieros- la Aviación Militar en febrero de 1915. Para Moloeznik, “no existe
la Fuerza Aérea (que recibe esta denominación el 10 de febrero de 1944); por lo tanto,
se está en presencia de una especie de aviación de Ejército”67.

1.4 La tercera fuerza: el Estado Mayor Presidencial


Es un órgano técnico-militar y, paralelamente, una unidad administrativa de la
Presidencia 68 . Su jefe –un General del Ejército procedente de arma- es nombrado
directamente por el principal mandatario y posee el grado de general de dos estrellas.
Luego de los Secretarios de Defensa y de Marina, es el que sigue en la jerarquía de las
Fuerzas Armadas mexicanas69.
Al igual que las otras fuerzas, se rige por un reglamento que indica que sus
misiones generales son:
“I. Garantizar la seguridad del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, de su
familia, de los Mandatarios y funcionarios extranjeros que visiten la República Mexicana,
de los ex Presidentes de la República y de otras personalidades que por la importancia
de su cargo o encomienda, expresamente ordene el titular del Ejecutivo Federal; así
como proporcionar el apoyo logístico inherente a las actividades anteriores.
II. Apoyar al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos en el desarrollo de sus
actividades”70.
Para lograr estos objetivos tiene a su disposición el Cuerpo de Guardias
Presidenciales, las Unidades de Infantería de Marina de Guardias Presidenciales, el
Grupo Aéreo de Transportes Presidenciales y aquellas que se le asignen, las que

decisiones que se desarrolla en la Secretaría de la Defensa Nacional para la adquisición de aeronaves o


helicópteros”. Moloeznik, Marcos Pablo (2001); Op. Cit., p. 110.
67
Moloeznik, Marcos Pablo (2005); Op. Cit., p. 202.
68
Reglamento del Estado Mayor Presidencial, Diario Oficial de la Federación, 23 de enero de 2004.
69
Según el sitio oficial de la presidencia, su origen se remonta al establecimiento de la República, cuando
en 1824 el primer Presidente de México, el general Guadalupe Victoria, creó una Ayudantía General. (…)
Este organismo ha tenido en el curso del tiempo diversas denominaciones, entre las cuales destacan:
Ayudantía General, Estado Mayor Facultativo, Cuerpo Especial de Estado Mayor del Presidente de la
República, hasta llegar a su nombre actual: Estado Mayor Presidencial. [Bajo el gobierno de Porfirio Díaz] el
7 de mayo de 1895 se dio a conocer el primer reglamento orgánico del Estado Mayor Presidencial, en el que
se precisaron las atribuciones del jefe del mismo y sus misiones generales. El 24 de marzo de 1985, el
Presidente Miguel de la Madrid Hurtado reformó el reglamento del Estado Mayor Presidencial (…). En esta
versión, se establecieron las tareas del organismo para auxiliar al Presidente de la República en la obtención
de información general (…). http://www.presidencia.gob.mx/estadomayor/ (visitado el 09/04/2008)
70
Reglamento del Estado Mayor Presidencial (2004), Op. Cit., artículo 4.
dependen operativamente del Estado Mayor Presidencial y, en el aspecto administrativo,
de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina, respectivamente71.
También cuenta con responsables de todas las secciones, entre ellas la Sección
Segunda –inteligencia- que obtiene la información necesaria y la reporta, tanto al jefe
de Estado Mayor, como al propio titular de la Secretaría de la Defensa.

2. Planes de defensa nacional, doctrina de guerra y despliegue territorial

De la Constitución y de las leyes orgánicas de las fuerzas, en base a las misiones


que se atribuye a las mismas, se desprenden tres planes que marcan la doctrina para el
despliegue de las Fuerzas Armadas: el Plan de Defensa Nacional I (DN-I), que consiste en
la clásica defensa contra un agresor externo; el Plan de Defensa Nacional II (DN-II), que
toma como hipótesis la agresión de un enemigo interno; y, el Plan de Defensa Nacional
III (DN-III), que comprende la preparación de las tropas para proteger y auxiliar a la
población en caso de desastres naturales.
Si bien estas doctrinas están presentes desde el nacimiento de las Fuerzas
Armadas mexicanas, el cambio en las condiciones ha resultado en el fortalecimiento de
unas y el mantenimiento formal de otras.

2.1 El Plan de Defensa Nacional I


El DN-I, inspirado en las diversas intervenciones extranjeras que sufrió el Estado
durante el siglo XIX y principios del XX, dispone que para repeler al invasor se utilizarían
de modo combinado fuerzas regulares e irregulares, “bajo [una] dinámica, [de] intensa y
extendida guerra de guerrillas hasta derrotar y expulsar del país al invasor. En dicha
campaña se trataría de hacer recurso a la solidaridad de los países aliados o amigos para
contribuir a la rápida salida de los agresores”72.
Este plan, según la visión estratégica mexicana, ha quedado en desuso producto
de la integración económica y social con el otrora principal enemigo: Estados Unidos.
Por su lado, si bien los Ejércitos de Guatemala y Honduras están bien pertrechados no se
supone que los emplearían contra México, ya que todos pertenecen al “paraguas de
seguridad” de la superpotencia. Este ha sido el factor que ha contribuido a tener

71
Ibid.
72
Piñeyro, José Luis: “Fuerzas Armadas mexicanas y modernización militar”, en Augusto Varas (Coordinador):
La autonomía militar en América Latina, Editorial Nueva Sociedad, Caracas, 1988, p. 273.
Fuerzas Armadas reducidas en relación al tamaño del país, población e importancia en la
región73.

2.2 El Plan de Defensa Nacional II


El Plan DN-II es el más amplio y el más controvertido ya que, generalmente,
todas las acciones que se realizan dentro de él corresponderían a otras dependencias del
Estado. Como referenciamos, México no considera un ataque clásico proveniente de otro
Estado; por eso, la principal función de sus elementos armados ha sido el control interno
contra cualquier fuerza que se considere disgregante del orden social.
Como señala el especialista José Luis Piñeyro,

“el Plan DN-II está diseñado para confrontar cualquier movimiento político
armado o no armado que atente contra la Constitución, leyes e instituciones
derivadas y la forma de propiedad dominante amparadas por las mismas; la
salvaguarda, si no exclusiva, sí predominante de la propiedad privada. (…)
Disturbios civiles (manifestaciones, huelgas, invasiones de tierras, etc.), o diversos
actos violentos (sabotajes, acciones guerrilleras rurales o urbanas, etc.)
constituyen la variedad de acontecimientos a vigilar o controlar. La idea rectora o
hipótesis de guerra es acudir al área conflictiva de inmediato, controlar o reprimir
con energía el foco de insurgencia civil armada o no armada o, por lo menos,
aislarlo del resto de la sociedad”74.

La primera gran amenaza de este tipo fue la "guerra cristera", que se desató
cuando Plutarco E. Calles intentó poner en práctica el programa anticlerical de la
Revolución –señalado en la Constitución- y la Iglesia se rebeló, conformando un
movimiento católico radical restauracionista del viejo orden. Esta guerra civil que
transcurrió entre 1926 y 1929 tuvo como vencedor al Ejército revolucionario,
consolidando el proyecto emanado de la Revolución75.

73
Durante el Conflicto Centroamericano, si bien la seguridad fronteriza se vio socavada ante los diversos
cruces de la línea divisoria por parte de las Fuerzas Armadas guatemaltecas, la solución se buscó a través de
la diplomacia y por tanto no se aplicó el plan DN-I. “El objetivo fue buscar la distensión y contribuir a la
estabilización de Centroamérica; por ello era incongruente una tensión o enfrentamiento militar directo con
el Ejército de Guatemala, pues eso hubiera provocado el incremento de la desestabilización (…)”. Benítez
Manaut, Raúl: “Las Fuerzas Armadas mexicanas a fin de siglo: Su relación con el estado, el sistema político y
la sociedad”, en Sociológica, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, año 9, no. 25, mayo-agosto
de 1994, pp. 190-191.
74
Piñeyro, José Luis (1988); Op. Cit., p. 273.
75
Moloeznik, Marcos Pablo (2008); Op. Cit., p. 157.
Otro momento histórico que marca la utilización de las Fuerzas Armadas, es la
represión a los estudiantes universitarios y secundarios concentrados en la Plaza de las
Tres Culturas, el miércoles 2 de octubre de 1968. Este hecho conocido como la “masacre
de Tlatelolco” acaeció cuando, luego de varios meses de huelgas y muy próximos a la
celebración de los Juegos Olímpicos con sede en México, el gobierno de Gustavo Díaz
Ordaz utilizó la fuerza y emboscó a los estudiantes para disiparlos76.
A cuarenta años de lo ocurrido aún no se sabe cuánta gente murió, a quiénes
detuvieron y torturaron, cuántos fueron los heridos. La información, a pesar de la
creación del Instituto Federal de Acceso a la Información pública (IFAI), sigue estando
clasificada como de “seguridad nacional”. Estima Benitez Manaut que esto generó “una
especie de ‘síndrome de 1968’, donde [las Fuerzas Armadas] no desean que se vuelvan a
repetir este tipo de acontecimientos, y si así sucediera, desearían que no se les
requiriera”. En otras palabras, “presentan un caso de ‘autocontención’ en la
participación activa en sucesos políticos, después de 1968”77.
Además, muchos estudiantes pasaron a engrosar las filas de las guerrillas urbanas
y rurales a las que se combatió, una vez más, con el Ejército. De modo que, bajo el
manto de la “democracia” y sin adherir a la Doctrina de Seguridad Nacional como sus
pares del Cono Sur –aún más, asilando a sus exiliados-, el gobierno mexicano inicia una
“virtualmente desconocida ‘guerra sucia’”78.
Esta campaña que se llevó adelante, sobre todo, durante el gobierno de Luis
Echeverría (1970-1976) fue contrabalanceada con la llamada “acción cívica”. Ésta
comprendía diversas tareas como reparación de caminos y escuelas, alfabetización,
campañas contra plagas y epidemias, vigilancia contra el crimen rural, apoyo para la
realización del censo en zonas rurales, vigilancia de las principales vías de comunicación,
brigadas de acción social médicas, veterinarias y dentales, distribución de agua potable

76
“El comportamiento de las Fuerzas del Ejército fue diferente según las zonas y los mandos. Varió de una
voluntad asesina a una indisciplina pasiva que salvó a muchos manifestantes. Hay variados testimonios de
que soldados dispararon contra ambulancias de la Cruz Verde para que no entraran al cerco en los primeros
momentos; existen testimonios de estudiantes dejados salir del cerco por soldados ‘haciéndose los ciegos'
(fundamentalmente en la parte norte de la plaza y durante los primeros 15 minutos); testimonios que narran
cómo en los primeros momentos algunos soldados dispararon al aire y también hay múltiples testimonios de
estudiantes impulsados por los soldados a bayoneta calada hacia la zona del tiroteo”. Paco Ignacio Taibo II:
“2 de octubre: 30 años”, en La Jornada, 24 de septiembre de 1998.
77
Benítez Manaut, Raúl (1994); Op. Cit., p. 199.
78
Aguayo Quezada, Sergio: “Los usos, abusos y retos de la seguridad nacional”, en Aguayo Sergio y Bagley,
Bruce (Compiladores): En busca de la seguridad perdida. Aproximaciones a la seguridad nacional mexicana,
2ª edición, Siglo XXI Editores, México D.F., 2002, p. 115.
en zonas áridas (Plan Acuario, durante este sexenio), reforestación, y distribución de
granos en época de cosechas79.
Mismas labores que realizaron una vez concluida la Revolución para proyectar el
nuevo poder federal, integrando territorialmente la nación, realizando acciones para las
que no había infraestructura estatal, e incluyendo políticamente a la población. Aún hoy
siguen siendo actividades propias de las Fuerzas Armadas, lo que ha resultado en que la
institución sea una de las más valoradas por la población.
Para cumplir todas estas misiones, el cuerpo armado está desplegado
operacionalmente en zonas y regiones militares que abarcan la casi total extensión
territorial de 1.964.375 km2. En consecuencia, es el plan DN-II el que determina la
estructura y organización de las Fuerzas Armadas mexicanas80.
La división territorial, como tantas otras cuestiones tiene su origen en la
Revolución y su consolidación, cuando se organizan despliegues preventivos del Ejército
para evitar rebeliones. También ante la falta de cuerpos de seguridad en el campo –
donde se concentraba la mayor parte de la población para ese entonces- el Ejército
desempeña la función de policía rural. Posteriormente, el primer presidente civil, Miguel
Alemán, las reglamenta en 195181.
De este modo, el país está dividido para el ejercicio del Mando Territorial en 12
regiones, que abarcan un número variable de las 45 zonas militares:
I. Distrito Federal
II. Mexicali, Baja California
III. Mazatlán, Sinaloa
IV. Monterrey, Nuevo León
V. Guadalajara, Jalisco
VI. La Boticaria, Veracruz REGIONES
VII. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas MILITARES
VIII. Ixcotel, Oaxaca
IX. Cumbres de Llano Largo, Guerrero
X. Mérida, Yucatán
XI. Torreón, Coahuila
XII. Irapuato, Guanajuato

79
Benítez Manaut, Raúl (2000); Op. Cit., p. 19. Otra importante tarea que ha cumplido el instituto armado
mexicano en pos de apuntalar el sistema político -y que continúa realizando-, es el resguardo de las boletas
durante las elecciones de autoridades gubernamentales, según Tirado “con una doble función, una de tipo
meramente policial para preservar el orden, y otra de tipo político, ya sea para contribuir activamente en
triunfos fraudulentos a favor del partido oficial (p.ej., al organizar brigadas volantes de votantes con
elementos de las Fuerzas Armadas, particularmente en zonas rurales abundan testimonios en este sentido),
o bien, para sofocar el descontento de electores que han decidido defender su voto al considerar que se
cometió fraude por parte del gobierno a favor de su partido”. Tirado, Erubiel (2003); Op. Cit.
80
Benítez Manaut, Raúl (2000); Op. Cit., p. 19.
81
Benítez Manaut, Raúl: “México: doctrinas de seguridad y defensa (del siglo XX al XXI)”, en Nuevos temas
de seguridad en América Latina, Fundación CIDOB, Barcelona, 2002, p. 59.
Figura IV: Zonas militares

1/a. Tacubaya, 2/a. Tijuana, 3/a. La Paz, Baja 4/a. Hermosillo, 5/a. Chihuahua,
Distrito Federal Baja California California Sonora Chihuahua
6/a Saltillo, 7/a. Escobedo, 8/a. Cd. 9/a. Culiacán, 10/a. Durango,
Coahuila Nuevo León Reynosa, Sinaloa Durango
Tamaulipas
11/a. 12/a. San Luis 13/a. Tepíc, 14/a. 15/a. Zapopan,
Guadalupe, Potosí, San Luis Nayarit Aguascalientes, Jalisco
Zacatecas Potosí Aguascalientes
16/a. Sarabia, 17/a. Querétaro, 18/a. Pachuca, 19/a. Tuxpan, 20/a. Colima,
Guanajuato Querétaro Hidalgo Veracruz Colima
21/a. Morelia, 22/a. Toluca, 23/a. Panotla, 24/a. 25/a. Puebla,
Michoacán Estado de México Tlaxcala Cuernavaca, Puebla
Morelos
26/a. Lencero, 27/a. El Ticui, 28/a. Ixcotel, 29/a. Minatitlán, 30/a.
Veracruz Guerrero Oaxaca Veracruz Villahermosa,
Tabasco
31/a. Rancho 32/a. Valladolid, 33/a. Campeche, 34/a. Chetumal, 35/a.
Nuevo, Chiapas Yucatán Campeche Quintana Roo Chilpancingo,
Guerrero
36/a Tapachula, 37/a. Santa 38/a. Tenosique, 39/a. Ocosingo, 40/a. Guerrero
Chiapas Lucia, Estado de Tabasco Chiapas Negro
México
41/a. Puerto 42/a. Hidalgo del 43/a. 44/a. 45/a. Nogales,
Vallarta, Jalisco Parral, Apatzingan, Miahuatlán, Sonora
Chihuahua Michoacán Oaxaca

Figura V: División territorial por regiones

Fuente: http://www.sedena.gob.mx/index.php?id_art=629 (visitado el 09/04/2008)


El mando aéreo, por su parte, trabaja en base al siguiente esquema:

Figura VI: División aérea por regiones

Fuente: http://www.sedena.gob.mx/index.php?id_art=629 (visitado el 09/04/2008)

Dentro de las prerrogativas de la Comandancia a cargo de las zonas y regiones se


encuentran: “(...) dictar las disposiciones necesarias para acudir en auxilio de [las
autoridades civiles] si así lo solicitan, siempre que esté dentro de sus facultades”82; “En
los casos de alteración del orden dentro de su jurisdicción territorial, tomarán todas las
medidas tendientes a restablecerlo, impartiendo garantías a la Sociedad e instituciones,
informando a la Secretaría de la Defensa Nacional” 83 ; y, “cuando sea manifiesta la
impotencia de la policía para mantener el orden, pueden acudir en auxilio, sujetándose
a las prescripciones legales del caso”84.
En síntesis, el plan DN-II determina la estructura y organización territorial del
Ejército: vertebración del patrimonio geográfico nacional, control sobre los caciques

82
Reglamento General de Regiones y Zonas militares, Diario Oficial de la Federación, 9 de junio de 1951,
artículo 10, inciso 6.
83
Ibid., artículo 10, inciso 8.
84
Ibid., artículo 10, inciso 9.
locales y preservación de la seguridad en el medio rural. Es importante destacar, que en
general, los Ejércitos de la mayoría de los países del mundo no tienen una estrategia
similar al plan DN-II, pues éste conlleva considerar a ciertos sectores de la población
nacional como “enemigo”85.

2.3 El Plan de Defensa Nacional III


Este plan se beneficia del entrenamiento, organización y alcance de las tres
armas para apoyar a la población cuando huracanes, inundaciones, sismos, la sacuden
con vehemencia. El auxilio no termina en darle refugio, agua, alimentos y materiales de
construcción, sino que también se aprovecha para realizar campañas de salud; asimismo,
están presentes en la reconstrucción. Como resultado, esta es de las misiones más
valoradas por la población.
Marcos Moloeznik aporta el dato según el cual “la génesis de la misión de
protección civil de manera sistemática y coordinada: [...] tiene su origen en el año 1966,
cuando el desbordamiento del río Pánuco provocó graves daños en los Estados de
Veracruz y Tamaulipas; ante estas circunstancias, el Presidente de la República [Díaz
Ordaz] giró instrucciones para que las Fuerzas Armadas conformaran un plan para
auxiliar a la población civil en casos de desastre”86.
Adicionalmente, se ha convertido en su carta de presentación al exterior. Tantos
años de experiencia han permitido exportar esta habilidad, y, mediante “la cooperación
binacional -no en el marco de los organismos internacionales- [asistir] cuando desastres
naturales asolan a otros países, principalmente en la Cuenca del Caribe y Centroamérica.
Fue notable, por su simbolismo, la presencia de tropas mexicanas en Estados Unidos
ante la destrucción de la ciudad de Nueva Orleáns tras el paso del huracán Katrina, en
septiembre de 2005”87.
Es importante destacar, como se hizo en el plan DN-I, que hubo una ocasión en la
que la posibilidad de ejecutar el plan DN-III provocó un gran debate nacional y una
pugna entre militares y civiles: el terremoto de septiembre de 1985. Las Fuerzas
Armadas trataron de aplicar el plan en las áreas afectadas de la Ciudad de México, lo
que hubiera implicado la militarización de dichos barrios para emprender las tareas de
rescate. Las autoridades federales decidieron no realizarlo, y fueron organismos de

85
Benitez Manaut (2000); Op. Cit., p. 19.
86
Moloeznik, Marcos Pablo (2005); Op. Cit., p. 192.
87
Benitez Manaut (2007); Op. Cit., p. 231.
salvamento y la sociedad civil coordinados por instituciones del Estado los que se
hicieron cargo de la situación. A raíz de este suceso, fue creado el Sistema Nacional de
Protección Civil (SNPP), el 20 de septiembre de 1988. De ahí en adelante, las acciones
del DN-III se enmarcaron en dicho sistema88.

3. Las Fuerzas Armadas mexicanas en el último cuarto del siglo XX: de la


seguridad interior a la seguridad pública

Se podría decir que a mediados de la década de los setenta, una vez combatidos
los movimientos guerrilleros, el instrumento militar emprende nuevas funciones dentro
del territorio.
Ejemplo de esto es la protección de instalaciones vitales, en especial las
petroleras luego de los nuevos descubrimientos (1977-1981). También comienza a
extenderse la participación en la lucha antinarcóticos89. Ésta se convirtió, como veremos
en el siguiente apartado- en el “caballo de Troya” para el involucramiento cada vez más
amplio en funciones policíacas del cuerpo castrense90. El combate a las drogas, lejos de
perseguir a los millones de consumidores en Estados Unidos, implica la militarización de
la producción, comercialización y tráfico de estupefacientes, y la reconversión de un
problema de salud pública, pobreza y educación, en uno de seguridad nacional91. Así,
bajo el mandato de Miguel De la Madrid (1983-1988) este asunto se declara como
amenaza a la seguridad nacional y se intensifica la participación militar.
En el siguiente sexenio, a razón de su dudosa victoria electoral, “[Carlos] Salinas
de Gortari incluyó a los militares como un importante elemento en su nueva fórmula de

88
Benítez Manaut (1994); Op. Cit., p. 195.
89
“La participación de los militares mexicanos en la campaña antiestupefacientes data de fines de la década
de los años cuarenta, pero estaba restringida en términos de espacio o territorio y en el tiempo, es decir, se
realizaba durante el periodo de cosecha de plantas, que eran la base para la elaboración de drogas. Los
factores tiempo y espacio se reflejaban en el reducido número de soldados desplegados, la ausencia de
planes generales y regionales de acción, el tipo de armamento y de transporte utilizados, etcétera”. Piñeyro,
José Luis: “Fuerzas Armadas y combate a las drogas en México: ayer y hoy”, en Sociológica, Universidad
Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, año 19, no. 54, enero-abril de 2004, p. 160.
90
Bobea, Lilian: “¿Juntos pero no revueltos? De la militarización policial al policiamiento militar:
implicaciones para las políticas de seguridad ciudadana en el Caribe”, en Nueva Sociedad, no. 191, mayo-
junio 2004, p. 93.
91
“Desde hace dos décadas, el gobierno mexicano ha señalado al narcotráfico como un problema de
‘seguridad nacional’, en virtud de lo cual ha construido el entramado jurídico necesario para combatirlo
mediante la legalización -ya sea de manera directa o discrecional­ de la presencia de las Fuerzas Armadas
en actividades de seguridad pública, normalmente destinadas a las policías civiles del ámbito federal”.
Olivares Alonso, Emir: “ONG: la creciente militarización de la seguridad menoscaba la política civil”, en La
Jornada, 20 de enero de 2007.
alianzas políticas, en la búsqueda de darle mayor legitimidad a su gobierno”92. Con este
propósito utilizó a los uniformados en diversos ámbitos: arresto de jefes del narcotráfico,
detención de líderes sindicalistas corruptos y, al igual que sus antecesores, para quebrar
huelgas; todo esto en vísperas a la firma del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá.
El día de entrada en vigor de este acuerdo, el 1° de enero de 1994, las Fuerzas
Armadas mexicanas reciben una declaración de guerra por parte de sus connacionales
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN); lo que se convertirá, junto a la
aparición del EPR (Ejército Popular Revolucionario) dos años más tarde, en excusa para
aumentar el presupuesto destinado a la compra de armas y al cambio en la estrategia.
Asimismo, la violencia política durante ese año no sólo fue empleada por grupos
disidentes sino también por el partido oficial para resolver sus disputas internas. “El
asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio en marzo de 1994, así
como el homicidio sólo unos meses más tarde, del secretario general de ese partido,
José Francisco Ruiz Massieu, fueron vistos por la sociedad como una señal que indicaba
que las reglas del juego político, que habían posibilitado la administración del poder
entre las elites priistas, había llegado a su fin, y esto no significaba más que el
recrudecimiento de cierta tensión e inseguridad”93.
Por otro lado, los mexicanos comenzaron a sentir la escalada de robos,
homicidios, asesinatos, secuestros, ajustes de cuentas entre narcotraficantes,
ejecuciones, linchamientos, etc. En la explicación de tal violencia tiene un papel
fundamental pero no único, la pauperización de la población, que sufrió, entre otras,
dos grandes crisis en 1982 y 1994. Las mismas fueron acompañadas por privatizaciones,
apertura comercial y las recetas económicas denominadas “Programas de Estabilización
Económica y Ajuste Estructural” del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo cual
precarizó aún más la vida de amplios sectores94.
De acuerdo con Arteaga Botello, “al localizarse las expresiones de violencia en
los espacios urbanos se está frente a expresiones más bien prepolíticas que denotan la

92
Sandoval Palacios, Juan Manuel: “Militarización, seguridad nacional, seguridad pública en México”, en
Espiral, año/vol. 6, no. 18, Universidad de Guadalajara, mayo/agosto de 2000, p. 197.
93
Arteaga Botello, Nelson (2006); Op. Cit., p. 123.
94
“Al contemplar el periodo desde el colapso económico de diciembre de 1994, los fríos hechos que afligen
las vidas de los mexicanos ordinarios parecen muy evidentes: los niveles de vida se han colapsado
dramáticamente, junto con la seguridad personal en las ciudades afectadas por una ola de criminalidad que
muestra pocos indicios de abatirse”. Gledhill, John: “Neoliberalismo e ingobernabilidad: caciquismo,
militarización y movilización popular en el México de Zedillo”, en Relaciones, año/vol. XXIV, no. 096,
Colegio de Michoacán, Zamora, 2003, p. 45.
presencia de una enorme frustración: las aspiraciones individuales y colectivas no
cuadran con el espectro de oportunidades y las profundas desigualdades económicas, y
los distintos grupos ya no se reconocen como componentes desiguales económicamente
pero iguales en expectativas y garantías”95.
Son estas distancias sociales, reflejo del fracaso que significa para la mayoría de
la población el modelo neoliberal, las que también han incrementado la importancia de
los sectores extralegales de la economía, principalmente el narcotráfico. De modo que
la escasez de empleos legales, la crisis de la agricultura y el deterioro de los salarios,
han llevado a que la producción y el tráfico de estupefacientes sea una forma de
supervivencia para muchos. Eso revela, en gran parte, la legitimidad que goza este
negocio en amplios grupos sociales96.
Ante este panorama, los cuerpos policiales se presentan como poco profesionales
y profundamente corruptos, lo que impulsa a Ernesto Zedillo (1994-2000) a implicar a
oficiales de las Fuerzas Armadas de mediano y alto rango en la dirección de la policía97.
“El objetivo, desde la lógica institucional, era establecer una supuesta disciplina militar
e institucional que, se supone caracteriza a los miembros del Ejército; lo cual permitiría
reducir los niveles de corrupción y elevar la eficacia en la persecución del delito”98.
A mediados de 1995 se concreta la experiencia en la Ciudad de México, que luego
será vertida al resto de la nación. Como resultado, se pudo apreciar lo que se conoce
como “criminalización de la pobreza”, ya que los operativos militares tendieron a
concentrarse en barrios productores de delincuencia y caracterizados por la
marginalidad99.

95
Arteaga Botello, Nelson (2006); Op. Cit., p. 127
96
Velasco, José Luis: “Drogas, seguridad y cambio político en México”, en Nueva Sociedad, no. 198, julio-
agosto de 2005, p. 92.
97
“El promedio de la formación básica en las academias de policía en México es de 4 meses y medio y sólo
17 de los 58 institutos de formación exigen un mínimo grado de escolaridad promedio a los aspirantes; por lo
que no es de extrañar que el 55.6 por ciento de los efectivos encuadrados en los cuerpos de seguridad
pública no tengan educación o, como mucho, acrediten la educación primaria”. Moloeznik, Marcos Pablo:
“Militarización de la seguridad pública, autonomía de las Fuerzas Armadas e imperativo de la reforma
militar en México”, en El Cotidiano, año/vol. 22, no. 146, noviembre-diciembre de 2007, Universidad
Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco, Distrito Federal, p.100
98
Arteaga Botello, Nelson (2006); Op. Cit., p. 165
99
Por ejemplo, Ermita Zaragoza, La Merced, Anáhuac, Pensil, Buenos Aires, Atrampa, Doctores, Tepito,
Segunda Ampliación Santiago Acahualtepec, Buenavista, Carlos Hank González, Citlalli, Degollado,
Desarrollo Urbano, Quetzacóalt, Ixtlahuacán, Lomas de la Estancia, Lomas de Santa Cruz, Lomas de
Zaragoza, Miguel de la Medrid Hurtado, Miravalle, Parajes Tetecón, Reforma Política, San Miguel Teotongo,
San Pablo I y II, Pueblo Santiago Acahualtepec, Tenorios, Xalpa, Tlatelolco, El Rosario, CTM Culhuacán; etc.
Ibid.
3.1 Legalización de la militarización de la seguridad pública
Esta militarización de facto de la seguridad pública se institucionaliza el 30 de
octubre de 1995, al aprobar el Senado la Ley General que Establece las Bases de
Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Esta norma abre la puerta a la
influencia de las Fuerzas Armadas en los niveles más altos de toma de decisiones en
materia de seguridad pública, ya que crea un Consejo Nacional como instancia de
coordinación entre la administración municipal, estadual y federal que, entre otros, está
integrado por los Secretarios de Defensa Nacional y Marina100.
Inmediatamente comenzaron las controversias, resultado de que la Constitución
de los Estados Unidos Mexicanos tiene en su cuerpo un artículo, el 129, que establece
que “en tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las
que tengan exacta conexión con la disciplina militar (…)”, lo cual estaría siendo
cuestionado con esta legislación en materia de seguridad pública101.
Ante esta situación, el PRD (Partido de la Revolución Democrática) promovió una
interpretación judicial del artículo en relación al involucramiento de las fuerzas
castrenses en este ámbito. En respuesta, la Suprema Corte de Justicia de la Nación
emitió cinco tesis que superan esta contradicción al disponer que las tres fuerzas
“pueden participar en acciones civiles a favor de la seguridad pública, en auxilio de las
autoridades civiles, sin necesidad de la declaratoria de suspensión de garantías
individuales:
- Ejército, Fuerza Aérea y Armada. La determinación de cuáles son sus funciones,
exige el estudio sistemático de la Constitución y, por lo mismo, la comprensión de las
garantías individuales y de la seguridad pública, conforme al régimen jurídico vigente.
- Ejército, Fuerza Aérea y Armada. Si bien pueden participar en acciones civiles
en favor de la seguridad pública, en situaciones que no se requiera suspender las
garantías, ello debe obedecer a la solicitud expresa, fundada y motivada, de las

100
“Artículo 12.- El Consejo Nacional será la instancia superior de coordinación del Sistema Nacional y estará
integrado por:
I. El Secretario de Seguridad Pública, quien lo presidirá;
II. Los Gobernadores de los Estados;
III. El Secretario de la Defensa Nacional;
IV. El Secretario de Marina;
V. El Secretario de Comunicaciones y Transportes;
VI. El Procurador General de la República;
VII. El Jefe del Gobierno del Distrito Federal; y
VIII. El Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública”. Ley General que Establece las Bases
de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Diario Oficial de la República, 11 de diciembre
de 1995.
101
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917); Op. Cit.
autoridades civiles a las que deberán estar sujetas, con estricto acatamiento a la
Constitución y a las leyes.
- Ejército, Fuerza Aérea y Armada. Pueden actuar acatando órdenes del
Presidente, con estricto respeto a las garantías individuales, cuando sin llegarse a
situaciones que requieran la suspensión de aquellas, hagan temer, fundadamente, que
de no enfrentarse de inmediato sería inminente caer en condiciones graves que
obligarían a decretarla.
- Ejército, Armada y Fuerza Aérea. Su participación en auxilio de las autoridades
civiles es constitucional (interpretación del Artículo 129º de la Constitución).
- Seguridad Pública. La participación de los Secretarios de la Defensa Nacional y
de Marina en el Consejo Nacional de Seguridad Pública, no viola el Artículo 21º
Constitucional”102.
Estas opiniones, el máximo Tribunal las justifica en razón de que el Consejo
Nacional de Seguridad Pública es sólo un órgano de consulta, sin embargo la normativa
referida indica como tareas que le corresponden a este organismo: “La determinación de
lineamientos para el establecimiento de políticas generales en materia de seguridad
pública”103. Por tanto, las instituciones castrenses poseen injerencia directa en el diseño,
aplicación y seguimiento de la política anticriminal.
Asimismo, otra de las funciones es la de “elaboración de reglas básicas para la
realización de operativos conjuntos entre corporaciones policíacas, federales y
municipales” 104 , que generalmente se traduce en maniobras que combinan policías y
militares.
También la polémica se desarrolló en torno a la colición que esta ley tenía con el
artículo 29 de la Carta Magna, mismo que regula el Estado de Excepción al señalar que:
“En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que
ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto, solamente el Presidente de los Estados
Unidos Mexicanos, de acuerdo con los Titulares de las Secretarías de Estado, los
Departamentos Administrativos y la Procuraduría General de la República y con

102
“Tesis XXV/96, XXVII/96, XXVIII/96, XXIX/96 y XXX/96 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación; en, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Epoca, Tomo III, México, marzo de
1996”. Citado en Moloeznik, Marcos Pablo (2001); Op. Cit., pp. 101-102. Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos (1917); Op. Cit. Artículo 21. “(...) La seguridad pública es una función a cargo de la
Federación, el Distrito Federal, los Estados y los Municipios, en las respectivas competencias que esta
Constitución señala. La actuación de las instituciones policiales se regirá por los principios de legalidad,
eficiencia, profesionalismo y honradez (…)”. Cursiva propia.
103
Ley General que Establece las Bases de Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública (1995);
Op. Cit., artículo 15.
104
Ibid.
aprobación del Congreso de la Unión, y, en los recesos de éste, de la Comisión
Permanente, podrá suspender en todo el país o en lugar determinado las garantías que
fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación; pero deberá
hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la
suspensión se contraiga a determinado individuo. Si la suspensión tuviese lugar
hallándose el Congreso reunido, éste concederá las autorizaciones que estime necesarias
para que el Ejecutivo haga frente a la situación, pero si se verificase en tiempo de
receso, se convocará sin demora al Congreso para que las acuerde”105.
La aplicación de este artículo es fundamental porque implica un límite de tiempo
y espacio a la presencia militar. A pesar de ello, la Corte afirmó que “no es
indispensable la declaratoria de suspensión de garantías individuales prevista para
situaciones extremas en el artículo 29 constitucional, para que el Ejército, Armada y
Fuerza Aérea intervengan, ya que la realidad puede generar un sinnúmero de situaciones
que no justifiquen el estado de emergencia, pero que ante el peligro de que se agudicen,
sea necesario disponer de la fuerza con que cuenta el Estado mexicano sujetándose a las
disposiciones constitucionales y legales aplicables”106.
Adicionalmente, “se legitimó que aquellas confesiones y arrestos que realice el
Ejército son válidas porque las están realizando en apoyo a las actividades de combate a
las drogas, y en coadyuvancia con el Ministerio Público y la policía judicial”107. Esto ha
promovido el uso de la tortura para obtener declaraciones.
Lo relevante de estas tesis es que “crean jurisprudencia, lo que equivale a una
virtual legalización de la participación de militares en actividades que no les
competen”108.

105
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917); Op. Cit.
106
“Tesis XXIX; en, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, página 350”. Citado en Moloeznik,
Marcos Pablo (2001); Op. Cit., p. 102.
107
Semanario Judicial de la Federación. Octava Epoca. Tomo III. Enero-Junio, 1989. Segunda parte, p. 148.
Jurisprudencia y Tesis Aisladas. Tercer Tribunal Colegiado del Sexto Distrito. Delitos Contra la Salud. Su
Confesión ante autoridades militares tiene valor de indicio. El texto establece: “Aun cuando el Ejército no
es responsable de la persecución de crímenes, de acuerdo con el artículo 21 de la Constitución, la
responsabilidad destinada al Ministerio Público, y la policía judicial, la confesión a autoridades militares es
válida si se realiza en apoyo al combate a las drogas y de acuerdo con el ministerio público”. Citado en Arzt,
Sigrid: “New Democracy, Old Arrangement: the civil-military relations under Fox”, ensayo presentado en
REDES (Research and Education in Defense and Security Studies), Center for Hemispheric Defense Studies,
Brasilia, 7 y 8 de Agosto de 2002.
108
Sáenz Meza, Héctor Iván: “Militarización de la seguridad pública en México. Mesa debate con Gral. EM (r)
Luis Garfias, Erubiel Tirado, Pablo Moloeznik”, en Serie Cuadernos de Trabajo del Instituto para la
Seguridad y la Democracia A.C. (Insyde), no. 13, Ciudad de México, 27 de abril del 2006.
3.2 Creación de la policía militarizada
Luego de estos dictámenes de la Corte Suprema, se crea la Policía Federal
Preventiva (PFP)109. La misma tiene su origen en la fusión de las ya existentes Policía
Federal de Caminos, Policía Fiscal Federal y Policía de Migración, también recibe algunos
elementos del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional), aparato de
inteligencia civil. Fue una iniciativa propuesta por el último presidente del priísmo que
incorporaba a casi cinco mil militares, y su conducción estaba a cargo de un Almirante
de la Armada. Circunstancia que rompió la lógica de los sistemas democráticos donde la
seguridad pública corresponde a los civiles110.
Su principal misión es “prevenir y combatir la comisión de delitos (…) para
salvaguardar la integridad y derechos de las personas e instituciones, mediante
programas y acciones desarrollados con esquemas de inteligencia y tecnología de
vanguardia” 111 ; aunque también ha auxiliado a los gobiernos en la represión de
manifestaciones políticas como las de Sicartsa 112 y Oaxaca 113 . De hecho, su primera
actuación fue la ocupación de la Universidad Nacional Autónoma de México114.

109
Ley de la Policía Federal Preventiva, Diario Oficial de la Federación, 4 de enero de 1999.
110
Piñeyro, José Luis: “Gobernabilidad democrática y Fuerzas Armadas en México con Fox”, ensayo
presentado en LASA (Latin American Studies Association), Washington DC, 6-8 de septiembre de 2001.
111
Obtenido de www.ssp.gob.mx (visitado el 09/04/2008).
112
El 20 de abril de 2006, aproximadamente a las 7 am, agentes de las Policías Federal Preventiva (PFP) y
Judicial del estado, además del Grupo de Operaciones Especiales, en total 800 elementos, ingresaron por la
puerta trasera a la empresa Siderúrgica Lázaro Cárdenas Las Truchas (Sicartsa) para dispersar una huelga
llevada adelante por los trabajadores desde el 2 del mismo mes. Los mineros exigían el pago total de los
salarios caídos, que se retire cualquier demanda judicial contra los dirigentes del movimiento, la
reinstalación de los trabajadores despedidos y que el gobierno reconociera a su dirigente sindical. La
represión dejó como saldo 2 muertos y 41 lesionados, dos de ellos de gravedad. Torres, Carlos; Morales,
Daniela; Aguilera, Antonio y Martínez, E.: “Deja 2 muertos y más de 40 heridos desalojo de mineros en
Michoacán”, en La Jornada, 21 de abril de 2006.
113
El 14 de junio de 2006 la policía local reprime brutalmente una concentración (plantón) de maestros en
el centro histórico de la ciudad, que se inició el 22 de mayo. Lo que provocó el apoyo masivo de la
ciudadanía, todo lo cual desembocaría en la formación de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca
(APPO) que exigiría la destitución del gobernador. Así, se inicia una crisis de gobernabilidad que se intenta
apaciguar con la PFP y luego con el Ejército, que controla los accesos a la ciudad y los alrededores; una
veintena de personas son asesinadas durante este conflicto y otras tantas son desaparecidas. Chaves, Juan:
“Cronología del conflicto mayo-agosto 2006”, en OSAL (Observatorio Social de América Latina), año VII, no.
20, mayo-agosto de 2006, CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales), Buenos Aires, pp. 256-
264.
114
A las 6:35 de la mañana del 6 de febrero de 2000, 2.260 elementos de la Policía Federal Preventiva
irrumpieron en el campus y extendieron su despliegue por escuelas y facultades de Ciudad Universitaria,
deteniendo a más de 600 estudiantes. Éstos habían tomado las instalaciones, en el marco de una huelga
iniciada el 20 de abril de 1999, para oponerse a la modificación del Reglamento General de Pagos de la
UNAM, que aumentaba las erogaciones que la comunidad universitaria tenía que hacer por conceptos de
inscripción, cuota semestral y servicios, entre otras. Básicamente fue una demostración de fuerza por parte
del gobierno, ya que el movimiento había perdido ímpetu y una parte del mismo estaba a favor de aceptar
la "Propuesta Institucional" de Rectoría, que ofrecía dejar sin efecto el Reglamento General de Pagos. La
ocupación de la Universidad por parte de la PFP concluiría 76 días más tarde, momento a partir del cual se
retomaron las actividades académicas y administrativas. “PFP: cambios cosméticos”, en La Jornada, 16 de
octubre de 2007.
Entre las competencias de la PFP se hallan: “intervenir en materia de seguridad
pública cuando las autoridades estatales y/o locales así lo soliciten; proteger las
fronteras y colaborar en la protección de zonas litorales; incluyendo en estas aduanas,
aeropuertos, puertos y puntos de control migratorio; vigilar las carreteras federales, vías
férreas e instalaciones estratégicas. Responsabilidades que se comparten con el Ejército
y la Armada de México”115.
En sus inicios la PFP dependió de la Secretaría de Gobernación y, una vez creada
la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) pasó a manos de ésta. Por ello es esta última
secretaría la que realiza los convenios con la Secretaría de Defensa Nacional que regulan
la presencia castrense en el seno de la policía. Se destaca de estos acuerdos la cláusula
que afirma que “los recursos humanos puestos a disposición de la SSP operarán de
manera orgánica y bajo el mando de sus propios comandantes, sin mezclárseles con otro
tipo de personal (…)” 116 . Además de que “la SEDENA se reservó el derecho de
reincorporar a su personal a las actividades castrenses ‘en cualquier momento que sea
necesario para cumplir con sus misiones constitucionales’, previa comunicación por
escrito con 15 días de anticipación”117. En otras palabras, el mismo convenio reconoce
que la presencia de elementos militares en la PFP no se corresponde con sus misiones
constitucionales.
Si bien es la institución castrense la encargada del pago de los haberes,
sobrehaberes y prestaciones de seguridad social de sus elementos, la participación de los
mismos ha implicado, de 1999 a marzo de 2007, el desembolso de más de 250 millones
de pesos mexicanos a la Secretaría de la Defensa por parte de las de Gobernación y de
Seguridad Pública 118 . Actualmente, más del 65% de los 15.261 agentes de la PFP es
militar: 7.500 son efectivos del Ejército y 2.500 de la Armada119.
No sólo por tener en su interior esta cantidad de elementos militares es que se la
caracteriza de corporación militarizada sino también por sus doctrinas, filosofía y
esquema castrense. Es el caso del Estado Mayor perteneciente a esta institución formado
por: Sección Primera, Personal; Sección Segunda, Información; Sección Tercera,
Operaciones; Sección Cuarta, Logística; y, Sección Quinta, Planes. Similar a la

115
Ley de la Policía Federal Preventiva (1999); Op. Cit., artículo 4 fracción III inciso a).
116
Castillo García, Gustavo: “La participación de militares en la PFP ha costado más de 250 millones de
pesos”, en La Jornada, 8 de julio de 2007.
117
Ibid.
118
Ibid.
119
Castillo García, Gustavo: “La PFP, aún incapaz de cumplir los objetivos para los que fue instituida”, en La
Jornada, domingo 27 de mayo de 2007.
conformación del Estado Mayor Presidencial: Sección Primera, Recursos Humanos;
Sección Segunda, Inteligencia; Sección Tercera, Organización; Sección Cuarta, Logística;
y, Sección Quinta, Seguridad120.
Además, se imponen trece jerarquías que tienen su paralelo en la de las Fuerzas
Armadas, como lo muestra la siguiente tabla:

Figura VII: Jerarquías de las fuerzas de seguridad mexicanas

Policía Federal Preventiva Ejército y Fuerza Aérea Armada


Comisionado General de División Almirante
Comisionado General General de Brigada Vicealmirante
Comisario Jefe General Brigadier Contralmirante
Comisario Coronel Capitán de Navío
Inspector General Teniente Coronel Capitán de Fragata
Inspector Jefe Mayor Capitán de Corbeta
Inspector Capitán Primero Teniente de Navío
Subinspector Capitán Segundo Teniente de Fragata
Oficial Teniente Teniente de Corbeta
Suboficial Subteniente Guardiamarina/Primer
Contramaestre
Sargento Primero de Policía Sargento Primero Segundo Maestre
Sargento Segundo de Policía Sargento Segundo Tercer Contramaestre
Cabo de Policía Cabo Cabo de hornos/ de cañón
Policía Soldado Marinero/ Fogonero

Fuente: Marcos Pablo Moloeznik (2002); Op. Cit., p. 19. Ley Orgánica de la Armada de México (2002),
Op. Cit., pp. 11-13.

Por otra parte, la militarización deviene de la formación ya que la Coordinación


de Formación Policial de la PFP está a cargo de un general de división (retirado), ex
Director del Honorable Colegio Militar121.
Sin embargo, esto no ha evitado que la PFP cometiera graves delitos contra los
Derechos Humanos, tales como ejecuciones extrajudiciales, torturas, dispersar
brutalmente concentraciones, etc 122 . Así como tampoco, que se involucrara en las
actividades del narcotráfico123.

120
Marcos Pablo Moloeznik: “Policía Federal Preventiva: Balance y Perspectivas”, trabajo presentado en
REDES (Research and Education in Defense and Security Studies), Center for Hemispheric Defense Studies,
Brasilia, 7-10 de agosto de 2002.
121
Ibid., p. 21.
122
Veáse Reyes Lara, Eduardo: “Capítulo IV La Policía Federal Preventiva y los Derechos Humanos”, en
Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez”: Derechos incumplidos, violaciones legalizadas.
Los Derechos Humanos en el sexenio 2000-2006, México D.F., noviembre de 2006.
123
A mediados de octubre de 2007, por citar sólo un ejemplo, son detenidos “25 elementos de [esta]
corporación en Tampico, Tamaulipas, acusados de complicidad en el tráfico de drogas”. “PFP: cambios
cosméticos”; Op. Cit.
Esta cuestión de la participación de los cuerpos de seguridad (incluidos los
castrenses) en las operaciones del tráfico de drogas, se ha convertido en un problema
nodal para la seguridad en México, por ello a continuación se hace una reducida
exposición sobre la historia del narcotráfico en el país, sus relaciones con el poder
político y el involucramiento de las Fuerzas Armadas en su “combate” (más bien
contención) por órdenes de éste último.

4. Breve historia del desarrollo del narcotráfico en México y de la


participación de las Fuerzas Armadas en su “combate” (1914-2000)

El tráfico de narcóticos se prefigura como un delito a inicios del siglo XX en


Estados Unidos, más específicamente en 1914 con la Harrison Act que fiscalizaba cada
etapa de la producción, manufacturación y distribución del opio medicinal y todos sus
derivados, así como también de la cocaína 124 . Además, declaró ilegal la posesión de
cualquiera de estas sustancias controladas, y por tanto, reclasificó a los consumidores en
criminales. Sin embargo, esta medida no eliminó el uso de drogas en ese país.
En consecuencia, en México nacerá la organización del contrabando que tendrá
como objetivo satisfacer esta demanda. Asimismo, en el desarrollo de este nuevo
negocio confluyeron las condiciones internas de México. En 1916, el general Venustiano
Carranza, poniéndose en armonía con las tendencias internacionales que impulsaba el
vecino del norte a través de conferencias como la Convención Internacional del Opio de
La Haya en 1912, emitió un decreto en el que confería exclusivamente al Departamento
de Salubridad el permiso para importar y distribuir drogas como el opio en bruto, la
morfina, la heroína y la cocaína125.
Esta medida iba en detrimento de uno de sus opositores políticos, Esteban Cantú
comandante militar del Distrito Norte de Baja California -ubicado en las ciudades de
Tijuana y Mexicali- desde donde controlaba parte del tráfico del opio proveniente del
Lejano Oriente y con destino a Estados Unidos 126 . Si bien Cantú también dispuso
prohibiciones a este tráfico, permitía a cambio de “cuotas” que los comerciantes de este
estupefaciente continuaran sus transacciones. Así, iría surgiendo un poder regional

124
Vrátný, José Luis, en http://www.latinoseguridad.com/LatinoSeguridad/Drogas/Heroina.shtml (visitado
el 15/10/2008)
125
Pérez Monfort, Ricardo: “Máscaras. IV. Cuando la cocaína no tenía cola”, en Nexos, 1 de octubre de 1995.
126
Astorga, Luis: “México, Colombia y las drogas ilegales: variaciones sobre un mismo tema”, Conferencia
dictada en la VIII Cátedra Anual de Historia Ernesto Restrepo Tirado, "Análisis histórico del narcotráfico en
Colombia", Bogotá, 29-31 de octubre de 2003.
autónomo que reflejaba la “fragmentación político-militar que acompañó a esta etapa
de la revolución”; a menudo las facciones en disputa utilizaron este comercio ilegal para
financiarse127. Como señala Luis Astorga, “el control político y militar de Cantú en la
tierra que gobernaba impidió que grupos ajenos a sus intereses pudieran entrar al
negocio. (…). Los traficantes de esa época sabían que sin la protección política tenían
pocas posibilidades de éxito y de supervivencia”128.
A lo largo de la década del ‘20, las autoridades mexicanas estableceran una serie
de Disposiciones sobre el cultivo y comercio de productos que degeneran la raza que
prohíben el cultivo y el tráfico de la marihuana y de la adormidera 129 . Este proceso
coincide con uno más general que es el de la unificación y centralización del poder
federal en 1929 en torno al Partido Nacional Revolucionario, antecesor del PRI. Aquí,
según Mónica Serrano, en la conjunción de “la gradual centralización de la autoridad del
Estado y la intensificación de las presiones externas e internas a favor del cumplimiento
de la prohibición” se conformará, lo que la autora define como un sistema de
regulación y contención estatal del mercado ilícito de drogas130.
Este sistema surge a partir de la confluencia de los intereses de los traficantes de
estupefacientes y de los sectores encargados del poder político que buscaron
favorecerse mutuamente. De esta forma, “autoridades locales no sólo toleraron, sino
que regularon y/o protegieron las actividades criminales a cambio de beneficios
económicos y de la subordinación política de los nuevos empresarios criminales”131. A
diferencia con otros países, como Colombia, los traficantes siempre fueron excluidos de
la participación política directa e indirecta, tampoco estuvieron interesados en ella132; lo
único que buscaban era un “espacio para operar sin ser molestado[s]”133.
Este arreglo y el tamaño del mercado de las drogas en ese momento, que
limitaba sus capacidades de acumulación económica, producían un estrecho margen de
autonomía y por eso los intentos de los narcotraficantes por imponer sus reglas de juego
eran inusuales. Entonces, en contraste con la actualidad, la violencia entre los distintos
grupos o de éstos contra los agentes estatales no era lo habitual134.

127
Serrano, Mónica: "México: narcotráfico y gobernabilidad", en Pensamiento Iberoamericano, no. 1, 2a
época, 2007/2, p. 257.
128
Astorga, Luis (2003); Op. Cit.
129
Astorga, Luis: “Arqueología del narcotráfico”, en Nexos, no. 211, Julio 1995.
130
Serrano, Mónica (2007); Op. Cit., p. 258.
131
Ibid., p. 259.
132
Astorga, Luis (2003); Op. Cit.
133
Chabat, Jorge: “La guerra imposible”, en Letras Libres, marzo de 2000, p. 58.
134
Astorga, Luis (2003); Op. Cit.
Con el transcurso de la Segunda Guerra mundial, las rutas del opio provenientes
de Europa y Asia se fueron cerrando y, simultáneamente, aumentó la demanda de
morfina en razón de los heridos. Frente a esta situación, Washington debió “hacer la
vista gorda” respecto del abastecimiento de narcóticos proveniente de México. Allí,
estas mismas circunstancias, permitieron la expansión del cultivo de estas hierbas de
modo exponencial, ya no sólo en el tradicional Estado de Sinaloa sino también en los
colindantes Sonora, Durango y Chihuahua135.
En estos años, a pesar de las necesidades que imponía la contienda bélica, la
diplomacia antinarcóticos estadounidense no cesó de ejercer presión sobre México. Para
1938 consigue que, por primera vez, se involucraran las Fuerzas Armadas de dicho país
en una campaña de destrucción de cultivos de adormidera en Sonora. La intervención de
la nación del norte fue directa: el operativo contó con la presencia y asesoría del agente
Scharff del Departamento del Tesoro de Estados Unidos136.
Sin embargo, como ha ocurrido siempre en la historia mexicana, existían voces
que no coincidían con la postura de Estados Unidos. Es el caso del Dr. Leopoldo Salazar
Viniegra, encargado de asuntos de drogas del gobierno mexicano, quien defendía que
“los toxicómanos son enfermos y no delincuentes de tal suerte que debe tratárseles con
la humanidad aconsejada por la ciencia médica, no sólo proporcionándoles el tóxico que
usan, sino dándoles facilidades para que lo adquieran sin caer en las garras de los
traficantes, quienes sí incurren en muy grave delito explotando las enfermedades de los
demás”137.
En este sentido, se adelantaría unas cuantas décadas a las tendencias actuales en
materia de toxicomanía al proponer “crear hospitales subvencionados por el Estado para
el tratamiento de los adictos en México y proporcionarles las drogas bajo vigilancia y
control médico y a precios de costo”138. Según el médico, de este modo se apartaría a
los consumidores de drogas del circuito de los criminales y, a su vez, esto presionaría el
desinterés de estos hombres por una actividad que ya no sería tan rentable.
Por otra parte, señaló que al convertir la adicción a las drogas en un problema
policial se generaría corrupción estatal: “El peligro para la sociedad no es el vicioso sino
el traficante que prácticamente está al margen de cualquier peligro porque cuenta con

135
Serrano, Mónica (2007); Op. Cit., p. 261.
136
Astorga, Luis: “La seguridad dependiente”, en Bien Común y Gobierno, Fundación Rafael Preciado
Hernández, año 7, no. 77, mayo de 2001.
137
Pérez Monfort, Ricardo (1995); Op. Cit.
138
Astorga, Luis (2003); Op. Cit.
autoridades inmorales que lo toleran y hasta lo convierten en su cómplice; pues al
vicioso, cuando se le remite al hospital para toxicómanos no es porque haya sido
sorprendido inyectándose o inhalando, sino porque no dio la ‘mordida’ solicitada por el
agente policíaco”139.
Si bien las presiones ejercidas por el entonces titular de la Oficina Federal de
Narcóticos estadounidense, Harry Anslinger, lograron la destitución de Salazar Viniegra,
sus iniciativas se reflejaron en el texto del Reglamento General de Toxicomanías que las
autoridades mexicanas aprobaron en 1940. Aunque esto tuvo un alto costo: Estados
Unidos decretó un embargo de ciertos medicamentos contra México, el cual sería
levantado una vez que este país suspendiera el nuevo Reglamento. El gobierno mexicano
cedió finalmente, y al mismo tiempo, abandonó la posibilidad de tener una estrategia
propia e innovadora para esa época140.
1947 representa una bisagra en la historia política mexicana. También lo es en
materia del tráfico ilícito de estupefacientes. En este año, el partido que será
hegemónico inicia “una ambiciosa reorganización del poder que buscará de manera casi
simultánea, consolidar la autoridad central en varios frentes y asegurar, por esta vía, el
orden y la estabilidad”141. El primer civil que ocupa la presidencia luego de la Revolución
–Miguel Aleman- crea la DFS (Dirección Federal de Seguridad), que si bien se
caracterizará por la persecución política de disidentes del priísmo también tendrá un rol
fundamental en el control de las actividades vinculadas al contrabando de drogas. Sus
miembros participaban directamente en el negocio de las drogas, y en Washington se
sabía; sin embargo, en el marco de la Guerra Fría sus prioridades de seguridad eran otras,
y preferían omitir esta cuestión en pos de conservar el papel de “contención del
enemigo interno” que tenía el organismo142.
La función de la DFS consistía en asegurar el cobro de parte de las ganancias a
cambio de protección y en contener la violencia y las eventuales tentaciones políticas de
los traficantes. Gracias a esta labor, durante varias décadas los niveles de violencia se
mantuvieron en una escala socialmente tolerable que sólo alcanzaba a grupos
antagónicos claramente identificados y ocurría en espacios definidos. Paralelamente, a
diferencia de lo que ocurre actualmente, se intentaba impedir el consumo de drogas de

139
“Mordida” refiere a coima, soborno. Pérez Monfort, Ricardo (1995); Op. Cit.
140
Valenzuela, Judith: “Sinaloa: El caleidoscopio del narcotráfico”, en Nexos, no. 369, septiembre de 2008.
141
Serrano, Mónica (2007); Op. Cit., p. 264.
142
“De hecho, la creación de la temible DFS permitiría a las autoridades federales organizar y desplegar las
campañas antinarcóticos en el marco más amplio de las estructuras de control político y social”. Serrano,
Mónica (2007); Op. Cit., p. 265.
los mexicanos; se consentían fundamentalmente las ventas que cruzaban la frontera
norte y que devolvían los capitales al país143.
Con todo esto se consolida el sistema de regulación y contención estatal del
mercado ilícito de drogas. A partir de entonces, los narcotraficantes “no operaron como
agentes autónomos, sino al frente de franquicias cumplidamente otorgadas por las
agencias reguladoras” –además de la DFS, la PJF (Policía Judicial Federal) se encargaba
del control del tráfico de estupefacientes-, quienes además proveían protección; de
modo que pudieron establecer zonas de producción, utilizar las vías de comunicación y
transportes para la exportación hacia Estados Unidos144.
Por otra parte, otros dos sucesos marcan el transcurso de 1947: la conversión de
hecho de los asuntos narcóticos en un delito ya que la responsabilidad sobre las políticas
antidrogas pasa del Departamento de Salubridad a la Procuraduría General de la
República (PGR, organismo encargado de investigar y perseguir los delitos del orden
federal, o sea, de aplicación en todo el país), y el anuncio del presidente de una “gran
campaña” de destrucción de cultivos de adormidera en Culiacán, capital de Sinaloa145.
En las décadas de 1960 y 1970 el consumo de sustancias ilícitas en Estados Unidos
creció exponencialmente, creando una demanda sostenida. Se calcula que para inicios
de ese período el 4% de los estadounidenses eran consumidores regulares de marihuana,
cifra que se amplió al 25% de la población, o sea, 50 millones de personas, para fines de
ese mismo lapso146.
Esta situación llevó a las autoridades de ese país a endurecer sus políticas. Dos
meses después de asumir la presidencia, Richard Nixon estableció un Grupo Presidencial
Especial Encargado de los Narcóticos, Marihuana y Drogas Peligrosas. Éste luego de ocho
semanas de evaluación emitió un informe sobre el daño que producían estas sustancias,
además señalaba a México como el principal proveedor. Por eso, proponía: dar “en el

143
Astorga, Luis: “Límites de la política antidrogas en México”, en Narcotráfico: dimensiones económicas y
sociales, Revista Internacional de Ciencias Sociales, no. 169, septiembre de 2001, p. 107.
144
Serrano, Mónica (2007); Op. Cit., pp. 265-266.
145
“En octubre de 1947, la PGR, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Secretaría de Salubridad
iniciaron una nueva campaña con mayor personal y publicidad que las anteriores. A partir de entonces se
delegó en la PGR la autoridad para definir la política antidrogas. Las Fuerzas Armadas quedaron legalmente
como coadyuvantes de la PGR. La SEDENA puso a disposición de la PGR una compañía del 10º Batallón de
Infantería para trabajar conjuntamente con la PJF (Policía Judicial Federal) en las montañas de Sinaloa; dos
secciones del 18º Regimiento de Caballería y dos más del 16º Batallón de Infantería para el sur de Sonora;
una sección del 12º Batallón de Infantería y dos secciones del 35º Batallón de Infantería para Durango. La
Fuerza Aérea contribuyó con varios aviones y tripulación para hacer vuelos de observación y de localización
de plantíos de adormidera. Las policías de los Estados objetivo de la campaña fueron también puestas a
disposición de las Fuerzas federales”. Astorga, Luis (2001a); Op. Cit.
146
Martínez Veloz, Jaime: “Adicciones y lavado en EU”, en La Jornada, 4 de febrero de 2005.
futuro inmediato... un ataque concertado contra la importación ilegal...”. En
consecuencia, el 21 de septiembre de 1969, se llevó adelante, sin previo aviso y con
agentes estadounidenses, la Operación Intercepción en toda la frontera con México147.
Desde Tijuana a Brownsville (Texas), los agentes registraban totalmente cada
auto y cargamento, lo que produjo serios retrasos, “obstaculizó el comercio bilateral y
trastornó la actividad económica de las ciudades fronterizas norteamericanas que vieron
mermadas sus ganancias, dado que la gran parte de los consumidores en la zona
provienen de México”148.
La cantidad de drogas encontrada y narcotraficantes capturados fue muy pobre.
A mediados de octubre, las protestas del gobierno mexicano y de los sectores afectados
en Estados Unidos, pusieron fin a la diplomacia coercitiva instrumentada desde
Washington que fue reemplazada por un nuevo acuerdo antidrogas entre los dos países
denominado "Operación Cooperación". Esta maniobra no sólo consiguió este acuerdo sino
que logró que México empezara a tratar un asunto que sólo interesaba a Estados
Unidos149.
En 1971 este mismo país aprueba el Acta Federal de Sustancias Controladas que
define como tal al opio, todos sus derivados y todas las partes de la planta papaver
somníferum excepto sus semillas 150 . Ese mismo año consigue, con una ayuda de 23
millones de dólares, que Turquía se retire del mercado ilícito de opio151. Por otra parte,
comienzan los primeros contactos entre narcotraficantes mexicanos y colombianos.

