Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Fue en el año 1803 cuando por fruto de un mandamus, el cual es una orden
judicial de un tribunal superior a uno inferior, que fue iniciado por un alto
funcionario público; el juez Marshalll decidió no pronunciarse sobre el fondo de
la controversia e inaplicar una norma al estar en contradicción con la
constitución, de esta manera, se hizo prevalecer la norma suprema en contra de
una norma de rango inferior, y así salvaguardo el poder de la carta magna sobre
las otras normas. No cabe duda que esto se llegó a plasmar como uno de los
principales hitos del constitucionalismo, ya que fue la primera ocasión en donde
un juez determina la inaplicación de una norma por ser inconstitucional, por ello,
hoy en día, el medio de control constitucional que es ejercido por los órganos
revestidos de potestad jurisdiccional para revisar si una norma es constitucional
o no se le denomina el control difuso, en simples palabras, serán las encargadas
de verificar la constitucionalidad de las normas haciendo prevalecer la
constitución sobre cualquier otra norma que se encuentre en un rango inferior
A comienzo del siglo XX, el control difuso, el cual había surgido en Estados
Unidos comenzaba a generar ciertas dudas, ya que, se decía que era un control
imperfecto, por ello, el jurista Hans Kelsen propuso que la mejor forma de un
control de constitucionalidad seria con la existencia de un tribunal que de manera
exclusiva se dedicara a hacer una supervisión acerca de la inconstitucionalidad
de las leyes, por ello el autor propuso que el Tribunal Constitucional fuera el
órgano encargado de proporcionar el control constitucional de las normas con
rango inferior, y solo este tendría la competencia de manifestar si una norma era
constitucional o no, hoy en día, a este control se le conoce como el control
concentrado, el cual, en simples palabras, el tribunal constitucional será el ente
encargado de revisar la constitucionalidad de las normas.
1
Fix-Zamudio, Hector (1955). La garantía jurisdiccional de la Constitución Mexicana (Ensayo de una
estructura procesal del Amparo). México. D.F. UNAM, p. 57
y estudio sistemático de las tres categorías que la integran, las cuales son: la
acción, la jurisdicción y el proceso.
Nadie duda que el derecho procesal va a ser una disciplina que siempre va a
estar al servicio de un derecho material ya que su objetivo es determinar si una
situación jurídica predomina sobre otra, no obstante, esto no lo hace una
precisión del derecho material ya que quizá la confusión principal se encuentre
en la concepción que todos tienen sobre el derecho procesal, pues durante
muchos años se apreció como un fin en sí mismo , donde prevalecían las reglas
procedimentales y el formalismo sobre la cuestión de fondo, dejando de lado la
calidad del instrumento; de hecho, aquel error a inspirado a algunos
2
Peter Haberle, “ El Derecho Procesal Constitucional como Derecho Constitucional Concretizado frente
a la judicatura del Tribunal Federal Constitucional Alemán”, en Revista Iberoamericana de Derecho
Procesal Constitucional, pág.19
constitucionalistas a creer que el proceso es como un cuerpo rígido y molesto
que pone trabas en el camino de la defensa de la constitución y por ende al
encontrarse frente a un proceso donde la cuestión es la defensa de la
constitución, no se puede aceptar que los formalismos tan rígidos intervengan y
entorpezcan la esencia constitucional, razón por la que las reglas procesales
deben estar siempre un rango inferior de la constitución, sin embargo solo en
algunos caso se podría modificar siempre y cuando la constitución lo requiera.
