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1. ¿Cuál ha sido la evolución de la Tutela de la Constitución?

La tutela de la constitución ha tenido una evolución que ha transcurrido desde


los inicios del siglo XIX hasta el siglo XXI, esta se dio para lograr ser una
disciplina adscrita al derecho procesal.

Desde la creación de las constituciones, los juristas se han interesado en


establecer un sistema que cumpla con el rol de preservar esta norma suprema,
sin embargo, aunque todos estaban de acuerdo en que debía haber una defensa
de la constitución, el problema era la forma de hacerlo; por ello, diferentes
autores a lo largo de los años dieron su punto de vista con respecto al derecho
procesal constitucional, entre ellos tenemos:

Estados unidos: Marbury vs. Madinson:

Fue en el año 1803 cuando por fruto de un mandamus, el cual es una orden
judicial de un tribunal superior a uno inferior, que fue iniciado por un alto
funcionario público; el juez Marshalll decidió no pronunciarse sobre el fondo de
la controversia e inaplicar una norma al estar en contradicción con la
constitución, de esta manera, se hizo prevalecer la norma suprema en contra de
una norma de rango inferior, y así salvaguardo el poder de la carta magna sobre
las otras normas. No cabe duda que esto se llegó a plasmar como uno de los
principales hitos del constitucionalismo, ya que fue la primera ocasión en donde
un juez determina la inaplicación de una norma por ser inconstitucional, por ello,
hoy en día, el medio de control constitucional que es ejercido por los órganos
revestidos de potestad jurisdiccional para revisar si una norma es constitucional
o no se le denomina el control difuso, en simples palabras, serán las encargadas
de verificar la constitucionalidad de las normas haciendo prevalecer la
constitución sobre cualquier otra norma que se encuentre en un rango inferior

Austria: Hans Kelsen:

A comienzo del siglo XX, el control difuso, el cual había surgido en Estados
Unidos comenzaba a generar ciertas dudas, ya que, se decía que era un control
imperfecto, por ello, el jurista Hans Kelsen propuso que la mejor forma de un
control de constitucionalidad seria con la existencia de un tribunal que de manera
exclusiva se dedicara a hacer una supervisión acerca de la inconstitucionalidad
de las leyes, por ello el autor propuso que el Tribunal Constitucional fuera el
órgano encargado de proporcionar el control constitucional de las normas con
rango inferior, y solo este tendría la competencia de manifestar si una norma era
constitucional o no, hoy en día, a este control se le conoce como el control
concentrado, el cual, en simples palabras, el tribunal constitucional será el ente
encargado de revisar la constitucionalidad de las normas.

Argentina: Niceto Alcalá Zamora y Castillo

El mencionado jurista español, fue un experto en la rama de derecho procesal,


por lo que, en su estancia, en México como argentina, lanzó por primera vez el
concepto de Derecho Procesal Constitucional el cual hace referencia a que la
defensa de la constitución política debería producirse a través de los procesos,
cuya finalidad sea la protección de la misma constitución

No obstante, con el pasar de los años este concepto fue desvaneciéndose


paulatinamente, sin embargo, fue entonces cuando Fix Zamudio saco a relucir
nuevamente este concepto a través de su tesis elaborada para obtener su
licenciatura.

Mexico: Hector Fix-Zamudio

Fue el profesor Fix-Zamudio el encargado de desarrollar y sistematizar al


derecho procesal constitucional como una disciplina distinta, cuya aparición se
dio en su trabajo de tesis de licenciado en derecho, ya que dentro de su trabajo
consideraba la existencia de “una disciplina instrumental que se ocupa del
estudio de las normas que sirven de medio para la realización de las
disposiciones contenidas en los preceptos constitucionales, cuando estos son
desconocidos, violados o existe incertidumbre sobre su significado; siendo esta
materia una de las ramas más jóvenes de la ciencia del derecho procesal, y por
lo tanto, no ha sido objeto todavía de una doctrina sistemática que defina su
verdadera naturaleza y establezca sus límites dentro del inmenso campo del
derecho”1. Añadiendo a lo expuesto, podemos mencionar que el derecho
procesal constitucional es una disciplina jurídica que se va a encargar del análisis

1
Fix-Zamudio, Hector (1955). La garantía jurisdiccional de la Constitución Mexicana (Ensayo de una
estructura procesal del Amparo). México. D.F. UNAM, p. 57
y estudio sistemático de las tres categorías que la integran, las cuales son: la
acción, la jurisdicción y el proceso.

En síntesis, el derecho procesal constitucional está destinada a proporcionar a


un país normas eficaces para la protección jurisdiccional de su constitución.

