Siempre en el camino empresarial o de emprendimiento llega un momento
en que surge la pregunta acerca de si es mejor desarrollar el negocio como persona natural o por el contrario formalizarse y constituir una sociedad. Este cuestionamiento puede darse pronto, cuando estás apenas pensando en la estructura de la oportunidad, o cuando ya has iniciado la actividad y encuentras algunos obstáculos para gestionar adecuadamente la empresa, e inclusive puede surgir cuando ya tienes un negocio más consolidado, pero te enfrentas a otros retos para continuar creciendo.
Según la LGS la sociedad se encuentra constituida por aportes de bien o
servicio para el ejercicio común de actividades económicas que realizaran los socios. La LGS no refiere una definición expresa de “sociedad”, sin embargo, debemos señalar que la sociedad debe distinguirse entre el acto constitutivo que la crea de la organización implícita que surge de la misma; en ese contexto, la sociedad resulta ser un contrato de prestaciones plurilaterales autónomas, es decir, cada una de las partes (socios) que interviene en la creación de la sociedad se obliga a determinada prestación (dar o hacer), que no es otra cosa que los aportes societarios.
Beneficios de crear una sociedad
Limitar la responsabilidad. permite que los socios o accionistas según sea el caso, limiten su responsabilidad hasta por el monto de capital que representan sus aportes, sin que se vea afectado su patrimonio personal.
Proteger el patrimonio personal. En línea con la limitación de la
responsabilidad de los socios, el patrimonio se verá diferenciado entre aquel que está a nivel personal y el que se aporta para la constitución de la sociedad y lo que ocurra con uno, no tendrá impacto en el otro. Construir patrimonios familiares. Será posible que a la par que crece el negocio, puedas implementar acciones para planificar el patrimonio de tu familia, sin recurrir a otras figuras más complejas. Obtener una mejor imagen profesional. No importa si tus clientes son otras empresas o consumidores finales, operar por medio de una empresa constituida legalmente, proyectará una imagen más sólida y de respaldo, que facilitará la gestión comercial y consecución de oportunidades de negocio.
Acceso a fuentes de financiación. Tener una sociedad constituida
puede facilitar la obtención de créditos y otros servicios del sector financiero, o de otras entidades especializadas, así como abrir líneas de crédito con proveedores.
Acceso a inversionistas. Recuerda que los beneficios están
relacionados, así que, si tienes una estructura detrás que te soporta, proyectas una imagen acorde con el negocio, será más viable que logres atraer nuevos inversionistas que apalanquen el crecimiento de la empresa. Presentación a licitaciones y concursos. En muchas ocasiones para participar en licitaciones y concursos púbicos, o también en concursos privados para obtener proyectos, es requisito indispensable estar constituido como empresa o al menos dará mejor soporte a tu propuesta.
Beneficios tributarios. De acuerdo con el giro de negocio, el tipo de
empresa y la legislación local, será factible que puedas obtener beneficios en la declaración de impuestos o recuperar el IVA pagado en la compra de materiales o servicios por parte de tu empresa. Para esto será necesario llevar tu contabilidad actualizada y realizar una buena planificación tributaria. Foco en el negocio. Definitivamente llegar a una decisión acertada y acorde con tu necesidad, facilitará concentrarte desarrollar el negocio y generar valor a tus clientes actuales y potenciales.
Desventajas de crear una sociedad
• Un mal entendimiento entre los socios puede traer problemas de autoridad
y de poder que podrían debilitar a la empresa.
• Implica un alto desgaste personal.
• El propietario asume el riesgo total de la empresa.
• Tiene mayor capacidad para conseguir ya que cuenta con socios.
• Depósito obligatorio de los aportes en numerario.
• Restricciones a la ampliación de capital
• El capital es indivisible.
• Solamente se pueden aportar a la sociedad bienes o derechos
susceptibles de valoración.
• Negociaciones administrativas más exigentes con las autoridades.