147
Días antes de la puesta en marcha del operativo, el embajador estadounidense ante México, Robert
McBride, se reunió con importantes autoridades mexicanas para explicar la inminente acción. Sin embargo,
al concluir los encuentros percibió que no habían comprendido cabalmente las dificultades que podía causar
la Operación Intercepción. En efecto, los funcionarios mexicanos se horrorizaron cuando el operativo estaba
ya funcionando. Ante la desesperación, el Secretario de Relaciones Exteriores -Antonio Carrillo Flores- hizo
algo poco ortodoxo: le escribió una carta personal a Nixon "en la que le exigía corregir los 'excesos' de una
acción que había sido insignificante para detener el tráfico de marihuana y drogas, pero que le había hecho
un gran daño a la economía a ambos lados de la frontera y creado fricciones y mala publicidad para Estados
Unidos'". Doyle, Kate: "La Operación Intercepción: los peligros del unilateralismo", en Proceso, no. 1380, 13
de abril de 2003, pp. 46-47.
148
Rebolledo Flores, Jorge: “Fronteras porosas: el caso de México y Estados Unidos”, en Enfoques, año VI, no.
8, primer semestre 2008, p. 181.
149
La autora cita la biografía de G. Gordon Liddy -uno de los principales consejeros del Departamento del
Tesoro- para revelar que el objetivo de la Operación “no era congelar el flujo de narcóticos: 'Por razones
diplomáticas, la verdad sobre el propósito del ejercicio nunca se reveló. La Operación Intercepción, con su
masiva ruptura social y económica, podía ser mantenida mucho más por Estados Unidos que por México. Éste
fue un ejercicio de extorsión internacional, pura, simple y efectivamente diseñada para doblegar a México
según nuestra voluntad'”. Doyle, Kate (2003); Op. Cit., p. 48.
150
Vrátný, José Luis, en http://www.latinoseguridad.com/LatinoSeguridad/Drogas/Heroina.shtml (visitado
el 15/10/2008).
151
“La prohibición fue impuesta con éxito durante dos años y reemplazada por un sistema de producción
legal de opio. Para 1975, gracias a la presencia de un monopsonio estatal Turquía pudo eliminar de tajo el
acopio de opio a bandas criminales”. Serrano, Mónica (2007); Op. Cit., p. 267.
Todas estas cuestiones se conjugaron para aumentar los incentivos a participar en
este negocio cada vez más rentable. Así, en tan sólo tres años México amplia su
participación en el mercado estadounidense de heroína de 10-15% a 80% en 1974152. Las
presiones ejercidas por Estados Unidos no se hicieron esperar, y el gobierno mexicano
lanza oficialmente en enero de 1977 el operativo policíaco-militar antidrogas llamado
Operación Cóndor (que en la práctica comenzó en noviembre de 1975)153.
La acción contó con la participación de más de 10.000 soldados, se concentró en
el “Triángulo Dorado” –conocido así por la alta producción de marihuana y amapola-
formado por los Estados de Sinaloa, Chihuahua y Durango, y duró diez años154. Tenía
como objetivo capturar narcotraficantes, erradicar cultivos –para lo cual se utilizó
paraquat-, y restaurar la seguridad pública en el estado155.
Oficialmente, el operativo dejó un saldo de 27 civiles y 19 militares muertos,
2.019 presuntos narcotraficantes consignados y 224.252 plantíos destruidos156. En la vida
cotidiana de la zona representó un desplazamiento masivo de campesinos hacia las
ciudades, previa tortura y envío a prisión de muchos de ellos. El patrullaje de las calles
por soldados, los helicópteros merodeando constantemente y los centenares de cateos
de casas no produjeron la detención de ningún narcotraficante. Las personas enviadas a
prisión eran mayoritariamente peones157.

152
Ibid.
153
Astorga, Luis (2003); Op. Cit. Este autor señala que “según un analista de la CIA, con la ‘Operación
Cóndor’ el gobierno había tratado de facto el asunto de las drogas como un tema de seguridad nacional”.
154
En ese lapso tuvo 23 comandantes, “entre ellos el general José Hernández Toledo, quien estuvo al frente
del cuerpo paracaidistas el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco; el divisionario Roberto Heine Rangel, quien
estuvo al frente del 48 batallón de infantería en la campaña militar contra la guerrilla en Guerrero en los 70
y Manuel Díaz Escobar, general que fundó y dirigió el grupo ‘Los Halcones’ autores de la masacre estudiantil
del 10 de junio de 1971”. Veledíaz, Juan: “Operativo actual, símil de Operación Cóndor”, en El Universal, 3
de enero de 2008.
155
Cabrera Martínez, Javier: “Operación ´Cóndor´ causó éxodo de capos y civiles”, en El Universal, 22 de
diciembre de 2006. “La Organización Mundial de la Salud describe al paraquat como ‘el único herbicida
altamente tóxico de los años de posguerra’. (...) Es severamente venenoso cuando se ingiere, al grado que
una cucharadita resulta fatal. La ingestión de pequeñas cantidades del líquido concentrado puede ser causa
de edema pulmonar, insuficiencia cardiaca, renal y del hígado, además de convulsiones debido a que el
sistema nervioso central se ve afectado. La exposición constante al paraquat, como la que experimentan los
trabajadores que aplican el rociado en las plantaciones, afecta piel, ojos, nariz y uñas de manos y pies.
Incluso se ha reportado pérdida de vista y hemorragia nasal. También es nocivo para animales. Además, el
arrastre o deriva de paraquat, es decir, parte del rociado llevado por el viento en la aplicación aérea
también ocasiona problemas ambientales y de salud. Y, no hay antídoto. A pesar de todo esto, las empresas
productoras –Zeneca, Syngenta con el Gramoxone, entre otras- no reconocen que el paraquat ocasione
problemas serios de salud en ‘condiciones adecuadas de uso’”. Madeley, John: “Paraquat: El controvertido
herbicida de Syngenta”, para RAP-AL (Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina),
Costa Rica, mayo 2003, pp. 17-23.
Disponible en http://www.evb.ch/cm_data/public/Informe_paraquat_esp_3.pdf (visitado el 15/10/2008).
156
Veledíaz, Juan (2008); Op. Cit.
157
Valenzuela, Judith (2008); Op. Cit. “En aquel entonces algunas comunidades de Chihuahua, por ejemplo,
fueron prácticamente sitiadas: soldados, policías estatales y judiciales federales, fueron acusados de violar
Por el contrario, la cabeza del negocio se trasladó a Jalisco –capital del Estado de
Guadalajara, con costa al Pacífico por donde entra la droga de Colombia y se exporta a
Estados Unidos- donde se subdividió posteriormente en otras células tanto o más
poderosas. Se adaptó más que bien a la nueva geografía con una infraestructura más
desarrollada, que facilitaba la internacionalización del negocio, posibilidades de
inversión y de lavado de dinero158.
Por otro lado, salen a la luz casos comprometedores de corrupción como el del
coordinador de la operación en representación de la PGR, Carlos Aguilar Garza, tres años
antes de que terminara el operativo fue detenido con 6 kilos de heroína y cocaína159.
También, extraoficialmente las acusaciones de conexiones con el narcotráfico llegaron a
la cima del poder militar al vincular al Secretario de Defensa Nacional, general Juan
Arévalo Gardoqui (1982-1988), con el rancho “El Búfalo”, propiedad del narcotraficante
Rafael Caro Quintero, donde se cultivaba marihuana con tecnología de punta y con la
protección de la guarnición militar de la población de Jiménez al sur del Estado de
Chihuahua, perteneciente al XX Regimiento de Caballería160.
Era noviembre de 1984 cuando 450 soldados entraron a este rancho donde
trabajaban diez mil campesinos, incautaron una cosecha de aproximadamente mil
hectáreas de marihuana, que fueron valuadas en más de ocho mil millones de dólares.
Esta maniobra pudo llevarse a cabo gracias a la infiltración entre los principales “capos”
de Jalisco del agente encubierto de la DEA (Drug Enforcement Administration, organismo
antidrogas de Estados Unidos), Enrique “El Kiki” Camarena.
Cuatro meses después, el cártel de Guadalajara al que pertenecía Caro Quintero –
formado al comenzar la década de 1980 por Miguel Ángel Félix Gallardo e integrado por
Juan Ramón Matta Ballesteros, Ernesto Fonseca Carrillo, Manuel Salcido Uzeta, Javier
Barba Hernández, Juan José Quintero Payán, Amado Carrillo Fuentes, Héctor “El Güero”
Palma y los hermanos Arellano Félix, entre otros- asesinó a Camarena con la importante
ayuda de la DFS.
Las presiones de Estados Unidos para que se resolviera el homicidio de su agente
y se capturara a los integrantes del cártel de Guadalajara fueron más fuertes que nunca.
Las investigaciones vinculaban directamente a la policía mexicana con el hecho y la

los Derechos Humanos, mediante la privación ilegal de la libertad, allanamientos, cateos, robos y
ejecuciones extrajudiciales”. Arzt, Sigrid (2003); Op. Cit., p. 5.
158
Valenzuela, Judith (2008); Op. Cit. Astorga, Luis (2001b); Op. Cit., p. 108.
159
Astorga, Luis (2003); Op. Cit.
160
Arzt, Sigrid (2003); Op. Cit.
complicidad estadounidense se cortó abruptamente. El presidente Miguel de la Madrid
decidió deshacerse de la DFS. El asunto de las drogas quedaba así concentrado en la PJF,
pero su consabida corrupción e ineficiencia indujeron al primer mandatario a declarar al
asunto como de “seguridad nacional” e involucrar más activamente a las Fuerzas
Armadas161.
El ocaso de la DFS es el reflejo más evidente de que el sistema de regulación y
contención estatal del mercado ilícito de drogas, señalado por Serrano, se quebró. La
violencia comienza a ser más abierta, con frecuentes cruces de fuego entre las fuerzas
de seguridad y los narcotraficantes; la sociedad mexicana es testigo de uno de los
primeros crímenes políticos relacionados con el narcopoder, el asesinato del periodista
Manuel Buendía162.
Por otra parte, señaló las graves consecuencias que puede tener la captura de
grandes capos, ya que con la detención de Félix Gallardo, Caro Quintero y Fonseca se
abrió -luego de un fallido intento de reparto pacífico de las plazas- a lo largo y ancho del
territorio mexicano, una violenta disputa que dispersó geográficamente la actividad163.
Como resultado, surgieron cuatro grandes nuevos carteles: Tijuana, a cargo de los
Arellano Félix y Chuy Labra; Sinaloa o del Pacífico, dirigido por Joaquín “El Chapo”
Guzmán y “El Güero” Palma; el del Golfo, controlado por Juan García Ábrego, y el de
Ciudad de Juárez, liderado por Amado Carrillo.
En el marco bilateral, las estrategias estadounidenses se tornan aún más
coercitivas con la firma del presidente Ronald Reagan en 1986 de la National Security
Decision Directive, número 221, “Narcotics and National Security”, documento que
califica al tráfico de drogas como amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos,
y permite la participación del Departamento de Defensa en un número importante de
actividades antidrogas164.
Otro hecho vino a tensar el desarrollo de las relaciones con Estados Unidos y los
vínculos cívico-militares en México. El 18 de febrero de 1997, el Secretario de Defensa
General Enrique Cervantes convocó a una conferencia de prensa en la sede de la

161
Astorga, Luis (2003); Op. Cit.
162
Manuel Buendía fue asesinado el 30 de mayo de 1984 en la vía pública. El periodista había realizado una
ardua investigación y se disponía a revelar la penetración del narco en la Secretaría de la Gobernación. De
hecho, por su homicidio se culpó al jefe de la DFS, dependiente de tal secretaría. Ramírez, Carlos: "Buendía,
Bartlett y la narcopolítica. La gansterización del Estado, en 1984", en El Universal, 30 de mayo de 2000.
163
Las plazas son puntos estratégicos de tránsito.
164
Astorga, Luis (2003); Op. Cit. La National Security Decision Directive, número 221, “Narcotics and
National Security” está disponible en http://www.fas.org/irp/offdocs/nsdd/nsdd-221.htm (visitado el
15/10/2008)
institución a su cargo, donde estuvo acompañado por toda la cúpula castrense: casi 300
oficiales de alto rango, incluidos los comandantes de las 31 zonas militares del país165.
Sus palabras causaron estupefacción: el general de división José Jesús Gutiérrez Rebollo,
comisionado del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD) había sido
detenido por darle protección al jefe del cártel de Juárez Amado Carrillo, apodado “El
Señor de los Cielos”166.
Gutierrez Rebollo era considerado el zar antidrogas mexicano, ya que había
conseguido capturar a El Güero Palma, al colombiano Iván Taborda y a los hermanos
Lupercio Serratos, en Aguascalientes; todos pertenecientes a bandas rivales a la de su
protegido 167. Estas detenciones sumadas a la de Juan García Ábrego en 1996, habían
permitido a Amado Carrillo posicionarse como el principal narcotraficante del país.
La actuación del general también era muy bien reconocida por Estados Unidos, en
consecuencia su detención causó una fuerte conmoción: “Desde el presidente Bill
Clinton, hasta la secretaria de Estado Madeleine Albright, pasando por el mismísimo zar
antidrogas, general retirado Barry McCaffrey montaron en cólera por ‘los niveles de
corrupción’ en México”. Aduciendo que habían compartido información de inteligencia
"altamente sensible" con Gutierrez Rebollo, la administración Clinton impuso al gobierno
mexicano seis condiciones para otorgar la certificación anual: “arresto, en un plazo
máximo de seis meses, de los capos Amado Carrillo (Cártel de Juárez) y los hermanos
Arellano Félix (Cártel de Tijuana); extradición de doce narcotraficantes mexicanos,
algunos en prisión, como Rafael Caro Quintero; inmunidad diplomática para los 39
agentes de la DEA asignados oficialmente a México; permiso para que el personal de la
DEA pueda portar armas en territorio mexicano; autorización para que barcos de la
Guardia Costera estadounidense ingresen en aguas mexicanas y cumplan tareas de
interdicción; participación plena de las Fuerzas Armadas mexicanas en una "fuerza
multinacional" americana para combatir el tráfico de drogas (proyecto de la flota aérea
con sede en la Base Howard del Canal de Panamá)”168.

165
En esos momentos el número de zonas militares era 31, luego se amplía y en la actualidad son 45, como
muestra la figura IV del presente capítulo.
166
Fazio, Carlos: “Mexico: El caso del narco-general”, en Crimen uniformado: Entre la corrupción y la
impunidad, TNI y Acción Andina/Cedib, diciembre de 1997.
167
Aranda, Jesús y Castillo, Gustavo: “De once militares bajo proceso por presuntos delitos contra la salud,
4 son generales: PGJM”, en La Jornada, 3 de mayo de 2001.
168
Fazio, Carlos (1997); Op. Cit. En 2002 el Congreso estadounidense decidió cancelar el proceso de
certificación, permitiendo que éste se llevara a cabo de manera multilateral por parte de la Organización de
Estados Americanos. La Casa Blanca certificaba anualmente a México -como a otros países productores de
narcóticos- por su compromiso en la guerra contra las drogas. El mismo se basaba en indicadores tales como
decomisos, erradicaciones, arrestos de grandes capos, presupuesto gastado, reformas legales, compromisos
Según se desprende del informe Cooperación Antidrogas entre Estados Unidos y
México presentado ante el Congreso el 15 de septiembre de 1997 por el zar antidrogas
Barry McCaffrey, estas demandas fueron prácticamente cumplidas en el transcurso de
ese mismo año169.
Como resultado, comenzaría a ser más fluido el entrenamiento, el intercambio de
inteligencia y la venta de armas desde Estados Unidos para saciar las necesidades de una
“guerra imposible” cada vez más extendida en territorio y hombres, sin límites de
espacio ni de tiempo, que crece al ritmo que lo hace la violencia de los cárteles170. Las
autoridades mexicanas ya no lograban “gestionar la coexistencia pacífica y disciplinada
171
de las organizaciones criminales” . Este panorama es el que heredarán las
administraciones de la alternancia partidaria, y que como veremos, se agravará
radicalmente.

internacionales firmados, es decir, medía la "voluntad política" de las autoridades para enfrentar este
fenómeno. Este proceso, dada la compleja red de intereses comunes que hay entre México y Estados Unidos,
no permitía reconocer los fracasos de la estrategia antidrogas e impedía así una modificación de la misma ya
que una desaprobación podía generar fricciones en otras áreas comerciales. Chabat, Jorge (2000); Op. Cit. p.
57.
169
“(…) Desde diciembre de 1996 se instaló una ‘línea directa’ entre la embajada de Estados Unidos en
México y el Centro Nacional para el Combate a las Drogas (CENDRO), dependiente de la Procuraduría
General de la República (…) para que los gobiernos compartan ‘información sensible’. (…) Se informa que
funcionarios mexicanos de seguridad pública han proporcionado a Estados Unidos información considerable
en un ‘formato electrónico’ que ha sido integrado al centro conjunto de análisis de documentación de la
inteligencia de Defensa-FBI en Washington. (…). Dentro de los ‘Programas de Cooperación Militar a Militar’,
se dice que agentes mexicanos ‘abordan aeronaves de reconocimiento P-3 de la Guardia Costera de Estados
Unidos que ingresan al espacio aéreo mexicano en persecución de narcotraficantes’. El capítulo señala
además que autoridades mexicanas ‘autorizan sobrevuelos regulares y persecuciones caso por caso dentro
del espacio aéreo mexicano’ (…). En el capítulo ‘Agentes de la DEA y el FBI en México’ se dice que en julio
de este año [1997] el gobierno de México autorizó incrementar el número de los agentes de la DEA en seis,
así como otros seis del FBI. (…) En su informe, McCaffrey asienta que el gobierno mexicano ha proporcionado
a los agentes estadounidenses de la DEA, FBI y Aduanas que trabajan en [las] Fuerzas de Tarea [Fronterizas
Bilaterales] ‘actas oficiales de inmunidad’ cuando operen en México. (…). Las referencias optimistas de
McCaffrey sobre las ‘persecuciones en caliente’ -para lo cual se modificarán (…) en el Diario Oficial de la
Federación las disposiciones que prohíben la incursión de naves y aviones extranjeros en aguas y cielos
mexicanos-, así como a la ‘inmunidad’ y la portación de armas encubierta de los agentes del FBI y la DEA y
otras revelaciones que lo llevaron a recomendar al Congreso norteamericano que México ya no sea
certificado cada primero de marzo”. La captura de Amado Carrillo no fue necesaria ya que misteriosamente
murió el 4 de julio de 1997 durante una operación de liposucción y de cirugía plástica para cambiar su rostro.
Fazio, Carlos (1997); Op. Cit. Veáse también Galen Carpenter, Ted: “Mexico Is Becoming the Next
Colombia”, en Cato Institute's Foreign Policy Briefing, no. 87, november 15, 2005.
170
La idea de que la guerra contra el narcotráfico es una guerra imposible se toma de Jorge Chabat que la
define así por considerar que “no se puede ganar y que, absurdamente, tampoco se puede perder”; es una
guerra sin límite de tiempo pero también sin límite de caídas. En otras palabras afirma que “es una guerra
de desgaste que se puede prolongar al infinito, pues no son factibles ni la victoria ni la derrota para
terminarla. En este proceso el estado mexicano se está desgastando a niveles nunca vistos en el pasado”.
Chabat, Jorge (2000); Op. Cit. pp. 56-58.
171
Serrano, Mónica (2007); Op. Cit., p. 270.
5. Reflexiones preliminares

A modo de síntesis de lo expuesto hasta aquí, es necesario apuntar varias


cuestiones. En primer lugar, la vigencia del pacto civil-militar surgido en la década del
cuarenta. Como veremos en los siguientes capítulos, a pesar de algunas
transformaciones políticas importantes que ha atravesado el país, el acuerdo continúa.
Esto se observa claramente en la resistencia de los uniformados a cambios que
acompañarían el proceso de extensión democrática iniciado en julio de 2000, tales como
un Ministerio civil y la inclusión del Congreso en el trazado de la política de defensa.
Asimismo, el hecho de adoptar una doctrina defensiva, omitiendo un posible ataque de
los países limítrofes, ha producido que desde su surgimiento el instituto armado se
vuelque a tareas del ámbito doméstico172.
Esta gran variedad de misiones internas que realizan las Fuerzas Armadas,
corresponderían a distintas esferas del Estado, por lo que se podría decir que “están
despolitizadas pero cumpliendo funciones políticas”, incluso vitales para la estabilidad
del aparato estatal. Es decir, si bien de manera obvia los militares no han demostrado un
proyecto político y tampoco han intentado imponerlo mediante quiebres a la
institucionalidad, sí han colaborado directamente en el juego del poder173.
Muchas de estas funciones junto a las de rescate de la población ante catástrofes
naturales han generado una muy buena imagen en la opinión pública mexicana. Pero,
además de esto, “ha logrado sobrevivir la sensación de un Ejército popular, lo cual es
desmentido por una realidad institucional que reproduce en su seno abismales
diferencias sociales”174.

172
Según el experto Marcos Moloeznik, “las Fuerzas Armadas mexicanas no cuentan con la estructura, la
organización ni la capacidad suficiente para cumplir con la misión clásica de defensa exterior de la
federación (defensa nacional, preservación de la soberanía e integridad territorial)”. Moloeznik, Marcos
Pablo (2008); Op. Cit., p. 162.
173
“Las Fuerzas Armadas cumplieron un rol funcional para el Estado mexicano en diversos niveles: si bien se
desmilitarizó el sistema político, el Ejército en zonas rurales continuó teniendo una función política (apoyo
al régimen contra brotes de inconformidad) y policíaca (mantenimiento del orden), además de colaborar con
estructuras del gobierno que no tuvieron una cobertura territorial completa en el cumplimiento de sus
misiones (en sustitución de las Secretarías de Comunicaciones y Transportes, Educación, Salud, distribución
de alimentos -CONASUPO-, policías municipales, etcétera). De esa manera, el Ejército de forma permanente
realizó misiones extramilitares, muchas de ellas vinculadas con obligaciones del Estado. En términos
políticos fue para beneficio y consolidación del régimen. En este sentido, el Ejército mexicano fue
modernizándose pero no despolitizándose (…)”. Benítez Manaut, Raúl: “México: las relaciones civiles-
militares ante la encrucijada democrática en la primera década del siglo XXI”, UNAM, México, 2007, p. 6.
174
“Existen en México dos Ejércitos: el de los privilegiados (una minoría encarnada en los mandos superiores,
cuyos salarios superan los 6.000 dólares mensuales), que ejercen el comando de las Fuerzas Armadas,
comprometen a la institución en misiones y funciones de naturaleza policial y defienden su autonomía,
prerrogativas y privilegios, y el de la masa (personal de tropa y subalterno), cuyo ingreso mensual, aun luego
Más allá de los contrastes sociales a su interior, las Fuerzas Armadas mexicanas
actualmente se caracterizan por su inserción “en importantes espacios del aparato de
inteligencia, seguridad y justicia del país en una coyuntura de profunda crisis de
inseguridad pública, donde su principal misión ha sido la de venir a sustituir a los
cuerpos policíacos para realizar tareas de contención del crimen. Ante la severa
carencia de instituciones de seguridad y justicia, a la par del extenso problema de la
corrupción e impunidad que permea la conducción de dichas agencias del Estado, la
elite política ha resuelto atemperar este problema abriendo estos espacios, como son los
aparatos de inteligencia, seguridad y justicia, al Ejército, Fuerza Aérea y la Armada”175.
Como estará presente a lo largo del trabajo, estas exigencias a los uniformados
no sólo muestran la incapacidad de gobierno y la debilidad del Estado para crear
soluciones distintas al dilema de la inseguridad –especialmente en relación al
narcotráfico-, sino que también implican violaciones a los derechos fundamentales de la
población.
Aunque las circunstancias apremien, es importante no perder de vista que los
militares están formados para la guerra, a diferencia de los policías que han sido
preparados para la mediación y el respeto de la ley, haciendo para ello el menor uso
posible de la fuerza. Por tanto, si se quiere lograr una democracia verdadera que
trascienda lo electoral es imprescindible que las labores de seguridad estén en manos de
civiles.

del reciente aumento otorgado por el presidente, es de apenas 5.200 pesos por mes (poco menos de 500
dólares). En México, el Ejército es ‘el pueblo mismo en uniforme’, al menos en el sentido de que comparte
las abismales diferencias y contrastes que caracterizan a la sociedad en su conjunto”. Moloeznik, Marcos
Pablo (2008); Op. Cit., p. 163.
175
Arzt, Sigrid (2002); Op. Cit.
Capítulo 2: “Las Fuerzas Armadas y el gobierno de alternancia de
primera generación (2000-2006)”

Los cambios en el plano político-electoral mexicano, entre otras cosas, producto


del desgaste del Partido Institucional y de las convicciones de vastos movimientos
populares de que era posible remover a esta organización por la vía electoral, llevaron a
que en 1997 los partidos de oposición fueran mayoría legislativa. En consecuencia se
abre un proceso para revisar y controlar los diversos aparatos del Estado, entre ellos las
Fuerzas Armadas176.
Asimismo, el levantamiento chiapaneco, la “guerra contra las drogas”, el
incremento de hombres y del presupuesto destinado a Defensa, la creciente
participación en tareas de seguridad pública, y la aparición de nuevos grupos armados
(EPR y EPRI), dieron un papel protagónico al brazo armado en la escena nacional. Todas
estas cuestiones inician una serie de debates político-académicos acerca del accionar de
los militares, a los que se suman las denuncias de violaciones a los Derechos Humanos en
los estados con presencia insurgente, y por primera vez, ambas Cámaras del Congreso
demandan escrutinio público sobre el mismo. Los medios incorporan periodistas
especializados y columnas de opinión, al tiempo que amplían la cobertura sobre las
tareas de los uniformados177.
En consecuencia, y teniendo presente que las Fuerzas Armadas mexicanas habían
nacido de la Revolución que se institucionalizó y que habían colaborado con la
estabilidad del régimen pos revolucionario, se temía su reacción frente a la alternancia
presidencial del Partido de Acción Nacional (PAN) en 2000. Sin embargo, aceptaron al
nuevo partido en el gobierno sin mayores problemas. Se acoplaron a las inercias de
continuidad entre Vicente Fox y las administraciones priístas, y sólo opusieron
resistencia, como veremos más adelante, en cuestiones que los afectaban como las
investigaciones sobre su accionar en el pasado.
Por otro lado, como una institución que prácticamente no se transformaba desde
1930 se esperaban grandes cambios en su organización. En una entrevista al reconocido
especialista José Luis Piñeyro, hecha en julio de 2000, éste reconocía que: “el triunfo
electoral de Vicente Fox Quesada abre la posibilidad real de impulsar una reforma

176
Veáse Aguayo Quezada, Sergio: “Seguridad nacional: Civiles y militares”, en Reforma, 29 de agosto de
2001.
177
Benítez Manaut, Raúl (2000); Op. Cit., p.13.
militar a fondo que de lugar a una redefinición de las funciones de las Fuerzas Armadas,
como sería la creación de un Estado Mayor Conjunto, desaparición del Grupo Anfibio de
Fuerzas Especiales (GANFES) del Ejército y al reconocimiento de la Fuerza Aérea como
una secretaría independiente y con presupuesto propio. Asimismo, la creación de una
auténtica doctrina de seguridad nacional -hoy ausente­, así como una plena autonomía
del aparato judicial castrense respecto del secretario de la Defensa Nacional”178.
Además, contemplaba una oportunidad única para la redefinición de la seguridad
en México, que bajo las siete décadas autoritarias, significó la persecución de los
opositores al régimen. Afirmaba que “se abre la posibilidad de que al interior de las
Fuerzas Armadas se entienda que, por ejemplo, si hablamos de seguridad [ésta puede]
ser diferente a la seguridad del gobierno nacional y de su proyecto y puede ser diferente
a las instituciones del Estado (…). La seguridad del gobierno en turno, es importante,
pero debemos recordar que los gobiernos son provisionales en un régimen político
democrático, no así la nación ni el Estado”179.
Sin embargo, nada de esto ocurrió. Por el contrario, sigue vigente el pacto de
1946 en el que los militares respetarían el poder civil a cambio de ciertas prerrogativas.
Una de las banderas del PAN durante la campaña electoral fue la transparencia y la
rendición de cuentas a la sociedad, pero las Fuerzas Armadas no fueron envueltas en
este proceso.
El más claro ejemplo de ellos es que ante la creación del Instituto Federal de
Acceso a la Información Pública, ente al cual puede acudir la población para solicitar
información a los diferentes organismos estatales, las Secretarías de Defensa y Marina
quedaron exentas de suministrar la información que consideren pueda afectar a la
“seguridad nacional”180.
A lo que se suma que la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública en su artículo 31 establece que los centros de Seguridad Nacional; para el
Control de Drogas, de Inteligencia de la Policía Federal Preventiva; contra la
Delincuencia Organizada, el Estado Mayor Presidencial, de la Defensa Nacional y de la
Armada, no están bajo la supervisión de los comités -establecidos en el artículo 29 de tal

178
Aranda, Jesús “El triunfo de Fox, oportunidad para reestructurar las Fuerzas Armadas”, en La Jornada, 17
de julio de 2000.
179
Ibid.
180
Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Gubernamental, Diario Oficial de la Federación,
11 de junio de 2002. Título Primero. Capítulo III. Información reservada y confidencial. “Artículo 13. Como
información reservada podrá clasificarse aquélla cuya difusión pueda:
I. Comprometer la seguridad nacional, la seguridad pública o la defensa nacional; (…)”.
legislación- siendo sus funciones “responsabilidad exclusiva del titular de la propia
unidad administrativa”181.
Algo similar ocurre con la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las
mismas y con la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos, y Servicios del Sector Público,
que bajo la misma “razón de seguridad nacional”, excluyen a las Fuerzas Armadas y las
agencias de seguridad de reportar, concursar y explicar la asignación de recursos por
servicios contratados182.
Otros ejemplos de la poca accesibilidad a los uniformados mexicanos los expone
Benitez Manaut en el Atlas Comparativo de la Defensa en América Latina, de la Red de
Seguridad y Defensa de América Latina (RESDAL):

“Las dos secretarias de Estado militares fueron las últimas en abrir al público
sus páginas web, después de que el resto del aparato del gobierno federal mexicano
lo tuviera, y mucho después que muchos ministerios de defensa de [otros países]. Se
han negado (…) a redactar un libro blanco de la defensa, o dos libros sectoriales, y
los foros de discusión con sectores civiles sobre las políticas de defensa no existen
(…). Hasta hace dos o tres años, los informes que rinden los secretarios de Estado al
presidente y al Congreso, que por naturaleza deben ser documentos públicos, se
consideraban secreto de Estado. Por ejemplo, no es posible encontrar en ningún sitio
web los informes anuales de la SEDENA. Los informes de la Secretaria de Marina sí
están disponibles en la página web de la misma. Si se pretende buscar los informes
de ambas secretarías de Estado con anterioridad al año 2000, no se encuentran en
ninguna biblioteca pública de México. De igual manera este secretismo es mucho más
pronunciado cuando se pretende conocer el sistema de armamento del país, o los
detalles del uso del presupuesto”183.

Otra cuestión importante a destacar, como lo hace Arzt, es que “hasta el


momento los procesos de profesionalización han sido conducidos por los propios

181
“Artículo 29. En cada dependencia o entidad se integrará un Comité de Información [que se encargará de]
proporcionar la información. Artículo 30. Cada Comité estará integrado por: un servidor público designado
por el titular de la dependencia o entidad (...). El Comité adoptará sus decisiones por mayoría de votos.
Artículo 31. El Centro de Investigación y Seguridad Nacional; el Centro de Planeación para el Control de
Drogas; la Dirección de Coordinación de Inteligencia de la Policía Federal Preventiva; la Unidad contra la
Delincuencia Organizada; el Estado Mayor Presidencial, el Estado Mayor de la Defensa Nacional y el Estado
Mayor General de la Armada o bien, las unidades administrativas que los sustituyan, no estarán sujetos a la
autoridad de los Comités a que se refiere el Artículo 29, siendo sus funciones responsabilidad exclusiva del
titular de la propia unidad administrativa”. Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Gubernamental (2002); Op. Cit.
182
Arzt, Sigrid (2002); Op. Cit., p. 16.
183
Benítez Manaut, Raúl (2007); Op. Cit., pp. 232-233.
militares, y se continúa fincando la relación cívico-militar básicamente en las relaciones
personales que existan o se desarrollen entre el Secretario de la Defensa Nacional o la
Armada, y el propio presidente”184.
Sólo se puede mencionar como cambio positivo el acercamiento de los
uniformados al Poder Legislativo, que comienza a fines de agosto de 2001 cuando el
Secretario de Defensa Nacional, Gerardo Ricardo Clemente Vega García, mantuvo
reunión privada (no una comparecencia) con doce diputados de la Comisión de la
Defensa185.

1. La militarización de la seguridad pública durante la alternancia partidaria

Durante su campaña electoral, Vicente Fox Quesada insistió en que removería al


Ejército del ámbito de la aplicación de la ley, en especial a los que formaban parte de la
PFP, e incluso lo excluiría de las tareas contra el narcotráfico. Ante la presentación del
proyecto de justicia, el 1 de agosto de 2000, los coordinadores de Justicia y Seguridad
del gabinete de transición anunciaron ante la prensa que “el gobierno de Vicente Fox
establecerá una estrategia gradual de ‘desmilitarización’ de los cuerpos policíacos”186.
Sin embargo, en la conferencia, los colaboradores no especificaron cómo se
materializaría esta cuestión o en qué plazos se realizaría; tampoco mencionaron a los
más de cinco mil soldados que integran la PFP. Además, si bien dieron a entender que
revisarían el rol de los militares en las labores antinarcóticos, porque consideran que
éstas “nunca debieron salir” de la esfera policial, aceptaron que “por lo pronto
quedarán las cosas como están”187.
Al día siguiente, representantes del priísmo, dieron a conocer su opinión: “(…)
sólo una ‘visión pueblerina’ puede motivar a pensar que el narcotráfico es un simple
problema policiaco en el que no tiene por qué intervenir el Ejército. (…) Todavía no hay
un cuerpo que pueda suplir las funciones que realizan las Fuerzas Armadas en esta área.
Ese es el problema y por eso se plantea ahora una desmilitarización gradual de la lucha
antidrogas, porque no hay otra salida”188.

184
Arzt, Sigrid (2002); Op. Cit., p. 5.
185
Aguayo Quezada, Sergio (2001); Op. Cit.
186
Aranda, Jesús: “Fox, por desmilitarizar los cuerpos policiacos, dicen Reyes y Molina”, en La Jornada, 1 de
agosto de 2000. Veáse también, Aguirre, Mayra Nidia: “Planea Fox un FBI y desmilitarizar policía”, en El
Universal, 1 de agosto de 2000.
187
Aranda, Jesús (2000); Op. Cit.
188
Medellín, Jorge A.; Torres, Alejandro y Aguirre, Mayra N.: “Los cambios en seguridad no afectarán sus
bases: Santos”, en El Universal, 2 de agosto de 2000.
Asimismo, sólo una semana después, los mismo coordinadores de Justicia y
Seguridad del gabinete de transición se reunieron con funcionarios estadounidenses,
entre ellos el “zar antidrogas” Barry McCaffrey, y confirmaron la continuidad del
Ejército en las misiones contra el narcotráfico; también reforzaron los programas de
entrenamiento en Estados Unidos. Ocurrirá entonces, como en otras áreas del Estado,
que la reforma en materia de seguridad y procuración de justicia será muy moderada189.
Por el contrario, como veremos en el desarrollo del presente capítulo, el
involucramiento de las Fuerzas Armadas en actividades que no son propias de esta
institución, lejos de retrotraerse o estancarse en los niveles alcanzados a la toma de
posesión de Vicente Fox, se incrementará.
Esto se reflejará en principio en tres variables, dos cuantitativas, el aumento en
el presupuesto nacional de la partida Defensa Nacional y Marina (figura VIII), y la
incorporación de más hombres y mujeres a las armas (figura IX); y una cualitativa: la
designación, por primera vez en la historia de México, de un General como titular de la
Procuraduría General de la República (PGR).

Figura VIII: Gasto programable devengado del sector público presupuestario en clasificación
administrativa (Millones de pesos mexicanos)

2001 2002 2003 2004 2005 2006

Defensa Nacional 22.031,1 22.596,6 24.203,4 23.846,3 25.271 26.987,7


Marina 8.852,5 8.486,4 9.201,4 8.844,4 9.528,8 9.998,3
Total 30.883,6 31.083 33.404,8 32.690,7 34.799,8 36.986

Fuente: Calderón Hinojosa, Felipe: Anexo Estadístico Primer Informe de Gobierno, 1 de septiembre de 2007,
p. 61.

189
Medellín, Jorge y Ruiz, José Luis: “Seguirá el Ejército en lucha antinarco”, en El Universal, 9 de agosto
de 2000.
Figura IX: Recursos humanos y profesionalización de los miembros de las Fuerzas Armadas

Defensa
Nacional Marina Total

2000 182.329 55.223 237.552

2001 185.143 49.165 234.308

2002 188.143 50.026 238 .69

2003 191.143 47.304 238.447

2004 191.143 47.316 238.459

2005 191.143 47.644 238.787

2006 196.767 47.471 244.238

Fuente: Ibid, p. 34.

2. La designación del general Rafael Macedo de la Concha como titular de la


Procuraduría General de la República (PGR)

Lejos de subsanar la militarización de la seguridad pública comenzada en los años


del PRI, el primer gobierno de alternancia partidaria profundizó aún más este proceso
con la designación de un General de brigada, Marcial Rafael Macedo de la Concha, como
Procurador General de la República. Este organismo, dependiente del Poder Ejecutivo,
es el encargado de investigar y perseguir a los delincuentes190.
El nombramiento del militar para ocupar el cargo de la PGR, suceso que ocurre
por primera vez en la hsitoria del país, contó con el respaldo del partido del propio
presidente y con los votos del legendario PRI y del PVEM (Partido Verde de México), ya
que desde 1995 la nominación para este puesto debe contar con la ratificación del
Senado. Sólo el PRD (Partido de la Revolución Democrática) votó en contra191.

190
“La Procuraduría General de la República es el órgano del poder Ejecutivo Federal, que se encarga
principalmente de investigar y perseguir los delitos del orden federal y cuyo titular es el Procurador General
de la República, quien preside al Ministerio Público de la Federación y a sus órganos auxiliares que son la
policía investigadora y los peritos. Es la encargada del despacho de los asuntos que la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, su Reglamento
y otros ordenamientos, le encomiendan al Procurador General de la República y al Ministerio Público de la
Federación”. Tomado de http://www.pgr.gob.mx/Que%20es%20PGR/presentacion.asp (visitado el
07/11/2008).
191
“El PRI, a través del senador Orlando Paredes Lara, dijo que aprobaban la designación porque Macedo de
la Concha cumple con todos los requisitos de la ley para ser procurador. Sin embargo, quiso aclarar que es
responsabilidad directa del presidente Vicente Fox el desempeño del general, porque lo nombró
directamente. El PAN, por su parte, esgrimió que la condición militar no desacreditaba a Macedo para
hacerse cargo de la procuraduría, porque sus cualidades personales y trayectoria constituían argumentos
A nivel institucional, esta designación rompe el principio primus inter pares que
la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal establece entre las Secretarías y la
Procuraduría General de la República, “porque en la praxis se verificó una subordinación
del titular de la Procuraduría General de la República (general de dos estrellas) hacia el
Secretario de la Defensa Nacional (general de cuatro estrellas)”192.
Además, este nombramiento se llevó adelante pese a la firme oposición de
organizaciones por los Derechos Humanos que demandaban que el Ministerio Público esté
en manos de un civil. En su comunicado, la Red Nacional de Organismos Civiles de
Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos, exigió al Senado “ser fiel a la
aspiración democrática de los mexicanos y cumplir con su responsabilidad ante los
pactos internacionales, de los cuales el Estado mexicano es parte, no ratificando al
general Marcial Rafael Macedo de la Concha como procurador general de la República”,
y agregaron que su nominación “es un paso más en la militarización de la justicia y la
seguridad pública, que contradice la aspiración a la transición democrática que todos los
mexicanos anhelamos”193.
Por su parte, la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos (Limeddh)
llamó a los poderes del Estado “a no incorporar a elementos de las Fuerzas Armadas en
las instituciones civiles, y menos al frente de la Procuraduría General de la República,
independientemente de la trayectoria de las personas que puedan ser propuestas”.
Asimismo les pidió que “cambien radicalmente la política de seguridad nacional,
atendiendo a las demandas de cumplimiento de los derechos económicos, sociales y
culturales, y garantizar los civiles y políticos”194.
Estas organizaciones no dejaron de recordar que distintos organismos
internacionales ya habían instado a los gobernantes mexicanos a desmilitarizar la

suficientes para otorgar el nombramiento. (…) El senador del Partido Verde Ecologista de México, Jorge
Emilio González Martínez, (…) sostuvo que siendo el Ejército Mexicano una de las instituciones más
respetables que hay en el país, tal vez lo que se necesita es que un militar ‘con valor, con probada disciplina,
se haga cargo de la procuración de justicia en México’, que por muchos años no ha funcionado. (…) El
senador del PRD Jesús Ortega aclaró que su voto no es una negativa en contra de la institución armada, sino
la demanda de que no se desvirtúen las funciones que el Ejército tiene de acuerdo con la Constitución,
como son defender la integridad territorial, la soberanía nacional y ser guardián del orden interno y de las
instituciones republicanas en tiempos de paz”. Gil Olmos, José y Ballinas, Víctor: “Rafael Macedo de la
Concha fue ratificado como titular de la PGR”, en La Jornada, 8 de diciembre de 2000. También veáse
Torres Alejandro; Guarneros, Fabiola; Cervantes, Jesusa: “Acepta PRI ratificar a Macedo en la PGR”, en El
Universal, 7 de diciembre de 2000. Sin embargo, como indica Sigrid Arzt, hay que señalar que cuando
Cuauhtémoc Cárdenas del PRD gobernó el Distrito Federal también apeló a un general “para controlar el
crimen e inseguridad de la capital del país, sin lograr ningún éxito”. Arzt, Sigrid (2002); Op. Cit., p. 14.
192
Moloeznik, Marcos Pablo (2005); Op. Cit., p. 196.
193
Ballinas Víctor, Becerril Andrea, Castillo Gustavo y Elizalde Triunfo: “Adelantan PRI y PAN su voto a favor
de Macedo de la Concha”, en La Jornada, 7 de diciembre de 2000.
194
Ibid.
seguridad pública. Por ejemplo, la Relatora Especial sobre Ejecuciones Extrajudiciales
de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, pidió al gobierno de México
que “logre la desmilitarización de la sociedad y evite delegar en las Fuerzas Armadas el
mantenimiento del orden público o la lucha contra el delito”195.
Después de firmar un convenio de cooperación técnica con el presidente Vicente
Fox, el primer día de inicio de su gestión, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para
los Derechos Humanos, Mary Robinson, objetó que un militar dirija la PGR y “advirtió
que los militares permanecen en la impunidad al no poder ser juzgados por cortes civiles
sobre violaciones a los Derechos Humanos”196.
También la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) luego de su
visita a México llamó la atención de las consecuencias de la utilización de las Fuerzas
Armadas en funciones que atañen a la seguridad ciudadana, pues la misma puede
conllevar serias violaciones a los Derechos Humanos, como consecuencia de la
naturaleza militar y entrenamiento de dichas fuerzas197.
Pierre Sané, secretario general de Amnistía Internacional, opinó que “la
designación de un general para encabezar la justicia civil puede llevar a una
militarización posterior de la justicia civil, cuando lo que se requiere hoy en día es
eliminar de la justicia militar ciertas áreas de competencia y moverlas a la justicia
civil”198.
Tres años después, en el Diagnóstico sobre la Situación de los Derechos Humanos
en México, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos para México reiteró que: “La separación entre las funciones militares y la
justicia es una exigencia de toda sociedad democrática. El nombramiento de militares
en activo o en retiro como titulares de la Procuraduría General de la República, así como
en los principales puestos directivos de la misma, aunado a la participación de
autoridades militares en activo en tareas ordinarias de procuración de justicia,
contraviene el carácter civil del sistema de justicia penal”199.

195
Informe de la Relatora de las Naciones Unidas, Asma Jahangir, relativo a las ejecuciones extrajudiciales,
sumarias o arbitrarias, presentado en cumplimiento de la resolución 1999/35 de la Comisión de Derechos
Humanos. Adición Visita a México, par. 107b.
196
Medellín, Jorge Alejandro: “Impugnan su designación grupos de Derechos Humanos”, en El Universal, 8
de diciembre de 2000.
197
Fernández, Bertha: “Impugnan ONG a ex procurador militar”, en El Universal, jueves 7 de diciembre de
2000.
198
Jiménez, Gerardo: “Preocupa a AI militarización en PGR”, en Reforma, 16 de marzo de 2001.
199
Asimismo, agrega que “De acuerdo con el artículo 4 de las Directrices sobre la función de los fiscales, los
Estados deben garantizar que los fiscales ejerzan sus funciones profesionales sin ‘injerencias indebidas’. Los
vínculos de lealtad entre los miembros de las Fuerzas Armadas, pueden resultar en este tipo de injerencias,
Es que estas organizaciones internacionales tenían presente que hasta inicios del
mismo mes en que fue propuesto para ocupar el cargo de Procurador General de la
República, el general Macedo de la Concha había sido el responsable de la Procuraduría
General de Justicia Militar (PGJM) ámbito en el que omitió recomendaciones de estos
mismos organismos.
Entre ellas una de la CIDH que exigía la inmediata liberación del general José
Francisco Gallardo, quien fue condenado en 1998 a 28 años de prisión por los delitos de
malversación de fondos, destrucción de la propiedad militar y enriquecimiento ilícito.
Sin embargo, los organismos internacionales consideran que estas acusaciones son falsas,
y que fue la publicación en la revista Forum de un fragmento de su tesis de maestría,
“La necesidad de un ombudsman militar en México” lo que ofendió al instituto armado200.
Sobre este caso fueron indagados los representantes de Marcial Rafael Macedo de
la Concha en una reunión con los senadores previa su ratificación, quienes afirmaron que
“cuando él llegó a la Procuraduría militar, el caso ya se estaba ventilando en los
tribunales, y como titular del Ministerio Público castrense, a él le correspondió dar el
seguimiento”201.
Sin embargo, el mismo Gallardo aseveró que el General participó en su asunto,
siendo juez militar, luego como asesor jurídico de la Secretaría de la Defensa, después
como magistrado y finalmente como procurador de Justicia Militar. Resolvió dos
procesos en su contra, sentenciándolo por abuso de autoridad y deserción; recurrió al
amparo y lo absolvieron los tribunales colegiados. En este marco la resolución de la

por lo que dada la importancia de la credibilidad en el sistema de justicia por parte de la sociedad, el
interés público exige que aun cuando no existiere dicha vinculación, debe hacerse lo necesario para evitar
inclusive su sospecha”. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para
México (2003); Op. Cit., p. 36.
200
“El general fue encarcelado el 9 de noviembre de 1993, por malversación de fondos y destrucción de
propiedad gubernamental (…). El delito que le imputaron tuvo lugar cinco años antes (…) pero vino un mes
después de la publicación de un fragmento de su tesis de maestría, "La necesidad de un ombudsman militar
en México", en Forum. A pocos días de la detención, los fiscales acusaron a Gallardo de difamación del
Ejército. Durante el proceso, los cargos siguieron creciendo, incluyendo fraude, abuso de autoridad y
enriquecimiento ilegal. Pero, de acuerdo con su hijo Vinicio, cuando la defensa recurrió a los tribunales
civiles los jueces no lo encontraron culpable. Finalmente Gallardo fue sometido a un juicio que, por primera
vez en la historia, fue público. A principios de 1998, los tribunales militares lo condenaron a 28 años de
prisión por los delitos de malversación de fondos, destrucción de la propiedad militar y enriquecimiento
ilícito. El artículo de Gallardo es una descripción del origen y funcionamiento de esta figura en Suecia.
Termina, sin embargo, con algunas preguntas sobre el papel del Ejército en el país: “¿Por qué si el Ejército
es una institución que se torna garante de las demás garantías se violan impunemente los derechos
inherentes a la dignidad de los soldados y oficiales? ¿Por qué la impartición de justicia del Ejército es
selectiva y por tanto discriminatoria? [...] ¿Por qué han de quedar en la impunidad los hechos degradantes y
crueles que socavan la dignidad moral del Ejército, como única justificación para hacer respetar la disciplina?
Creemos conveniente la creación de un ombudsman de las Fuerzas Armadas para frenar la prepotencia y el
poder absoluto de los mandos militares”. Osorno, Guillermo: “¿Derechos Humanos en El Ejército?”, en Letras
Libres, Editorial Vuelta, México D.F., abril de 1999.
201
Ballinas Víctor, Becerril Andrea, Castillo Gustavo y Elizalde Triunfo (2000); Op. Cit.
Suprema Corte demostró que Macedo de la Concha violó los artículos 14, 16, 19 y 21 de
la Constitución202.
Finalmente, el General José Francisco Gallardo Rodríguez, obtuvo su libertad el 7
de febrero del 2002. Sin embargo, su liberación obedeció a la coyuntura política -la CIDH
el 9 de ese mes llevaría a cabo una audiencia sobre el asunto-, y el gobierno mexicano
buscaba evitar dañar su imagen internacional. Por otra parte, la acción de Fox, no lo
exculpó de los delitos que se le imputan, así como tampoco, pese a su demanda, no ha
logrado ser reintegrado a las Fuerzas Armadas ni se le han restituido todos sus derechos
conforme a su rango, entre ellos el pago de 13 años de salarios que le fueron
suspendidos cuando fue detenido 203 . Además, al pasar al ámbito civil, su caso
nuevamente está en manos del general que estableció su proceso y sentencia, Rafael
Macedo de la Concha.
De este modo, el único caso que quedó ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos es el del teniente de Infantería Miguel Orlando Muñoz Guzmán. El 8 de mayo
de 1993 Muñoz, de 25 años, luego de hablar por teléfono con su madre y contarle que
había sido aceptado en la Escuela Superior de Guerra, desapareció. Su familia, a pesar
de las amenazas y un intento de secuestro, comenzó a buscarlo. Llegó a la Procuraduría
de Justicia de Chihuahua, también al Cuartel del 26 Batallón de Infantería, en Ciudad
Juárez, al que estaba asignado el teniente; luego acudió a la Comisión Nacional de
Derechos Humanos (CNDH) y, finalmente, a la Procuraduría de Justicia Militar204.
Allí los familiares exigieron por el paradero del joven a varios procuradores, hasta
que en diciembre de 1998 fue el turno del general Rafael Macedo de la Concha, quien en
la antesala del secretario de la Defensa, les dijo: “Para el Ejército, se trata de un
desertor”. Casi un año más tarde, declaraba ante la prensa: “El asunto ha sido
debidamente investigado. No hemos podido saber las causas de la desaparición del
teniente Muñoz”. Frase con la que terminaba la investigación205.

202
Ignacio Ramírez: “La designación de Macedo en la PGR, autogol de Fox, dice”, en El Universal, 5 de
marzo de 2001.
203
“(…) El 7 de febrero [de 2002], justo dos días antes de celebrar la tradicional ceremonia de la Marcha de
la Lealtad con el Ejército Mexicano, el canciller Castañeda y el secretario de Gobernación, Santiago Creel,
anunciaron la liberación de Francisco Gallardo. En una acción sin precedente en la relación cívico–militar,
Fox impuso la ejecución de dos artículos en el Código de Justicia Militar, el artículo 178 y el 871, los cuales
permiten la intervención del Ejecutivo para reducir la sentencia o preliberar al prisionero”. “Fox ordenó
excarcelar a Gallardo”, en El Universal, 9 de febrero del 2002.
204
Vilchis, José: “Los expedientes negros de la Sedena”, en Contralínea, enero de 2003.
205
Petrich, Blanche: “Macedo de la Concha facilitó borrón en el caso de teniente desaparecido”, en La
Jornada, 8 de diciembre de 2000.
El 11 de octubre de 2000 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos inició
una audiencia especial sobre la desaparición de Orlando Muñoz. Ante esa situación, el
director para Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México,
tuvo que reconocer, en contraposición de lo que afirmó dos años antes Macedo de la
Concha, que lejos de haber concluido, la investigación recién empezaba, aunque 500
fojas del expediente -dijo textualmente el diplomático- “se han extraviado”206.
Durante siete años la familia del teniente, luchó por que la investigación sobre el
caso fuera asumida por la justicia civil, y paradójicamente hoy está en ese ámbito pero
en manos otra vez del militar.
El nombramiento de Rafael Macedo de la Concha, según Sigrid Arzt, “debe ser
interpretado como una capacidad de las Fuerzas Armadas de convencer a sus respectivas
contrapartes civiles que ‘ellos -los militares- son los únicos capaces de contener la
descomposición de las instituciones de seguridad y justicia’”207. Cuestión que refleja el
notable grado de influencia y poder político que los uniformados ha alcanzado en las
tareas de seguridad.
Además, como veremos en el siguiente apartado, la militarización de la
Procuraduría General de la República afecta no sólo a los casos recientes de violaciones
a los derechos fundamentales sino también al esclarecimiento del accionar en el pasado
de la institución a la que pertenece Macedo de la Concha.

3. Revisando el ayer de las Fuerzas Armadas: La Fiscalía Especial para


atención de delitos contra movimientos sociales y políticos del pasado

Otra de las promesas de Vicente Fox cuando era candidato fue la de esclarecer
las violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el viejo partido hegemónico. Tal
como afirma el informe La impunidad en México, “la mayor parte de estas violaciones
fueron ocultadas por las autoridades y su aparato de inteligencia, y no fueron conocidas
por el Poder Judicial, quedando en la impunidad. A finales de los años sesenta y en los
años setenta estas violaciones se volvieron el medio común de control del gobierno y se
cometieron actos masivos de represión (…)”208.

206
Ibid.
207
Arzt, Sigrid (2003); Op. Cit, p. 12.
208
La impunidad en México. Informe que organizaciones mexicanas presentan a la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, febrero de 2003, p. 14.
Entonces, luego de una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos 209, se creó una Fiscalía Especial para la atención de hechos probablemente
constitutivos de delitos federales cometidos directa o indirectamente por servidores
públicos en contra de personas vinculadas con movimientos sociales y políticos del
pasado210.
Instituida por Acuerdo Presidencial el 27 de noviembre del 2001, la Femospp,
como se la conocía por sus siglas, era, según sus creadores, más que una Comisión de la
Verdad ya que buscaba no sólo “esclarecer los hechos sino deslindar responsabilidades y,
en su caso, sancionar conforme a derecho a los responsables”211.
La Fiscalía quedó dentro del organigrama de la PGR por ser este ministerio el
encargado de la persecución de delitos federales, entre ellos los cometidos por
servidores públicos. Como se indicó anteriormente, su administración estaba bajo el
mandato del General Rafael Macedo de la Concha, y por tanto era él quien debía
nombrar al Fiscal Especial. Esta situación provocó la desconfianza de quienes desde años
venían exigiendo justicia212.
El panorama se oscureció aún más porque tiempo después varias publicaciones
comprometieron a Macedo de la Concha por su “conflicto de intereses”213 al tener de

209
“(…) La Comisión Nacional de Derechos Humanos nace como órgano desconcentrado de la Secretaría de
Gobernación, el 6 de junio de 1990. Posteriormente, el 28 de enero de 1992, se introduce una reforma a la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al adicionarse el apartado B al artículo 102
constitucional, que contempla la creación de organismos de protección de los Derechos Humanos “...los que
conocerán de quejas en contra de actos u omisiones de naturaleza administrativa provenientes de cualquier
autoridad o servidor público, con excepción de los del Poder Judicial de la Federación, que violen estos
derechos. Formularán recomendaciones públicas autónomas, no vinculatorias y denuncias y quejas ante las
autoridades respectivas”; y carecen de competencia en asuntos electorales, laborales y jurisdiccionales. A
partir de entonces, se modifica radicalmente la naturaleza del ombudsman que se separa y distancia de la
secretaría de despacho responsable de ejecutar la política interior de México; situación que se consolida con
la reforma llevada a cabo el 13 de septiembre de 1999 que faculta a la Cámara de Senadores o a la Comisión
Permanente del H. Congreso de la Unión para elegir -por el voto de las dos terceras partes de sus miembros
presentes- a los diez consejeros que integran el Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos, así como a su presidente, cuyo encargo es desde entonces de cinco años”. Moloeznik, Marcos
Pablo: "Seguridad Pública y Reforma Policial en México: ¿cambio o continuidad?", en Dammert, Lucía y Bailey,
John (coord.): Seguridad y reforma policial en las Américas, ILANUD/FLACSO/Siglo XXI, México, 2005.
210
“El 27 de noviembre, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentó su esperado informe
sobre desaparecidos (…) recomendándole [al Ejecutivo] la creación de una fiscalía. Seguramente el asunto
ya estaba negociado porque la edición vespertina del Diario Oficial de ese mismo día ya publicaba un
acuerdo presidencial (…)”. Aguayo Quezada, Sergio: “Un acuerdo presidencial: Fiscalía opaca”, en Reforma,
5 de diciembre de 2001.
211
Poder Ejecutivo Presidencia de la República: “Acuerdo por el que se disponen diversas medidas para la
procuración de justicia por delitos cometidos contra personas vinculadas con movimientos sociales y
políticos del pasado”, Diario Oficial de la Federación, 27 de noviembre de 2001.
212
Esta ubicación dentro de la PGR encontró justificación en que “el orden jurídico mexicano no confiere
atribuciones al titular del Poder Ejecutivo Federal para crear organismos públicos autónomos o instancias
extrainstitucionales que estén por encima de los procedimientos que marca la ley para calificar una
conducta como violatoria de los Derechos Humanos o como delito”. Ibid.
213
Aguayo Quezada, Sergio: “Conflictos de interés: ¿Conspiración?”, en Reforma, 30 de abril de 2003.
“asesor al hijo del abogado que defiende a un ex Director de la Federal de Seguridad”214.
Aún lo complicaba más su pasado, porque según consta en el Archivo General de la
Nación “cuando Rafael Macedo de la Concha era un joven oficial trabajó bajo las
órdenes de uno de los Directores de la Federal de Seguridad”215. Y se estima que por el
cargo que ocupó debió haber tenido una relación cercana a las personas que debía
perseguir.
El Acuerdo, en pos de la “reconciliación nacional”, también limitó la asignación
de las responsabilidades ya que estableció que las violaciones a los Derechos Humanos
son “atribuibles a individuos y, por ello, habrá que evitar juicios generales en contra de
las instituciones o de grupos específicos”216. Cuestión contradictoria, porque según el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos son los individuos que encarnan al
Estado –perteneciendo a alguna institución del mismo- y actúan en su nombre los
responsables de las transgresiones a los derechos fundamentales.
Además es importante destacar, como lo hace Aguayo, que:

“Es insuficiente con relatar la maldad de una o varias personas. La verdad


histórica exige ubicar las monstruosidades individuales en el sistema que las hizo
posibles. Y en México las torturas, ejecuciones y desapariciones eran parte de la
lógica represiva que tenía el aparato estatal. La Secretaría de Salud contribuía con
los psiquiátricos donde se encerraba a disidentes, Relaciones Exteriores contaba
con sofisticados diplomáticos que bloqueaban cualquier denuncia en el exterior y
cerraban la puerta a misiones de otros países, Comunicaciones y Transportes
interceptaba telegramas, etcétera, etcétera.
El sexenio de la alternancia (…) decidió dejar intactas las estructuras y correas
de transmisión de la máquina represora (a lo más que llegó fue a sustituir a quienes
lo dirigen)”217.

