Está en la página 1de 74

PG.SCDE.

DCD-588-19-23

FORMULA DENUNCIA CONTRA EL FISCAL GENERAL ENRIQUE B.


FERRARI.

Señor Presidente del Jurado de Enjuiciamiento:


S/D

Julio M. Conte-Grand, Procurador General de la Suprema Corte de Justicia,


constituyendo domicilio en mi público despacho de calle 13 entre 47 y 48, 1er. piso, de la
ciudad de La Plata, a V.E. me presento y digo:

I. LEGITIMACIÓN
Conforme lo dispuesto por los arts. 23 de la ley 13.661 y 21 inc. 5 de la ley
14.442, estoy legitimado para articular esta presentación.

II. MAGISTRADO DENUNCIADO


En el carácter invocado vengo a interponer formal denuncia contra el doctor
Enrique Bernardo Ferrari, titular de la Fiscalía General del departamento judicial Lomas de
Zamora.
Encuadro las conductas que le atribuyo en los artículos 248 del Código Penal,
artículo 287 del Código Procesal Penal –conforme artículo 20 de la Ley 13.661 y
modificatorias– y artículo 21 incisos “d”, “e”, “i”, “ñ”, “q” y “r” de la Ley de Enjuiciamiento de
Magistrados y Funcionarios.
El fiscal denunciado ha incurrido en causales de mal desempeño que
comprometen la defensa de los intereses de la sociedad y la vigencia equilibrada de los valores
jurídicos consagrados en las disposiciones constitucionales y legales.
El mismo ha ejercido influencia y ha mostrado parcialidad –contraria a la
objetividad propia del Ministerio Público- en varias causas en las cuales se encuentran
involucradas distintas personas de reconocida y activa participación política.
A su vez, la atención del señor fiscal general ha estado abocada a influir en
causas importantes, lo cual muestra un claro desprecio de las causas ordinarias de las cuales ni
siquiera se preocupa, por lo que ha recaído toda esta responsabilidad en los fiscales generales
adjuntos.
En vista a perpetrar tales fines removió y designó en su lugar a diversos
funcionarios, sin fundamento alguno, ejerció actos de violencia laboral para con sus
subordinados, procedió a disolver una unidad especializada en delitos complejos y dictó
resoluciones contrarias a las leyes orgánicas y a las resoluciones de la Procuración General.
Por todo ello se apartó de la “buena conducta” que exige la Carta Magna
Provincial como requisito indispensable para la preservación de su empleo (cfr. art. 176,
Const. Prov.).
La gravedad de los hechos que se expondrán en esta presentación pone de
manifiesto que el doctor Ferrari ha perdido las condiciones necesarias para continuar con el
ejercicio de su cargo.
Su reprochable accionar demuestra un intolerable apartamiento de la misión
que le ha sido confiada y la persecución de intereses propios y de terceros.
Los hechos relatados en esta denuncia, que serán debidamente acreditados
con la prueba ofrecida, demuestran que el doctor Enrique Ferrari quebrantó las normas que
regulan los deberes y atribuciones del fiscal general departamental. Conduciéndose con
arbitrariedad manifiesta, se alzó contra su superior, generando así una situación de desgobierno
en el departamento judicial Lomas de Zamora.
Su accionar, en suma, ha constituido una violación y un abuso de los deberes
de funcionario público.
Corresponde su destitución, lo que así solicito.

III. HECHOS
De los testimonios brindados en los expedientes disciplinarios instruidos por la
Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento y de la compulsa de las numerosas
pruebas producidas, surge que, en lo atinente a los hechos comprendidos en la presente
PG.SCDE.DCD-588-19-23

denuncia, se ha verificado que a partir de agosto de 2019, el doctor Ferrari adoptado una
actitud arbitraria, autoritaria y desafiante, generando hechos de violencia laboral,
desobediencia a su superior y extralimitación en sus funciones.
Como demostraré a lo largo del presente, el conjunto de esas maniobras
tendió, en la mayoría de los casos, a ejercer una indebida y excesiva influencia en el desarrollo
de diversas investigaciones. Se advierte en su accionar un claro posicionamiento en favor de
los imputados, excediendo las atribuciones y obligaciones propias de su cargo.
Las consecuencias de todas estas acciones son de una gravedad institucional
tal, que resienten el normal funcionamiento del servicio de justicia, ocasionando una lesión al
derecho constitucional de acceso a la justicia e igualdad ante la ley de las víctimas y
particulares damnificados de muchas de esas causas.
A continuación describiré los distintos hechos que permiten dilucidar, sin lugar
a dudas, el reprochable accionar del doctor Ferrari.
a- Influencia indebida en causa Soto
El 10 de octubre de 2019, en el marco de la IPP07-00-79023-14, “Farías
Gabriel, Soto Juan Manuel, Soto Matías Nicolas, Soto Gabriel Omar s/ Homicidio con
empleo de arma de fuego en C/R con portación de arma de guerra sin la debida
autorización legal y otros”, en trámite por ante el Tribunal en lo Criminal Nº 10 del
departamento judicial Lomas de Zamora, la defensa del señor Juan Manuel Soto -doctor
Javier Raidán- realizó una presentación ante la fiscalía general de dicho departamento judicial,
a cargo del doctor Ferrari, solicitando la suspensión del debate oral fijado en autos para los
días 21, 22, 23 y 24 de octubre de 2019, en virtud de las razones que allí expuso.
Entendió el defensor que la fijación de dichas fechas resultó en extremo
inoportuna, toda vez que “no se encuentran dadas las condiciones para que se desarrolle
un juicio oral respetuoso de las garantías constitucionales…, fundamentalmente la
sagrada imparcialidad que debe reinar en todo proceso”. (Destacado en el original).
Ello así, consideró, porque la causa “posee una total relevancia a nivel
político, pues tanto quienes resultan imputados como personas relacionadas con la
víctima de autos e incluso testigos citados en el debate han tenido y tienen vínculos e
incluso ejercen funciones públicas en la actualidad”. Para sostener sus dichos, acompañó
copias de recortes periodísticos.
Señaló a su vez que el debate, conforme las fechas fijadas, se llevaría a cabo
“concomitantemente con las elecciones nacionales del día 27 de octubre” -se refiere al
año 2019- “lo cual, teniendo en cuenta lo referido, brinda fundamentos a este defensor
para pensar en una posible y concreta pérdida de imparcialidad no solo de quienes
tienen a su cargo la jurisdicción sino también al sr. Fiscal de juicio...”. (Subrayado en el
original).
“...lo cierto”, -continúa el doctor Raidán-, “es que ... la situación descripta
párrafos arriba lleva a este defensor a sostener y plantear la absoluta necesidad de que
se proceda a la suspensión de las audiencias fijadas hasta tanto podamos estar
tranquilos que ningún factor externo incidirá en el resultado del juicio oral.”
(Subrayado en el original).
Asimismo, estimó oportuno recordar que “cuando la política entra por la
puerta, la justicia sale por la ventana, aquella máxima no escrita que explica de
manera brillante las situaciones análogas a la presente, como lamentablemente tantas
veces hemos comprobado.” (Resaltado en el original).
Por ello, la defensa entendió que “...las condiciones mínimamente
necesarias para que se materialice lo que se ha dado en llamar el debido proceso,
haciendo hincapié en el proceso penal… no se encontrarían en su total plenitud y
solvencia a raíz de los graves hechos que opacan de sobremanera el normal desarrollo
del mismo...”.
Por lo expuesto, solicitó al fiscal general que acompañara ese planteo de la
defensa, con el “único norte de poder ser parte de un juicio justo.” (Resaltado en el
original).
Las vinculaciones políticas aludidas, conforme surge de los recortes
periodísticos acompañados en su presentación, relacionarían a algunos de los imputados con
Julián Álvarez, ex Secretario de Justicia de la Nación y precandidato a intendente de Lanús en
las últimas elecciones del año 2019.
PG.SCDE.DCD-588-19-23

En relación al objeto de dicha solicitud, cabe resaltar el testimonio brindado en


esta sede por el doctor D’Onofrio, del cual se desprende que el 9 de octubre de 2019, es
decir un día antes que el abogado defensor Raidán efectivamente concrete su pedido, el fiscal
general Ferrari envió al deponente un mensaje de voz donde le dijo que “el doctor Raidán
iba a presentar un escrito en la Fiscalía General en su calidad de defensor de un tal
Soto, en trámite por ante el TOC N° 10 donde iba a solicitar la suspensión de la
audiencia”. En dicho audio el doctor Ferrari dictó el despacho que debía acompañar el
pedido, materializándose el mismo en la resolución de fecha 10 de octubre de 2019. (El
testigo acompañó el audio en cuestión que forma parte de la prueba producida en el DCD).
En consecuencia, el mismo día de la presentación referenciada, con una
celeridad que evidentemente respondió a intereses ajenos a los que deben guiar la actuación
de los miembros del Ministerio Público Fiscal, el señor fiscal general, doctor Enrique Ferrari,
dictó resolución acompañando el planteo de la defensa.
En primer lugar, indicó que “no es función del suscripto gravitar en la
fijación de las fechas de audiencias, cuestión ésta que se encuentra en manos del
Tribunal en lo Criminal Nro. 10 Departamental”.
Sin perjuicio de lo cual, señaló que “el suscripto, a título más personal que
funcional, se permite compartir las inquietudes expuestas en el escrito que antecede por
el sr. Defensor, Dr. Javier Raidán, ya que las mismas parecen razonables en el contexto
allí demarcado...” y por ese motivo remitió esas actuaciones para conocimiento del señor
fiscal doctor Jorge Ariel Bettini Sansoni, “...a fin de que estudie y analice la pretensión
defensista y, conforme a su criterio objetivo, decida lo que estime corresponder para el
caso.”.
Ahora bien, si el doctor Ferrari consideró que existía una indebida influencia
política que ameritaba la posposición de la audiencia ¿No era su deber denunciarlo? Al hacer
suyas del afirmaciones del doctor Raidán, y creía razonable la posible comisión de un delito,
su obligación era actuar conforme el art. 287 del CPP, y poner en conocimiento del fiscal de
turno el hecho en cuestión. Esta omisión constituye una grave falta en su función como fiscal e
impulsor de la acción penal.
El 11 de octubre de 2019, el doctor Jorge Ariel Bettini Sansoni contestó el
traslado recibido y se opuso a la suspensión solicitada por la defensa. El mismo es agente
fiscal de la Unidad de Juicio Común y Juicio por Jurados a cargo de la causa de marras.
Analizó la presentación, conforme lo solicitara su superior jerárquico, y previo
a todo señaló que el mismo fiscal general ya había resuelto la cuestión al reconocer que no es
su función gravitar en la fijación de las fechas de audiencia, y por ello la incidencia generada se
tornaba abstracta.
Sin perjuicio de ello, acompañó la incidencia en cuestión, su respuesta y la
resolución del fiscal general al tribunal competente.
Mediante resolutorio de fecha 11 de octubre, el tribunal actuante rechazó el
pedido de suspensión, entendiendo que las consideraciones sobre política efectuadas por el
doctor Raidán resultaban ajenas a la función de los tribunales.
Por su lado, en una nueva presentación, esta vez ante el tribunal en lo criminal
actuante, el 17 de octubre de 2019 la defensa de Juan Manuel Soto, el doctor Raidán,
solicitó, mediante una petición idéntica a la ya referida, la suspensión del debate oral.
El 21 de octubre, día en que comenzaba el debate, renunciaron a sus cargos
los letrados defensores, solicitando se designara defensor oficial para los imputados.
El tribunal resolvió, con motivo de aquellas, denunciar a los abogados
defensores por abandono de la defensa ante el colegio respectivo, y librar oficio a esta
Procuración General a fin de que tomara conocimiento de la “inapropiada presentación”
efectuada por el señor fiscal general departamental.
El debate se postergó y se fijó para los días 25 y 28 de octubre de 2019.
El 24 de octubre de 2019 el tribunal actuante recibió oficio de la Sala III de la
Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Lomas de Zamora, presidida por el doctor
Martín García Díaz, solicitando la causa 07-00-79023-14, toda vez que se había fijado
audiencia para el día 28 del mismo mes y año, con motivo de un incidente de recusación que
el imputado Matías N. Soto incoara contra el fiscal Bettini Sansoni.
Este hecho logró finalmente suspender el debate programado, disponiéndolo
así la jueza Silvestrini el mismo 24 de octubre de 2019. Las nuevas fechas para la audiencia
PG.SCDE.DCD-588-19-23

oral se fijaron para los días 2, 3, 4, 5 y 6 de marzo del corriente año.


Cabe destacar que ese mismo día, el nuevo defensor particular de los
imputados, el doctor Trava, presentaba escrito solicitando, asimismo, la suspensión de la
audiencia de debate, por no poder tomar vista de las actuaciones.
Todo ello surge de la copia certificada de la causa aludida, que forma parte del
sumario DCD 588-19.
En efecto, la conducta del fiscal general fue muy mal recibida por los
organismos judiciales intervinientes en la causa. El fiscal de la misma, quizás con excesiva
cortesía, fundó su oposición a la pretensión y elevó ambos elementos a consideración del
tribunal.
En resolución del 11 de octubre el tribunal rechazó de plano el pedido de
suspensión, alegando que las pretendidas razones políticas aducidas por la defensa y
sostenidas por el fiscal general resultaban extrañas a la función judicial. Dicha reacción de la
judicatura revela la inusitada trascendencia de la irregularidad acontecida, ante lo cual el
tribunal remitió copias de lo actuado a esta Procuración General con la finalidad de que se
evaluara la inconducta denunciada.
La inmediata y justa reacción de los integrantes del tribunal de juicio hizo
posible la toma de conocimiento de esta conducta irregular, dio pie a la investigación que
iniciara el departamento de control disciplinario de la Procuración y a la posterior ratificación
de lo sucedido por parte del Fiscal Bettini Sansoni quien fuera convocada a dar cuenta de los
hechos.
Todo lo cual, aunque especialmente la decisión del Tribunal, pone de
manifiesto la gravedad que supone el intento de manipular el curso de un proceso.
Por su lado, el 25 de octubre de 2019, la Secretaría de Control Disciplinario y
Enjuiciamiento tomó conocimiento de los términos del oficio librado por la doctora Silvestrini,
en relación a la resolución del fiscal general Enrique Ferrari.
Conformadas las actuaciones pertinentes, se requirió al agente fiscal Bettini
Sansoni información respecto del trámite otorgado al resolutorio de fecha 10 de octubre de
2019, suscripto por el doctor Enrique Ferrari en el marco de la causa mencionada.
El 2 de diciembre, Bettini Sansoni cumplió con la información solicitada.
En su presentación señaló que si bien había considerado la solicitud del fiscal
general, no había hecho propios sus fundamentos y no había solicitado una postergación del
debate. Asimismo, se explayó sobre los avatares de la causa y cómo por un llamativo
concurso de conductas y circunstancias que involucró a los abogados de la defensa, al fiscal
general y a la cámara de apelación departamental, el debate había resultado en definitiva
suspendido.
De la instrucción sumarial se desprende que se solicitó copia certificada de la
causa Nº 07-00-79023-14 y acumuladas, a partir de fojas 1655, y que el 19 de diciembre de
2019, se recibió la declaración testimonial del doctor Bettini Sansoni.
En ella, el agente fiscal manifiesta que las causas que rodearon a la suspensión
del juicio y se relacionan con la adhesión a nivel personal del fiscal general, son políticas.
Manifiesta el doctor Bettini Sansoni que “la causa se sigue a personas
supuestamente relacionadas con barras bravas y con el político de Lanús Julián
Álvarez, ex subsecretario de Justicia de la Nación durante el gobierno de Cristina
Kirchner, públicamente relacionado con la Agrupación “La Cámpora” y excandidato a
intendente de Lanús por el Frente para la Victoria”. En dicho acto acompañó un acta
donde una de las víctimas señaló la existencia de vínculo entre Matías Nicolás Soto (acusado
de homicidio y dos tentativas de homicidio con arma de fuego) y el mencionado Julián
Álvarez.
Asimismo, indicó que en forma inmediata a su oposición a la suspensión
solicitada, se presentó en la fiscalía a su cargo el doctor Carluccio, socio del doctor Raidán y
abogado del imputado Matías N. Soto. Allí, éste solicitó hablar con el fiscal, y ante la negativa
de Bettini Sansoni a recibirlo, aquél exigió verlo diciendo que era mejor ser atendido “para
evitar presentaciones innecesarias”. Refiere el fiscal que en esa oportunidad el doctor
Carluccio lo interpeló en los siguientes términos: “¿no va a pedir la suspensión del juicio
después de lo que dijo el fiscal general?”. Ante la respuesta negativa dada por Bettini
Sansoni, Carluccio volvió a preguntar “¿y no vio lo que dijo en el segundo párrafo?”. En
alusión a la resolución del 10 de octubre, y en cuyo párrafo el doctor Ferrari compartía las
PG.SCDE.DCD-588-19-23

inquietudes de la defensa. El fiscal respondió que sí lo había visto, pero que “el juicio lo
haría igual”.
Con posterioridad al encuentro reseñado, y ante la negativa del fiscal y del
tribunal a suspender el juicio, señaló el testigo que la defensa del imputado Matías Soto, se
presentó en la Sala III de la Cámara de Apelación y Garantías y “...hace que se fije por
disposición del Juez de Cámara Martín García Díaz una audiencia de recusación en
fecha coincidente con el período asignado al juicio oral y requieren la causa”.
Declara al respecto que “...Enrique Ferrari y Martín García Díaz son
amigos dado que han compartido incluso vacaciones en Brasil...”.
A su vez, manifestó el fiscal Bettini Sansoni que, años atrás y con motivo de
otra causa, el doctor Raidán le señaló su llegada directa al fiscal general Enrique Ferrari,
diciéndole que “voy a ir a hablar con el jefe, con el general Ferrari, para -no recuerda si
la palabra fue destruir, bajar o criticar- a la fiscal que había actuado en ese juicio”.
Por su lado, también refirió que con motivo de una causa que tenía como
imputado a Gabriel Migueltorena, cuyo abogado defensor era el doctor Raidán, el
mencionado camarista se interesó por la suerte de aquel, indicando que lo hacía por una
inquietud de Julián Álvarez.
Asimismo, expresó que, enterado el doctor Ferrari de la citación de aquel al
Departamento de Control Disciplinario, lo reconvino telefónicamente por no acudir primero a
hablar con él; expone textualmente el testigo que Ferrari le dijo: “me enteré que vas a ir a
hablar con Conte Grand, te voy a tener que tirar de las orejas, esto es vertical y
tendrías primero que hablarlo conmigo...”.
A partir de allí, refiere el testigo, el fiscal departamental, mediante mensajes de
texto, le exigió copias de la citación, del informe que iba a presentar y que lo mantuviera al
tanto de lo que iba a responder. Días después, a través de otro mensaje de texto le indicó que
esperaba la copia del informe que se comprometió a enviarle y le indicó que ya había hablado
del tema con el suscripto.
A lo cual, el declarante respondió que pasó por su despachó y no lo encontró
para dejarle la copia requerida; y por su parte, le aclaró que “no iba a hablar con Conte
Grand, sino con Perkins” (titular de la Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento
de la Procuración General).
Asimismo, en razón de las investigaciones preliminares en trámite en el
expediente administrativo DCD 25-20 declaró el fiscal Bettini Sansoni: “A partir de mi
negativa y de lo ya declarado anteriormente en esta sede, que fui intimado por el
defensor del acusado, el defensor del acusado tomaba conocimiento de las interferencias
del Fiscal General antes que yo, desconozco cómo porque yo no lo notificaba, mi
situación laboral a nivel funcional empeoró. En primer lugar me designó para intervenir
el 17 de diciembre de 2019 en una causa que consistía en un desprendimiento de una
investigación contra un ex fiscal, Acevedo, que según me comentaran colegas, había
llevado años de investigación con asignación casi exclusiva de recursos humanos y
contaba, también según me manifestaron, decenas de cuerpos”. Dicha circunstancia le
causó una angustia extrema.
Asimismo, detalló: “Desconozco por qué el Fiscal General si tenía
personal con asignación exclusiva, sabía que nunca había accedido a la causa, y que
además estaba ante un juicio extremadamente complejo y conflictivo como la causa
Soto realiza esta resolución de reasignarme cuya copia aquí aporto.”
Con relación al mismo hecho, el secretario general D’Onofrio refirió que,
ante la solicitud del doctor Bisquert (ahora titular de la UFIJ N° 8) de que se asignara la
referida causa “Acevedo” a otra dependencia por el cúmulo de trabajo en la suya, el doctor
Ferrari, en presencia suya y de la doctora Cabas refirió que se la quería dar a Jorge Bettini
Sansoni “para cagarlo” (sic). La doctora Cabas confirmó lo dicho por Ferrari y agregó que el
fiscal general expresó que actuó así con Bettini Sansoni “por lo que me hizo con el Tribunal
oral en lo Criminal N° 10”, y que por su culpa “Procuración le había iniciado actuaciones
disciplinarias”.
Cabe destacar que la causa “Acevedo”, IPP 07-00-851860-08 por los
delitos de encubrimiento agravado por tratarse el hecho precedente de un delito especialmente
grave, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público; todos ellos
en concurso ideal con falsificación ideológica de instrumento público, coacción agravada,
PG.SCDE.DCD-588-19-23

