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DEFENSA FISCAL DE LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS, A TRAVÉS

DEL JUICIO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO.


Por Lic. Enrique J. Ortega
Las operaciones comerciales hoy en día resultan de vital importancia para la vida
económica de una región o un estado nación, en el tracto mercantil y en la
prestación de servicios o enajenación de bienes confluyen una complejidad de
transacciones que tienen un efecto tanto financiero como fiscal en la vida interna
de las empresas también llamadas unidades económicas, por eso mismo en miras
de fortalecer las pequeñas y medianas empresas, lo que se busca es tener una
planeación legal y fiscal estratégica que nos permita desempeñar nuestras
actividades regulares y hacerlo con la seguridad de que se está cumpliendo con el
marco legal y fiscal y que además se están eficientando procesos como los de
Cumplimiento y Auditoria. Las autoridades fiscales tanto federales o locales
ejercen lo que se conoce como facultades de comprobación las cuales son un
conjunto de atribuciones que tiene la autoridad para poder auditar y revisar el
cumplimiento de las leyes fiscales para poder determinar, en su caso, los
créditos fiscales que estime fueron omitidos en las declaraciones anuales o
provisionales, estas facultades deben estar revestidas de formalidades legales
para que puedan tener efectos y no se afecten en cuanto a su origen, es decir que
no tengan vicios de origen que pudieran en determinado momento dejarlas sin
efecto (vicios de forma), esto se logra a través de la tramitación de un juicio
contencioso administrativo el cual tiene como finalidad la defensa técnica del
contribuyente que considere que está siendo violentado en sus derechos de
seguridad jurídica. Este medio de impugnación (juicio contencioso administrativo)
se aplica para combatir todas aquellas resoluciones definitivas o provisionales
que las autoridades federales emiten a cargo del contribuyente ya sea como
persona física o persona moral, al concluir dicho juicio, se emite una sentencia
cuyos efectos son declarativos pues dicha sentencia puede declarar la nulidad
total o parcial de un acto administrativo (resolviendo a favor del contribuyente) o
bien puede declarar la legalidad de la resolución por la cual se impone un crédito
fiscal o una multa a cargo del contribuyente (resolviendo a favor del fisco). Esta
complejidad se resuelve con asesoría legal y fiscal que le permita como
empresario tener los argumentos necesarios para defenderse en la vía del juicio
contencioso administrativo.
Por otra parte, en este procedimiento se puede también hacer argumentos de
fondo, es decir, aquellos que inciden directamente en demostrar que el
contribuyente si ha cumplido con los deberes que la ley fiscal le impone (alegatos
de fondo), es decir que si está demostrado que hay deducciones que tal vez la
autoridad ilegalmente no hizo valer, hay operaciones comerciales que en realidad
si cumplen con el requisito de materialidad cuando la autoridad lo está
considerando tal vez como una operación simulada que nos haga acreedores a la
sanción del artículo 69-B del Código Fiscal de la Federación (entrar a la famosa
lista negra del SAT), algún IVA omitido determinado que es improcedente pues se
puede demostrar que los conceptos facturados efectivamente tributan a tasa cero
o son actividades exentas del IVA, entre otros, todos los cuales recaen en el fondo
del asunto, esto también puede combatirse técnicamente en el juicio contencioso
administrativo.
Hoy en día es necesario que las pequeñas y medianas empresas contraten la
asesoría legal y fiscal necesaria para que el programa de cumplimiento fiscal se
agilice y sea eficiente en términos de lograr la operación material del negocio
usando las facilidades administrativas o beneficios fiscales correctos y aplicables
para que la empresa “ahorre” sus recursos y los utilice en acrecentar sus activos,
esto puede lograrse también adoptando los regímenes fiscales correctos que les
permitan tener mayores beneficios en el corto y mediano plazo, un ejemplo de ello
son los RIF´S que le permiten al contribuyente tributar con una menor tasación
sobre el Impuesto sobre la Renta (ISR) hasta por el plazo de diez años, esto con la
finalidad de apoyar al pequeño contribuyente que está consolidando su negocio.
Tenemos la responsabilidad como ciudadanos de tributar, pero hay que hacerlo
con eficiencia, aplicando los dos principios constitucionales del artículo 31 de
nuestra Constitución Política: la proporcionalidad y la equidad en el pago de
contribuciones.

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