Existieron, además, otras cuestiones que dificultaron el trabajo de la Fiscalía, en


especial al momento de asignar condenas u obligar a cumplirlas. En mayo de 2004,

214
Varios representantes de este organismo eran investigados por la Femospp. “La DFS fue una policía
política creada por orden presidencial en 1947. Formalmente adscrita a la Secretaría de Gobernación, en
realidad obedecía al presidente y actuaba con autonomía del Congreso o del sistema judicial. Fue
relativamente eficaz (aunque nada respetuosa de los Derechos Humanos) en el control de los movimientos
opositores que fueron surgiendo periódicamente en diferentes partes de México”. Aguayo Quezada, Sergio
(2002), Op. Cit., p. 115.
215
Aguayo Quezada, Sergio (2003); Op. Cit.
216
Acuerdo por el que se disponen diversas medidas para la procuración de justicia por delitos cometidos
contra personas vinculadas con movimientos sociales y políticos del pasado (2001); Op. Cit.
217
Aguayo Quezada, Sergio: “Legalidad y Justicia: Amnistía de facto”, en Reforma, 2 de marzo de 2005.
Miguel Nazar Haro uno de los ex directores de la DFS cumplía en prisión su condena por
la desaparición de Jesús Piedra Ibarra cuando entró en vigencia una reforma al artículo
55 del Código Penal -aprobada por legisladores del PAN y el PRI-, con intenciones
humanitarias, que permite a los mayores de setenta años enfrentar sus procesos penales
en “prisión preventiva domiciliaria”218. Lo que fue acompañado por el dictamen de un
juez que estableció que Nazar Haro es de “baja peligrosidad”219.
Asimismo, como resultado de las investigaciones del programa ministerial “B”220,
relativas a los casos del 10 de junio de 1971 y del 2 de octubre de 1968, el Fiscal intentó
presentar estos sucesos como genocidio 221 . Si bien esta estrategia fue criticada por
diversos especialistas y organizaciones internacionales, el 24 de febrero del 2005, la
Suprema Corte de Justicia determinó que el delito de genocidio por el cual la Femospp
había consignado la averiguación previa de los hechos ocurridos en junio de 1971, ya
había prescrito. Esto como consecuencia de que en el transcurso de la investigación,
México ratificó y opuso reservas a la Convención Interamericana sobre la Desaparición
Forzada de Personas222 y a la Convención sobre Imprescriptibilidad de los Crímenes de
Guerra223.

218
“(…) La iniciativa, que en el proceso legislativo fue presentada como una reforma humanitaria, era
aparentemente guiada por un propósito menos noble: al no exceptuar del beneficio a quienes son acusados
por la comisión de crímenes de lesa humanidad, los legisladores mostraron su intención de evitar a toda
costa que algunas de las personas señaladas como presuntos responsables de delitos de lesa humanidad
durante la guerra sucia -particularmente el ex presidente Luis Echeverría- llegaran a prisión. Aunque sobra
decir que no hay posibilidades de probar fehacientemente el dolo de los legisladores para beneficiar a los
violadores de Derechos Humanos del régimen priísta, lo cierto es que todo apunta a que así fue”. Aguirre
Espinosa, Santiago (2006); Op. Cit., p. 25, nota al pie 37.
219
Aguayo Quezada, Sergio (2005); Op. Cit.
220
La Femospp actuaba en torno a tres ejes: “1) el eje jurídico ministerial, integrado por el programa
ministerial “A”, encargado de investigar las desapariciones forzadas; el programa ministerial “B”, encargado
de investigar las masacres del 2 de octubre y del 10 de junio; y el programa ministerial “C”, encargado de
investigar las denuncias que no fueran competencia de los otros dos programas; 2) el eje de análisis de
información e investigación documental, encargado del esclarecimiento histórico; y 3) el eje de cooperación,
de participación ciudadana y vinculación institucional, encargado de los enlaces con la sociedad civil”.
Aguirre Espinosa, Santiago (2006); Op. Cit., p. 21, nota al pie 23.
221
El 10 de junio de 1971 se produce un ataque a tiros a centenares de estudiantes por parte de un grupo
paramilitar conocido como Los Halcones, para evitar la movilización que exigía la liberación de presos
políticos, la derogación de la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Nuevo León, entre otras cosas.
Tanto la PGR como el mismo presidente Luis Echeverría tenían conocimientos de los halcones, formado por
cuarenta mandos capacitados en Francia, Estados Unidos, Inglaterra y Japón y que pertenecían a la Brigada
de Fusileros Paracaidistas. Los sucesos de junio de 1971 son conocidos como "Jueves de Corpus", porque se
produjeron el día de la festividad Corpus Christi, o como el "Halconazo". Castillo, García, Gustavo: "El
halconazo, historia de represión, cinismo y mentiras se mantiene impune", en La Jornada, 9 de junio de
2008. Montemayor, Carlos: "Fiscalía especial: un balance (V)", en La Jornada, 4 de mayo de 2006.
222
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, Belem, Brasil, 9 de junio de 1994.
Ratificación: 09.04.2002. Declaración interpretativa: General. “Con fundamento en el artículo 14 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el gobierno de México, al ratificar la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, adoptada en la ciudad de Belem, Brasil, el 9 de
junio de 1994, se entenderá que las disposiciones de dicha Convención se aplicarán a los hechos que
constituyan desaparición forzada de personas, se ordenen, ejecuten o cometan con posteridad a la entrada
También, a principios de julio de 2004, la Procuraduría General de Justicia Militar
dio a conocer su veredicto sobre el general Mario Arturo Acosta Chaparro a quien
investigaba por el homicidio de 143 ciudadanos de Guerrero, que habrían sido
desaparecidos por el militar al lanzarlos al mar en vuelos que salían de la base militar
aérea de Pie de la Cuesta 224 . Por este mismo hecho, la Femospp lo acusaba de ser
responsable de desaparición forzada225, es decir, de un delito imprescriptible226.
Posteriormente, la justicia militar dictó auto de libertad por desvanecimiento de
datos a favor de Acosta Chaparro227. En este contexto, el secretario de Defensa General

en vigor de la presente Convención”. Reserva (hecha el 9 de abril de 2002): Artículo 9. “El gobierno de los
Estados Unidos Mexicanos, al ratificar la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas,
adoptada en la Ciudad de Belem, Brasil, el 9 de junio de 1994, formula reserva expresa al Artículo IX, toda
vez que la Constitución Política reconoce el fuero de guerra, cuando el militar haya cometido algún ilícito
encontrándose en servicio. El fuero de guerra no constituye jurisdicción especial en el sentido de la
Convención, toda vez que conforme al artículo 14 de la Constitución mexicana nadie podrá ser privado de la
vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los
tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y
conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho”. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos para México (2003), Op. Cit., pp. 2-4. Veáse además La impunidad en
México (2003); Op. Cit., pp. 6-10.
223
Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad
Ratificación: 15.03.2002. Declaración interpretativa: General. “Con fundamento en el artículo 14 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el gobierno de México, al ratificar la Convención
sobre Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y los de Lesa Humanidad, adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 26 de noviembre de 1968, entenderá que únicamente considerará
imprescriptibles los crímenes que consagra la Convención, cometidos con posterioridad a su entrada en vigor
para México”. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para México
(2003), Ibid.
224
Juicio que, según el artículo 13 de la Constitución, deberían llevar adelante sólo tribunales los civiles.
“(…) Subsiste el fuero de guerra para los delitos y faltas contra la disciplina militar; pero los tribunales
militares en ningún caso y por ningún motivo, podrán extender su jurisdicción sobre personas que no
pertenezcan al Ejército. Cuando en un delito o falta del orden militar estuviese complicado un paisano,
conocerá del caso la autoridad civil que corresponda”. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
(1917); Op. Cit.
225
La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, de junio de 1994, establece en su
artículo 2° que: “[...] se considera desaparición forzada la privación de la libertad a una o más personas,
cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que
actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la
negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual
se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes”. Y al igual que la
Declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas de la Asamblea
General de Naciones Unidas, considera que la desaparición forzada constituye un delito permanente
mientras no se establezca el paradero de la persona desaparecida o se aclaren los hechos.
226
Estas diferencias en el encuadre de los casos refuerza el pedido de bastos sectores de la población de
recortar el fuero militar. Según Afadem (Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Víctimas de
las Violaciones de los Derechos Humanos en México), “lo que está buscando el estado mexicano es perpetuar
la impunidad, como triquiñuela para que estos Acosta y compañía no sean juzgados dos veces por los mismos
delitos”. “Exigen la renuncia del procurador por promover la exoneración de represores”, en Sur Acapulco,
10 de julio de 2004. Esto también lo percibe Aguayo: “(…) una de las explicaciones dadas al juicio a los
generales es que la Secretaría de la Defensa Nacional está adelantándose para evitar que los suyos sean
procesados en una corte civil. De esa manera cuestionan a la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y
Políticos del Pasado (…)”. Aguayo Quezada, Sergio: “En la transición: Militares enjuiciados”, en Reforma, 2
de octubre de 2002.
227
Auto de libertad respecto de este caso, porque el mismo general Acosta Chaparro ya cumplía una
condena de 14 años por sus vínculos con el narcotráfico.
Clemente Vega García, pronunció un discurso en el que pedía, para lograr la
reconciliación nacional, “perdonar y olvidar” mediante una Ley de Amnistía lo sucedido
desde 1968 y hasta los años 80, cuestión que fue respaldada por el Fiscal Especial228.
Finalmente, el 18 de noviembre se da a conocer el Informe Final de la Fiscalía
Especial. En lugar de un acto público, se lo comunicó a la población a través de la página
de internet de la Procuraduría General de la República “que rápidamente precisó, en un
escueto comunicado, que lo ‘recibió’ y lo ‘remitió’ al Instituto Nacional de Ciencias
Penales (INACIPE) para su ‘análisis y estudios jurídico’”229.
Dicho de otro modo, la administración del cambio no se apropió del Informe, a
pesar de la importancia del contenido que documentaba que:

“(…) desde antes que se detectara la actividad guerrillera hasta 1970, el


Ejército fue utilizado como uno de los recursos ordinarios tradicionales de uso de la
fuerza para dirimir asuntos de política interna y de contención de los delitos.
Caciques y gobernadores lo requerían para dirimir conflictos sociales de
diversa índole, como los suscitados entre las compañías madereras y comunidades,
siempre a favor de los primeros; o cuando el gobierno estatal respondía a la
protesta popular cancelando las vías de diálogo y negociación, optando por la vía
de la fuerza.
Esta forma de resolver los conflictos sociales, en la que el Estado
involucraba al Ejército para sustituir a la policía, culminó varias veces en
homicidios masivos (…).
Una segunda manera en que el Ejército habría sido utilizado por las altas
esferas del poder político, (…), fue durante el gobierno de Luis Echeverría que dio
inicio la estrategia de contrainsurgencia, y como parte de ésta se cercó a la
población y se asedió a la guerrilla de 1972­1973, y de 1973 a 1978 se cometió
230
‘genocidio sistemático” .

228
“(…) el Fiscal Ignacio Carrillo Prieto afirmó que la propuesta de una Ley de Amnistía respecto de lo
sucedido, desde 1968 y hasta los años 80, era un esfuerzo ‘loable’ de parte del Titular de la Secretaría de la
Defensa Nacional ya que bajo sus propias palabras ‘México requiere de la reconciliación de sus ciudadanos
con el Ejercito’”. Aguirre Espinosa, Santiago (2006); Op. Cit., p. 28, nota al pie 51. También veáse: Torres,
Rubén: “Proponen perdonar delitos de la Guerra Sucia”, en El Economista, 2 de julio de 2004. Valle Sánchez,
Adalberto: "El auto de libertad, fruto de la política de perdón de la Sedena, afirman", en Sur Acapulco, 10
de julio de 2004. Rascón, Marco: “Lo más sucio de la guerra sucia”, en La Jornada, 13 de julio de 2004.
229
Aguayo Quezada, Sergio y Treviño Rangel, Javier: “El informe de la vergüenza”, en Reforma, 17 de
diciembre del 2006.
230
Castillo García, Gustavo: “Durante la guerra sucia el gobierno violó el derecho internacional: Femospp”,
en La Jornada, 19 de noviembre de 2006.
Sin embargo, la Fiscalía no hizo recomendaciones al sistema de administración de
justicia, a las Fuerzas Armadas, la policía o a los servicios de inteligencia, como
caracteriza a este tipo de documentos. Cabe recordar que el acuerdo dispuso “evitar
juicios generales en contra de las instituciones”. Como señala, la Oficina del ACNUDH:
“(…) el Estado mexicano sigue considerando a estas violaciones a Derechos Humanos
como hechos aislados que son de responsabilidad de quien los comete. No existe una
política pública dirigida a sancionar a las autoridades que ordenan las desapariciones, ya
que no se castiga a los autores intelectuales del hecho, sino a quienes lo ejecutan”231.
A todo esto se suma que el secretario de Gobernación nunca creó, como exigía el
acuerdo por el que se instituyó la Fiscalía, el “comité interdisciplinario” que debía
brindar “reparación" a las víctimas”232.
Como se deja ver en este apartado, las Fuerzas Armadas mexicanas tienden a no
cooperar con otras instancias gubernamentales, en especial las que afectan a sus
intereses como este caso de la Femospp y el siguiente caso, el Consejero Presidencial de
Seguridad Nacional.

4. Un intento frustrado: el Consejero Presidencial de Seguridad Nacional

El 8 de enero de 2001, la administración de la alternancia crea mediante un


Acuerdo del Poder Ejecutivo la figura del Consejero Presidencial de Seguridad Nacional,
en calidad de “instancia de asesoría y apoyo técnico que contribuya a dar coherencia,
unidad y amplitud de visión a las decisiones en materia de seguridad nacional que
corresponde tomar al Presidente de la República” 233 . De esta forma, sustituía al
Gabinete de Seguridad Nacional creado en 1992 por el ex presidente Carlos Salinas de
Gortari y que reunía a la Secretaría de Defensa, Marina, Relaciones Exteriores y la
Procuraduría General de la República.

231
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para México (2003); Op.
Cit. p. 28.
232
Acuerdo por el que se disponen diversas medidas para la procuración de justicia por delitos cometidos
contra personas vinculadas con movimientos sociales y políticos del pasado (2001); Op. Cit. Capítulo II De la
reparación a las víctimas y ofendidos. “Artículo 4o.- El Secretario de Gobernación conformará un comité
interdisciplinario que tenga por objeto el estudio, análisis y presentación de propuestas para determinar la
forma, procedimientos y términos para brindar, cuando ello proceda, una reparación administrativa justa a
las víctimas y ofendidos de los hechos del pasado a que se refiere el presente Acuerdo. El comité será
conformado, siempre previa invitación, por servidores públicos de la Administración Pública Federal y, en
calidad de asesores, por expertos en la materia”.
233
Presidencia de la República de los Estados Unidos Mexicanos, “Acuerdo por el que se establece que habrá
un Consejero Presidencial de Seguridad Nacional”, Diario Oficial de la Federación, 8 de enero de 2001.
El Consejero, designado por el titular del Ejecutivo, tenía que cumplir, entre
otras, las siguientes funciones: asesorar al Presidente de la República sobre el diseño de
la política de seguridad nacional; preparar un proyecto de agenda para el diagnóstico y
el análisis de riesgos y amenazas a la seguridad nacional; sugerir al Presidente de la
República las acciones para incrementar las capacidades de las instancias que generen
inteligencia de seguridad nacional al interior de la Administración Pública Federal, así
como proponer los lineamientos que orienten la coordinación entre dichas instancias;
proponer al Presidente de la República proyectos de iniciativas de reformas o adiciones
al marco jurídico en esta materia; asesorar al Presidente de la República sobre la
celebración de acuerdos y convenios internacionales relativos a la seguridad nacional; y
presentar periódicamente al Presidente de la República un reporte sobre seguridad
nacional”234. Asimismo, según el artículo 5 del Acuerdo, debía sintetizar la información
producida por las diversas agencias de inteligencia y realizar un informe para el
presidente235.
Esta nueva institución generó grandes expectativas, sobre todo en los espacios
académicos, por dos motivos principalmente; uno, que el cargo sería ocupado por un
civil, y dos, el nombramiento cayó en Adolfo Aguilar Zinser, un destacado investigador y
prominente político236.
Sus ambiciones para el área eran grandes, quizás inéditas en la historia mexicana.
Una de ellas era armar un grupo de trabajo para evaluar al Centro de Investigación y
Seguridad Nacional (CISEN), principal organismo de inteligencia, y así elaborar un
proyecto de ley para regularlo 237 . Otra, era redactar el anteproyecto de Ley de
Seguridad Nacional. Cuestión que ha sido señalada como necesaria por diversos

234
Ibid.
235
Ibid. “Artículo 5o.- Los titulares de las dependencias a que se encuentren adscritas las unidades de
inteligencia, deberán remitir al Consejero la información de seguridad nacional generada por éstas,
conforme se vaya generando. En todo caso, la relación entre el Consejero y las unidades de inteligencia se
conducirá a través del titular de la dependencia a que dichas unidades se encuentren adscritas”.
236
Véase Aguayo Quezada, Sergio: “Ronda de Generaciones: 'Adolfo'”, en Reforma, 8 de junio de 2005.
237
Veáse Moloeznik, Marcos Pablo (2001); Op. Cit., p. 120. Este organismo de inteligencia, sucesor de otros,
toma este nombre durante la administración de Carlos Salinas de Gortari. Según Erubiel Tirado, “el interés
presidencial en el desempeño del organismo se concentró en actividades político-electorales que fueron el
problema principal del régimen debido a la creciente fuerza de la oposición en procesos locales”. Situación
que se agudiza durante la campaña presidencial de 1999 y donde sale a la luz que Vicente Fox ha sido objeto
de espionaje, por tanto, Aguilar Zinser busca “que ellos, quienes también fueron víctimas del espionaje del
gobierno saliente” no estén tentados de utilizarlo del mismo modo. Tirado, Erubiel: “Cultura de Seguridad
Nacional y Burocracia en México”, trabajo presentado en REDES (Research and Education in Defense and
Security Studies), Center for Hemispheric Defense Studies, Brasilia, 7-10 de agosto de 2002. Lelo de Larrea,
Alejandro: “Reglamentarán tareas del Cisen”, en El Universal, 29 de noviembre de 2000.
intelectuales desde los ’80, momento en que el concepto seguridad nacional comienza a
aparecer en los planes nacionales de desarrollo, aunque vagamente definido.
Así en los informes de la Consejería Presidencial de Seguridad Nacional, por
primera vez en la historia de México, se hace referencia a la defensa de los recursos
naturales (los bosques y el agua), en concurrencia con las fuerzas políticas presentes en
el Congreso de la Unión y, especialmente, con la participación de las comunidades
originarias, la sociedad civil, la academia y la comunidad internacional238.
Para alcanzar esto, era necesaria una revisión de todos los aparatos y estructuras
que participan en la seguridad nacional, lo que causó fricciones con los secretarios de
Defensa, Marina, Relaciones Exteriores y de Gobernación, ya que no compartían este
paradigma con el Consejero. Como señala Rodríguez Sumano: “Todos ellos tenían
visiones distintas sobre la seguridad nacional y la defensa de la soberanía nacional que,
en realidad, se concretaron en la cultura autoritaria del pasado y en las luchas
interburocráticas por el presupuesto y sus privilegios. En este sentido, bloquearon esta
iniciativa y obstruyeron el desarrollo de esta reforma”239.
Por otro lado, la institución mediante decreto del Consejero Presidencial no
estuvo considerada en el organigrama de la Administración Pública Federal. No estuvo
regulada por ley, y por la ambigüedad y confusión en torno de la figura, generó
superposiciones con las otras áreas que “rivalizaron con la nueva creación política del
presidente”, y que “por su rango ministerial representaba una disminución real en sus
atribuciones y su acceso a recursos presupuestales”240.
Además, la obligación de compartir la información de inteligencia con las
secretarias que la generan provocó una reacción bastante incómoda cuando el Secretario
de Defensa Nacional “prohibió a sus subordinados proporcionar información alguna al
consejero foxista”241.

238
Aguilar Zínser, Adolfo: “Los binomios de la Democracia”, ponencia impartida en el Ciclo de Conferencias
y Mesas Redondas Transición Democrática y Protección de los Derechos Humanos, México, 8 de febrero de
2001.
239
Rodríguez Sumano, Abelardo: “Vicisitudes de la política exterior y la seguridad nacional en México y la
relación con Estados Unidos al inicio del siglo XXI”, en Enfoques, año VI, no. 8, primer semestre 2008, p. 154.
240
Tirado, Erubiel (2002); Op. Cit. En esto también coincide Oscar Rocha, coordinador del Diplomado de
Seguridad Nacional del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), al expresar que “[un] problema
que tuvo el Consejo de Seguridad Nacional es que nunca estuvo claro si estaba autorizado o no por el
presidente, por lo que algunos pensaron que era una ambición personal de Aguilar Zinser y ante la
ambigüedad de sus funciones los demás secretarios terminaron por no hacerle caso”. Pineda, Manuel: “El
fracaso del Consejo de Seguridad Nacional”, en Contralinea, septiembre de 2003.
241
Gutiérrez Canet, Agustín: “¿Qué hacía Aguilar Zinser?”, en El Universal, 8 de enero de 2002.
También se dio una situación similar con el Secretario de Gobernación a cargo del
CISEN, ya que el Consejero pretendía que “los servicios de inteligencia civil fueran
coordinados directamente desde la Presidencia de la República”; lo que dicho de otro
modo, significó que el ministerio del interior se viera amenazado de perder “uno de sus
últimos reductos de control y poder político”, ya que una de la cuestiones en materia de
reforma del Estado era reducir la sobresaliente importancia que esta secretaria había
tenido históricamente242.
Finalmente, un año después de haber sido creado, el Consejero Presidencial de
Seguridad Nacional desaparecía como institución, pese al sentido de urgencia con que
fue establecido243.
Donde sí se logró avanzar institucionalmente (y militarmente también), como
veremos a continuación, es en el ámbito de la seguridad pública con la creación de una
Secretaría para tal sector, que concentró tareas que antes eran del dominio de la
Secretaría de Gobierno.

5. La creación de la Secretaría de Seguridad Pública y la institucionalización


de la militarización pública

En México, como en el resto de América Latina, durante los últimos treinta años
se produjo un fuerte aumento de la criminalidad, que alcanzó sus niveles más altos en la
década de los ‘90. Este incremento de la violencia directa, se desarrolla en el marco de
los estertores del ex partido hegemónico, de las políticas librecambistas que se
acentuaron con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y de la crisis de 1994.
El gráfico que se presenta a continuación muestra una parte de esta situación, ya
que indica las variaciones en el número de denuncias por delitos entre 1991 y 2000. Hay
que tener en cuenta que muchas personas, por diferentes razones tales como
desconfianza en las autoridades o miedo a represalias de los delincuentes, no acuden a
notificarlos produciendo la llamada “cifra negra”.

242
Tirado, Erubiel (2002); Op. Cit.
243
Según los especialistas el presidente creó el cargo para que Aguilar Zinser tuviera un lugar en su gabinete,
debido a la gran colaboración que éste prestó durante su campaña tejiendo alianzas con diversos sectores;
el primer mandatario no vio realmente la utilidad de un asesor en materia de seguridad nacional. Además,
las reformas que proponía el Consejero al CISEN eran “contraria[s] a los intereses de su partido: preservar la
Presidencia de la República”. Rodríguez Sumano, Abelardo (2008); Op. Cit., p. 154. Aguayo, coincide en
esto y subraya algo más: “las Fuerzas del viejo régimen no estaban dispuestas a entregar sus parcelas de
poder y el presidente fue aceptando gradualmente esta situación en el campo de la seguridad nacional. Otro
factor fue la incapacidad, indiferencia, impotencia y mediocridad del Congreso, incapaz de entender la
trascendencia de legislar en materia de seguridad nacional”. Pineda, Manuel (2003); Op. Cit.
Figura X: Denuncias recibidas por las procuradurías de justicia del ámbito local (miles)

Fuente: Zepeda Lecuona, Guillermo: “Desafíos de la seguridad ciudadana y la justicia penal en México”,
Fundación para el Debido Proceso Legal y el Centro Nacional para Tribunales Estatales, D.F., 2003-200, p. 5.

Otra parte de esa realidad también se refleja en la siguiente tabla, que señala el
crecimiento en números absolutos de los presuntos delincuentes consignados en los
juzgados de primera instancia244:

Figura XI: Presuntos Delincuentes registrados en los juzgados de primera instancia en materia
penal del fuero federal∗1 y común∗2 (1991-1999)

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999

144.478 151.053 164.359 165.683 179.808 181.743 173.970 181.698 185.684

Fuente: Arteaga Botello, Nelson (2006); Op. Cit., p. 115. INEGI (Instituto Nacional de Estadística Geografía e
Informática), Estadísticas Judiciales en Materia Penal, Cuaderno Número 8, México, 2000, pp. 10-11.

Esta situación llevó a las autoridades mexicanas a formular diversas reformas


legales que dieron como resultado la Ley General que Establece las Bases de

244
“Personas a quienes el Juez correspondiente les ha dictado el Auto de término constitucional relativo al
(a los) delito(s) por el (los) que fueron consignados previamente ante dicho juzgado”. INEGI (Instituto
Nacional de Estadística Geografía e Informática), Estadísticas Judiciales en Materia Penal, Cuaderno Número
8, México, 2000, p. 558. Arteaga Botello señala que “(…) en tan sólo once años, de 1980 a 1991, se
incrementó en más del doble el número de presuntos delincuentes; sin embargo, si se toman los últimos
veinte años como medida de referencia, la cifra se ha triplicado”. Arteaga Botello (2006); Op. Cit., p. 114.
∗1
Lo constituye el ámbito espacial de validez y sanción de las normas federales o generales de aplicación en
todo el país. como el narcotráfico, delitos electorales, robo a la Federación; éstos son perseguidos por la
Procuraduría General de la República y están establecidos dentro del Código Penal Federal.
∗2
Lo constituye el ámbito espacial de validez y sanción de las normas de las entidades federativas. incluyen
robo –en sus distintas modalidades-, lesiones, homicidio, violación, estos delitos son perseguidos por las
procuradurías estatales de justicia e incluidos en los códigos penales estatales.
Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública en 1995. Con el mismo
propósito, cuatro años más tarde, se conocería la creación de la Policía Federal
Preventiva. Fortalecer la seguridad pública también será una meta para el gobierno de
Vicente Fox, que en el área de “Orden y Respeto” de su Plan Nacional de Desarrollo
(PND) 2001-2006, expresa que “una de las prioridades del gobierno actual es garantizar
el orden público, con respeto a las libertades y derechos de los mexicanos y al Estado de
derecho”245.
En este mismo camino de reforzar la seguridad pública en base a una mejor
coordinación, y con el objetivo de lograr políticas más eficaces en la materia, el primer
gobierno de la alternancia crea, a partir de la inclusión del artículo 30 bis en la Ley
Orgánica de la Administración Pública Federal, la Secretaría de Seguridad Pública; con
estas atribuciones entre otras: desarrollar las políticas de seguridad pública y proponer
la política criminal en el ámbito federal, que comprenda las normas, instrumentos y
acciones para prevenir de manera eficaz la comisión de delitos; proponer medidas que
garanticen la congruencia de la política criminal entre las dependencias de la
administración; presidir el Consejo Nacional de Seguridad Pública; proponer la
designación del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública246.
También debe fomentar la participación ciudadana en la formulación de planes y
programas de prevención en materia de delitos federales y del fuero común; atender de
manera expedita las denuncias y quejas ciudadanas con relación al ejercicio de sus
atribuciones; organizar, dirigir, administrar y supervisar la Policía Federal Preventiva;
elaborar y difundir estudios multidisciplinarios y estadísticas sobre el fenómeno
delictivo; efectuar estudios sobre los actos delictivos no denunciados e incorporar esta
variable en el diseño de las políticas en materia de prevención del delito247.
Finalmente, le corresponde organizar, dirigir y administrar un servicio para la
atención a las víctimas del delito; regular y autorizar la portación de armas para
empleados federales, para lo cual se coordinará con la Secretaría de la Defensa
Nacional; otorgar las autorizaciones a empresas que presten servicios privados de
seguridad en dos o más entidades federativas, así como supervisar su funcionamiento;
celebrar convenios de colaboración con otras autoridades federales, estatales,

245
Poder Ejecutivo de la Federación, "Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006", Área de Orden y Respeto,
México, 2001, p. 127.
246
Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, “Ley Orgánica de la Administración Pública Federal”, Diario
Oficial de la Federación, 29 de diciembre de 1976. Veáse las diversas reformas publicadas.
247
Ibid.
municipales y del Distrito Federal; auxiliar al Poder Judicial de la Federación y a la
Procuraduría General de la República, cuando así lo requieran; ejecutar las penas por
delitos del orden federal y administrar el sistema federal penitenciario; administrar el
sistema federal para el tratamiento de menores infractores248.
Este cambio institucional es acompañado por el Programa Nacional de Seguridad
Pública 2001-2006, que “contiene los principios generales de gobierno y los criterios
básicos de la acción gubernamental, que perfilan el nuevo modelo del sistema de
seguridad pública nacional”249. En ninguna de las 51 páginas de este extenso decreto se
da una definición de seguridad pública, probablemente porque éste se basa en las
conceptualizaciones del PND 2001-2006 que en su “Área de Orden y Respeto” establece
que:
“Salvaguardar la seguridad pública es la responsabilidad primaria y esencial del
Estado. Proteger y garantizar la libertad, la integridad física y el patrimonio de la
población son las bases para un desarrollo sólido en lo económico, político y social para
tener certidumbre, confianza, orden y estabilidad (…)”250.
Definición bastante similar a la que el mismo documento provee sobre la
seguridad nacional:
“La seguridad nacional tiene como metas principales velar por la protección y
preservación del interés colectivo, evitando en lo posible o minimizando cualquier
riesgo o amenaza a la integridad física de la población y de las instituciones (…)”251.
En ambas el sujeto es la población y el cuidado de las instituciones o, en otras
palabras, “orden y estabilidad”. Cabria plantear dudas acerca de si la administración del
“cambio” no estaría incurriendo en el mismo error de las administraciones pasadas al
confundir “seguridad pública” con “seguridad nacional”, con lo cual la intervención de
los militares en este último ámbito estaría legitimada 252 . E incluso bajo esta visión,

248
Ibid.
249
Poder Ejecutivo, Secretaria de Seguridad Pública, “Decreto por el que se aprueba el programa nacional
de Seguridad Pública 2001-2006”, Diario Oficial de la Federación (primera sección), 14 de enero de 2003, p.
3. Cursivas propias.
250
Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 (2001); Op. Cit., p. 147.
251
Ibid. p. 127.
252
“La tendencia dominante de observar los problemas sociales y políticos desde la óptica de la seguridad,
reforzando las Fuerzas represivas-policíacas del Estado y subestimando la atención y obligaciones que frente
a la procuración de justicia y bien común tiene el Estado mexicano, supone una nueva configuración de las
fronteras entre los conceptos de defensa, seguridad nacional y seguridad pública. Una característica de la
política de disolución de fronteras entre seguridades (…) [son las] graves consecuencias para la vigencia de
los Derechos Humanos y el respeto de leyes internas y tratados internacionales (…)”. Centro de Derechos
Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez”, Balance anual 2005, Capítulo 2: "La militarización de la seguridad
pública durante la administración del presidente Vicente Fox", D.F., 2006, p. 35.
podría repetir los “actos ilegítimos de autoridad, cuyo único propósito [sea] procurar la
continuidad del régimen”, que denuncia cometió el priísmo253.
Por otra parte, afirma que “la inseguridad pública es el indicador que mejor
refleja los desequilibrios estructurales y por tanto el termómetro social para la
rectificación de la política social del gobierno”, agregando en el siguiente párrafo que
“la distribución del ingreso en México está concentrada en un pequeño grupo social”254.
Sin embargo, esta situación se revierte muy lentamente, ya que “en México el 10% de la
población más rica tiene ingresos 25 veces superiores a los más pobres, de acuerdo con
la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Además, los
ingresos del 10% de la población más pobre son de sólo mil dólares al año, el equivalente
a mil 106 pesos al mes o 37 pesos diarios, medido por poder de compra”255.
Estos diagnósticos y los cambios institucionales –como la creación de la Secretaría
de Seguridad Pública-, contribuyeron poco a disminuir los índices de criminalidad. La
administración de la alternancia supuso entonces que recurrir a profundizar y
diversificar el involucramiento de los militares en diferentes áreas de seguridad pública
sí lo haría.

5.1 Las Fuerzas Armadas y su participación en instancias de seguridad pública


A partir de la puesta en vigencia de la Ley General que Establece las Bases de
Coordinación del Sistema Nacional de Seguridad Pública en 1995, y luego con el Plan
Nacional de Seguridad Pública del ex presidente Ernesto Zedillo, los estados y municipios
establecieron sus Consejos de Seguridad Pública.

253
“El concepto de seguridad nacional se utilizó para justificar actos ilegítimos de autoridad, cuyo único
propósito era procurar la continuidad del régimen. La oposición política representaba una amenaza a los
intereses del grupo en el poder y a su permanencia, que consideraba necesario disuadir, reprimir o
neutralizar”. Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, Op, Cit., p. 128.
254
“Decreto por el que se aprueba el programa nacional de Seguridad Pública 2001-2006”; Op. Cit., p. 11.
255
González, Ixel Yutzil: “Crece la brecha entre pobres y ricos: OCDE”, en El Gráfico, 22 de octubre de 2008.
Veáse también “Deslumbrante concentración de la riqueza en México”, en Macroeconomía, no. 138, 1 de
febrero de 2005; González Amador, Roberto y Brooks, David: "'Extraordinaria concentración' de la riqueza en
México: FMI", en La Jornada, 21 de octubre de 2007. Esto tiende a agudizarse en las poblaciones donde
habitan las comunidades originarias. “[Según el informe Índices de Marginación 2005, elaborado por el
Consejo Nacional de Población (Conapo), dependiente de la Secretaría de Gobernación] de los 317
municipios cuya población es casi totalmente indígena, 196 tienen un grado de marginación “muy alto”, 119
“alto” y dos “medio”. Camacho, Zósimo: “Clasificación de la pobreza extrema”, en Contralínea, año 5, no.
75, marzo 2a quincena de 2007.
Asimismo, durante el mandato de Vicente Fox se activaron los Grupos de
Coordinación Interinstitucional. Según el especialista Jorge Luis Sierra Guzmán, la
“intención [es] similar a la unidad interagencial que existe en Estados Unidos”256.
En estos organismos encargados de diseñar las políticas en materia de seguridad
pública a nivel local han tenido, como lo demuestran las siguiente tablas, una
participación activa las Fuerzas Armadas mexicanas:

Figura XII: Participación de la SEDENA en reuniones de Consejos de Seguridad Pública


Estatales, Municipales y en Grupos de Coordinación Locales257

Consejos Consejos Grupos de Coordinación


Período
Estatales Municipales Locales

2001 – septiembre
93 reuniones 572 reuniones 1.239 reuniones
2006

Fuente: Elaboración propia en base a los datos proporcionados por el Primer, Segundo, Tercer, Cuarto,
Quinto y Sexto Informe de Gobierno del presidente Vicente Fox, pp. 535; 557; 337; 346; 337,
respectivamente.

Por su parte, la SEMAR fue parte en las siguientes instancias:

Figura XIII: Participación de la SEMAR en reuniones del Grupo de Coordinación


Interinstitucional en Materia de Seguridad Pública y Factores de Riesgo a la Soberanía y
Estabilidad Democrática y de los Grupos de Coordinación Interinstitucional para los Estados
Costeros.

Grupo de Coordinación Interinstitucional en


Materia de Seguridad Pública y Factores de Grupos de Coordinación
Período Riesgo a la Soberanía y Estabilidad Interinstitucional para los
Democrática Estados Costeros

2001 –
septiembre 74 reuniones
1.180 reuniones
2006

Fuente: Elaboración propia en base a los datos proporcionados por el Primer, Segundo, Tercer, Cuarto,
Quinto y Sexto Informe de Gobierno del presidente Vicente Fox, pp. 535; 557; 337; 346; 337,
respectivamente.

256
Sierra Guzmán, Jorge Luis: “Las Fuerzas Armadas Mexicanas en La Guerra Antinarcóticos”, Washington
Office on Latin America, abril de 2003.
257
Sin embargo, ante un pedido al IFAI, la SEDENA respondió: “Del 2001 al 2005, participó en 1.275
reuniones de los Consejos de Seguridad Pública (11 nacionales, 109 estatales y 1.155 municipales) […]”.
Instituto Federal de Acceso a la Información Pública: Dependencia o Entidad ante la que se presentó la
Solicitud: Secretaría de la Defensa Nacional, Recurrente: Víctor Manuel López Álvaro, Ponente: Alonso
Lujambio Irazábal, Número de folio de la solicitud: 0000700082806, Número de expediente: 2843/06.
Esta intervención del personal castrense en estos espacios llevó a que se
extendiera territorialmente la militarización en todo el país. Además, como resultado de
estas reuniones los gobiernos locales firmaron convenios con las secretarías encargadas
de la defensa para entrenar/adiestrar y evaluar a sus elementos policiales, así como
instalar Bases de Operaciones Mixtas (BOM)258, como lo señala la tabla a continuación:

Figura XIV: Cantidad de policías de los tres niveles de gobierno a los que la Secretaría de
Defensa Nacional capacitó/adiestró, cantidad de Exámenes de Habilidades Psicomotrices que
aplicó y número de Bases de Operaciones Mixtas de Seguridad Pública en las que participó la
Secretaría de Defensa Nacional259

Exámenes de
Base de
Período (aprox.) Capacitación/Adiestramiento Habilidades
Operaciones Mixtas
Psicomotrices

1.242 elementos de
Diciembre 2000-
corporaciones policíacas 19.972 policías 51
Agosto 2001
estatales y federales

4.924 elementos de
corporaciones
Septiembre 2001- 4.334 policías estatales y
policíacas de los tres 63
Agosto 2002 municipales
órdenes de gobierno

17.294 policías
ministeriales,
Septiembre 2002- 968 policías estatales y 3.227 preventivos y
96
Agosto 2003 municipales custodios
penitenciarios

22.589 policías
ministeriales,
Septiembre 2003- 1.823 policías estatales y No hay datos
preventivos y
Agosto 2004 4.931 municipales disponibles
custodios
penitenciarios
TOTAL 16.525 policías 64.779 policías

Fuente: Elaboración propia en base a los datos proporcionados por el Primer, Segundo, Tercer y Cuarto
Informe de Gobierno del presidente Vicente Fox, pp. 535; 557; 337, respectivamente. El Quinto y Sexto
Informe no brindan información sobre las variables que conforman el cuadro.

258
También conocidas como dispositivos interinstitucionales de seguridad. En ellas participan autoridades
ministeriales, judiciales y preventivas estatales y federales, así como elementos del Ejército Mexicano. Sus
acciones consisten, entre otras, en detener personas por diversos delitos y faltas administrativas, ejecutar
órdenes de aprehensión, etc.
259
En este caso también la misma solicitud al IFAI arroja otros datos: “(…) habiéndose adiestrado a más de
19 mil policías estatales y municipales en todo el territorio nacional”. “[…] se aplicaron 80.754 exámenes de
habilidades psicomotrices a policías ministeriales, preventivos y custodios penitenciarios (…)”. Instituto
Federal de Acceso a la Información Pública, Op. Cit.
Por todo esto, no llama la atención que en el Tercer Informe de Gobierno en el
apartado dedicado a los Mecanismos de coordinación y cooperación de seguridad pública,
las Fuerzas Armadas reconozcan que “continuaron participando en el diseño e
instrumentación de las políticas en materia de seguridad pública”260.
La participación de los elementos castrenses no sólo se incrementará en este tipo
de instancias deliberativas como los consejos de seguridad pública y de formación de
policías, sino también en cuerpos operativos como la PFP.

5.2 La Policía Federal Preventiva en el sexenio de Vicente Fox


Como se indicó al inicio del presente capítulo, durante su carrera a ocupar la
presidencia de la República Vicente Fox prometió remover el componente militar de la
Policía Federal Preventiva pero esto fue sólo una promesa, ya que por el contrario el
número de militares aumentó261.
No sólo se “formalizó la transferencia del personal de la 3/a. Brigada de Policía
Militar a la Secretaría de Seguridad Pública con el propósito de constituir la Fuerza de
Reacción y Alerta Inmediata de la Policía Federal Preventiva”, compuesta por 4.510
elementos de la SEDENA sino que también “en el marco de la cooperación
interinstitucional impulsada durante la presente administración y con el objeto de
coadyuvar a la seguridad pública, el personal del 10o. Batallón de Policía Militar se sumó
al esfuerzo que otras siete unidades militares realizan en apoyo de la Secretaría de
Seguridad Pública, encuadradas dentro de la Policía Federal Preventiva” 262.
Además, como se desarrolla a continuación, se crea otra esfera superior para
coordinar las diferentes instancias del Ejecutivo Federal en materia de política criminal,
donde nuevamente los uniformados son parte activa.

6. Gabinete de Seguridad Pública

Otra iniciativa del primer gobierno de alternancia partidaria para lograr mejorar
las políticas de coordinación en seguridad pública y evaluarlas fue el establecimiento de
un gabinete. El mismo se instituyó el 6 de enero de 2005 y, según el artículo 1° del
acuerdo que lo crea, está integrado por:

260
Fox Quesada, Vicente: “Tercer Informe de Gobierno”, Ciudad de México, septiembre de 2003, p. 626.
Cursivas propias.
261
Zúñiga M., Juan Antonio y Aranda, Jesús: “Permanecerán en la PFP los 4 mil 510 militares adscritos a esa
corporación”, en La Jornada, 5 de julio de 2001.
262
Fox Quesada, Vicente: “Segundo Informe de Gobierno”, septiembre de 2002, pp. 555-557.
“I. El Secretario de Seguridad Pública;
II. El Secretario de Gobernación;
III. El Secretario de la Defensa Nacional;
IV. El Secretario de Marina;
V. El Comisionado de la Policía Federal Preventiva, y
VI. El Subsecretario de Política Criminal, de la Secretaría de Seguridad Pública
quien fungirá como Secretario Ejecutivo.
Se invitará como miembro permanente del Gabinete al Procurador General de la
República”263.
Al participar en este órgano el responsable de la PFP, queda compuesto por tres
civiles y tres militares. Esto, porque en septiembre de ese mismo año fue nombrado al
frente de esta entidad “el general brigadier Eduardo Alejandro Martínez Aduna, con
cargos previos en el Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional”264. Balance
que se rompía si se invitaba al Procurador General que hasta marzo de 2005 fue el
general Marcial Rafael Macedo de la Concha.
Por otra parte, cabe destacar que el acuerdo estipula en su artículo 4° que “el
Gabinete se reunirá por convocatoria directa de su Presidente, o por conducto del
Secretario de Seguridad Pública y sus reuniones tendrán el carácter de reservado”265.
Cuestión esto último que va en detrimento de la transparencia por la que tanto abogó el
partido gobernante.
También, para completar estas reformas en materia de seguridad pública se
llevaron a cabo algunas transformaciones en el ámbito de la procuración de justicia,
entre ellas destaca el establecimiento de la Agencia Federal de Investigaciones.

7. La Agencia Federal de Investigaciones (AFI): ¿nueva policía judicial?

Otra innovación institucional de la priemera presidencia de la alternancia fue la


creación de la Agencia Federal de Investigaciones. Así, a través de un Acuerdo que
reforma el Reglamento de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, se
reemplaza la Policía Judicial Federal, que tenía una imagen deteriorada por sus altos

263
Poder Ejecutivo de la Federación, “Acuerdo por el que se crea el Gabinete de Seguridad Pública”, Diario
Oficial de la Federación, 6 de enero de 2005.
264
Dávalos, Renato: “El ex titular del Cisen, nuevo secretario de Seguridad Pública”, en La Jornada, 28 de
septiembre de 2005.
265
Acuerdo por el que se crea el Gabinete de Seguridad Pública (2005); Op. Cit. Cursivas propias.
grados de corrupción, involucramiento en delitos y participación en violaciones a los
Derechos Humanos, por esta nueva agencia.
“Creada a imagen y semejanza del FBI de los Estados Unidos”266, es la policía que
auxiliará al Ministerio Público en la investigación y persecución de los delitos, tal como
lo establece el artículo 21 de la Constitución general de la República267. Su ámbito de
competencia son los delitos del fuero federal: delitos cometidos por servidores públicos,
delitos patrimoniales (contra el patrimonio de la nación o daños cometidos por
servidores públicos), delincuencia organizada, delitos ambientales, delitos fiscales y
relacionados con el sector financiero, delitos en materia de derechos de autor, delitos
electorales y tráfico de piezas arqueológicas268.
Capacitada por el FBI, la DEA y la Policía Nacional Francesa, sería, según la
administración foxista, el “eje fundamental de la nueva estrategia contra las
organizaciones criminales; [que] permitirá transitar de un esquema reactivo a un
método de investigación científica”269.
Por primera vez en la historia, sus integrantes debieron superar exámenes de
oposición para acceder a los puestos. Asimismo, cada 24 horas debían reportar a sus
superiores lo realizado y lo que planeaban ejecutar. Una parte de estos agentes se
encargaría del trabajo operativo de persecución –vistiendo uniforme y portando armas
para el desempeño de su labor-, mientras que los restantes se concentrarían en el
trabajo de investigación, información e inteligencia270.
Este reemplazo de la Policía Judicial Federal por la AFI también supuso el cambio
de la insignia, doctrina y filosofía. En su emblema, “se retoman los principios de los
Caballeros Águila y Jaguar, cuya misión era la salvaguarda del pueblo y nación,
refiriendo el día y la noche; tomado de la tradición militar mexicana este emblema
refleja la suma de esfuerzos de ambas clases guerreras para salvaguardar sus más altos
valores: la integridad de su territorio, su población y sus instituciones”271.

266
Moloeznik, Marcos Pablo (2005); Op. Cit.
267
El Ministerio Público es la institución facultada para la investigación y persecución del delito, desde la
perspectiva de impartición de justicia penal. Es decir, cuando un delito se denuncia ante el MP ya no se está
buscando salvaguardar la seguridad pública, sino investigar el posible delito y garantizar que habrá justicia
si en efecto existió tal falta. Pérez García, Gabriela C.: “Diagnóstico sobre la seguridad pública en México”,
Fundar, Centro de Análisis e Investigación A.C., abril 2004, p. 23.
268
Ibid., p. 26.
269
Castillo García, Gustavo: “La Agencia Federal de Investigaciones comenzará a operar en breve: PGR”, en
La Jornada, 27 de agosto de 2001.
270
Medellín, Jorge Alejandro: “Anuncian desaparición de la PJF”, en El Universal, 23 de agosto de 2001.
271
Moloeznik, Marcos Pablo (2005); Op. Cit. Cursivas propias.
Figura XV: Escudo de la Agencia Federal de Investigaciones

Esto es un reflejo simbólico de que la nueva agencia no escapó a la tendencia


general de militarizar las policías. Así, durante el año 2003 de los 201 militares que
ocupaban cargos en la PGR, 87 se desempeñaban en la AFI272. Esta relación aumenta en
el 2004, donde, si bien el número total de elementos castrenses en la PGR disminuye de
198 a 175 en el segundo semestre, los que trabajan para la AFI aumentan a 96273.
Por otra parte, tampoco escapó a las otras dos tendencias que atraviesan a los
cuerpos de seguridad pública mexicanos, y en especial a su predecesora la Policía
Judicial Federal: las violaciones a los Derechos Humanos y la corrupción.
Dentro del primer ámbito, destaca el caso de Guillermo Vélez Mendoza que fue
detenido por elementos de la AFI en su domicilio particular, el 29 de marzo de 2002 a las
21:30 horas. Los agentes no contaban con una orden de aprensión sino sólo con el
supuesto de que Vélez Mendoza había participado del secuestro de una mujer y que,
además, era el líder de la banda “Los Ántrax” que cometió el delito. A las 15 horas del
día siguiente al padre del joven de 32 años se le avisó que su hijo murió, sin embargo el
deceso había ocurrido trece horas antes274.

272
En 2003 los militares dentro de la AFI se distribuyen de la siguiente manera: “(…) 15 primeros
comandantes de AFI, ocho primeros subcomandantes, 18 primeros subcomandantes de esa agencia, tres
segundos subcomandantes de ese mismo organismo, dos segundos subcomandantes del mismo, cinco agentes
A, 17 agentes B, 17 agentes C, dos subcomandantes jefe de la agencia (…)”. Méndez, Enrique: “Con Macedo
de la Concha aumentó la presencia de militares en la PGR”, en La Jornada, 10 de mayo de 2005.
273
Para 2004 se organizan en los siguientes puestos: “(…) un primer comandante, ocho subcomandantes de
AFI, ocho primeros subcomandantes, 26 primeros subcomandantes de esa agencia, tres segundos
comandantes de la misma, dos segundos subcomandantes de ese organismo, 11 agentes A, 19 agentes B, 16
agentes C, 2 comandantes en jefe de AFI (…)”. Ibid.
274
Medellín, Jorge Alejandro: “Oculta información la PGR, denuncian”, en El Universal, 4 de abril de 2002.
La necroscopia demostró que “dadas las características morfológicas de las
lesiones denotadas en la superficie corporal, en grado muy probable se considera que
éstas son representativas de maniobras de traumatismos, sujeciones, golpes con puños
de las manos, puntapiés y pisotones, y de habérsele infringido (sic, por infligido)
mecanismos asfícticos”275. A pesar de ello, la PGR –institución a la cual responde la AFI-
insistía en negar que éstas no fueron las causas de su muerte.
Debido a la resonancia que adquiría el caso cada vez que el padre de la víctima
aparecía en los medios, la PGR inició una contracampaña mediática para justificar el
crimen insistiendo en que se trataba del líder de una banda dedicada al secuestro,
aunque no tenía ninguna prueba que lo confirmara276. Igualmente, de ser cierto esto, su
tarea consistía en llevarlo ante la justicia y no ejecutarlo arbitraria y extralegalmente.
Para aclarar la situación, la CNDH emitió la Recomendación 12/2002 dirigida a la
Procuraduría General de la República donde afirmaba que “servidores públicos de esa
dependencia cometieron graves violaciones contra los Derechos Humanos del señor
Guillermo Vélez Mendoza”277.
El 29 de octubre de 2007 el Juzgado Tercero de Distrito, determinó que la
Procuraduría no pudo demostrar su acusación contra Guillermo Vélez y la condenó a
pagar casi 14 millones de pesos mexicanos a la familia en concepto de daño moral
incurrido al asegurar que la víctima no sólo era secuestrador sino también líder de una
banda dedicada al crimen organizado 278 . Asimismo, “los jueces ordenaron a la PGR
realizar una conferencia de prensa en la que públicamente aclare y reconozca que los
boletines informativos y los datos que dio a los medios de comunicación sobre Guillermo
Vélez Mendoza eran falsos”279.
Meses de entrenamiento con organismos de seguridad de países avanzados en la
materia, dinero puesto en la reestructuración, selección del personal, etcétera, no
evitaron que a cuatro meses de su creación “la policía científica de investigación”
hubiese continuado las prácticas pasadas.

275
Ibid.
276
Veáse, entre otros, el Boletín Oficial de la PGR No. 429/02: “Guillermo Vélez Mendoza no fue torturado
por elementos de la AFI”, D.F., 12 de mayo de 2002.
277
Comisión Nacional de los Derechos Humanos: “Recomendación 12/2002, Caso del homicidio del Señor
Guillermo Vélez Mendoza”, Comunicado de prensa DGCS/065/02, D.F., 14 de mayo de 2002.
278
Cuéllar Montero, David: “La PGR tiene que pagar y ofrecer una disculpa pública a la Familia Vélez
Mendoza”, en Mejor Gobierno, mejor sociedad, 29 de julio de 2008, D.F. “PGR indemnizará con 14 mdp a
familiares de detenido asesinado”, en El Imparcial, 11 de agosto de 2008, México, D.F.
279
Ibid.
En parte esto sucede porque en México aún subsiste un sistema penal inquisitivo,
en él el juez es el encargado de la búsqueda, recolección y valoración de la pruebas,
luego se llega a juicio por una instrucción escrita y secreta de la que están excluidos o
limitados la contradicción y los derechos de la defensa280. Por tanto, “(…) el ministerio
público tiene excesivas facultades para apreciar el valor de las pruebas recabadas,
tomar declaraciones al inculpado, y la limitación para una adecuada defensa por parte
del indiciado, permite que en la práctica, los casos que llegan a ser del conocimiento de
un juez tengan una fuerte carga procesal en contra del acusado, en virtud de que los
expedientes llegan ante el juez correspondiente ya integrados”281. Como resultado, la
tortura ha sido una práctica frecuente en los interrogatorios de este sistema procesal282.
Por otra parte, como se señaló anteriormente, la AFI estuvo involucrada en casos
de corrupción y en actos delictivos. Así, en septiembre de 2006, a cinco años de su
génesis sufría una importante depuración que colocaba bajo investigación a 800 de sus
elementos283. A nivel oficial este degradamiento fue atribuido a la presencia de antiguos
agente de la PJF en el seno de la nueva corporación. No obstante, el periódico La
Jornada afirma que “tan sólo en los dos primeros años de operación de la AFI, hubo más
agentes nuevos involucrados en actos ilícitos (417), que personal de la vieja policía
judicial (265)”284.
Entonces, se podría decir, que el objetivo de que la Agencia Federal de
Investigaciones fuera una corporación policial profesional, basada en sistemas y
procedimientos científicos y con una lógica organizacional que redujera los márgenes de
corrupción, no se consiguió.
De hecho, una cuestión común a todos los cuerpos de seguridad es la corrupción
que generalmente surge a raíz de tareas vinculadas a la contención del narcotráfico.
Como hemos visto en el capítulo previo, las Fuerzas Armadas mexicanas corren el mismo
peligro al exponerse a este fenómeno. Eventualidad que el cambio partidario de
gobierno no ha tenido en cuenta.

280
Ferrajoli, Luigi: Derecho y razón, Editorial Trotta, Quinta Edición, Madrid 2001, p. 564. Cabe señalar que
el sistema penal mexicano entra en revisión en marzo de 2008.
281
Ibid, p. 11.
282
“Comete el delito de tortura el servidor público que, con motivo de sus atribuciones, inflija a una
persona dolores o sufrimientos graves, sean físicos o psíquicos, con el fin de obtener, del torturado o de un
tercero, información o una confesión, o castigarla por un acto que haya cometido o se sospeche ha cometido,
o coaccionarla para que realice o deje de realizar una conducta determinada”. Ley Federal para Prevenir y
Sancionar la Tortura, Diario Oficial de la Federación, 27 de diciembre de 1991, articulo 3o.
283
Castillo García, Gustavo: “Anuncian importante depuración de la AFI; admiten casos de corrupción”, en
La Jornada, 15 de septiembre de 2006.
284
Ibid.
8. Narcotráfico, Fuerzas Armadas y cambio político (2000-2006)

La llegada de Vicente Fox Quesada a la presidencia, luego que el partido nacido


de la Revolución gobernara durante 71 años, supuso para los opositores a la estrategia
de militarización del tráfico de narcóticos la esperanza de un cambio en ella. Sin
embargo, como señalamos anteriormente, esto no ocurrió sino todo lo contrario ya que
la participación de las Fuerzas Armadas en abatir este delito visiblemente se ha
incrementado.
La caída del sistema de regulación estatal del mercado ilícito de drogas fue
influenciada por las transformaciones políticas que implicaban gobiernos de distintos
partidos en los niveles municipal, estadual y federal285. Además, con la presencia del
general Rafael Macedo de la Concha a la cabeza de la PGR, la Fiscalía Especializada para
la Atención de Delitos contra la Salud (FEADS) dependiente de aquélla se fue ocupando
con elementos castrenses286. Lo mismo que ha ocurrido con la dirección desde 1996 del
otro organismo antidrogas perteneciente también a la misma Procuraduría, el Centro de
Planeación para el Control de Drogas (CENDRO) que ha estado en manos de militares con
grado de General287.
Esta situación ha llevado al investigador Luis Astorga a afirmar que “esto significa
un desplazamiento de facto de la autoridad de la PGR a la Secretaría de la Defensa

285
En el capítulo anterior, se describió como sistema de regulación estatal del mercado ilícito de drogas al
acuerdo implícito entre autoridades estatales y narcotraficantes por el cual las primeras “no sólo toleraron,
sino que regularon y/o protegieron las actividades criminales a cambio de beneficios económicos y de la
subordinación política de los nuevos empresarios criminales”. Serrano, Mónica (2007); Op. Cit., p. 259. “(…)
La transición a la democracia pluralizó la estructura formal de poder: paulatinamente, los puestos en los
tres niveles de gobierno fueron ocupados por personas provenientes de diferentes partidos políticos. La
pluralización ha redistribuido en la práctica las responsabilidades formales de gobierno, sin una
correspondiente descentralización de las capacidades reales. El combate al crimen organizado, incluyendo
el narcotráfico, sigue siendo atribución legal del poder federal, pero en la práctica las autoridades estatales
y municipales tienen que enfrentar a las organizaciones criminales”. Velasco, José Luis (2005); Op. Cit., p.
98.
286
El Coronel Agustín Becerra fue designado Director General de Intercepción. Tendrá bajo su
responsabilidad dos secciones, la Dirección de Intercepción Terrestre, donde ya fue nombrado el Teniente
Coronel Eufebio Ibarra y la de Intercepción Marítima, encargada al Almirante Carlos Lanz. La oficina de
Operaciones Aéreas, quedó bajo el control del Capitán Joel Guzmán Molina, quien además coordinará a 15
agentes judiciales en 12 bases aéreas de la PGR. El Teniente Coronel Carlos Villa Castillo será el responsable
de la Dirección de Informática y Telecomunicaciones de la FEADS, que da seguimiento a operativos de
captura de narcotraficantes y coordina la información proporcionada por los radares militares. Ellos se
suman a otros uniformados en este tipo de cargos como el General Carlos Demetrio Gaytán, en la
Coordinación de Operaciones de FEADS, el Teniente Coronel Arnoldo Ríos, como Director General de
Erradicación, el Teniente Coronel Antonio Fernández, como Subcoordinador de Operaciones y el teniente
Coronel Hilario Mejía como Director de Bienes Asegurados. “Militariza la PGR fiscalía antinarco”, en Reforma,
7 de febrero de 2001.
287
“Bajo la conducción de mandos militares, el CENDRO expandió sus misiones para convertirse en una
organización independiente de inteligencia que además del control de drogas asumió las tareas de generar
información y análisis de inteligencia sobre terrorismo, tráfico de armas, niños, autos robados, lavado de
dinero y secuestro”. Sierra Guzmán, Jorge Luis (2003); Op. Cit.
Nacional para operar la estrategia antidrogas, sin modificación del marco legal, sólo la
aplicación de la voluntad presidencial basada en el artículo 89 de la Constitución,
considerado superior al 129 del mismo texto”288.
En consecuencia, más que nunca, la política contra el narcotráfico fue llevada
adelante como una guerra: se reforzó el uso de de fuerzas especiales y del servicio de
inteligencia del Estado Mayor de la Defensa Nacional, que junto a la sección de
operaciones son las responsables de detectar, seguir y aprehender a los líderes de los
cárteles mediante el despliegue de unidades como los GAFES (Grupo Aeromóvil de
Fuerzas Especiales)289.
El objetivo principal de la estrategia fue la captura de las cabezas de los
principales cárteles que operan en México –de Sinaloa o del Pacífico, liderado por
Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” e Ismael Zambada “El Mayo”; del Golfo –que tiene
como líder a Osiel Cárdenas Guillén conocido como “El Mata Amigos” o “El Costroso”,
sucesor de Juan García Abrego; de Tijuana –en esos momentos a cargo de los hermanos
Benjamín y Ramón Arellano Félix, sobrinos del legendario Miguel Ángel Félix Gallardo-; y
de Juárez –cuyo líder es Vicente Carrillo Fuentes, hermano del difunto Amado-, a pesar
que la historia reciente demostraba que esta política altera el equilibrio de poder entre
las organizaciones criminales, las fragmenta y, por ende, multiplica.
Recién estrenado el mandato de Vicente Fox recibió un duro golpe: el 19 de
enero de 2001 Joaquín “El Chapo” Guzmán logró fugarse, tras sobornar a todo el
personal y ser transportado dentro de un carro de ropa sucia, de la prisión de máxima
seguridad de “Puente Grande”, en Jalisco290. Por otro lado, en febrero del siguiente año,

288
Astorga, Luis (2003); Op. Cit.
289
Sierra Guzmán, Jorge Luis (2003); Op. Cit. Las Fuerzas Especiales se iniciaron en el Ejército en 1986, con
la creación de un Grupo Especial que se denominó "Fuerza de Intervención Rápida". Cambiando
posteriormente su denominación a Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales. (…) Sobresalen por sus
capacidades y habilidades en paracaidismo, buceo de combate, manejo de explosivos, tiro de combate, tiro
de reacción, francotirador y rescate de rehenes, así como ‘supervivencia en todo tipo de ambientes y
terrenos’. Así, este personal -que no pasa de 200 elementos-, debe reunir cualidades especiales ‘para llevar
a cabo operaciones de alto riesgo’. El 16 de abril de 1998 se creó la Escuela Militar de Fuerzas Especiales.
Las Fuerzas especiales también cuentan con el Grupo Anfibio de Fuerzas Especiales (GANFES), encargado de
extender las operaciones de las tropas terrestres en los litorales y aguas interiores; lo cual ha generado
fricciones con la Armada. Secretaría de Defensa Nacional, Antecedentes, desarrollo y prospectiva de las
Fuerzas Especiales, disponible en http://www.sedena.gob.mx/index.php?id_art=872 (visitado el
07/11/2008). Aranda, Jesús: “Crecimiento explosivo de grupos militares de elite”, en La Jornada, 25 de
junio de 2001.
290
“‘El Chapo’ Guzmán fue capturado en Guatemala en junio de 1993, un mes después de una balacera
registrada el 24 de mayo en el aeropuerto Miguel Hidalgo de Guadalajara. El día de la balacera, la banda de
los hermanos Arellano Félix intentó matar a “El Chapo”, pero por error ejecutaron al cardenal Juan Jesús
Posadas Ocampo. El saldo del enfrentamiento fue de siete personas muertas. La acción, según
investigaciones de la PGR, fue orquestada por los Arellano Félix en venganza contra Guzmán Loera, porque
éste meses antes, en noviembre de 1992, mandó a 40 de sus pistoleros a la discoteca ‘Christine’, en Puerto
Ramón Arellano Félix -uno de los líderes del cártel de Tijuana- fue muerto en un
enfrentamiento con el Ejército en el Estado de Sinaloa. Días después, su hermano
Benjamín es arrestado por los GAFES291.
Paralelamente, también a inicios del 2002 los mexicanos comienzan a sentir un
nuevo tipo de violencia proveniente de una organización en particular, más
específicamente de su brazo armado llamado Los Zetas. Integrados por soldados
desertores, de los cuales muchos pertenecieron a los GAFES y que habían sido
entrenados como comandos de élite -algunos en Estados Unidos- para el combate
antinarcóticos en la región norte del país, fueron cooptados a finales de los '90 por el
jefe del cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén292. Además de conocer al Ejército por
dentro, funcionan de manera similar a él con estacas (escuadras) y estructurado en
jerarquía piramidal; obviamente, saben del uso de armas de guerra como las AK-47 y las
AR-15, ametralladoras de calibre 50 milímetros, lanzagranadas, misiles tierra-aire con
los cuales es posible derribar aviones comerciales, y hasta helicópteros293. Asimismo, se
sospecha que la marca de su violencia viene dada porque en las filas del “Otro Ejército”
-como suele denominársele- también hay kaibiles guatemaltecos y mexicanos294.