omisión de denuncia y peculado de servicios en concurso real, es extremadamente compleja y


voluminosa, constando de más de 50 cuerpos.
Esta IPP, por requerimiento fiscal en los términos del art. 300 del Código
Procesal Penal, dio origen a la causa SJ 170/11, caratulada "ACEVEDO OSCAR DAVID,
Agente Fiscal a cargo de la UFI en lo Correccional N° 17 del Departamento Judicial
Lomas de Zamora s/ FALBO, María del Carmen-Denuncia", en trámite ante la Secretaría
Permanente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios.
Posterior a ello, refirió el Doctor Bettini Sansoni que “…14 de febrero de
2020, también me envió un mensaje de whatsapp titulado “PDF. ARRIBA-20-20” donde
adjuntaba una copia de la desestimación de la denuncia penal por parte del Fiscal de
San Martín por su pretensión personal de demorar un juicio a pedido del abogado
Raidán”. Manifestó a su vez desconocer “por qué me envía a mí una copia de esta
resolución pero claramente advierto que logró alertarme sobre su situación procesal. No
encuentro otra explicación dado que yo no soy parte de la misma ni me notificó ningún
Fiscal de San Martín”.
A su vez, señaló que “Cuando tuve que citar nuevamente a los testigos
para el juicio en la causa Soto, luego de reiteradas interrupciones, en mi fiscalía la
víctima, Carlos Molido, quien recibió varios disparos en su tórax en este hecho, pidió la
palabra y señaló enérgicamente que quería saber quién protege al “Polaquito” Soto a
nivel judicial, porque si fuera por la policía estaría preso. Que incluso pensó en llamar a
canales de televisión para que sepan todo. Su esposa, Norma González, pidió la palabra
y señaló estar cansada de tanto ir y venir, de tanta impunidad y que si el juicio no se
hacía se bajaba. Esto ocurrió el día 21 de febrero de 2020 y aportó copia del acta,
incluso de los documentos de quienes dijeron esto. Iniciado el juicio, el día 2 de marzo, el
cual no concluyó, a pregunta del abogado particular damnificado, la hija del fallecido
José Fabián Fernández, apodado “Gallego Popey”, se preguntó ante el Tribunal, cómo
podía ser que el acusado tuviera lo que a su entender era apoyo para demorar tanto el
juicio, mencionando a Julián Álvarez como político allegado y al abogado Javier Raidán
entre otros”.
Por su lado, agregó que “Contemporáneo a estos cuatro sucesos”,
acaecido el desplazamiento de Scalera y la disolución de la unidad especial de delitos
complejos de Lomas de Zamora, “...se comunica una resolución vía “Intranet” donde
Enrique Ferrari decide desafectar al Fiscal Scalera a lo que él llama “Universo de
causas La Salada” y la Fiscalía de Delitos Complejos que intervenía en causas relativas,
entre otros aspectos a barras bravas de fútbol, temática en parte coincidente con la
causa Soto. El Fiscal Ferrari además del personal desafectado o movilizado, creo que al
único Fiscal que nombra es a mí, con el argumento que Scalera y su personal
trabajarían en mi ámbito, pero señalando al mismo tiempo que resultaba muy
dificultoso que una persona pudiera tomar conocimiento de tan extensa causa. Ello
generó en mí angustia funcional y personal porque, por un lado, señala expresamente
que la tarea de abordar de cero esta actividad fiscal resulta extremadamente difícil y
amerita que la realice quien la inició, mas al mismo tiempo coloca en parte en mi órbita
esa actividad”.
Refirió a su vez que “A raíz de ello a fines de febrero y primeros día de
marzo comienza a remitir un total de 41 causas aproximadamente relacionadas con tal
temática señalando que venía a la Unidad Funcional de Asistencia y Colaboración para
el Juicio Común y Por Jurados que coordino, en virtud de la Resolución 3/20 de Fiscalía
General, es decir aquellas que en simultáneo, por un lado afectaba las causas a Scalera,
y por el otro las colocaba físicamente en mi ámbito de trabajo. En tal momento
resultaba muy difícil para mí comprender o planificar como iba a abordar tal actividad,
cuando el propio Fiscal General sabía que me encontraba por iniciar la causa Soto que
él mismo considero razonable que se postergue por los motivos políticos que había
señalado el abogado Raidán y que al mismo tiempo, él señalaba que era de una
extensión casi inabarcable desde el inicio y en poco tiempo. La resolución de la
Procuración General posterior dejó sin efecto la resolución aludida.”
Por su lado, con relación al abogado Raidán, que motivara la inapropiada
intervención del doctor Ferrari, agregó Bettini Sansoni: “En el juicio oral el abogado Raidán
y su colega Carluccio, y una persona de sexo femenino que no puedo asegurar pero se
PG.SCDE.DCD-588-19-23

trataría de una abogada colaboradora del estudio, la doctora Carreira, concurren como
público a casi todas las jornadas cuando anteriormente demoraron el inicio del juicio
renunciando a horas de que comience”.
En cuanto al motivo por el cual el fiscal general le había asignado la causa
“Acevedo”, sostuvo: “...no lo conozco pero sí sé objetivamente no se corresponde con
una actividad eficiente que pueda brindar porque la causa era desconocida para mí y
coincide temporalmente con todas las incidencias que se desencadenaron a partir de que
Ferrari dijera a título personal que le parecía razonable el planteo de postergación de
juicio a Soto por motivos políticos, pedido por el abogado Javier Raidán, pedido al que
acompañó una foto de Julián Álvarez. Que desea manifestar que la asignación de la
causa Acevedo podría haber causado un grave perjuicio, lo que no se concretó, por el
momento gracias a que el Fiscal Rossi tomó la iniciativa de realizar el ofrecimiento de
prueba, de lo contrario si me convocaban tendría que haber reiniciado algo que ya
estaba iniciado”.
En tal sentido, declaró que “la designación en la causa Acevedo, la
comunicación vía whastapp de una resolución de San Martín, las manifestaciones de
Molido y su esposa preguntándonos por protección judicial, los remitos de las causas
remitidas para que se me informe qué debo hacer y la reiterada presencia de los
abogados anteriormente denunciantes a todas las jornadas donde claramente dialogan
de la causa en los cuartos intermedios con los imputados, que en lo formal
anteriormente le revocaran el cargo, son hechos posteriores a mi declaración
testimonial brindada en esta sede.”
Para concluir, quiso dejar en claro que “…mi situación en la actualidad
es de extrema angustia, dialogué reiteradamente con mi familia sobre renunciar a mi
función, porque nada es claro, termino sin saber cuál es alcance de mi competencia,
tengo la gran duda si el Fiscal General actúa porque lo cree conveniente para la justicia
o si lo hace a raíz de que no accedí a lo que él consideraba un ‘pedido razonable’. No
pienso pedirme licencia psiquiátrica porque considero que debo dar plena intervención a
mi trabajo, pero a nivel familiar, mi esposa me dice ‘el trabajo te está arruinando la
vida’ y no por la cantidad de trabajo, pues siempre estuve en lugares abarrotados,
Juzgado Correccional Nº 13, Tribunales de Menores, Fiscalías con turnos larguísimos,
pero nunca experimenté que un Magistrado escriba que ‘le parece razonable demorar un
juicio por motivos políticos’ y si además ese Magistrado es mi jefe cada día que ingreso
a mi trabajo sumo[....]esta circunstancia de angustia porque me hace recapacitar sobre
la gran cantidad de personas que llevé a juicio y pedí condenas, que más allá de lo que
hayan realizado la persona son seres humanos que sufren la pena, y hacen que estas
actitudes pongan en tela de juicio la igualdad ante la ley. Que por último deseo dejar en
claro que es muy duro volver a trabajar al ámbito donde el doctor Ferrari es mi
superior jerárquico”.
No es ocioso recordar que los hechos relacionados a esta causa, y en
particular la indebida conducta del fiscal general, tomaron estado público y fueron tratadas por
la prensa, escrita y televisiva.
Resulta evidente la intervención del fiscal general en las maniobras
tendientes a suspender el debate en la causa Soto, actuando en coordinación con el defensor
de una de las partes, el doctor Raidán, abogado de la matrícula que veremos intervenir en
diversas ocasiones.
Antes de que se efectuara la presentación del 10 de octubre mediante la
cual el abogado Raidán solicitó al fiscal general la suspensión del debate oral fijado en autos
para los días 21, 22, 23 y 24 de octubre de 2019, el doctor Ferrari, ya al tanto del contenido
de la misma, impartió instrucción al secretario de la fiscalía general D’Onofrio para que
redactara un despacho en los términos aludidos.
Como dije antes, resulta evidente y escandaloso el accionar del fiscal
general. Los hechos relatados, sustentados por las pruebas acompañadas, indican que el
doctor Enrique Ferrari quebrantó las normas que regulan los deberes y atribuciones del fiscal
departamental. Su accionar constituyó una violación y un abuso de los deberes de funcionario
público.
Sumado a ello, su inapropiada conducta, habiendo tomado estado público,
resultó nociva para la justicia bonaerense, dañando su imagen e instalando en los justiciables
PG.SCDE.DCD-588-19-23

una sensación de desprotección.


b- Desmantelamiento de la Unidad de Coordinación para Causas de
Delitos Complejos y Crimen Organizado.
1. 1. Maniobras previas a la disolución de la Unidad Especial. Arbitrariedad –
entorpecimiento de investigaciones - afectación servicio de justicia.
Esta serie de actos confirman que el doctor Enrique Ferrari, en lo que respecta a los
hechos objeto de la presente denuncia, notoriamente a partir de agosto de 2019 pretendió
ejercer una indebida y excesiva influencia en ciertas causas, y en ese afán terminó disolviendo
una unidad especial, sin fundamentos y de manera intempestiva, afectando el servicio de
justicia, aún actuando en contra de lo resuelto por este Procurador General.
Al respecto declaró la doctora Cabas que el fiscal general Ferrari“…volviendo al
mes de agosto, fue allí cuando empezó a no disimular su disgusto hacia Scalera, a estar
más exultante, a hablar de reuniones con gente importante, sin decir quienes, a
mencionar el enojo de algunos por los avances de las causas”.
Como quedará demostrado, la reasignación de causas y el movimiento de fiscales es la
modalidad desplegada por el doctor Ferrari para lograr sus fines -entorpecer las
investigaciones de la unidad especial-. Fines alcanzados a través de medios arbitrarios,
amedrentadores y violentos.
En principio, cabe resaltar que el 16 de septiembre de 2019 el doctor Ferrari le pidió a
D’Onofrio que le redactara una resolución a fin de reemplazar al doctor Rossi, agente fiscal
coordinador de la Unidad Fiscal de Investigación y Juicio N° 8, especializada en violencia
institucional, delitos económicos y delitos de funcionarios públicos por el doctor Bisquert.
Consultado por el doctor D’Onofrio respecto de dicho cambio, el fiscal Ferrari señaló
“que no podía decir mucho, que había recibido quejas de la política y también de jueces
de garantías (cabe destacar, y posiblemente se refiera a ello, que el fiscal Rossi llevó a cabo
una investigación contra una jueza Civil y Comercial por su actuación en la quiebra de la
empresa Expreso Lomas S.A.) sobre la labor del Dr. Rossi, además de haberse enterado
que en una reunión con partes en un proceso el Dr. Rossi habría manifestado que si tenía
que indagar al Fiscal General lo iba a hacer”.
Continúa el doctor D’Onofrio : “…a los días de hacerse efectiva la misma, y en un
momento en que el Dr. Rossi se hizo presente en la Fiscalía General aproveché para
preguntarle si alguna vez él había dicho que si tenía que indagar al Fiscal General lo iba
a hacer, contestándome el Dr. Rossi que sí, que lo había dicho en una reunión con
particulares damnificados de la causa Policlínico Lomas de Zamora, porque dijo que
aquellos le reprochaban a él como Fiscal la actitud del Dr. Ferrari… esa frase la había
dicho como para referenciar que su actuación en el proceso iba a ser objetiva, que no
tenía compromisos con nadie, no con ánimo de asustar al Dr. Ferrari”.
Señaló Rossi en relación a ello: “En mi caso particular, cuando fui desafectado de
la UFI N° 8 especializada en delitos de funcionarios públicos, ocurrió una secuencia muy
llamativa. Unos días antes de esa desafectación, aproximadamente una semana antes,
había recibido en mi oficina, al Sr. Sebastián Solerno, cuyo teléfono es 1530044184,
quien resulta ser víctima en la causa N° 07-00-065497-13 y otras conexas, en que se
investiga la quiebra fraudulenta por parte del ex-Juez Palacios y otros, en el Policlínico
Lomas de Zamora. Es muy extensa la cuestión de esas causas, pero digamos brevemente
que la hipótesis de investigación, consiste en que el Dr. Palacios y otros cómplices,
intervinieron ilegalmente y quebraron fraudulentamente al Policlínico Lomas de
Zamora; habiendo sido en su momento señalados como posibles partícipes de la
maniobra otros funcionarios judiciales actualmente en funciones. Esa causa y sus
conexas, fueron rápida y sugestivamente archivadas, con argumentos muy discutibles,
pese a que el Dr. Palacios falleció cuando era inminente su destitución por juicio
político; y el Dr. Ferrari hasta donde tengo conocimiento, tomó directa intervención en
las decisiones de archivo, que fueron confirmadas por la Fiscalía General. El Sr. Solerno
me indicó que estaba convencido de que esto era parte de un acuerdo espurio del Dr.
Ferrari con algunos de los implicados y me preguntó si estaría dispuesto a investigarlo,
casi como desafiándome en ese sentido. Yo le contesté que sí, obviamente, y sin que eso
implicara que yo abonara esa hipótesis; simplemente porque, es obvio, no podría dejar
de investigar un hecho simplemente porque pueda salpicar potencialmente a algún
magistrado o superior jerárquico, ni mucho menos le diría a una víctima que no estoy
PG.SCDE.DCD-588-19-23

dispuesto a investigar algo. En definitiva, le dije lo que correspondía decirle, casi diría
una obviedad, que es que yo no iba a encubrir a nadie y que investigaría lo que tuviera
que investigar, más allá de lo que yo pensara sobre la manifestación de Solerno. Bueno,
unos días después, recibo un mensaje de whatsapp del Dr. Ferrari, el 17/9/2019, a las
cuatro y cuarto de la madrugada, donde me indica que para cuidarme, y para cuidarse a
sí mismo, se vio obligado, así lo dice, a removerme de la UFI N° 8, aclarándome que no
era nada personal.”
La causa mencionada por el doctor Rossi es la N° 07-00-065497-13 en la cual actúa
como abogado defensor de uno de los imputados el doctor Raidán. La misma integra una serie
de investigaciones relacionadas con la quiebra del Policlínico Lomas de Zamora, y será causal
de una exposición por separado en esta misma denuncia. Pero es oportuno señalar en esta
instancia que con esta maniobra lograba el doctor Ferrari el cometido de entorpecer una
investigación en la cual su influencia indebida estaba siendo denunciada y podía ser investigada,
al tiempo que afectaba, con su traslado, a un integrante de la Unidad de Coordinación General
de Delitos Complejos y Crimen Organizado, toda vez que el doctor Rossi oficia de
subcoordinador de dicha unidad especial.
El propio Rossi relató una situación harto contradictoria de la conducta del
doctor Ferrari. Luego de ocurrido el desplazamiento referido, el fiscal general lo convocó para
pedirle que interviniera en la causa que se le seguía al doctor Acevedo, ex fiscal de Lomas de
Zamora; causa en trámite por la UFIJ Nº 8, de la cual se lo había desafectado. El doctor Rossi
aceptó, extrañado, el encargo.
Detalló el fiscal Rossi: “...no entendí por qué me pidió –y luego resolvió–
que yo interviniera en esa causa, mientras que para cuidarme y cuidarse debía dejar de
estar al frente de la UFI Nº 8. Si había perdido la confianza en mí, no tendría sentido
que me afectara a colaborar en una causa de semejante envergadura”.
En razón de comentar esta cuestión, el testigo indicó que “esta dinámica
de que permanentemente se revolean fiscales, funcionarios y empleados de aquí para
allá, con simples correos electrónicos que no brindan la menor explicación y casi
siempre sin aviso previo, ha generado un estado de cosas en Lomas de Zamora donde es
muy difícil trabajar y genera un enorme perjuicio”.
Para ilustrar este estado de cosas, cabe destacar lo manifestado por el fiscal
Rossi en el sentido de que se nota un desánimo generalizado en el departamento judicial y por
las reacciones y manejos del fiscal general Ferrari nadie quiere tomar decisiones en
investigaciones importantes o que comprometan gente “pesada”.
Al mismo tiempo, conforme señaló el doctor Scalera y el propio doctor Rossi,
las decisiones tomadas por el fiscal general comenzaban a afectar el funcionamiento de la
Unidad de Coordinación de Causas de Delitos Complejos y Crimen Organizado.
Como consignara precedentemente, el doctor Rossi era subcoordinador de
dicha unidad especial, y bajo su órbita tramitaba, entre otras, la causa Nro. 18870/17 (que
tiene como imputado a Pablo Moyano).
Señala Scalera al respecto: “El 16 de septiembre de 2019, el Fiscal Pablo
Rossi fue desplazado por Resolución 21/19 de la Fiscalía General Departamental, de la
Unidad Funcional de Instrucción y Juicio 8 Departamental del que era titular,
especializada en delitos económicos y violencia institucional, a la Unidad de Instrucción
y Juicio 1 Departamental. Dicho desplazamiento se hizo efectivo el día 23 de septiembre
de 2019 tal como indicaba la mencionada Resolución. El fiscal Pablo Rossi es, además,
Fiscal de la Unidad de Coordinación General para Delitos Complejos y Crimen
Organizado de la Fiscalía que se encuentra a mi cargo y bajo cuya orbita entre otras
tramita la causa 18870/17. Así, pocos días después el Fiscal Rossi me comentó con
cierta preocupación que el Fiscal General Ferrari lo había interrogado acerca de las
causas de la Unidad de Coordinación General para Delitos Complejos y Crimen
Organizado, y le requirió le informara en cuáles intervenía y en cuáles había
intervenido”.
Poco después, el 22 de septiembre 2019, el doctor Ferrari intentó
comunicarse con el doctor Scalera vía telefónica sin lograrlo. Finalmente, mediante un mensaje
de audio le hizo saber que intentó consultarlo sobre el estado procesal de la causa de “el
Salvaje”, en referencia, conforme dijera Scalera, a la IPP 18870/17, cuyo imputado es Pablo
Moyano. En concreto le preguntó si dicha causa tenía requerimiento de elevación a juicio, si
PG.SCDE.DCD-588-19-23

ya estaba elevada a juicio o si aún estaba en investigación.


