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MAESTRÍA EN TURISMO

MENCIÓN GESTIÓN SOSTENIBLE EN DESTINOS TURÍSTICOS

INTERCULTURALIDAD Y GESTIÓN DEL PATRIMONIO ANCESTRAL.

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA DE INDIGENISMO E IDENTIDAD EN MANABÍ

AUTOR:

ING. GALO EDMUNDO FERRÍN MOREIRA

FACILITADOR:

MSc. MARCOS OCTAVIO LABRADA OCHOA

CALCETA, 2 DE JUNIO 2017


Reseña Bibliográfica
Indigenismo e identidad en Manabí
Identificación
Libertad Regalado Espinoza (2016), Ed. Ediciones Abya-Yala, Quito-Ecuador, Pág. 7-202
Capítulo uno
El territorio manabita
Resumen
Lo más importante es saber que estos territorios, según estudios realizados, han tenido
ocupaciones poblacionales desde 4 550 años a.C., pueblos que por espacio de siglos han ido
dejando sus improntas en los lugares donde se establecieron, cuyo legado nos llena de
orgullo. Libertad establece que “en el territorio manabita los pobladores han tenido sus
ocupaciones a lo largo de los siglos en los que fueron hábiles como navegantes y pescadores,
magníficos escultores y constructores, agricultores, diestros tejedores, artistas alfareros y
grandes trabajadores en el metal” (Pág. 21).
El intercambio productos suntuarios explica la presencia de estos en algunas tumbas
precolombinas, en forma de: hachas monedas, narigueras, bastones de mando, pectorales,
máscaras, anillos, argollas, collares con mullos de oro y de concha, piedras preciosas y
semipreciosas, descritas por muchos informantes (huaqueros) en algunas localidades de
Manabí. (Pág. 53).
La lengua de nuestros ancestros existía una lengua franca entre todos los habitantes de la
costa pacífica que les permitió relacionarse entre sí. A la luz de las relaciones crónicas
podemos observar claramente que en estos pueblos no se hablaba el kichwa (quichua), por lo
que podemos afirmar que la conquista incásica fue prácticamente nula en estos territorios.
(Pág. 56).
Comentario
En los territorios manabitas los pobladores fueron considerados por establecer sus improntas
ya que a lo largo de los siglos y periodos se destacaron en diferentes actividades, es así que
en la cultura Manteña como lo estableció Jacinto Jijón y Caamaño (1952) “es la única
civilización ecuatoriana que hizo extenso uso de la piedra como elemento de sus
construcciones y para sus manifestaciones artísticas”. Eran hábiles en la destreza de la
navegación y la pesca, una de sus grandes creaciones era la famosa “Balsa Manteña”
Una de mis interrogantes que tenía antes de leer este libro era ¿Usaron los Incas la Balsa
Manteña? En la que Libertad establece que “no fue usada por los incas, era patrimonio de los
nautas del Pacifico, situados en las costas ecuatorianas”
¿Se hacía solo intercambio de mercadería o existía un sistema de monedas?
Aparte del intercambio de mercaderías había otra forma de economía como eran las hachas
utilizadas en forma de moneda (Holm, 1978: 347-361) “revela otro de los eslabones poco
conocidos a pesar de la importancia en el desarrollo de una sociedad, que pasa del trueque de
bienes naturales o artesanales a un intercambio donde comienza a vislumbrarse el uso de una
moneda, da un rango de mayor cultura en estas poblaciones”.
La facilidad que tenían en comunicarse los habitantes de la costa del pacifico ya que fue una
lengua franca, no había la lengua Kichwa (quichua) así se pudo afirmar que no hubo
conquista incaica.
Capítulo dos
Señoríos o cacicazgos
Resumen
Como se explicó en el capítulo primero, estos pueblos habían alcanzado un gran desarrollo
en varios aspectos, el espacio físico con características regionales y locales, especiales por
los recursos naturales, incidió en la especialización de ciertas actividades que fueron las que
les permitieron seguir siendo pueblos libres y liderando actividades relacionadas con: la
navegación y pesca, el monopolio de la balsa, los mullos de la concha espóndilos y las
hermosas y finas mantas de algodón. (Pág. 78).
Los señoríos en Manabí eran jefe de la aldea y en algunas áreas regulaba federaciones de
aldeas o tribus. Vivía en una casa grande, recibía tributo y tenía muchas esposas y sirvientes,
usaba insignias especiales y ornamentos, era cargado por sus súbditos en andas y cuando
moría su cuerpo era momificado o disecado y colocado en una casa especial o templo, o
enterrado acompañado por sus esposas y sirvientes. (Pág. 85).
Se comenta que a las mujeres manabitas se les acusa de ser “mandonas”, que tenían carácter
para gobernar el hogar y al hombre, aunque se dice que el hombre manabita es “machista”
por excelencia. Pese a esta contradicción de definiciones, se encuentra en esta crónica de