Vallarta, para liquidar a los líderes del cártel de Tijuana. Nueve personas murieron ese día”. Galindo
Morales, Pedro: “‘Triángulo dorado’, narcoparaíso de México”, en El siglo de Durango, 2 de marzo de 2007.
291
“Después de una investigación secreta por Fuerzas de la sección séptima de operaciones y del Centro de
Inteligencia Antinarcóticos de la sección segunda del Estado Mayor de la Defensa Nacional, unidades del
GAFES rodearon discretamente la casa de Benjamín Arellano Félix, entonces el líder del Cártel de Tijuana,
nombrada alguna vez por la DEA como la organización de narcotraficantes más poderosa y peligrosa del
mundo. (...) En una acción vertiginosa, los GAFES sorprendieron a Arellano Félix preparándose para dormir
con su familia. No hubo disparos. El capo no ofreció resistencia”. Sierra Guzmán, Jorge Luis (2003); Op. Cit.
292
Riva Palacio, Raymundo: “Comando de la muerte”, en El Universal, 28 de enero de 2005.
293
De abajo hacia arriba: la base la componen los Halcones, que son los “ojos de la ciudad” o vigilantes; el
siguiente nivel es el de los encargados de las tiendas o puntos, los de “productividad”; luego vienen Los L o
Cobras, que son los ayudantes o encargados de dar seguridad de Los Zetas; continúan en la escala los Zetas
Nuevos, quienes son los llamados Kaibiles, ex militares guatemaltecos que tuvieron entrenamiento especial
y que portan armas largas y cortas, granadas, chalecos antibalas y cascos, son los encargados de entrar
primero a las casas, de revisarlas y de llevar el mando en los operativos, también son los encargados de
ejecutar a la gente, en este nivel hay algunos ex GAFES; a continuación siguen los Cobras Viejos o L Viejos,
que están integrados por gente de confianza, pero por carecer de formación militar sólo pueden ser
comandantes de Los L o Cobras; acercándonos al vértice encontramos los Zetas Viejos, que son los originales
y que en su mayoría fueron ex GAFES, que formaron a finales de los ‘90 y principios del año 2000 el grupo.
Finalmente, llegamos al comandante en jefe, Heriberto Lazcano, El Lazca o Z-3. Gómez, Francisco: “‘Los
Zetas’ por dentro”, en El Universal, 31 de diciembre de 2008.
294
Los kaibiles son comandos de operaciones especiales del Ejército guatemalteco que surgieron en la
década de los setenta para enfrentar a la guerrilla, entrenados en la Escuela de las Américas (SOA, sigla en
inglés de School of Americas), son sumamente violentos e incluso alguna vez confesaron que comieron carne
humana de sus víctimas. En el artículo de Ricardo Ravelo, “Kaibiles y Zetas, ‘el otro Ejército’”, aparecido en
la revista Proceso el 31 de julio de 2008, se transcriben las confesiones de un testigo protegido que luego de
retirarse del Ejército de Guatemala fue convocado para trabajar con Los Zetas. Además, cerca de mil
soldados mexicanos fueron entrenados entre 1994 y 1999 en Xmotoc, poblado localizado a 50 kilómetros de
Chetumal hacia la frontera con Belice, por oficiales de este grupo de élite que se considera uno de los más
represivos del continente, si bien se los bautizó Patrullas de Operaciones Especiales en la jerga castrense
eran conocidos como kaibiles mexicanos y fueron trasladados a Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Hidalgo y Puebla
Ante esta situación el resto de los cárteles, para no quedar en desventaja,
comenzó a armar también sus grupos de sicarios (Los Chapos, Los Negros o Las Barbies
de Sinaloa; Los Escorpiones que siguen a Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony
Tormenta, hermano del líder del Golfo; Los Sierras y Los Grameros que responden a los
lugartenientes de Cárdenas, Eduardo Costilla Sánchez, El Coss y Gregorio Saucedo, El
Goyo, respectivamente). Estos comandos al servicio del narcotráfico, suelen engrosarse
con los agentes que han sido despedidos por cada nueva administración en las purgas
que buscan acabar con la corrupción en las fuerzas de seguridad295.
Este proceso es llamado por Mónica Serrano como privatización de la violencia,
y lo describe así:

“Ante la pérdida de credibilidad de la fortaleza y eficacia de las


autoridades que hasta entonces habían asegurado no sólo su tajada del mercado, sino
también su integridad física, las organizaciones criminales se dieron a la tarea de
crear sus propias fuerzas de seguridad. La demanda de protección era tan necesaria
como apremiante, ya que para ese momento competían no sólo por el mercado
interno de heroína, marihuana y metanfetaminas, sino también por el control del 70-
80% del flujo de cocaína con destino en Estados Unidos”296.

Como se reseñaba previamente, fue a principios del año 2002 cuando Osiel
Cárdenas envió a los Zetas a Nuevo Laredo, Tamaulipas en la frontera noreste con
Estados Unidos con la misión de eliminar a los traficantes locales y así apropiarse de la
plaza. Esos asesinatos permitieron al cártel del Golfo disfrutar de una supremacía
relativa hasta el 19 de marzo de 2003 cuando los GAFES, tras un duro enfrentamiento,
lograron detener a Cárdenas que fue enviado al penal de máxima seguridad “La Palma”,
cerca de la Ciudad de México297.

para enfrentar a los grupos guerrilleros surgidos durante la década de los ‘90. Becerra Acosta, Jeanette:
“Los soldados del narco: ex combatientes en Irak, kaibiles y desertores mexicanos”, en Milenio, México.
Disponible en http://www.lafogata.org/05latino/latino10/la_12-1.htm (visitado el 07/11/2008). Robles de
la Rosa, Leticia: “Los Zetas fueron capacitados por los kaibiles antes de desertar del Ejército mexicano”, en
La crónica de hoy, 3 de Octubre de 2005.
295
“Entre 1983 y 1996 sólo en la ciudad de México más de 2.000 policías salieron de la policía judicial y en el
curso de una década (1986-1996) más de 7.000 elementos de las Fuerzas de seguridad fueron removidos.
Mientras que al cierre de la administración Zedillo (1994-2000) más de 1200 oficiales de la policía judicial
habían sido despedidos y una tercera parte de las Fuerzas dependientes de la PGR purgadas. Al año siguiente,
en 2001, la PGR removía de nuevo a más de mil agentes de la policía judicial federal”. Serrano, Mónica
(2007); Op. Cit., p. 272.
296
Ibid., p. 273.
297
Freeman, Laurie: “Estado bajo asalto: la narcoviolencia y corrupción en México”, Informe Especial de
WOLA (Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos), junio de 2006, Washington D.C., p. 5. En
enero de 2008, Cárdenas Guillén fue extraditado a Estados Unidos para ser juzgado allí.
Esto, junto a la detención de Benjamín Arellano Félix, no provocó una
disminución del flujo de drogas hacia el norte; lo que sí logró fue alterar el balance de
poder entre las organizaciones dedicadas al contrabando de narcóticos, eso porque las
detenciones producían vacíos de poder que el resto de los grupos –en particular el cártel
de Sinaloa- querían ocupar, y el modo de hacerlo es a través de la violencia. Todo se
decantó para el año 2005 con los brutales enfrentamientos entre los Zetas, que
intentaban mantener el control del cártel del Golfo sobre Nuevo Laredo, y los sicarios de
Guzmán que intentaban apropiárselo. Paralelamente, ocurría algo similar por la plaza de
Tijuana298.

Figura XVI: Tasa de homicidios por cada 1.000 habitantes en las plazas disputadas

Fuente: Freeman, Laurie (2006); Op. Cit., p. 17.

El saldo de los enfrentamientos en 2005 dejó 180 asesinatos en Nuevo Laredo,


ciudad de 350.000 habitantes y que sólo registró 68 durante 2004. Sin embargo, el colmo
de la situación se dio el 8 de junio cuando el alcalde nombró a un reconocido empresario
de 55 años, Alejandro Domínguez Coello, como director de Seguridad Pública. Al asumir
dejó en claro que no negociaría con los cárteles. Siete horas después, fue asesinado con

298
Además, “El Chapo” buscaba vengar la muerte de su hermano Arturo asesinado el 31 de diciembre de
2004 en la prisión de La Palma, posiblemente por una alianza de sus rivales Cárdenas y Arellano Félix que
también estaban recluidos ahí en celdas contiguas. Ibid., p. 5. Veáse también “La disputa entre cárteles por
Tijuana aumenta la violencia”, en La Jornada, 24 de mayo de 2005 y Ramírez Cuevas, Jesús: “La
multiplicación de los Ejércitos”, en La Jornada, 10 de julio de 2005.
disparos de rifle de asalto AK-47 en el interior de su camioneta, frente a su oficina
particular299.
Este hecho motivó al embajador estadounidense en México, Antonio O. Garza, a
difundir una carta en la que afirmó que las condiciones que se estaban viviendo en la
frontera norte se deterioraban velozmente, “al grado que la ley se ve rebasada en
algunas partes”300. La respuesta del primer mandatario no se hizo esperar y 48 horas más
tarde lanzaba una operación policíaco-militar llamada Operativo México Seguro301.

8.1 El Operativo México Seguro: fracaso de una receta ensayada


Con el objetivo de “combatir al crimen organizado” y “garantizar la seguridad
personal y patrimonial de los mexicanos”, el 11 de junio el presidente Vicente Fox
dispuso que entrara en vigencia el Operativo “México Seguro” (OMS) “bajo la
coordinación de las instancias locales y con la intervención de autoridades civiles y
militares”302. El mismo “se implementó en Tijuana y Mexicali, Baja California; Culiacán,
Mazatlán y Navolato, Sinaloa; Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, Tamaulipas; Uruapan,
Apatzingán, Morelia, Zamora y Lázaro Cárdenas, Michoacán; en Acapulco y Zihuatanejo,
Guerrero. Posteriormente, el programa se aplicó en la región de Tierra Caliente y el
corredor Uruapan-Zamora, en los estados de Guerrero y Michoacán, así como en algunos
municipios del Estado de México”303.
En esas ubicaciones, las fuerzas militares y policiales se desplegaron en calles,
plazas, avenidas y colonias para evitar la comisión de delitos. También hicieron
revisiones a la salida de restaurantes, bares, discotecas y centros nocturnos, para
arrestar a personas que contaran con una orden de aprehensión y cumplimentar órdenes
de cateo por presunta venta de droga. Por otra parte, elementos de la Policía Federal
Preventiva (PFP), de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), del Ejército y del
Instituto Nacional de Migración (INM), en coordinación con las policías ministerial,
municipal y estatal preventiva correspondientes a cada entidad, establecieron filtros
móviles e itinerantes de supervisión, realizando incursiones y cumpliendo mandamientos

299
“Ejecutan a director de policía de Nuevo Laredo”, en El Universal, 9 de junio de 2005. Aguilar, Roberto y
Monge, Gastón: “Sólo siete horas duró director de Seguridad”, en El Universal, 9 de junio de 2005.
300
Granados Chapa, Miguel Ángel: “México Seguro”, en Reforma, 19 de junio de 2005.
301
Ya ensayada porque, además del Operativo Cóndor, en 1998 el ex presidente Ernesto Zedillo lanzó una
“Cruzada Nacional contra el Crimen y la Delincuencia” bastante similar al OMS. Ibid.
302
Los Pinos, Comunicado: “Ordena Presidente Vicente Fox puesta en marcha del ‘Operativo México Seguro’
contra el crimen organizado”, 11 de Junio de 2005.
303
Fox Quesada, Vicente: “Operativo ‘México Seguro’”, en Promoción de la justicia y de la Seguridad
Pública, Sexto Informe de Gobierno, 1 de septiembre de 2006, p. 332.
judiciales de cateo a domicilios y oficinas particulares, así como revisiones de transporte
de pasajeros y de mercancías304.
Estas acciones provocaron las afirmaciones de grupos de Derechos Humanos
acerca de que en la práctica este operativo se constituyó en un mecanismo de
suspensión de garantías, como las guarecidas por el artículo 11° constitucional que
establece que “Todo hombre tiene derecho para entrar en la República, salir de ella,
viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad,
pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes". Asimismo, quedaron en
entredicho los principios que protege el artículo 16° de la Carta Magna que ordena que
“Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones,
sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive
la causa legal del procedimiento”305.
Además de estas importantes cuestiones, los escasos resultados del operativo
generaron posturas en contra de diversos sectores de la sociedad como investigadores306,
periodistas 307 , empresarios 308 , integrantes de la Comisión Binacional de Derechos
Humanos 309 , Procuradores Estatales 310 y la Iglesia 311 . E incluso para el Secretario de

304
Ruiz, José Luis: “Descartan que se militarice la región”, en El Universal, 14 de junio de 2005.
305
Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez” (2006); Op. Cit., p. 40. Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos (1917); Op. Cit.
306
Benedicto Ruiz, investigador de la Universidad Iberoamericana del Noroeste afirma que “el programa del
gobierno fue más propagandístico y una respuesta de consumo político para acallar las críticas y cambiar la
imagen de inseguridad y violencia. No tuvo una incidencia real contra la delincuencia”. Por su parte,
Vicente Sánchez Munguía, investigador en temas de seguridad y violencia del pos grado del Colegio de la
Frontera Norte, sintetizó a este tipo de operativos como “reactivos, ya que actúan cuando la opinión pública
presiona a las autoridades, pero éstos no atacan las bases de la delincuencia. A pesar del optimismo oficial
que sólo presenta el número de detenidos -la mayoría, consumidores y vendedores menores de droga-, dejan
al crimen organizado intacto”. Ramírez Cuevas, Jesús: “El operativo México Seguro sólo dejó en Tijuana
magros resultados y polémicas”, en La Jornada, 18 de junio de 2005.
307
El periodista Leonardo Sarabia caracterizó la estrategia del gobierno federal como “una acción mediática,
son manotazos en las tinieblas porque no parten de un diagnóstico y no van a fondo”. Y agregó que “aunque
hay una visión compartida por muchos sectores de que se generalicen este tipo de operativos, eso
significaría la militarización de la vida cotidiana, lo que es anticonstitucional”. Ibid.
308
Jaime Valdovino, empresario de Tijuana, sostiene que “no vemos acciones decididas para acabar con la
corrupción en los cuerpos de seguridad”. Ramírez Cuevas, Jesús (2005a); Op. Cit.
309
“Las detenciones que se han hecho son menores y no se toca su estructura operativa ni financiera; sólo se
pega abajo (…). Se anuncia que van a llegar Fuerzas federales a combatir al crimen organizado. El
narcotráfico se toma unas vacaciones para reiniciar sus actividades delictivas una vez que se vayan las
corporaciones”, señaló Víctor Clark, de la Comisión Binacional de Derechos Humanos en un artículo
periodístico. Ramírez Cuevas, Jesús: “Reina en Tijuana una calma artificial gracias al operativo México
Seguro”, en La Jornada, 16 de junio de 2005.
310
El Procurador de Justicia del Estado de México, Alfonso Navarrete Prida, indicó que el OMS “quedará
como la mayor de las anécdotas en materia de seguridad, porque sus acciones no se traducen en un
programa general y debería buscarse que diariamente hubiera resultados medibles a corto, mediano y largo
plazos”. Además, alertó que “el programa podría perder eficacia, porque un operativo que a lo largo del
tiempo sólo se traduce en presencia policíaca pierde efectividad, y lo que se requiere son medidas de fondo
(…)”. Salgado, Agustín y Castillo, Gustavo: “Divide a procuradores el tema del programa México Seguro”, en
La Jornada, 10 de febrero de 2006.
Marina, Marco Antonio Peyrot González, el programa México Seguro fue rebasado por la
delincuencia organizada ya que a los pocos días se reanudó la violencia en los Estados en
que estaba vigente312.
Cuestión que se hizo evidente a inicios de 2006, cuando la noche del 6 de febrero
individuos portando ametralladoras AK-47 y granadas de fragmentación irrumpieron en el
local del periódico El Mañana de Nuevo Laredo, donde dispararon más de cien veces y
detonaron un explosivo, hiriendo al reportero Jaime Orozco Tey. Según las
investigaciones de la PGR el atentado habría sido perpetrado por narcotraficantes;
quizás –según el periódico La Jornada- en respuesta a la publicación de una “carta
abierta al gobernador Eugenio Hernández, en la que le exige renunciar porque no ha
resuelto las demandas de los ciudadanos de Nuevo Laredo. Además lo llama
incompetente y señala que no tiene voluntad de abatir la inseguridad en la localidad”313.
Para finalizar este apartado, cabe resaltar que algunas de las causas de la
narcoviolencia descripta hasta aquí se arraigan tras la frontera norte como la constante
demanda de narcóticos por parte de los estadounidenses, las férreas políticas
prohibicionistas y la facilidad con que en ese territorio se venden armas de grueso
calibre314.

311
Mario Ángel Flores, directivo del arzobispado de México, cuestionó si era “suficiente ‘una acción parcial y
timorata’ para combatir estos ‘sucios negocios’ o ‘hemos llegado al momento de combatir con energía y sin
miedo un fenómeno que está acabando día con día con la paz social, con la juventud y con la integridad de
las familias’”. Muñoz, Alma E.: “‘Pobres’, los resultados del programa México Seguro, dice la Iglesia
católica”, en La Jornada, 29 de agosto de 2005.
312
Habana De los Santos, Misael: “El crimen organizado rebasó al programa México Seguro: Peyrot", en La
Jornada, 20 de septiembre de 2006.
313
Figueroa, Carlos: “Irrupción armada en el periódico El Mañana de Nuevo Laredo; un herido”, en La
Jornada, 7 de febrero de 2006. Otero, Silvia y Medellín, Jorge Alejandro: “Responsabilizan al narco de
atentado a ‘El Mañana’”, en El Universal, 10 de febrero de 2006.
314
En el artículo de Oakland Ross, se afirma que en 2005 la policía estatal de Baja California incautó más de
1.100 armas ilegales y aproximadamente el 95% de ellas provenían de Estados Unidos. Señala que en México
es extremadamente difícil para los civiles adquirir armas de fuego legalmente, a diferencia de Estados
Unidos donde las autoridades imponen comparativamente menos restricciones a la posesión de armas y
entre las jurisdicciones más permisivas se encuentran estados como Arizona, Nuevo México y Texas,
convenientemente localizadas en la frontera con México. Así, los ciudadanos estadounidenses compran
armas por vías legales y las revenden en el mercado negro. Concluye que por ello el cumplimiento de la ley
en México es un desafío para ambos países. [“Last year, federal police in the Mexican state of Baja
California, which contains Tijuana, captured more than 1,100 illicit weapons, and the overwhelming
majority of them 95 per cent by a common estimate will turn out to have been smuggled into the country
from the United States. (…) In Mexico, it is extremely difficult for civilians to acquire firearms legally (…)
but U.S. authorities impose comparatively few restrictions on firearm ownership and among the most lenient
jurisdictions of all are states such as Arizona, New Mexico and Texas, conveniently located on the Mexican
border. (…) U.S. residents buying firearms through legal channels and then reselling them on the black
market. (…) So law-enforcement in Mexico it's a challenge for both countries”]. Ross, Oakland: “Border no
barrier to weaponry”, en The Toronto Star, 24 de abril del 2006. También veáse Weiner, Tim y Thompson,
Ginger: “U.S. Guns Smuggled into Mexico Aid Drug War”, en The New York Times, 19 de mayo de 2001 y
Suverza, Alejandro: “Tianguis de armas, todo al alcance de la mano”, en El Universal, 08 de agosto de 2007.
9. Reflexiones preliminares: La reforma en las Fuerzas Armadas mexicanas,
una oportunidad perdida

El presente capítulo ha buscado demostrar a través de variables cuantitativas y


cualitativas que durante la primera administración de alternancia partidaria en México
(2000-2006), encarnada en la figura de Vicente Fox Quesada y su Partido de Acción
Nacional (PAN), el proceso de militarización de la seguridad pública iniciado durante las
administraciones priístas se ha profundizado.
Se intenta señalar las consecuencias que esto implica para la vigencia de un
Estado de Derecho, al involucrarse a los militares en tareas de diseño de políticas de
seguridad pública y de persecución de delincuentes, siendo el caso más explícito el
nombramiento del general Rafael Macedo de la Concha en el cargo de Procurador
General de la República. A partir del cual los uniformados comienzan a ocupar cargos
directivos dentro del organismo, como por ejemplo, en la FEADS y el CENDRO.
Esto crea una situación confusa y al margen del derecho, ya que las Fuerzas
Armadas deben concentrarse para defender el país y los civiles son quienes tienen que
garantizar la integridad de las personas.
También durante este sexenio vemos una expansión territorial de la
militarización con la participación de elementos castrenses en los Grupos de
Coordinación, Consejos de Seguridad Pública Estatales y Bases de Operaciones Mixtas. Y
su ingerencia en las innovaciones institucionales: rivalizaron con el Consejero
Presidencial de Seguridad Nacional, integran el Gabinete de Seguridad Pública y ocupan
cargos en la AFI. También se siente en “los cambios” al excluírseles de brindar datos al
sistema de acceso a la información pública. De igual forma, dejaron su marca en el
proceso judicial que intentaba esclarecer los hechos pasados de violaciones a los
Derechos Humanos en que ellos mismos estuvieron involucrados.
Se podría decir, entonces, que en estos seis años se dejó pasar la oportunidad de
llevar adelante en el instituto armado una reforma integral, que incluyera la creación de
un Ministerio de Defensa Civil y la concentración en tareas propias de las Fuerzas
Armadas y no en labores de seguridad pública.
Tampoco la administración de la alternancia evitó cometer errores del pasado en
la estrategia contra las drogas: capturó a las cabezas de los cárteles a pesar de que eso
provoca un desequilibrio de poder que genera más violencia; ensayó operativos como el
“México Seguro” con logros exiguos y que implicaron el policiamiento del Ejército; para
combatir la corrupción de los cuerpos de seguridad llevó adelante purgas que engrosaron
al crimen organizado. Además, la creciente participación militar en la política
antinarcóticos ha provocado que este asunto sea llevado más que nunca como una
guerra. En este sentido, resulta paradójico que la administración “del cambio” utilizara
las mismas acciones que sus predecesores.
A todo esto, se suma la situación de vulnerabilidad en que se coloca a la
población y sus derechos ante la creciente militarización. Paradójicamente, cuando
parecía que la democracia mexicana se fortalecía con el cambio vía electoral del partido
en el poder, estas cuestiones la ponen en tela de juicio.
Y no son sólo la democracia y el Estado de Derecho los que están en juego, sino
también la concepción de Estado misma, al jaquearse su proposición fundamental de
poseer el monopolio de la violencia. Hoy, una serie de grupos disputan con las armas
espacios del territorio: Ejércitos privados que pugnan por los puntos de acceso al
mercado estadounidense e interno de consumo de estupefacientes; los grupos rebeldes –
principalmente- las entidades del sur; y las empresas privadas de seguridad los centros
urbanos (si bien en este caso no es una disputa sino que se ha cedido legalmente el uso
de la violencia).
En el capítulo siguiente, se observará que todas estas cuestiones se radicalizan
aún más durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, en el marco de una muy
cuestionada elección presidencial.
Capítulo 3: “Las Fuerzas Armadas y el gobierno de alternancia de
segunda generación (2006-2012)”

La administración de segunda generación de alternancia partidaria inicia su


mandato el 1 de diciembre de 2006, en el marco de una cuestionada legitimidad
derivada del proceso electoral que consagró legalmente como presidente de los Estados
Unidos Mexicanos a Felipe Calderón Hinojosa por el Partido de Acción Nacional (PAN)315.
¿Por qué cuestionada legitimidad? Porque en las elecciones del 2 de julio de 2006,
en las que participaron más de cuarenta y un millón y medio de mexicanos y mexicanas –
representando un 58,22% del electorado- Calderón obtuvo 14.916.927 votos que
constituían el 36,69% del total. Por su parte, el candidato que le siguió, Andrés Manuel
López Obrador de la Coalición por el Bien de Todos (CBT) -formada por el Partido de la
Revolución Democrática (PRD), al que se le sumaron el Partido de los Trabajadores (PT)
y Convergencia- logró 14.683.096 sufragios, es decir, el 36.11%. Como se nota a simple
vista, los resultados fueron muy ajustados siendo la diferencia sólo de 0,58%316.
Los números daban cuenta de lo que había sido la campaña presidencial: una
contienda exacerbadamente reñida. Los analistas consultados coinciden en señalar que
ésta comenzó cuando los diputados del PAN y del PRI intentaron el desafuero de López
Obrador en mayo de 2004. El por entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal había
conseguido una enorme fuerza política que desde dos años antes de los comicios y sin
haber madurado como posible candidato de su partido, el PRD, ya se veía “como el
personaje político con mayores posibilidades de alcanzar la primera magistratura de la
nación”317. En consecuencia, se lleva a cabo un proceso para quitarle la inmunidad, o

315
El PAN surgió como oposición política conservadora del PRI: "una derecha contraria a las reformas
justicieras y a la intervención estatal en la economía, pero enemiga también del autoritarismo; un Partido
Acción Nacional (PAN) que podía ser a la vez reaccionario en su programa socioeconómico y políticamente
democrático". Bartra, Armando: “La izquierda mexicana en la encrucijada: de la resistencia al fraude
electoral a la Convención Nacional Democrática”, en OSAL (Observatorio Social de América Latina), año VII,
no. 20, mayo-agosto de 2006, CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales), Buenos Aires, p. 59.
316
Roberto Madrazo fue el tercer candidato más votado, con 9.237.000 votos (22,72%), de Alianza por
México (APM) nacido de la unión del PRI y el PVEM (Partido Verde de México). Le siguieron la candidata
Patricia Mercado que obtuvo 1.124.280 sufragios (2,77%) por Alternativa Social-Demócrata y Campesina, y,
finalmente, Roberto Campa de PANAL (Partido Nueva Alianza) con el 0,98% del total de votos (397.550).
Instituto Federal Electoral (IFE): “Elecciones Federales 2006. Encuestas y Resultados Electorales”, México
D.F., 2006, p. 72.
317
Méndez B., Luis H.: “El ambiguo entorno de una coyuntura: la elección presidencial del 2006”, en El
Cotidiano, enero-febrero de 2006, año/vol. 21, no. 141, Distrito Federal, p. 69.
sea, “para [que pueda] ser juzgado por la autoridad competente por una supuesta
desobediencia a la sentencia de un juez de amparo”318.
La Cámara de Diputados decidió, por mayoría, desaforarlo; en otras palabras, “lo
sacaron de su puesto por unos días (…), con el objetivo de meterlo a la cárcel a fin de
evitar que participase como candidato a la presidencia en la campaña electoral”319. Ante
esta situación, la gente salió masivamente a las calles, siendo parte de una de las
manifestaciones más grandes en la historia del país (alrededor de un millón de personas).
Esta movilización aunada a la presión internacional, hicieron que el presidente Vicente
Fox retirara los cargos en contra del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México,
colocándose su decisión por encima de la del Poder Legislativo. A partir de este
momento, que tiene su desenlace en abril de 2005, el clima político comienza a
enrarecerse. Las acciones contra la figura y el proyecto del PRD no cesarían aquí320.
Las campañas presidenciales –es decir, sin contar la contienda en torno a
gobernadores, legisladores y algunos presidentes municipales que también se elegían ese
mismo día- se caracterizaron por ser extensas, costosas y marcadamente polarizadas321.
En ellas se enmarca la “campaña del miedo del PAN” que señalaba que López Obrador
era un “peligro” para México, sus anuncios televisivos también advertían que “te va a
quitar tu casa” y “que te va a dejar sin empleo”, además de vincularlo con los grupos
armados del país; todo lo cual llevó en un momento a declararla como ilegal por el
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)322.
Por su parte, el presidente Fox se encargó de publicitar a su candidato con obras
públicas y programas asistenciales, así como también dio numerosos discursos en los que

318
Ibid.
319
El general Rafael Macedo de la Concha, que en ese momento fungía como Procurador General de la
República, deseaba enjuiciar legalmente a López Obrador por la venta irregular de terrenos federales que
éste realizó, impidiéndole así lanzar su candidatura a la presidencia. Costilla, Lucio Oliver: "México y
América Latina: la cambiante relación de Fuerzas entre lo social y lo político desde una perspectiva de
cambio posneoliberal", en OSAL (Observatorio Social de América Latina), año VI, no. 19, julio de 2006,
CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales), Buenos Aires.
320
El PRD es una escisión del sector "nacionalista revolucionario" del PRI que surge ante el rumbo neoliberal
que toma el partido en 1982: “‘corriente democrática’ que transita de institucional a opositora, y que en
alianza con la hasta entonces marginal izquierda socialista pone en pie un amplio movimiento cívico cuyo
candidato a la presidencia en los comicios de 1988, Cuauhtémoc Cárdenas –hijo del mandatario reformador
de la década del treinta– gana sorpresivamente las elecciones”. Si bien el triunfo es revertido mediante un
fraude, logró demostrar que era posible remover al partido hegemónico por la vía electoral. Bartra,
Armando (2006); Op. Cit., p. 60.
321
Entre el 19 de enero y el 28 de junio de 2006 los tres principales partidos gastaron un total de 1.086
millones de pesos mexicanos: PAN, 257.837.990 pesos mexicanos; CBT, 383.612.118 pesos mexicanos; y,
APM, 444.844.809 pesos mexicanos. IFE, “Reporte final de los monitoreos de promocionales”, citado en
Reforma, 17 de agosto de 2006, p. 4.
322
En internet se pueden ver los spot televisivos del PAN y de grupos empresariales afines en
http://www.youtube.com/watch?v=aJxPxC0iyCs (visitado el 19/11/2008)
prevenía del “populismo”, “la demagogia”, y las “promesas imposibles”, con lo que se
insinuaba un llamado a no dar el voto por el candidato del PRD. Esto provocó “una
recomendación del Instituto Federal Electoral (IFE) para desistir de la publicidad y un
pronunciamiento de la Corte para que se consignara que se trataba de acciones de
gobierno que no podían ser utilizadas como propaganda por ningún partido político” 323.
También tuvo un papel relevante la injerencia de poderosos sectores, como
algunos grandes empresarios que enviaban cartas o llamaban por teléfono a sus
empleados para que no votaran por el candidato de centroizquierda. Igualmente
intensos en este sentido fueron los esfuerzos de la cúpula eclesiástica de la Iglesia
católica y de ciertos medios electrónicos e impresos324.
Otro ingrediente a favor de Felipe Calderón fueron los comportamientos político-
electorales del PANAL (Partido Nueva Alianza), que participaba por primera vez en
elecciones y por tanto la ley no le permite formalmente ser parte de coaliciones. Este
partido tiene su origen en la fuerza política-corporativa del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación, en otro tiempo importante bastión del PRI, pero que a
causa de pugnas internas entre el candidato presidencial de dicho partido –Roberto
Madrazo- y la líder “moral” del sindicato -la maestra Elba Esther Gordillo-, ésta rompe el
pacto corporativo con el viejo partido e inicia un acercamiento del mismo carácter con
el PAN. “La estrategia electoral fue clara y determinante: gran parte de los integrantes
del nuevo partido, casi todos maestros, votaron corporativamente, por un lado, por sus
candidatos a diputados y senadores, por el otro, por el candidato del PAN para
presidente. En una elección tan cerrada, estos votos fueron definitivos”325.
Ya casi en la recta final se dan dos debates televisivos entre los candidatos
presidenciales. En el primero, Andrés Manuel López Obrador decide no participar, acción
que afectó su posicionamiento en las encuestas. Quizás por esto sí concurrió al segundo,
donde acusó a Felipe Calderón de “corrupto” y él fue calificado como “mentiroso”.
Llegado este punto los ocho partidos políticos (los cinco mencionados más otros tres que
no llevaron candidato a la presidencia) suscribieron un entendimiento para dar por
finalizadas las campañas negativas; además llamaba al primer mandatario, a los

323
Vidal, Gregorio: “México: la situación política actual”, en OSAL (Observatorio Social de América Latina),
año VII, no. 20, mayo-agosto de 2006, CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales), Buenos Aires,
p. 51.
324
Ibid.
325
Méndez B., Luis H. (2006); Op. Cit., p. 72.
gobernadores y al Jefe del Distrito Federal a no recurrir a sus discursos para manipular el
voto ciudadano326.
Finalmente, cuando las campañas terminaron –tres días antes de la elección-
ciertas organizaciones civiles y cámaras empresariales como el Consejo Coordinador
Empresarial pagaron la difusión de anuncios en televisión que comparaban al
representante del PRD con el Presidente de Venezuela Hugo Chávez, figurando que
elegir al primero llevaría a México al “socialismo o muerte”327.
En esta atmósfera se llega al 2 de julio, con la esperanza de que la agotadora
situación por fin concluyera. La jornada electoral se desarrolló –y esto es destacable-
mayoritariamente en calma, sin embargo esa misma noche comenzaría otro proceso
tenso. Durante el día, se llevaron a cabo encuestas de salida y conteos rápidos que no se
publicaron instantáneamente porque el IFE había establecido esperar hasta las 23 horas,
cuando daría a conocer una tendencia con base en su propio conteo rápido (95,12% de
los resultados de las casillas).
A la hora señalada, el Consejero Presidente del IFE emitió un mensaje en el que
explicaba que “no es posible determinar, dentro de los márgenes científicos establecidos
para el conteo rápido, al partido o coalición que haya obtenido el mayor porcentaje de
la votación emitida”; y por tanto habría que esperar hasta el día 5 que comenzaba el
cómputo oficial. Aquí comienza a surgir la desconfianza, ya que la autoridad en materia
electoral ponía en entredicho lo que los jefes de campaña del PRD y del PAN habían
afirmado: que los resultados eran favorables para sus respectivos candidatos328.
El día 6, al concluir el cómputo oficial, el Consejero Presidente del IFE difundió
un mensaje anunciando que Felipe Calderón había sido el candidato más votado, lo que
provocó más suspicacias ya que la tarea de declarar al ganador de las elecciones
presidenciales corresponde al TEPJF. Al día siguiente, la capital del país nuevamente fue
testigo de una multidunaria movilización de los seguidores de López Obrador, donde

326
Emmerich, Gustavo Ernesto: “Las elecciones de 2006 y su impacto sobre la democracia en México”, en El
Cotidiano, septiembre-octubre de 2007, año/vol. 22, no. 145, Distrito Federal, p. 10.
327
Hay que indicar que esto es ilegal, ya que según el artículo 13 del Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales (Cofipe) la contratación de publicidad electoral está reservada a los partidos
políticos. Veáse además del sitio en internet referido, el documental “Fraude: México 2006”, dirigida por
Luis Mandoki, escrita por María Benia, Yoame Escamilla, Mariana Rodríguez y Mile Walkman, producida por
Issa Guerra y Luis Mandoki, co-producida por Federico Arreola, con la producción ejecutiva de Pablo Mandoki
y Mariana Rodríguez, y supervisada por Celia Iturriaga, México D.F., 2007.
328
Urrutia, Alonso; Martínez, Fabiola y Aranda, Jesús: “Dramático impasse para conocer al ganador de la
elección presidencial”, en La Jornada, 3 de julio de 2006.
sobrevolaba en el ánimo el fantasma de la repetición del fraude que el partido sufrió en
1988329.
Frente a las repetidas manifestaciones, a las que se calculan asistían entre uno y
tres millones de personas, se organizó una “resistencia civil pacífica” que, dado el
ajustado resultado, exigía el recuento total de las boletas: voto por voto casilla por
casilla. Asimismo, la CBT “presentó ante el TEPJF numerosas impugnaciones, que
abarcaban muchos distritos electorales y casillas, alegando que había irregularidades
evidentes (sobre todo errores aritméticos) en las minutas de las casillas cuestionadas.
(…). Pidió además al TEPJF no declarar válida la elección presidencial y por lo tanto no
proclamar presidente electo, considerando que el mandato constitucional que ordena
realizar ‘elecciones libres, auténticas y periódicas’ basadas en los principios de ‘certeza,
legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad’ (Constitución, art. 41) habían
sido violado por la indebida interferencia del Presidente Fox y de organizaciones
privadas que difundieron anuncios negativos contra López Obrador, así como por la
parcialidad contra este último de los medios masivos de comunicación”330.
El Tribunal accedió en parte, ordenó recontar las boletas de 11.839 casillas cuyas
minutas exhibían evidentes errores o inconsistencias; pero no dio a conocer los
resultados de este recuento331. Otra acción que aumentó la sospecha de que los viejos
vicios no habían sido superados a pesar de las reformas electorales y el cambio
partidario.
Por último, el 5 de septiembre el TEPJF emitió su decisión final. En el fallo
determinó como válida la elección presidencial y declaró a Felipe Calderón Hinojosa

329
Como señalábamos en la nota al pie número 320, a principios de los ’80 la parte “nacionalista
revolucionaria” del PRI se escinde y forma un nuevo partido, el Frente Democrático Nacional (FDN) que en
las contienda electoral de julio de 1988 lleva como candidato a la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas (que
en abril de 1989 creará el PRD). Éste aparentemente gana las elecciones, dado que había logrado triunfos en
muchas entidades del país y arrasado en la capital del país, según Manuel Bartlett Díaz que por ese entonces
fungía como Secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral (CFE). Sin embargo,
“cuando el gobierno de Miguel de la Madrid se percató de que el michoacano estaba ganando, optó por
desconectar el sistema de cómputo e inventar sus propias cifras para dar el triunfo a (…) Carlos Salinas de
Gortari”. La paquetería electoral que contenía los votos fue incinerada “por acuerdo del PRI y del PAN”, y
ya no se podrían comprobar los resultados electorales. Salinas de Gortari fue declarado ganador “con la
votación más baja de un candidato priísta en la historia del país”. Según Octavio Rodríguez Araujo, “Salinas
fue ilegítimo, pero se intentó a toda costa que fuera legal”. Esto es lo que el autor denomina golpe de
Estado ex ante, “se trata de aquellas acciones, desde los órganos del mismo Estado, que tienden a evitar
que un partido o un candidato ocupe la jefatura del gobierno de un país, de preferencia sin derramamiento
de sangre y con base en un uso a conveniencia de las leyes existentes y trucando las elecciones mediante
diversos métodos cada vez más sofisticados”. Rodríguez Araujo, Octavio: “Golpe de Estado ex ante”, en La
Jornada, 17 de agosto de 2006. Becerril, Andrea: “De la Madrid me ordenó no informar que Cárdenas iba
ganando, asegura Bartlett”, en La Jornada, 3 de julio de 2008.
330
Emmerich, Gustavo Ernesto (2007); Op. Cit., p. 11.
331
Ibid.
presidente de los Estados Unidos Mexicanos para el periodo comprendido del 1 de
diciembre de 2006 al 30 de noviembre de 2012, de conformidad con el artículo 99
párrafo cuarto fracción segunda de la Constitución332.
“En el dictamen se reconoce que hay irregularidades en los cómputos de muchas
casillas, existen boletas de más en urnas cuyo número no pudo establecerse, actas de
escrutinio no debidamente almacenadas o llenadas”333. Además, se pronunció acerca de
las diferentes irregularidades mencionadas afirmando que las controvertidas injerencias
generaron efectos negativos que atentaron contra los principios constitucionales de
libertad del voto, igualdad en la contienda y de legalidad electoral334.
En particular se dedicó una larga argumentación sobre el accionar de Fox,
calificando algunas de sus expresiones como de intromisión en los procesos electorales,
que podían implicar “el rechazo, o por lo menos animadversión, respecto a otras
opciones políticas en esa forma un tanto encubierta, pero que deja visibles algunos
elementos para que con un grado de cultura cívica pueda descifrarse o interpretarse el
mensaje que se quiere transmitir”. Si bien el primer mandatario no hizo referencia
expresa a López Obrador, “las críticas y descalificaciones hacia otros participantes del
proceso pueden incidir en la imagen de éstos ante quienes capten su sentido, pues los
adjetivos de mesiánico o populista se pueden entender dirigidos a los candidatos que
orientaron sus programas a modelos diferentes alejados del impulsado por el gobierno
actual”. No obstante ello, el Tribunal las consideró insuficientes para tener una
influencia decisiva en el ejercicio del voto de los ciudadanos en un sentido definido335.
Esta decisión planteó a millones de mexicanos y mexicanas la pregunta de por
qué no se realizó el conteo de todas las boletas, así como tratar de medir el impacto
que tuvieron las diversas irregularidades. Siendo tan mínima la diferencia entre los
principales candidatos esto hubiese sido indispensable para la consolidación de la
democracia y sus nuevas instituciones.
Como corolario del desarrollo de este proceso, parece importante destacar la
idea de Luis Méndez para caracterizar a su país:

332
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación: La Calificación Presidencial, Distrito Federal, 2006.
333
Vidal, Gregorio (2006); Op. Cit., pp. 50-51.
334
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (2006); Op. Cit.
335
Urrutia, Alonso y Aranda, Jesús: “Aun con anomalías importantes, el TEPJF califica de válidos los
comicios”, en La Jornada, 6 de septiembre de 2006. Esto sin tomar en cuenta las declaraciones de Vicente
Fox de que él ganó la presidencia en el 2000 y en el 2006.
“[Existen]…dos grandes discordancias que atraviesan nuestra historia patria, las
dos grandes paradojas que, después de casi 200 años –seguramente más– siguen sin
resolverse y continúan redefiniendo la vida política y social de la nación mexicana:
por un lado, legalidad contra legitimidad, por el otro, justicia contra legalidad.
Toda la lucha social en México, toda la lucha política opositora, termina por
resolverse en el desigual equilibrio de estos factores: la legalidad se traga a la
legitimidad, y la justicia siempre se desdibuja ante lo normativo. Nuestro tiempo
actual no escapa a esta lógica. Hoy tenemos un nuevo presidente, legalmente
reconocido, pero ilegítimo ante la vista de millones de mexicanos. Hoy, por enésima
vez en el accidentado transcurso de nuestra historia, la legalidad logró disimular a la
justicia”336.

1. La toma de posesión como presidente de la República

El 30 de noviembre, a las 00 horas -10 horas antes de lo previsto por la


Constitución- se llevó a cabo la ceremonia de transmisión de mando presidencial.
Vicente Fox se quitó la banda y se la confirió a un cadete militar, para que la misma
fuera entregada a Calderón al día siguiente337. El ritual duró apenas unos minutos y se
desarrolló en medio de golpes, empujones, gritos y un enorme despliegue de seguridad.
El ex presidente y el nuevo ingresaron a la legislatura por la puerta trasera y custodiados
por militares, ya que el resto de los accesos fue bloqueado por los representantes del
PRD338. La descripción de Felipe Calderón como cabeza del Poder Ejecutivo fue realizada
por una voz en off y trasmitido todo por cadena nacional de televisión339.

336
Méndez B., Luis H. (2006); Op. Cit., p. 76.
337
Según el general José Francisco Gallardo, “esa fue una inequívoca señal de la intervención militar en la
política nacional”. Petrich, Blanche: “Calderón gobierna mediante los comandantes militares”, en La
Jornada, 30 de julio de 2007. Pero para el especialista José Luis Piñeyro eso “sería subestimar el histórico
comportamiento institucional, apartidista y de subordinación al mando civil por parte de las Fuerzas
Armadas”. Piñeyro, José Luis: “¿Mano militar?”, en El Universal, 9 de diciembre de 2006.
338
Aziz Nassif, Alberto: “La conflictiva llegada de Calderón”, en El Universal, 5 de diciembre de 2006. En su
editorial, el periódico La Jornada hace una reseña de esos momentos: “La medianoche pasada Vicente Fox
Quesada y Felipe Calderón Hinojosa protagonizaron un ominoso y extraño ritual nocturno. Marcó la
separación del cargo del primero pero no fue una toma formal de posesión del segundo; se realizó en
privado, pero se difundió en cadena nacional; se pretendió civil, pero tuvo una marcada presencia castrense;
era completamente innecesario, pero parecía forzado por las circunstancias. Remedó fórmulas legales, pero
no está previsto en las leyes. Fue una demostración pavorosa de debilidad, pero constituyó una inequívoca
amenaza de fuerza; se concibió como un impulso inicial para el michoacano, pero se traduce en un enorme
lastre de origen para un ejercicio mínimamente viable de la Presidencia”. “Ominoso desfiguro”, en La
Jornada, 1 de diciembre de 2006.
339
La conductora de la cadena nacional “aseguraba que el ‘salón de sesiones se encuentra en calma’ y para
ajustar la realidad a su palabra de la pantalla desaparecieron las vistas panorámicas y le bajaron el volumen
al rumor de la discordia. La señal venía del Centro de Producción de Programas Informativos y Especiales
(Cepropie), una dependencia de la Secretaría de Gobernación cuya principal función es filmar y difundir la
imagen presidencial. En su leyenda negra sobresalen los años de Carlos Salinas cuando silenciaba las
A la mañana del día siguiente, secundado por un fuerte operativo de seguridad,
el nuevo mandatario se dirigió al Campo Militar número Uno ubicado en la Ciudad de
México para tomar posesión de su cargo; a razón de que el Palacio Legislativo de San
Lázaro, donde tradicionalmente se efectúa la ceremonia, estuvo aislado por la presencia
de los millones de seguidores de López Obrador que impedían el acceso desde dos días
antes 340 . De este modo, Calderón Hinojosa se transformó en el primer presidente de
México que no llevó a cabo ningún acto en el Palacio Nacional así como tampoco
pronunció su primer discurso en las instalaciones del Congreso de la Unión341.
Todo esto provocó que los analistas comentaran acerca de los significados
políticos de estos hechos, y muchos coincidieron en que sería un gobierno de “mano
dura”342. Lo cual tendió a reforzarse con otros sucesos. En primer lugar, la designación
en puestos claves de hombres con reputación de transgresores de los Derechos Humanos;
los casos son el del Secretario de Gobernación –puesto desde donde se coordina el
Programa Nacional de Derechos Humanos-, Francisco Ramírez Acuña, quien durante el
sexenio anterior se desempeñó como gobernador de Jalisco, donde reprimió en 2004 a
manifestantes altermundistas “para que aprendan los demás” 343 ; y el del Procurador

protestas en el Congreso para presentar imágenes al gusto del gobernante. El pasado viernes repitió las
viejas mañas y violó el derecho a la información garantizado por la Constitución”. Aguayo Quezada, Sergio:
“Tema por tema...”, en Reforma, 6 de diciembre de 2006.
340
“En un hecho inédito en el contexto de un relevo presidencial, las Fuerzas Armadas, el Estado Mayor
Presidencial y las policías federal y capitalina sometieron a un virtual sitio zonas de la capital del país, con
el fin de garantizar que Felipe Calderón Hinojosa rindiera protesta en San Lázaro. Miles de elementos
uniformados y civiles ­con equipos antimotines­ realizaron operativos de vigilancia y disuasión en puntos
neurálgicos (…). Los policías capitalinos fueron ubicados como primera valla de contención, mientras
elementos de las Fuerzas Armadas y el Estado Mayor Presidencial (EMP) se apostaron detrás de sólidos muros
metálicos. (…). En los alrededores de la Cámara de Diputados se reforzó la seguridad hasta el punto de
convertirlas en áreas de excepción, definida por muros de metal. Cientos de agentes de la Policía Federal
Preventiva ­equipados con garrotes, toletes, escudos, máscaras antigás, lanzagases lacrimógenos­ e
integrantes del EMP controlaron los accesos al Palacio Legislativo”. Muñoz, Alma E.; Galán, José; Norandi,
Mariana; Gómez, Carolina; León, Gabriel; Olivares, Emir; y Román, José A.: “Miles de policías y militares
someten a virtual estado de sitio zonas del DF”, en La Jornada, 2 de diciembre de 2006.
341
Aranda, Jesús: “Primer Presidente sin homenaje en Palacio”, en La Jornada, 2 de diciembre de 2006.
342
Algunos de los que percibieron estos hechos como simbolismo de “mano dura” fueron: Muñoz, Patricia;
Gómez, Carolina; Pérez, Matilde; Poy, Laura y Olivares, Emir: “Calderón comenzó mal y terminará igual,
sentencian obreros, campesinos y maestros”, en La Jornada, 2 de diciembre de 2006. Flores Olea, Víctor:
“Contradictorio”, en El Universal, 4 de diciembre de 2006. Saxe-Fernández, John: “De Guantánamo a
Oaxaca: ausencia de ley”, en La Jornada, 7 de diciembre de 2006. Aziz Nassif, Alberto (2006); Op. Cit.
Piñeyro, José Luis (2006); Op. Cit. Cansino, César: “¡Sí se pudo!”, en El Universal, 7 de diciembre de 2006.
Rodríguez Araujo, Octavio: “Un presidente débil”, en La Jornada, 7 de diciembre de 2006.
343
“El 28 y 29 de mayo se realizó en Guadalajara [Jalisco] la III Cumbre América Latina, Caribe y Unión
Europea, con la presencia de numerosos mandatarios. De manera paralela al evento oficial se llevaron a
acabo diversas actividades alternativas que convergieron en una marcha pacífica el día 28. (…). Al terminar
la marcha del día 28 -aprovechando la presencia de un reducido grupo de jóvenes que se confrontaron con la
policía y generaron daños en mobiliario público y propiedad privada- los cuerpos policiales cercaron el
centro de la ciudad y efectuaron violentas redadas en las cuales fueron detenidos (de manera oficial) 118
personas, de las cuales 45 adultos y 4 menores de edad fueron consignadas por diversos cargos. Los
detenidos fueron retenidos de manera ilegal en los sótanos de la SSP donde sufrieron abusos y torturas por
General de la República, Eduardo Medina Mora, responsable político de las represiones
en Atenco y en Oaxaca cuando fungía como Secretario de Seguridad Pública durante el
mandato foxista 344 . Tampoco el resto del gabinete fue plural como en su campaña
electoral había mencionado.
En segundo lugar, al día siguiente de asumir su cargo, Felipe Calderón reitera un
aumento salarial para la tropa y la marinería, así como acceso a créditos y facilidades
para adquirir viviendas, al tiempo que haría recortes presupuestales en otras secretarías
de la Administración Pública Federal 345 . Si bien la política era necesaria y tenía el
objetivo de evitar que ocurriera lo que en el sexenio previo cuando más de cien mil
soldados desertaron como se muestra en la tabla presentada a continuación:

parte de los policías que días después recibieron recompensas por parte de los gobiernos municipal y estatal
por su actuación”. Este hecho fue condenado por diversos organismos de Derechos Humanos como la
Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Amnistía
Internacional, Human Rights Watch, la Federación Internacional de los Derechos Humanos, el Parlamento
Europeo y más de 100 organismos civiles del país. Centro de Derechos Humanos "Miguel Agustín Pro Juárez",
A.C.: “Anexo: Casos emblemáticos de impunidad contra colectivos del Capítulo 1: Seguridad y justicia”, en
Informe 2007: Hacia 2012, reformas estructurales y mano dura: el cerco en torno a los Derechos Humanos,
Distrito Federal, febrero de 2008.
344
Sobre Oaxaca veáse nota al pie número 113 del primer Capítulo. “Con el antecedente de haber resistido
un proceso expropiatorio por medio del cual se les pretendía despojar de sus tierras para la construcción del
nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, los ejidatarios de San Salvador Atenco agrupados en torno al
Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), alcanzaron dimensión nacional (…). El 3 de mayo
acudieron a apoyar a un colectivo de floristas al mercado de Texcoco, quienes habían acordado con las
autoridades un permiso para vender sus productos en el exterior. Fueron recibidos por un grupo de policías
estatales y municipales que los desalojaron, tras lo cual se desató un enfrentamiento en el que
posteriormente se involucró la Policía Federal Preventiva (PFP). Al terminar el día los ejidatarios se
replegaron hacia su pueblo (…). Por la mañana del 4 se orquestó un operativo coordinado para tomar el
poblado y detener a todos los miembros o simpatizantes del FPDT. En éste participaron 700 elementos de la
PFP; 1.815 miembros de la Agencia de Seguridad Estatal; y al menos nueve policías municipales de Texcoco.
Como resultado del operativo 2 personas perdieron la vida y 211 fueron arbitrariamente detenidas. La
Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) documentó 23 casos de abusos sexuales contra detenidas.
Con relación a estos hechos fueron recluidas 31 personas (…), de las cuales [muchas] permanecen presas.
Ninguno de los mandos ha sido detenido, ni ha habido avances en las investigaciones de los abusos policiales
para investigar la cadena de mando y delimitar las responsabilidades de las autoridades estatales y federales
a cargo del operativo”. Ibid.
345
En el Primer Informe se conocerían los beneficios: Secretaría de la Defensa Nacional, incremento del 60%
al 90% del sobrehaber, para todos los militares que forman parte de las unidades, dependencias e
instalaciones del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos ubicadas en el Valle de México; compensación Técnica
al Servicio por un monto de mil pesos mensuales para la totalidad del personal de tropa del Ejército y
Fuerza Aérea Mexicanos; concesión de la Compensación Garantizada conforme a la Jerarquía Militar, un
incremento del 3.79% a los haberes de la totalidad del personal militar; se otorgaron 20 días de vacaciones
hábiles para todo el personal; se ampliaron los motivos para conceder licencias ordinarias al personal militar;
otorgamiento de franquicia extraordinaria al personal que se incorpora a su organismo después de haber
participado en operaciones, adiestramiento o en cualquier otro acto del servicio; establecimiento de una
jornada laboral de ocho horas diarias en días hábiles en las Unidades Operativas; y para fomentar la
identidad y conmemorar a cada miembro del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos según su arma, servicio o
especialidad, se instauró la celebración correspondiente a 31 armas, servicios y especialidades. Secretaría
de Marina, otorgamiento de una “Compensación Técnica al Servicio” para el personal de clases y marinería;
“Sobrehaber Regional de la Zona Metropolitana” del Distrito Federal para el personal adscrito al Cuartel
General; “Compensación por Desarrollo y Capacitación” en previsión social múltiple; y “Despensa” para el
personal de Primer Maestres, Clases y Marinería. Felipe Calderón Hinojosa: Primer Informe de Ejecución del
Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, Eje 1 Estado de Derecho y Seguridad, septiembre de 2007, pp. 55-56.
Figura XVII: Deserciones militares durante la administración de Vicente Fox (2000-2006)

Grado Número de Desertores


Coroneles 1
Tenientes Coroneles 9
Mayores 38
Capitanes 1/os. 50
Capitanes 2/os. 49
Tenientes 459
Subtenientes 782
Sargentos 1/os. 354
Sargentos 2/os. 2.239
Cabos 9.919
Soldados 109.318
Total 123.218

Fuente: Moloeznik, Marcos Pablo (2007); Op. Cit., p. 106.

Como se aprecia, la figura refleja lo que se comentó en el Capítulo 1 acerca de


las grandes diferencias sociales al interior del instituto armado, en el sentido de que las
mayores deserciones se dan en los rangos con menores sueldos. Por otra parte, Calderón
aprovechó la ocasión –el tradicional desayuno que ofrecen las Fuerzas Armadas al
Presidente entrante- para afirmar que “la historia nacional, la Independencia, la
Reforma y la Revolución se explican por las Fuerzas Armadas mexicanas, y también debo
decir que hoy, la democracia también se explica por la lealtad y la vida institucional de
éstas”346.
Otro signo de lo que sería la nueva administración panista, se ve reflejado en el
Proyecto de Presupuesto de Egresos donde “se plantea un aumento de 12.4 por ciento a
seguridad y sólo 6.9 por ciento a gasto social.”347.
Por otra parte, la mano firme en la aplicación de la ley se evidenció con la
detención el 4 de diciembre de uno de lo más destacados referentes de la Asamblea
Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), Flavio Sosa Villavicencio junto a su hermano
Horacio (pese a contar con tres amparos de la justicia federal) y a sus compañeros

346
Aranda, Jesús: “Será sustancial el alza salarial para las Fuerzas Armadas, reitera Calderón”, en La
Jornada, 3 de diciembre de 2006.
347
Rodríguez Araujo, Octavio (2006); Op. Cit.
Ignacio García Maldonado y Marcelino Coache Verano (estos dos últimos no tenían órden
de aprehensión). La detención se produjo dos horas después de que la APPO concluyó
una conferencia de prensa en la sede de la ONG CENCOS (Centro Nacional de
Comunicación Social)348. Los representantes del movimiento se encontraban en la capital
del país para realizar el primer contacto con el gobierno de Felipe Calderón, por
conducto de la Secretaría de Gobernación 349 . Tres horas y medias después fueron
trasladados en un convoy fuertemente custodiado por la PFP y la AFI al penal de máxima
seguridad del Altiplano -antes La Palma- en Almoloya de Juárez, estado de México, por
ser considerados por el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, “delincuentes de alta
peligrosidad” 350.
Finalmente, lo que terminó de convencer a los analistas sobre el carácter
punitivo del mandato de Felipe Calderón fue el lanzamiento a partir del 11 de diciembre
de una serie de mega operativos conjuntos de policías y militares en varios estados para
dar un “combate frontal” al narcotráfico, con los cuales se evitaría que “ningún estado
de la República sea rehén del narcotráfico” y “recuperar los espacios que han sido
secuestrados por las bandas de narcotraficantes”351.