Señaló la doctora Cabas en su denuncia que hablando con Juan Pablo -en
alusión a D’Onofrio- y el Dr. Scalera, ambos recordaron que el doctor Ferrari, luego de una
reunión con el doctor Raidán, había estado preguntando, a fines de septiembre, por el estado
de la causa “el Salvaje” apodo utilizado por Pablo Moyano.
El 27 de septiembre de 2019, el doctor Raidán se apersonó nuevamente en
dependencias de la fiscalía general y se entrevistó con Scalera. Refirió el testigo que le hizo
saber que había un enojo de los Moyano con él, haciendo alusión a la causa “Independiente”.
Y que dentro de la política estaban existiendo charlas, de las cuales participaba Julián Álvarez
-señalado como amigo del fiscal general Ferrari- en las que se iba decidir su lugar, es decir su
continuidad en el cargo de fiscal general adjunto. (v. audio aportado por Scalera).
A mediados de noviembre, el fiscal general Ferrari le comentó a D’Onofrio
“que él tenía un amigo, que a su vez era amigo de […] Alejandro Canovas. Que ese
amigo le había comentado que había ido a cenar a la casa del Dr. Canovas, que
quedaba en Villa Ballester, y ahí se encontró con Enrique Antequera (Enrique “Quique”
Antequera, también conocido como “El rey de La Salada” e investigado por asociación
ilícita) que estaba viviendo en el lugar. El Dr. Ferrari siguió con su relato, diciendo que
éste amigo suyo le comentó que Antequera y Canovas le manifestaron que con el Dr.
Scalera estaba todo mal, que lo querían sacar de la causa, pero que con él, por Dr.
Ferrari, estaba todo bien, que no le iban a hacer nada.” La doctora Cabas también estuvo
presente en esa conversación con el fiscal general y refiere los mismos términos. Agrega al
respecto que “lo relevante aquí, fue que una semana después salió un informe televisivo
en el canal A24 en donde Antequera, por primera vez desde su detención, cuestionaba la
actuación del Dr. Scalera.”
Relativo a ello, señaló la doctora Cabas en su denuncia que en una
oportunidad “…estando junto al Dr. Scalera, el Dr. Enrique Ferrari ingresó,
manifiestamente molesto, y comenzó a recriminarle, elevando la voz, por qué no le había
anticipado que iba a efectivizar la detención de Enrique Antequera. Ante ello, el Dr.
Scalera le explicó que le avisó cuando el objetivo estuvo asegurado, circunstancia que
en ese momento pareció comprender, sin embargo, previo a salir del despacho, el Dr.
Ferrari, ya en tono de voz normal, le dijo algo así como ‘ahora tenés respaldo pero en
algún momento esto va a pasar, el Fiscal General soy yo y que como tal puedo hacerte
mucho daño’. Las expresiones del Dr. Ferrari me dejaron atónita y al Dr. Scalera
visiblemente afectado”.
A fines de noviembre de 2019, el 27 de ese mes, se produjo una nueva visita
del doctor Raidán al fiscal general Ferrari con quien se entrevistó a puertas cerradas. Refiere la
testigo Cabas que el doctor Raidán es un asiduo concurrente a la fiscalía general.
Un día después de dicha reunión, el 28 de noviembre 2019, el doctor Ferrari
solicitó al doctor Scalera, mediante Oficio por fuera del sistema SIMP (Sistema de uso
obligatorio para todo el Ministerio Público), que en un plazo de 72 hs., informara acerca de los
procesos en los que intervenía el Cuerpo de Instructores judiciales y la Unidad de
Coordinación General para Delitos Complejos y Crimen Organizado, relacionados a “La
Salada” y a las “Barras Bravas”.
Al respecto, refirió el doctor D’Onofrio que indagó sobre el motivo de dicha
solicitud al doctor Ferrari, y éste le comentó que desde la política le estaban pidiendo la
cabeza de Scalera; que el problema era con los camioneros, que le estaban buscando algo al
fiscal para hacerlo “mierda” y que él no se iba a inmolar con Scalera.
Al respecto señala el doctor Scalera que “…el 27 de noviembre de 2019 el
Fiscal General Departamental, Enrique Bernardo Ferrari, recibió la visita del abogado
Javier Raidán, con quien mantuvo una charla a puertas cerradas, visitas que se venían
dando con cierta frecuencia desde el mes de agosto de este año. Luego de dicha reunión,
el 28 de noviembre de 2019, el Fiscal General Ferrari le entregó un oficio
confeccionado por el mismo, dirigido a quien habla, al Secretario General de la Fiscalía
General Departamental Juan Pablo D´Onofrio, a quien le requirió a su vez que se lo
entregara a Marcela Cabas, Secretaria de la Fiscalía General Departamental. En dicho
oficio el Fiscal General Ferrari me solicitó, sin explicar los motivos ni la finalidad del
pedido, le informara dentro del término de 72 horas hábiles a partir de su recepción
sobre la totalidad de las causas (I.P.P) que tramiten en la Unidad de Coordinación
PG.SCDE.DCD-588-19-23

General para Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Fiscalía General


Departamental en especial todas aquellas relativas a la conflictiva de la ‘Feria La
Salada’ como todas aquellas atinentes a denuncias realizadas por o contra ‘barras
bravas’ de los distintos clubes de fútbol de la zona, y en concreto: número de IPP y
carátula, imputados en ellas, estado procesal de las mismas. Así, en el momento en que
el Fiscal General Ferrari le entregó el oficio al Secretario General Juan Pablo
D´Onofrio, este último me relató que le preguntó al Fiscal General para qué necesitaba
dicho informe, tras lo cual el Fiscal General Ferrari le respondió que de la política le
estaban pidiendo mi cabeza, que el problema era con los camioneros, que me estaban
buscando algo para hacerme mierda, que creía que tenían algo, un contacto, para
activar una denuncia en Quilmes, y que él no se iba a inmolar por mí. Ese mismo día, 28
de noviembre de 2019, el Fiscal General Ferrari, le solicitó a la Secretaria de la Fiscalía
General Claudia Sauer, se fijara cómo estaban dispuestos los despachos de los Fiscales
en el área de Juicio y Juicio por Jurados, y certificara si existía algún despacho vacío en
el edificio nuevo de Ministerio Público Fiscal ubicado en Larroque 2300 de Banfield, así
me lo relató la mencionada funcionaria. Luego de estos acontecimientos y de escuchar
de distintas fuentes que se había instalado una versión en el Ministerio Público local que
indicaba que mi desafectación de la Fiscalía General en mi función de Fiscal General
Adjunto, y de la Unidad de Coordinación General para Delitos Complejos y Crimen
Organizado, era inminente”.
Asimismo, declara la doctora Gianella, fiscal general adjunta, que ese día -28
de noviembre de 2019- el doctor Ferrari conversando con ella le mostró una foto en la
pantalla de su celular del suscripto con el intendente de Avellaneda, Ferraresi. A continuación,
le hizo escuchar un mensaje de voz que sería, según Ferrari, del senador D’Onofrio
refiriéndose a que quien suscribe no iba a seguir en sus funciones. Acto seguido, el doctor
Ferrari le aclaró que él no iba a tener problemas “con los que vienen”. La doctora Gianella
refirió que le contestó que ella tampoco; a lo cual el fiscal general le señaló que otros sí podían
llegar a tenerlos; entendió la doctora Gianella que se refería al fiscal Scalera.
Como señalara en el punto “a”, nuevamente es la figura del doctor Raidán, y
las vinculaciones políticas de éste las que determinan ciertas acciones por parte del fiscal
general. Es ilustrativo y muy informativo lo declarado por la doctora Cabas señalando que “El
Dr. Ferrari (…) mantiene una gran amistad con Julián Álvarez, quien fue Secretario o
Vice Ministro de Justicia de la Nación hasta diciembre del 2015, amistad que inició a
partir del apoyo político que Álvarez le dio para que sea asignado en el cargo de Fiscal
General en Lomas de Zamora. En la denuncia yo mencioné distintos episodios que se
dieron luego de reuniones que el Dr. Ferrari mantuvo con el Dr. Javier Raidán, quiero
aclarar que Raidán sería socio o trabajaría para Julián Álvarez. En su etapa de Vice
Ministro de Justicia, el Dr. Raidán era uno de los contactos a los que se debía acceder
para obtener el apoyo de Julián Álvarez para un cargo de Magistrado. Contar con ese
apoyo era prácticamente garantía de quedar electo en un concurso. Las visitas de
Raidán al Dr. Ferrari se reiniciaron a partir de agosto de 2019 luego del resultado de las
elecciones primarias. Sé que antes de diciembre de 2015 era común que lo frecuentara,
esto lo sé por comentarios dado a que recién empecé a trabajar en la Fiscalía General
en diciembre de ese año. Que como dije, fue a partir de agosto que el Dr. Ferrari
comenzó a tomar una serie de medidas, a mi modo de ver, algunas violentas y otras
extrañas. Ejemplos, el caso de Bettini, Rossi, Gianella, Leguiza, Grieco, Domínguez,
Furingo y el nuestro. Intentando hacer memoria respecto de traslados polémicos,
recordé aquel que dispuso sobre el Fiscal Mario Prieto, quien, según pude averiguar, fue
castigado con el traslado de Avellaneda a Lanús por haber requerido una orden de
allanamiento para el Colegio de Abogados de Lanús-Avellaneda, cuyo Vicepresidente
resultaría ser el padre de Julián Álvarez.”
En consonancia con lo relatado, cabe destacar que para fines de noviembre de
2019, aproximadamente, el fiscal general requirió a Juan Pablo D’Onofrio una copia de la
instrucción general 47/14 dictada por él en el año 2014 que fijaba el protocolo de actuación
para los fiscales ante hechos violentos cometidos por personal policial.
A los pocos días, en diciembre, esa resolución interna, sorpresivamente, apareció
citada por el doctor Daniel Llermanos, abogado de Moyano, en un escrito presentado en la
PG.SCDE.DCD-588-19-23

causa 18870-17 en donde solicitaba la nulidad de la causa y recusaba al doctor Scalera. A los
testigos Cabas, D’Onofrio y Scalera les llamó la atención dicha circunstancia, toda vez que es
una resolución de uso interno y destinada a los funcionarios del Ministerio Público local.
“Cabe señalar, refiere la doctora Cabas, que nada tiene que ver el
protocolo de actuación con lo argumentado por el Dr. Llermanos, claramente no leyó la
Instrucción general pero si resulta llamativo que tenga conocimiento de su existencia y/o
que la invoque luego de haber sido requerida por el Dr. Ferrari”.
Por su parte, indica D’Onofrio “Que a grandes rasgos esa instrucción se refiere a
un protocolo de actuación en causas donde se encuentre involucrado personal de fuerzas
de seguridad. Que no recuerda la fecha exacta pero sí que se encontraba en su
despacho, cuando ingresó el doctor Ferrari y le pidió la citada instrucción. Que
aproximadamente quince días después esta instrucción fue citada en un escrito
presentado por el doctor Llermanos, en la causa de Independiente, fundamentando un
pedido de recusación del doctor Scalera y pidiendo la nulidad de lo actuado. Que le
llamó la atención puesto que esa instrucción general no es muy conocida en el ámbito
del Ministerio Público ni se encuentra publicada ni informada a la Procuración
General”.
Una vez más, como viéramos en la causa “Soto”, expuesto en el punto precedente, el
doctor Ferrari responde a intereses ajenos a los del Ministerio Público Fiscal, actuando de
manera coordinada con el doctor Raidán. Asimismo, y de sus propios dichos, esos intereses
de la “política” determinaron la decisión del doctor Ferrari respecto del doctor Scalera (a
quien intentó desplazar de su cargo y funciones) y de las causas que se investigaban en la
Unidad de Coordinación para casos de Delitos Complejos y Crimen Organizado, como se
consignará a continuación.
En la conclusión de su denuncia señala la doctora Cabas, en referencia los hechos que
consumará el doctor Ferrari con el dictado de las resoluciones 3/20, 4/20 y 5/20 -expuestos
más adelante- “lo ocurrido no sorprende, el resultado de las elecciones primarias
repercutieron notablemente en el ánimo del Dr. Ferrari, se lo notaba exultante,
proactivo, constantemente hablaba de reuniones con personas importantes. Nunca nos
decía con quién o para que se reunía, sólo mencionaba los encuentros con Julián
Álvarez, quien fue Secretario en el Ministerio de Justicia de la Nación. Incluso
comenzaron a ser frecuentes las visitas a su despacho del Dr. Javier Raidán”.
1. 2. Desafectación de la doctora Gianella: extralimitación de sus funciones y
violencia laboral.
A esta altura del relato, conviene señalar lo acontecido con la fiscal general
adjunta doctora Mirta Gianella.
La desafectación intentada por el doctor Ferrari y su comportamiento
posterior ponen en evidencia una conducta indebida e impropia de un funcionario de su nivel.
Este proceder del doctor Ferrari demuestra su desprecio por las normas
que rigen el funcionamiento del Ministerio Público Fiscal. Llama la atención, sin embargo, que
como se relatara supra, recriminara en su momento al fiscal Bettini Sansoni no haberle avisado
de la citación de control disciplinario de la Procuración, porque “las cosas acá son verticales”.
Al mismo tiempo, son ilustrativas del desgobierno de su dependencia y del estado de zozobra
en que colocó sus subordinados.
Resulta necesario incorporarlo en este instante de la exposición, toda vez
que los acontecimientos que se narran a continuación, están relacionados con la desarticulación
de la unidad especial referida y permiten visualizar en contexto lo acontecido con la misma.
El 2 de diciembre de 2019 el fiscal general dictó la resolución LZ 38/19
mediante la cual relevó de sus funciones de fiscal general adjunta a la doctora Mirta Gianella,
reasignando las mismas al señor agente fiscal doctor Carlos Rousseau.
La desafectación de la doctora Mirta Gianella, amén de improcedente por
carecer el doctor Ferrari de atribuciones para adoptar tal medida, resultó infundada e
intempestiva.
Producto de la notificación de la resolución LZ 38/19 se generó una
situación de violencia laboral que afectó a personal de la fiscalía a su cargo. La notificación fue
llevada a cabo por el secretario general doctor D’Onofrio, bajo instrucciones del mismo
doctor Ferrari, quien se encontraba ausente ese día. La doctora Gianella se descompensó y
debió concurrir a la delegación de sanidad siendo atendida, a su vez, por la psicóloga y la
PG.SCDE.DCD-588-19-23

psiquiatra de turno. Al día siguiente su médico particular le extendió una licencia médica y, con
posterioridad, su psicóloga particular le recomendó licencia por el stress sufrido.
Al respecto, refiere la doctora Cabas que hasta ese momento, todos creían
que el desplazado iba a ser el doctor Scalera y que lo iban a reemplazar por la doctora Belloc
y por el doctor Ricart.
Señaló el doctor D’Onofrio que justamente fue la doctora Florencia Belloc
(agente fiscal de la UFI 2 Ezeiza) quien se comunicó con la doctora Sauer, y le recrimina a
ésta que aún no se hubiera notificado al doctor Rousseau de la resolución 38/19.
Por su lado, la doctora Daniela Orma indicó que el 2 de diciembre recibió un
mensaje de parte de Federico Ricart (secretario de la agente fiscal Belloc en UFI 2 Ezeiza), a
través de la mensajería de Instagram. Allí Ricart le dijo que “le avise de novedades que haya
en Fiscalía General…” aclara la testigo que “sin saber en ese momento de qué me estaba
hablando. El mensaje final me alarmó”. El mensaje final que causó alarma en Daniela
Orma, dice textualmente: “Ok ya me quedó claro de que lado estás. Suerte” (conf. captura
de pantalla acompañada por la testigo).
En fecha posterior -27 de diciembre de 2019-, en una reunión de trabajo entre
el doctor Scalera y los secretarios doctores Califano, Martínez, Cabas, Torriginio y
D’Onofrio, se hizo presente Daniela Orma y les manifestó que quería charlar sobre lo que le
ocurriera el 2 de diciembre con el doctor Ricart. Manifestó que estaba preocupada con lo que
estaba sucediendo y por los mensajes que había recibido. Que estaba preocupada ya que los
rumores que circulaban en tribunales indicaban que la doctora Belloc sería designada como
fiscal adjunta y el doctor Ricart sería asignado a cargo de la secretaría de la fiscalía general.
Volviendo al 2 de diciembre de 2019, señala el doctor D’Onofrio que a las 19
hs. recibió del doctor Ferrari mensajes de “WhatsApp” en donde le indicaba que al día
siguiente “…debía realizarse una resolución por la cual él autorizaba al Dr. Rousseau a
firmar por ausencia momentánea en la Fiscalía General. Recuerdo que le respondí que
no creía que se fuera a autorizar lo que requería, ya que no había informada ninguna
licencia suya y además porque se necesitaba autorización del Sr. Procurador General,
solicitándome el Dr. Ferrari que sin perjuicio de ello igual sacara esa resolución, ante lo
cual, a fin de no entrar en polémicas, más con todo lo que venía aconteciendo, contesté
que se haría de ese modo.”
Toda esa actitud, concluyó D’Onofrio, le pareció en extremo violenta.
El 3 de diciembre 2019, el doctor Rousseau fue presentado por Ferrari como
fiscal general adjunto y exigió ser notificado de la resolución LZ 38/19.
Asimismo, ese día se dictó la resolución LZ 39/19 por la cual se habilitó al
doctor Rousseau para intervenir en las causas que ingresaran a la fiscalía general
departamental, y le asignó la atención de la firma y despacho de la misma.
Otro proceder arbitrario más y una franca extralimitación de sus funciones.
En consecuencia, con la finalidad de recomponer el orden, y en cumplimiento
de la ley, el 9 de diciembre de 2019, mediante resolución PG 863/2019, dejé sin efecto las
mencionadas resoluciones LZ 38 y 39 de 2019 por haber el fiscal general exorbitado sus
funciones, incumpliendo con el inc. 3 del art. 28 de la ley 14.442 y desconociendo lo
prescripto por el inc. 2 del art. 21 de la citada ley, constituyendo ello una situación de
gravedad institucional.
Asimismo, di intervención a la Secretaría de Control Disciplinario y
Enjuiciamiento de Magistrados originándose la investigación preliminar DCD 655-19.
En el marco de esta investigación preliminar testificaron los doctores
Scalera, D’Onofrio, Martínez, Califano y Torrigino y las doctoras Cabas, Sauer y Gianella,
entre otros.
Al respecto, la doctora Marcela Cabas, el doctor Sebastián Scalera y el
doctor Juan Pablo D’Onofrio concibieron la situación como violenta, no sólo en relación a la
doctora Gianella sino para todos los involucrados.
A la violencia laboral, se sumaron actitudes amedrentadoras que
trastornaron el normal desarrollo de las actividades en la fiscalía general, así como también
ocasionaron un gran desconcierto en el departamento judicial todo.
En los días posteriores al dictado de la resolución aludida, el 4, 7 y 8 de
diciembre, el fiscal general se sirvió de los estados de “WhatsApp” de su teléfono celular de
uso habitual para difundir contenido intimidatorio.
PG.SCDE.DCD-588-19-23