2. Tutela de la Constitución: ¿Derecho Procesal o Derecho Constitucional?

A ciencia cierta no está precisado si el derecho procesal constitucional pertenece


tanto al ámbito procesal, o al ámbito constitucional, sin embargo, existe un grupo
de autores que consideran que nos encontramos ante un derecho constitucional
concretizado, como por ejemplo “Peter Haberle”, el cual menciona que “el
derecho procesal constitucional significa en dos sentidos la concretización de la
constitución. De un lado es por sí mismo un derecho constitucional concretizado,
y por el otro le sirve al TFCA 2(Tribunal Federal Constitucional Alemán) a
concretizar la constitución”, no obstante, también existen autores que discrepan
contra este pensamiento ya que dicha afirmación ha servido para cometer
grandes violaciones a las garantías constitucionales procesales, mencionando
que todo se realiza con un fin constitucional que debe prevalecer.

Si seguimos con la teoría que afirma que el derecho constitucional es un derecho


concretizado, nos encontraríamos con algo irracional, ya que también existiría
dentro del ámbito civil y nos toparíamos con el derecho civil concretizado, de
mismo modo pasaría si estamos frente a la materia laboral, se diría que estamos
frente al derecho laboral concretizado.

Nadie duda que el derecho procesal va a ser una disciplina que siempre va a
estar al servicio de un derecho material ya que su objetivo es determinar si una
situación jurídica predomina sobre otra, no obstante, esto no lo hace una
precisión del derecho material ya que quizá la confusión principal se encuentre
en la concepción que todos tienen sobre el derecho procesal, pues durante
muchos años se apreció como un fin en sí mismo , donde prevalecían las reglas
procedimentales y el formalismo sobre la cuestión de fondo, dejando de lado la
calidad del instrumento; de hecho, aquel error a inspirado a algunos

2
Peter Haberle, “ El Derecho Procesal Constitucional como Derecho Constitucional Concretizado frente
a la judicatura del Tribunal Federal Constitucional Alemán”, en Revista Iberoamericana de Derecho
Procesal Constitucional, pág.19
constitucionalistas a creer que el proceso es como un cuerpo rígido y molesto
que pone trabas en el camino de la defensa de la constitución y por ende al
encontrarse frente a un proceso donde la cuestión es la defensa de la
constitución, no se puede aceptar que los formalismos tan rígidos intervengan y
entorpezcan la esencia constitucional, razón por la que las reglas procesales
deben estar siempre un rango inferior de la constitución, sin embargo solo en
algunos caso se podría modificar siempre y cuando la constitución lo requiera.

Cabe resaltar que, al pensar que las normas procesales deban estar un rango
inferior a la constitución, se estaría dejando de lado la idea de que estas reglas
emanan también de la norma suprema y que es justamente en virtud de esta que
el proceso debe ser observado como un instrumento de tutela y no como un
grupo de reglas formales que desviaran la esencia de la cuestión de fondo que
es el cumplimiento del derecho material

Una mala percepción del derecho procesal nos lleva a pensar que este solo sirve
para poner trabas al derecho material, al ser demasiado formalista, lo cual puede
ser aceptado siempre y cuando se presente en aspectos no constitucionales,
pero al llegar a punto de salvaguardar de la norma suprema esto debe ser
reconducido, por ello el abuso de ese precepto constitucional ha servido para
que las formas del proceso se vuelvan más importantes que la finalidad que
persiguen, y es ahí en algunos casos donde la tutela jurisdiccional efectiva está
siendo amenazada por un proceso muy “formalista” por lo cual debe moldearse
para devolver el proceso a su función y su razón de ser original.

3. ¿Qué es el Proceso?

Según Juan Colombo Campbell el proceso puede definirse como “un conjunto
de actos procesales unidos por la relación procesal que, normados por un
procedimiento, tienen por objeto la solución de un conflicto la solución de un
conflicto de intereses de relevancia jurídica con efecto de cosa juzgada” 3
.
Además, también menciona que “es una relación jurídica procesal compleja que,
limitando en su competencia específica, sirve para que las partes y el tribunal
puedan realizar los actos procesales que lo integren”.4

3
Juan Colombo C. “Funciones del derecho procesal constitucional” Lima, p. 21
4
Juan Colombo C. “Funciones del derecho procesal constitucional” Lima, p. 21
Por lo expuesto anteriormente se puede definir al proceso como un conjunto
ordenado de acciones que se desarrollan de manera progresiva y dinámica para
poder lograr un objetivo determinado, en este caso, un fin de interés jurídico.