348
La semana anterior a estas detenciones, había ocurrido lo mismo con Érick Sosa Villavicencio, hermano
de Flavio y Horacio, en el aeropuerto de Oaxaca. González, María de la Luz: “Detienen en DF a Flavio Sosa y
a otros 3 líderes de la APPO”, en El Universal, 05 de diciembre de 2006.
349
Según el periódico La Jornada, “(…) los agentes de la PFP aguardaron a que los reporteros se retiraran
del lugar, y los activistas se alejaran de la organización no gubernamental para cumplir las órdenes de
captura. Fuentes gubernamentales revelaron que el titular de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, ya
tenía previsto detener a los miembros de la APPO, independientemente del acuerdo para el primer contacto
con el gobierno calderonista”. Méndez, Alfredo; Muñoz, Alma E. y Vélez, Octavio: “Detienen a Flavio Sosa
antes de contactar al gobierno de Calderón”, en La Jornada, 5 de diciembre de 2006.
350
Ibid. Cabe destacar que en este penal estuvieron recluidos los líderes de los cárteles del Golfo y de
Tijuana, Osiel Cárdenas Guillén y Benjamín Arellano Félix, respectivamente; también estuvo recluido ahí
Arturo Guzmán Loera, hermano del líder del cártel de Sinaloa. Freeman, Laurie (2006); Op. Cit., p. 5. Ocho
meses después, Flavio Sosa es trasladado a la prisión de San Juan Bautista Cuicatlán, en La Cañada, a 104
kilómetros de la capital de Oaxaca. Finalmente, el 19 de abril de 2008, “después de casi año y medio en
prisión, (…) recuperó su libertad, luego que jueces del fuero común consideraron que el gobierno de Ulises
Ruiz Ortiz no aportó pruebas suficientes para que fuera procesado como responsable de los delitos” de los
que se le acusaba. Vélez Ascencio, Octavio; Olivares, Emir y Castillo, Gustavo: “Tras año y medio en prisión
liberan al consejero de la APPO Flavio Sosa”, en La Jornada, 20 de abril de 2008.
351
Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, Presidencia de la República: Plan Nacional de Desarrollo 2007-
2012, “Eje 1. Estado de Derecho y seguridad”, 1.4 Crimen organizado, D.F., mayo de 2007, p. 59. Mediante
una lista de 16 puntos, una red de de Especialistas en Seguridad Pública - integrado por 55 académicos de
distintas universidades y 30 organizaciones civiles que comparten la idea de que la seguridad es compatible
con los valores democráticos y los Derechos Humanos- analizan el PND, y destacan que “se trata más de un
plan de contingencia ante una situación de emergencia, que de un plan estratégico sólido que oriente el
camino a seguir a largo plazo; se orienta más a resolver los problemas de seguridad que el gobierno percibe
como una amenaza y menos a los que preocupan a los ciudadanos. En este sentido, el plan se orienta más a
proteger la seguridad del Estado que la de los ciudadanos; se confunde la inseguridad con la delincuencia
organizada y a ésta se la identifica con el narcotráfico; la política de seguridad se presenta de manera
aislada, desarticulada de otras políticas y, en este sentido, no logra conformar una política integral de
seguridad; las principales propuestas se refieren a las estrategias para enfrentar al crimen organizado,
mientras que las políticas de prevención no se desarrollan y apenas se mencionan; sostiene la necesidad de
2. Los Operativos Conjuntos

Los operativos, iniciados en Michoacán –estado del cual es oriundo el presidente y


en el cual de los 2.221 asesinatos ocurridos durante el 2006 en el país allí se cometieron
524-, se caracterizan por el despliegue de fuerzas militares (en este caso en principio,
4.260 elementos provenientes de la SEDENA y 1.054 de la Armada, más de 5.300 en
total), agentes bajo el mando de la Secretaría de Seguridad Pública (1.400, de los cuales
900 pertenecen a las fuerzas Federales de Apoyo, es decir, militares) y de la PGR (50
oficiales)352.
Se arman retenes ubicados a la entrada de varias ciudades, o en puntos
carreteros estratégicos, donde las mencionadas fuerzas de seguridad llevan adelante
cateos tanto de personas como de automóviles, ejecutan órdenes de aprehensión,
además de desmantelar puntos de ventas de drogas353.
La puesta en marcha de estas operaciones, en simultáneo en varias ciudades,
impulsó la reclusión de más elementos para integrar las Fuerzas Armadas como se
aprecia en la siguiente tabla:

Figura XVIII: Recursos humanos y profesionalización de los miembros de las Fuerzas Armadas
Defensa Nacional Marina Total
2006 197.767 44.471 244.238
2007 196.710 50.032 246.742
2008* 198.697 50.548 249.245

Fuente: Calderón Hinojosa, Felipe: Anexo Estadístico del Segundo Informe de Gobierno, 1° de septiembre
de 2008, p. 73. *Estimado al mes de junio.

que las Fuerzas Armadas participen en las labores que corresponden a las instituciones policiales, sin señalar
que ésta debe ser sólo una medida temporal. Tampoco está claro si el control de la seguridad será de orden
civil o militar; se refiere a las causas inmediatas de la inseguridad, dejando de lado las mediatas y las que se
encuentran más allá de éstas y se ocupa más de resultados que pueden medirse y menos de las
transformaciones en profundidad que requieren las instituciones policiales y de procuración de justicia”,
entre otras cuestiones. Red de Especialistas en Seguridad Pública, 85 Especialistas opinan sobre las políticas
de seguridad previstas por el Plan Nacional de Desarrollo, Nota de Prensa, setiembre de 2007. Disponible en
http://www.cide.edu/Pronunciamiento_Red_4.pdf (visitado el 19/11/2008).
352
Residencia Oficial, Conferencia de Prensa: Anuncio sobre la Operación Conjunta Michoacán, Ciudad de
México, 11 de diciembre de 2006. Esta operación conjunta tuvo su réplica en Tijuana, Baja California (2 de
enero de 2007, con la presencia de 2.300 elementos en total pertenecientes a las diferentes secretarías
involucradas); en Guerrero (19 de enero, 7.600 agentes involucrados); Sierra Madre o “Triángulo Dorado”
abarcando Chihuahua, Durango y Sinaloa (21 de enero, 9.054 efectivos implicados); Nuevo León-Tamaulipas
(19 de febrero, 816 agentes); Veracruz (11 de mayo, con 1.200 elementos participando), y también en
Aguascalientes, San Luis Potosí; La Laguna (Saltillo y Torreón, Coahuila; Gómez Palacio y Lerdo, Durango);
Chiapas; Campeche; Tabasco; y Cancún, Quintana Roo. Secretaría de Defensa Nacional, Primer Informe de
Labores, 2007. Secretaría de Seguridad Pública, Primer Informe de Labores, 2007.
353
Centro de Derechos Humanos "Miguel Agustín Pro Juárez", A.C. (2008); Op. Cit.
Es importante destacar que, en el marco de una crisis económica mundial que
tiene su epicentro en el país vecino cuya estructura está bastante interconectada con la
mexicana, el incremento de la tropa –en el contexto de una suba salarial durante los dos
primeros años de la administración- supone destinar más recursos a ella.
Retomando los operativos, según Felipe Espinosa Torres

“la denominación de ‘operativos conjuntos’ no corresponde con la realidad, ya


que se trata de acciones planeadas, dirigidas, coordinadas, supervisadas y evaluadas
por mandos militares; su ejecución está a cargo casi exclusivamente de tropas del
Ejército y la Armada; las estrategias aplicadas son de tipo militar no policíaco y, por
tanto, están dirigidas a lograr el control territorial de las áreas en las que se está
implementando, mediante el despliegue masivo de tropas y reconocimiento aéreos.
(…) Las instancias federales de seguridad pública y de procuración de justicia
desempeñan un papel marginal; las procuradurías estatales y los cuerpos de
seguridad pública locales son convidados de piedra; a veces, sólo son llamados para
actuar como ‘muro’ de los operativos, es decir, cubrir la retaguardia sin estar,
usualmente, al tanto de los aspectos tácticos del operativo en el que participan.
Los mandos militares que están al frente de los ‘operativos conjuntos’ no
reportan ante ninguna instancia civil, sólo informan y responden al Secretario de la
Defensa y al Titular del Ejecutivo. La línea de mando está clara y en ella están
excluidos tanto el Secretario de Gobernación como los gobernadores estatales”354.

En otras palabras, la mayoría de las acciones enmarcadas en los operativos son


realizadas por soldados acompañados por altos mandos civiles. Aunque hay una discusión
sobre el control político de las tareas de los militares, éstas no podrían materializarse
sin su intervención, beneplácito y condiciones355.
Luis Astorga opina en torno a este proceso que: “el gobierno de Calderón comete
el error de entregarle la coordinación de la política criminal a Gobernación y la parte
operativa al Ejército, a pesar de que la ley establece que es la Procuraduría General de
la República (PGR) la única institución responsable para perseguir los delitos y que, en el

354
Espinosa Torres, Felipe: Análisis de la seguridad pública y la seguridad nacional en el primer informe del
gobierno federal (primera de dos partes), ICESI (Instituto Ciudadano de Estudios sobre la inseguridad),
Distrito Federal, septiembre de 2007.
355
Alvarado M., Arturo: “La policía, los militares, el sistema de seguridad pública y la administración de la
coacción: México frente a América Latina”, en El Cotidiano, año 24, no. 153, enero-febrero de 2009, p. 64.
engranaje de la Operación Michoacán, se le observa como mera formalizadora de las
acciones, no como la cabeza de todo el proyecto”356.
Por otra parte, también se realizan operativos reactivos policiales-militares
dirigidos a “blancos definidos”, mediante los cuales los agentes de seguridad entraban a
domicilios para catearlos y detener a personas presuntamente relacionadas con cárteles
del narcotráfico357.
Además, en algunas ciudades, como fue el caso de Tijuana, el Ejército confiscó
las armas de la Policía Municipal para ver si estaban implicadas en los crímenes de 23
policías ejecutados en 2006. Meses antes, la PGR había emitido un comunicado en el que
atribuía la creciente criminalidad a la corrupción de la policía local y a “la complacencia
o franco encubrimiento” del alcalde. Durante 2006 se había detenido a catorce agentes
municipales por vínculos con el narcotráfico358. Ante esta situación, de no contar con
armas y situarse en una de las ciudades más disputadas por los narcos, el cuerpo de
seguridad local se rehusó a hacerse responsable de la seguridad pública. Así, durante 48
horas la ciudad estuvo patrullada por elementos militares, de la AFI y de la PFP, hasta
que el alcalde negoció con el gobernador que sus hombres salieran a patrullar con los de
la Policía Estatal que sí portaban armas359. Algo similar ocurrió en Nuevo León, donde se
descubrió que 44 de 113 policías recibían dinero de bandas del narcotráfico, lo cual
provocó su arraigo en el marco de un operativo llevado adelante por el Ejército en doce
municipios360.
Todas estas maniobras, deberían ser resultado de una medida excepcional porque
en ella se ven afectados a nivel general el derecho de libre tránsito y el derecho a la
vida privada. Además deberían cumplir, según lo que la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) considera fundamental, con los principios de legalidad,
necesidad y proporcionalidad. Para lograr el primer requisito sería necesario que el
Estado definiese de manera clara y precisa los supuestos en los que puede devenir tal
normativa excepcional, tal como el caso de los retenes, para que los encargados de

356
Ravelo, Ricardo: “Operativo teatral”, en Proceso, 17 de diciembre de 2006.
357
Centro de Derechos Humanos "Miguel Agustín Pro Juárez", A.C. (2008); Op. Cit.
358
Healy, José Santiago: “Llegó la hora a Tijuana”, en El siglo de Torreón, 12 de enero de 2007. Relea,
Francesc: “El presidente mexicano extiende a Tijuana la operación contra el crimen organizado”, en El Pais,
4 de enero de 2007.
359
Gómez, Francisco y Martínez, Julieta: “Tijuana, en calma pese al desarme de policía municipal”, en El
Universal, 6 de enero de 2007.
360
Carrizales, David: “Colaboraban con narcos 44 de 113 policías de NL”, en La Jornada, 20 de abril de 2007.
aplicar la medida no tengan dudas al momento de llevarla a cabo361. Asimismo, dicho
Tribunal afirma que la suspensión de ciertas garantías debe ser utilizada para enfrentar
situaciones reales de emergencia, “en la medida y por el tiempo estrictamente limitados
a las exigencias de la situación, y no constituye un medio para enfrentar la criminalidad
común”362.
Sin embargo, estos operativos lanzados en el marco de una gran campaña
mediática han logrado la aprobación pública ya que en los estados aplicados se ha
conseguido “disuadir” al narcotráfico o por lo menos generar una “sensación de
seguridad”. No obstante, hay que tener presente que esto es sólo resultado de lo que se
denomina “efecto cucaracha” producido por la retirada de los narcos y sus sicarios a
otras entidades para refugiarse y seguir ajustando allá sus cuentas.
Por ello, según Espinosa Torres el carácter de los mismos es “temporal, parcial e
ineficiente”. Temporal, porque sus efectos se limitan al período de duración de la
operación presencial; parcial, porque sus acciones son de carácter punitivo y sólo buscan
el control territorial, no se tienen en cuenta otros aspectos de este fenómeno, e
ineficiente, por los altos costos que conlleva tener en activo miles de efectivos y con
resultados que no superan una prueba costo-beneficio363.
Como afirma Piñeyro, “el operativo sólo cumple con dos objetivos: cerco y
contención. Los narcos tienen tres opciones: la retirada táctica, bajar la guardia y
esperar a que la operación termine o bien enfrentar a las Fuerzas Armadas. La tercera es
la menos probable. El operativo no terminará con el narco: falta una campaña
sistemática contra el consumo de drogas y el gobierno carece de mecanismos de apoyo
social”364.

361
Centro de Derechos Humanos "Miguel Agustín Pro Juárez", A.C. (2008); Op. Cit. En el artículo de una
revista, Erubiel Tirado afirma que los operativos son “una multiplicación de miniestados de sitio en los que
no hay más que el control militar de algunas zonas en las que no hay garantías individuales, no hubo una
declaratoria formal de suspensión de garantías, pero sí el riesgo de que esos abusos se estén generando y
multiplicando”. Flores, Minerva: “Fuerzas Armadas, uso político erróneo”, en Buzos. Disponible en
http://www.buzos.com.mx/258/reporte_especial.html (visitado el 19/11/2008).
362
Corte Interamericana de Derechos Humanos: Caso Zambrano Vélez y otros Vs. Ecuador. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de julio de 2007, Serie C No. 166, párrafo 52.
363
Espinosa Torres, Felipe (2007); Op. Cit. Agustín Pérez Carrillo, catedrático del departamento de Derecho
de la UAM-Azcapotzalco, afirmó en una entrevista “(…) no hay dinero ni recurso humano que alcance para
enfrentar la delincuencia organizada bajo estos esquemas de seguridad, pues está comprobado que
fortalecer los cuerpos policiacos y militares no es la solución”. Poy Solano, Laura: “Inútil, el uso de la fuerza
pública contra el crimen”, en La Jornada, 5 de enero de 2007.
364
Ravelo, Ricardo (2006); Op. Cit.
Quizás en vista a estas deficiencias es que varios analistas coinciden en que
Felipe Calderón busca con estos operativos conseguir lo que no logró mediante las urnas:
legitimidad, además de contener las presiones de Estados Unidos365.
Desde luego, el hecho de que las Fuerzas Armadas realicen tareas que legalmente
corresponden a la policía preventiva, a la judicial y al Ministerio Público se ha traducido
en la abdicación por parte de los dirigentes mexicanos de fortalecer una salida civil a
este conflicto, lo cual ha provocado –como veremos más adelante- preocupantes
violaciones a los Derechos Humanos. En la visión “guerrera” del gobierno pareciera
haber una incompatibilidad entre seguridad pública y Derechos Humanos.
En síntesis, es responsabilidad de las autoridades gubernamentales proponer una
política nacional en materia de seguridad pública que sea integral y proponga la
intervención de otras áreas como educación, salud, desarrollo social, trabajo, deportes,
cultura, participación ciudadana, juventud, obras y servicios, entre otras; y, supere el
actual modelo basado en el sobredimensionamiento de las funciones del castigo, que
mantiene una dicotomía con los derechos fundamentales, cede poderes del ámbito civil
al militar, al tiempo que demanda cada vez más recursos para una batalla sin un

365
“El reciente operativo militar-policiaco en Michoacán busca dos objetivos: uno, fortalecer la débil
legitimidad de Calderón al hacer efectiva la promesa electoral de otorgar seguridad pública con mano dura
(…)”. Piñeyro, José Luis: ¿Cerrar filas?, en El Universal, 23 de diciembre de 2006. “(…) En la medida que se
convierte [al narcotráfico] en la prioridad del gobierno de Felipe Calderón, por todas las razones, desde que
es una amenaza a la seguridad hasta la búsqueda de legitimidad, recurre a la metáfora de la guerra”.
Palabras de Sergio Aguayo en “¿Y si falla el Ejército?”, La tarde, disponible en
http://www.latarde.com.mx/html/M18133_0_1_0_M.html (visitado el 19/11/2008). “(…) Felipe Calderón -
un presidente débil y con poca credibilidad popular- decidió desde el primer día de su presidencia seguir la
receta de los gobiernos tambaleantes de construir un enemigo externo para consolidar su posición, apoyado
por el aparato militar, y con el uso de la represión ó la amenaza de represión. La militarización del país
constituye una medida preventiva en una coyuntura en que no tiene garantizado el control social”. Carlsen,
Laura: ¿Guerra contra el narcotráfico o la militarización de México?, ponencia presentada en Casa Lamm,
Ciudad de México, 25 de junio de 2007. “(…) El macro operativo antinarco busca conferirle ‘legitimidad’ al
nuevo presidente de la República ante una sociedad que todavía ve con incredulidad su desempeño”. Ravelo,
Ricardo; Op. Cit. “El doctor Carlos Resa Nestares, consultor de la Oficina de las Naciones Unidas sobre
Drogas y Delincuencia y académico de la Universidad Autónoma de Madrid, expone la lógica del gobierno
mexicano: ‘Soy el nuevo presidente, con una legitimidad escasa, así que opto por enfrentarme a un enemigo
fácilmente manipulable ante la opinión pública: la industria de las drogas. Nada nuevo. Todo muy aparatoso,
pero con nulos efectos reales, fuera de los publicitarios para el nuevo gobierno’”. Flores, Nancy:
“Extradiciones sumisión de Calderón a EU”, en Contralínea, año 5, no. 73, febrero 2a quincena de 2007.
“Con la idea de lograr legitimidad y credibilidad para su gobierno, el presidente Felipe Calderón definió
como uno de sus ejes del proyecto de seguridad el despliegue de las Fuerzas Armadas para el combate al
narcotráfico, que ha situado como principal amenaza a la seguridad nacional”. Rodríguez Sumano, Abelardo
en la nota de González, Mariana: “La inseguridad como pretexto”, en La Gaceta, 19 de mayo de 2008, p. 7.
Veáse además Aranda, Jesús: “Calderón busca, vía militarización, un liderazgo que no ganó en las urnas:
expertos”, en La Jornada, 27 de junio de 2007.
resultado final, y que por tanto, está enfocándose en los síntomas y no en las causas que
constituyen las raíces del crimen y de la inseguridad366.
No obstante estas consideraciones, el presidente Calderón empujó aún más a los
militares a hacerse cargo de la seguridad pública a través del aumento del número de
elementos castrenses en la PFP y la creación del Cuerpo Especial de Fuerzas de Apoyo
Federal del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

3. Creación del Cuerpo Especial de Fuerzas de Apoyo Federal del Ejército y la Fuerza
Aérea Mexicanos

Ante la descripción de la situación que atraviesa México al inicio de la nueva


administración panista como de “preocupación de la ciudadanía debido al incremento de
las acciones vinculadas a la delincuencia y, particularmente, a la delincuencia
organizada” y con el fin de evitar que “esta amenaza a la seguridad pública se convierta
en una amenaza a la seguridad nacional, en la medida en que desafía al Estado
mexicano”, el 13 de diciembre de 2006 Felipe Calderón anuncia la transferencia de diez
mil elementos altamente capacitados, profesionales del Ejército Mexicano y de la
Armada de México a la Policía Federal Preventiva367.
Afirmando luego que, “una vez logrado el propósito de fortalecer tanto a la
policía como al Ministerio Público Federal en el cumplimiento de su deber estaremos en
condiciones de restituir y reintegrar paulatinamente a las Fuerzas Armadas a las labores
distintas a las de la coadyuvancia con las autoridades civiles que prevé la ley”368. Ésta
que fue la mayor transferencia de personal de las Fuerzas Armadas a la corporación, se
conformó a partir de 7.500 elementos de la Tercera Brigada de Policía Militar y 2.500 de

366
López Portillo, Ernesto: “Operativo Michoacán, ¿qué sigue?”, en El Universal, 16 de diciembre de 2006.
Por ejemplo, en Michoacán de los 100.876 jornaleros que trabajan en las propiedades agrícolas,
aproximadamente 40.000 son niños de ese estado, otros que provienen de Guerrero, Oaxaca, Chiapas,
entidades en las que también se llevaron a cabo operativos militares. Laboran en pésimas condiciones,
padecen intoxicaciones, picaduras y mordeduras de animales ponzoñosos y no asisten a la escuela. Los
empleadores contratan a familias enteras debido a que gran parte de los trabajadores rurales ha emigrado a
Estados Unidos (incluidos familiares del presidente). Del total de los jornaleros, 37% son analfabetos, sólo el
11% cuenta con servicio médico cuando cerca del 46% sufre enfermedades respiratorias o gastrointestinales
debido a los cambios de clima en los lugares donde trabajan. Martínez Elorriaga, Ernesto: “Laboran de
jornaleros 40 mil niños en Michoacán”, en La Jornada, 21 de enero de 2007.
367
Discurso del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Lic. Felipe Calderón, en la Transferencia de
Personal de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina, Huehuetoca, Estado de
México, 13 de diciembre de 2006.
368
Ibid.
la Armada de México. De esta forma, la PFP pasaría de tener 17.154 elementos a 27.154,
de los cuales 15.332 tendrían formación militar369.
Sin embargo, el movimiento de los castrenses hacia la policía federal dependía de
la voluntad de los mismos y sólo unos cientos aceptaron la propuesta, que implica perder
la antigüedad en el servicio370. Como resultado de este fracaso, el presidente instruye
mediante decreto al Secretario de la Defensa Nacional a organizar, adiestrar y equipar al
Cuerpo Especial de Fuerzas de Apoyo Federal del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos.
La decisión para instituirlo toma en cuenta “que entre las misiones generales que
tienen encomendadas las instituciones armadas se encuentra el garantizar la seguridad
interior de la nación (…)” y “que la Suprema Corte de Justicia de la Nación mediante
jurisprudencia emitida en relación con el estudio de los artículos 16, 29, 89, fracción VI,
y 129 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos determinó
afirmativamente la posibilidad de que el Ejército, Fuerza Aérea y Armada puedan actuar
en apoyo de las autoridades civiles en tareas diversas de seguridad pública (…)”371.
Lo que busca es “atender el surgimiento de fenómenos y situaciones
excepcionales que pongan en riesgo la seguridad interior de la nación, el orden público,
la integridad y la vida de los ciudadanos o la estabilidad de cualquier parte del país”.
Para cumplimentar esto, además de realizar las misiones establecidas en el artículo 1 de
la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, debe “(…) proporcionar apoyo a
las autoridades civiles de cualquier nivel de gobierno, en tareas de restauración del
orden y seguridad pública, en el combate a la delincuencia organizada o en contra de
actos que atenten contra la seguridad de la nación (…). Asimismo, establece que este
organismo “(…) intervendrá por instrucciones del Presidente de la República, a solicitud
expresa, fundada y motivada de las autoridades civiles a quienes preste el apoyo” y
aclara que “en ningún caso podrá sustituirse en las funciones que legalmente competan
a las autoridades apoyadas”372.
Lo que no dice el documento es qué cantidad de agentes lo integrarán, así como
tampoco en qué situaciones y con qué condiciones operará, en otras palabras, no realiza
“una jerarquización de los conflictos o situaciones en que puede intervenir una fuerza

369
Jiménez, Sergio Javier y González, María de la Luz: “Refuerzan con 10 mil militares a la PFP”, en El
Universal, 14 de diciembre de 2006.
370
Aranda, Jesús: “Fracasa ingreso voluntario de marinos a la PFP; habrá comisiones temporales”, en La
Jornada, 17 de marzo de 2007.
371
Poder Ejecutivo: “Decreto por el que se crea el Cuerpo Especial del Ejército y Fuerza Aérea denominado
Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal”, Diario Oficial de la Federación, 9 de mayo de 2007.
372
Ibid.
castrense con esas características”373. Además, está conformada por ex GAFES que han
sido adiestrados para enfrentar situaciones de alta conflictividad donde los Derechos
Humanos no son una prioridad. En tal sentido, Carlos Fazio la caracteriza como “Ejército
de ocupación en su propio país”374.
Cuatro meses después, otro decreto modificó a éste. En él se traspasa la
autorización de intervención de este cuerpo del presidente al titular de la Secretaría de
la Defensa Nacional. También, indica que la solicitud de ayuda por parte de las
autoridades civiles “(…) deberá precisar las circunstancias excepcionales que la motivan,
las acciones ejecutadas hasta ese momento, el área geográfica afectada, así como el
periodo mínimo de tiempo en que se requeriría la intervención”. Al mismo tiempo,
determina que “dicha solicitud deberá presentarse ante el Secretario de Gobernación
quien, conjuntamente con los titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional y la
Secretaría de Seguridad Pública, evaluará la situación a enfrentar, el estado actual de la
misma, las posibles alternativas a instrumentar y, en su caso, hará la propuesta de
intervención y coordinación entre las autoridades involucradas375.
La decisión de crear este cuerpo provoca serios cuestionamientos acerca de su
posible utilización para la represión de conflictos sociales, como hemos atestiguado que
sucede en Chiapas, Oaxaca, Guerrero o Atenco; y al depender de la SEDENA sus acciones
en contra de la población pueden quedar, como en otros casos, en la impunidad.
Entonces, operativos militares, aumento de elementos castrenses en la PFP y la
institucionalización del Cuerpo Especial de Fuerzas de Apoyo Federal del Ejército y la
Fuerza Aérea Mexicanos se pueden considerar signos de una radicalización de la
militarización de la seguridad pública durante la administración de Felipe Calderón.

4. Los Derechos Humanos frente a la radicalización de la militarización de la


seguridad pública

Los operativos conjuntos buscaban detener la ola de muertes en los estados


donde había presencia de narcotraficantes, sin embargo, como señalamos anteriormente,
una serie de debilidades de la estrategia per se lo impidieron. Esto se ve reflejado en el

373
Aranda, Jesús: “Riesgo de que el cuerpo de fuerza especial se use para reprimir: experto”, en La Jornada,
20 de septiembre de 2007.
374
Fazio, Carlos: “La ley como fetiche”, en La Jornada, 21 de mayo de 2007.
375
Secretaria de la Defensa Nacional: Decreto por el que se reforma el diverso que crea el Cuerpo Especial
del Ejército y Fuerza Aérea, denominado Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal, en Diario Oficial de la
Federación, 17 de septiembre de 2007.
número de homicidios atribuidos al crimen organizado: mientras que en 2006 la cantidad
fue de 2.221, para 2007 la cifra ascendería a 2.712 y alcanzaría las 5.585 personas a
fines de 2008376. Es decir, lejos de frenar la violencia la presencia de más militares en
las calles pareciese haber contribuido a que ésta creciera.
Dentro de estas muertes también se observa el incremento de las
correspondientes a los servidores públicos: en 2007 las organizaciones dedicadas al
tráfico de drogas ejecutaron a 56 agentes estatales (46 soldados, 5 marinos y 5 policías),
suma que se elevaría a 648 al siguiente año (52 militares, 105 policías federales, 102
policías preventivos, 163 policías municipales y 151 policías ministeriales, así como 75
servidores públicos de distintas dependencias gubernamentales de los tres órdenes de
gobierno)377.
Paralelamente, la sociedad mexicana sufrió el aumento de los abusos
provenientes del “monopolio legítimo de la violencia”, lo cual se evidenció en el
exponencial incremento de quejas que la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha
recibido en contra de la Secretaría de la Defensa Nacional y que a continuación se
muestra en la siguiente tabla:

Figura XIX: Quejas interpuestas contra la SEDENA ante la CNDH

Año Número de quejas


2006 182
2007 367
2008 1.230

Fuente: Intervención de José Luis Soberanes en el Informe de Actividades 2008 de la Comisión Nacional de
los Derechos Humanos, Residencia Oficial, 20 de marzo de 2009.

Lo mismo sucedió en torno a las recomendaciones que el organismo encargado de


tutelar los derechos fundamentales en México ha hecho a la SEDENA, que se ubicó –con

376
Comisión Nacional de Derechos Humanos, Segundo Informe Especial de la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos Sobre el Ejercicio Efectivo del Derecho Fundamental a la Seguridad Pública en Nuestro
País, diciembre de 2008. Disponible en
http://www.cndh.org.mx/lacndh/informes/espec/2infSegPublica08/2informeSeguridad08.htm (visitado el
19/12/2008).
377
Ibid.
14 de estas observaciones- como la principal destinataria entre todos los organismos
públicos del país durante 2008378.
Los “abusos” más comunes son el ejercicio indebido de la función pública, los
cateos ilegales, los tratos crueles, las detenciones arbitrarias, robos, amenazas,
intimidaciones y casos de violaciones sexuales379. Además, los castrenses han ocasionado
muertes producto de impactos de arma de fuego por “no detenerse” ante la revisión
exigida en un retén (lo que ocurrió en 7 ocasiones en 2007 y 10 en 2008). El siguiente
gráfico fue elaborado por el Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez”,
en base a artículos periodísticos ya que no se cuenta con información oficial sobre los
abusos más frecuentes, y abarca el período que va de enero de 2007 a noviembre de
2008. Por supuesto, como el informe aclara los 101 casos hallados sólo constituyen “una
fracción total de las posibles víctimas durante el período de referencia” y “los datos
reportados representan quizás a quienes tienen más posibilidades de interponer
denuncias o llamar a los medios”380.
Figura XX: Tipos de abusos denunciados en los 101 casos analizados por el Centro de
Derechos Humanos "Miguel Agustín Pro Juárez", A.C.

46
50
40 33
26 25
30
17
20 13
10 5

0
cateo ilegal agresión física arma de fuego detención robo amenazas abuso sexual
arbitraria

Fuente: Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez”, A.C.: ¿Comandante supremo? La ausencia
de control civil sobre las Fuerzas Armadas al inicio del sexenio de Felipe Calderón, México D.F., enero de
2009, p. 26.

378
En total, durante 2008, la CNDH registró 6.004 quejas por presuntas violaciones a los Derechos Humanos.
Las autoridades militares fueron las que generaron el mayor número con 1.230. Lo que se repite en el caso
de las recomendaciones, del total de 67, el número más alto (14) fueron para la Secretaría de la Defensa
Nacional. Intervención de José Luis Soberanes en el Informe de Actividades 2008 de la Comisión Nacional de
los Derechos Humanos (2009); Op. Cit.
379
Veáse entre otros Ballinas, Víctor: “CNDH: graves abusos de militares en Michoacán”, en La Jornada, 16
de mayo de 2007; Ibarra Aguirre, Eduardo: “¡A los cuarteles!”, en Criterios, 17 de mayo de 2007; Cruz
Martínez, Ángeles: “Ante la CNDH, mujeres violadas en Michoacán relatan agresión”, en La Jornada, 17 de
mayo de 2007; “Soldados sí violaron a 2 menores en Carácuaro”, en La Crónica de Hoy, 15 de Junio de 2007;
Flores, Nancy: “Calderón vulnera Derechos Humanos”, en Contralínea, año 5, no. 88, octubre 1a quincena
de 2007; Garduño, Silvia: “Llueven quejas a Sedena”, en El mañana, 19 de mayo de 2008; Ballinas, Víctor:
“Presenta la CNDH 8 recomendaciones a Sedena por violaciones graves de militares”, en La Jornada, 11 de
julio de 2008.
380
Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez”, A.C.: ¿Comandante supremo? La ausencia de
control civil sobre las Fuerzas Armadas al inicio del sexenio de Felipe Calderón, D.F., enero de 2009, pp.
22-28.
Para ilustrar estas situaciones, en el siguiente apartado se desarrollarán tres
casos seleccionados y sus respectivas recomendaciones para ser analizados.

4.1 Selección y análisis de casos de violaciones a los Derechos Humanos cometidas por
militares381
 Caso de la familia Esparza Galaviz y otros
Este suceso comienza la noche del 1 de junio de 2007, cuando la familia Esparza
Galaviz a bordo de una camioneta atravesó un retén, en La Joya de los Martínez
(Sinaloa), deteniéndose sólo unos metros delante de donde los militares les habían
solicitado parar. Soldados abrieron fuego sobre el vehículo, matando a dos mujeres y a
tres niños de 1, 3 y 6 años de edad. No sólo que no prestaron asistencia médica, sino que
también detuvieron a los sobrevivientes que llevaban a los heridos al hospital.
Finalmente, colocaron sobre la camioneta costales de marihuana y dieron muerte a uno
de los soldados, cuyo cuerpo habría sido acomodado en el lugar del suceso, para cambiar
la versión de los hechos y señalar que los tripulantes civiles agredieron y mataron a éste
último. Como resultado, fueron detenidos 19 soldados por la SEDENA, quienes tres días
más tardes fueron sometidos a examen toxicológico obteniendo resultados positivos a
cannabis en siete elementos militares involucrados en los hechos, y a metanfetaminas y
cocaína a uno de éstos382.
En la recomendación No. 40/2007, referente al caso, se detallan en las primeras
32 páginas los hechos; a continuación, se enumeran las observaciones, de donde destaca
en el primer párrafo la afirmación de la CNDH de que ella “no se pronuncia sobre las
actuaciones realizadas por el órgano jurisdiccional del fuero militar, respecto de los
cuales expresa su más absoluto respeto y de los que carece de competencia”383. Esto es
relevante, en primera instancia porque en la recomendación se señala que el Ministerio
Público Militar no desempeñó la función persecutora e investigadora de los delitos con
estricto apego a la normatividad que rige su actuar, “lo que se traduce en una irregular
integración de la averiguación previa, así como de la función pública en la procuración

381
Los mismos no han sido expuesto en el orden cronológico en el que ocurrieron.
382
Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México: Recomendación no. 40/2007 sobre el caso de la
familia Esparza Galaviz y otros, en el municipio de Sinaloa de Leyva, en el estado de Sinaloa al General
Secretario de la Defensa Nacional Guillermo Galván Galván, México D. F., 21 de septiembre de 2007, pp. 1-
32.
383
Ibid., p. 33.
384
de justicia” . En segundo lugar, la frase citada anteriormente, aunada a la
recomendación “se dé vista al Procurador General de Justicia Militar a efecto de que se
inicie la averiguación previa respectiva en contra del personal militar (…)”385, refleja
que el organismo no cuestiona, como sí se hace más adelante en este trabajo, la
intervención de la Justicia Militar en los casos de violaciones a los derechos
fundamentales386.
Además de la visita al Procurador General de Justicia Militar, se recomienda que
se reparen los daños físicos, psíquicos y médicos en favor de los agraviados así como los
daños materiales causados a la camioneta; también propone que “los oficiales del
Ejército Mexicano sean instruidos y capacitados respecto de la conducta que deben
observar a fin de respetar los Derechos Humanos de los individuos durante el desempeño
de las funciones que les sean encomendadas”; “que se implemente un mecanismo de
control para que los servidores públicos militares (…) sean sometidos a exámenes
toxicológicos de forma periódica, de manera que se impida que elementos a su mando
con adicción a las drogas desempeñen funciones contra el narcotráfico”; y que se
“establezca[n] ejes y acciones para la adecuada prevención de conductas como las
acreditadas, a través de la capacitación de los elementos militares sobre el uso de la
fuerza y de las armas de fuego (…)”387.

 Caso de 14 mujeres víctimas de atentados a su integridad personal y


libertad sexual
Los hechos que dieron lugar a esta causa transcurrieron en la zona de tolerancia
de Castaños, Coahuila, cuando aproximadamente a las 01:05 horas del 11 de julio de
2006, en el salón denominado “El Pérsico Dancing”, un civil de sexo masculino estaba
alterando el orden del lugar -luego de ingerir bebidas alcohólicas-, por lo que fue
detenido en una celda anexa al salón de baile por los elementos de la policía municipal
asignados a la zona de tolerancia. Más tarde, seis compañeros del detenido solicitaron a
los policías municipales su liberación y, aunque vestían de civiles, se identificaron como
elementos militares del 14/o. Regimiento Motorizado del Ejército Mexicano. Una vez que
el detenido fue liberado, se retiró junto con el grupo de elementos militares (con

384
Ibid., pp. 69-75.
385
Ibid., p. 93.
386
Veáse “Soberanes, cómplice de violaciones de Derechos Humanos”, en CIMAC Noticias, 3 de octubre de
2007.
387
Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México: Recomendación no. 40/2007; Op. Cit., pp. 93-95.
excepción de uno) a bordo de un taxi, amenazando con que regresarían a hacer
destrozos en el lugar. Efectivamente, 40 minutos más tarde un grupo numeroso de
elementos militares regresó, en un vehículo oficial, vestidos con uniformes y portando
armas largas, a la zona de tolerancia; allí sometieron con el uso de la fuerza y de las
armas de fuego a los policías municipales que se encontraban en el lugar. Si bien los
policías solicitaron el auxilio de refuerzos, por lo que llegaron a la zona de tolerancia
tres patrullas más, con dos policías cada una, todos fueron sometidos y superados en
número y armamento por los elementos del Ejército Mexicano388.
Los elementos militares lesionaron a las personas, golpeándolas con las armas
que portaban y a patadas. Se llevaron a varias mujeres que prestaban sus servicios en el
“El Pérsico Dancing” y en “Las Playas Cabaret” a los cuartos y a los baños de los
referidos salones donde abusaron de ellas (e, inclusive, a una de ellas de manera
tumultuaria) al tiempo que las torturaban. Como consecuencia de los atentados a la
libertad sexual y a la integridad personal, a una mujer embarazada se le provocó un
aborto. Los elementos militares amenazaron a las mujeres y los policías con asesinarlos
a ellos y a sus respectivas familias si acudían ante las autoridades a denunciarlos389.
En este caso, en buena medida por la movilización de la sociedad civil, la
Procuraduría General de Justicia Militar acreditó que los hechos delictivos ocurrieron
fuera del servicio por lo que declinó la competencia a favor de la Procuraduría General
de Justicia del estado de Coahuila, quien a partir de esa fecha conoce del asunto390. En
la indagatoria, el Ministerio Público Militar juzgó que de las investigaciones de los hechos
se advirtieron “...conductas que fueron cometidas por personal militar fuera de actos de
servicio y que al no constituir delitos típicamente castrenses, surte la competencia del
fuero común en el estado de Coahuila”391.
A pesar entonces de que el caso será llevado por la PGR de Coahuila, la CNDH
llevó adelante una investigación y posterior recomendación al Secretario de la Defensa

388
Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México: Recomendación no. 37/2007 sobre el caso de 14
mujeres víctimas de atentados a su integridad personal y libertad sexual y otros por parte de elementos del
Ejército mexicano, en la zona de tolerancia de Castaños, Coahuila al General Secretario de la Defensa
Nacional Guillermo Galván Galván, al Gobernador del estado de Coahuila Profesor Humberto Moreira
Valdés y al Presidente de la Mesa Directiva de la LVII Legislatura del H. Congreso del estado de Coahuila
Diputado Hermilo Sergio Pon Tapia, México D. F., 21 de septiembre de 2007, pp. 7-73.
389
Ibid.
390
Los organismos no gubernamentales defensores de los Derechos Humanos que se movilizaron en torno a
este caso fueron: el Centro “Fray Julián Garcés” Derechos Humanos y Desarrollo Local, A. C.; el Centro
Diocesano para los Derechos Humanos “Fray Juan de Larios”; el Comité de Derechos Humanos Sierra Norte
de Veracruz, A. C.; el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez”, A.C., y la Red Oaxaqueña de
Derechos Humanos, esta última integrada por seis asociaciones civiles. Ibid., p. 2.
391
Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México: Recomendación no. 37/2007; Op. Cit., p. 95.
Nacional, al Gobernador del estado de Coahuila y al Presidente de la Mesa Directiva de
la LVII Legislatura del H. Congreso del estado de Coahuila. En la misma se hace notar
que “en el presente asunto la Procuraduría General de Justicia Militar y la Subdirección
de Derechos Humanos de la Dirección General de Justicia Militar de la Secretaría de la
Defensa Nacional no proporcionaron a este Organismo Nacional la información completa
que se le requirió (...); incluso de la información remitida se advierte que en algunos
rubros ésta es incorrecta e incongruente, lo que pone de manifiesto una falta de
voluntad para cooperar con esta Comisión Nacional, lo cual genera incertidumbre
jurídica y, por lo tanto, no contribuye a la debida procuración e impartición de justicia
(....); inclusive, implican una conducta evasiva y de encubrimiento por parte del
personal de la citada autoridad”392. De nuevo, la estructura castrense obstruye la labor
de este organismo público autónomo.
Finalmente, se recomienda –entre otras cosas- al Secretario de la Defensa
Nacional que brinde la colaboración necesaria para lograr la localización y aprehensión
de tres elementos militares que continúan prófugos de la acción de la justicia; se
efectúe la reparación de los daños físicos, psíquicos y médicos en favor de las personas
agraviadas, tendentes a reducir los padecimientos que presenten; y que el personal de
tropa, jefes y oficiales del Ejército Mexicano sean instruidos y capacitados respecto del
trato que deben dar a las mujeres, con el fin de evitar actos de violencia de cualquier
tipo en contra de ellas; así como temas relativos a la prevención y erradicación de la
tortura. Al Gobernador del estado de Coahuila se le solicita que haga lo necesario para
que se inicie, integre y determine una averiguación previa por el delito de aborto
cometido por personal militar; se inicien, integren y determinen averiguaciones previas
por los presuntos delitos de tortura cometidos esa madrugada en contra de las mujeres y
los policías; se inicie procedimiento administrativo de responsabilidad al perito médico
adscrito a la Coordinación de Servicios Periciales, Región Centro, de la Procuraduría
General de Justicia del estado de Coahuila, que determinó que no existía relación entre
el aborto de la mujer y la agresión física y sexual de que fue víctima; y que se continúe
con las acciones y diligencias necesarias para la localización y aprehensión de los tres
militares prófugos de la justicia. Y solicita al Presidente de la Mesa Directiva de la LVII
Legislatura del H. Congreso del estado de Coahuila que se investiguen todos los actos,
las omisiones e irregularidades que se acreditaron y que se atribuyen al Presidente

392
Ibid., p. 141.
Municipal por la tolerancia de celdas anexas a salones, bares y cantinas, ya que es ilegal
tener prisiones en un inmueble privado393.
 El caso del señor Antonio Paniagua Esquivel
La causa de esta recomendación fue la queja que el señor Antonio Paniagua
Esquivel interpuso ante la CNDH, en ella denuncia que el día 7 de octubre de 2007,
aproximadamente a las 05:00 horas, en el municipio de Tanhuato, en el estado de
Michoacán elementos del 37/o. Batallón de Infantería del Ejército Mexicano adscritos a
la Base de Operaciones Mixtas de Zamora, Michoacán, se introdujeron a su domicilio sin
orden judicial, causaron daños a su inmueble, sustrajeron objetos de valor
(aproximadamente cien mil pesos), lo detuvieron arbitrariamente y le causaron lesiones,
mediante procedimientos de tortura, entre éstos, le colocaron una toalla en la cara, le
echaron agua, sintiendo que se ahogaba y que hubo un momento en que le colocaron en
sus genitales un tubo sintiendo toques eléctricos; luego de dos horas de permanecer en
instalaciones militares lo pusieron a disposición del agente del Ministerio Público de la
Federación, donde se le inició una averiguación previa bajo el argumento de que poseía
4 armas de diversos calibres más una que llevaba fajada al cuerpo, 8 cargadores y
cartuchos394.
Al día siguiente, mediante acuerdo emitido por el agente del Ministerio Público
de la Federación, se le concedió la libertad provisional bajo caución, en virtud de que
los delitos que se le atribuyeron no se encuentran considerados como graves, además de
que para la CNDH “dicha [acusación] que proporcionó personal de la Secretaría de la
Defensa Nacional no se encuentra sustentada con ningún elemento de convicción o
evidencia, que permita tenerla por cierta”395.
En consecuencia, el organismo le recomienda al General Secretario de la
Defensa Nacional que se indemnice y reparen los daños causados en favor del señor
Antonio Paniagua Esquivel; se dé vista al agente del Ministerio Público Militar a fin de
que se inicie la averiguación previa correspondiente en contra del personal militar que
intervino en los hechos; y que los elementos militares del Ejército Mexicano sean
capacitados para que toda diligencia o actuación se practique con apego a la legalidad y

393
Ibid., pp. 678-684.
394
Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México: Recomendación 033/2008 sobre el caso del señor
Antonio Paniagua Esquivel, en el municipio de Tanhuato, en el estado de Michoacán al General Secretario
de la Defensa Nacional Guillermo Galván Galván, D. F., 11 de julio de 2008, pp. 5-16.
395
Ibid., p. 8.
respeto a los Derechos Humanos, se garantice el respeto a la vida y a la integridad y
seguridad personal, no se incurra en tortura, trato cruel y/o degradante396.

Como podemos apreciar en los tres casos no se trata sólo de crímenes contra
personas sino también de una actitud tendiente a encubrirlos. Asimismo, observamos
que el Presidente de la CNDH recomienda se de visita a la PGJM a pesar de que la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha reiterado en diversos fallos que “en un Estado
democrático de Derecho la jurisdicción penal militar ha de tener un alcance restrictivo y
excepcional y estar encaminada a la protección de intereses jurídicos especiales,
vinculados con las funciones que la ley asigna a las fuerzas militares”397.
Por otra parte, cabe cuestionar que este organismo intenta explicar -como se
deduce de las recomendaciones- los delitos cometidos por los militares por una ausencia
de capacitación en materia de Derechos Humanos o trato que deben dar a las mujeres.
De este modo, pasa por alto la raíz de los abusos la cual se ancla en la utilización de las
Fuerzas Armadas para una tarea para la cual no están preparadas. En este sentido, las
recomendaciones sólo son observaciones que pueden ser o no acatadas por la persona a
quien van dirigidas pero no intentan que estos hechos no se reiteren.
A continuación se desarrollarán los efectos que produce que la PGJM atraiga
casos en los que se violan los derechos fundamentales de civiles.

4.2 La injerencia de la “Justicia” Militar


En el reciente informe denominado ¿Comandante supremo? La ausencia de
control civil sobre las Fuerzas Armadas al inicio del sexenio de Felipe Calderón, se
afirma que muchas veces la SEDENA no da una versión detallada de los sucesos, en
especial en los casos donde ocurrió una seria violación a los Derechos Humanos y la
cobertura mediática fue inminente. Así, la difusión de esta primera versión desinforma y
produce rumores, con los cuales se pretende indiciar a las víctimas. Ante esta situación
ha sido relevante el papel de las comisiones estatales de Derechos Humanos al aclarar
los hechos. Sin embargo, al atraer estos casos la Justicia Militar, el afirma Centro de
Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez” que:

396
Ibid., p. 7.
397
Corte Interamericana de Derechos Humanos: Caso Durand y Ugarte vs. Perú, Sentencia de Fondo, 16 de
agosto de 2000.
“Lo que sigue entonces es el inicio de un proceso con desenlace
anunciado: los hechos son investigados por la Procuraduría General de Justicia
Militar y consignados, cuando eso ocurre, ante un juez castrense. Nada se
informa a los familiares de las víctimas y poco se informa a la opinión pública.
Cuando la cobertura mediática ha disminuido, la Sedena puede llegar a proponer
a los afectados convenios extrajudiciales de indemnización que no reparan
integralmente el daño; después de meses, en algunos casos, algún organismo
público de protección a los Derechos Humanos emite una recomendación; y,
finalmente, los casos son olvidados sin que se tenga alguna noticia sobre su
esclarecimiento. El ciclo se cierra cuando un nuevo caso es denunciado, lo que
evidencia que no existen medidas de no repetición frente a los abusos
militares”398.

Es justamente el hecho de no poder someter a los militares a la justicia civil lo


que agrava aún más el empleo de las Fuerzas Armadas en tareas para las cuales no han
sido diseñadas institucionalmente. Si bien la Constitución de los Estados Unidos
Mexicanos establece en su artículo 13 que “subsiste el fuero de guerra para los delitos y
faltas contra la disciplina militar; pero los tribunales militares en ningún caso y por
ningún motivo, podrán extender su jurisdicción sobre personas que no pertenezcan al
Ejército. Cuando en un delito o falta del orden militar estuviese complicado un paisano,
conocerá del caso la autoridad civil que corresponda”, en la práctica, la justicia militar
se ha extendido más allá de las “faltas contra la disciplina militar”399.
Esto ha sido justificado en el artículo 57 del Código de Justicia Militar –
jurídicamente inferior a la Carta Magna- que establece que “son delitos contra la
disciplina militar: I.- Los especificados en el Libro Segundo de este Código; II.- Los del
orden común o federal, cuando en su comisión haya concurrido cualquiera de las
circunstancias que enseguida se expresan: a).- Que fueren cometidos por militares en los
momentos de estar en servicio o con motivo de actos del mismo. [...]”400. De este modo,
la normativa admite que cualquier delito perpetrado por militares, sin contar cuál es el
bien afectado, sea investigado por la PGJM y juzgado por los tribunales castrenses. En la

398
Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez” (2009); Op. Cit., p. 27.
399
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917); Op. Cit.
400
Código de Justicia Militar, en Diario Oficial de la Federación, 31 de agosto de 1933.
práctica, entonces, lo que vale es que la persona a la que se le imputa el delito sea
militar en activo401.
La aplicación del fuero militar no ofrece a las víctimas ni independencia, ni
imparcialidad así como tampoco garantías mínimas de todo sistema acusatorio. Esto
ocurre en México a pesar de sus obligaciones contraídas en materia de tratados
internacionales como la “Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
(artículo XVIII) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 8), en los
que se establece el derecho a una justicia ordinaria impartida por jueces competentes
independientes e imparciales, independientemente del derecho a recurrir el fallo ante
un juez o tribunal superior”402.
En consecuencia, el país ha recibido en varias ocasiones recomendaciones por
parte de diversos organismos internacionales para remendar esta situación; por ejemplo,
en enero de 2002, en su informe el Relator Especial sobre la independencia de los
magistrados y abogados, Sr. Dato’Param Coomaraswamy aconsejó:

“En lo que respecta al Ejército y a los tribunales militares:


Investigar por cuenta de las autoridades civiles los delitos supuestamente cometidos
por militares contra civiles con objeto de disipar las sospechas de parcialidad. En
todo caso, debe modificarse la legislación actual a fin de permitir que el poder
judicial civil instruya los procedimientos relativos a los delitos específicos de índole
grave, como la tortura y los homicidios presuntamente cometidos por militares
contra civiles al margen de sus funciones. Debe examinarse urgentemente la
posibilidad de retirar a los militares la responsabilidad de velar por el mantenimiento
del orden público (...)”403.

401
Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez”, A.C. (2009); Op. Cit., p. 53.
402
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para México (2003); Op.
Cit., p. 36. Una ilustración de esto es el proceso que atraviesa Félix Daniel Téllez Ortiz, quien fue
atropellado por un camión militar que circulaba a exceso de velocidad. El joven de 23 años entrenaba
ciclismo cuando el vehículo invadió el área de acotamiento donde transitaba el ciclista junto con varios
compañeros. Quedó parapléjico, con laceraciones faciales, múltiples lesiones y excoriaciones en el cuerpo.
Desde una silla de rueda se enfrenta al Ejército Mexicano en tribunales castrenses; “las audiencias tienen
lugar en la 37 Zona Militar (…), no se le permite ingresar ningún sistema de comunicación. Tampoco tiene
copia de sus declaraciones ni foja del expediente que integra la averiguación previa, que consulta en una
sala custodiada por militares, con sistemas de vigilancia por todas partes. En medio del blindaje, del
expediente han desaparecido pruebas clave para el juicio, denuncian los padres de Daniel. A más de dos
años del hecho, la Sedena argumenta que ‘el reglamento interno no permite indemnizar al lesionado porque
éste no trabaja para la secretaría’”. Pérez, Ana Lilia: “Ejército, sin control”, en Contralínea, 5 de abril de
2009.
403
Comisión de Derechos Humanos, Informe del Relator Especial sobre la independencia de los magistrados
y abogados, Sr. Dato’Param Coomaraswamy, presentado de conformidad con la resolución 2001/39, Adición,
Informe sobre la Misión cumplida en México, E/CN.4/2002/72/Add.1, 24 de enero de 2002.
Más recientemente, en su visita a México en febrero de 2008, la Alta Comisionada
de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Louise Arbour señaló que “las cortes
civiles mexicanas deberían tener jurisdicción de los actos del personal militar que
desempeña funciones encaminadas a hacer valer la ley”, y que “sería aconsejable
establecer disposiciones que castiguen las violaciones de Derechos Humanos perpetrados
por el personal militar”404.
También durante su estadía, advirtió sobre la utilización de las Fuerzas Armadas
en el combate al narcotráfico: “puede generar mayor violencia y provocar que civiles
inocentes salgan afectados o pierdan la vida, particularmente cuando los militares
utilizan la fuerza para confrontarse con grupos fuertemente armados, lo que lleva a
tipos letales de confrontación. Considero que la guerra contra las drogas, si es que
existe tal, o la guerra contra el crimen organizado, estas llamadas guerras tienen que
ganarse no en las calles, sino en los tribunales”, y reiteró que “la utilización de militares
en tareas civiles continúa siendo problemática y es fundamentalmente inapropiada por
su capacitación, filosofía, equipamiento y las perspectivas de hacer cumplir la ley”405.
Por su parte, la abogada para México de Human Right Watch, Tamara Taraciuk,
indica que “en el caso del Ejército mexicano hemos visto que las violaciones a Derechos
Humanos que son enviados al fuero militar, habitualmente ahí quedan, por eso uno de
los desafíos más importantes que tiene México es asegurar que los soldados cuando
cometen abusos rindan cuentas”406. En esta línea, México debe evitar que los casos de
abusos a los derechos fundamentales permanezcan en la impunidad407.
Asimismo, se configura como una situación grave el hecho de que se hayan
registrado amenazas a los periodistas por parte de elementos castrenses, quienes los
“han agredido verbalmente y encañonado para evitar que filmen las acciones”408.

404
“México: Arbour recomienda que cortes civiles tengan jurisdicción sobre militares”, en Centro de Noticias
de la ONU, 08 de febrero de 2008. Disponible en
http://www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?newsID=11607&criteria1=Mexico (visitado el
19/12/2008).
405
Ballinas, Víctor: “ONU: la justicia civil debe castigar abusos militares en lucha antinarco”, en La Jornada,
9 de febrero de 2008.
406
Jarquín Edgar, Soledad: “Un reto, que militares violadores de DH se remitan a ley civil”, en CIMAC
Noticias, 11 de noviembre de 2008.
407
Véase además el apartado “La ausencia de control civil: impunidad y justicia militar”, en Centro de
Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez”, A.C. (2009); Op. Cit., pp. 47-57, donde se demuestra cómo
ha afectado la intervención de la justicia militar en particular en dos casos de violaciones a los Derechos
Humanos y se esgrimen una serie de argumentos presentados a la Suprema Corte de Justicia de la Nación
para que atraiga el análisis del recurso de revisión que han interpuesto familiares de víctima de abusos
militares. También veáse varios artículos en CIMAC Noticias, http://www.cimacnoticias.com (visitado el
19/12/2008)
408
Cano, Luis Carlos: “Periodistas, bajo asedio de militares”, en El Universal, 6 de abril de 2008.
Reflejo de lo expuesto anteriormente son las posturas de altos mandos de las
Fuerzas Armadas, como el general de la Segunda Región Militar (Tijuana), Sergio Aponte
Polito, quien señaló que en la sociedad se han conformado tres grupos de cara a la
“lucha contra el narcotráfico”: uno activo –en el que se encontrarían quienes brindan
auxilio a la población, como la sociedad civil participante, el gobierno federal y el
Ejército-, otro apático –que está viendo lo que sucede, pero no hace absolutamente
nada- y uno más que ejerce la crítica negativa, en éste ubica a los que se “dedican a
criticar infundadamente provocando la desunión de los mexicanos, que es tan necesaria
para mantener la seguridad”, haciendo clara referencia a quienes realizan denuncias de
violaciones a los Derechos Humanos o comentan sobre la inconstitucionalidad de los
retenes409.
Otra voz en este sentido fue la del general Jorge Suárez Loera, a cargo del
Operativo Conjunto Chihuahua (iniciado en marzo de 2008), al afirmar que los
organismos de Derechos Humanos hacen recomendaciones omitiendo las circunstancias
en que se combate al crimen organizado e ironizando dijo “por qué no les mandan
recomendaciones a los narcotraficantes”. Asimismo, ante la muerte de 14 civiles en un
enfrentamiento entre militares y sicarios, aseveró: “hay 14 delincuentes menos”410.
Incluso más serio es que “el titular del área de Derechos Humanos de la
Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Jaime Antonio López Portillo, consideró que
frente a 45 mil soldados que diariamente combaten al crimen organizado en México, las
671 recomendaciones hechas a la institución por violentar garantías ‘son aceptables’ en
términos numéricos”411.
En este contexto, no es casual que la imagen del Ejército como institución haya
tenido un gran deterioro. Por ejemplo, en abril de 2008 poco después de iniciarse el
Operativo Conjunto en Ciudad Juárez (Chihuahua), El Diario -periódico local- publicó el
resultado de una encuesta en el que se incluían los porcentajes de confianza de los
fronterizos sobre 13 instituciones: el Ejército se hallaba en primer lugar con 76,5%;
409
Moncada, Erich: “La guerra perdida de Felipe Calderón”, en The Narco News Bulletin, 19 de febrero de
2008.
410
Breach, Miroslava; Villalpando, Rubén; Heras, Antonio; Diego, Martín; Gutiérrez, Ulises; Ramón, René y
Ocampo, Sergio: “La CNDH debería hacer recomendaciones a los cárteles, dice general en Chihuahua”, en La
Jornada, 8 de abril de 2008.
411
Méndez, Enrique y Ballinas, Víctor: “ONG: no hay niveles aceptables cuando se trata de violaciones a
Derechos Humanos”, en La Jornada, 24 de febrero de 2009. La Dirección General de Derechos Humanos de
la Secretaría de la Defensa Nacional se institucionalizó el 1 de enero de 2008, y según Jorge Luis Sierra, su
creación es “un reconocimiento tácito de que los militares, ocupados en mantener la seguridad pública,
están paradójicamente bajo el riesgo constante de violar las garantías individuales y los Derechos Humanos
de los mexicanos”. Sierra, Jorge Luis: “El Ejército y los Derechos Humanos”, en El Universal, 4 de enero de
2008.
seguido por la Iglesia con el 71,6%; los medios de comunicación con el 55,6% y las
universidades con el 54%. Meses más tarde, la Iglesia se posicionó como la institución en
la que más confían los juarenses, con 57,9%; las universidades en segundo con 53,8%; los
medios de comunicación en tercero (42,6 %); y hasta el cuarto lugar bajó el Ejército, con
el 34,2%412.
En síntesis, por lo referido hasta aquí, resulta comprensible que las
organizaciones de la sociedad civil mexicana hayan sugerido que las violaciones de
Derechos Humanos están siendo cobijadas por la nueva política de seguridad pública en
México413.
Por otra parte, hay varios intelectuales que afirman que las Fuerzas Armadas al
tiempo que enfrentan al narcotráfico también combaten a la guerrilla. Según Piñeyro,
“aunque no haya noticias de que esté sucediendo; a diferencia de los encuentros de
efectivos militares con sicarios del narcotráfico, que son muy publicitados, no hay
noticias de lo que se hace contra los comandos guerrilleros”414.
En esto coincide Jorge Luis Sierra para quien el Ejército ha integrado las
operaciones antinarcóticos con la contrainsurgencia, en otras palabras, la inteligencia
militar montada para seguir los pasos de los narcotraficantes también se ha utilizado
para monitorear la actividad de sacerdotes, organizaciones ecologistas y organismos no
gubernamentales de Derechos Humanos415.