Refirió el doctor Scalera “...otra circunstancia que generó preocupación


a nivel departamental, tanto en la Fiscalía General como en todo el Ministerio Público
Fiscal de Lomas de Zamora, fueron diversas publicaciones realizadas por el Fiscal
General Ferrari, bajo la modalidad de estados de whatsapp, cuyo contenido
intimidatorio generó distintas reacciones en todos aquellos que tuvieron acceso a los
mismos, máxime cuando las imágenes que se observan en tales estados se encuentran
tomadas en el despacho público del Fiscal General Departamental.” Concordó con esta
declaración el doctor D’Onofrio acompañando, ambos, capturas de pantalla de las mismas.
Respecto de ellas declaró el testigo Scalera lo siguiente: “Dichas
publicaciones tuvieron lugar durante la madrugada del día 4 de diciembre del corriente
año. Así, en un estado de las 02:02 am publica la imagen de un lobo mostrando los
dientes con la frase 'arrójenme a los lobos… y volveré… liderando la manada'. En un
estado de las 05:33 am se observa la imagen de un hombre portando una escopeta y la
frase 'no importa si voy al cielo o al infierno, tengo amigos en ambos lugares…'. A las
05:54 publica un estado con una foto obtenida en su despacho en el que una mano (del
Fiscal General) sostiene la cabeza de una piraña embalsamada con una frase al pie que
reza 'Así suelen terminar los depredadores que se meten conmigo…'. A las 05:55 am
publicó un estado con una foto también obtenida en el publico Despacho del Fiscal
General en la que se observa la cabeza de una piraña embalsamada con una frase al pie
que reza 'O así, embalsamados en mi biblioteca. Tardo en arrancar, pero cuando tomo
carrera… paciencia de pescador, a… '. A las 05:57 am el Fiscal General publicó otro
estado con una foto en la que se observan a cinco cabezas de pirañas embalsamadas
apoyadas sobre la biblioteca que el Fiscal General Ferrari tiene en su público despacho
con una frase al pie que reza 'Soy claro?'. En el mismo horario, publicó otro estado con
la foto de dos pescados embalsamados con la frase al pie que reza 'Se entiende?'. A las
06:13 el Dr. Ferrari publicó la tapa del libro El Príncipe de Nicolás Maquiavelo y al pie
una frase que reza 'En lo terrenal, mi consejero, el genial Nicolás, que era un buen
tipo… solo que realista…'. Asimismo, durante el fin de semana del 7 y 8 de diciembre el
Fiscal General Ferrari publicó otros estados de Whatsapp que generaron preocupación.
Así el publicado en el horario de las 23:10 con una foto en la que se observa la proa de
un barco de grandes dimensiones cortando el agua de un rio o mar con la frase al pie
que reza 'Así, como la proa de este Leviathan, hay que llevarse puestos a los que
dificultan el progreso'. A las 23:17 otro estado con una foto del propio Fiscal General
Ferrari con guantes de box en ambas manos y la frase que reza 'Por ende, NUNCA,
NUNCA bajar la guardia!!'. A las 23:37 publicó otro estado con la foto del rostro del
personaje de películas Hannibal Lecter, protagonizado por el conocido actor Anthony
Hopkins con la frase al pie que reza 'Me lo enseñó mi “coach”, Hannibal Durán
Lecter!!'. A las 06:37 publicó otro estado con la foto en la que se observa la imagen de
un procedimiento realizado por alguna fuerza policial y la frase al pie que reza '1 Fiscal
General en buena sintonía con los intendentes, logra esto'. A las 08:01 publicó un estado
con una foto en la que se observa al Fiscal General Ferrari arriba de una embarcación
sosteniendo un pescado de gran tamaño aparentemente recién capturado con la frase al
pie que reza 'paciencia de pescador'. A las 08:04 publicó otro estado con una foto en la
que se observa la mira de un arma de fuego haciendo foco con la frase al pie que reza
'astucia de cazador'.
Asimismo, y en relación con esto último, detalló el deponente que “el día
martes 10 de diciembre la secretaria Claudia Sauer me comentó que el día anterior, el
Fiscal General Ferrari, había estado conversando con ella en el despacho de él, y que en
esa charla el Dr. Ferrari le preguntó sobre las reacciones que habían generado los
estados de Whatsapp por el publicados”.
Resulta elocuente lo declarado por el doctor D’Onofrio respecto de esos
estados de “WhatsApp”: “…creo que esas amenazas veladas que el Dr. Ferrari nos
estaba dirigiendo se han materializado en la realidad, encontrándonos todos con este
perjuicio -en relación a sus desplazamientos acaecidos con posterioridad mediante las
resoluciones LZ 3/20, 4/20 y 5/20- que lamentablemente estamos atravesando”.
En igual sentido declaró el agente fiscal Pablo Ernesto Rossi indicando que el
fiscal general “permanentemente exhibe en su perfil o estado de whatsapp, del celular que
tienen todos los fiscales, imágenes abiertamente intimidatorias”. Al respecto señaló que
PG.SCDE.DCD-588-19-23

luego de que esta Procuración dejara sin efecto las resoluciones 3/20, 4/20 y 5/20, los fiscales
no recibieron ninguna notificación por parte del doctor Ferrari, teniendo como única noticia
proveniente del mismo un estado de “WhatsApp” donde éste “se pone a sí mismo camuflado
como soldado, manifestando que 'estamos en guerra' y exhibiendo una ametralladora”.
No obstante el dictado de la resolución PG 863/19, el 10 de diciembre de
2019, el señor fiscal general Ferrari, mediante Nota -112499, requirió al suscripto que
relevara “de las funciones de Fiscal General Adjunta de la Fiscalía General del
Departamento Judicial Lomas de Zamora, a la Sra. Agente Fiscal Mirta Noemí
Gianella”.
A su vez, en el punto II de la misma propuso al doctor Carlos Gerardo
Rousseau para que le asigne funciones de fiscal general adjunto en dicha dependencia.
Como único fundamento del pedido de desafectación de la doctora Gianella, y
su reemplazo por el doctor Rousseau, señaló la voluntad de “adaptar” su accionar al contenido
de la resolución PG Nro. 863/19. Es decir, una vacía expresión de causa.
La normativa vigente resulta clara en el sentido de que tanto la propuesta como
la eventual remoción de funciones de quien ejerciera esa función atribuida con anterioridad
debe ser sometida a consideración del Procurador General, quien tiene la facultad de
considerar ambas y dictar, eventualmente, el correspondiente acto que así lo determine.
Esa facultad y el consiguiente procedimiento no resultan, en el presente caso,
de “criterios interpretativos (…) delineados por la Procuración General de esta Provincia” a
los cuales deba aggiornarse como aduce el fiscal general Ferrari en su Nota-112499-19-1;
sino que surgen de manera prístina del texto de la propia ley.
Sin perjuicio de ello, en clara inobservancia de la normativa aplicable, el fiscal
general, sin aguardar respuesta a su pedido de la Nota-112499-19-1, y no obstante la
decisión de este Procurador mediante la resolución PG Nro. 863/19, resolvió dictar (luego de
volver de una licencia de más de dos meses -del 23 de diciembre de 2019 al 26 de febrero de
2020), el 26 de febrero de 2020, la resolución LZ Nro. 3/20 por la cual procedió a
desafectar, en los hechos, a la doctora Gianella de sus funciones como fiscal general adjunta.
En su punto 5, el doctor Ferrari dispuso “Asignar -momentáneamente- a la
Sra. Agente Fiscal, Dra. MIRTA NOEMÍ GINELLA -respetando su carácter de Fiscal
General Adjunta Departamental- a que, en caso de regresar de la licencia que goza-
pase a cumplir funciones principalísimas de “fiscal de Juicio” en el Cuerpo de Asistencia
y Colaboración para el Juicio Común y el Juicio por Jurados Departamental de Lomas
de Zamora…”.
Dicha disposición, de manera arbitraria y desobedeciendo lo resuelto por mi
resolución PG Nro. 863/19, privó en la práctica a la mencionada doctora Gianella de las
funciones de fiscal general adjunta departamental, asignándole tareas de tal naturaleza y en tal
ámbito de actuación, que resultarían incompatibles con el mantenimiento de sus deberes y
atribuciones de fiscal general adjunta.
Es oportuno resaltar que a los fines de consumar una desafectación en franca
violación de la normativa aplicable y en un claro alzamiento contra lo decidido por este
Procurador, apeló a un artificio lingüístico como indicar “respetar” el carácter de fiscal general
de la doctora Gianella al tiempo que con su resolución imposibilitaba de hecho el ejercicio de
las funciones propias de tal carácter.
Es esta una maniobra recurrente en el fiscal general, en flagrante violación de
los deberes a su cargo, conforme se viene describiendo en la presente denuncia.
En tal sentido, en forma inmediata al dictado de su resolución, el 28 de febrero
de 2020 el fiscal general Ferrari elevó Nota-15179-20 reiterando el pedido de
“DESAFECTACIÓN de ADJUNTA de la Sra. Agente Fiscal Dra. MIRTA NOEMÍ
GIANELLA”, y la asignación de dichas funciones al doctor Rousseau.
En lo que aquí respecta, vale decir que, habiéndose configurado una nueva
situación de gravedad institucional, y en el deber de velar por un adecuado funcionamiento del
Ministerio Público Fiscal, me vi compelido a dictar, el 4 de marzo de 2020, la resolución PG
Nro. 113/20 para dejar sin efecto las medidas tomadas mediante las resoluciones LZ 3/20,
4/20 y 5/20.
Todo esto demuestra una actitud desafiante a la autoridad y una desobediencia
persistente a la normativa vigente.
Finalmente, con fecha 20 de mayo de 2020, la doctora Gianella, que aún se
PG.SCDE.DCD-588-19-23

encuentra en uso de licencia, ha presentado la renuncia a su cargo de agente fiscal a los fines
jubilatorios.
Es la conclusión desafortunada del actuar arbitrario del fiscal general.
1. 3. Pedido de “desasignación” del fiscal Scalera.
Continuando con el derrotero que desembocó en la disolución de la Unidad de
Coordinación General para Delitos Complejos y Crimen Organizado, el 10 de diciembre el
doctor Scalera amplió el informe solicitado el 28 de noviembre de 2019 por el fiscal general,
respecto de las causas relacionadas con la temática “La Salada” y las “Barras Bravas”
indicando se le informara el trámite específico de cada una de ellas.
El 18 de diciembre de 2019, el señor fiscal general confeccionó un oficio
requiriendo “desasignar las funciones de Fiscal General Adjunto departamental al Sr.
Agente Fiscal de este Departamento Judicial, Doctor SEBASTIÁN SCALERA”. Es
necesario destacar que dicho oficio recién fue ingresado a dependencias de la Procuración
General el 4 de febrero de 2020, como surge de su cargo y sello, sin que el mismo fuera
cargado en el sistema SIMP, en franca violación a lo dispuesto en la resolución PG 547/17. El
art. 5 de la referida resolución dispone que “…la omisión de uso o la utilización indebida
del "S.I.M.P." o de la información contenida en el mismo constituye falta grave y dará
lugar al inicio de las actuaciones disciplinarias y aquellas que por derecho
correspondan”.
Al respecto, ilustrativo de ese proceder del doctor Ferrari -en desprecio a la
normativa- y de su desmanejo y comportamiento arbitrario e intempestivo, resulta oportuno
señalar que ese mismo 18 de diciembre de 2019, el fiscal general le ordenó al secretario
D’Onofrio la redacción de una resolución disponiendo ciertos traslados de fiscales en el
departamento judicial Lomas de Zamora.
Dicha resolución indicaba que se debía hacer efectiva el 23 de diciembre.
Refiere D’Onofrio que “Ese día, cerca de las 15 hs, el doctor Ferrari se comunicó
telefónicamente conmigo y me indicó que estaba yendo para la fiscalía general y que le
prepare una resolución en la que se dispusiera el traslado de los fiscales Leguiza y
Grieco de las Fiscalías 1 y 2 descentralizadas de Lanús respectivamente a las Fiscalías 9
y 5 de cabecera; mientras que se dispusiera el traslado de los Fiscales Furingo y
Domínguez de las Fiscalías 9 y 5 de cabecera respectivamente, a las Fiscalías 1 y 2
descentralizadas de Lanús. La resolución fue confeccionada de acuerdo a la instrucción
verbal dada por el Fiscal General, cerca de las 16.30 horas, aquél leyó la resolución, la
firmó, la selló y le sacó una fotografía con su teléfono celular”.
Continúa el doctor D’Onofrio indicando que una vez en su domicilio, siendo
alrededor de las 21.30 horas, recibió un mensaje de “WhatsApp” de parte del fiscal general en
donde le indicaba que dejara sin efecto la resolución que disponía los traslados, que no la
notifique ni registre, ya que por ahora no la iba a hacer efectiva, sino que lo iba a hacer más
adelante. Que “…ante ello le contesto al Dr. Ferrari que me estaban llegando mensajes
que decían que ya tenían copias de la resolución, ante lo cual le pregunté si él se la había
enviado a alguien, ya que era quien le tomó la fotografía. El Dr. Ferrari me dijo que se
la había enviado al Dr. Domínguez, pero que no había que darle importancia y que si
alguien preguntaba, que niegue la existencia de la resolución”.
Acorde con ello, señala el doctor Scalera que “Esa misma tarde cerca de las
19 horas recibí los llamados de los Fiscales Leguiza y Grieco quienes ya estaban
enterados de la decisión del Fiscal General, y me hicieron saber que no entendían
porque los estaban trasladando y que les había llegado la imagen en fotos de la
resolución. Les expliqué que desconocía los motivos y que iba a intentar averiguarlo
para el día siguiente. Ese mismo día, en horas de la noche recibí un mensaje de
Whatsapp de parte del Secretario General Juan Pablo D´Onofrio en el que me ponía en
conocimiento que el Fiscal General había decidido dejar sin efecto por el momento esos
traslados. Luego me llamo por teléfono y me explicó que el Dr. Ferrari lo había llamado
por teléfono y sin mayores explicaciones le había indicado que dejara las cosas como
estaban y que no hiciera efectiva las notificaciones de la resolución. También Juan
Pablo me comentó que esa tarde luego de firmar la resolución el Dr. Ferrari le había
sacado fotos con su teléfono celular”.
No serán éstas las últimas veces que el fiscal general actúe en contradicción
con la resolución PG 547/17 respecto de la utilización del sistema SIMP.
PG.SCDE.DCD-588-19-23

A esta altura, deviene necesario señalar que el doctor Ferrari tomó licencia
desde el 23 de diciembre de 2019 al 26 de febrero de 2020, fecha en la cual, al regresar de
una licencia de más de dos meses, dictó sus resoluciones LZ 3/20, 4/20 y 5/20.
2. Dictado de las resoluciones LZ 3/20, 4/20 y 5/20. Desarticulación de
la Unidad de Coordinación para Delitos Complejos y Crimen Organizado.
Arbitrariedad, violencia laboral y afectación servicio de justicia.
Las conductas que describiré a continuación, configuraron una real y actual
afectación a la recta administración de justicia y me compelieron a intervenir en resguardo de
los derechos de quienes acuden a los estrados judiciales de su jurisdicción en demanda de
justicia. Esta cuestión fue manifestada en mi pedido de licencia extraordinaria de fecha 16 de
marzo de 2020.
Estos hechos, la persistencia del fiscal general por lograr desmantelar la
Unidad de Coordinación General para Delitos Complejos y Crimen Organizado, pese a mis
intervenciones de ley, demuestran a las claras una finalidad subjetiva, debida a intereses
propios o ajenos, de lograr entorpecer las investigaciones.
Como expusiera en el punto anterior, vuelto de su licencia, el fiscal general se
dedicó a dar cumplimiento a su intención de desarticular la referida unidad. Para ello dictó las
resoluciones LZ 3/20, 4/20 y 5/20, todas de fecha 26 de febrero de 2020, el mismo día en
que retomó sus funciones.
El punto 1 de la resolución LZ 3/20 estableció “Poner en cabeza del Sr.
Agente Fiscal, Fiscal General Adjunto, Dr. SEBASTIÁN SCALERA la dirección de todo
lo que haga al ejercicio de la acusación en juicio- y otros trámites procesales no
sumariales (etapa intermedia)- de las I.P.P.s. mencionadas en el exordio, lo que hará
con las condiciones expuestas en los fundamentos de ésta, pasando el Sr. Agente Fiscal
a integrar orgánicamente el plantel de la Unidad de Asistencia y Colaboración para el
Juicio Común y el Juicio por Jurados de este Departamento Judicial de Lomas de
Zamora (Resolución 32/17 del 18/10/17) con la peculiaridad de su principalísima
afectación a la atención de los trámites procesales de todas las causas -iniciadas hasta
la fecha- de la problemática o conflictiva penal del universo que se concibe como
derivadas de la feria “La Salada” y las ya elevadas a juicio de la Unidad de
Coordinación en Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Fiscalía General
Departamental, en etapa intermedia o ya de debate propiamente dicha, y por él gestadas
en esa dependencia que hoy disuelvo”.
Asimismo, en el punto 3 resolvió: “Dejar sin efecto las Resoluciones
Nros. 15/16 y 16/16 de la Fiscalía General Departamental que titularizo, de modo tal
que, a partir del día de la fecha, toda I.P.P. que se iniciare relativa a la temática o
conflictiva “La Salada”, deberá de ser atendida por la U.F.I.J en lo Criminal y
Correccional en turno al momento del nuevo acontecimiento criminoso”.
En igual sentido, el punto 4 de dicho acto estableció “Idéntico proceder
-dejar sin efecto- la Resolución 21/17 de fecha 6/10/2.017 y la 50/17 de fecha
13/11/2.017 únicamente en lo que hace a desactivar la ‘Unidad de Coordinación
General para Casos de Delitos Complejos y Crimen Organizado’ de la Fiscalía General
de Lomas de Zamora, con las salvedades expresadas en los considerandos [...] Todas
aquellas I.P.P.s de tal ‘Unidad’ que al presente no cuenten con requisitoria de elevación
a juicio, deberán de enviarse, por Secretaría, a las U.F.I.S. y J. que, conforme a un
criterio preestablecido, estaban de turno al momento de sus inicios.”
El doctor Ferrari mencionó expresamente en los considerandos de la
resolución 3/20, bajo el título “FUNDAMENTOS A” que “...no tengo temor en afirmar
que, en mi cotidiano departir laboral con el Dr. Scalera, lo veo muchísimo más
enfrascado al trámite de esa constelación de causas, impulsando todos esos -muchos de
ellos muy voluminosos- sumarios, que dedicándose a la función de Fiscal General
Adjunto, más propia de un colaborador del Fiscal de Cámaras ...”.
Indicando, a su vez, “…que pasará, con efecto inmediato, a integrar la
planta [...] de Asistencia y Colaboración para el Juicio Común y el Juicio por Jurados
Departamental de Lomas de Zamora (Resolución 32/17 del 18/10/17 de esta Fiscalía
General), debiendo de mudar físicamente su hasta hoy actual Despacho al nuevo edificio
del M.P.F de Lomas de Zamora.”
PG.SCDE.DCD-588-19-23

Nuevamente, mediante una argucia dialéctica, el Fiscal General del


departamento judicial Lomas de Zamora privó en la práctica al doctor Scalera de las funciones
de fiscal general adjunto, asignándole funciones de tal naturaleza y en tal ámbito de actuación
que resultarían incompatibles con el mantenimiento de sus deberes y atribuciones. Idéntico
proceder al realizado con la doctora Gianella.
No se puede soslayar que a fines de diciembre de 2019 el doctor Ferrari me
solicitó la desafectación de los fiscales adjuntos Gianella y Scalera. Adelantándose a mi
resolución –N° PG 214/20, a la cual me remito y en cuyos considerandos expongo la falta de
fundamentación de dichos pedidos- y prescindiendo de mi facultad de decidir al respecto, hizo
efectiva su voluntad guardando sólo una forma aparente de subordinación.
Pasando a la disolución de la unidad especial de investigación, Ferrari expresó
que muchas de las investigaciones vinculadas al universo de “La Salada” ya eran “causas” por
encontrarse elevadas a juicio y que “…insumirán tiempos de duración y de ejecución muy
por encima de los que demandan el desarrollo de los plenos de los orales que podemos
llamar ‘ordinarios’ o ‘comunes’, atendidos rutinariamente por los órganos Juzgadores;
desde que habrán de auditarse a un sin número mayúsculo de testigos, como igualmente
reproducirse para oírse en el oral innúmeras ‘escuchas telefónicas’... atenderse a
múltiples imputados si se decidieran por declarar, con más el análisis de cuantiosas
probanzas de tipo documental, de orden pericial o de otras naturalezas que pudieren
presentarse...”
Sostuvo, en consecuencia, que “... el Sr. Agente Fiscal de cita tiene un
privilegiado conocimiento único y casi intransferible de esos voluminosos y complejos
expedientes que ningún otro Sr. Agente Fiscal de esta Provincia posee, lo que cabe
poner en valor en la especie y colocar a su cargo la continuación monopólica del
liderazgo de la acusación en estas particulares causas...”
No obstante ello, la resolución 3/20 no aportó ningún elemento de hecho ni
de derecho a través del cual se pusiera de manifiesto un cambio de circunstancias que
justificara, o por lo menos permitiera razonablemente, dejar de abordar de manera
diferenciada la temática relacionada con los casos de mayor complejidad y crimen organizado
del departamento judicial Lomas de Zamora de acuerdo a la finalidad que inspiró la creación
de la Unidad de Coordinación General para Casos de Delitos Complejos y Crimen
Organizado.
Refirió en sus argumentos el fiscal general, en relación a esa unidad
especial, que varios magistrados no cesaban de cuestionarle, informalmente, la legitimidad de
tal órgano de investigación y la necesaria transparencia que debería tener en la selección de las
causas a ser tratadas en virtud de su complejidad, ya que tal valoración “...se recuesta
mayormente sobre la subjetividad...”. Que todo ello no sería armónico con lo establecido en
el inc. 5 del art. 28 de le ley 14.442 y que dichos cuestionamientos “...más tarde o más
temprano, podrían alimentar futuras nulidades que desde ahora pueden evitarse, por
cuanto se pone fin a la progresiva polémica.”
Conviene resaltar en este punto que la Unidad de Coordinación General
para Casos de Delitos Complejos y Crimen Organizado de Lomas de Zamora toma
intervención sólo en aquellos casos en que los propios fiscales a cargo de las investigaciones
solicitan su colaboración en razón de la complejidad de las causas. No se trata de causas
elegidas ex profeso por la unidad de coordinación, ni mediante un sistema que adolezca de
transparencia.
El argumento del doctor Ferrari relativo a la subjetividad en la selección de
causas a tramitar ante la mencionada unidad por la inexistencia de un criterio objetivo para
determinar su complejidad, amén de falso, reviste una verosímil peligrosidad.
¿Qué pasaría si la innecesaria y falsa aseveración del fiscal general,
entendiendo que la legitimidad de dicha unidad de coordinación es cuestionable, fuera utilizada
como disparador para plantear nulidades en las causas llevadas adelante en esa dependencia?
Al respecto, el agente fiscal Rossi manifestó su sorpresa, y señaló:
“...considero al Dr. Ferrari una persona inteligente que no puede haber pasado por alto
que algo así –en referencia a posibles planteos de nulidades– sería una consecuencia
probable del modo en que fundó esa decisión”.
En cuanto a la disolución dispuesta, el mencionado testigo señaló que
“...dejar esas causas nuevamente en esas fiscalías sin ayuda, sería quitarlas de un
PG.SCDE.DCD-588-19-23