Cabe resaltar que, al pensar que las normas procesales deban estar un rango
inferior a la constitución, se estaría dejando de lado la idea de que estas reglas
emanan también de la norma suprema y que es justamente en virtud de esta que
el proceso debe ser observado como un instrumento de tutela y no como un
grupo de reglas formales que desviaran la esencia de la cuestión de fondo que
es el cumplimiento del derecho material
Una mala percepción del derecho procesal nos lleva a pensar que este solo sirve
para poner trabas al derecho material, al ser demasiado formalista, lo cual puede
ser aceptado siempre y cuando se presente en aspectos no constitucionales,
pero al llegar a punto de salvaguardar de la norma suprema esto debe ser
reconducido, por ello el abuso de ese precepto constitucional ha servido para
que las formas del proceso se vuelvan más importantes que la finalidad que
persiguen, y es ahí en algunos casos donde la tutela jurisdiccional efectiva está
siendo amenazada por un proceso muy “formalista” por lo cual debe moldearse
para devolver el proceso a su función y su razón de ser original.
3. ¿Qué es el Proceso?
Según Juan Colombo Campbell el proceso puede definirse como “un conjunto
de actos procesales unidos por la relación procesal que, normados por un
procedimiento, tienen por objeto la solución de un conflicto la solución de un
conflicto de intereses de relevancia jurídica con efecto de cosa juzgada” 3
.
Además, también menciona que “es una relación jurídica procesal compleja que,
limitando en su competencia específica, sirve para que las partes y el tribunal
puedan realizar los actos procesales que lo integren”.4
3
Juan Colombo C. “Funciones del derecho procesal constitucional” Lima, p. 21
4
Juan Colombo C. “Funciones del derecho procesal constitucional” Lima, p. 21
Por lo expuesto anteriormente se puede definir al proceso como un conjunto
ordenado de acciones que se desarrollan de manera progresiva y dinámica para
poder lograr un objetivo determinado, en este caso, un fin de interés jurídico.
Por otro lado, el profesor Giovanni Prior menciona que “el proceso es visto como
un sistema de garantías constitucionales orientadas a la solución de un conflicto
de intereses o una incertidumbre jurídica, respecto de la protección de las
situaciones jurídicas que se alegan están siendo lesionadas o amenazadas, este
conjunto de garantías conforma lo que se denomina el derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva. De este modo el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
es un conjunto de derechos fundamentales” 5
Esto quiere decir que el proceso no son solo reglas formales, sino que es un
conjunto de reglas que pueden ser modificadas para lograr una finalidad, siempre
teniendo en cuenta que la modificación de las reglas no vulneren las garantías
procesales, las cuales son intrínsecas al proceso, y si es que se presenta algún
motivo de vulneración, se debe de realizar una debida ponderación de derecho,
ya que las garantías procesales son derechos constitucionales de igual manera
como lo son los derechos constitucionales materiales.
5
PRIORI Posada, Giovanni. La oposición a las medidas cautelares, en: Advocatus No. 24. Lima, p. 414
Acción popular, la cual se enfoca sobre normas de rango infralegal que
contravienen la constitución.
Por otro lado Domingo Belaunde indica que el derecho procesal constitucional
“es una rama del derecho procesal, que participa de su carácter como derecho
público donde el proceso, como garantía, es uno solo, y por tanto, es el tronco
de un árbol del que salen varias ramas con singularidades propias”7
Así como existen autores que defiende la posición del derecho constitucional
procesal como una rama del derecho procesal, existen otros autores que
deducen la ciencia desde el derecho constitucional, y es que alegan diciendo
que el derecho procesal constitucional es una ciencia nueva que se explica a
partir de la relación que existe entre el proceso y la constitución. No obstante
dentro de esta disyuntiva existe un punto medio que plantea el maestro Fix-
Zamudio, y es que menciona que la imprecisión que se tiene en esa materia se
debe a la limitada vinculación entre el derecho constitucional y el procesal, sin
embargo, lo cierto es que la única forma de delimitar ambas materias es la
consideración de que pueden configurarse dos materias en estudio, una llamada
derecho procesal constitucional, la cual su objetivo es el análisis de las garantías
constitucionales en sentido actual, y el derecho constitucional procesal, el cual
6
Hernández Valle, Rubén, Derecho Procesal Constitucional, Editorial Juricentro, San José de Costa Rica,
1995, págs., 35-36
7
Garcia Belaunde, Domingo, “El derecho procesal constitucional y su configuración jurídica en revista
Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional – Proceso y Constitución -, n° 2. 2004, editorial
Porrúa, México, pág. 48
va a examinar las instituciones procesales desde el ángulo y las perspectivas del
derecho constitucional.