Victoria Ligua, que la mujer que habitó estos territorios en la colonia fue una mujer
“contraventora”, es decir, no se sujetó a las actitudes, conductas y prácticas sociales que
negaban a la mujer como un ente autónomo y capaz de tomar decisiones y asumir la
gobernabilidad de su familia o su pueblo. (Pág. 150).
Comentario
En mi contexto personal pude darme cuenta de la libertad que tuvieron estos pueblos para
realizar las actividades que les permitió desarrollarse en varios aspectos, algunas de las
preguntas que se desarrollaron en el libro acerca de este capítulo es: ¿estuvo el inca en estos
pueblos?, ¿logro someterlos?, ¿llego a un acuerdo tributario con ellos?
La presencia incásica fue relativamente corta. No se logró imponer el sistema político, por lo
que pudo llevarse a cabo una especie de alianza que incluía el pago de un fuerte tributo a
cambio de respetarle sus costumbres, organización, tecnología para la producción y
tradicionales formas de gobierno; dejándolos a cargo de un jefe que denominó “cacique”,
constituyéndose los cacicazgo autónomos a cargo de un jefe étnico, sin que ninguno lograra
imponer su hegemonía.
¿Por qué definir como señoríos a estos pueblos que estaban asentados a lo largo de la costa
manabita hasta llegar a Tumbes, que era el límite del imperio incaico?
Libertad establece que “estos eran pueblos libres, constituidos ya en grandes confederaciones
o señoríos étnicos.
Los señoríos eran los jefes de las aldeas de los cuales se les daba grandes atributos daré a
conocer dos conceptos distintos acerca de señoríos: “el señorío es un término utilizado para
definir a aquellas sociedades que han alcanzado un nivel de desarrollo socioeconómico donde
prima el carácter redistributivo de ciertos bienes por parte de un jefe o señor principal”.
(Kalevo Oberg, 1955). Robert Carneiro indica que un “señorío es una unidad política
autónoma que comprende un gran número de aldeas o comunidades bajo el control
permanente de un jefe principal” (Carneiro, 1974: 179).
Los hombres y mujeres manabitas siempre tuvieron hábitos que los caracterizaban como
dicen que el hombre manabita es considerado como “machista” y a la mujer “mandona”, ellos
tuvieron una gran representación en todos los periodos culturales
Pude apreciar en el contexto que Libertad establece que “el género femenino pudo haber
tenido como cultura ancestral el reconocimiento de la mujer cuando se indica que se
privilegiaba el espacio de la mujer y se le reconoció como cacica y que a la muerte del marido
ostentaban no solo el titulo sino que en realidad gobernaban sus pueblos, es decir, el poder
era heredado como un bien de la sociedad conyugal, lo que indica que en nuestras culturas
no se promovió la negación de la mujer como sujeto vital en su contexto y que la cultura
machista no es una cultura propia de nuestro pueblo aborigen.
Capítulo tres
Repartos, reducciones y encomiendas
Resumen
La conquista tuvo como protagonista principal al “conquistador”, como este nació un tipo de
discurso histórico que genero una serie de documentos donde se informaba de todos los
sucesos desarrollados en las tierras del nuevo mundo. Estos informes, conocidos como
“probanza de mérito”, tenían una doble finalidad: mantener informado al monarca y pedir
recompensas en forma de títulos, cargos o sueldos. (Pág. 153).
Una encomienda era el derecho de percibir los tributos o los trabajos que los mitayos (indios)
debían pagar a la monarquía. Un encomendero tenía entonces derecho de exigir esos tributos
a los indígenas de determinados pueblos, ya sea en bienes o en forma de trabajo. (Pág. 159).
Para los españoles las reducciones eran necesarias, ellos dependían de las comunidades
indígenas para construir y sostener sus colonias con tributos, productos y mano de obra y
algo muy importante sostenido por Restall: los españoles no llegaron a Sudamérica a
conquistar tierras, sino a recibir una encomienda, es decir, una concesión de tributos, esto se
comprueba en la posesión aparente de las tierras de los indígenas, manteniendo a los cacique,
quienes seguían apareciendo como sus jefes inmediatos. (Pág.161).
Comentario
Una vez la llegado de los españoles América se apoderaron de sus tierras y tomaron como
esclavos a los indios algunos huyeron a las montañas y otros murieron por los maltratos y
enfermedades.
Ya que para esos tiempos pedir una rebaja de tributos o cambiarse de pueblo fue algo común
y muy desgarrador.
También me gustaría discutir acerca de que los españoles no llegaron a conquistar tierras en
lo que me pude dar cuenta leyendo este capítulo fue que se valieron de los indios dependiendo