organismo creado especialmente para su investigación y ponerlas en manos de quienes


ya dijeron que se vieron superados por su complejidad”.
En tanto, el doctor Scalera apuntó que las reasignaciones implicaban un
grave perjuicio al trámite y resolución de las causas en las que intervenía la unidad especial.
Al respecto, el instructor Martinelli, quien se desempeñaba dentro del
equipo del doctor Scalera, y que fuera reasignado en funciones a la UFIJ N° 12, indicó que
“...se encontraban llevando adelante una investigación bastante compleja en la que se
investigaban unas “mega” estafas en perjuicio de varias compañías de seguros, que
representaban hechos muy complejos ya que eran múltiples hechos, muchos teléfonos
intervenidos, largas horas de escuchas, el dicente había puesto mucho tiempo en la
investigación ya que consideraba que esta investigación iba a poner énfasis en su
carrera, después de haber trabajado más de 15 años en el poder judicial. Que refiere
que estaba muy entusiasmado y que podría haberse arribado a buen puerto y que ahora,
que no está más en fiscalía general, cree que la causa pasó a la UFI 8, sabe que se
“estropeó” la investigación ya que se habrá de producir un “bache” en la investigación
además de saber que no habrá de ser prioridad su tramitación. Que preguntado cómo se
siente a nivel funcional refiere que frustrado, sobre todo en cuanto a la investigación
que mencionara puesto que, así vuelva a la Fiscalía General y retome el trámite de la
misma, ya existe un espacio de tiempo que no pudo controlar y que desconoce si se
“filtró” información o no”.
A su vez, detalló que “...también trabajaba en una causa en donde se
estaba investigando a un grupo de “barrabravas” de la hinchada del Racing Club, la
que estaba en pleno trámite, contaba con personas detenidas y se habían realizado
allanamientos en el mes de enero de los que participó en la formulación de los pedidos el
dicente junto con el Dr. Scalera”.
A su vez, en su ampliación testimonial, el 12 de marzo de 2020, expuso que
“…tenía fijado un debate para el mes de junio de este año, en una causa en la cual se
investigaban hechos cometidos por bandas en “La Salada”, en la cual hay una gran
cantidad de testigos de varias provincias a convocar y al día de hoy no sabe dónde se
encuentra esa causa y se llevará adelante el debate”.
Estas causas se vieron afectadas, y son una muestra del universo de causas
entorpecidas por la arbitraria decisión del fiscal general y denotan la descomposición de la
dependencia a su cargo.
Por su parte, indicó el doctor Scalera que la asignación de nuevas funciones
que efectuó el doctor Ferrari mediante la resolución 3/20 era de imposible cumplimiento toda
vez que ponía en su cabeza y en la de dos personas más, la labor que antes desempeñaban
como mínimo diez personas. Esta decisión, sostuvo, además de perjudicarlo en lo personal,
“…pone en serio riesgo el éxito de las investigaciones penales preparatorias que
integran las temáticas de las resoluciones 15/16, 16/16, 21/17 y 50/17”.
El doctor Bettini Sansoni, al ser preguntado respecto a si recibió en su
Unidad Funcional causas relativas al “Universo La Salada” refirió que “si, que justamente la
resolución que disolvía Unidad Coordinadora de Delitos Complejos asignaba esas
causas al doctor Scalera, que a partir de esa misma resolución pasaba a formar parte de
la Unidad a su cargo, las remisiones iban dirigidas a su persona, Que por este motivo
resolvió remitir todas esas causas a la Fiscalía General, las que serían las comprendidas
en el listado cuya copia obra a fs. 5/6, a fin de que el Fiscal General le informe qué
debía hacer. Que esta remisión fue hecha mediante un decreto por demás escueto sin
ningún tipo de precisión. Que preguntado qué sucedió con esas causas y donde se
encuentran las mismas refirió que luego de devolver las mismas, y teniendo en cuenta
que la resolución del Procurador General dejó sin efecto la disolución de la Unidad
Coordinadora, se comunicó con el doctor Scalera para ver qué hacía. Que finalmente
remitió las causas de mención a la Fiscalía General y hasta el día de hoy no conoce el
destino final de las mismas puesto que no le fueron devueltas nuevamente. Que su
intención al devolverlas no fue incumplir una orden directa del Fiscal General sino
justamente lo contrario pero queriendo tener bien en claro quién era el magistrado
responsable del trámite de las mismas. Que al devolver las causas a la Fiscalía General
lo hizo mediante un decreto, en cada una de ellas, donde manifestaba que, en atención a
la Resolución del Procurador General las remitía nuevamente a la Fiscalía General ‘a
PG.SCDE.DCD-588-19-23

los efectos que V.E. estime corresponde’ aclarando que sin recordar las palabras
justas.”
También se manifestaron el doctor D’Onofrio y la doctora Cabas. Entendió
ésta que disolver la Unidad de Coordinación y “revolear” las causas hacia fiscalías que poco y
nada conocían sobre los pormenores de las mismas también implicaba comprometer el
resultado de las investigaciones, además de provocar un perjuicio para quienes las recibieron
(DCD 29-20).
Es contundente el doctor D’Onofrio al señalar los motivos de tal accionar:
“Que el doctor Ferrari sabe perfectamente los perjuicios que ocasionan los cambios por
él introducidos. Por ejemplo, refirió una causa donde existen un año de escuchas
telefónicas y en la cual se esta investigando una red de connivencia entre jueces civiles
del departamento judicial de Lomas de Zamora con abogados y compañías de seguros.
Que dicha causa se encuentra en trámite por ante el Juzgado de Garantías Nº 3 de
Lomas de Zamora, cuyo titular es el doctor Gaig el que es muy amigo del doctor
Ferrari. Que desea agregar que los argumentos utilizados por el doctor Ferrari en las
resoluciones donde dispone las reasignaciones son sólo una excusa para sacar del
ámbito de quien declara y de la Unidad de Coordinación la causa contra los Moyano.
Que en una oportunidad le pidió mediante mensaje le informe en qué estado estaba la
causa contra “El Salvaje”, tal como se lo conoce a Pablo Moyano, ante lo cual el
dicente le refirió que se había elevado una parte a debate pero no respecto del
nombrado Moyano”.
Con relación a lo testimoniado por el instructor Martinelli, respecto de una
investigación “compleja en la que se investigaban unas “mega” estafas en perjuicio de
varias compañías de seguros, que representaban hechos muy complejos ya que eran
múltiples hechos”, corresponde señalar que a partir de la denuncia efectuada por el doctor
D’Albora en dependencia de esta Procuración General, se inició la actuación administrativa
DCD 56/20; denuncia que será tratada en punto aparte.
Sumado a los intentos de desmantelar la fiscalía general, cabe resaltar la
inconducta del doctor Ferrari que se desprende de las denuncias presentadas en su contra y
de los testimonios brindados en las investigaciones preliminares.
De las denuncias surge que el peso del trabajo en la fiscalía general recae
sobre los fiscales adjuntos y sobre los secretarios. Sin perjuicio de ello, el fiscal general, como
consignara precedentemente y se constata con la documental acompañada, dictó resoluciones
ordenando el desplazamiento de su personal más capacitado.
Señaló el doctor Pablo Rossi, que cada vez que necesitaba tratar temas
relativos a la función, debía hacerlo con los doctores Scalera o D’Onofrio, debido a que el
doctor Ferrari nunca se reunía con los fiscales.
Por su lado, se desprende de los testimonios referenciados que el fiscal general
Enrique B. Ferrari tiene una asistencia errática e irregular a las dependencias de la fiscalía
general. Son recurrentes sus ausencias y por otro lado se mencionan concurrencias en horarios
de madrugada o los fines de semana. (v. declaraciones testimoniales en los consignados
DCD).
En este punto deviene necesario señalar que el fiscal general durante el
período comprendido entre el 2 de enero de 2019 al 4 de febrero de 2020 gozó de licencias
por el término de 106 días: más de tres meses y medio, equivalentes a casi una tercera parte
del año.
En ausencia del titular, el equipo de la fiscalía general, bajo las órdenes del
doctor Scalera, desempeñó las tareas de la dependencia. Esto pone de manifiesto la falsedad
de la afirmación del doctor Ferrari referida a que Sebastián Scalera se había convertido en un
fiscal de instrucción y abandonado sus funciones de fiscal general adjunto.
El fiscal general Enrique Ferrari dictó las resoluciones LZ 3/20, 4/20 y 5/20
el mismo día en que retomó tareas.
De esas resoluciones, como dijera precedentemente, surge notoria la
intención de desmantelar la estructura funcional de la fiscalía general departamental, en
particular la Unidad de Coordinación de Delitos Complejos y Crimen Organizado, con la
afectación del servicio de justicia que ello implica.
PG.SCDE.DCD-588-19-23

A través de dichos actos, el fiscal general desplazó, reasignando distintas


funciones y efectuando traslados, al doctor Scalera, a las doctoras Gianella y Cabas, al oficial
cuarto Margonari (LZ 3/20); a los doctores D’Onofrio, Califano, Torrigino (LZ 4/20) y al
instructor judicial Martinelli (LZ 5/20).
Cabe resaltar que dentro de los intentos argumentativos y bajo el acápite
“FUNDAMENTOS B” de la citada resolución 3/20 de la Fiscalía General de Lomas de
Zamora (replicados en la resolución 4/20), el doctor Ferrari señaló que había llegado a su
conocimiento que en el ámbito de esta Procuración General se estaría instruyendo un sumario
administrativo en el cual él estaría imputado y cuyo objeto procesal sería “un aducido
maltrato laboral” de su parte, y que algunos integrantes del plantel de esa fiscalía general
habrían emitido juicios u opiniones personales en sus declaraciones testimoniales. En razón de
ello, indicó que “la prudencia me aconseja tomar medidas para resguardar la libre
determinación espiritual y mental de ellos, y relevarlos de lo que podría implicar algún
grado de tensión o de comprensible incomodidad de parte de sus personas hacia el
contacto cotidiano con la mía, propio del trabajo bajo un mismo techo”.
De las denuncias obrantes en los DCD 25-20, 28-20 y 29-20, surge que
los denunciantes, doctores Scalera y D’Onofrio y la doctora Cabas, concibieron los aludidos
movimientos del personal integrante de la planta de la fiscalía general, en particular el de ellos
mismos, como un castigo por haber declarado en el marco del DCD 655-19.
Pero al mismo tiempo, en su denuncia, señaló la doctora Marcela Cabas que la
medida tenía un fin que no se agotaba en el “castigo” que a simple vista aparecía, sino que
“Por otra parte debo resaltar que en las resoluciones, casualmente traslada a todos los
que formábamos parte del equipo de Scalera, incluso, abarca a compañeros que no
fueron convocados a prestar declaración testimonial en el sumario iniciado por la
Procuración General en su contra, por ejemplo, Matías Margonari, Nicolás Martinelli y
Sebastián D’Onofrio (este último sobrino de Juan Pablo D’Onofrio, quien fue
desplazado de su función en la F.G. el día 27 de febrero). Del mismo modo, resalto que
se ha dispuesto en la resolución que permanezcan en sus funciones a los secretarios
Jonatan Martínez y Claudia Saur, quienes, al igual que yo, fueron convocados por
Procuración y prestaron declaración testimonial en el sumario”.
Resulta demostrativo, no sólo de la referida intención del fiscal general, sino
también de la arbitrariedad y violencia ejercida por el mismo, la ampliación sobre la cuestión
que al respecto efectuó la mencionada Cabas en su ratificación: “En las Resoluciones 3/20,
4/20 y 5/20 trasladó a todos los que cumplíamos esa doble función, es decir, tanto en la
Fiscalía General como en las unidades de investigación coordinadas por el Dr. Scalera.
El conflicto que el Dr. Ferrari tenía con el Dr. Scalera y luego con la Dra. Gianella lo
hizo extensivo a quienes por nuestra función debíamos vincularnos a ellos, en particular,
con el Dr. Scalera. Trasladó a todos los que cumplíamos doble función, es decir,
Califano, Torrigino, D´Onofrio, Margonari y eligió para cada uno de los trasladados un
destino en donde nos podía dañar. A Ignacio Torrigino lo envió a Esteban Echeverría
sabiendo que le generaría un perjuicio económico y en la organización familiar dado a
que todos sus movimientos se concentraban en Lomas de Zamora. A Juan Pablo
D´Onofrio lo envió a una Fiscalía del Fuero de Responsabilidad Juvenil en donde el
Fiscal es amigo del Dr. Ferrari y la Secretaria una funcionaria cuyo sumario fue elevado
a Procuración por recomendación de Juan Pablo que lo instruyó. A Martin Califano lo
trasladó a Flagrancia para generar un enroque con Gabriel Canel, a quien quería de
nuevo en la Fiscalía General. Por comentarios, Gabriel Canel le sirvió de contacto para
solucionar un tema de usurpación de propiedad en zona de Tigre, creo que referida al
terreno en donde posee el Dr. Ferrari un inmueble. A mí me envía junto al Dr. Scalera y
el Oficial cuarto, Matías Margonari, a continuar con las investigaciones y trámites de
las causas de la Salada y de la Unidad de Coordinación, sabiendo, porque así le fue
informado a través de los informes que requirió, que la tarea era de imposible
cumplimiento, que no sólo significaba poner en riesgo el resultado de las causas sino
además, llevarnos al colapso mental” (conf. ratificación en DCD 29-20).
Asimismo, los deponentes en las investigaciones sumariales hicieron referencia
al “perdón” que obtuvieron los doctores Torrigino y Califano luego de haber presentado
escritos de reconsideración por lo resuelto en las resoluciones 3/20 y 4/20, respectivamente,
PG.SCDE.DCD-588-19-23

en lo tocante a sus personas (ver resolución LZ Nº 6/20 y Nº 7/20).


En dichos descargos los funcionarios mencionados, repasando sus
antecedentes laborales, ensayaron una disculpa a fin de lograr la reconsideración del señor
fiscal general: “Me siento injustamente castigado por una contienda en la que nunca
quise entrometerme. Usted sabe muy bien el INVARIABLE afecto personal que tengo
hacia usted y lamento mucho este escenario”, consignó el doctor Torrigino. Por su parte, el
doctor Califano señaló: “En este contexto quiero dejar en claro que siempre he intentado
permanecer al margen de cualquier contienda o situación extralaboral… quiero dejar en
claro que no tengo ningún tipo de animosidad hacia su persona ni con ningún empleado
o funcionario de dicha sede”.
Esta marcha atrás respecto de los mencionados resulta elocuente de la
arbitrariedad de la decisión tomada con el resto de los desplazados y desnuda el hecho de que
la argumentación presentada para motivarla fue falaz y ficticia.
Corresponde señalar, que una vez más el doctor Ferrari, como se
desprende de la prueba documental adjunta, actuó en violación de lo dispuesto en el artículo
5° de la resolución PG 547/17 al confeccionar y notificar las referidas resoluciones LZ por
fuera del sistema SIMP.
El escrito presentado por el doctor Torrigino, de acuerdo al cargo oficial de la
secretaría de la fiscalía general (ingresado el 26 de febrero de 2020 a las 10:30 hs.) es de hora
anterior a la firma digital estampada por el fiscal general en la resolución LZ 4/20 (26 de
febrero de 2020 a las 11:58 hs.). Dicha discordancia torna verosímil la falta de identidad entre
el acto administrativo notificado al doctor Torrigino y la resolución registrada bajo el número
4/20 a través del sistema SIMP Procedimientos y puesta en conocimiento de esta Procuración
General.
De las pruebas aportadas en la denuncia efectuada por el doctor Scalera,
surge que el doctor Ferrari suscribió una resolución por fuera del sistema SIMP, identificada
como resolución LZ 4/20.
Contra esta resolución, que no fue registrada, el doctor Torrigino interpuso la
mencionada reconsideración. Aquí cobra sentido el desfasaje horario señalado.
No obstante lo cual, el fiscal general Ferrari, con posterioridad dictó una nueva
resolución, ahora oficialmente a través del sistema SIMP, quedando registrada en horario
posterior a la reconsideración en cuestión. Es decir que, conforme los registros oficiales, se
presentaría el caso particular de haberse Torrigino anticipado a una resolución que dispondría
su desplazamiento, solicitando la reconsideración de una medida no dictada aún.
De la compulsa de los textos de la resolución 4/20 por fuera del sistema SIMP
y de la registrada oficialmente, surgen diferencias. En particular, he de señalar que en los
considerandos de la segunda se incorporó, con relación a la primera, y con referencia a los
secretarios Jonatan Martínez y Claudia Sauer, que su permanencia en las dependencias de la
fiscalía general sería “momentáneamente”. Dicho término, que trasluce evidentemente un tono
amenazador, no está consignado en la resolución suscripta y no registrada.
Se desprende de ello, la práctica común de un accionar constitutivo de falta
grave, conforme la resolución PG 547/17, y con el claro objetivo de hacer las veces de
instrumento de amedrentamiento a sus subordinados.
Con relación a ello, cabe señalar los defectos en las notificaciones de las
mencionadas resoluciones LZ 3, 4 y 5 del 2020.
Solicitadas las constancias de notificación de las mismas, la Fiscalía General de
Lomas de Zamora informó que la notificación se efectuó a través de un acta labrada por la
doctora Sauer. Remitida la misma surge que ésta fue labrada el día 27 de febrero, un día
posterior a los acontecimientos y se consigna que siendo “aproximadamente las 13:30 hs del
26 de febrero… ingresaron al despacho de personal Scalera, D´onofrio y Cabas”. Pero
respecto de ésta última, cabe señalar que solicitada la constancia de su notificación, la
respuesta brindada por la doctora Sauer dice “que siendo las 13:00 y no habiéndose
presentado marcela cabas”, envía un correo electrónico a fin de notificarla de la resolución
en cuestión.
De todo lo expuesto a esta altura, surge que la falta de una razonable
fundamentación para disponer los traslados y reasignaciones, el perjuicio de los afectados por
ellas, y la actitud demostrada con el “perdón” otorgado a los dos agentes que plantearon la
reconsideración de la decisión, demuestran una conducta dirigida a desarticular la unidad
PG.SCDE.DCD-588-19-23

especial y con ello materializar el entorpecimiento de las investigaciones llevadas adelante.


Todo ello buscado y alcanzado mediante actitudes arbitrarias y constitutivas de violencia
laboral.
Estas decisiones resultaron arbitrarias por presentar serios defectos de
fundamentación y razonamiento. Por esa razón las dejé sin efecto mediante la resolución PG
113/20 del 4 de marzo de 2020, a cuyos considerandos me remito.
Sin perjuicio de ello, el doctor Ferrari persistió en su actitud y
desconociendo los términos del acto mencionado, en clara desobediencia a su superior,
comenzó a materializar el desmantelamiento de la unidad especial, objetivo que evidentemente
perseguía desde un tiempo a esta parte.
Refirió el instructor de la unidad especial Martinelli, que con motivo de
llegar a su conocimiento el dictado de la resolución PG 113/19 y finalizada su licencia
personal, al intentar reincorporarse a sus funciones en la fiscalía general, se le indicó que debía
cumplir sus deberes en otra dependencia.
Dijo Martinelli al respecto que “cuando sale la resolución del Fiscal
General fue asignado a la UFI 12, conocida como “piratas del Asfalto”, que esto fue un
miércoles y él comenzaba su licencia compensatoria el lunes. Que decidió tomarse dos
días personales por la situación vivida, ya que no se encontraba en condiciones de
trabajar, y no volvió hasta el lunes. Que aclara que decidió no pedir licencia psiquiátrica
por una cuestión de “ego” y decidió pedir días personales. Que Estando de vacaciones
se enteró de la resolución por la cual se dejó sin efecto la resolución del Fiscal General,
por lo cual el lunes 9 de marzo se presentó en la Fiscalía General donde es informado
por secretaría, que si bien pertenecía al Cuerpo de Instructores iba a prestar funciones
en la Fiscalía de Flagrancia. Que solicitó se lo notifique ante lo cual le refirieron que él
seguía prestando funciones en la Fiscalía General pero que iba ir en “colaboración” y
no hacía falta notificar nada”.
Y sintomático de la arbitrariedad con la cual se maneja el doctor Ferrari y
de la intención de continuar con su objetivo de desarticulación mencionado, es la respuesta
que le brinda la doctora Sauer a la pregunta de Martinelli sobre si el fiscal general conocía los
términos de la resolución del suscripto PG 113/19 que había dejado sin efectos los traslados
en cuestión, en particular el suyo: si, pero las decisiones las toma el doctor Ferrari “como
siempre”.
Expuso Martinelli que “…la Dra. Sauer le hizo saber que tenía que
presentarse en la Fiscalía de Flagrancia a lo que el dicente le preguntó cómo estaba la
situación puesto que sabía que se habían dejado sin efecto las resoluciones por las
cuales, entre otros, el declarante fue reasignado. Que ante esto la Dra. Sauer le refirió
que era verdad, ante lo que también manifestó que las decisiones las tomaba el doctor
Ferrari ‘como siempre’. Ante esto el deponente le dijo que habría de acatar la decisión
del doctor Ferrari y que se notificaba en ese acto y se iba a la Fiscalía de Flagrancia lo
que fue respondido por la Dra. Sauer de que no se iba a notificar de nada puesto que
“seguía perteneciendo al Cuerpo de Instructores, que iba a Flagrancia a cubrir un lugar
y que tenía que avisarle todas las mañanas que había llegado a la Fiscalía de Flagrancia
así completaba la planilla de presentismo de la Fiscalía General”.
Por su parte, con relación a la continuidad de la maniobra de disolución de
la unidad de coordinación referida, el doctor Rossi, en su ampliación testimonial del 27 de
marzo de 2020, indicó que “…el día viernes pasado 20 de marzo de 2020, el Dr.
Maximiliano Celone de la Fiscalía General, se puso en contacto con el Suscripto a fin de
solicitar firma para remitir a la Fiscalía de origen, la causa N° 07-02-009990-19 de
trámite ante la Unidad de Coordinación de delitos complejos de la Fiscalía General
Departamental. Atento la situación reinante por el COVID-19, y más allá de cualquier
otra consideración, el Suscripto le planteó que era un momento inconveniente para una
remisión de ese tipo. Ante ello, el Dr. Celone me informó que el Dr. Jonatan Martínez,
Secretario de la Fiscalía General, se acercaría a mi despacho. Posteriormente se hizo
presente en mi oficina el Dr. Jonatan Martínez, el cual me transmitió la decisión del Sr.
Fiscal General en el sentido de remitir las causas de la Unidad de Coordinación a su
sede de origen -cosa luego corroborada con el Dr. Celone-; decisión que ya se había
efectivizado en relación a las demás causas, pero que no había podido cumplimentarse
con la causa de mención por encontrarse físicamente en la Cámara de Apelaciones antes
PG.SCDE.DCD-588-19-23

del dictado de la Res. 113/20 P.G.”.