412
“Reprueban dos de cada tres juarenses Operación Conjunta Chihuahua”, en El Diario, 23 de junio de 2008.
Situación similar se da en Ojinaga (Chihuahua), donde los habitantes que se sintieron aliviados cuando en
marzo de 2008 unos 400 soldados llegaron para poner fin a una ola de violencia relacionada con el
narcotráfico, hoy están pidiendo auxilio ante los abusos de los militares. Muchos pobladores acusan a los
soldados de saquear viviendas sin órdenes de cateo y de torturar a la gente. Así, la aprobación de la
presencia militar en la ciudad ha descendido de un 65% a un 18. “Acusan a tropas antidrogas de cometer
abusos”, por Associated Press, 26 de julio de 2008. Por otra parte, en Chihuahua un grupo de mujeres se ha
organizado para problematizar la militarización, afirman que “es desesperante, en Chihuahua hay que
cuidarse tanto de la organización del narcotráfico, como de la organización policíaca y la organización
militar”; y afirman que “es un estado de incertidumbre y de inseguridad tan terrible que en ocasiones no te
atreves ni a salir a la calle y esos es muy grave ya que no podemos dejar de utilizar nuestros espacios
públicos, a lo que tenemos derecho. Pero, ¿cómo recuperar las calles si están llenas de Ejército?”. Torres
Ruiz, Gladis: “Mujeres de Chihuahua se organizan para enfrentar militarización”, en CIMAC Noticias, 26 de
marzo de 2009.
413
Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez, Centro de Derechos Humanos Francisco de Vitoria O.P.,
Asistencia Legal para los Derechos Humanos; Centro Nacional de Comunicación Social y la Red Nacional de
Organismos Civiles de Derechos Humanos/Center for Justice and International Law: Informe sobre el
Impacto de las Políticas Públicas en México, presentado en el 133° periodo de audiencias de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos, Washington DC.,
noviembre de 2008.
414
Camacho, Zósimo y Tinoco, Yenise: “Narcotráfico, desestabilización y guerra perdida”, en Contralínea,
año 7, no. 106, 2a quincena julio 2008.
415
Sierra, Jorge Luis (2008); Op. Cit. Cita el ejemplo de la Orden General de Operaciones FTA 2000 del 33
Batallón de Infantería del Ejército, del 21 de febrero de 2000, que dictamina que “los comandantes de
agrupamiento adoptarán las medidas necesarias a fin de recabar información sobre la existencia de grupos
armados, actividades subversivas, presencia injustificada de extranjeros, organizaciones, proselitismo de
Guillermo Garduño, especialista en cuerpos armados, aclara que sería una
“torpeza” del gobierno el uso de las Fuerzas Armadas para lidiar por igual con grupos del
narcotráfico, guerrilleros y movimientos sociales. Lo que el sociólogo Piñeyro completa:
“un grupo guerrillero cuenta con dos elementos importantes a su favor: posee una
ideología, criticable o no, pero tiene un planteamiento de una promesa social; y el otro
elemento es que tiene el apoyo de población, hay un grupo de civiles que lo ayuda y le
permite reproducirse. Por eso no se puede combatir de la misma manera a
narcotraficantes y guerrilleros. Incluso la estrategia cambia de una guerrilla a otra”416.
Esto es grave porque el aumento de la militarización de los conflictos sociales
oscurecería aún más el panorama en materia de Derechos Humanos.

5. Reflexiones preliminares

En el presente capítulo se ha intentado demostrar el aumento cuantitativo y


cualitativo de la militarización de la seguridad pública durante la segunda
administración de alternancia partidaria. Como resultado de ello, es notorio el
incremento de las violaciones a los Derechos Humanos producto de la masiva presencia
activa de las Fuerzas Armadas en las calles. Se observa que las consecuencias negativas
de la militarización dejaron de ser un riesgo o una posibilidad para convertirse en una
diaria realidad en el país.
Sin dejar de lado que esto se desarrolla en el marco de una creciente
conflictividad social417, con un presidente que inició su mandato con escasa legitimidad y
que si bien las acciones castrenses colaboraron en lograr el respaldo de la ciudadanía,
las consecuencias intrínsecas de las mismas hoy corroen ese apoyo.
La puesta en escena de los militares así como el discurso impactante de
“combate frontal al narcotráfico”, han colocado a los mexicanos y mexicanas en un falaz
juego de suma cero en el cual deben optar entre permitir que delincuentes violentos les
arrebaten su seguridad, o acceder a que procedimientos y leyes estatales confisquen sus
derechos y libertades418.

sacerdotes o líderes de sectas religiosas, grupos ecologistas, propaganda política, presencia y actividades de
bandas de delincuentes, debiendo dar parte a este CG 5/a ZM (cuartel general de la Quinta Zona Militar) los
día sábado de cada semana”. Esta zona militar se ubica en Chihuahua, uno de los estados con prominente
actividad vinculada al tráfico de estupefacientes.
416
Camacho, Zósimo y Tinoco, Yenise (2008); Op. Cit.
417
“De 2006 al primer semestre de 2008 se registraron 2 mil conflictos sociales en México”. Martínez, Alba:
“Movimientos sociales en aumento”, en Contralínea, 5 de abril de 2009.
418
Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (2008b); Op. Cit.
Pero la dicotomía es falsa. La seguridad es un elemento fundacional del Estado,
esencial para el goce de los derechos ciudadanos. Por ende, el derecho a la seguridad
debe ser real y posible para toda la ciudadanía. “El ejercicio de la fuerza legítima para
la protección y el mantenimiento del orden legal en una democracia, no es un acto de
represión estatal, sino una dimensión necesaria e ineludible de las funciones del Estado,
pero que tiene que ser correspondiente con la promoción y protección de los Derechos
Humanos”419.
Sin embargo, en este contexto militarizado las violaciones a los derechos
continuarán y muy posiblemente aumenten, ya que como se viene insistiendo desde el
inicio del presente trabajo las Fuerzas Armadas están entrenadas para eliminar un
enemigo externo, no para realizar tareas que generalmente requieren de otras
habilidades; en los retenes se deja a la libre subjetividad de los soldados la revisión de
autos y personas, y desde esta óptica a cualquiera se le pueden imputar vínculos con la
delincuencia organizada420.
Esto último, es particularmente grave ya que ante la agudización de la crisis de
seguridad pública que México atravesó en 2008 -misma que incluyó el secuestro y
asesinato de un joven de 14 años hijo de un empresario y un “accidente” en la avioneta
en que viajaban el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y uno de los
hombre más importantes en materia de inteligencia contra el narcotráfico, José Luis
Santiago Vasconcelos, subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales de la SIEDO
(Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada)- se
aprobaron una serie de reformas constitucionales, que si bien plasmaron algunas
cuestiones positivas crearon un “subsistema de excepción para las personas acusadas de
pertenecer a la delincuencia organizada, que restringe los derechos procesales y que se
aplica desde la investigación de los hechos”421.
Entonces, podemos concluir que durante la segunda administración de
alternancia partidaria hay una tendencia clara a reforzar los elementos punitivos y
represivos del Estado mediante el despliegue de los militares en las calles y con
normativas tendientes a recortar la extensión de los derechos fundamentales, asimismo
estos dos ingredientes se vienen a sumar y combinar a un antigua práctica de los agentes
policiales: el uso excesivo de la fuerza; todo lo cual repercute en el pleno disfrute de los

419
Maya Solís, Brisa (2009); Op. Cit., p. 77.
420
Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (2008c); Op. Cit.
421
Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (2008); Op. Cit., p. 22.
derechos de los mexicanos. Este debilitamiento de los pilares de la democracia ha sido
en función de garantizar la seguridad pública lo cual no se ha logrado, por tanto,
podemos afirmar que las políticas federales en este ámbito han fracasado.
Capítulo 4: “La dimensión externa de la militarización de la
seguridad”

Las relaciones entre México y Estados Unidos vigentes prácticamente desde que
ambas naciones existen, han estado signadas por la desconfianza. Este sentimiento se
hizo patente en el caso de México luego de la pérdida, en manos del expansionista
vecino del norte, de dos millones de kilómetros cuadrados que integran los actuales
estados de Texas, Nuevo México, Arizona y California. Por el lado de Estados Unidos, los
recelos hacia el colindante país del sur provienen de sus instituciones, de su gobierno y
de su estructura social, además de destacar la ineficacia, la corrupción y la incapacidad
de retener a la población422.
Esta percepción se diluyó durante la dictadura de Porfirio Díaz, entre 1880 y 1890,
ya que este régimen permitió a los estadounidenses hacer muy buenos negocios en el
territorio mexicano. Los vínculos se tensaron con los revolucionarios, y recién en 1923
Washington reconoce al nuevo gobierno a condición de que las propiedades de sus
ciudadanos –en especial las relacionadas con el petróleo- no fueran afectadas. Por ello,
hubo fricciones en 1938 cuando Lázaro Cárdenas nacionalizó el petróleo; sin embargo el
advenimiento de la Segunda Guerra Mundial las transformó en “cooperación estratégica”.
De ahí en adelante, las autoridades de ambos países “fueron pragmáticas; siempre
mantuvieron negociaciones bajo la mesa”, aunque no faltaron discrepancias
provenientes de los sucesos internos y externos423.
Las relaciones mejoraron a partir del gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-
1994) que llevó adelante los programas de ajuste estructural, los paquetes de
privatización y desregulación característicos del neoliberalismo y que como corolario
logró firmar en 1992 el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA,
sigla de North American Free Trade Agreement) con Estados Unidos, al que se suma
Canadá424.

422
Benítez Manaut, Raúl (2006); Op. Cit., pp. 140-142.
423
Ibid.
424
Canadá ya había firmado en 1987 un tratado de libre comercio con Estados Unidos, que había sido
propuesto por este país ante los lentos avances de la última ronda de negociaciones del Acuerdo General
sobre Comercio e Impuestos en Uruguay. Por su parte, el TLCAN sirvió a Estados Unidos para marcar los
contenidos del nuevo organismo de comercio –la Organización Mundial del Comercio-: disminución tarifaria,
apertura a la inversión extranjera, definición de reglas de propiedad intelectual, esquema de resolución de
disputas, la inclusión de las compras gubernamentales, etc. Ramírez Domínguez, Kenneth: “Nuevo
regionalismo, cooperación energética y el desarrollo de una estrategia energética global: hacia una política
de transición”, Memoria para optar al grado de doctor, Madrid, diciembre de 2006, p. 397.
1. Los cambios en la seguridad y en la relación con Estados Unidos luego del
11 de septiembre de 2001

Los triunfos de Vicente Fox y de George Bush en 2000 hicieron prever excelentes
vínculos, dada la afinidad ideológica entre ambos. Esto parecían demostrar los hechos:
el primer viaje internacional del nuevo mandatario estadounidense fue precisamente a
México, al rancho de Vicente Fox en Guanajuato; era la primera vez en la historia de
Estados Unidos que un presidente iba a México en su primer viaje internacional, ya que
por lo general se hacía a Canadá o Gran Bretaña. En correspondencia, Fox sería el
primer mandatario extranjero en hacer una visita oficial a Bush425.
A la reunión en Washington, a principios de septiembre de 2001, el presidente
mexicano fue con tres firmes propuestas hacia su par: la eliminación del proceso de
certificación antinarcóticos y la creación de mecanismos multilaterales que sustituyeran
esta acción sujeta sólo a las consideraciones estadounidenses; la firma de un acuerdo
migratorio integral -conocido como “la enchilada completa”- que debía incluir desde una
gestión compartida de la vigilancia y la seguridad de la frontera, regularización de más
de tres millones de mexicanos en un corto plazo, cuestiones de documentación y
amnistía, así como un capítulo sobre los derechos de los inmigrantes mexicanos426; y, la
idea de profundizar la integración a partir de un TLCAN-plus que incluía temas tales
como energía, seguridad, administración fronteriza y migración, lo cual también fue
ofrecido a Canadá427.
El proceso de certificación fue multilateralizado en 2002 en el seno de la OEA y a
la propuesta del TLCAN-plus se respondió, tanto por el presidente de Estados Unidos
como por el Primer Ministro de Canadá, que iba a ser estudiada, o sea,

425
“La élite gubernamental y económica estadounidense celebraba el triunfo, por la vía democrática, de un
conservador en México. Consideraba que la llegada del [panista] garantizaría la protección de sus intereses
vitales en el territorio mexicano”. Velázquez Flores, Rafael y Schiavon, Jorge A.: “El 11 de septiembre y la
relación México - Estados Unidos: ¿Hacia la securitización de la agenda?”, en Enfoques, año VI, no. 8, primer
semestre de 2008, pp. 63-66.
426
“A cambio de que Estados Unidos dejara entrar a más mexicanos, México ‘sellaría’ su frontera sur, para
detener y deportar a migrantes de otras latitudes, en especial a los centroamericanos, cuya presencia en
Estados Unidos se había disparado en años recientes (…). De hecho este paso se dio con el Plan Sur, iniciado
en julio de 2001, mediante la militarización por parte de México de su frontera con Guatemala y Belice, y
del estrecho Istmo de Tehuantepec. Fox había pedido un tratamiento especial y privilegiado para los
mexicanos, a cambio de ‘cazar’ migrantes de otros países antes de que pudieran acercarse a Estados Unidos.
La medida tuvo el efecto de ‘correr’ la frontera sur de Estados Unidos al sur de México”. Pickard, Miguel:
“El TLCAN Plus también llamado ASPAN (Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte): El
futuro que las elites preven para México, Canadá y Estados Unidos”, parte I/II, en CIEPAC (Centro de
Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria): Chiapas al Día, no.470, San Cristóbal de las
Casas, 20 de julio de 2005.
427
Ibid. Benítez Manaut, Raúl (2006); Op. Cit.
diplomáticamente no la apoyaron en ese momento. Por su parte, las proposiciones
acerca de la migración fueron rotundamente dejadas de lado una semana después de la
visita de Fox, producto de los sucesos del 11 de septiembre.
Esos hechos, que resultaron del ataque perpetrado a los edificios conocidos como
Torres Gemelas ubicado en Nueva York por fundamentalistas islámicos, trastocaron la
seguridad internacional, y, como veremos, modificaron particularmente las relaciones
entre México y Estados Unidos. A partir de entonces, ocurrió lo que los autores
denominan securitización de la agenda de la primera potencia mundial, es decir, la
definición de los problemas de índole social-político-económicos como amenazas a la
seguridad nacional de este país o, dicho en otras palabras, “propensión en la política
exterior actual de Estados Unidos de ver todo a través del lente del terrorismo”428.
Esta tendencia, como desarrollaremos a continuación, se da también en el
ámbito interno del país a través de cambios en la legislación, entre los que se destaca la
Patriotic Act (Ley Patriota), e institucionales como la creación del Homeland Security
Department (Departamento de Seguridad de la Patria) y el NorthCom (Comando Norte),
que a su vez impactan en los limítrofes Canadá y México a partir de una redefinición de
la seguridad “norteamericana”.
A nivel trilateral –o por lo menos ya con el consentimiento de estos países- la
búsqueda de la seguridad impulsa la firma de los acuerdos de “fronteras inteligentes”
(smart borders), que en su versión mexicana se conocerán como el “Plan de Acción para
la Cooperación sobre Seguridad Fronteriza” y, posteriormente, se materializaría la
ASPAN (Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte).

428
Chillier, Gaston y Freeman, Laurie (2005); Op. Cit., p. 2. Además de estos autores utilizan el término
securitización Velázquez Flores, Rafael y Schiavon, Jorge A (2008); Op. Cit.; Lahoud, Gustavo y Rodríguez,
Emilio: “Origen y Evolución de la Agenda de Seguridad Hemisférica”, en ALAI (América Latina en
Movimiento), 11 de agosto de 2005. Disponible en http://alainet.org/active/8950; Fuentes, Claudio y Rojas
Aravena, Francisco: “El patio trasero. Estados Unidos y América Latina pos-Irak”, en Nueva Sociedad, no.
185, pp. 64-82; Zúñiga, Liza: “Defensa y Seguridad: ¿Militares o Policías?”, en Serie Documentos
Electrónicos no. 3, Programa Seguridad y Ciudadanía, FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales), Santiago de Chile, junio de 2007; Hirst, Mónica: "Los claroscuros de la seguridad regional en las
Américas", en Nueva Sociedad, no. 185, mayo-junio de 2003, pp. 83-101; Dammert, Lucía y Zúñiga, Liza
(edit): “Seguridad y violencia: desafíos para la ciudadanía”, FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales), Santiago, 2007. Solís Rivera, Luis Guillermo (Coord): “Pandillas Juveniles y Gobernabilidad
Democrática en América Latina y el Caribe”, FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), San
José de Costa Rica, abril de 2007.
1.1 La ley patriota y la expansión del Estado Policial429

La Ley Patriota Estadounidense (U.S.A. P.A.T.R.I.O.T. Act, acrónimo de Uniting


and Strengthening America by Providing Appropriate Tools Required to Intercept and
Obstruct Terrorism) fue firmada por el Presidente George W. Bush –y aprobada por
ambas Cámaras, en un clima signado por el envío de “cartas con el virus del ántrax”- el
26 de octubre de 2001 430 . La misma extiende los poderes de policía del Estado al
permitir, en pos de la guerra al terrorismo y en defensa de la libertad y la democracia,
a los aparatos de inteligencia la posibilidad de intervenir teléfonos y leer correos
electrónicos, detener y mantener incomunicados hasta siete días a los extranjeros
sospechosos, asimismo suspende el derecho de habeas corpus y otros procedimientos
elementales de protección contra arbitrariedades policiales431.
Esta ley fue complementada, en los escenarios externos en los que se involucraba
el país, con otras medidas como el establecimiento de juicios sumarios, a puerta cerrada,
con jurados militares, sin reglas procesales fijas, con un nivel flexible de pruebas y
abogados no elegidos por los acusados, que pueden imponer penas de muerte, sin
posibilidad de revisión por tribunales civiles. A raíz de esto, Estados Unidos genera una
nueva categoría “illegal enemy combatants” (prisioneros de combate) para esquivar el
derecho de guerra tipificado en las Convenciones de Ginebra432.
Por otra parte, por medio de decretos presidenciales especiales -conocidos como
“signing statements (notas del presidente que condicionan su firma dirigidas al vasto
aparato burocrático, incluida la comunidad de inteligencia)-, el Ejecutivo se arroga la
facultad de anular cualquier ley sin recurrir al veto, lo que conllevaría el riesgo de que
el Legislativo pueda insistir” 433. De esta forma, por ejemplo, “el 30 de diciembre de
2005, una ley del Congreso estipuló que ‘los estadounidenses encargados de
interrogatorios no pueden torturar a los prisioneros o someterlos a tratos crueles,
429
La especialista Sofía Tiscornia define al “Estado policial” como “poder coactivo en la administración”. Y
agrega: “en su origen, este poder administrativo coactivo es una técnica de gobierno. Como tal, prefiere
antes que el uso de la fuerza explícito, obligar al encauzamiento de conductas, domesticar las relaciones
entre los hombres, ‘civilizar’ las costumbres públicas y privadas”. Tiscornia, Sofía: “Entre el imperio del
¿Estado de policía’ y los límites del derecho”, en Nueva Sociedad, no. 191, mayo-junio de 2004, p. 81.
430
Uniting and Strengthening America by Providing Appropriate Tools Required to Intercept and Obstruct
Terrorism act of 2001, public law 107-56, october 26, 2001. U.S. printing office, Washington, D.C. En
español: Uniendo y Fortaleciendo a America al Proveer las Herramientas Apropiadas y Requeridas para
Interceptar y Obstruir el Terrorismo.
431
Saxe-Fernández, John: “Globalización del terror y guerra”, en Derechos Humanos. Órgano Informativo de
la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, no. 68, julio-agosto de 2004.
432
Saxe-Fernández, John: “Estado de excepción en ‘América del Norte’: apuntes preliminares”, en OSAL
(Observatorio Social de América Latina), año VII, no. 21, septiembre-diciembre de 2006.
433
Saxe-Fernández, John: “México-Estados Unidos: seguridad y colonialidad energética”, en Nueva Sociedad,
no. 204., julio-agosto de 2006, p. 193.
inhumanos y degradantes’. Pero Bush firmó un signing statement que dice: ‘El
presidente, como comandante en jefe, puede dejar sin efecto la prohibición de torturar
y decidir que el uso de técnicas de interrogación fuertes ayudan a evitar ataques
terroristas’”434.
Todo esto ha llevado a hablar a distintos académicos de un virtual “Estado de
excepción”, tipificándose la cárcel en la base estadounidense de Guantánamo en Cuba
como paradigma de esta ruptura del orden jurídico internacional435.
Con distinta intensidad, esta ley se fue reproduciendo en varios países del mundo
en forma de “leyes antiterroristas”, a pesar que, como afirma Rojas Aravena, “en
relación con el terrorismo […], más que una amenaza efectivamente percibida, suele ser
una declaración de los países de la región [de América Latina y el Caribe] de cara a los
requerimientos de Estados Unidos”436.

1.2 El Departamento de de Seguridad de la Patria y el Comando Norte


El United States Department of Homeland Security, (Departamento de Seguridad
de la Patria o de Seguridad Interior de Estados Unidos) fue instituido el 19 de noviembre
de 2002437. Tiene como fin prevenir ataques terroristas al interior del país; reducir la
vulnerabilidad de Estados Unidos proveniente del terrorismo y; minimizar los daños y
reconstruirlos cuando éstos ocurran438.

434
Savage, Charlie: “President Cites Powers of his Office”, en The Boston Globe, 20 de abril de 2006.
435
Saxe-Fernández, John (2006); Op. Cit.. Claudio Albertani cita la definición de Estado de Excepción de
Giorgio Agamben: “franja de indeterminación en donde se esfuman las diferencias tradicionales entre
democracia, absolutismo y dictadura; la grieta por la que se desliza la barbarie. Lejos de desaparecer con la
derrota de los totalitarismos clásicos, el estado de excepción se insinúa a finales del siglo XX como
paradigma de poder, llegando hoy a su máxima expansión planetaria. En todas partes, la violencia
gubernamental puede al fin ignorar el derecho internacional y sus aspectos normativos en una total
impunidad”. Albertani, Claudio: “El regreso de los bárbaros”, en Rebelión, 5 de septiembre de 2007.
También veáse Ceceña, Ana Esther: “La guerra como razón del mundo que queremos transformar”, en
Reforma ou revolução, Expressão Popular, São Paulo, 2004, pp. 19-38.
436
Rojas Aravena, Francisco: “El riesgo de la superposición entre las políticas de defensa y seguridad”, en
Nueva Sociedad, no. 213, enero-febrero de 2008, p. 213.
437
“For the first time since the Civil War of the 1860s domestic security is viewed as a priority in its own
right and not as a facet of national security policies directed abroad. This new perception lies behind the
concept ‘Seguridad de la Patria’. That is, domestic security means protecting the lives and property of U.S.
citizens on their home territory”. [“Por primera vez desde la Guerra Civil de 1860 la seguridad doméstica es
vista como una prioridad en sí misma y no como una parte de la política de seguridad nacional externa. Esta
nueva percepción responde al concepto ‘Seguridad de la Patria’. Es decir, seguridad doméstica significa
proteger las vidas y propiedad de los ciudadanos estadounidenses en su propio territorio”]. Bailey, John:
“Seguridad de la Patria” en los EEUU: la “Quinta Canasta” y la posible negociación", 13 de mayo de 2002.
Disponible en usmex.ucsd.edu/research/justice_pdfs/bailey_seguridaddelapatria.pdf (visitado el
23/12/2008).
438
House of Representatives. An Act to establish the Department of Homeland Security, and for other
purposes. 5005, Amendment, 107th Congress 2nd Session, Washington, november 19, 2002.
Si bien el párrafo 1 de la sección 2 define que “los términos American Homeland
y Homeland se refieren a los Estados Unidos”, y más específicamente a “[…] cualquier
Estado de los Estados Unidos, el Distrito de Columbia, la Commonwealth de Puerto Rico,
las Islas Vírgenes, Guam, Samoa Americana, la Commonwealth del norte de las Islas
Marianas, cualquier posesión de los Estados Unidos y todas las aguas dentro de la
jurisdicción de los Estados Unidos”, su espacio de acción se extiende a México y
Canadá439.
En otras palabras, el “perímetro de seguridad de Estados Unidos” se amplía hasta
la soberanía de los países limítrofes440. Esta cuestión se definió más claramente con la
creación del NorthCom (Comando Norte).
Si bien antes del 11 de septiembre el gobierno de Estados Unidos tenía casi todo
el mundo dividido militarmente, Norteamérica estaba exenta de un comando –quizás
porque antes de esta fecha no hubiera conseguido que el Congreso y la opinión pública
interna aprobaran la creación de este tipo de estructuras que realizan “operaciones
encubiertas”441-. A través de éstos, las Fuerzas Armadas estadounidenses tienen alcance
en todo el mundo: con el Comando Sur (USSOUTHCOM) que se ocupa de América Central,
casi todo el Caribe y América del Sur hasta el casco polar; el Comando Europeo
(USEUCOM) que cubre Europa, Rusia, Groenlandia, el Polo Norte y la parte occidental de
África; el Comando Central (USCENTCOM) que comprende el Medio Oriente, la parte

439
Ibid.
440
“(…) Defensive perimeter refers to extensive U.S. cooperation with Canada and Mexico with respect to a
broad range of issues. These include defense, foreign policy, and intelligence sharing, including intelligence
about international travellers (e.g., registers of international airline passengers) and about financial
transactions. They also include cooperation with respect to police and law enforcement (…)”. [(…)
Perímetro defensivo refiere a una extensa cooperación estadounidense con Canadá y México con respecto a
un amplio rango de cuestiones. Éstas incluyen defensa, política exterior y compartir inteligencia, incluso
información sobre viajeros internacionales (por ejemplo, registro de los pasajeros de vuelos internacionales)
y transacciones financieras. Además incluye cooperación vinculada a la policía y la aplicación de la ley (…)].
Bailey, John (2002); Op. Cit. “Estados Unidos está desarrollando una especie de “Perímetro de Seguridad”,
basado en círculos concéntricos (…). En este caso, Estados Unidos define sus círculos de seguridad de la
siguiente manera: sus fronteras inmediatas conforman el primer círculo interno. Negociando algunas
concesiones en el trato a los países vecinos, ha venido intentando desarrollar un segundo cerco externo de
seguridad alrededor de América del Norte (en la Frontera sur de México, con Belice y Guatemala), y en
adición, un tercer cerco se conforma con las medidas adoptadas con otros países como Europa y el resto del
Continente Americano (básicamente son acuerdos vinculados a seguridad de la aviación y el transporte
marítimo)”. Benítez Manaut, Raúl y Hernández, Daniel: “Migración y Seguridad. Nueva clave en las
relaciones Estados Unidos, México, Centroamérica”, en Sepúlveda, Isidro (editor): Seguridad Humana y
nuevas políticas de defensa en Iberoamérica, Instituto Universitario General Gutierrez Mellado, Madrid, 2007,
pp. 270-271.
441
Veáse Wood, Darrin: “El Northcom, listo para realizar operaciones encubiertas en México”, en La Jornada,
20 de julio de 2007.
oriental de África y las repúblicas escindidas de la Unión Soviética; y el Comando
Pacífico (USPACOM) que se ocupa del Asia Pacífico y el Polo Sur442.
Sin embargo, estos acontecimientos transformaron la Doctrina de Seguridad
Nacional estadounidense y en el marco de ésta el Ejecutivo consideró la creación del
USNORTHCOM, en abril de 2002. El mismo, que no pasó a través de las Cámaras
legislativas y comenzó a operar a partir del 1º de octubre de ese año, tiene a su cargo la
defensa de la patria ante amenazas no convencionales443. Su área de proyección incluye
“a 49 de los 50 Estados del país –a excepción de Hawaii— y a países como Canadá,
México, Cuba, Bahamas y Puerto Rico, además de los mares contiguos a la zona”444. A
pesar de esto, según el entonces jefe del Estado Mayor general Richard B. Myers, las
Fuerzas Armadas mexicanas no quedan bajo las órdenes ni del Pentágono ni del
Departamento de Estado, sino que posibilitaran los vínculos “militar a militar” y harán
más eficiente la cooperación castrense (venta de equipo, entrenamiento y
financiamiento)445.
Este nuevo perímetro de seguridad –y la militarización de la frontera- se cerraron
aún más, como observaremos en el apartado siguiente, con los acuerdos para lograr
“fronteras inteligentes”.

1.3 Fronteras inteligentes (o el intento de frenar el éxodo mexicano)


El 22 de marzo de 2002, en el marco de una la Conferencia Internacional sobre la
Financiación para el Desarrollo de la ONU en Monterrey, los presidentes Vicente Fox y
George Bush firmaron un acuerdo sobre seguridad fronteriza, similar al que Estados
Uidos ya había firmado con Canadá el 12 diciembre de 2001. Es que a partir del 11 de
septiembre estadounidense, sus fronteras se convirtieron en una obsesión o más bien la
idea de que “terroristas” utilicen algún punto de los 3.122 kilómetros que comparte con
México como entrada446.

442
Ceceña, Ana Esther: “Militarización y resistencia”, en OSAL (Observatorio Social de América Latina), año
V, no. 15, septiembre-diciembre de 2004, pp. 37-38. Dada la creciente importancia estratégica del
continente, a inicios de 2008 entró en operaciones el Comando África. Wood, Darrin (2007); Op. Cit.
443
Sandoval Palacios, Juan Manuel: El área de libre comercio de las Américas (ALCA) y la nueva seguridad
regional hemisférica, Editorial Fundación Heinrich Böll, 5 de enero de 2004. Disponible en http://boell-
latinoamerica.org/ (visitado el 23/12/2008).
444
Arzt, Sigrid y De la Cuesta, Antonio (2008); Op. Cit., p. 47.
445
Fazio, Carlos: “Comando Norte”, en La Jornada, 22 de abril de 2002.
446
“(…) Entre los objetivos destacados como más importantes, está impedir que terroristas utilicen las
fronteras de México para ingresar a territorio estadounidense y todo ello, pese a que ninguno de los
terroristas supuestamente involucrados en los ataques del 11 de septiembre utilizó México como puente de
acceso”.
El “Plan de Acción para la Cooperación sobre Seguridad Fronteriza”, como
oficialmente se lo nombró, buscaba a través de 22 compromisos modernizar la
infraestructura aduanera para controlar el flujo de personas y mercaderías. Como
muestra la tabla a continuación, los convenios giraron entorno a tres grandes cuestiones
en la seguridad: infraestructura, tránsito de personas y de bienes447.

Figura XXI: Principales aspectos de los acuerdos sobre fronteras inteligentes: México-Estados
Unidos y Canadá-Estados Unidos

Acuerdo de 22 compromisos sobre fronteras Acuerdo de 30 compromisos sobre fronteras


inteligentes entre Estados Unidos y México inteligentes entre Canadá y Estados Unidos
Seguridad de la infraestructura Seguridad de la infraestructura
1. Planeación a largo plazo. 1. Sistemas de transportes inteligentes.
2. Mejora en el flujo de cuellos de botella 2. Protección de la infraestructura
fronterizos. crítica.
3. Protección a la infraestructura. 3. Seguridad en el transporte aéreo.
4. Armonización de los puntos de entrada 4. Integración fronteriza y equipos
a puertos. marítimos de vigilancia.
5. Exhibición de proyectos. 5. Coordinación para la aplicación
6. Cooperación en puntos de cruces conjunta de normas.
fronterizos. 6. Integración de servicios de
7. Financiamiento de proyectos inteligencia.
fronterizos. 7. Huellas digitales en puntos
migratorios.
8. Movimiento de deportados.
9. Legislación antiterrorista.
10. Congelamiento de activos de
terroristas.
11. Entrenamiento y simulacros
conjuntos.
Seguridad en el flujo de personas Seguridad en el flujo de personas
8. Viajeros con documentación 12. Identificadores biométricos.
previamente revisada. 13. Tarjetas de residencia permanente.
9. Información avanzada sobre pasajeros. 14. Sistema único de inspección
10. Viajes de negocios por el TLCAN. alternativa.
11. Fronteras seguras y disuasión de 15. Procesamiento de refugiados y
polleros∗. asilados.
12. Consulta respecto a la política de 16. Manejo de refugiados y asilados.
expedición de visas. 17. Coordinación de políticas de visas.
13. Entrenamiento conjunto. 18. Previa revisión de transporte aéreo.
14. Bases de datos conjuntas 19. Información avanzada sobre
15. Revisión de personas provenientes de pasajeros; registro de nombres de
terceros países. pasajeros.
20. Unidades conjuntas de análisis de
pasajeros.
21. Vigilancia de terminales de ferry.
22. Bases de datos sobre inmigración
compatibles.

Álvarez Béjar, Alejandro: “México en el siglo XXI ¿hacia una comunidad de Norteamérica?”, en Memoria,
México, no. 162, agosto de 2002.
447
“Anuncia Bush acuerdo ‘fronteras inteligentes’”, en La Jornada, 22 de marzo de 2002.
23. Oficiales de inmigración fuera del país
de origen.
24. Cooperación internacional.
Seguridad en el flujo de bienes Seguridad en el flujo de bienes
16. Cooperación entre los sectores privado 25. Armonización de procesos
y público. comerciales.
17. Intercambio electrónico de 26. Revisión fuera del área fronteriza.
información. 27. Provisión conjunta de servicios.
18. Seguridad en el transporte marítimo de 28. Datos sobre clientes.
bienes. 29. Consideración de contenedores en
19. Cooperación tecnológica. puertos.
20. Seguridad en redes ferroviarias. 30. Mejoramiento de la infraestructura.
21. Combate al fraude.
22. Intercepción de contrabando.

Fuente: Benítez Manaut, Raúl/ Rodríguez Ulloa, Carlos: “Seguridad y fronteras en Norteamérica. Del TLCAN
a la ASPAN”, en Frontera Norte, año/vol. 18, no. 35, Tijuana, enero-junio de 2006, p. 10.

Como señala el especialista Jorge Rebolledo Flores, “esto se ha traducido en la


creación de una frontera cuasi-militar, en donde destaca la presencia y el incremento de
agentes de la patrulla fronteriza, equipados con binoculares de visión nocturna y la
utilización de vehículos militares y helicópteros, así como la instalación de cámaras,
censores y máquinas de rayos X”448.
Sin embargo, estos acuerdos no detienen el éxodo de mexicanos hacia el país del
norte, sólo dificultan las ya existentes condiciones. También, el hecho de resignificar a
los migrantes como “amenazas” a la seguridad nacional estadounidense ha fomentado el
crecimiento de grupos “vigilantes” como los Minutemen que patrullan las fronteras a la,
literalmente dicho, caza de inmigrantes indocumentados (o “ilegal alliens” como los
llaman los anti-inmigrantes)449. Cuestión que se alimenta de los preceptos teóricos de
intelectuales como Samuel Huntington, autor del libro “El Choque de las civilizaciones”,
para quien “(…) la cultura Anglo-Protestante de Estados Unidos ha estado bajo asalto en
círculos intelectuales y políticos, por la popularidad de las doctrinas del
multiculturalismo y la diversidad; el ascenso de grupos que creen en la igualdad de razas,
etnicidad y género, sobre la identidad nacional; el impacto cultural de las diásporas
multinacionales; el creciente número de inmigrantes con doble nacionalidad y doble


polleros: es el nombre que en México se le da los traficantes de personas, es decir, personas que por un
monto de dinero cruzan a los indocumentados hacia la frontera norte.
448
Rebolledo Flores, Jorge: “Fronteras Porosas: El Caso de México y Estados Unidos”, en Enfoques, año VI,
no. 8, primer semestre de 2008. p. 183.
449
Ibid., p. 184.
lealtad. La identidad nacional de Estados Unidos, como en muchas otras naciones, está
desafiada (…)”450.
Por otra parte, además de la criminalización de la migración, estos acuerdos han
generado una serie de importantes inconvenientes tanto en México como en Canadá451.
De hecho, a raíz del incidente con el ciudadano Maher Arar, Canadá y Estados Unidos ya
no “comparten una no fly list (lista de personas indeseadas en los aviones) y otros
mecanismos de seguridad propios de las denominadas ‘fronteras inteligentes’”452.
A pesar de estos hechos, los gobiernos de los tres países decidieron seguir
adelante con la integración y “profundizarla” a través de la Alianza para la Seguridad y
Prosperidad de América del Norte (ASPAN o SPP, siglas en inglés de Security and
Prosperity Partnership of Noth America).

450
Huntington, Samuel: “The Hispanic Challenge”, en Foreign Policy, no. 141, marzo-abril de 2004, p. 32. En
otro libro, Challenges to America’s National Identity, Simon & Schuster, Nueva York-Londres, 2004, dedica
un capítulo a la “Migración mexicana e hispanización”.
451
“En el 2004, hubo dos temas que causaron controversia a nivel interno en México. El primero fue que el
gobierno mexicano aceptó que autoridades federales de Estados Unidos fueran apostadas en los aeropuertos
mexicanos para supervisar la inspección a los viajeros. El gobierno mexicano alegó que la medida estaba
aprobada en el Plan de Acción para la Cooperación sobre Seguridad Fronteriza. El tema causó revuelo
político interno en México, cuando varias voces se alzaron en contra de la medida, argumentando que era
violatoria a la soberanía nacional. El segundo fue la existencia de un acuerdo entre México y Estados Unidos,
en el que se le permitía a la patrulla fronteriza estadounidense usar balas de goma contra los migrantes
ilegales en la frontera. El Congreso y la opinión pública argumentaron que esto atentaba contra los Derechos
Humanos de los mexicanos y demandaron la cancelación inmediata del acuerdo. Ambos temas causaron
conflicto al interior de México, pero afectaron poco la relación entre los dos gobiernos”. Velázquez Flores,
Rafael y Schiavon, Jorge A. (2008); Op. Cit., p. 75
452
Perez Rocha, Manuel: "La crítica a la ASPAN en Estados Unidos, desde visiones opuestas", en Alternativ@s,
RMALC (Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio), año III, no. 33, 18 de febrero de 2008. Disponible
en http://www.art-us.org/node/288 (visitado el 23/12/2008). Maher Arar, asesor de telecomunicaciones
canadiense de 34 años, de origen sirio, fue detenido (por la CIA, Central de Inteligencia Estadounidense) en
Estados Unidos el 26 de septiembre de 2002, cuando realizaba un trasbordo de vuelo a su regreso a Canadá
de Túnez. Estuvo 12 días detenido en Estados Unidos, hasta que el 8 de octubre de 2002 lo sacaron de la
celda en plena noche y lo pusieron en un avión privado que lo condujo a Jordania. Allí fue golpeado y
trasladado a Siria. En ese país estuvo detenido desde el 9 de octubre de 2002 hasta el 5 de octubre de 2003.
Pasó la mayor parte de tiempo recluido en régimen de incomunicación, en condiciones inhumanas en una
pequeña celda sin iluminación y durante su detención sufrió torturas. Cuando fue liberado, los funcionarios
sirios admitieron que existía una total carencia de pruebas contra él. Después que una comisión canadiense
realizara una investigación se determinó que la Real Policía Montada de Canadá había brindado a la CIA
“pruebas” no corroboradas e infundadas de que Arar era probablemente algún tipo de seguidor de Al Qaeda.
Tanto el jefe de la Policía Montada como el Primer Ministro canadiense ofrecieron sus disculpas públicas y el
hombre fue indemnizado, sin embargo Maher Arar, su mujer y sus dos pequeños hijos aún figuran en la “lista
de posibles terroristas” confeccionada por Estados Unidos, que aún no reconoce su responsabilidad en el
caso. Amnistía Internacional: “Siria / Jordania /Canadá / Estados Unidos: La investigación canadiense pone
de manifiesto la necesidad de examinar el caso de Maher Arar en Siria y Jordania”, Declaración pública,
POL 30/041/2006 (Público), Servicio de Noticias 245/06, 21 de septiembre de 2006. Disponible en
http://web.amnesty.org/library/Index/ESLPOL300412006 (visitado el 23/12/2008). Hentoff, Nat: “¿Esto es
los Estados Unidos?”, en Rebelión, 28 de febrero de 2007.
2. La Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN)

2.1 Devenir histórico e eidético de la “integración profunda”


Este proceso tiene su génesis oficial en la Cumbre de Waco, como se llamó al
encuentro de los presidentes Vicente Fox, George Bush y el primer ministro canadiense
Paul Martin, el 23 de marzo de 2005, en el rancho Crawford en Texas, propiedad del
anfitrión. Como su nombre lo indica, este acuerdo entre los Ejecutivos busca la
seguridad y la prosperidad en la región, y en última instancia la “construcción de una
comunidad de América del Norte”. Tiene la particularidad de no ser un tratado, es decir,
no habrá un texto único sino que se materializa por medio de la firma de “regulaciones”,
en consecuencia queda exento del escrutinio por parte del Legislativo y de la sociedad
civil de las tres naciones.
El principal precursor de esta idea es Robert Pastor, ex miembro del Consejo
Nacional de Seguridad del gobierno de Estados Unidos, que publica en septiembre de
2001 un libro, Toward a North American Community (Hacia la comunidad
norteamericana) 453, en el cual expone qué se necesitaría para lograr una integración
similar –pero no igual- a la europea, donde entre otras cosas propone un plan energético,
que permitiría la cooperación para explotar la existencia de reservas de gas y petróleo
de la región y un plan educativo para Norteamérica. Finalmente, se llegaría a una
moneda común que el autor ya bautizó como amero454.
Días después de la aparición de este libro ocurrieron los atentados por lo que su
contenido pasó desapercibido. Paralelamente, las consecuencias del mismo hecho
impulsaron en Canadá ideas similares a ésta cuando George Bush determinó el cierre
urgente de fronteras terrestres, marítimas y aéreas, causando pérdidas de millones de
dólares a fabricantes y comerciantes canadienses455. El desafío fue entonces encontrar
una solución para evitar el corte de flujos comerciales tan interdependientes ante una
situación crítica; la respuesta provino de Wendy Dobson una intelectual perteneciente a
un centro de análisis del sector privado, el Instituto C. D. Howe de Toronto. Ella, en
abril de 2002, propuso la integración profunda: “para que Estados Unidos nunca vuelva a
cerrar su frontera con Canadá, no hay que tener frontera […] integrándolos mediante la
homologación de políticas, leyes, normas, procedimientos, técnicas, métodos y, desde

453
Pastor, Robert: “Toward a North American Community. Lessons from the Old World to the New”,
Institute for Internacional Economics, Washington D.C., 2001.
454
Álvarez Béjar, Alejandro (2002); Op. Cit.
455
Pickard, Miguel (2005a); Op. Cit.
luego, de medidas de inteligencia y seguridad. […]. Los canadienses tendrían que
demostrar a los estadounidenses que su país era tan ‘seguro’ ante amenazas externas
como lo es Estados Unidos, para que éste accediera a borrar la frontera para el
intercambio comercial”456.
Del lado mexicano, la idea de un TLCAN-plus provino de los círculos oficiales.
Recordemos que en su primer visita a su homólogo estadounidense, el presidente
Vicente Fox le propuso alcanzar la integración en materia de energía, seguridad,
administración fronteriza y migración. Cuestión que reiteró en febrero de 2002 durante
la presentación del Programa de Desarrollo Regional para la Frontera Norte 2001-2006,
al plantear una interconexión energética con Estados Unidos, el control de los flujos
migratorios de México y Centroamérica, la exploración y explotación del gas en la
Cuenca de Burgos, la elaboración de un protocolo de seguridad conjunto México-Estados
Unidos, un plan de ordenamiento ecológico y otro de cuencas y acuíferos457.
Pero en Estados Unidos se vivía un clima de temor y de aislacionismo doméstico
en el que estas proposiciones de los socios comerciales no echaban raíces. Esta situación
se revirtió tan sólo unos años después, cuando se vio la coherencia de la integración
profunda y la estrategia de seguridad nacional del país458.

2.2 El Grupo “Independiente” de Trabajo sobre el Futuro de América del Norte


Para generar recomendaciones a los presidentes se conformó el GIT (Grupo
Independiente de Trabajo sobre el Futuro de América del Norte o Independent Task
Force on the Future of North America) compuesto por selectos empresarios, académicos
y ex funcionarios de Estados Unidos, Canadá y México 459, y patrocinados por los tres

456
Dobson, Wendy, "Shaping the Future of the North American Economic Space", C.D Howe Institute
Commentary, no. 162, abril de 2002, p. 20.
457
Venegas, Juan M. y Carrizales, David: “Propone Fox Quesada alcanzar un TLC plus con EU y Canadá”, en
La Jornada, 14 de febrero de 2002.
458
Según Laura Carlsen, los objetivos estratégicos de Estados Unidos con la ASPAN son tres y están
interrelacionados: “la globalización del capital para la competitividad, el acceso a recursos, y la seguridad
regional bajo sus propias definiciones”. Para un desarrollo de los mismos veáse el trabajo de la analista,
Carlsen, Laura: “ASPAN: La expansión peligrosa del TLCAN”, Center for International Policy, 6 de junio de
2007.
459
Formado por las siguientes personas: Pedro Aspe, Gary C. Hufbauer, Thomas S. Axworthy, Pierre Marc
Johnson, Heidi S. Cruz, James R. Jones, Nelson W. Cunningham, Chappell H. Lawson, Thomas P. d’Aquino,
John P. Manley, Alfonso de Angoitia, David McD. Mann, Luis de la Calle Pardo, Doris M. Meissner, Wendy K.
Dobson, Thomas M.T. Niles, Richard A. Falkenrath, Beatriz Paredes, Rafael Fernández de Castro, Robert A.
Pastor, Ramón Alberto Garza, Andrés Rozental, Gordon D. Giffin, Luis Rubio, Allan Gotlieb, Jeffrey J. Schott,
Michael Hart, William F. Weld, Carlos Heredia, Raúl H. Yzaguirre y Carla A. Hills. Los presidentes del GIT son
el canadiense John P. Manley, que ocupó diversas carteras entre ellas las de industria, asuntos exteriores y
finanzas, además de ser viceprimer ministro. Después de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001,
fue nombrado presidente del Grupo del Gabinete sobre Seguridad Pública y Antiterrorismo, en cuya calidad
grupos privados más influyentes de los respectivos países: el Consejo Canadiense de
Jefes Ejecutivos (CCCE, siglas de Canadian Council of Chief Executives)460, el Consejo
Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI) 461 y el estadounidense Consejo de
Relaciones Exteriores (CFR, iniciales de Council on Foreign Relations)462.
Cumpliendo con su compromiso, el GIT emitió un boletín de prensa el 14 de
marzo de 2005, nueve días antes de la reunión inaugural con un llamamiento a “la
creación, antes del 2010, de una nueva comunidad económica y de seguridad para
América del Norte”463. Para alcanzarla plantea:
• “Cerrar la brecha de desarrollo entre Estados Unidos y Canadá con México. Si bien
los flujos de comercio e inversión entre los tres países se han incrementado en forma
importante, la brecha de desarrollo entre México y sus dos vecinos del norte es grande y
se sigue ensanchando. Los bajos salarios y la falta de oportunidades económicas en
partes de México estimulan la migración indocumentada (...). Por sus propios intereses

negoció el Acuerdo de Frontera Inteligente; el mexicano Pedro Aspe, director general de Protego, firma que
se dedica a la asesoría en banca de inversión y fue Secretario de Hacienda durante la administración de
Carlos Salinas de Gortari; y William F. Weld, director de Leeds Weld & Co., firma privada de Nueva York de
inversión en valores, fue electo gobernador de Massachusetts por dos periodos consecutivos (1991–97), fue
procurador general a cargo de la División Criminal del Departamento de Justicia en Washington DC (1986–88),
y procurador federal en Massachusetts durante el gobierno de Ronald Reagan (1981–86). Council on Foreign
Relations: "Construcción de una comunidad de América del Norte", Informe de un Grupo Independiente de
Trabajo, Estados Unidos, 2005.
460
Fundado en 1976, el Canadian Council of Chief Executives (Consejo Canadiense de Ejecutivos en Jefe) se
autodefine como la asociación empresarial más importante de Canadá, con un destacado historial de logros
en acoplar la iniciativa de las empresas con elecciones sólidas de política pública. Integrado por consejeros
de 150 empresas líderes canadienses, el CCCE fue líder del sector privado en el desarrollo y promoción del
Acuerdo de Libre Comercio Estados Unidos-Canadá durante la década de 1980 y el subsiguiente acuerdo
trilateral: Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Council on Foreign Relations (2005); Op. Cit.
461
Fundado en 2001, el COMEXI se identifica a sí mismo como un foro independiente, no lucrativo y plural,
sin nexos gubernamentales o institucionales, financiado exclusivamente con cuotas de sus miembros y el
apoyo empresarial. Los principales objetivos del COMEXI son ofrecer información y análisis de interés a [sus]
asociados, así como crear un sólido marco institucional para el intercambio de ideas referentes a temas
mundiales acuciantes que afectan a México. Council on Foreign Relations (2005); Op. Cit.
462
Fundado en 1921, el Council on Foreign Relations (CFR) se autoreferencia como una organización
independiente, de membresía nacional y un centro no partidista para académicos dedicados a producir y
diseminar ideas de forma que los miembros individuales y corporativos, así como los trazadores de políticas,
periodistas, estudiantes y ciudadanos interesados en Estados Unidos y otros países puedan identificar mejor
el mundo y las opciones de política exterior que se plantean a Estados Unidos y otros gobiernos. El CFR
realiza esta función convocando a reuniones, llevando a cabo un programa de estudios de largo alcance,
publicando Foreign Affairs, la revista más importante en asuntos internacionales y en política exterior
estadounidense (...). Council on Foreign Relations (2005); Op. Cit.
463
Según el trabajo de Miguel Pickard, en base a la filtración de la memoria de la reunión secreta de
Toronto que tuvo el grupo en octubre de 2004, “varios de los participantes dividieron en dos categorías sus
sugerencias para una cooperación más estrecha, unas que son hoy políticamente viables y otras que, si bien
son deseables, deben ser consideradas como metas de largo plazo. Un resultado de este enfoque es que
ningún tema -ni el agua canadiense, ni el petróleo mexicano, ni las leyes antidumping estadounidenses­ está
‘fuera de la mesa’; al contrario, temas contenciosos o difíciles sencillamente requerirán más tiempo para
que maduren políticamente”. Pickard, Miguel: “El TLCAN Plus también llamado ASPAN: El futuro que las
elites prevén para México, Canadá y Estados Unidos”, parte II/II, en CIEPAC (Centro de Investigaciones
Económicas y Políticas de Acción Comunitaria): Chiapas al Día, no.471, Chiapas, 27 de julio de 2005.
nacionales, Estados Unidos y Canadá deben apoyar a México en este objetivo con el
establecimiento de un Fondo de Inversión para América del Norte, cuyo fin sea canalizar
recursos para coadyuvar al crecimiento económico y social del socio menos desarrollado.
• Crear las instituciones necesarias para sostener una comunidad de América del
Norte. Los presidentes [del GIT] proponen que las cumbres trinacionales se lleven a cabo
anualmente y que se establezca un Consejo Asesor para prepararlas y dar seguimiento a
sus decisiones para asegurar su puesta en vigor.
• Promover la competitividad de los países de América del Norte mediante la
adopción de un arancel externo común. (...) Los presidentes [del GIT] recomiendan que
los tres gobiernos inicien la armonización de sus aranceles externos, sector por sector,
empezando por aquellos con la tasa vigente más baja y menos diferenciada.
• Crear un pase fronterizo para América del Norte. Los presidentes [del GIT]
proponen un pase fronterizo común, con identificadores biométricos, que permita el
paso expedito para ciudadanos de América del Norte por aduanas, migración y seguridad
en los aeropuertos y cruces terrestres de los tres países.
• Crear un Plan de Acción Único para las Fronteras de América del Norte. Los tres
gobiernos deben hacer su mejor esfuerzo para que alguien que constituye una amenaza
a nuestra seguridad y que intente penetrar nuestras fronteras, enfrente las mismas
dificultades en cualquiera de los tres países. Entre los primeros pasos debe figurar la
armonización de requisitos de visas, la inspección conjunta por los tres países de
contenedores que ingresen por puertos norteamericanos; y procedimientos de selección
y rastreo de personas, bienes y naves o vehículos. La cooperación entre los tres países
debe extenderse también a medidas contra el terrorismo y a la aplicación de la ley.
Canadá y Estados Unidos deben invitar a México a considerar a futuro su participación en
mecanismos de cooperación e inteligencia militar.
• Desarrollar una estrategia regional de seguridad energética y de recursos
naturales. Canadá y México son los dos países que más energéticos exportan a Estados
Unidos. Los tres países deben expandir y proteger su infraestructura energética,
desarrollar reservas continentales, conservar sus combustibles fósiles y reducir las
emisiones contaminantes. La colaboración regional en conservación y emisiones podría
formar la base para una “alternativa regional al protocolo de Kyoto”464.

464
Comillas propias. “El gobierno estadounidense siempre se negó a firmar el Protocolo de Kyoto -un
protocolo que acordaba reducir la cantidad de emisiones [de gases que provocan el efecto invernadero y el
cambio climático] en un porcentaje bastante ridículo en cuanto a la gravedad del problema- alegando que la
reducción era inaceptable por excesiva. Al comenzar su primer periodo de gobierno, George W. Bush
• Profundizar vínculos educativos. Dados sus vínculos históricos, culturales, políticos
y económicos, América del Norte debe contar con la red de intercambio educativo más
grande del mundo. Los presidentes [del GIT] recomiendan la ampliación significativa de
programas de becas e intercambio para estudiantes en niveles de secundaria,
preparatoria y universitario (...)”465.

2.3 El primer encuentro en Texas


De la Cumbre de Waco surgieron dos agendas, una con temas para Seguridad y
otra para la Prosperidad, que como observaremos tuvieron considerablemente en cuenta
las sugerencias del GIT466:

Agenda para la Seguridad


 Protección de América del Norte Contra Amenazas Externas basada en la
inspección de individuos, bienes y carga antes de su salida de un puerto
extranjero y en el primer puerto de entrada a América del Norte.
 Prevención y Respuesta a Amenazas dentro de América del Norte para ello se
busca fortalecer la seguridad de la aviación; mejorar el transporte marítimo y la
seguridad en los puertos; combatir amenazas transnacionales a Estados Unidos,
Canadá y México, incluyendo terrorismo, crimen organizado, drogas ilegales y
tráfico de personas; incrementar la cooperación en materia de inteligencia e
intercambio de información; desarrollar e implementar un método común para
afrontar la protección de infraestructura crítica, así como para responder a
incidentes terroristas transfronterizos y, según sea el caso, desastres naturales.
 Aumentar la Eficiencia del Flujo Seguro de Tránsito de Bajo Riesgo a través de
Nuestras Fronteras Compartidas ampliando la capacidad instalada y mejorando el
flujo legal de personas y comercio en los puertos de entrada de América del
Norte.

advirtió que el Protocolo de Kyoto era una amenaza para el modelo de vida estadounidense, que no lo iba a
firmar, y que desarrollaría aún más su industria consumiendo mayores cantidades de petróleo y combustibles
fósiles”. Ribeiro, Silvia: "Combustibles ‘ecológicos’: las crisis propician los negocios", en Realidad Económica,
IADE (Instituto Argentino para el Desarrollo Económico), 11 de enero de 2008. Si bien esta postura comienza
a flexibilizarse, hay que tener presente que Estados Unidos es el mayor contaminante a nivel mundial,
responsable del 30% de las emisiones de gases tóxicos a la atmósfera. Por otra parte, Canadá sí ratificó el
protocolo. Murphy, Martín: “Kyoto: EE.UU. ratifica su postura negativa a firmar protocolo sobre emisión de
gases tóxicos”, en BBC Mundo, Argentina, 15 de diciembre de 2004.
465
Council on Foreing Relations: Llamado tri-nacional para crear una nueva comunidad económica y de
seguridad para América del Norte antes del 2010, Boletín de Prensa, 14 de marzo de 2005.
466
www.aspan.fox.presidencia.gov.mx (visitado el 23/12/2008).
Agenda para la Prosperidad
 Convertir a América del Norte en el Mejor Lugar para Realizar Negocios
buscando mejorar y facilitar el cumplimiento de los procesos regulatorios en
América del Norte, intentando una América del Norte sin piratería467 y facilitando
el libre comercio mediante la flexibilización de las reglas de origen468.
 Cooperación Sectorial para Mejorar la Competitividad de la Región para lo cual
se establecieron iniciativas sectoriales específicas: Acero “Una Alianza
Estratégica para Una Industria Estratégica”; “Hacia un Sector Automotriz
Totalmente Integrado”; “Creando una Economía Energéticamente Sustentable
para América del Norte”; “Transporte Aéreo: Ampliando Nuestros Horizontes”;
“Cruces Fronterizos más Seguros, Rápidos y Eficientes”; y “Comercio Electrónico
Libre y Seguro”.
 Haciendo de América del Norte el Mejor Lugar para Vivir, específicamente se
comprometieron a: aire limpio, agua limpia “Protegiendo a la gente y a nuestro
medio ambiente”; acceso a una oferta de alimentos segura y confiable; y a una
América del Norte más sana
 Capacitando a Nuestra Gente: El objetivo de este programa es perfeccionar la
capacidad de [la] gente a través de una mejor educación superior, intercambios
académicos, y actividades conjuntas de investigación y desarrollo.

Además, para esta agenda se conformaron grupos de trabajo temáticos:

467
Es importante destacar, como lo hace Laura Carlsen, que esta es una prioridad de Estados Unidos que
tiene mucho más productos patentados en el mercado en comparación a México, por ejemplo, donde,
además, una gran parte de la fuerza laboral vive de la piratería que también beneficia a consumidores de
bajos recursos. Carlsen, Laura (2007); Op. Cit.
468
Hay que tener en cuenta que el TLCAN no exige mostrar el origen nacional del producto, es decir que un
porcentaje de sus insumos sea del país exportador, sino alcanza que sea de la región norteamericana. Uno
de los efectos del TLCAN en México ha sido la desconexión de las cadenas productivas. Se exporta mucho
pero cada vez más son productos elaborados con componentes importados. Las exportaciones no son un
motor que dinamice al conjunto de la economía y genere empleo, se ha ido convirtiendo en un enclave
desconectado de su entorno económico. En el ASPAN no se trata de enfrentar está realidad y de conseguir
mejores condiciones. Lo que se busca es enfrentar la competencia asiática y para ello se trabaja en dos
aspectos: simplificar los procedimientos para abaratar costos en la comprobación del cumplimiento de las
reglas de origen y modificar las exigencias de alto contenido de la región norteamericana en los insumos,
para flexibilizarlas y dejar abierta la puerta a mayores importaciones externas a la región cuando ello
permita abaratar costos y competir con los asiáticos. Arroyo Picard, Alberto: “Significado de la Alianza para
la Prosperidad y Seguridad de América del Norte (ASPAN)”, ponencia presentada en la III Cumbre de los
Pueblos, Mar de Plata, 2 de noviembre de 2005.
Figura XXII: Grupos de trabajo de la ASPAN

Fuente: www.aspan.fox.presidencia.gov.mx (visitado el 23/12/2008).