de ellos apoderándose de sus tierras, mujeres, asesinándolos a ellos y sus hijos, y a la vez se
los comparan como unos animales a los indios dándoles a entender que no tenían alma ni
conciencia.
Capítulo cuatro
Formas de resistencia indígena
Resumen
Los españoles en todos estos pueblos se encontraron con todo tipo de indígenas, unos más
sumisos y otros no tanto: “la empresa colonial funcionaba relativamente bien cuando
coincidían con las prácticas, pautas y estructuras autóctonas, pero cuando no era así, se topaba
con el mismo nivel de resistencia tenaz que muestran los pueblos ante los foráneos que
interfieren sus vidas” (Restall, 2004: 157). De ahí se desprenderá, años más tarde, el tildar a
estos indios como “picaros” y poco inocentes, tan picaros que aprendieron prontamente la
lengua, las leyes y formas de administración, hasta el extremo de que “dormían sobre papel
sellado” referencia que hacen a los de Jipijapa por los múltiples litigios. (Pág.171).
Los movimientos insurgentes que se dieron en la tenencia de Portoviejo, después de la
Revolución Francesa, nos hablan muy bien de como las ideas de libertad calaron en los
indígenas. En 1816, reunidos en la plaza que hoy lleva el nombre de Bolívar, cientos de
indígenas se declararon “hombre libres” negándose a pagar tributos al rey, ya que ellos con
Cédula Real había conseguido su libertad y además esgrimían la Constitución liberal de 1812,
en la cual se sancionaba la abolición del tributo. (Pág. 178).
Un episodio bastante singular fue la Guerra del Sombrero que enfrentó al gobierno con los
comerciantes y productores manabitas hacia 1838. Por ese entonces la provincia continuaba
políticamente convulsionada y el Gobierno se veía incapaz tanto de pacificarla como de
controlar el contrabando. Un año antes, el presidente de la república, Vicente Rocafuerte,
había elevado a Manta a la categoría de Puerto Mayor con el propósito de forzar el transporte
de las mercancías por vía marítima, a la vez que se prohibía el tráfico terrestre. (Pág. 179).
Comentario
En el último cuarto siglo XVIII, los indígenas comenzaron a revelarse de las injusticia que
ocurría por parte de los españoles al no hacer escuchado es así que Libertad establece lo
siguiente “en las instituciones coloniales existentes en España, frecuentemente había una
tendencia a proteger y amparar a los indios con leyes benefactores, pero en la mayoría de los
casos no se acataban por la codicia de los españoles y la distancia de las colonias al poder
real”.
En 1816 los indígenas se comenzaron a reunir en masas para así declararse “hombre libres”
para que así sean escuchados, este levantamiento no tuvieron mucha suerte, pero fue el
comienzo para hacer conoces sus derecho ya ellos constan con Cédula Real consiguiendo
“aparentemente” su libertad.
Con la guerra de sombrero donde participaron los tejedores y comerciantes siendo un vez
avisado con tiempo sobre lo que dispuso el presidente de la república, Vicente Rocafuerte de
incautar un lote de 40 000 sombreros, donde ambos tanto con los tejedores y comerciantes
superaran sus distanciamientos y unieran fuerzas y así esconder el cargamento y burlando
todos los controles los llevaron a Guayaquil. Liberta destaca que “Después de algunos años
se produce un ambiente de inestabilidad provocado por las continuas luchas internas que
llevaron a enfrentamientos entre autoridades civiles, militares y la población”. Y esto
ocasiona que el negocio del sombrero de paja toquilla no sea un negocio rentable.
Es importante recalcar que uno de los pioneros en el comercio de sombreros era Manuel
Alfaro, padre del joven que a pesar de su corta edad de 22 años comenzara a despertar ese
espíritu revolucionario que corría por sus venas como era el joven Eloy Alfaro Delgado.

Conclusión
Al leer este libro, me ayudó a conocer más acerca de mi identidad como manabita la historia
acerca de los territorios manabita, así como fueron las culturas aborígenes en Manabí acerca
de las actividades que ellos realizaban, los señoríos o cacicazgo, los repartos, reducciones y
encomiendas realizadas por los españoles en las costas ecuatorianas, las formas de resistencia
indígena para la Insurgencias, protestas, levantamientos y amotinamiento durante la colonia.
En mi opinión este libro es muy interesante ya que te envuelve en un tema cultural e histórico
del Indigenismo en Manabí, que a veces no le damos importancia o la intención de conocer
más sobre nuestros orígenes.
Me gustó mucho aunque fue algo muy diferente a lo que había leído antes pero si lo
recomendaría mucho.

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