Continúa el deponente, “Asimismo me advirtió la falta de recursos
humanos para atender dichas causas en la Unidad de Coordinación por parte de
funcionarios que simultáneamente llevaban adelante las tareas propias de la Fiscalía
General; expresando en ese sentido que, sin perjuicio de lo expuesto, de querer o tener
interés el Suscripto en mantener bajo su órbita alguna causa de la Unidad de
Coordinación -avocándome en tal caso personalmente a esa faena-, podría hablarlo con
el Dr. Ferrari y seguramente éste lo autorizaría”.
A su vez, mediante oficio de fecha 19 de mayo de 2020, el agente fiscal Pablo
Rossi, actualmente en la UFIJ Nº 1, solicitó al señor fiscal general Ferrari su desafectación
tanto de la Unidad de Coordinación General para Casos de Delitos Complejos y Crimen
Organizado, cuanto del cuerpo de instructores dependientes de esa fiscalía general.
El motivo de tal solicitud radicó en lo siguiente: “En cuanto a la Unidad de
Coordinación, las decisiones adoptadas por V.E. -que, más allá de lo resuelto por el Sr.
Procurador General, se han materializado-, llevan a dicho organismo a una
desactivación operativa que acaso pueda revertirse con la afectación de otro/a Agente
Fiscal y que en cualquier caso tornan, a mi entender, inviable mi continuidad”.
Las órdenes dadas por fiscal general constituyeron una franca desobediencia a
lo resulto oportunamente por el suscripto mediante resolución PG N° 113/20. Al mismo
tiempo son demostrativas de su clara intención de desarticulación de la unidad y de retrasar y
entorpecer las investigaciones que allí se seguían.
Mediante las resoluciones LZ 3/20, LZ 4/20 y LZ 5/20, el doctor Ferrari
afectó seriamente el servicio de justicia al desmantelar la Fiscalía General y, en particular, al
establecer la disolución de la Unidad de Coordinación General para Casos de Delitos
Complejos y Crimen Organizado de Lomas de Zamora.
Como se desprende del testimonio brindado por el doctor Rossi del 27 de
marzo y de su oficio de fecha 19 de mayo, ambos del corriente año, no obstante lo resuelto
por el suscripto en su resolución PG N° 113-20, el fiscal general continuó con su intención de
llevar adelante la disolución de la mencionada unidad especial.
Tal es así que en su declaración testimonial brindada el día 26 de mayo del
corriente mediante videoconferencia, manifestó que existía una situación de deterioro funcional
plasmada mediante “…la interferencia permanente del Fiscal General en el trabajo de la
Unidad de Coordinación y el Cuerpo de Instructores a través de los funcionarios en
lugar, en todo caso, de darle directivas a él, le impide ejercer un auténtico rol de
autoridad como Agente Fiscal y la operatoria de enviar funcionarios como mensajeros y
luego desmentirlos desgasta la lógica de trabajo del organismo”. Expresó que
anteriormente, al alguna oportunidad“…el doctor Ferrari hablaba con el declarante sobre
cuestiones operativas o de investigación…” pero “…que los contactos fueron muy
esporádicos pero nunca le había pasado esta irrupción en cuanto a la injerencia en las
investigaciones. Que Ferrari construyó una dinámica en donde sus funcionarios lo
notifican al dicente sobre decisiones de él en “sus” causas y, encima, cuando acude a
Ferrari para obtener una respuesta sobre esto él los desmiente… que como viene
advirtiendo este tipo de manejos y dadas las actitudes que venía adoptando el doctor
Ferrari dentro de la Fiscalía General, y los estados intimidatorios de whatsapp y demás
circunstancias, tomó la precaución de grabar algunas de sus conversaciones con los
funcionarios Jonathan Martín y Maximiliano Celone y de comunicarse por whatsapp y
“Pandion”, de modo tal de tener un registro, precisamente para evitar que el día de
mañana se pretenda negar todo lo que viene sucediendo, motivo por el cual está en
condiciones de demostrar todo lo que refirió en su informe, y que en el caso de que
alguien ponga en duda la veracidad de sus palabras los mismos están a disposición.” .
Al ser interrogado acerca de si efectivamente se había desarmado la Unidad
de Coordinación, porque no figuraban como devueltas todas las IPPs en el listado enviado que
oportunamente remitiera la Secretaría de Informática a la Secretaría de Control Disciplinario,
refirió el fiscal que “el sistema de remitos y recibos ‘no sirve de nada’ que respecto a los
mismos, teniendo en cuenta el volumen y las causas conexas no se asientan
correctamente, que existían movimientos sin que se carguen correctamente. Que como
justamente la Unidad de Coordinación lo que hacía es colaborar con la UFI existía un
‘relación de confianza’ y no existía un pase formal que se plasmaba en el sistema SIMP.
PG.SCDE.DCD-588-19-23

Que puede haber ocurrido perfectamente que las últimas remisiones a las que hace
referencia pueden haberse realizado sin más trámite que la remisión del expediente
físico a las UFIs de donde habían provenido originariamente.” Que ignoraba cómo se hizo
esa remisión porque no se lo había consultado o informado en modo alguno, no obstante ser él
el fiscal a cargo.
Finalmente, concluyó su exposición afirmando que “…en estas
condiciones prácticamente está a la espera de las represalias que sufrirá por decir la
verdad… que lo más grave de todo es el impacto en las investigaciones y en el servicio
de justicia y desea reiterar, una vez, que no posee ninguna ambición con todo esto, a
punto tal que su pedido es que lo desafecten de la Unidad de Coordinación y del Cuerpo
de Instructores.”
El día 1 de junio de 2020, se libró oficio en el marco del DCD 51/20 a la
Unidad de Coordinación General para Delitos Complejos y Crimen Organizado, solicitando se
informara acerca las IPP actualmente en trámite ante la misma. Ante dicha solicitud respondió
el doctor Scalera “que en la actualidad, salvo la IPP 07-00-065939-18/00, esta Unidad
no cuenta con otras IPPs en trámite o con la colaboración de la misma, toda vez que las
causas que tramitaran ante esta sede, y que detallaré a continuación, han sido remitidas
por orden del Fiscal General Departamental doctor Enrique Bernardo Ferrari, a las
Unidades Funcionales de Instrucción y Juicio que oportunamente requirieran nuestra
asistencia. Ninguna ha sido devuelta, con la salvedad de la IPP 07-00-065939-18/00,
que ha sido restituida a esta unidad especial en el día de la fecha, siendo las 13 horas, y
mientras confeccionaba el presente informe; surgiendo de fs. 1288 de esa IPP que el
fiscal Sebastián Bisquert ordenó esta última remisión en virtud del oficio remitido por el
Fiscal General el día 26 de mayo de 2020.”
Posteriormente en su oficio el fiscal enumera las causas que anteriormente
tramitaran en su unidad, haciendo un listado de varias investigaciones –todas ellas relacionadas
con hechos de enorme relevancia, como clubes de fútbol, estafas a comedores escolares,
estafas mediante planes de ahorro- que actualmente se encuentran dispersas en las distintas
fiscalías que oportunamente dieran intervención a la Unidad de Coordinación.
Se desprende del contenido del oficio mencionado la falsedad esgrimida
por el fiscal general al disolver la Unidad de Coordinación General y el daño que dicha
resolución ha ocasionado, ya que la primera medida que ha adoptado el fiscal Bisquert al
recibir la IPP 07-00-065939-18/00 (que será tratada en específico más adelante) fue
devolverla a la dependencia de origen.
Otro hecho que manifiesta la intención del fiscal general en el sentido
expresado es la particularidad de que, luego de que esta Procuración dejara sin efecto las
resoluciones 3/20, 4/20 y 5/20, los fiscales no recibieron ninguna notificación por parte del
doctor Ferrari. Indica el agente fiscal Rossi que como única noticia por parte del fiscal general
de esa circunstancia obtuvieron un estado de “WhatsApp” donde éste “se pone a sí mismo
camuflado como soldado, manifestando que 'estamos en guerra' y exhibiendo una
ametralladora”.
La realidad es que el doctor Ferrari ejecutó una disposición que fue
revocada.
Este hecho ha producido la perplejidad de los fiscales del departamento
judicial, conocedores de las resoluciones del suscripto que dejaron sin efecto las disposiciones
del fiscal general en relación a las tareas de la Unidad de Coordinación de Delitos Complejos,
cuando recibieron órdenes verbales que contradicen abiertamente lo resuelto por el suscripto.
Estos hechos agravaron la situación de violencia laboral que se viene
padeciendo en ese departamento judicial y son signo de procederes arbitrarios que afectan
gravemente el normal desarrollo de las tareas e impactan en definitiva en perjuicio de la
comunidad.
Al respecto, resulta oportuno resaltar que las acciones del fiscal general en ese
sentido continuaron.
El doctor Scalera declaró también que, encontrándose de licencia y al regresar
a la fiscalía general para devolver un juego de llaves de un automotor oficial que
involuntariamente quedara en su poder, notó la existencia de una cámara de seguridad ubicada
en la antesala previa al sector de despachos de los funcionarios. Esa cámara no estaba
mientras el dicente se desempeñó allí, es decir hasta la fecha del dictado de la resolución LZ
PG.SCDE.DCD-588-19-23

3/20. Señaló que dicha cámara, por su ubicación, tendría como objetivo registrar el
movimiento de las personas que trabajan en ese espacio, instructores judiciales y mesa de
entradas, así como también el ingreso y egreso del lugar. Agregó que no sería la única, toda
vez que el chofer Daniel Lamónico le dijo que habían colocado al menos dos cámaras más en
el interior de la parte privada de la fiscalía general y que el doctor Ferrari era quien controlaba
la grabación y reproducción de las imágenes (acompañó fotos de la cámara aludida).
En idéntico sentido se expresó la funcionaria Marcela Cabas, quien concurrió a
dependencias de la fiscalía junto con el doctor Scalera, al decir que vio una cámara de
seguridad y se anotició por boca del mencionado chofer Daniel Lamónico y por la secretaria
de la fiscalía general, Claudia Sauer, que el doctor Ferrari había dispuesto la instalación “de
varios aparatos de registración fílmica y de audio, más precisamente, uno en la antesala
y tres en el sector principal de la dependencia, más precisamente, donde se ubican los
despachos utilizados por los funcionarios Martin Califano, Ignacio Torrigino, Jonatan
Martínez, Claudia Sauer, Nicolás Viggiano y el resto de empleados de la Fiscalía
General”. Luego de unos minutos, fueron saludados por los funcionarios Mateo Sio y
Maximiliano Celone, quienes tras una breve conversación retornaron a sus oficinas por sentir
temor, según expresaron, de ser observados por la cámara.
Finalmente señaló que, toda vez que la Suprema Corte es la encargada de la
vigilancia mediante cámaras de seguridad montadas en el edificio de tribunales y contando con
personal policial constante, “la única lógica que encontraría a las cámaras que habría
ordenado instalar el Dr. Ferrari en la fiscalía, es para lograr controlar al personal que
allí trabaja, generarles presión, temor, disciplinarlos a modo del panóptico de
Foucault.”.
Al respecto, la Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de
Magistrados, corroboró la existencia de dichas cámaras a través de la realización una
inspección “de visu”, efectuada el 12 de marzo de 2020 en la sede y dependencias de esa
fiscalía general de Lomas de Zamora.
En la diligencia se constató la existencia de tres cámaras fílmicas, todas ellas
cuentan con una luz testigo titilante colorada. El croquis confeccionado, indica que la ubicación
de las mismas permite tener una completa visión de la mesa de entradas y de su hall de
distribución, así como del hall de distribución interno al que dan todas las puertas de los
diferentes despachos.
El inspector no pudo observar el equipo de monitoreo, toda vez que el doctor
Martínez le indicó que él desconocía donde se encontraba y el fiscal general no estaba en la
dependencia. Por ello, el secretario Martínez consultó por teléfono al doctor Ferrari,
manifestando que el fiscal general le dijo: “las cámaras no están conectadas y (...) se
instalaron con fines disuasorios”.
Del informe brindado por la Secretaría de Administración de la Procuración
General no surge que la compra de las cámaras de vigilancia haya sido canalizada a través de
dicha dependencia, así como tampoco que esa dependencia haya autorizado una compra tal
(v. DCD 25/20).
Los hechos descriptos son signos claros de la presión desmedida y el
hostigamiento ejercidos por el fiscal general sobre el personal que históricamente ha cargado
con el despacho de su dependencia.
Como corolario de lo hasta aquí expuesto, se puede valorar que la
persecución a los agentes fiscales Gianella, Scalera y Rossi, las resoluciones N° 3/20, 4/20 y
5/20, la disolución de Unidad de Coordinación General para Casos de Delitos Complejos y
Crimen Organizado y los movimientos intempestivos del personal a su cargo, forman parte del
alzamiento contra el suscripto perpetrado por el doctor Ferrari. Dichas circunstancias han sido
debidamente corroboradas en el DCD 31-20, en trámite ante la Secretaría de Control
Disciplinario y Enjuiciamiento de la Procuración General.
3. Denuncia D’Albora. Causa Seguros.
El doctor D’Albora, efectuó la mencionada denuncia en su carácter de letrado
patrocinante de CAJA DE SEGUROS S.A., MERCANTIL ANDINA SEGUROS,
SANCOR SEGUROS y SEGUROS SURA S.A., quienes revisten la calidad de denunciantes
en la IPP 07-00-065939-18/00.
Refiere el denunciante que “Que vengo por el presente a denunciar y poner
en conocimiento de V.E. los hechos que a continuación relataré, que a nuestro entender,
PG.SCDE.DCD-588-19-23

además de poner en evidencia un ostensible alzamiento del Fiscal General del


Departamento Judicial Lomas de Zamora, doctor Enrique Bernardo Ferrari, respecto de
la Resolución PG 113/20, dan cuenta que la decisión adoptada por dicho Magistrado en
el marco de estos actuados ha paralizado el trámite de la citada causa, con los
perjuicios que de por sí ello genera y ha colocado en serios riesgo el éxito de la
investigación. Todo lo cual muestra una clara afectación del servicio de justicia”.
La IPP 07-00-065939-18/00 se encontraba en trámite por ante la Unidad de
Coordinación para Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Fiscalía General del
Departamento Judicial de Lomas de Zamora, debido precisamente a que desde sus comienzos
se manifestaba claramente su complejidad y la lógica de encontrarse frente a hechos producto
de una organización criminal.
Señaló el doctor D’Albora que “no estamos frente a una simple causa por
fraude de seguros. Aquí se denunció una organización criminal, con diversos actores en
diversos estamentos, dedicada a la industria del delito a través de la creación de
siniestros fraguados”.
En su presentación, expone el denunciante que, inmediatamente al dictado de
las resoluciones LZ 3/20, 4/20 y 5/20, el fiscal general Ferrari remitió -el 27 de febrero de
2020- la IPP 07-00-065939-18-00, a la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio 8 de ese
departamento judicial -cuyo titular desde el mes de septiembre del año 2019 resulta ser el
agente fiscal Sebastián Bisquert- el día 28 de febrero del corriente año.
Señala el doctor D’Albora que a pesar del dictado de la resolución del
suscripto que dejó sin efecto las mencionadas resoluciones del fiscal general, la mencionada
IPP continúa en la UFI a la que fuera remitida con las circunstancias de no tener fiscal titular en
funciones.
En cuanto al agente fiscal Bisquert, refirió el doctor Rossi que “sabe que el
doctor Bisquert posee un problema de salud, no sabe exactamente de qué tipo. El Dr.
Bisquert le ha manifestado que su estado de salud es inconsistente con el estrés, cosa que
según sus dichos -del Dr. Bisquert- ha puesto en conocimiento del Fiscal General. Que
también sabe que al momento de que el doctor Bisquert, al momento de ser designado
por el doctor Ferrari a la UFI Nº 8, le refirió al Fiscal General que él si iba a tener que
tomar muchos días de licencia por su problema, a lo que el doctor Ferrari le habría
manifestado que se tome todas las licencias que necesite. Que el dicente continúa en
contacto con la secretaria de esa Unidad Funcional motivo por el cual tiene
conocimiento que le doctor Bisquert se tomó licencia desde el 16 de marzo y aún no se
ha reintegrado.”
Resulta llamativo que el fiscal general, con conocimiento del volumen y
complejidad de dicha causa resuelva remitirla a la UFIJ N° 8, a cargo de un fiscal que ya le
había adelantado al momento de asumir que tomaría licencias, y que una vez asumido solicitó
al fiscal general la reasignación de una causa de características similares en razón de su
volumen y avanzado estado, por carecer precisamente de recursos materiales para llevarla
adelante. Me refiero a la causa “Acevedo”, que el fiscal general Ferrari terminó asignando al
doctor Bettini Sansoni, con las implicancias que ya expuse en el punto “a”.
Es imposible que el doctor Ferrari no haya evaluado que dichas circunstancias
redundarían en una afectación del trámite de la causa.
En su ampliación indica el doctor D’Albora: “Que desea manifestar su
preocupación respecto de que la UFI donde ha quedado radicada la investigación a la
que hace referencia en su presentación no posee titular, puesto que el mismo se
encuentra de licencia, como ya lo manifestara con lo cual la investigación se encuentra
paralizada y no sabe a dónde recurrir a fin de presentarse como particular damnificado,
por ejemplo. Que preguntado respecto al motivo de la investigación de la IPP Nº
07-00-065939-18/00 refirió que a diferencia del común de los casos vinculados a esta
temática de los fraudes al seguro, esta sería la primera vez que diversas compañías
confluyen en denunciar una red delictiva que involucra a estudios jurídicos de Lomas de
Zamora, funcionarios policiales, médicos, miembros de la justicia, “es una industria del
delito de fraudes en los seguros a partir de la creación ficticia de siniestros” (sic). Que
había notado un gran avance en la investigación hasta la disolución de la Unidad de
Coordinación donde tramitaba y donde en caso de llegar a una resolución, como hacía
prever el avance de la misma, sería un hito.”
PG.SCDE.DCD-588-19-23