A partir de los grupos de trabajo, que deben desarrollar planes de acción y


establecer metas específicas, así como acciones para alcanzarlas y un calendario para su
instrumentación, se organizó una estructura formada también por la coordinación
general del proyecto, que está a cargo de las oficinas ejecutivas de los Mandatarios
[Oficina de Políticas Públicas (México), Privy Council Office (Canadá), y National Security
Council (Estados Unidos)], y el grupo de facilitación y seguimiento integrado por 9
Secretarios/Ministros (3 de cada país), con las siguientes tareas:
1. Seguimiento de los Grupos de Trabajo que integran la agenda de seguridad:
Secretaría de Gobernación, Ministry of Public Safety and Emergency Preparedness
de Canadá, y U.S. Department of Homeland Security.
2. Seguimiento de los Grupos de Trabajo que integran la agenda de prosperidad:
Secretaría de Economía (SECON), Industry Canada (ICAN) y U.S. Department of
Commerce (USDOC).
3. Seguimiento y facilitación de la relación política: Secretaría de Relaciones
Exteriores, Foreign Affairs Canada y U.S. Department of State.
Figura XXIII: Estructura de la ASPAN

Fuente: www.aspan.fox.presidencia.gov.mx (visitado el 23/12/2008).

Tres meses más tarde, el 27 de junio, se presentó el primer Reporte a los


Mandatarios junto al cual representantes de los tres países suscribieron cerca de 300
iniciativas a implementar entre 2006 y 2007. Las regulaciones abarcan “la homologación
de las políticas de monitoreo de viajeros y bienes que lleguen de terceros países,
incluidos los sistemas de visado, una categorización de ‘viajeros de alto riesgo’ y por
otro lado ‘viajeros confiables’, y la futura aplicación de una tarjeta inteligente
[identificación biométrica] para todos aquellos que quieran transitar con agilidad a
través de las fronteras comunes de la región”469.

2.4 Cancún escenario de la Segunda Cumbre


A finales de marzo de 2006, se llevó a cabo la II Reunión, en Cancún, México,
denominada Avances en la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del
Norte. Contó con la asistencia de los presidentes George W. Bush y Vicente Fox Quesada

469
Petrich, Blanche: “Seguridad común, acuerdan México, EU y Canadá”, en La Jornada, 28 de junio de 2005.
así como del Primer Ministro de Canadá, Stephen Harper. En esta ocasión los temas
tratados fueron:
 Fortalecer la Competitividad en América del Norte: para ello se creó una
institución ad-hoc, el Consejo de Competitividad de América del Norte (CCAN o
NACC, siglas en inglés de North American Competitiveness Council). El mismo
está integrado por la dirigencia de las principales corporaciones y grupos privados
de los tres países, y se establece a fin de emitir propuestas sobre la
competitividad en América del Norte 470 . Como advertiremos en los siguientes
apartados, este consejo tendrá un papel fundamental en el rumbo que los
gobiernos han elegido para la ASPAN.
 Cooperación regulatoria: con ella se busca contribuir a la productividad y
competitividad, además se lograría proteger la salud, seguridad y medio
ambiente. Y se pone como ejemplo la cooperación en inocuidad alimentaria.
 Gestión de Emergencias en América del Norte: se intenta, a través del desarrollo
de un enfoque común en protección de infraestructura crítica, respuestas
coordinadas ante incidentes transfronterizos, así como ejercicios y capacitación
conjunta, para poder desplegar de manera expedita equipo crítico, suministros y
personal en caso de un desastre natural o humano.
 Influenza Aviar y Pandemia de Influenza Humana: aprobaron un conjunto de
principios para apoyar actividades de cooperación en todas las etapas del manejo
de las enfermedades: prevención, capacitación, respuesta y recuperación.

470
Este consejo empresarial lo integrarían 10 miembros de cada país, pero en la práctica hay un número
mayor. En el caso de Estados Unidos son directamente las corporaciones las que participan, es decir,
cualquiera de sus miembros. Por otra parte, varios mexicanos son socios de las casas matrices de
trasnacionales estadounidenses. México: José Luís Barraza, Consejo Coordinador Empresarial; Gastón
Azcárraga, Consejo Mexicano de Hombres de Negocios; León Halkin, Confederación de Cámaras Industriales;
Valentín Diez, Consejo Mexicano de Comercio Exterior-Grupo Modelo; Jaime Yesaki, Consejo Nacional
Agropecuario Gerente de empresas Avícolas; Claudio X. González, Centro de Estudios Económicos del Sector
Privado Kimberly-Clark de México; Guillermo Vogel, TAMSA (Tubos de Acero de México); César de Anda
Molina, Avicar de Occidente; Tomás González Sada, Grupo CYDSA; Alfredo Moisés Ceja, Finca Montegrande;
y Roberto Newell, Instituto Mexicano para la Competitividad Secretariado Técnico de México en el CCAN.
Canadá: Dominic D’Alessandro, Manulife Financial; Paul Desmarais, Jr., Power Corporation of Canada; David
A. Ganong, Ganong Brothers Limited; Richard Lee George, Suncor Energy; Hunter Harrison, Canadian
National Railroad Company; Linda Hasenfratz, Linamar Corporation; Michael Sabia, Bell Canada Enterprises;
James A. Shepherd, Canfor Corporation; Annette Verschuren, Home Depot Canada; Richard E. Waugh,
Scotiabank Estados Unidos: Campbell Soup Company; Chevron Corporation; Ford Motor Company; FedEx
Corporation; General Electric Company; General Motors Corp.; Kansas City Southern; Lockheed Martin
Corporation; Merck & Co., Inc.; Mittal Steel USA; New York Life Insurance Company; The Procter & Gamble
Company (afiliado en 2007); UPS; Wal-Mart Stores, Inc.; Whirlpool Corporation. Villamar, Alejandro: “La
Integración Energética Transnacional un eje central de la Alianza para al Seguridad y Prosperidad de
América del Norte (ASPAN)”, ponencia de la RMALC (Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio) en la
Convención Nacional Petrolera (CNP), México, 17 de marzo de 2007.
 Seguridad Energética en América del Norte: se comprometieron a cooperar en
tecnologías energéticas limpias, la conservación y la facilitación de mercados,
además de profundizar los esfuerzos en materia climática.
 Fronteras Inteligentes y Seguras en América del Norte: se estableció la
coordinación de inversiones en infraestructura y evaluaciones de vulnerabilidad,
inspección y procesamiento de viajeros, equipaje y carga, y un programa
integrado de viajeros confiables, incluyendo una red trilateral para la protección
de jueces y agentes471.

2.5 Cumbre de los Líderes de América del Norte en Montebello


En 2007 los líderes de América del Norte –George W. Bush, Stephen Harper y
Felipe Calderón- se reunieron en Montebello, Canadá, el 20 y 21 de agosto. Allí se dieron
a conocer, en base a las áreas prioritarias identificadas en Cancún, los avances en los
grupos de trabajo ministeriales. Entre éstos se destacan los siguientes:
El Marco de Cooperación Regulatoria, que busca el intercambio de información
para elaborar enfoques regulatorios compatibles entre los tres países, conservando
paralelamente altos estándares de salud, seguridad y protección ambiental. Esto se
lograría por medio de:
• “[el] fortalecimiento de la cooperación en materia regulatoria, la simplificación
de reglamentos y el fomento de la armonización de reglamentos y la eliminación
de los requisitos redundantes en materia de pruebas y certificación (…).
• [el] estudio de medidas y proyectos en áreas tales como productos químicos,
sector automotriz, sector de transportes y sector de tecnologías de información y
comunicaciones; y
• [emprender] la cooperación trilateral para acelerar y fortalecer, al nivel nacional
y regional, [la] evaluación química basada en los riesgos y [los] esfuerzos de
gestión”.

La Estrategia de Acción para la Protección de los Derechos de Propiedad


Intelectual que tiene como objetivo perseguir la falsificación de marcas registradas y la
piratería de derechos de autor, ya que –según las autoridades- éstas minan la innovación,

471
Fox Quesada, Vicente; Bush, George W.; Harper, Stephen: Los mandatarios reconocen avances en la
Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte, Declaración Conjunta de Mandatarios,
Cancún, 31 de marzo de 2006.
producen daños al desarrollo económico y pueden conllevar consecuencias negativas en
la salud y la seguridad pública. Esta estrategia se implementaría a través de:
• “[el] desarrollo de medidas de cooperación para mejorar la detección y la
disuasión de las actividades de falsificación y piratería, aumentando la
conciencia pública sobre la importancia que tiene la propiedad intelectual tanto
para nuestras economías como para la salud y la protección del consumidor, así
como logrando una medición más exacta del grado de la extensión de las
actividades de falsificación y piratería en América del Norte;
• la adopción de medidas tales como la implantación de mejores prácticas para
imponer el acatamiento de la ley e intercambiar información e inteligencia sobre
técnicas para la aplicación de las disposiciones fronterizas”.

El Acuerdo Trilateral de Cooperación en Ciencias y Tecnologías Energéticas, que


se enfoca en el desarrollo de energías limpias y sostenibles que contribuyan a disminuir
los efectos del cambio climático y la contaminación atmosférica, así como reforzar la
seguridad energética y la sustentabilidad económica. Para alcanzar estas metas los
ministros deben:
• “identificar e impulsar actividades de cooperación en materia de ciencias y
tecnologías energéticas en el marco del Acuerdo Trilateral de Cooperación en
Ciencias y Tecnologías Energéticas recientemente suscrito;
• reducir las barreras para la implantación de nuevas tecnologías limpias;
• continuar las iniciativas para armonizar las normas de eficiencia energética
aplicables a productos clave y al consumo pasivo de energía;
• cooperar, para [el] beneficio recíproco, en el desarrollo de biocombustibles, de
tecnologías para la eficiencia energética de los vehículos y de tecnologías para
reducir emisiones;
• intercambiar información y experiencias, al igual que cooperar en iniciativas para
lograr mediciones de emisiones, notificaciones y verificación comparables, con el
fin de elaborar inventarios nacionales de emisiones disponibles para consulta
pública”.
El Plan de América del Norte para la Gripe Aviar y Pandémica, que persigue
detectar, contener y controlar un brote de gripe aviar, lo mismo que mitigar las
repercusiones de una posible gripe pandémica humana en América del Norte472.
Por otra parte, se empieza a avizorar más claramente la estrategia de expandir la
ASPAN más allá de la región de Norteamérica al demandar a los ministros de relaciones
exteriores “realizar un análisis de los acuerdos de libre comercio que ha negociado cada
uno de los países después del TLCAN, empezando por aquellos en el Hemisferio
Occidental, incluyendo las oportunidades para adoptar disposiciones innovadoras en
materia de reglas de origen”473.
También en esta ocasión el Consejo de Competitividad de América del Norte –
creado en la Cumbre de Cancún- presentó su Reporte 2007, titulado “Construyendo una
América del Norte Segura y Competitiva: Prioridades del Sector Privado para la Alianza
para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN)”, en el cual se realizan 51
recomendaciones a los ministros a llevarse a cabo en 2007, 2008 y 2010 según lo que
este grupo considera como tiempo necesario para su materialización474.
Los grandes temas sobre los que versa el reporte son: Facilitación de Cruces
Transfronterizos (manejo de situaciones de emergencia y reanudación post-incidente de
las actividades comerciales, mejoras de infraestructura fronteriza, y movimiento de
bienes y de personas); Cooperación y Estándares Regulatorios (un nuevo marco para la
cooperación regulatoria, estándares internacionales, alimentos y agricultura;
estandarizar las regulaciones de la región referente a alimentos fortificados para 2008;
eliminar la duplicación de auditorias de seguridad para alimentos, mediante la
compatibilidad de los estándares de la región, y explorar enfoques comunes para el
etiquetado y los pedimentos de salubridad para 2010; servicios financieros; transporte; y
derechos de propiedad intelectual); e Integración Energética (distribución
transfronteriza de energía, desarrollo humano, tecnologías energéticas sostenibles,
reformas estructurales en México e incrementar el diálogo y la cooperación)475.

472
Declaración conjunta del Primer Ministro Harper, Presidente Bush y Presidente Calderón, Cumbre de
Líderes de América del Norte, Montebello, 21 de agosto de 2007.
473
Ibid.
474
Participa el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) en reunión del Consejo de Competitividad de América
del Norte. Disponible en
http://www.cna.org.mx/encontacto_historico/Prueba%20HTML/EnContacto27ago2k7.htm (visitado el
23/12/2008)
475
Ibid. Según el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de México “en el futuro cercano la
labor del Consejo para la Competitividad de América del Norte será posicionarse como un mecanismo
‘asesor’ de los gobiernos, pero con mayor injerencia en la toma de decisiones”. Martínez Cantero, Eduardo:
Al mismo tiempo, otros sectores no representados ni integrados a la ASPAN
realizaron una “Cumbre contracorriente” donde en el marco de talleres y foros
avanzaron en la “construcción de propuestas comunes de los pueblos de los tres países,
para garantizar [la] soberanía energética y el verdadero desarrollo de [las]
comunidades”. Como resultado se emitió un comunicado en el que se sostiene que
“mientras los Ejecutivos de México, Estados Unidos y Canadá presumen su apego a los
valores de la democracia, sólo han consultado a la cúpula empresarial y se niegan a dar
información a los poderes legislativos y a la sociedad. Todo indica que los mandatarios
sólo están oficializando los acuerdos interempresariales”. También demandaron que “se
den a conocer los textos oficiales completos de los cuatro temas en que los mandatarios
concretaron acuerdos formales en Montebello”476.

2.6 La IV Cumbre de los Líderes de América del Norte


La IV reunión anual de los mandatarios de América del Norte se realizó en Nueva
Orleáns, Estados Unidos, el 21 y 22 de abril de 2008. La declaración conjunta de este
encuentro tiene un carácter más bien político, aunque no deja de mencionar algunos
avances técnicos de la ASPAN. Esta politización de la declaración y de la consecuente
rueda de prensa se explican por la coyuntura estadounidense: un presidente que se
retira con una deteriorada imagen y una contienda electoral bastante reñida entre los
pre candidatos del partido opositor.
En primer lugar, podemos indicar, como síntoma de lo anterior, la frase “cada
uno de nosotros permanece abierto al escrutinio público y es responsable ante su propio
pueblo” la cual responde a una lluvia de críticas -tanto de derecha como de izquierda-
que han tenido los líderes en cuanto que el proceso de la ASPAN ha sido conducido a
espaldas del escrutinio popular. Sin embargo, la declaración no señala los mecanismos
que harán posible tal escrutinio477.
En segundo lugar, hay una insistencia en que la ASPAN viene a complementar los
éxitos del TLCAN/NAFTA: triplicación del comercio, mayor variedad de bienes y servicios
mejores y a menor costo, aumento de la inversión y la “creación de millones de nuevos

“Regirán empresarios de México, Canadá y EU agenda de competitividad del TLCAN”, en La Jornada, 26 de


agosto de 2007.
476
Comunicado Civil sobre la Cumbre de la ASPAN en Montebello, Canadá: Calderón, Bush y Harper actúan
de manera tramposa, 22 de agosto de 2007.
477
Declaración Conjunta del presidente Bush, presidente Calderón, primer ministro Harper en la Cumbre de
Líderes de América del Norte, Nueva Orleáns, Estados Unidos de América, 22 de abril de 2008.
empleos en los tres países” 478 . Estas buenas referencias a la integración económica
basadas en el libre comercio apuntan a los ataques que se dan en las tres naciones –por
diferentes motivos- contra la misma y que llevó a los candidatos presidenciales
demócratas a querer revisarlo. De hecho, en la conferencia de prensa el presidente Bush
afirma que “este no es el momento de renegociar el TLCAN o apartarse de él. Este es el
momento de hacerlo funcionar mejor para todos nuestros pueblos, y éste es el momento
de reducir las barreras al comercio en el mundo entero”479.
Por otra parte, nuevamente al hablar de “fronteras seguras” se dejó de lado el
controversial freno al flujo migratorio desde México hacia Estados Unidos, calculado en
500.000 personas al año que van en busca de una oportunidad laboral, lo que en sí
mismo estaría demostrando que el TLCAN/NAFTA no ha sido la panacea que ven los
mandatarios.
Además, en el documento expresan que “juntos intentamos crear un panorama
de los biocombustibles para la región” como solución para “fortalecer la seguridad
energética y proteger el medio ambiente”, a pesar de que está comprobado que los
agrocombustibles no son la alternativa ecológica que se suponía que eran480. También
sería una severa contradicción que en una región donde existe una gran parte de la
población como los sectores populares mexicanos que no logran satisfacer sus
necesidades alimenticias básicas, situación que se agravó aún más con la liberalización
del sector agropecuario en el marco del TLCAN/NAFTA y elevó el precio de la tortilla
que es la principal fuente de nutrientes de muchas familias, se destinen tierras y
cultivos para la producción de carburantes.
En otro orden de temas, en las exposiciones a la prensa el presidente de Estados
Unidos aprovechó la ocasión para reiterar los beneficios que traería un acuerdo de libre
comercio con Colombia, iniciativa que fue rechazada por el Congreso de su país. Esta
posición fue firmemente apoyada por su homólogo mexicano. También Bush declaró que
“en términos de relaciones justas con México, el Proyecto Mérida es un proyecto
importante para poder implementar una estrategia dual contra el crimen y las drogas. El

478
Ibid.
479
Carlsen, Laura: Una disección de la Declaración Conjunta de la Cumbre de Líderes de América del Norte:
el último asalto de Bush, Programa de las Américas, Center for International Policy, Washington DC, 29 de
abril de 2008.
480
Veáse Toledo López, Virginia: Agrocombustibles: ¿una alternativa ‘verde’? Implicancias del modelo
argentino de especialización productiva, Tesis para acceder al grado de Licenciada en Relaciones
Internacionales, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Tandil, 2009. Disponible
www.biodiversidadla.org/Objetos_Relacionados/file_folder/Archivos_pdf_2/Agrocombustibles_Una_alternat
iva_verde (visitado el 25/03/2009).
Presidente [Calderón] y yo hemos tratado esta iniciativa procurando que beneficie al
pueblo de México y de Estados Unidos” e instó al legislativo de su país a aprobarlo481.
Finalmente, Calderón comentó que “independientemente de que no estará,
desafortunadamente, con nosotros el Presidente Bush, al menos formalmente lo hemos
invitado a nuestra próxima reunión de manera personal”, cuestión que sienta un
precedente único ya que está fuera del protocolo diplomático y puede ser interpretado
como “una afrenta al presidente entrante de Estados Unidos y al pueblo
estadounidense”482.
Al igual que la cumbre anterior, los presidentes no fueron los únicos actores
políticos que opinaron sobre la ASPAN. En su segundo año de existencia, el CCAN
presentó su Reporte 2008 donde evalúa el cumplimiento de sus recomendaciones
anteriores por parte de los gobiernos, establece sus prioridades y algunas líneas
generales para el futuro de la ASPAN y de la “integración norteamericana”.
Esta treintena de corporaciones que pretende representar a la “comunidad
empresarial” de los tres países y habla asimismo en nombre de las sociedades, considera
como prioritario la profundización de algunos asuntos como una mayor desregulación
para el comercio y mayores facilidades al movimiento de mercancías, una protección
rigurosa de los derechos de propiedad intelectual, la homologación de estándares bajo la
iniciativa de alimentos y productos seguros, la apertura de PEMEX (Petróleos Mexicanos)
a la inversión privada y en materia financiera continuar eliminando “barreras
regulatorias existentes [que] incrementan el costo del capital de manera innecesaria,
reduciendo las tasas de retorno a los inversionistas y limitando las decisiones de los
consumidores”483.
Agrega otros temas como la creación de supercorredores multimodales que
incluyen ductos petrolíferos, de gas y agua, así como autopistas y líneas de ferrocarril
para el transporte de carga y facilitan el comercio intrafirma, al tiempo que producen
serias consecuencias ambientales y humanas; y en razón de la prevención y manejo de
desastres instan a unificar los métodos y los esfuerzos ante incidentes con el objetivo de
“reanudar los negocios de manera oportuna”484.

481
Carlsen, Laura (2008); Op. Cit. Véase el apartado 5 del presente capitulo donde se describe la Iniciativa
Mérida.
482
Ibid.
483
Pérez-Rocha L., Manuel: ASPAN: Las corporaciones exigen resultados rápidos, Alianza Social Continental,
mayo de 2008. Disponible en http://www.asc-hsa.org/node/522 (visitado el 26/12/2008).
484
Ibid.
También expresa su preocupación por el “aislacionismo” y llaman a los
mandatarios a defender el TLCAN/NAFTA, comunicando a la población de las tres
naciones “las ventajas de la mejora en las relaciones comerciales con ejemplos
específicos que muestren los beneficios de la integración exitosa de América del Norte”
(…) y a “menos de que trabajemos juntos para corregir percepciones públicas erróneas,
nuestras recomendaciones para mejorar la competitividad de América del Norte serán
irrelevantes…”. Asimismo, presiona directamente a Canadá y a Estados Unidos para que
finalicen y aprueben sus respectivos tratados de libre comercio con Colombia485.
Finalmente, sostiene que “algunos asuntos estratégicos a explorar pueden ser
tratados dentro del marco del TLCAN o de la ASPAN, otros tal vez requerirán de la
consideración de iniciativas nuevas” y pone como ejemplo la “agenda de movilidad
laboral entre Canadá y Estados Unidos [que] responde a una dinámica distinta que a la
agenda laboral entre Estados Unidos y México”, ya que hay “temas de mayor
controversia o asimetría” que se han de tratar por separado486.
Pero, como decíamos anteriormente, también hubo otros sujetos políticos que
participaron extra institucionalmente, en este caso, de la Cumbre de Nueva Orleáns: las
organizaciones no gubernamentales que llevaron adelante la Cumbre de los Pueblos de
Nueva Orleáns y el II Encuentro Tri-nacional del Sector Energético. A diferencia de las
cumbres oficiales que se llevan a cabo en lugares fuertemente custodiados por los
aparatos de seguridad de los mandatarios, estos eventos son abiertos a la participación
del público en general487. Nuevamente, por medio de talleres autogestionados se logró el
intercambio de conocimiento: las asociaciones de los países vecinos aprendieron acerca
de la trágica experiencia que vivió en 2005 la población con el huracán Katrina y el
fracaso del gobierno para dar respuestas a tal situación, y los locales se informaron
sobre la ASPAN de la que no tenían mucha información. Por su parte el sector energético
reivindicó la energía como derecho de los pueblos y la energía renovable como eje
fundamental de desarrollo488.

485
Ibid.
486
Ibid.
487
“Decenas de policías locales y del sureño estado de Luisiana, apoyados por efectivos de la Guardia
Nacional, controlan con vallas metálicas un perímetro de unas diez manzanas ante la llegada del Presidente
anfitrión, George W. Bush; el mexicano, Felipe Calderón, y el Primer Ministro canadiense, Stephen Harper”.
“Estados Unidos, Canadá y México dan inicio a la cumbre”, en La Jornada, 21 de abril de 2008.
488
Cumbre de los Pueblos de Nueva Orleáns, Comunicado de Prensa: Abierto para los empresarios,
inaccesible para los pueblos, 22 de abril de 2008. Reporte de la Cumbre de los Pueblos de Nueva Orleáns y
del II Encuentro Tri-nacional del Sector Energético, Alianza Social Continental. Disponible en
http://www.asc-hsa.org/node/443 (visitado el 26/12/2008).
Previamente a ambas cumbres, la organización defensora de los Derechos
Humanos, Amnistía Internacional (AI), envió una carta el 15 de abril a los tres líderes. En
ella las secciones de Estados Unidos, México y Canadá demandan a los líderes “ser
transparentes acerca de su programa y de poner a los Derechos Humanos en el centro”;
sostienen que “nuestra región será segura y próspera cuando los derechos de todos los
norteamericanos estén garantizados, protegidos y defendidos” y que “debe establecerse
un Consejo de Derechos Humanos de América del Norte, formado por expertos
independientes de los tres países. El Consejo de Competitividad de América del Norte
ofrece asesoramiento y orientación a nuestros tres gobiernos con respecto a los intereses
empresariales. La falta de un órgano análogo de Derechos Humanos es un desequilibrio
que debe corregirse”489.
Como hemos apreciado hasta aquí, durante todo el proceso de la ASPAN las
directrices del CCAN han sido seguidas al pie de la letra, mientras que no ha sucedido lo
mismo con las demandas de otros sectores de la sociedad. A continuación se desarrollan
una serie de puntos que debieran tenerse en cuenta al analizar un acuerdo de la
magnitud del de la ASPAN.

2.5 Algunas cuestiones acerca de la ASPAN


Diferentes académicos y agrupaciones civiles de los tres países que están
analizando este proceso coinciden en advertir acerca de varios aspectos del mismo, los
cuales a los fines de esta investigación se considera importante destacar490:

· Carencia de una vigilancia democrática:


El desarrollo de la ASPAN se ha hecho de espaldas al escrutinio y aprobación por
parte de los Congresos de México y Estados Unidos y de los miembros del Parlamento de
Canadá. Las cumbres presidenciales, reuniones ministeriales y grupos de trabajo actúan
a puertas cerradas y con grandes operativos de seguridad.

489
Herrera Aragón, Alberto (Director Ejecutivo AI México), Vaugrante, Béatrice (Directora AI Canadá) y Cox,
Larry (Director Ejecutivo AI Estados Unidos): Carta de Amnistía Internacional a la reunión Cumbre de la
ASPAN, 15 de abril de 2008. Disponible en
http://www.derechoshumanos.org.mx/modules.php?name=News&file=article&sid=811 (visitado el
26/12/2008).
490
Se toma como base el trabajo de Perez Rocha L., Manuel: “La crítica a la ASPAN en Estados Unidos, desde
visiones opuestas. Desde la perspectiva xenófoba de los anti inmigrantes a la perspectiva progresista y en
favor de la democracia y los Derechos Humanos”, en Alternativ@s, año III, no. 33, 18 de febrero de 2008.
La integración silenciosa, como muchos la llaman, está marcada por reuniones
secretas, la falta de rendición de cuentas, la ausencia de un debate público, y de una
mínima información a la sociedad civil que no permite monitorear el proceso491.

· La sociedad civil y los medios de comunicación son excluidos


Las pocas oportunidades de participar que tiene la sociedad civil han sido
canalizadas a través de impersonales y falsables formularios en internet, medio que si
bien tiene un acceso bastante difundido no es universal492.

· Tan sólo los más grandes empresarios participan en la ASPAN


Hasta el momento la única voz que se ha escuchado es la de los acuerdos
logrados por los principales empresarios nucleados en el CCAN y la de sus intelectuales
orgánicos que forman el Grupo “Independiente” de Trabajo sobre el futuro de América
del Norte. Ningún otro tipo de organizaciones no gubernamentales ha sido invitado como
miembro de la ASPAN. Algunos analistas han calificado a esta situación como
“privatización del proceso de negociación y de elaboración de la política pública”493.

· Continuidad de la desregulación del comercio e inversiones


La prosperidad en la ASPAN está en seguir eliminando lo que las grandes
corporaciones consideran trabas para sus negocios. Lo que muchas veces provoca que las
pequeñas y medianas empresas dedicadas al mercado interno quiebren al quedar
desprotegidas, profundizando el desempleo -ya que son las que más cantidad de mano
de obra ocupan-; cuestión similar a la que ocurre en el campo que desde el 1° de enero
de 2008 está totalmente liberalizado. Estas son algunas de las razones que presionan a

491
De acuerdo con Laura Carlsen, “dicen que consultan con la sociedad civil, pero nadie sabe con quién o
sobre qué. Sus conclusiones, supuestamente, serán hechas públicas sólo cuando hayan sido adoptadas por
los líderes políticos de los tres países. Eso quiere decir que todo el trabajo de calcular los impactos sociales
y ambientales de los acuerdos tendrá que hacerse por la sociedad civil después de que los acuerdos hayan
sido implementados”. Carlsen, Laura (2007); Op. Cit.
492
Como afirma Laura Carlsen: “(…) si se supiera lo que se está acordando podría llevar a la construcción de
movimientos cívicos de oposición”. Ibid.
493
“Los empresarios no sólo hicieron la propuesta, también crearon la estructura. Los empresarios tienen en
sus manos la tarea de definir la política pública, es decir, los planes a largo plazo (…). Además son los
responsables de su implementación por tratarse de empresas privadas (…). Entonces se está privatizando el
proceso de negociación y de elaboración de la política pública (…)”. Cacho Niño, Norma Iris: “ASPAN:
Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte ¿De quién y para quién?”, en Alternativ@s,
año II, no. 27, 24 de septiembre de 2007.
muchos a convertirse en migrantes, los cuales son vistos como una de las “amenazas” a
la seguridad de Estados Unidos494.

· Asegurar el suministro de energía de los Estados Unidos


Teniendo presente que “el petróleo suministra más del 40% del total de la
energía que consume la mayor economía del planeta, que con menos de 3% de la
población mundial quema cerca de 25% del total del petróleo producido anualmente [y
que] en Estados Unidos el petróleo es la fuente de más de 99% de los combustibles que
se usan en autos y camiones”, es comprensible que “la agenda energética de la ASPAN
[sea] la agenda de Estados Unidos”495.
Según el experto en este tema, John Saxe-Fernández, la misma tiene respecto de
México tres ejes. “El primero es la apertura del comercio y la inversión en el protegido
sector energético (…). El segundo eje es la garantía de abasto, conocida en Canadá como
la ‘cláusula del abuelo’, que apunta a que los consumidores de Estados Unidos reciban
tratamiento como canadienses en tiempos de escasez derivada de bajas en la
producción496. El tercer objetivo (…) es lograr que México rechace cuotas de exportación
y precios mínimos de acuerdo con los lineamientos de la OPEP [Organización de Países
Productores de Petróleo]”497.
En el caso de Canadá se aprobó “la extracción de petróleo de las arenas
bituminosas [pasando] de un millón de barriles diarios a cinco millones de barriles
diarios para el 2030, siendo la mayoría de estos barriles extra para exportación a Estados
Unidos. La extracción de petróleo de las arenas bituminosas tiene altos costos
medioambientales y los críticos advierten que si el gobierno de Canadá fuera más
estricto en cuanto a la implementación de estándares ambientales relacionados a este
proceso, se podría abrir la puerta para una serie de demandas por parte de

494
Un dato importante lo aporta Bartra: “En la primera década del TLCAN, de 1994 a 2004, casi trece
millones de jóvenes mexicanos ingresaron al mercado de laboral, mientras que se crearon únicamente 2.7
millones de nuevas plazas, de modo que sólo en este lapso el desempleo acumulado [en esa franja de la
población] ha sido de diez millones”. Bartra, Armando: “Los nuevos nómadas”. Disponible en
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/mexico/xochimil/coloquio/Docs/Mesa3/Armando%20Bartra%
202.pdf (visitado el 26/12/2008).
495
Saxe-Fernández, John (2006); Op. Cit., pp. 196-197.
496
“En 1989, Canadá aceptó esa cláusula respecto a las exportaciones de hidrocarburos a Estados Unidos. En
virtud de ella, que es recíproca, ambos países están obligados a garantizar que los suministros de petróleo y
otros hidrocarburos no serán interrumpidos si uno de los gobiernos decide restringir exportaciones por
motivos de escasez”. En consecuencia, Canadá “está obligado a enviar a ese país el 65% de su producción, y
requiere importar 40% del petróleo que necesita para su consumo doméstico”. Saxe-Fernández (2006), Op.
Cit., pp. 197-198; Perez Rocha L., Manuel (2008); Op. Cit.
497
Saxe-Fernández (2006), Op. Cit., pp. 197-198.
corporaciones estadounidenses que son las principales inversionistas en este sector
(mediante la cláusula inversionista-Estado del capítulo de inversiones del TLCAN)”498.
Como advierte Saxe-Fernández, una de las consecuencias de esta “integración
energética” es que favorece en Estados Unidos, el mayor consumidor de combustibles
fósiles del planeta, una tendencia perezosa ya que contribuye a prorrogar medidas
urgentes respecto del cambio tecnológico en materia energética499.

· Convergencia regulatoria. La inocuidad alimentaria como ejemplo


Uno de los acuerdos de la agenda de Prosperidad contiene un Mecanismo de
coordinación sobre inocuidad alimentaria con el cual se busca confluir en estándares
comunes en este tema y la eliminación de diferencias identificadas. Esto implicaría
poner en riesgo la soberanía alimentaria y la cultura alimenticia de los pueblos, además
de promover el consumo de organismos genéticamente modificados, que produce
500
especialmente Estados Unidos . En Canadá, por ejemplo, las autoridades han
anunciados que los “canadienses se tendrán que adaptar a tener más pesticidas en sus
alimentos importados mientras armoniza (con Estados Unidos) la cantidad de pesticidas
permitidos en las frutas importadas y en los vegetales para que estén en línea con los
niveles en Estados Unidos y México”501.

· Inseguridad derivada de pertenecer al mismo perímetro de seguridad


Es en el tema de la seguridad donde emergen serias diferencias. Como señala
Benitez Manaut, después del 11 de septiembre, se ha intentado construir una seguridad
regional, que sin embargo “no implica que entre los tres países se tengan las mismas
percepciones de amenazas, las mismas doctrinas de seguridad, y los mismos medios para

498
Perez Rocha L., Manuel (2008); Op. Cit.
499
Saxe-Fernández, John (2006); Op. Cit. Para un análisis más completo sobre el tema de la energía en la
ASPAN veáse Villamar, Alejandro (2007); Op. Cit.
500
“La soberanía alimentaria es el derecho de todos los pueblos a definir sus propias políticas agrícolas y, en
cuanto a alimentación, a proteger y regular la producción agrícola nacional y el mercado interno con el fin
de lograr objetivos sostenibles, decidir en qué medida buscan la autosuficiencia sin deshacerse de sus
excedentes en terceros países practicando el dumping. (…) No se debe primar el comercio internacional
sobre los criterios sociales, medioambientales, culturales o de desarrollo”. Citado en Toledo López, Virginia
(2009); Op. Cit., p. 180.
501
Red Trinacional (RQIC, RMALC, ART, Common Frontiers), boletín de prensa: A Coup d’Etat lies behind the
‘Three Amigos’ SPP Summit, 17 de agosto de 2007. Veáse también, Arroyo Picard, Alberto (2005); Op. Cit.;
Villamar, Alejandro: “Agenda agrícola transnacional de la ASPAN ampliada al hemisferio”, en Alternativ@s,
año II, no. 29, 9 de noviembre de 2007.
enfrentar las amenazas, tanto al interior de los gobiernos como en la opinión de la
población”502.
Esto se reflejó en las posiciones que asumieron los gobiernos de Canadá y México
respecto de la invasión estadounidense a Irak y de su política antiterrorista. En el primer
caso, se ha apoyado la “guerra contra el terrorismo” cuando ésta se ha ubicado dentro
de los márgenes del Consejo de Seguridad de la ONU; ejemplo de ello es el envío de
tropas a Afganistán. Sin embargo, Canadá no respaldó la acción militar en Irak por ser un
operativo por fuera del organismo, y tener rasgos unilateralistas. En este sentido, fue
acompañado por la opinión pública canadiense503.
El caso de México fue más paradigmático, por ocupar en esos momentos un lugar
en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Su representante en el seno de dicho
organismo –Adolfo Aguilar Zinser- no representó la visión oficial de “que había que ser
solidarios con el vecino de manera incondicional, como opinó el canciller Jorge
Castañeda, manifestando la posición del presidente Vicente Fox”504. Sino que estimó que
“lo que estaba en riesgo era la relación con el mundo islámico-musulmán y la vigencia
de la Carta de las Naciones Unidas, no la relación con Estados Unidos”505.
En otras palabras, su posición identificó a una parte importante de la opinión
pública mexicana que consideraba que fue Estados Unidos con sus “políticas imperiales”
el que provocó los atentados y, en consecuencia, darle apoyo ponía a México en riesgo
de ser blanco del terrorismo. Además, dentro de la “nueva doctrina” de seguridad de la
potencia se ha tratado la cuestión migratoria como una “amenaza”, lo que también ha
provocado una visión negativa del país del norte en los mexicanos. Como es notable, en
este país existe una diferencia considerable entre el gobierno y la opinión pública que
rechaza la estrecha colaboración de éste con el de Estados Unidos en materia de
seguridad506.

502
Benítez Manaut, Raúl: “Retos a la seguridad en América del Norte y el Caribe”, presentación en Latin
American Studies Association, Montreal, 5-8 de septiembre de 2007, p. 4.
503
Ibid.
504
Benítez Manaut, Raúl (2006); Op. Cit., p. 145.
505
Por su postura, Aguilar Zinser fue calificado de antinorteamericano, a lo que respondió: “Es la decisión
más pronorteamericana tomada por México, nunca. Porque era decirles a los norteamericanos, espérate,
porque tú no sabes cuidar tu frontera sur y como yo vivo en la frontera sur, yo soy la frontera sur, yo sé
cuidar la frontera sur, y la frontera sur la cuido no yéndome a meter a una guerra con enemigos que se me
van a aparecer por acá”. Citado en Rodríguez Sumano, Abelardo (2008); Op. Cit.
506
“En los últimos cincos años, las encuestas demuestran que la opinión positiva de los mexicanos hacia su
vecino ha descendido de 68% a 36%. Esto se explica por el cambio de prioridades de la política del
presidente George W. Bush y el fracaso de muchas iniciativas del gobierno de México, sobre todo en los
temas migratorios. A ello se suma el hecho de que la opinión pública mexicana no ve positivamente la
acción militar de Estados Unidos en Irak”. Benítez Manaut, Raúl (2006); Op. Cit., p. 145.
Por otra parte, no hay que dejar de recordar lo que el clásico de Aguayo en esta
materia señalaba: “los estadounidenses no consideran la posibilidad de que su país
amenace la seguridad mexicana agrediendo, así, el sentido común más elemental”. En
ese tiempo, hacía referencia a la vecindad con una potencia nuclear y los peligros
derivados de tal situación507.
Como indica Carlsen: “simplemente, no existen razones actuales ni históricas
para creer que la agenda de seguridad de Estados Unidos tenga mayores coincidencias
con una agenda de seguridad real para México. (…) [Y] en un país como México, en
donde un alto porcentaje de la población no cuenta con necesidades básicas, es una
desviación de recursos -en muchos casos directamente a empresas estadounidenses que
se han engordado gracias a la ‘guerra contra el terrorismo’”508.

3. ¿Juntos pero separados? La construcción del muro fronterizo en el marco


de la “integración profunda”

Como decíamos al inicio de este capítulo, las relaciones entre Estados Unidos y
México existen desde que ambas lo hacen como naciones. Lo mismo se puede decir de
las migraciones. Sin embargo, este fenómeno se ha profundizado durante las últimas dos
décadas. El siguiente cuadro muestra la proporción de mexicanos en relación a resto de
la población latina que vive en Estados Unidos:

Figura XXIV: Mexicanos que viven en Estados Unidos, 2006

Población latina en Estados Unidos ……………………………………………………………… 40,4 millones


Porcentaje de la población latina de origen mexicano…………………………… 62,6%
Total de la población mexicana y mexicano-estadounidense………………… 25,3 millones
Población nacida en México……………………………………………………………… 11,2 millones
Población indocumentada nacida en México …………………………………… 5,9 millones
Ciudadanos de Estados Unidos con padres mexicanos……………………… 8,2 millones

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Benítez Manaut, Raúl: “México-Estados Unidos: paradigmas
de una inevitable y conflictiva relación”, en Nueva Sociedad, no. 206, noviembre-diciembre de 2006, p. 150.

507
Aguayo Quezada, Sergio (2002); Op. Cit., p. 129.
508
Carlsen, Laura (2007); Op. Cit.
El éxodo mexicano creció a la par de los efectos negativos del TLCAN y de la
crisis económica-social que atravesó el país a mediados de los ‘90. Simultáneamente,
aumentaron las medidas policíaco-militares de Estados Unidos para frenarlo, porque en
este acuerdo sólo tienen permiso para circular libremente las mercancías, el capital y la
contaminación pero no la fuerza laboral509.
Así, justamente en 1994, este país implementó en la zona Tijuana-San Diego, la
Operación Guardián (Gatekeeper en inglés) donde se construyó un doble muro metálico
de 40 kilómetros de largo por casi 3 metros de alto para evitar el cruce de
indocumentados. De llegar pasar dicha estructura, los inmigrantes debían escapar aún
de los 2.500 agentes de la patrulla fronteriza. Ese mismo año, en el que asumió William
Clinton, el presupuesto del Servicio de Inmigración y de Naturalización fue elevado un
72% respecto de 1993510.
Hoy nuevamente se da un impulso al TLCAN, sin embargo, otra vez el tema
migratorio queda fuera de la “agenda regional” de negociación. El gobierno
estadounidense ya ha dejado en claro que “se limita a los mecanismos bilaterales entre
los dos países y no a través de los mecanismos de la ASPAN”511. Hoy como entonces, la
“solución” se ha buscado en mecanismos policíaco-militares y con un nuevo muro.
El 1° de mayo de 2006 miles de inmigrantes de origen latino se manifestaron por
primera vez en la historia de Estados Unidos, tomaron las calles de más de 70 ciudades
en 40 Estados del país para protestar por las nuevas leyes migratorias promovidas por la
Cámara Baja, que ponían obstáculos para que los indocumentados pudieran obtener
licencias de conducir y criminalizaban a quienes daban trabajo a los mismos, además de
prever la construcción de un muro. El 25 de ese mes, el Senado aprobó otra iniciativa
menos agresiva, ya que preveía la regularización de varios millones mexicanos sin
documentos y también estipulaba la creación de un programa de trabajo temporal,
aunque, por otra parte, incrementaba el número de agentes de la patrulla fronteriza512.
Entonces, al existir dos proyectos de ley se creó una comisión conjunta entre las
dos cámaras para consensuar uno solo. Con 80 votos a favor y 19 en contra, finalmente
fue aprobada la ley que autoriza la creación del muro fronterizo. El 4 de octubre el

509
“La integración transfronteriza agrava la magnitud de los daños ecológicos. Y si las fábricas mexicanas no
se privan de verter en las cloacas californianas sus aguas servidas infectadas de virus y bacterias, las firmas
estadounidenses, por su parte, envían hacia el sur treinta veces más desperdicios tóxicos, a pesar de las
regulaciones del TLC”. Habel, Janette: “La primera frontera entre el Norte y el Sur”, en Le Monde
Diplomatic, no. 6, Edición Cono Sur, Buenos Aires, diciembre 1999.
510
Rebolledo Flores, Jorge (2008); Op. Cit., p. 182.
511
SPP Myths and Facts en www.spp.gov (visitado el 26/12/2008).
512
Velázquez Flores, Rafael y Schiavon, Jorge A (2008); Op. Cit., pp. 78-79.
presidente George W. Bush firmó en Arizona un primer paquete financiero para este
proyecto, que dispone “la construcción de 1.800 torres de vigilancia de alta tecnología a
todo lo largo de los 3.200 kilómetros de frontera con México, con un costo de 2.000
millones de dólares. [Este muro virtual] estará equipado con censores de temperatura y
movimientos, cámaras de video, más de 300 radares que pueden detectar a personas a
una distancia de 14 kilómetros, además de la asistencia de aviones de vigilancia no
tripulados”513.
Esto provocó duras críticas en México y bloqueó futuros acuerdos sobre los
derechos de los migrantes, quienes ven incrementar los riesgos de atravesar la frontera.
Según Benitez Manaut, “el muro es básicamente una iniciativa destinada al consumo
interno de Estados Unidos, que busca construir un discurso para los sectores
conservadores frente a las dificultades de la guerra en Irak. (…). El argumento de
Estados Unidos es que el muro será construido dentro de su territorio y que busca
resguardar su soberanía, por lo que, al tratarse de un asunto interno, México no debe
opinar”514.
Nuevamente, en esta clase de estrategias son dos los tipos de empresas que más
se benefician: en el ámbito fuera de la ley, las que se conocen como polleros o coyotes
que se dedican al tráfico de personas515, y en el plano legal, las que pertenecen al sector
bélico-industrial y comercian la guerra516.
Serán también estas últimas las que se beneficien de otro programa militarista, la
Iniciativa Mérida o Plan México que se negociará desde el primer encuentro entre Bush y
la administración de segunda generación de alternancia partidaria.

513
Albarrán de Alba, Gerardo: “La frontera se militarizó”, en Página 12, 1 de octubre de 2006.
514
Benítez Manaut, Raúl (2006); Op. Cit., pp. 151-152. Para Aguayo, “la muralla crecerá porque proyecta la
cerrazón de una sociedad que va perdiendo su tolerancia y ve con hostilidad todo lo diverso”. Aguayo
Quezada, Sergio: “Las murallas”, en Reforma, 18 de enero de 2006.
515
“Esta actividad se ha convertido en un negocio casi tan rentable como el tráfico de drogas. Por 650
dólares por persona (tarifa mínima a ambos lados de la frontera), pagaderos al fin de la operación, se puede
pasar en el día, a su propio riesgo. Pero para una operación de ese tipo a partir -por ejemplo- de la ciudad
de México con destino a Phoenix (Arizona). la tarifa es de 1.200 dólares (…). Para no hablar de ‘pasadores’
inescrupulosos que solicitan a los fugitivos 1.500 o 2.000 dólares para luego abandonarlos en medio del
campo, donde son perseguidos -y muchas veces maltratados- por las patrullas militares”. Habel, Janette
(1999); Op. Cit.
516
De acuerdo con Jesús Hernández Garibay, la compañía Lockheed Martin –en base a lo publicado en su
página de internet- está junto a Boeing, Elbit Systems Ltd., Unisys, DRS Technologies, Lucent Technologies,
Perot Systems, y Kollsman, entre otras, en la disputa por ser contratadas para la construcción del muro. Y
aporta el siguiente dato: “Lockheed Martín mueve hoy anualmente en la venta de alta tecnología militar al
planeta (aviones supersónicos, armas sofisticadas y equipos de telecomunicación, entre muchos otros),
alrededor de 800 mil millones de dólares, equivalente ni más ni menos que al ¡2.6 por ciento del producto
mundial bruto!”. Hernández Garibay, Jesús: “La Inmigración y el Suculento Negocio del Muro Fronterizo”, en
Siempre!, no. 2783, México, 15 de octubre de 2006.
4. Las relaciones con Estados Unidos en la administración de Felipe Calderón

El 13 y 14 de marzo de 2007 se produce la primera visita del presidente de


Estados Unidos, George W. Bush a la nueva administración mexicana. El encuentro
transcurre en la ciudad de Mérida, en el estado de Yucatán. Felipe Calderón aprovechó
la ocasión para hablar y hacer corresponsable a su par de los problemas que comparten.
Principalmente dos, migración y narcotráfico517.
Respecto de la primera cuestión, el anfitrión mostró su clara oposición a la
construcción del muro fronterizo, y además, como procedente de un estado altamente
expulsor de personas como lo es Michoacán, exigió respeto por sus connacionales. Si bien
manifestó que los estadounidenses tienen derecho a decidir sobre su territorio, expresó
que “puede ayudar más a detener la migración un kilómetro de carretera en Michoacán
o en Zacatecas, que 10 kilómetros de muro en Texas o en Arizona”518.
Si bien Bush coincidió en que los mexicanos que trabajan del otro lado del río
Bravo deben ser tratados con dignidad y respeto, rechazó la posibilidad de legalizar a los
aproximadamente doce millones que se encuentran ilegalmente; “la gente en Estados
Unidos no está a favor de eso, ni yo tampoco”, sentenció. A cambio, insistió con un
programa de trabajo temporal519.
En relación al narcotráfico, Calderón afirmó que en su país se están esforzando
mucho por lograr una “frontera segura” y en reapropiarse de las plazas públicas hoy en
manos del narcotráfico. Sin embargo, advirtió que sin una fuerte colaboración de su
vecino en tratar de reducir la demanda de drogas dentro de sus fronteras será difícil
lograr disminuir el abastecimiento desde México520.
La respuesta del presidente estadounidense convergió, y señaló “hay narcotráfico,
porque existe la demanda para la droga”, y asumió como principal responsabilidad de su
parte reducir el consumo. Quizás, esta haya sido una de las primeras veces en que un
mandatario de ese país reconoce la situación que provoca en otros que su Estado sea el
primer demandante mundial de estupefacientes. A pesar de esto, como veremos, la
estrategia no cambiará y será durante esta reunión que Bush ofrecerá su compromiso

517
Herrera, Claudia y Román, José Antonio: “Reunión condescendiente con exigencias moderadas”, en La
Jornada, 14 de marzo de 2007.
518
Herrera, Claudia y Román, José Antonio: “Desempolva Bush su promesa sobre una reforma migratoria”,
en La Jornada, 14 de marzo de 2007.
519
Herrera, Claudia y Román, José Antonio: “Rechaza Bush una posible amnistía a indocumentados”, en La
Jornada, 15 de marzo de 2007.
520
Herrera, Claudia y Román, José Antonio (2007); Op. Cit.
para llevar adelante un “plan regional” para México y Centroamérica, ya que de haber
éxitos en México el problema se correría hacia el sur521.
En el Comunicado Conjunto referente al encuentro se reconoce la constante
amenaza que implica para ambas naciones el narcotráfico y la violencia asociada a él. Se
destacan los esfuerzos del gobierno mexicano para combatirlo y se observa que éstos
podrían beneficiarse con mayores niveles de apoyo de Estados Unidos. De este modo, se
comprometen a incrementar la cooperación bilateral para luchar contra el crimen
organizado y combatir el tráfico de armas que fomenta la violencia522.
Asimismo, se hace referencia a otros temas que se enmarcan en los contenidos de
la ASPAN, como la protección de los recursos naturales que ambos países comparten –
incluyendo el aire y el agua-; la necesidad de promover inversiones productivas que
generen más empleos y mejor pagos en México como estrategia para abordar el
fenómeno migratorio; se acuerda estudiar las oportunidades para fomentar los
intercambios educativos como herramienta que estimule el entendimiento entre ambas
naciones; y, finalmente, se reitera la idea de un “futuro compartido”523.
En consecuencia, en esta ocasión comienza a delinearse la que más tarde se
conocerá oficialmente como Iniciativa Mérida, estrategia de combate al narcotráfico y al
“terrorismo” en el marco más amplio de la ASPAN.

5. La Iniciativa Mérida, ¿una estrategia destinada al fracaso?

Algunos mexicanos (los que tienen acceso) comienzan a tener noticias de este
proceso -como en otras ocasiones en las que se lograron importantes acuerdos entre
estos dos países- a través de la prensa escrita estadounidense. Fue el 8 de agosto que el
“Washington Post informó que Estados Unidos negociaba con México un ambicioso
acuerdo para combatir al narcotráfico”524. A mediados de ese mismo mes, el Procurador
General de la República confirmó que se estaba concertando un multimillonario paquete
de seguridad similar al Plan Colombia, en efecto, sus declaraciones ocurrieron un día

521
Herrera, Claudia y Román, José Antonio: “Mea culpa del texano en materia de tráfico de drogas y
delincuencia”, en La Jornada, 14 de marzo de 2007.
522
Comunicado Conjunto México-Estados Unidos, Mérida (Yucatán), 14 de marzo de 2007.
523
Ibid.
524
Por ejemplo, “en 1992 y de manera inesperada el Wall Street Journal informó que Carlos Salinas estaba
negociando un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos”. Aguayo Quezada, Sergio: “Plan México”, en
Reforma, 29 de agosto de 2007.
después de que el Departamento de Estado estadounidense ratificó lo publicado en el
periódico Washington Post525.
Originalmente, el plan se haría público en la reunión de los líderes de
Norteamérica que transcurrió el 20 de agosto en Canadá pero como todavía faltaba
acordar algunos detalles no se hizo. Por otra parte, el hecho de que sea la Secretaria de
Relaciones Exteriores la que lleve adelante las negociaciones de este programa explica
el encuadre dentro de la ASPAN ya que en el esquema de la alianza es su
responsabilidad526.
Si bien como se mencionó, la ayuda económica proveniente de Estados Unidos se
estaba arreglando desde, por lo menos, marzo esto no fue informado a la población
mexicana mediante el Primer Informe de Gobierno de Felipe Calderón, publicado en
septiembre. Recién el 22 de octubre ambos gobiernos comunican que la Casa Blanca ha
solicitado al Congreso un fondo de 500 millones de dólares para el año fiscal 2008, como
parte de un programa de cooperación multianual por 1.400 millones de dólares, para el
desarrollo de una estrategia conjunta contra el crimen organizado. Además, señalaba
que los recursos eran parte de la Iniciativa Mérida –forma en que se llamó oficialmente
para evitar que se relacione al paquete con el Plan Colombia, como lo hacía la prensa al
llamarlo Plan México-. Según el comunicado, la misma se basa en los principios de
“responsabilidad compartida, la reciprocidad, la confianza mutua y el respeto a la
soberanía y jurisdicción de cada Estado”527.
Cabe destacar, por otra parte que México históricamente fue un país reticente a
recibir montos importantes de ayuda militar estadounidense, y esto se puede apreciar en
la siguiente tabla donde se observa que durante diez años (1996-2006) recibió en total
421,85 millones de dólares, o sea, menos de lo que recibirá en un año con la Iniciativa
Mérida528.

525
Fazio, Carlos: “El Plan México: militarización, daños colaterales y soberanía”, en La Jornada, 1 de
septiembre de 2007.
526
Espinosa Torres, Felipe: Análisis de la seguridad pública y la seguridad nacional en el Primer Informe del
Gobierno Federal (2ª parte), ICESI (Instituto Ciudadano de Estudios Sobre la Inseguridad), octubre de 2007.
527
Secretaría de Relaciones Exteriores, Comunicado 283: Conversan los presidentes Calderón y Bush sobre la
“Iniciativa Mérida” para la cooperación bilateral contra la delincuencia organizada, 22 de octubre de 2007.
528
Benítez Manaut, Raúl: La Iniciativa Mérida: desafíos del combate al crimen y el narcotráfico en México,
Real Instituto Elcano, ARI no. 129/2007, 10 de diciembre de 2007.
Figura XXV: Asistencia militar de Estados Unidos a México, 1996-2006 (en millones de dólares)

Año 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
Monto 3,38 79,04 26,08 21,3 16,68 27,54 54,30 29,68 55,48 57,82 50,55

TOTAL = 421,85

Fuente: Haugaard, Lisa; Isacson, Adam y Olson, Joy: Borrando las divisiones. Tendencias de los programas
militares estadounidenses para América Latina, Centro de Política Internacional, Fondo de Educación del
Grupo de Trabajo sobre América Latina y Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, Washington
DC, 2005, p. 21.

El pedido del presidente Bush fue incluido como parte de una ley con recursos
extraordinarios para la seguridad nacional de su país. Apuntó que “junto con el apoyo
para nuestras tropas en Afganistán e Irak, el (gasto) suplementario también incluye
financiamiento de emergencia para otras necesidades críticas de seguridad nacional” y
entre ellas mencionó que el proyecto de ley “otorga asistencia vital a nuestros socios en
México y América Central que están trabajando para desarticular los cárteles de droga y
combatir el crimen organizado y detener el tráfico humano”529. Asimismo, a diferencia
del comunicado emitido por el gobierno mexicano, el de la Casa Blanca incluía el
combate al terrorismo dentro de las responsabilidades que le correspondían al gobierno
vecino.
El Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes
estadounidense inició el 25 de octubre una serie de audiencias para analizar en detalle
la Iniciativa Mérida, ya que en los ocho meses de negociaciones del plan nunca fue
consultado. Lo mismo se puede decir del Legislativo de México. En consecuencia, al igual
que la ASPAN, la iniciativa se condujo como un “compromiso político” entre los
mandatarios530. Tal como dijo la canciller Patricia Espinosa cuando fue llamada al día
siguiente por el Senado a comparecer, “no se trata ni de un tratado que deba ser
sometido a aprobación del Senado ni de un acuerdo interinstitucional, como lo define
nuestra ley de celebración de tratados”531; agregó que “se parece más a los convenios
internos que firma el gobierno de Washington con sus estados o con países asociados
como Puerto Rico” y que “(…) el gobierno de California o el de Texas hubieran tenido

529
Brooks, David y González Amador, Roberto: “Pide Bush 500 millones de dólares para asistencia antidrogas
a México”, en La Jornada, 23 de octubre de 2007.
530
Valverde Loya, Miguel Ángel: “¿Seguridad regional en la Iniciativa Mérida?”, en Casa del Tiempo, vol. II,
época IV, no. 13, noviembre de 2008.
531
Albarrán de Alba, Gerardo: “Temor en México por el plan Mérida”, en Página 12, 26 de Octubre de 2007.
más margen de libertad y respeto en un convenio de este tipo que lo que aquí hemos
conocido como Plan México”532.
Durante esa misma presentación reconoció que su país colaborará en los
esfuerzos de “combate al terrorismo”. También se aclaró que los recursos no serán
financieros sino que llegarían en forma de equipos electrónicos de detección, programas
de computación y entrenamiento y se repartirán entre cuatro subprogramas
antinarcóticos, antiterrorismo y seguridad fronteriza; seguridad pública y policía;
fortalecimiento de instituciones, y apoyo a programas533. Asimismo, remarcó que el plan
“no incluye de forma alguna la participación en México de empresas o asesores privados,
como tampoco la presencia de tropas o participación operativa de agentes de Estados
Unidos. Explicó que México puso como condición a Estados Unidos que los equipos
recibidos sean operados por mexicanos, ya sea del Ejército, de la Marina o la policía. No
obstante, reconoció que los mexicanos sí recibirán capacitación en Estados Unidos, de
ser el caso, para operación y mantenimiento de los equipos de alta tecnología y
especializados”534.
Según el documento en manos del Congreso estadounidense la ayuda se repartiría
de la siguiente forma:

Figura XXVI: Presupuesto requerido para la Iniciativa Mérida (Millones de dólares)

Programa y monto Concepto del gasto Concepto del gasto


en millones de (2008) (2009)
dólares
• 208,3 millones para la adquisición • 118 millones para mejorar la
de ocho helicópteros de transporte infraestructura y los sistemas de
Bell 412s, incluyendo 24 millones información de agencias no
para equipo logístico, partes y militares, como el INM, la PGR, el
paquete de entrenamiento para el CISEN, el servicio postal y las
Ejército y la Armada; 87 scanners de aduanas.
ion manuales para el Ejército y la • 100 millones para mantenimiento
Fuerza Aérea; dos aviones de de las aeronaves de ala fija
Programa reconocimiento (CASA CN-235-300) utilizadas para la vigilancia y la
Contranarcóticos, para la Armada y dos aviones que intercepción de narcotráfico.
contraterrorismo y serán operados por la PGR. • 20 millones en equipos de
seguridad fronteriza • 31,3 millones son para el Instituto inspección de rayos gamma para
Nacional de Migración (INM), para su uso en los puestos de control
modernizar su base de datos y del Ejército.
sistema de verificación de TOTAL: 238 millones de dólares

532
Becerril, Andrea: “Plantea Beltrones volver a citar a la canciller”, La Jornada, 26 de octubre de 2007.
533
Carreño, José: “Iniciativa Mérida incluye combate antiterrorismo”, en El Universal, 24 de octubre de
2007.
534
Gómez Quintero, Natalia y Jiménez, Sergio Javier: “La Iniciativa Mérida no arriesga soberanía: SRE”, en
El Universal, 23 de octubre de 2007.
documentos, también
entrenamiento y equipamiento de
personal en técnicas de rescate y
salvamento que serán utilizados en
la frontera sur de México.
• 25,3 millones para establecer un
sistema seguro de comunicaciones
en instalaciones de las agencias de
seguridad nacional y para
inspeccionar las claves de correo.
• 2 millones para expandir la
capacidad de la oficina del
Procurador General en la iniciativa
del contra traficantes.
• 31,5 millones para scanners de
rayos X, capacitación en detección
canina y entrenamiento para
agentes de aduana ubicados en los
puntos de entrada.
• 7,9 millones para mejorar la
interconectividad de las bases de
datos de los servicios de
inteligencia.
TOTAL: 306,3 millones de dólares
• 30 millones para equipo de • 137,55 millones para la PFP
inspección no intrusivo (scanners de repartidos de la siguiente forma:
rayos X en Vans) para la Policía helicópteros y mantenimiento de
Federal, y establecer un equipo los mismos (106 millones);
Programa de nuevo de inspección canina. equipos móviles de de inspección
Seguridad Pública y • 6 millones para equipamiento de con rayos gamma (26 millones);
Aplicación de la Ley seguridad (vehículos armados, scanners de rayos X en Vans para
radios, chalecos y cascos antibalas, vehículos ligeros (4,8 millones); y
entrenamiento y equipo asociado). capacitación en detección canina
• 5 millones para ayudar a la Unidad (0,75 millones).
de Inteligencia Financiera para • 10,9 millones para programas de
mejorar la infraestructura de reducción de la demanda de
cómputo y las herramientas de drogas.
análisis de información. TOTAL: 148,45 millones de
• 15,1 millones para ayudar a la dólares
Secretaría de Salud con sistemas de
cómputo para crear una base
nacional de datos de centros
nacionales de tratamiento contra
drogas.
TOTAL: 56,1 millones de dólares
• 60,7 millones para renovar los • 23,4 millones para mejoras en el
sistemas forenses de información en sistema de justicia
la PGR, y proveer entrenamiento en • 8,5 millones para el Instituto
gestión de tribunales, gerencia de Forense de la PGR
prisiones, y profesionalización • 9,4 millones para el
Construcción policíaca, programas de protección perfeccionamiento en la
Institucional y de víctimas y testigos, y recolección y análisis de datos.
aplicación de la Ley entrenamiento en extradición. TOTAL: 41,3 millones de dólares
• 5 millones para apoyar al Instituto
Nacional de Ciencias Forenses.
• 19,9 millones para ayudar a la PGR
a digitalizar todas las funciones de
los jueces, otorgando sistemas
gerenciales y reconstruyendo las
bases de datos.
• 15 millones para los programas
anticorrupción, transparencia y de
Derechos Humanos.
TOTAL: 100,6 millones de dólares
Programa de Apoyo • 37 millones de costo de • 22,5 millones para sufragar
administración del personal gastos administrativos y servicios
estadounidense. relacionados con el paquete de
ayuda.
TOTAL 500 millones de dólares 450,25 millones de dólares

Fuente: Elaboración propia en base a Cook, Colleen W. y Ribando Seelke, Clare: Merida Initiative: Proposed
U.S. Anticrime and Counterdrug Assistance for Mexico and Central America, Congressional Research Service
Report for Congress, Order Code RS22837, July 7, 2008.