La constitución:
8
Sagues, Nestor Pedro, Derecho Procesal Constitucional – Recurso Extraordinario, tomo I, 3, editorial
Astrea, Buenos Aires, 1992, pág. 4-5
9
Osvaldo Alfredo Gozaini, “Introducción al Derecho Procesal Constitucional, editorial Rubinial-Culioni
editores, pág. 13-14
carácter de permanencia al ser la configuradora de un sistema entero. Por otro
lado, la norma suprema configura y ordena los poderes del estado, además de
establecer límites en referencia a las libertades de ejercicio de los derechos.
Habeas corpus: que según el artículo 200 inciso 1 nos menciona que procede
ante el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona,
que vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos constitucionales
conexos.
Por otro lado, tenemos a la Acción de Amparo, que según la norma suprema
procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario
o persona, que vulnera o amenaza los demás derechos reconocidos por la
Constitución. No procede contra normas legales ni contra resoluciones judiciales
emanadas de procedimiento regular.
Tratados internacionales
No es nada extraño que se puedan tomar las normas internacionales, como los
tratados, para poder interpretar los derechos constitucionales, ya que, si
tomamos en cuenta que el proceso constitucional tiene como finalidad buscar la
tutela juridicial de los derechos fundamentales, entonces esto constituiría una
manifestación de protección de los derechos reconocidos en el artículo 25 de la
convención americana sobre los derechos humano, además de que estos
tratados tienen una jerarquía constitucional.
Legislación
Según Luis Alberto Huerta “el estudio del derecho procesal constitucional lo
constituye la legislación sobre los procesos constitucionales y la magistratura
constitucional. Aquí debe resaltarse la importancia de que ambas materias sean
desarrolladas en normas separada, es decir, que exista una legislación
específica para cada tema. En este sentido puede existir por un lado una ley de
control constitucional, y por otra parte, pueden expedirse las respectiva leyes
orgánicas del poder judicial y/o tribunal constitucional.”10
Jurisprudencia:
10
Luis Alberto Huerta, “Lineamientos para el Estudio, Análisis y Enseñanza del Derecho Procesal
Constitucional, Derecho & Sociedad tomo 23, pág, 130
Se refiere a una decisión judicial del más alto tribunal del país, que al resolver un
caso en concreto establece una línea argumentativa vinculante para el propio
tribunal y para los órganos inferiores.
Precedente vinculante
Según el artículo VII del TP del Código Procesal Constitucional nos menciona
que:
Los más altos tribunales del país pueden sistematizar criterios interpretativos de
carácter general al interpretar enunciados normativos a raíz de un caso en
concreto, estos son los llamados precedentes vinculantes, los cuales deben ser
respetados por los jueces de menor jerarquía hasta que las mismas reglas
jurisprudenciales varíen. cabe resaltar que los fundamentos que serán tomado
como precedente vinculante, tienen que estar indicado expresamente por el
Tribunal constitucional.
Doctrina:
Según Eduardo Garcia Maynez establece que “se da el nombre de doctrina a los
estudios de carácter científico que los juristas realizan acerca del derecho, ya
sea con el propósito puramente teórico de sistematización de sus preceptos, ya
con la finalidad de interpretar sus normas y señalar las reglas de su aplicación” 11
11
Introducción al estudio del derecho, op, cit, pag, 76-77
Por otro lado, el jurista argentino francisco Villamil, desde el punto de vista
etimológico, vincula a la doctrina con la enseñanza del derecho y manifiesta que
la palabra doctrina deriva del latin: doctoris, que significa enseñar, y expresa que
la doctrina designa lo afirmado como sabido o impuesto en su carácter por una
escuela determinada12
12
“Doctrina”, enciclopedia jurídica Omeba, tomo IX, Buenos Aires, 1980, p. 185