Oportunamente se solicitó a la UFI 8 de Lomas de Zamora el informe del


estado de la causa y copias de la misma, recepcionándose como respuesta que la complejidad
de dicho sumario y la crisis generada por el COVID-19 hacían de imposible cumplimiento lo
solicitado, aunque se encontraban en el proceso de remitir copias digitales.
Si bien el día 1 de junio del corriente el doctor Scalera informó a la Secretaría
de Control Disciplinario que la IPP 07-00-065939-18/00 había sido devuelta esa misma fecha
a la Unidad de Coordinación General, el daño causado a la investigación y el retroceso en los
avances logrados ya han sido consumados, con la posible filtración o extravío de información
importante en el recorrido de los expedientes.
Lo acontecido con la presente denuncia es un ejemplo concreto de las
consecuencias de las decisiones tomadas por el doctor Ferrari y cómo las mismas afectan no
sólo el servicio de justicia, sino también el acceso a la Justicia por parte de los ciudadanos, que
ven cómo estos hechos entorpecen el curso de las investigaciones, dañando irreparablemente
las mismas.
c- Policlínico Lomas de Zamora.
El doctor Álvaro Garganta, agente fiscal con funciones en el departamento
judicial La Plata, se encontraba investigando una serie de defraudaciones relacionadas con la
quiebra fraudulenta de la empresa Asociación Médica Lomas de Zamora SA, conocida
también como Policlínico Lomas, decretada por el doctor Julio César Palacios (actualmente
fallecido) quien fuera titular del Juzgado Civil y Comercial N° 10 del departamento judicial
Lomas de Zamora.
Dicha investigación avanzó fructuosamente, al punto de que su titular consideró
que existía el suficiente grado de certeza respecto de 15 hechos como para citar a 19 personas
a declarar en los términos del art. 308 del CPP y al doctor Palacios conforme lo estipula del
art. 300 del mismo cuerpo normativo.
No obstante ello, la causa fue remitida por una declinación de competencia al
departamento judicial Lomas de Zamora, donde la dirección de la investigación siguió un
cauce muy distinto, conforme su puede apreciar de la denuncia del señor Emilio Alfredo
Charlón por irregularidades en las IPP 07-00-03854-11, 65497/13, 77788/17 y 78904/17
relacionadas también con la quiebra del Policlínico Lomas.
Entre los denunciados por las maniobras irregulares se encuentra el fiscal
general Enrique B. Ferrari. Asimismo, denuncia a los agentes fiscales Fabiola Juanatey, Pablo
Rossi, Sebastián Bisquert y Andrea Nicoletti. En su denuncia, expresó que: “…el 29 de junio
de 2011 presenté denuncia que se radicó ante UFIJ Nº 6 de Lomas de Zamora, a cargo
de la doctora Fabiola Juanatey, bajo IPP Nº 07-00-038584-11 en la que expresé que en
el trámite judicial del concurso de la empresa Asociación Médica Lomas de Zamora, de
la que él era el presidente y accionista, se había decretado en forma fraudulenta la
quiebra de la misma. La quiebra tramitó originalmente en el Juzgado Civil y Comercial
Nº 10 de Lomas de Zamora y actualmente en el 12.”
Se desprende de los hechos denunciados, que la maniobra a fin de lograr la
quiebra y luego el vaciamiento de la referida clínica fue pergeñada por el doctor Palacios junto
con Javier Rodiño, “quien había trabajado en el juzgado hasta hacía menos de dos años
antes”.
Por su parte, indicó que la falta de actividad y los sucesivos archivos en que
concluyeron las referidas IPPs relacionadas con la investigación de las maniobras delictivas
mencionadas fueron determinadas por el hecho de que el doctor Javier Rodiño, se encontraba
próximo a ser nombrado juez camarista por lo que “estaban apurados por archivarla para
que pudiera asumir”.
El 10 de diciembre de 2013, la doctora Nicoletti dispuso el desistimiento y
ordenó el archivo de la IPP 65497/13, tomando como fundamento que los hechos
denunciados estaba siendo investigados en otras IPPs.
Corresponde señalar, conforme surge de las actuaciones disciplinarias, que en
las causas penales en las que fundó su archivo la doctora Nicoletti no surge la conexidad
objetiva y subjetiva que ella señaló.
Principalmente se fundó en la existencia de la causa IPP 07-00-896426-08, la
que se inició el 24 de noviembre de 2008 por denuncia del Consejo de Superintendencia del
PG.SCDE.DCD-588-19-23

departamento judicial Lomas de Zamora remitiendo denuncia interna efectuada por la doctora
María Josefa Merlini, a cargo de la Mesa Receptora de Escritos Departamental.
Merlini solicitó una auditoría interna en la Receptoría General por haber
detectado irregularidades en 9 causas iniciadas entre las que se encontraban dos relacionadas
al Policlínico.
Se observaban correcciones por errores en la carga de datos de los
expedientes ingresantes en el sistema y que la cantidad de errores en cada carátula, tales como
actor, demandado y asunto, era anormal, ya que se puede cometer un error pero no en varios
campos.
Todas fueron radicadas en el Juzgado Civil y Comercial Nº 10 Departamental,
a cargo del doctor Palacios, debido a que por los datos consignados primero y después
modificados por un supuesto error, surgían antecedentes ficticios radicados ahí y creados en el
sistema informático anterior.
Del sistema surgía que las cargas las había hecho Patricia De Paolo, oficial de
la receptoría.
Al hacer referencia en su resolución a los inicios de esta causa, la doctora
Nicoletti expresó que en ellos se “puso al descubierto una serie de maniobras realizadas en
diversos expedientes del registro de los Estrados del Juzgado en lo Civil y Comercial Nº
10 …[y] surgía ... la comisión de una serio de delitos que habrían sido cometidos por
distintas personas, tratándose una de ellas de un Magistrado[, por lo que] se dispuso dar
cumplimiento con lo normado en el artículo 300 del Código Procesal Penal respecto del
Dr. Julio Cesar Palacios” dando origen a la causa IPP 07-00-010657-11.
No obstante ello, sólo se imputó desde el principio a Patricia De Paolo, quien,
si bien estaba entre los citados en los términos del art. 308 del CPP por el doctor Garganta,
por sí sola no era fundamento suficiente para archivar la IPP a cargo de Nicoletti respecto del
resto, es decir, solamente había conexidad subjetiva respecto de la nombrada.
Por otro lado, aunque algunos de los expedientes civiles y comerciales cuya
falsificación de la carátula fue imputada a De Paolo coinciden en ambas causas penales, no
ocurre lo mismo respecto de otros, por lo que no hay una identidad completa en ese aspecto.
Asimismo, al momento en que fue compulsada por la doctora Andrea
Nicoletti, la causa ya había sido elevada a juicio por lo que era claro que no se iba a imputar
en ella a otras personas, ni investigar otros hechos que aquellos que fueron motivo de la
elevación, es decir, no se iban a investigar cuestiones tales como la maniobras efectuadas para
que los expedientes sean radicados en el Juzgado Civil y Comercial Nº 10 Departamental ya
que sólo se imputó la falsificación de instrumento público.
La IPP 10657 se inició con testimonios extraídos de esta investigación
ordenados por el fiscal Juan José Vaello en razón de lo dispuesto en el artículo 300 CPP,
resolución que no se encuentra agregada en la misma, sólo se investigó en ella a Palacios y fue
archivada en razón de que su fallecimiento y la enfermedad psiquiátrica de De Paolo impedían,
al momento de dictar el archivo, poder determinar la intervención de otras personas.
De acuerdo al artículo 300 CPP en la IPP 10657 se tendría que haber
investigado la situación del doctor Palacios y en la IPP 896426 se debió investigar al resto de
los intervinientes.
Otro de los fundamentos esenciales esgrimidos por la doctora Nicoletti fue que
en también se investigaba “la autoría que pudiera caber respecto de quienes pudieran
resultar penalmente responsables por la posible comisión de conductas constitutivas de
delito durante la ejecución de las irregularidades cometidas en los diversos expedientes
radicados por ante el Juzgado en lo Civil y Comercial Nº 10…”.
En la fecha en que la doctora Nicoletti compulsó dicha investigación y ordenó
el archivo en la que ella dirigía, la IPP 07-00-10657-11, aquella presentaba varios lapsos de
inactividad y por lo tanto, más allá de que se había agregado por cuerda copia de las mismas
actuaciones administrativas que las adjuntadas por el doctor Garganta, no presentaba el grado
de avance que tenía esta última donde el fiscal había considerado que existía certeza suficiente
como para citar en indagatoria a 19 personas. (v. resolución de fecha 21 de agosto de 2013).
Nicoletti señaló en su resolución que “los hechos denunciados [en la IPP
65497] se enc[ontraban] siendo investigados en el marco de las investigaciones
anteriormente sindicadas, por lo tanto nos encontramos frente a la excepción de
litispendencia”, agregando que “la conducta por la que fuera imputada …De Paolo se
PG.SCDE.DCD-588-19-23

enc[ontraba] siendo investigada en el expediente Nº 07-00-869426-08 …[y e]n lo atinente


a los restantes hechos …se enc[ontraban] siendo objeto de investigación en el marco de
la desmembración del expediente referido, lo que incluye las conductas desplegadas por
las letradas …los funcionarios judiciales, peritos, síndicos, letrados de la matrícula,
empleados de mesa de entradas y demás intervinientes, quienes para el caso de haber
incurrido en alguna conducta constitutiva de delito y respecto de las cuales se reúna la
evidencia suficiente, tendrá que ser advertida y debidamente tratada pro quien se
encuentra al frente de la investigación llevada adelante en el expediente Nº
07-00-010657-11”.
Si bien sí se había investigado la conducta de De Paolo, aunque no en su
integralidad como parte de la maniobra pergeñada para que los expedientes tramitaran en el
juzgado a cargo del doctor Palacios, respecto de los restantes imputados citados por el doctor
Garganta, como ya se mencionó, no correspondía que se investiguen en la iniciada en razón del
artículo 300 CPP, ya que sólo se debían investigar las conductas de magistrados y no la
intervención de los restantes implicados, por lo que lo expresado por la doctora Nicoletti al
respecto no era cierto.
Párrafo aparte merece el análisis efectuado respecto de los letrados Javier
Alejandro Rodiño y Rafael Acuña Bustamante, en el que la propia agente fiscal señaló que
entendía prudente “formular una apreciación por separado, sin perjuicio de la progresión
que hipotéticamente pudiere resultar de las restantes causas en trámite, fundamentando
esta necesidad en razón que los referidos profesionales en fecha 09 de junio de 2011
también formularon una denuncia respecto de irregularidades por ellos advertidas en lo
que refiere al manejo de la Receptoría General de Expedientes, particularmente ante la
posible comisión de conductas constitutivas de delito en el marco de los autos ‘Rodiño,
Javier Alejandro y otro c/ Cardozo Bernate, Héctor Sergio s/ Incidente de Ejecución de
Honorarios’, motivando la formación de la Investigación Penal Preparatoria Nº
07-00-034407-11, caratulada ‘Denunciante: Acuña Bustamante, Rafael y otro’,
actuaciones que se encuentran en pleno trámite al día de la fecha, lo que [le llevaba] a
suponer, sin ánimo de enarbolar apreciaciones que luego serán formuladas por los
organismos ante los que se están practicando las investigaciones penales preparatorias
correspondientes; y, que ser[ían] estos quienes en definitiva res[olverían] respecto de la
existencia o no de conductas delictivas, que los referidos letrados también advirtieron la
existencia de irregularidades en cuanto a la asignación de expedientes por parte de la
Receptoría …, situación que oportunamente ser[ía] valorada por la sede ante la cual se
investigan tales sucesos conexos con los tratados en el presente expediente”.
Nada más lejos de la verdad. En primer lugar porque la circunstancia de que
exista una denuncia contra la receptoría de mención efectuada por dichos letrados no significa
que no pudieran ser responsables de los hechos que se les imputaban en la causa que estaba a
cargo de la doctora Andrea Nicoletti. En segundo lugar, porque el hecho investigado en la IPP
en análisis consistía en supuestas irregularidades cometidas por la Receptoría General por
retraso en la remisión de algunos expedientes en los que intervenían en su carácter de
abogados los doctores Acuña Bustamante y Rodiño.
El inicio de dicha investigación parece ser una “suerte de revancha” por parte
de ambos letrados ya que la denunciada, doctora María Josefa Merlini, fue la funcionaria de la
Receptoría General de Expedientes del departamento judicial Lomas de Zamora que solicitó la
auditoría dentro de dicho organismo que dio lugar a la posterior denuncia penal que originó la
causa IPP 07-00-896426-08, sacando así “a la luz” las maniobras descriptas ideadas por el
juez Julio César Palacios y por estos letrados, personal de la receptoría, auxiliares de la justicia
y otros abogados de la matrícula.
Por otro parte, es de destacar que la investigada en la causa, doctora María
Josefa Merlini, no se encontraba entre las personas imputadas por el doctor Garganta, causa
en la que la doctora Nicoletti dictó el archivo del que se viene hablando, por lo que tampoco
existe conexidad subjetiva entre ambas investigaciones.
Respecto de las restantes investigaciones en las que se fundó para dictar el
archivo, IPPs 07-00-739068-07, 07-00-059572-09, 07-00-031882-10, 07-00-827123-08,
07-00-769483-07, Nicoletti consideró que existían cuestiones de litispendencia relacionadas
con la imputación efectuada por el doctor Garganta respecto de la “[d]esignación de peritos;
irregularidad en el trámite de las causas, omisión en el pago de la tasa de justicia,
PG.SCDE.DCD-588-19-23

situaciones irregulares en cuanto a la regulación de honorarios, resoluciones que


exceden el marco de los procesos concursales y otras irregularidades”.
Si bien las causas IPP 07-00-059572-09 y 07-00-031882-10 no se han
recibido aún en el Departamento de Control Disciplinario, han podido ser compulsadas en el
sistema informático; tanto de estas como de las tres restantes surge que tal cuestión de
litispendencia no es real ya que en ellas se investigó irregularidades por parte de sujetos
miembros de la Asociación Médica Lomas de Zamora, en su función como administradores
previa y concomitantemente al trámite de la quiebra, cuestiones que nada tienen que ver con
las maniobras investigadas en la causa a cargo de la doctora Nicoletti, irregularidades y
connivencia en el sorteo de expedientes para que sea desinsaculado el Juzgado Civil y
Comercial Nº 10.
La propia fiscal señaló en su resolución en análisis que había recaído sentencia
en los mismos en los cuales se condenó a varias personas de las cuales ninguna coincide con
los que fueron llamados oportunamente en los términos del art. 308 CPP por el doctor
Garganta.
¿Que cambió para que la fiscal Nicoletti, recibida la causa y en un lapso menor
a cuatro meses, decidiera la desestimación y archivo cuando el fiscal Garganta había avanzado
como lo hizo?
Como se desprende de las investigaciones que fundamentan esta denuncia, las
causas penales en las cuales se apoyó la doctora Nicoletti no resultan ser fundamento
suficiente para tomar dicha determinación, máxime en el estado en que la misma recibió la IPP
07-00-65497-13, instruida otrora por el doctor Garganta.
Aún más llamativo resulta ser que los agentes fiscales intervinientes en las
causas IPP 07-00-65497-13 e IPP 07-00-10657-11 l se han basado en la existencia de la
otra para dictar el archivo en los actuados que llevaban adelante.
Demostrativo de la falta de fundamentación en el caso es que la doctora
Nicoletti hizo referencia expresa a la IPP 07-00-10657-11, llevada por el doctor Vaello, y
este último dispuso el archivo de su investigación, si bien un año después -26 de febrero de
2015-, y no obstante no hacer referencia expresa a la investigación archivada por la doctora
Nicoletti, justo después de que el fiscal general Ferrari le notificara la resolución confirmando
el desistimiento y el archivo ordenado por la agente fiscal mencionada, y de que el doctor
Javier Rodiño, para ese entonces juez de la Cámara de Apelaciones Civil y Comercial del
Departamento Lomas de Zamora, solicitara la desestimación de la denuncia.
¿Cuál era el interés en esta causa del doctor Javier Alejandro Rodiño sí sólo,
en función del artículo 300 CPP, se investigaba la conducta del juez Palacios, razón por la cual
él no estaba involucrado en ésta? Resulta evidente que su preocupación era que su nombre
surgiera durante la investigación pudiendo generar así una nueva investigación o reapertura de
las existentes en la que se vería involucrado.
Corresponde señalar que para ese entonces ya se había producido el deceso
del doctor Palacios, incluso este se produjo en fecha anterior a la resolución de la doctora
Nicoletti, al cual hizo expresa mención como uno de los fundamentos para resolver el archivo
de la causa en que intervenía.
Por otra parte, cabe destacar que en la resolución de archivo la doctora
Nicoletti ordenó “I.- Archivar la presente …en razón de encontrarse en trámite las
cuestiones que motivaran su formación en el marco de los expedientes referidos a lo
largo de este resolutorio, adoptando en consecuencia un temperamento expectante a la
espera que nuevos elementos probatorios fueren aportados y permitan variar este
criterio reabriendo estos obrados (artículo 268 cuarto párrafo del Código Procesal
Penal)”, no haciendo mención alguna a la desestimación de la denuncia.
Esta cuestión no resulta menor ya que al ser elevada la causa a la fiscalía
general en razón del recurso planteado contra la resolución de archivo, el doctor Ferrari la
devuelve a la agente fiscal a fin de que se expida sobre la contradicción entre lo resuelto por
ella y lo resuelto por el fiscal Garganta.
Por tal motivo, en su aclaración del 1º de octubre de 2014, la doctora
Nicoletti expresó que en su resolución de archivo surgía implícito que dejó sin efecto el
llamado en los términos del artículo 308 CPP efectuado por el doctor Garganta, y en ese acto
dejó constancia de que “expresamente”, conforme lo indicado por el señor fiscal general se
dejaba sin efecto dicho llamado y que donde decía archivar debía “leerse ‘desestimar’”.
PG.SCDE.DCD-588-19-23

Circunstancia que viene a adunar, o mínimamente indicar, la idea de que la


intención clara era que se “debía” desestimar y archivar esta causa penal.
El 23 de diciembre de 2014, el fiscal general Ferrari confirmó el archivo
ordenado por Nicoletti en la IPP 07-00-65497-13 y resolvió notificar dicha circunstancia a las
causas que se encuentran relacionadas.
El doctor Ferrari, a los fines de sostener su confirmación, hizo suyos los
fundamentos esgrimidos por la doctora Nicoletti. Lo cual equivale a decir que, a su turno, la
confirmación del desistimiento, y el consiguiente archivo, no se encuentran debidamente
fundamentados por el fiscal general. Constituye este hecho una irregularidad grave por parte
del doctor Ferrari.
Asimismo, es llamativa nuevamente la aparición de un abogado con
vinculaciones en la política y con una cierta relación con el fiscal general Ferrari. Se trata del
doctor Javier Raidán,
El doctor Javier Raidán, conforme surge de la compulsa de la IPP 65497-13,
resultó ser abogado defensor del doctor Javier Rodiño.
En forma inmediata a la desestimación y archivo dispuesto por la doctora
Nicoletti, solicitó copia certificada de la misma para ser presentada a quien corresponda.
De los extremos constatados en el DCD 16/20, se desprende que el doctor
Ferrari se sirvió de una resolución infundada dictada por la agente fiscal Nicoletti disponiendo
el archivo de la IPP 65497/13, para utilizarla a los fines de lograr el archivo o paralización de
las restantes causas en las cuales se investigaban las maniobras delictivas que involucraran al
doctor Rodiño, actual juez de cámara.
Pero no sería ésta la única maniobra desplegada por el fiscal general para
alcanzar el objetivo de encubrir una causa.
Refiere el doctor Rossi en su declaración testimonial del DCD 51-20 “Que
respecto a los archivos realizados en la IPP Policlínico Lomas, y preguntado respecto a
cuando él refirió que los archivos fueron motivados por el doctor Enrique Ferrari,
refirió que no tiene información directa sin perjuicio de lo cual conoce por otros colegas,
y también por el doctor D ´Onofrio, sin poder asegurar una fecha, en una oportunidad
en la que tuvo una conversación de varias causas sacó el tema del Policlínico y le
comentó que el doctor Ferrari habló con varios Fiscales para que procedan a archivar
la causas y posteriormente esos archivos fueron convalidados por el Fiscal General.
También se lo comentó el denunciante más activo en esa causa, Solerno. Le manifestó
que tiene conocimiento de que Ferrari disponía directamente de los archivos. Incluso
manifestó que pudo advertir un correlato entre os archivos y las convalidaciones de los
mismos por la Fiscalía General, incluso Juan Pablo D´Onofrio le manifestó, mucho
antes de que comiencen todos estos problemas en la Fiscalía General, que él había sido
testigo de esta situación.”
El mismo agente fiscal refirió en su declaración testimonial del DCD 25-20 que:
“En [su] caso particular, cuando fu[e] desafectado de la UFI Nº 8 especializada
en delitos de funcionarios públicos, ocurrió una secuencia muy llamativa. Unos días
antes de esa desafectación,…había recibido en mi oficina, al Sr. Sebastián
Solerno,…quien resulta ser víctima en la causa Nº 07-00-065497-13 y otras conexas…
Esas causas…, fueron rápida y sugestivamente archivadas, con argumentos muy
discutibles…; y el Dr. Ferrari hasta donde [tenía] conocimiento, tomó directa
intervención en las decisiones de archivo, que fueron confirmadas por el Fiscalía
General. El Sr. Solerno [le] indicó que estaba convencido de que esto era parte de un
acuerdo espurio del Dr. Ferrari con algunos de los implicados y [le] preguntó si estaría
dispuesto a investigarlo… [E]l le contestó que sí…; simplemente porque… no podría
dejar de investigar simplemente porque pueda salpicar potencialmente a algún
magistrado o superior jerárquico… En definitiva, le dij[o] que… no iba a encubrir a
nadie que investigaría lo que tuviera que investigar… [U]nos días después, recibo un
mensaje de whatsapp del Dr. Ferrari, el 17/9/2019, a las cuatro y cuarto de la
madrugada, donde [le] indica que para cuidar[lo], y para cuidarse a sí mismo, se vio
obligado … a remover[lo] de la UFI Nº 8, aclarando[le] que no era nada personal. …
[L]uego sucedió otro hecho que [le] llamó la atención. Unos días después, el 2 de octubre
de 2019, aproximadamente a las 20 hs.…, [lo] llamó nuevamente el Dr. Ferrari,
diciendo[le] que estaba preocupado por el hecho de que alguna causa de la UFI 8, por
PG.SCDE.DCD-588-19-23