Como se observa en el cuadro previo, la mayor parte de la asistencia se dirige


hacia equipos, sistemas y entrenamiento, es decir, fortalecer el enfoque punitivo y de
vigilancia por sobre uno preventivo. Por ello, las agencias más beneficiadas son las de
Defensa Nacional, Marina y Procuraduría General, coincidentemente son los organismo
estatales que más denuncias sobre violaciones a los Derechos Humanos han recibido.
Por otro lado, Estados Unidos condiciona su tecnología a ciertas reformas
judiciales, penales y de procuración de justicia en la normativa mexicana. Asimismo,
incluye reforzar la administración de prisiones y “compartir información de inteligencia
y migratoria en ‘tiempo real’ (estándares de vigilancia y sistemas compartidos de
entrada y salida; estándares biométricos equivalentes, así como pasaportes, visas,
tarjetas de residencia permanentes, credenciales de transporte y otros documentos
fronterizos)”535. En otras palabras, el Plan Mérida supera el objetivo de disminuir el flujo
de narcóticos y penetra casi todo el sistema de seguridad y procuración de justicia
mexicano, más bien reestructurará la relación entre ambas naciones, reformulará
problemas económicos y sociales en asuntos de seguridad y probablemente aumente la
militarización de la sociedad mexicana.
Considerado así, el programa se estaría encaminando a un Plan Colombia. A
continuación, se desarrollarán algunas comparaciones hechas por los analistas entre la
estrategia estadounidense aplicada en el Cono Sur y la que se materializaría en el país
colindante.

535
Fazio, Carlos: “El Plan México”, en La Jornada, 23 de noviembre de 2007.
5.1 Algunas comparaciones entre la Iniciativa Mérida y el Plan Colombia
En primer lugar, cabe destacar que desde el inicio el proyecto colombiano fue
público, mientras que lo que se sabe de la Iniciativa Mérida es lo que se ha filtrado en la
prensa.
En segundo lugar, la ayuda a México se centra en “acabar con el tráfico de drogas,
(incluidos sus precursores químicos), el tráfico de armas, las actividades financieras
ilegales y el contrabando de divisas, y el tráfico de personas”536, a diferencia de la idea
de un Plan para la paz, prosperidad y el fortalecimiento del Estado como se denominó
al Plan Colombia. Es decir, éste último tenía un fin más amplio, la efectivización del
poder público en todo el todo el territorio537.
Una de las distinciones fundamentales que subrayan los especialistas respecto del
operativo sudamericano es que en el Plan Mérida no está contemplada la participación
directa de tropas estadounidenses como sí sucede en Colombia538. Pero, a largo plazo,
esto podría modificarse.
Otra cuestión señalada es el monto de los esquemas, ya que el mexicano
alcanzaría como cantidad final 1.400 millones de dólares mientras que los fondos
suministrados al gobierno colombiano sumarían 4.700 millones de dólares539. Sin embargo,
con el transcurrir del tiempo el total mexicano también podría ascender.
Finalmente, la diferencia más importante, según algunos analistas, para que la
Iniciativa Mérida no se desarrolle como el Plan Colombia es que “no existen en México
las condiciones que experimenta la nación sudamericana, como lo es la extensa invasión
de la guerra paramilitar y guerrilla, [donde] el plan lleva implícito los efectos

536
Secretaría de Relaciones Exteriores (2007); Op. Cit.
537
“El Plan Colombia, en consecuencia, proponía diez estrategias, no todas ellas relativas al narcotráfico,
aunque ésta terminara primando definitivamente sobre las demás. Las propuestas del gobierno colombiano
en el documento fueron: ‘una estrategia económica que genere empleo’ y que debía ir de la mano de una
‘expansión del comercio internacional, acompañada por un mejor acceso a los mercados extranjeros y de
acuerdos de libre comercio’; ‘una estrategia fiscal y financiera que adopte medidas severas de austeridad’;
‘una estrategia para la defensa nacional para reestructurar y modernizar las Fuerzas Armadas y la Policía’;
‘una estrategia judicial y de Derechos Humanos, con el fin de reafirmar el estado de derecho’; ‘una
estrategia antinarcóticos, en asocio con los demás países involucrados en algunos o todos los eslabones de la
cadena’; ‘una estrategia de desarrollo alternativo, que fomente esquemas agropecuarios y otras actividades
económicas rentables’, que incluía ‘proyectos productivos sostenibles, integrales y participativos’; ‘una
estrategia de participación social’ centrada en dar más responsabilidades al gobierno local y en ‘el
compromiso de la comunidad en los esfuerzos anticorrupción y una presión constante sobre la guerrilla y
sobre los demás grupos armados’, y que buscaba ‘fortalecer las instituciones formales y no formales que
fomenten cambios en los patrones culturales”; “una estrategia de desarrollo humano que garantice los
servicios de salud y de educación adecuados para todos los grupos vulnerables de la sociedad’, y ‘una
estrategia de orientación internacional que confirme los principios de corresponsabilidad, acción integrada y
tratamiento equilibrado para el problema de la droga’. “Planes México y Colombia: Parecidos y disonantes”,
en La Jornada, 24 de octubre de 2008.
538
“Niega cancillería presencia militar de EU por Iniciativa Mérida”, en El Universal, 22 de octubre de 2007.
539
“Planes México y Colombia: Parecidos y disonantes” (2007); Op. Cit.
indeseables hacia ámbitos distintos al de la lucha contra las drogas”540. Sin embargo, en
México existen diversos grupos armados como el EZLN (Ejército Zapatista de Liberación
Nacional), el EPR (Ejército Popular Revolucionario) y el EPRI (Ejército Revolucionario del
Pueblo Insurgente), entre otros. Asimismo, en la zona de Chiapas donde está presente el
EZLN existen varios grupos paramilitares que entre 1994 y 1997 desplazaron de sus
pueblos 20.000 bases de apoyo zapatistas, los despojaron de sus artículos personales,
tierras y cosechas. Los paramilitares se apropiaron de éstos y fueron a partir de ese
momento los nuevos propietarios de las tierras que pertenecían a las comunidades
zapatistas 541 . También se utilizaron este tipo de grupos durante el conflicto social
oaxaquense542.
Fue justamente la combinación de la llegada de armamento y fondos a las
Fuerzas Armadas colombianas, junto con la autorización del Congreso estadounidense
para que sus hombres (y contratistas de empresas dedicadas a la guerra como Lockheed-
Martin, California Microwave Inc., DynCorp, entre otras) se involucraran en la guerra
contrainsurgente, una extensa presencia de paramilitares -cobijados no sólo por
intereses privados sino también por el gobierno nacional- y de actividades de
narcotráfico, que desató una tragedia humana en Colombia. Así, durante 2002, por
ejemplo, se registraron 544 masacres con 2.447 muertos, 4.512 asesinatos políticos, 744
desaparecidos y 734 arrestos arbitrarios. La cifra de desplazados que se refugian en los
países vecinos ya alcanzó los 3,8 millones de personas543.

540
Záyago Lau, Edgar: “El Plan Mérida”, en Milenio, 21 Mayo de 2008.
541
El paramilitarismo en Chiapas es una forma de organización social impulsada principalmente por el
Ejército y los latifundistas. Según diversas apreciaciones, son entre doce y veinte los grupos paramilitares
activos en Chiapas, con un número de miembros de 30 a 250. Entre éstos, el principal es el conocido como
“Paz y Justicia”, también hay otros como “Solidaridad Campesina Magisterial”, “Chinchulines”, “Fuerzas
Armadas del Pueblo”, “Los Puñales”, el “Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista”, etc. Uno de
ellos, llamado “Máscara Roja” asesinó brutalmente el 22 de diciembre de 1997 a 45 indígenas que se
encontraban rezando en una capilla a 200 metros del establecimiento policial en Acteal, pueblo que se
definió como neutral; desde esa fecha los paramilitares “comenzaron a extender masivamente el terror
hacia aquellos que no quieren tomar la posición ni a favor del gobierno ni del EZLN”. Azzellini, Darío:
“México: Paramilitarismo como Organización Social. Lucha Contrainsurgente en Chiapas”, en Azzellini, Dario
y Kanzleiter, Boris: La privatización de las guerras. Paramilitares, señores de la guerra y Ejércitos privados
como actores del nuevo orden bélico, versión para América Latina de “Das Unternehmen Krieg”, CEDIB
(Centro de Documentación e Información Bolivia), Cochabamba, febrero de 2005, pp. 75-80.
542
“Son muchas las voces que denuncian la existencia de grupos parapoliciacos vestidos de civil, que
transportados en camionetas sin placas recorren la capital [de Oaxaca] levantando cuanta persona les
parece sospechosa (…)”, Francisco López Bárcenas, abogado mixteco. “Es una caravana de la muerte, que
todo el día de hoy ha estado recorriendo la capital de Oaxaca, disparando contra población civil desarmada
e indefensa, con armas de fuego. Son guardias blancas, paramilitares, policías y según supimos hace unos
días tras la detención de uno de ellos, habría también militares en estos recorridos de la muerte”, Centro de
Medios Libres-DF. Citas en Gálvez de Aguinaga, Fernando: “Dictadura y levantamiento popular”, en
Biodiversidad, Fundación Grain, no. 50, enero de 2007, pp. 39 y 43.
543
Azzellini, Dario: “Colombia: Laboratorio Experimental Para El Manejo Privado De La Guerra”, en Azzellini,
Dario y Kanzleiter, Boris (2005); Op. Cit., p. 30.
Todo esto fue resultado de la militarización en Colombia que se profundizó con la
ayuda de Estados Unidos a través del Plan Colombia, que si bien en su origen tenía fines
más amplios en la práctica terminó concentrando los esfuerzos en el combate a la
guerrilla y el narcotráfico, es decir, al final tuvo el mismo objetivo que hoy se anuncia
para la Iniciativa Mérida. Sin embargo, a pesar de haberse centrado en el narcotráfico
sus resultados han sido prácticamente nulos en este sentido, ya que este país sigue
configurándose como el principal productor mundial de drogas. Es por ello que cabe
plantearse algunos interrogantes respecto de llevar adelante en México una estrategia
similar544.

5.2 Algunas cuestiones respecto de la Iniciativa Mérida


En el presente apartado se intenta repasar algunos temas que surgen al momento
de reflexionar sobre la Iniciativa Mérida y su estrategia de combate a los narcóticos:

 El esquema de “guerra contra las drogas” no funciona


Como se ha desarrollado a lo largo del presente trabajo, la estrategia de combate
a las drogas parte de una premisa errónea que afirma que la interdicción, o sea, el
erradicar los narcóticos en los países productores o de tránsito hacia Estados Unidos,
terminará con el flagelo del tráfico de estupefacientes trasnfronterizo. La idea es que al
“atacar la oferta” ésta disminuiría subiendo el precio y haciéndose más inaccesible para
los consumidores. Sin embargo, luego de más de treinta años de aplicación de este
método no se ha producido ese resultado, sino que por el contrario las drogas son más
baratas, abundantes y de mejor calidad; y a pesar de haber una tendencia a la baja en
el precio, sigue siendo uno de los negocios más rentables de la economía mundial. Por
otra parte, de registrarse alzas en el precio se crean incentivos para que más
proveedores entren al lucrativo mercado de venta de estupefacientes ilegales545.
Lo que sí está comprobado que funciona y con menos recursos es una estrategia
basada en el tratamiento de los adictos, la reducción de daños, la prevención y la
rehabilitación. Un estudio llevado a cabo en California descubrió que cada dólar

544
En este apartado no se ha intentado demostrar que México sigue el recorrido de Colombia, sino que
existen los factores –aunque con relaciones diferentes entre sí- que en ese país llevaron a una crisis
humanitaria. Veáse para un análisis comparado de estos tres factores en los dos países (narcotráfico,
guerrilla y paramilitares) y el papel del Estado, el trabajo de Gonzalbo Fernando, Escalante: “¿Puede México
ser Colombia? Violencia, narcotráfico y Estado”, en Nueva Sociedad, no. 220, marzo-abril de 2009, pp. 84-96.
545
Freeman, Laurie: “Déjà vu. La política antidrogas en la relación México-Estados Unidos”, en Foreign
Affairs en Español, ITAM, vol. 8, no. 1, enero-marzo de 2008, p. 20. Carlsen, Laura: Un abecedario del Plan
México, Programa de las Américas Informe Especial, 23 de mayo de 2008.
invertido en tratamiento les ahorró a los ciudadanos, a nivel estatal, 7 dólares que de lo
contrario serían gastados probablemente en esfuerzos por prevenir la delincuencia546.
Asimismo, una investigación de la RAND Corporation, uno de los think tank más grande
del mundo, advirtió en 1994 que para la reducción del consumo de la cocaína, el
tratamiento entre los consumidores frecuentes es 23 veces más efectivo que la
erradicación de la cosecha de la droga u otros esfuerzos dirigidos a atacar la oferta, 11
veces más eficiente que la prohibición, y tres veces más eficaz que imponer sentencias
mínimas obligatorias547.
A pesar de esto, el programa Mérida no destina ni un dólar al tratamiento y la
rehabilitación en ninguno de los dos países548. Las autoridades estadounidenses afirman
que la Iniciativa es parte de la ayuda al exterior, por tanto las medidas de reducción de
la demanda interna de drogas no tienen lugar en ella. Es más, este país ha recortado
recientemente los fondos para políticas de prevención y tratamiento, justamente cuando
uno de los motivos por los cuales muchas personas que desean un tratamiento no
acceden a él es por el precio del mismo549.

 Los riesgos de dar más armas y entrenamiento a cuerpos de seguridad


corrompidos y con antecedentes de violaciones a los Derechos Humanos
Como se ha mencionado varias veces en esta investigación, a menudo los cuerpos
de seguridad mexicanos son más parte del problema que de la solución al tener muchos
de sus integrantes intensas relaciones con los narcotraficantes. Por ello, el objetivo de
la Iniciativa Mérida de otorgar mejores equipos y entrenamiento, puede volverse en
contra mientras sigan produciéndose enorme deserciones y/o purgas, como ocurrió con
Los Zetas. Igualmente, entregar sofisticada capacidad de espionaje y vigilancia puede
llevar a que se cometan serios abusos a la intimidad y libertad de la población550.
Además, proporcionar adiestramiento a las agencias encargadas de aplicar la ley
no alcanza, debería darse una reforma integral de las instituciones de seguridad. Como
señala Freeman, “las mejores herramientas, adiestramiento y técnicas no tendrán el

546
Departamento de Programas para Alcohol y Drogas de California: Evaluating Recovery Services: The
California Drug and Alcohol Treatment Assessment, California, 1994.
547
Rydell, C. Peter y Everingham, Susan S.: Controlling Cocaine: Supply Versus Demand Programs, Centro
RAND para la Investigación de Políticas de Drogas, Santa Mónica, 1994.
548
Si bien como se vio en la figura XXVI hay destinado 15,1 millones para la Secretaría de Salud –en el
presupuesto 2008- éstos serán utilizados para crear una base de datos de centros nacionales de tratamiento
contra drogas, no para la atención a pacientes o para la expansión de servicios.
549
Freeman, Laurie (2006); Op. Cit., pp. 22-23
550
Carlsen, Laura (2008); Op. Cit.
impacto esperado si quienes los reciben no son profesionales capaces y dignos de
confianza” 551 . En otras palabras, el programa omite que saber cómo investigar a los
narcotraficantes no supone nada si los oficiales están coludidos con los mismos.
Finalmente, seguir dándole un rol predominante a las Fuerzas Armadas en
materia de control de los cuerpos policíacos puede devenir en que nunca se logren
instituciones completamente civiles para realizar las funciones de seguridad pública552.

 Narcotráfico, terrorismo y migración indocumentada en un mismo paquete


El Plan Mérida equipara virtualmente –como la ASPAN- las amenazas que
supuestamente enfrentan tanto Estados Unidos como México: traficantes ilegales,
terroristas y migrantes indocumentados, sin embargo esto es descontextualizar y
securitizar problemáticas distintas en dimensiones y naturaleza, y, por tanto, con
respuestas diferentes.
A pesar de ello, las autoridades mexicanas han codificado de forma ambigua al
terrorismo, y han expandido las prerrogativas de vigilancia interna a través de
intervenciones telefónicas y la fracasada puesta en vigencia de una medida que permitía
los cateos sin orden judicial. Como decíamos, una vez prendidos los aparatos de
espionaje serán dirigidos contra la ciudadanía en general553.
Por otro lado, asimilar a los trabajadores migrantes con los contrabandistas y
terroristas sería ignorar la raíz de la emigración mexicana así como la demanda de mano
de obra que existe en Estados Unidos.

 Deficiencias generales del Plan Mérida


Si bien es de destacar la postura de Estados Unidos de colaborar con México en
mitigar el flagelo que produce el narcotráfico, ésta debería haber ocurrido mucho antes.

551
Freeman, Laurie (2008); Op. Cit., p. 21.
552
Benítez Manaut, Raúl (2007); Op. Cit.
553
Fazio, Carlos (2007b); Op. Cit. El 26 de abril de 2007 se aprobó una reforma al Código Penal Federal para
sancionar el terrorismo, quedando establecido en el artículo 139 que “se impondrá una pena de prisión de
seis a 40 años y hasta mil doscientos días de multa, sin perjuicio de las penas que correspondan por los
delitos que resulten, al que utilizando sustancias tóxicas, armas químicas, biológicas o similares, material
radiactivo o instrumentos que emitan radiaciones, explosivos o armas de fuego, o por incendio, inundación,
o por cualquier otro medio violento, realice actos en contra de las personas, las cosas o servicios públicos,
que produzca alarma o terror entre la población o en un grupo o sector de ella, para atentar contra la
seguridad nacional o presionar a la autoridad para que tome alguna determinación”. Por tanto, se considera
como acto terrorista la utilización de “medios violentos”, lo que sumado a la frase “[para] presionar a la
autoridad para que tome alguna determinación”, provoca que muchas manifestaciones socio-políticas caigan
dentro de esta tipificación. Becerril, Andrea: “Error, equiparar terrorismo con lucha social, admiten PRI y
AN”, en La Jornada, 28 de abril de 2007.
Es probable que una mayor coordinación entre las autoridades y agencias de los dos
países logre algunos resultados positivos en materia de arresto a grandes capos. Pero
como ya se mencionó esto no desarticula el negocio millonario de ventas de drogas
porque la demanda permanece casi intacta. En consecuencia, el Plan Mérida tiene pocas
probabilidades de reducir el trasiego de estupefacientes y sus males asociados –violencia
y corrupción- mientras la prohibición sea intocable.
Aparte, el esquema de ayuda no incluye mecanismos para evaluar el impacto
sobre los Derechos Humanos que ocasionará el equipamiento nuevo. Tampoco establece
indicadores para medir la efectividad del equipo y el entrenamiento que reciban las
instituciones de seguridad mexicanas, así como tampoco provee instrumentos para
asegurar que la ayuda se destina exclusivamente para los objetivos establecidos554.
Hay que tener presente que “la guerra contra las drogas” se peleará en territorio
mexicano y allí se producirán las bajas y los efectos colaterales, al tiempo que Estados
Unidos no toma medidas serias para reducir el mercado de consumidores, cortar el
tráfico ilegal de armas y perseguir a los encargados de lavar el dinero, responsabilidades
que se ubican dentro de sus límites.
Más bien, se beneficiará de la relación de dependencia que se establece entre un
país exportador de tecnología militar y el receptor, que necesita del primero para que le
proporcione capacitación, repuestos y mantenimiento que sólo pueden obtenerse del
productor. “Y como esos servicios se requieren a lo largo de toda la vida útil del
producto (por ejemplo 15-20 años en materia de aviación), un convenio de armamento
normalmente tiende a vincular políticamente al receptor con el donante durante ese
tiempo, si se quiere mantener cierta continuidad en la efectividad militar”555.

6. Reflexiones preliminares

Este último capítulo ha buscado demostrar cómo la relación que el gobierno


mexicano mantiene con su par estadounidense refuerza la situación de militarización
que vive el país: proveyendo de mejor armamento a los aparatos castrenses,
congratulando al presidente por involucrar a las Fuerzas Armadas en el combate frontal
al narcotráfico, criminalizando a los migrantes y forzando a que México haga lo mismo

554
“Tampoco es claro que México tenga su propio plan de reforma integral de las instituciones de la
seguridad pública que el paquete norteamericano prevé complementar y apoyar”. Oficina en Washington
para Asuntos Latinoamericanos: WOLA sobre la iniciativa de Mérida, 19 marzo 2008. Disponible en
http://www.wola.org/index.php?option=com_content&task=viewp&id=668&Itemid=2 (visitado el
26/12/2008).
555
Fazio, Carlos (2007a); Op. Cit.
con los centroamericanos; al tiempo que coadyuva al crecimiento de la espiral de
violencia que provoca “la guerra contra el narcotráfico” a través de una sostenida
demanda de drogas y de venta de armas a los cárteles, y en especial, con una falta de
voluntad política para hacer frente al asunto del consumo de estupefacientes de modos
alternativos como podría ser la legalización.
Además, se ha intentado señalar cómo ha mutado la relación con el otrora
principal enemigo que hoy es visto por los sectores gobernantes como “aliado natural”,
en una conveniente subordinación que está afectando seriamente todas las dimensiones
de la nación (identidad, soberanía alimentaria, privatización del petróleo,
reconfiguración del sistema de justicia, apropiación de riquezas naturales, por nombrar
algunos).
Es en este sentido, que por primera vez en la historia un gobierno mexicano –el
de Felipe Calderón Hinojosa- accede a extraditar a sus connacionales para que sean
juzgados en el país del norte, donde el sistema penal es distinto y avala la pena de
muerte556.
Esta reconfiguración de las relaciones con la potencia mundial se da en un
contexto donde grandes porciones de la población se oponen a ello. Es por esto último
que los principales acuerdos abordados en esta cuarta parte del trabajo, la ASPAN y la
Iniciativa Mérida, han sido negociados por las altas esferas del poder de los dos países en
un marco de “diplomacia secreta” que atenta contra la transparencia que las
administraciones “del cambio” pregonaron mientras no ocupaban la presidencia, y en
particular, vacía de contenido a la extensión democrática que se inicia en julio de 2000.

556
El 19 de enero de 2007 se produce la extradición por parte del Ejecutivo de México de 15 personas a
Estados Unidos -entre ellas el famoso líder del cártel del Golfo Osiel Cárdenas Guillén- las cuales ya tenían
un proceso penal en curso en su país. Si bien el presidente tiene la facultad, no es una obligación según el
Tratado de Extradición signado entre México y Estados Unidos en 1978; es decir, la decisión de entregar a
sus nacionales ha dependido de su entera discreción. La medida no inhibirá al narcotráfico, sólo puede
restar presión a las abarrotadas cárceles mexicanas. Flores, Nancy: “Extradiciones sumisión de Calderón a
EU”, en Contralínea, no. 73, año 5, febrero 2a quincena de 2007. Aranda, Jesús: “El gobierno, preparado
para una respuesta violenta del narco”, en La Jornada, 22 de enero de 2007.
Conclusiones

Este trabajo ha buscado sintetizar un conjunto de dinámicas que atraviesan la


historia reciente de México y hemos denominado militarización de la seguridad pública.
Éstas se fueron dando gradualmente en principio y luego se aceleraron con la nueva
etapa política. En otras palabras, si bien este proceso tiene su origen en el autoritarismo
paradójicamente las maniobras que lo profundizaron se llevaron adelante bajo las
administraciones de alternancia partidaria, gobiernos que se asumían del cambio.
Las relaciones cívico-militares estuvieron signadas por un pacto no escrito, en el
que a cambio del respeto a la autoridad civil legítimamente instituida se otorgaban
ciertas prerrogativas a los castrenses. En este marco, y ante la negación de un posible
ataque externo, las Fuerzas Armadas mexicanas durante el siglo XX cumplieron un rol de
apuntadoras del régimen político al desplegar a lo largo y ancho del país un amplio rango
de misiones internas que hubiesen correspondido a otras esferas del Estado. Estas
funciones dieron al brazo armado una excelente imagen a los ojos de la población y lo
convirtieron en una de las instituciones más confiables557.
Durante las últimas administraciones del PRI, se da un traspaso desde las tareas
de seguridad interior hacia las de seguridad pública. Esta participación que comienza
con la designación de oficiales de mediano y alto rango en la dirección de las policías del
país, y que luego adquiere la forma de intervención directa de los militares en las
colonias marginales de la Ciudad de México, se legaliza y alcanza su punto crítico con la
aprobación de la Ley General que Establece las Bases de Coordinación del Sistema
Nacional de Seguridad Pública, que abre la puerta a la influencia de las Fuerzas Armadas
en los niveles más altos de toma de decisiones en materia de seguridad pública, ya que
crea un Consejo Nacional como instancia de coordinación entre la administración
municipal, estadual y federal que, entre otros, está integrado por los Secretarios de
Defensa Nacional y Marina.
Situación que se opone al artículo 129, que establece que “en tiempo de paz,
ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta
conexión con la disciplina militar (…)”. Sin embargo, la interpretación de la Suprema

557
Ipsos–Bimsa: Encuesta Nacional en Vivienda: Imagen del Ejército, México, 2004. En esta encuesta se ubica
al Ejército en el tercer lugar de las instituciones con mejor opinión en la población, debajo de la Iglesia y el
Instituto Federal Electoral y por encima de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Instituto
Mexicano del Seguro Social, Procuraduría General de la República, y la Suprema Corte de Justicia de la
Nación. Citado en Moloeznik, Marcos Pablo (2005); Op. cit., p. 182.
Corte de Justicia de la Nación dispuso que las tres fuerzas pueden participar en acciones
civiles a favor de la seguridad pública, en auxilio de las autoridades civiles, sin
necesidad de la declaratoria de suspensión de garantías individuales; esto selló la
legalización de la militarización de la seguridad pública al crear jurisprudencia.
Luego de estos dictámenes de la Corte Suprema, se crea la Policía Federal
Preventiva (PFP) que incorpora a casi cinco mil militares, y su conducción estuvo a cargo
de un Almirante de la Armada. Circunstancia que rompió la lógica de los sistemas
democráticos donde la seguridad pública corresponde a los civiles. No sólo por tener en
su interior esta cantidad de elementos militares es que se la caracteriza de corporación
militarizada sino también por sus doctrinas, filosofía y esquema castrense.
Esta militarización de la seguridad pública durante el siglo XX se inicia con la
utilización más extensiva de los elementos castrenses en el control y represión del
narcotráfico en los ’80, por presión de Estados Unidos en su afán de erradicar los
narcóticos en los países productores o de tránsito hacia su territorio. Esto, en el caso de
México, fue difícil ya que la actividad de los narcotraficantes estaba íntimamente
vinculada al Estado desde su conformación. Éste le proveía de infraestructura y
protección, lo que dio lugar a un sistema de regulación y contención estatal del mercado
ilícito de drogas que contuvo la violencia intrínseca de este tipo de empresas.
Todos estos hechos demuestran la hipótesis principal de esta investigación, que
México atraviesa un proceso donde las tareas de seguridad pública así como el mando y
entrenamiento de los cuerpos policiales han sido encargados por las autoridades del
país (de los tres niveles de gobierno) a las Fuerzas Armadas.
Ante este avance de la militarización, varios organismos internacionales
recomendaron a las autoridades mexicanas que logre la desmilitarización de la sociedad
y evite delegar en las Fuerzas Armadas el mantenimiento del orden público o la lucha
contra el delito. Sin embargo, y a pesar de la extensión democrática que vivió el país, la
militarización de la seguridad pública continuó durante las administraciones panistas.
Aunque en su campaña electoral Vicente Fox se comprometió a retirar a los
militares de las funciones policiales, no lo hizo; e incluso los involucró aún más, lo que
se evidenció, en primera instancia, en el aumento del gasto de las Secretarías de
Defensa y Marina, y la incorporación de más hombres y mujeres a las armas.
Otro aspecto en el que conquistaron más espacios los militares fue en la
persecución de delitos, al ocupar un general -por primera vez en la historia de México-
el cargo de Procurador General de la República, lo cual fue rotundamente rechazado por
organismos gubernamentales y no gubernamentales, nacionales e internacionales, que
protegen los Derechos Humanos. Además, esta situación quebró el principio primus inter
pares que la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal establece entre las
Secretarías y la Procuraduría General de la República, porque en la praxis se verificó una
subordinación del titular de la Procuraduría General de la República (general de dos
estrellas) hacia el Secretario de la Defensa Nacional (general de cuatro estrellas). El
cargo en manos de Macedo de la Concha provocó que otros organismos dependientes de
la PGR se ocuparan con elementos castrenses.
Esto fue particularmente grave en el momento que se decidió crear la Fiscalía
Especial para atención de delitos contra movimientos sociales y políticos del pasado, que
buscaba esclarecer las violaciones a los Derechos Humanos durante el priísmo, porque se
la hizo funcionar dentro del ámbito de la PGR ocupada por un militar que entre los
funcionarios que debía investigar estaban sus ex compañeros. Por otra parte, ante los
avances de las investigaciones el Secretario de la Defensa Nacional, General Clemente
Vega García, pronunció un discurso en el que pedía, para lograr la reconciliación
nacional, “perdonar y olvidar” mediante una Ley de Amnistía lo sucedido desde 1968 y
hasta los años ‘80. Lo que puede ser considerado como un ejercicio de presión política
por parte del mismo.
Pero la injerencia militar no termina ahí. Al institucionalizarse la figura del
Consejero Presidencial de Seguridad Nacional los castrenses se negaron a compartir
información proveniente de sus aparatos de inteligencia, además de rivalizar por
recursos e influencias con la nueva creación presidencial.
Con el objetivo de lograr políticas más eficaces en la materia, el primer gobierno
de la alternancia erige, a partir de la inclusión del artículo 30 bis en la Ley Orgánica de
la Administración Pública Federal, la Secretaría de Seguridad Pública. A ella se
traspasará la organización y supervisión de la PFP, y por tanto, le corresponderá hacer
los convenios con la SEDENA que regulan la presencia de los militares en este cuerpo;
mismo que se ampliará con más elementos castrenses al sumarse el personal del 10o.
Batallón de Policía Militar. Además, durante este sexenio se formalizó la transferencia
del personal de la 3/a. Brigada de Policía Militar a la Secretaría de Seguridad Pública con
el propósito de constituir la Fuerza de Reacción y Alerta Inmediata de la Policía Federal
Preventiva.
Asimismo, durante el mandato de Vicente Fox se activaron los Grupos de
Coordinación Interinstitucional, encargados de diseñar las políticas en materia de
seguridad pública a nivel local y donde tuvieron una participación activa las Fuerzas
Armadas mexicanas, extendiendo territorialmente la militarización a todo el país. Como
resultado de estas reuniones los gobiernos locales firmaron convenios con las secretarías
encargadas de la defensa para entrenar/adiestrar y evaluar a sus elementos policiales,
así como instalar Bases de Operaciones Mixtas (dispositivos interinstitucionales de
seguridad en los que participan elementos del Ejército Mexicano, en ellos se detiene a
personas por diversos delitos y faltas administrativas, se ejecutan órdenes de
aprehensión, etc.). En total se adiestraron, hasta agosto de 2004, 16.525 policías y se
realizaron exámenes de habilidades psicomotrices a 64.779 policías.
Otra iniciativa para lograr mejorar las políticas de coordinación en seguridad
pública y evaluarlas fue el establecimiento del Gabinete de Seguridad Pública, el cual no
escapó a la tendencia de militarización ya que nuevamente se integró con el Secretario
de la Defensa Nacional, el Secretario de Marina, el Comisionado de la Policía Federal
Preventiva e invitaba como miembro permanente al Procurador General de la República.
Al participar en este órgano el responsable de la PFP, queda compuesto por tres civiles y
tres militares, balance que se rompía si se invitaba al Procurador General que hasta
marzo de 2005 fue el general Marcial Rafael Macedo de la Concha.
Una última innovación institucional que se menciona es la creación de la Agencia
Federal de Investigaciones (AFI), en la cual también se desempeñaron elementos
castrenses y en su escudo están presentes los principios de los Caballeros Águila y Jaguar,
tomados de la tradición militar y cuya misión era la salvaguarda del pueblo y nación.
Finalmente, se señala que ante la caída del sistema de regulación y contención
estatal del mercado ilícito de drogas junto al partido autoritario, emerge con singular
fuerza la narcoviolencia resultado de las disputas entre los cárteles por los puntos de
acceso al mercado estadounidense y, luego, por la demanda local. Ante este panorama,
la administración foxista llevó adelante su política antinarcóticos como una guerra: se
reforzó el uso de de fuerzas especiales y del servicio de inteligencia del Estado Mayor de
la Defensa Nacional, que junto a la sección de operaciones son las responsables de
detectar, seguir y aprehender a los líderes de los cárteles mediante el despliegue de
unidades como los GAFES (Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales). La estrategia se
centró en la captura de las cabezas de los principales cárteles que operan en México.
Esta política no provocó una disminución del flujo de drogas hacia el norte, lo
que sí logró fue alterar el balance de poder entre las organizaciones dedicadas al
contrabando de narcóticos, eso porque las detenciones producían vacíos de poder que el
resto de los grupo querían ocupar, y el modo de hacerlo es a través de la violencia. En
particular, la sociedad fue testigo de una violencia aun más brutal que provenía de Los
Zetas, brazo armado del cártel del Golfo. Integrados por soldados desertores, de los
cuales muchos pertenecieron a los GAFES y que habían sido entrenados como comandos
de élite -algunos en Estados Unidos- para el combate antinarcóticos en la región norte
del país, fueron cooptados a finales de los ‘90 por el jefe de dicho cártel; además en las
filas del “Otro Ejército” hay kaibiles guatemaltecos y mexicanos. El resto de los cárteles,
para no quedar en desventaja, comenzó a armar también sus grupos de sicarios, de
modo que se da una privatización de la violencia.
Ante este desborde de la violencia, en junio de 2005 el gobierno federal decide
poner en marcha el Operativo “México Seguro” (OMS), bajo la coordinación de las
instancias locales y con la intervención de autoridades civiles y militares. Las fuerzas
castrenses y policiales se desplegaron en calles, plazas, avenidas y colonias para evitar
la comisión de delitos; también hicieron revisiones a la salida de restaurantes, bares,
discotecas y centros nocturnos, para arrestar a personas que contaran con una orden de
aprehensión y cumplimentar órdenes de cateo por presunta venta de droga. A pesar del
amplio despliegue, el OMS tuvo escasos resultados positivos.
Como se puede observar, durante la primera administración de alternancia
partidaria se profundiza la militarización de la seguridad pública. Las fracasadas
políticas del partido de la Revolución institucionalizada se repiten durante “el cambio”
con los mismos efectos. De modo que se ha puesto en juego la concepción de Estado, al
jaquearse su proposición fundamental de poseer el monopolio de la violencia. Hoy, una
serie de grupos disputan con las armas espacios del territorio: ejércitos privados que
pugnan por los puntos de acceso al mercado estadounidense e interno de consumo de
estupefacientes; los grupos rebeldes –principalmente- las entidades del sur; y las
empresas privadas de seguridad los centros urbanos (si bien en este caso no es una
disputa sino que se ha cedido legalmente el uso de la violencia).
Esta perspectiva, lejos de frenarse durante la segunda administración panista se
radicalizará en el marco del cuestionado triunfo electoral de Felipe Calderón. Ya los
primeros movimientos de su mandato hicieron prever su política de “mano dura”: en la
transmisión del mando presidencial Vicente Fox se quitó la banda y se la confirió a un
cadete militar, para que la misma fuera entregada a Calderón al día siguiente; la toma
de posesión de su cargo se realizó en el Campo Militar número Uno en el marco de un
fuerte operativo de seguridad; designó en puestos claves a hombres con reputación de
transgresores de los Derechos Humanos; al día siguiente de asumir reitera un aumento
salarial para la tropa y la marinería, al tiempo que efectúa recortes presupuestales en
otras secretarías de la Administración Pública Federal; plantea un aumento de 12,4% a
seguridad y sólo 6,9% a gasto social; tres días después de iniciada su administración
detienen a uno de lo más destacados referentes de la Asamblea Popular de los Pueblos
de Oaxaca (APPO) que se encontraba en la capital del país para dialogar con el nuevo
gobierno; finalmente, lo que terminó de convencer a los analistas sobre el carácter
punitivo del mandato de Felipe Calderón fue el lanzamiento, a partir del 11 de
diciembre, de una serie de mega operativos conjuntos de policías y militares en varios
estados para dar un “combate frontal” al narcotráfico, con los cuales se evitaría que
“ningún estado de la República sea rehén del narcotráfico”, así como “recuperar los
espacios que han sido secuestrados por las bandas de narcotraficantes”.
Los operativos consisten en el despliegue fuerzas castrenses, agentes bajo el
mando de la Secretaría de Seguridad Pública y de la PGR. Durante su duración, se arman
retenes ubicados a la entrada de varias ciudades, o en puntos carreteros estratégicos,
donde las mencionadas fuerzas de seguridad llevan adelante cateos tanto de personas
como de automóviles, ejecutan órdenes de aprehensión, además de desmantelar puntos
de ventas de drogas. Si bien los operativos son compuestos tanto por autoridades civiles
y militares, las acciones son planeadas, dirigidas, coordinadas, supervisadas y evaluadas
exclusivamente por los mandos castrenses.
Como resultado de la puesta en marcha de estas operaciones, en simultáneo en
varias ciudades, se impulsó la incorporación de más elementos para integrar las Fuerzas
Armadas; en el marco de una crisis económica mundial, que tiene su epicentro en el país
vecino cuya estructura está profundamente interconectada con la mexicana, el
incremento de la tropa –en el contexto de una suba salarial durante los dos primeros
años de mandato- supone más gastos en el erario.
Nuevamente, la estrategia es cuestionable en varios aspectos. Si bien, lanzados
en el marco de una gran campaña mediática, los operativos han logrado la aprobación
pública al conseguir “disuadir” al narcotráfico o por lo menos generar una “sensación de
seguridad” en aquellos estados donde se intervino, éstos tienen un carácter temporal,
parcial e ineficiente. Temporal, porque sus efectos se limitan al período de duración de
la operación presencial; parcial, porque sus acciones son de carácter punitivo y sólo
buscan el control territorial, no se tienen en cuenta otros aspectos de este fenómeno, e
ineficiente, por los altos costos que conlleva tener en activo miles de efectivos y con
resultados que no superan una prueba costo-beneficio.
Por estos motivos, muchos analistas coincidieron en señalar que el objetivo real
de Felipe Calderón con estas maniobras era conseguir lo que no logró mediante las urnas:
legitimidad, además de contener las presiones de Estados Unidos.
Por otra parte, dos días después de poner en vigencia los operativos, Calderón
anuncia la transferencia de diez mil elementos altamente capacitados del Ejército
Mexicano y de la Armada de México a la Policía Federal Preventiva. Sin embargo, el
movimiento de los castrenses hacia la policía federal dependía de la voluntad de los
mismos y sólo unos cientos aceptaron la propuesta, que implica perder la antigüedad en
el servicio. A consecuencia de este fracaso, el presidente instruye mediante decreto al
Secretario de la Defensa Nacional a organizar, adiestrar y equipar al Cuerpo Especial de
Fuerzas de Apoyo Federal del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos. El mismo
proporcionará apoyo a las autoridades civiles de cualquier nivel de gobierno, en tareas
de restauración del orden y seguridad pública, en el combate a la delincuencia
organizada o en contra de actos que atenten contra la seguridad de la nación.
Cuatro meses después, otro decreto modificó a éste. En él se traspasa la
autorización de intervención de este cuerpo del presidente al titular de la Secretaría de
la Defensa Nacional. La decisión de crear esta unidad provocó serios cuestionamientos
acerca de su posible utilización para la represión de conflictos sociales, y el por hecho
de que al depender de la SEDENA sus acciones en contra de la población pueden quedar,
como en otros casos, en la impunidad.
Todas las conclusiones expuestas hasta aquí demuestran la primera hipótesis
secundaria que complementa la primera hipótesis principal, que este proceso de
militarización de la seguridad pública se profundiza junto a sus consecuencias negativas
con las administraciones de alternancia partidaria de primera y segunda generación, en
el marco de una extensión democrática.
Todas estas estrategias que profundizaron la militarización fueron implementadas
con el objetivo de intentar recuperar los territorios en manos del narcotráfico así como
contener el caudal de muertes que en ellos se desarrollaba. Sin embargo, estas
estrategias fueron en vano; tal como lo reflejan las variaciones en el número de
homicidios atribuidos al crimen organizado: mientras que en 2006 la cantidad fue de
2.221, para 2007 la cifra ascendería a 2.712 y alcanzaría las 5.585 personas a fines de
2008.
Es decir, lejos de frenar la violencia la presencia de más militares en las calles
pareciese haber contribuido a que ésta creciera. Lo mismo ocurrió con las muertes de
funcionarios públicos que también aumentaron. Y no es sólo una cuestión de números,
estos crímenes se perpetraron con métodos cada vez más macabros y brutales afectando
notablemente la sensibilidad de la población.
Durante la administración de Fox se llevó adelante el Operativos México Seguro y
en el primer bienio calderonista los Operativos Conjuntos, ambas políticas han sido muy
similares al Operativo Cóndor materializado durante los ‘70 y los ‘80. Como entonces,
estas maniobras se constituyeron en un mecanismo de suspensión de garantías, como las
guarecidas por el artículo 11° constitucional que establece la libre circulación de las
personas y el 16° que determina el derecho a la intimidad.
En este contexto, como era de esperar, la sociedad mexicana sufrió el
incremento de los abusos provenientes del “monopolio legítimo de la violencia”, lo cual
se evidenció en el exponencial aumento de quejas que la Comisión Nacional de Derechos
Humanos ha recibido en contra de la Secretaría de la Defensa Nacional. Durante 2006, se
registrarían 182 denuncias, las que para el siguiente año se duplicarían hasta alcanzar
las 367, y en 2008 casi se cuadriplica esta última cifra con 1.230 quejas.
Pero este no sería el único record de los militares, también serían el organismo
estatal con más recomendaciones que la Comisión encargada de tutelar los derechos
fundamentales en México hizo a lo largo de 2008. De estas observaciones derivará que
los “abusos” más comunes son el ejercicio indebido de la función pública, los cateos
ilegales, los tratos crueles, las detenciones arbitrarias, robos, amenazas, intimidaciones
y casos de violaciones sexuales. Además, ocasionaron muertes producto de impactos de
arma de fuego por “no detenerse” ante la revisión exigida en un retén.
De estos casos, en este trabajo se seleccionaron y analizaron tres, y en ellos se
encontró un patrón de comportamiento: existe, por parte de los militares, una
tendencia a encubrir estos delitos. Asimismo, observamos que el Presidente de la CNDH
recomienda se de visita a la PGJM a pesar de que la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha reiterado en diversos fallos que en un Estado democrático de Derecho la
jurisdicción penal militar ha de tener un alcance restrictivo y excepcional y estar
encaminada a la protección de intereses jurídicos especiales, vinculados con las
funciones que la ley asigna a las fuerzas militares.
Por otra parte, cabe cuestionar que este organismo intente explicar -como se
deduce de las recomendaciones- los delitos cometidos por los militares por una ausencia
de capacitación en materia de Derechos Humanos o trato que deben dar a las mujeres.
De este modo, pasa por alto la raíz de los abusos la cual se ancla en la utilización de las
Fuerzas Armadas para una tarea para la cual no están preparadas.
En este sentido, el hecho de no poder someter a los militares a la justicia civil es
lo que agrava aún más el empleo de las fuerzas castrenses en tareas para las cuales no
han sido diseñadas institucionalmente, porque la aplicación del fuero militar no ofrece a
las víctimas ni independencia, ni imparcialidad así como tampoco garantías mínimas de
todo sistema acusatorio. Esto persiste en México a pesar de numerosas observaciones de
organismo gubernamentales y no gubernamentales internacionales dedicados a la
protección de los Derechos Humanos.
Dentro de este contexto, se han producido dos cuestiones relevantes por su
gravedad: una, el hecho de que se hayan registrado amenazas a los periodistas por parte
de elementos castrenses, quienes los han agredido verbalmente y encañonado para
evitar que filmen las acciones. El otro, a raíz de la mayor participación en tareas de
seguridad pública, los militares se sienten con derecho a hacer declaraciones públicas
sobre lo que opinan respecto de este tema; cuestión que prácticamente no ocurrió
durante el siglo XX558.
Finalmente, podemos agregar que otra vez la historia se repite en México al
colocar a la población y sus derechos en una situación de vulnerabilidad.
Paradójicamente, cuando parecía que la democracia mexicana se fortalecía con el
cambio vía electoral del partido en el poder, estas cuestiones la ponen en tela de juicio.
La puesta en escena de los militares así como el discurso impactante de “combate
frontal al narcotráfico”, han colocado a los mexicanos y mexicanas en un falaz juego de
suma cero en el cual deben optar entre permitir que delincuentes violentos les
arrebaten su seguridad, o acceder a que procedimientos y leyes estatales confisquen sus
derechos y libertades. Pero la dicotomía es falsa. La seguridad es un elemento
fundacional del Estado, esencial para el goce de los derechos ciudadanos. Por ende, el
derecho a la seguridad debe ser real y posible para toda la ciudadanía.
Sin embargo, en este contexto militarizado las violaciones a los Derechos
Humanos continuarán y muy posiblemente aumenten, ya que como se viene insistiendo

558
“(…) Los uniformados no expresan públicamente sus opiniones sobre problemas nacionales, o
internacionales. Cuando hacen declaraciones a la prensa sólo repiten o apoyan el punto de vista del
presidente o bien del Secretario de Estado correspondiente sobre le problema específico que se trate. Es
regla de oro del sistema político mexicano para los uniformados. No significa, empero, que no tengan
opiniones propias o que no las expresen en privado al presidente o al gabinete presidencial”. Piñeyro, José
Luis (1988); Op. Cit., p. 279.
desde el inicio del presente trabajo las Fuerzas Armadas son entrenadas para eliminar un
enemigo externo, no para realizar tareas que requieren de otras habilidades.
Entonces, lo afirmado hasta aquí verifica la segunda hipótesis que complementa a
la primera hipótesis principal y es que esta intervención militar conlleva
intrínsecamente violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos.
No obstante, la militarización de la seguridad no acaba en el territorio mexicano
y las políticas de sus gobernantes; también tiene una dimensión externa que podemos
decir se activa claramente luego del 11 de septiembre de 2001. A partir de entonces,
ocurrió lo que los autores denominan securitización de la agenda de la primera potencia
mundial, es decir, la definición de los problemas de índole social-político-económicos
como amenazas a la seguridad nacional de este país o, dicho en otras palabras, la
propensión en la política exterior actual de Estados Unidos de ver todo a través del lente
del terrorismo.
A nivel interno, se desarrolla mediante la aprobación de la Ley Patriota, que
extiende los poderes de policía del Estado al permitir a los aparatos de inteligencia la
posibilidad de intervenir teléfonos y leer correos electrónicos, detener y mantener
incomunicados hasta siete días a los extranjeros sospechosos, asimismo suspende el
derecho de habeas corpus y otros procedimientos elementales de protección contra
arbitrariedades policiales. Con la creación del Departamento de Seguridad de la Patria o
de Seguridad Interior de Estados Unidos, que tiene como fin prevenir ataques terroristas
al interior del país, reducir la vulnerabilidad de Estados Unidos proveniente del
terrorismo y minimizar los daños y reconstruirlos cuando éstos ocurran; se amplía el
“perímetro de seguridad de Estados Unidos” hasta la soberanía de México y Canadá. Y,
por último, la formación del Comando Norte cuya área de proyección incluye a 49 de los
50 Estados del país –a excepción de Hawaii— y a países como Canadá, México, Cuba,
Bahamas y Puerto Rico, además de los mares contiguos a la zona .
A nivel externo, la militarización de la seguridad comenzó con los acuerdos con
México para lograr “fronteras inteligentes” –como los ya firmado con Canadá- que
buscan a través de 22 compromisos modernizar la infraestructura aduanera para
controlar el flujo de personas y mercaderías. Los convenios que filosóficamente
conciben a los migrantes como “amenazas a la seguridad nacional” se han traducido en
la creación de una frontera cuasi-militar, en donde destaca la presencia y el incremento
de agentes de la patrulla fronteriza, equipados con binoculares de visión nocturna y la
utilización de vehículos militares y helicópteros, así como la instalación de cámaras,
censores y máquinas de rayos X.
A pesar de esto, los líderes de América del Norte buscarán “profundizar la
integración” por medio de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del
Norte (ASPAN), la cual tiene la particularidad de no ser un tratado, es decir, no habrá un
texto único sino que se materializa por medio de la firma de “regulaciones”, en
consecuencia queda exento del escrutinio por parte del legislativo y de la sociedad civil
de las tres naciones.
A partir de las recomendaciones de un grupo compuesto por selectos empresarios,
académicos y ex funcionarios de Estados Unidos, Canadá y México, se establecieron dos
agendas; una de seguridad, que abarca la protección de América del Norte contra
amenazas externas; la prevención y respuesta a amenazas dentro de América del Norte;
y que prevé aumentar la eficiencia del flujo seguro de tránsito de bajo riesgo a través de
las fronteras compartidas. La otra de prosperidad que intenta convertir a América del
Norte en el mejor lugar para realizar negocios; la cooperación sectorial para mejorar la
competitividad de la región; hacer de América del Norte el mejor lugar para vivir y
capacitar a la población de la región.
Más adelante se crea el Consejo de Competitividad de América del Norte que
está integrado por la dirigencia de las principales corporaciones y grupos privados de los
tres países, y se establece a fin de emitir propuestas sobre la competitividad en la
región. Se acuerda la cooperación regulatoria (en inocuidad alimentaria, por ejemplo);
la gestión de emergencias en América del Norte; un plan para prevenir y recuperarse en
caso de influenza aviar y pandemia de influenza humana; la coordinación para lograr la
seguridad energética en América del Norte; y fronteras inteligentes y seguras en
América del Norte.
En paralelo, diversas organizaciones de la sociedad civil de los tres países que no
tiene posibilidad de participar en este mecanismo realizaron “Cumbres contracorriente”,
donde en el marco de talleres y foros avanzaron en la construcción de propuestas
comunes de los pueblos de los tres países, para garantizar la soberanía energética y el
verdadero desarrollo de las comunidades. A diferencia de las cumbres oficiales que se
llevan a cabo en lugares fuertemente custodiados por los aparatos de seguridad de los
mandatarios, estos eventos son abiertos a la participación del público en general.
De estos encuentros, ha surgido una caracterización de la ASPAN en la cual se
destacan los siguientes aspectos: carencia de una vigilancia democrática; exclusión de la
sociedad civil y los medios de comunicación; participación sólo de los más grandes
empresarios; continuidad de la desregulación del comercio e inversiones; aseguramiento
del suministro de energía a Estados Unidos; pone en riesgo la soberanía alimentaria y la
cultura alimenticia de los pueblos; y no toma en cuenta la inseguridad derivada de
pertenecer los tres países al mismo perímetro de seguridad.
Entonces, como se señaló anteriormente, al tiempo que se generan políticas que
buscan una “mayor integración”, de ciertos aspectos -podemos agregar-, se dictan otras
tendientes, justamente, a provocar lo contrario. Con esto se hace referencia a la
creación por parte de Estados Unidos de un muro fronterizo, a partir de la construcción
de 1.800 torres de vigilancia de alta tecnología a todo lo largo de los 3.200 kilómetros de
frontera con México y que estará equipado con censores de temperatura y movimientos,
cámaras de video, más de 300 radares que pueden detectar a personas a una distancia
de 14 kilómetros, además de la asistencia de aviones de vigilancia no tripulados.
Con esta medida se busca “solucionar” uno de los grandes asuntos en la relación
México-Estados Unidos, el de la migración. Una respuesta similar, por lo ineficiente y
militarizada, se aplicará al otro gran problema del vínculo, el narcotráfico. Éste será
combatido junto al “terrorismo” mediante la Iniciativa Mérida, que consiste en un
programa de cooperación multianual por 1.400 millones de dólares. La asistencia, que
fue solicitada con el gasto suplementario para las tropas estadounidenses en Irak y
Afganistán, tomaría la forma de equipos electrónicos de detección, programas de
computación, entrenamiento, etc., o sea, viene a fortalecer el enfoque punitivo y de
vigilancia por sobre el preventivo. Por ello, las agencias más beneficiadas son las de
Defensa Nacional, Marina y Procuraduría General, que coincidentemente son los
organismos estatales que más denuncias sobre violaciones a los Derechos Humanos han
recibido.
Por otro lado, Estados Unidos condiciona su tecnología a ciertas reformas
judiciales, penales y de procuración de justicia en la normativa mexicana. En otras
palabras, el Plan Mérida supera el objetivo de disminuir el flujo de narcóticos y penetra
casi todo el sistema de seguridad y procuración de justicia mexicano, más bien
reestructurará la relación entre ambas naciones, reformulará problemas económicos y
sociales en asuntos de seguridad y probablemente aumente la militarización.
Además, probablemente fracase porque parte de una premisa errónea, pues se
afirma en la interdicción que ha sido la estrategia que por más de treinta años se ha
aplicado sin tener ningún éxito. Lo que sí está comprobado que funciona y con menos
recursos es una estrategia basada en el tratamiento de los adictos, la reducción de
daños, la prevención y la rehabilitación; sin embargo, las autoridades estadounidenses
afirman que la Iniciativa es parte de la ayuda al exterior, por tanto las medidas de
reducción de la demanda interna de drogas no tienen lugar en ella.
Por otra parte, la ayuda está enfocada en otorgar mejores equipos y
entrenamiento a los cuerpos de seguridad mexicanos en los que hay agentes que
mantienen intensas relaciones con los narcotraficantes, lo cual puede volverse en contra
mientras sigan produciéndose enorme deserciones y/o purgas, como ocurrió con Los
Zetas. Igualmente, entregar sofisticada capacidad de espionaje y vigilancia puede llevar
a que se cometan serios abusos a la intimidad y libertad de la población. Asimismo, el
hecho de seguir dándole un rol predominante a las Fuerzas Armadas en materia de
control de los cuerpos policíacos puede devenir en que nunca se logren instituciones
completamente civiles para realizar las funciones de seguridad pública.
Es probable que una mayor coordinación entre las autoridades y agencias de los
dos países logre algunos resultados positivos en materia de arresto a grandes capos. Pero
como ya se mencionó, esto no desarticula el negocio millonario de ventas de drogas
porque la demanda permanece casi intacta. En consecuencia, el Plan Mérida tiene pocas
probabilidades de reducir el trasiego de estupefacientes y sus males asociados –violencia
y corrupción- mientras la prohibición sea intocable.
Hay que tener presente que “la guerra contra las drogas” se peleará en territorio
mexicano y allí se producirán las bajas y los efectos colaterales, al tiempo que Estados
Unidos no toma medidas serias para reducir el mercado de consumidores, cortar el
tráfico ilegal de armas y perseguir a los encargados de lavar el dinero, responsabilidades
que se ubican dentro de sus límites. Más bien, se beneficiará de la relación de
dependencia que se establece entre un país exportador de tecnología militar y el
receptor.
Estas últimas afirmaciones han pretendido demostrar la segunda hipótesis
primaria de esta tesis, que sostiene que la militarización de la seguridad pública tiene
una dimensión externa que proviene de las estrategias de seguridad de Estados Unidos.
Finalmente, se quieren dejar algunas observaciones finales que surgieron a lo
largo de la investigación. Las mismas no pretenden proporcionar una solución al
problema sino advertir algunas cuestiones, como por ejemplo que el hecho de que las
Fuerzas Armadas realicen tareas que legalmente corresponden a la policía preventiva, a
la judicial y al Ministerio Público se ha traducido en la abdicación por parte de los
dirigentes mexicanos de fortalecer una salida civil a este conflicto, lo cual ha provocado
preocupantes violaciones a los Derechos Humanos. En la visión “guerrera” del gobierno
pareciera haber una incompatibilidad entre seguridad pública y Derechos Humanos. Es
decir, se olvida que el instituto armado es un elemento más del Estado y que es
probable que se necesiten de otras capacidades estatales para lograr superar el dilema
de la “inseguridad”.
En síntesis, es responsabilidad de las autoridades gubernamentales proponer una
política nacional en materia de seguridad pública que sea integral y proponga la
intervención de otras áreas como educación, salud, desarrollo social, trabajo, deportes,
cultura, participación ciudadana, juventud, obras y servicios, entre otras; y, supere el
actual modelo basado en el sobredimensionamiento de las funciones del castigo, que
mantiene una dicotomía con los derechos fundamentales, cede poderes del ámbito civil
al militar, al tiempo que demanda cada vez más recursos para una batalla sin un
resultado final, y que por tanto, está enfocándose en los síntomas y no en las causas que
constituyen las raíces del crimen y de la inseguridad .
Aunque las circunstancias apremien, es importante no perder de vista que los
militares están formados para la guerra, a diferencia de los policías que han sido
preparados para la mediación y el respeto de la ley, haciendo para ello el menor uso
posible de la fuerza. Por tanto, si se quiere lograr una democracia verdadera que
trascienda lo electoral es imprescindible que las labores de seguridad estén en manos de
civiles.
Además, como destaca Loreta Tellería, “el continuo ‘empleo legítimo de la
violencia’ ya no es tan legítimo en la medida que se vuelve un accionar rutinario del
gobierno. El empleo legítimo de la violencia, si se reitera a disgusto de la mayoría de los
miembros de la comunidad, revela un desajuste y anuncia una crisis de la propia
legitimidad”559.
Por último, cabe reparar en las relaciones que los recientes gobiernos de México
han mantenido con sus pares de Estados Unidos. Estas han mutado de una “tradicional
confrontación” -quizás muchas veces utilizada en el discurso local- a una conveniente
subordinación, que está afectando seriamente todas las dimensiones de la nación

559
Tellería Escobar, Loreta: “Fuerzas Armadas, seguridad interna y democracia en Bolivia: entre la
indefinición estratégica y la criminalización social”, Informe final del concurso: El papel de las fuerzas
armadas en América Latina y el Caribe, Programa Regional de Becas CLACSO, 2004, p. 13.
(identidad, soberanía alimentaria, privatización del petróleo, reconfiguración del
sistema de justicia, apropiación de riquezas naturales, por nombrar algunos).
Esta reconfiguración de las relaciones con la potencia mundial se da en un
contexto donde grandes porciones de la población se oponen a ello. Es por esto último
que los principales acuerdos abordados en este trabajo, la ASPAN y la Iniciativa Mérida,
han sido negociados por las altas esferas del poder de los dos países en un marco de
“diplomacia secreta” que atenta contra la transparencia que las administraciones “del
cambio” pregonaron mientras no ocupaban la presidencia, y en particular, vacía de
contenido a la extensión democrática que se inicia en julio de 2000.
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“Fox ordenó excarcelar a Gallardo”, en El Universal, 9 de febrero del 2002.

“La disputa entre cárteles por Tijuana aumenta la violencia”, en La Jornada, 24 de mayo
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