algún motivo continuara bajo [la] intervención [del Dr. Rossi]. No mencionó una causa
específica, pero me pareció obvio que el llamado no era genérico, sino que la
preocupación era por alguna causa en particular. …[E]sto le llamó la atención, y lo
relación[ó] con lo anterior porque luego tom[ó] conocimiento de que alguna persona
había estado diciendo, en la Fiscalía General y poco antes de que [lo] removieran de la
UFI Nª 8, que …había dicho que estaba dispuesto a investigar al Dr. Ferrari en la causa
del Policlínico. Concretamente, [le] dijeron que alguien le habría contado eso al Dr.
Ferrari, como poniéndolo en alerta de que yo estaría dispuesto a investigar un asunto
que pudiera comprometerlo”.
En el mismo sentido se expresó el doctor Juan Pablo D’Onofrio que refirió que
el 16 de septiembre de 2019 recibió “un mensaje …del Dr. Ferrari diciendo[le] que …le
prepare una resolución disponiendo el traslado del Dr. Rossi a la Unidad nro. 1 y la
asignación del Dr. Bisquert a la Unidad nro. 8.” “Al llegar el Dr. Ferrari …le pregunt[ó]
si había pasado algo con Rossi ….” “…[E]l Dr. Ferrari [le] dijo que no [le] podía decir
mucho, que había recibido quejas de la política y también de Jueces de Garantías sobre
la labor del Dr. Rossi, además de haberse enterado que en una reunión con partes de un
proceso el Dr. Rossi habría manifestado que si tenía que indagar al Fiscal General lo iba
a hacer.” “… A los días de hacerse efectiva la [resolución], y en un momento en que el
Dr. Rossi se hizo presente en la Fiscalía General aprovech[ó] para preguntarle si alguna
vez él había dicho que si tenía que indagar al Fiscal General lo iba a hacer,
contestando[le] …que sí, que lo había dicho en una reunión con particulares
damnificados de la causa del policlínico de Lomas de Zamora, porque dijo que aquellos
le reprochaban a él como Fiscal la actitud del Dr. Ferrari.”
La desestimación y archivo infundados en la IPP 07-00-65497-13 ordenada
por la doctora Nicoletti; la aparición del doctor Raidán, con su inmediata solicitud de copias
certificadas; la ligereza con que se sostiene el archivo infundado en la fiscalía general; la
notificación de la resolución confirmatoria del doctor Ferrari a las causas relacionadas con la
investigación y su consiguiente archivo o paralización; todo ello lleva inexorablemente a la
conclusión de encontrarnos frente a una maniobra destinada encubrir a un imputado. En este
caso, el doctor Javier Rodiño. Y que en esa maniobra ha sido una pieza clave el fiscal general
Enrique B. Ferrari.
d- Recapitulación
A modo de recapitulación de los hechos narrados, se ha descripto, primero, la
incorrecta intervención que tuvo el fiscal general en la postergación del debate en la causa
“Soto”, también el incumplimiento del art. 287 del CPP al no denunciar una posible influencia
política en una causa penal y ha quedado acreditada su indebida relación con el doctor Raidán,
quien tenía conocimiento de las decisiones y resoluciones del fiscal general antes que sus
propios subordinados.
También, como he dicho anteriormente, hemos visto como el fiscal enfocó su
atención en influir en determinados procesos, despreocupándose por las causas ordinarias, y
delegando tácitamente esta tarea en los fiscales generales adjuntos.
Se ha probado que el doctor Ferrari desarticuló una unidad especializada de
su departamento judicial sin fundamento alguno, deshaciendo con su firma años de esfuerzo e
investigación de quienes allí se desempeñaban. La denuncia del doctor D’Albora en la causa
de los seguros es prueba contundente de ello.
Esto se reafirma con la asignación del doctor Scalera en las causas
relacionadas con la feria coloquialmente conocida como “La Salada” a fin de apartarlo del
abocamiento a otras causas de gran tenor y relevancia política. No puede, quien aquí escribe,
dejar de entrever un hilo conductor en el comportamiento del fiscal denunciado, que pareciera
favorecer a determinados intereses que se oponen a la ley y a la recta administración de
justicia.
Por otra parte, el fiscal que aquí se denuncia ha actuado de manera ilegítima y
excediéndose en sus funciones, al remover a magistrados y funcionarios sin tener la potestad
para hacerlo. Dicho comportamiento me ha obligado a dictar resoluciones para deshacer los
terribles daños que se estaban ocasionando en la planta funcional de Lomas de Zamora.
No contento con ello, el doctor Ferrari dictó nuevas resoluciones contrariando
lo dispuesto por el suscripto y, utilizando vanas argucias para dar una apariencia de
PG.SCDE.DCD-588-19-23

obediencia, llevó adelante la desarticulación de una unidad especializada y movimientos


internos de magistrados y funcionarios.
Reitero, el doctor Ferrari dictó resoluciones contrarias a la ley, a las
resoluciones del Ministerio Público y en desobediencia a lo dispuesto por el titular de la
Procuración General.
Y su ataque personal se ha direccionado con especial ahínco para quienes
tomaron la decisión de denunciar sus atropellos. Resulta pertinente traer nuevamente a relato lo
expresado por el fiscal Bettini Sansoni al referir: “…mi situación en la actualidad es de
extrema angustia, dialogué reiteradamente con mi familia sobre renunciar a mi función,
porque nada es claro, termino sin saber cuál es alcance de mi competencia, tengo la
gran duda si el Fiscal General actúa porque lo cree conveniente para la justicia o si lo
hace a raíz de que no accedí a lo que él consideraba un ‘pedido razonable’.
Por otra parte, el encono del fiscal general con el doctor Scalera ha
evidenciado tanto la afinidad política con la que dirige su política criminal como la persecución
a quienes trabajan conforme manda la ley. Traigamos solo una de las numerosas declaraciones
testimoniales recopiladas, esta vez de la doctora Cabas: “…volviendo al mes de agosto, fue
allí cuando empezó a no disimular su disgusto hacia Scalera, a estar más exultante, a
hablar de reuniones con gente importante, sin decir quienes, a mencionar el enojo de
algunos por los avances de las causas…”. Después la testigo agregó que había presenciado
como el fiscal general amenazaba al doctor Scalera al referirle: “…ahora tenés respaldo pero
en algún momento esto va a pasar, el Fiscal General soy yo y que como tal puedo
hacerte mucho daño”.
Todas estas actitudes tuvieron consecuencias en la salud de los funcionarios
afectados, empujando incluso a la doctora Gianella a acelerar su jubilación, hastiada del
atropello cotidiano que el fiscal denunciado ejercía con su persona.
En complemento de ello, el doctor Ferrari realizó públicas amenazas mediante
el sistema de mensajería “WhatsApp” con la clara intención de amedrentar a quienes se
interpusieran en su camino.
En este punto citemos al doctor D’Onofrio, otro testigo cercano de los hechos
que hemos denunciado: “…creo que esas amenazas veladas que el Dr. Ferrari nos estaba
dirigiendo se han materializado en la realidad, encontrándonos todos con este perjuicio
-en relación a sus desplazamientos acaecidos con posterioridad mediante las
resoluciones LZ 3/20, 4/20 y 5/20- que lamentablemente estamos atravesando”.
También ha sido evidenciada la intervención que tuvo en el archivo de las
causas relacionadas con el conocido como “Policlínico de Lomas de Zamora”. Otro universo
de causas en el que confluyen importantes intereses y que han transitado un largo derrotero
que de momento, ha quedado en la nada.
Lo hasta aquí dicho y sostenido por numerosas pruebas nos lleva en este punto
a preguntarnos ¿puede un fiscal que desobedece la ley y la autoridad de tal modo permanecer
en sus funciones? ¿Puede estar a la cabeza de un departamento judicial un magistrado que no
se rige por los principios de objetividad, sino que deja entrever en cada uno de sus
movimientos la influencia de actores externos? Y sobre todo ¿puede el Estado tolerar que
ejerza una función tan noble quien persigue, amedrenta y amenaza a sus subordinados,
violando prácticamente la totalidad del articulado de la ley 13.168 de Violencia Laboral?
Los hechos que hemos denunciado demuestran que su permanencia en el alto
cargo que ejerce implica un grave perjuicio a la integridad del Poder Judicial, y por ello debe
ser destituido.
.
IV-IMPUTACIÓN
Todo lo hasta aquí expuesto revela que el doctor Enrique B. Ferrari, ha dejado
de tener la “buena conducta” que exige la Constitución Provincial como requisito indispensable
para la preservación de su empleo (cfr. art. 176, Const. Prov.).
Las actitudes descriptas, en uno y otro caso, colocan al doctor Ferrari al
margen de la ley (conf. arts. 1, 4, 5 y 6 de la Ley 13.168, arts. 248 C.P. y art. 287
C.P.P.-conforme art. 20 de la ley 13.661-), y configuran los supuestos de los incisos “d”, “e”,
“i”, “ñ”, “q” y “r” del artículo 21 de la ley 13.661.
PG.SCDE.DCD-588-19-23

Para el supuesto que el Honorable Jurado no interprete tipificado el accionar


del juez que ahora denuncio en la normativa anteriormente citada, solicito su calificación en el
marco que dicho órgano estime pertinente.

V. PRUEBA
Ofrezco los siguientes medios de prueba, sin perjuicio de su eventual
ampliación en la etapa correspondiente:
A. DOCUMENTAL:
1. DCD 588/19 caratulado “Tribunal en lo Criminal N° 10 Lomas de
Zamora, Dra. Susana Silvestrini c/ Dr. Enrique Ferrari (FGLZ) S/ Incumplimiento de los
deberes de funcionario público”, de trámite ante la Secretaría de Control Disciplinario y
Enjuiciamiento de la Procuración General, con todos sus agregados y anexos.
2. DCD 655/19 caratulado “Res.38/19 – Desvinculación Gianella”, de
trámite ante la Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la Procuración General,
con todos sus agregados y anexos.
3. DCD 21/20 caratulado “Violencia laboral / Gianella”, de trámite ante la
Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la Procuración General, con todos sus
agregados y anexos.
4. DCD 25/20 caratulado “Violencia laboral / afectación de servicio
Scalera” de trámite ante la Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la
Procuración General, con todos sus agregados y anexos.
5. DCD 28/20 caratulado “Violencia laboral / D’Onofrio” de trámite ante
la Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la Procuración General, con todos
sus agregados y anexos.
6. DCD 31/20 caratulado “Resoluciones 3/20, 4/20 y 5/20 – Deficiencias
en la función / Inobservancia de la normativa” de trámite ante la Secretaría de Control
Disciplinario y Enjuiciamiento de la Procuración General, con todos sus agregados y anexos.
7. DCD 26/20 caratulado “Ricart / Orma – Mensajes de Instagram” de
trámite ante la Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la Procuración General,
con todos sus agregados y anexos.
8. DCD 50/20 caratulado “Instructor Judicial Dr. Martinelli S/ Violencia
Laboral” de trámite ante la Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la
Procuración General, con todos sus agregados y anexos.
9. DCD 51/20 caratulado “Agente Fiscal Dr. Rossi S/ Violencia
Laboral”, de trámite ante la Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la
Procuración General, con todos sus agregados y anexos.
10. DCD 52/20 caratulado “Agente Fiscal Dr. Bettini Sansoni S/ Violencia
Laboral” de trámite ante la Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la
Procuración General, con todos sus agregados y anexos.
11. DCD 56/20 caratulado “Denuncia de Nicolás D’Albora contra el
Fiscal General del Departamento de Lomas de Zamora Dr. Ferrari” de trámite ante la
Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la Procuración General, con todos sus
agregados y anexos.
12. DCD 16/20 caratulado “Emilio Alfredo Charlón C/ Agentes Fiscales
Fabiola Juanatey, Nicolleti, Rossi, Sebastián Bisquert. Fiscal Gral. Dr. Enrique B. Ferrari
(Dto. Jud. Lomas de Zamora S/ Irregularidades en el procedimiento” de trámite ante la
Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la Procuración General, con todos sus
agregados y anexos.
Si en el curso de la presente se produjeren nuevos hechos o pruebas que
guarden relación con las circunstancias aquí denunciadas, hago reserva de ponerlos en
conocimiento del Honorable Jurado de Enjuiciamiento.
Solicito asimismo se libre oficio a la Fiscalía General del departamento judicial
Lomas de Zamora a fin de solicitar los siguientes expedientes:
1. IPP 07-00-79023-14, “Farías Gabriel, Soto Juan Manuel, Soto
Matías Nicolás, Soto Gabriel Omar s/ Homicidio con empleo de arma
de fuego en C/R con portación de arma de guerra sin la debida
autorización legal y otros.
2. IPP 07-00-065939-18 “Dr. D’Albora S/ Denuncia”.
PG.SCDE.DCD-588-19-23

3. IPP 07-00-896426-08 "De Paolo, Ramona Patricia s/ Falsificación


Ideológica de Instrumentos Públicos; Denunciante: Consejo de
Superintendencia Lomas de Zamora".

4. IPP 07-00-077788-17 "Defraudación por administración fraudulenta


-Art 173 Inc. 7; Denunciante: Juzgado de Primera Instancia en lo
Civil y Comercial N 12 Departamental en Expte. N 78014".

5. IPP 07-00-739068-07 “Torino, Jose s/ Defraudación. Denunciante


Solerno Sebastián”.

6. IPP 07-00-59572-09 “Charlón Emilio s/ Asociación Ilícita y


Defraudación. Denunciante Solerno Sebastián”.

7. IPP 07-00-31882-10 “Quiebra fraudulenta; Denunciante: Covelo


Enrique”.

8. IPP 07-00-739068-07 “Denuncia; Denunciante: Solerno, Sebastián”.

9. IPP 07-00-827123-08 “Solerno Sebastián S/ Estafa; Denunciante:


Charlón Emilio”.

10. IPP 07-00-7694-83-07 “Charlón Emilio S/ Defraudación;


Denunciante: Solerno, Sebastián”.

11. 07-00-010657-11 "Denuncia; Denunciante: Consejo de


Superintendencia Departamento Lomas de Zamora".

12. IPP 07-00-034407-11 "Denuncia; Denunciante: Acuña Bustamante,


Rafael y Rodiño, Javier Alejandro".

13. IPP 07-00-065497-13 "Denuncia; Denunciante: Sichés, José María".


14. IPP 07-00-18870-17 “Álvarez, Pablo Alejandro y otros s/ Asociación
ilícita y otros”.

B. TESTIMONIAL:
Solicito se cite a prestar declaración testimonial a:
1. Sebastián Scalera, fiscal general adjunto de la Fiscalía General de
Lomas de Zamora sita en calle Larroque 2450, 3er piso, Sector E -
Banfield, cuyo domicilio denuncio en su público despacho.
2. Mirta Noemí Gianella, fiscal general adjunta de la Fiscalía General
de Lomas de Zamora sita en calle Larroque 2450, 3er piso, Sector E
– Banfield, cuyo domicilio denuncio en su público despacho.
3. Juan Pablo D’Onofrio, secretario general de la Fiscalía General de
Lomas de Zamora sita en calle Larroque 2450, 3er piso, Sector E –
Banfield, cuyo domicilio denuncio en su público despacho.
4. Claudia Sauer, secretaria de la Fiscalía General de Lomas de Zamora
sita en calle Larroque 2450, 3er piso, Sector E – Banfield, cuyo
domicilio denuncio en su público despacho.
5. Marcela Cabas, secretaria de la Fiscalía General de Lomas de
Zamora sita en calle Larroque 2450, 3er piso, Sector E – Banfield,
cuyo domicilio denuncio en su público despacho.
6. Jonatan Martínez, secretario de la Fiscalía General de Lomas de
Zamora sita en calle Larroque 2450, 3er piso, Sector E – Banfield,
cuyo domicilio denuncio en su público despacho.
7. Ignacio Torrigino, secretario de la Fiscalía General de Lomas de
Zamora sita en calle Larroque 2450, 3er piso, Sector E – Banfield,
cuyo domicilio denuncio en su público despacho.
8. Martín Califano, secretario de la Fiscalía General de Lomas de
Zamora sita en calle Larroque 2450, 3er piso, Sector E – Banfield,
cuyo domicilio denuncio en su público despacho.
9. Daniela Orma, empleada en la Fiscalía General de Lomas de Zamora
sita en calle Larroque 2450, 3er piso, Sector E – Banfield, cuyo
domicilio denuncio en su público despacho.
10. Susana Silvestrini, jueza integrante del Tribunal en lo Criminal N° 10
del departamento judicial Lomas de Zamora sito en Camino Pres. Juan
PG.SCDE.DCD-588-19-23

Domingo Perón y Larroque, Banfield.


11. Jorge Ariel Bettini Sansoni, agente fiscal de la UFI 12 y la Unidad
de Juicio Común y Juicio por Jurados del departamento judicial Lomas
de Zamora sita en calle Larroque 2450, 1er Piso, Sector J – Banfield,
cuyo domicilio denuncio en su público despacho.
12. Pablo Rossi, agente fiscal de la UFIJ N° 8 del departamento judicial
Lomas de Zamora sita en calle Larroque 2450, 2do Piso, Sector A –
Banfield, cuyo domicilio denuncio en su público despacho.
13. Nicolás Martinelli instructor judicial de la UFIJ 12 del departamento
judicial Lomas de Zamora sita en calle Larroque 2450, 1er Piso,
Sector E - Banfield, cuyo domicilio denuncio en su público despacho.
14. Nicolás D’Albora, de profesión abogado, DNI Nº 25.097.186,
argentino, domiciliado en Avenida Santa Fe 900, piso 6°, de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.

15. Emilio Alfredo Charlon, de profesión comerciante, DNI


14.181.724, argentino, domiciliado en calle Manuel Castro 674 de la
localidad de Lomas de Zamora, partido de Lomas de Zamora,
Provincia de Buenos Aires.

Hago reserva de la facultad de ampliar el listado de testigos en su momento


procesal oportuno.

VI. APARTAMIENTO PREVENTIVO


La permanencia en el cargo de un magistrado que no se muestra proclive a la
enmienda afianza la denegación de justicia y afecta las garantías de quienes la buscan, con la
consiguiente responsabilidad del Estado provincial.
La gravedad de los hechos torna inadmisible esta permanencia, por lo que
resulta procedente el apartamiento preventivo (art. 29 bis, ley 13.661 y modif.).
Conforme lo requerido en oportunidades anteriores, solicito el apartamiento
preventivo del fiscal denunciado.

VII. PETITORIO
Por todo lo expuesto, solicito:
a. Se tenga por articulada la presente denuncia y por cumplidos los recaudos
exigidos por el art. 26 de la ley 13.661 y sus modificatorias.
b. Se tenga por ofrecida la prueba, ordenándose oportunamente su
producción.
c. Se dé curso a la denuncia incoada contra Enrique B. Ferrari en los términos
de los arts. 25 y 27 de la ley 13.661 y modificatorias.
d. Se disponga el apartamiento preventivo del cargo del denunciado (art. 29
bis, ley 13.661 y modif.)

Proveer de conformidad,
SERÁ JUSTICIA.

Digitally signed by
Dr. CONTE GRAND,JULIO
MARCELO
Procurador General de la
Suprema Corte de Justicia
PROCURACION GENERAL -
PROCURACION GENERAL
Procuracion General

02/06/2020 14:41:16

También podría gustarte