Por otro lado, el profesor Giovanni Prior menciona que “el proceso es visto como
un sistema de garantías constitucionales orientadas a la solución de un conflicto
de intereses o una incertidumbre jurídica, respecto de la protección de las
situaciones jurídicas que se alegan están siendo lesionadas o amenazadas, este
conjunto de garantías conforma lo que se denomina el derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva. De este modo el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
es un conjunto de derechos fundamentales” 5

Esto quiere decir que el proceso no son solo reglas formales, sino que es un
conjunto de reglas que pueden ser modificadas para lograr una finalidad, siempre
teniendo en cuenta que la modificación de las reglas no vulneren las garantías
procesales, las cuales son intrínsecas al proceso, y si es que se presenta algún
motivo de vulneración, se debe de realizar una debida ponderación de derecho,
ya que las garantías procesales son derechos constitucionales de igual manera
como lo son los derechos constitucionales materiales.

Dentro de las garantías procesales que existen en nuestra normativa peruana


encontramos al:

 Habeas corpus, el cual, su ámbito de protección abarca el derecho a la


libertad y seguridad personal, además de otros derechos conexos.
 Habeas data, el cual resguarda el derecho al acceso a la información
pública.
 Acción de amparo, que es el encargado de generar protección hacia los
derechos no resguardados por el Habeas Corpus y el Habeas Data.
 Proceso de cumplimiento que procede contra cualquier autoridad para
que esta cumpla con los actos y resoluciones administrativas
 Proceso de inconstitucionalidad que procede contra las normas con rango
de ley que contravengan a la constitución

5
PRIORI Posada, Giovanni. La oposición a las medidas cautelares, en: Advocatus No. 24. Lima, p. 414
 Acción popular, la cual se enfoca sobre normas de rango infralegal que
contravienen la constitución.

En nuestro ordenamiento existe un código procesal constitucional el cual se


encarga de tutelar las normas directamente aplicables, regulando los procesos
constitucionales de tal forma que obtenga la eficacia inmediata, siempre teniendo
como horizonte a la tutela jurisdiccional efectiva.

4. ¿El Derecho Procesal Constitucional es una rama o ciencia autónoma?

Rubén Hernández sostiene que “en el proceso constitucional se tutelan dos


bienes jurídicos, los derechos fundamentales de los ciudadanos y el principio de
la supremacía constitucional6”, de ahí se genera que existan diversos tipos de
procesos los cuales van a responder a necesidades diferentes.

Por otro lado Domingo Belaunde indica que el derecho procesal constitucional
“es una rama del derecho procesal, que participa de su carácter como derecho
público donde el proceso, como garantía, es uno solo, y por tanto, es el tronco
de un árbol del que salen varias ramas con singularidades propias”7

Así como existen autores que defiende la posición del derecho constitucional
procesal como una rama del derecho procesal, existen otros autores que
deducen la ciencia desde el derecho constitucional, y es que alegan diciendo
que el derecho procesal constitucional es una ciencia nueva que se explica a
partir de la relación que existe entre el proceso y la constitución. No obstante
dentro de esta disyuntiva existe un punto medio que plantea el maestro Fix-
Zamudio, y es que menciona que la imprecisión que se tiene en esa materia se
debe a la limitada vinculación entre el derecho constitucional y el procesal, sin
embargo, lo cierto es que la única forma de delimitar ambas materias es la
consideración de que pueden configurarse dos materias en estudio, una llamada
derecho procesal constitucional, la cual su objetivo es el análisis de las garantías
constitucionales en sentido actual, y el derecho constitucional procesal, el cual

6
Hernández Valle, Rubén, Derecho Procesal Constitucional, Editorial Juricentro, San José de Costa Rica,
1995, págs., 35-36
7
Garcia Belaunde, Domingo, “El derecho procesal constitucional y su configuración jurídica en revista
Iberoamericana de Derecho Procesal Constitucional – Proceso y Constitución -, n° 2. 2004, editorial
Porrúa, México, pág. 48
va a examinar las instituciones procesales desde el ángulo y las perspectivas del
derecho constitucional.

En el Perú, el maestro Nestor Pedro Sagues menciona que “el derecho


constitucional procesal es un sector del derecho constitucional que se ocupa de
algunas instituciones procesales reputadas fundamentales por el constituyente
(…) en cambio, el derecho procesal constitucional, es una rama del mundo
jurídico que se sitúa en el derecho procesal, y atiende a los dispositivos
procesales destinados a asegurar la supremacía constitucional.”8

En resumen, el desacuerdo sobre el área donde prevalece el estudio de la


disciplina tiene 3 posiciones diferentes según Osvaldo Alfredo Gozaíni:

La primera deduce que el análisis del derecho procesal constitucional compete


principalmente al derecho constitucional ya que de esta emergen la temática
sobre la que versan los procesos y conflictos constitucionales. En segundo lugar,
se ubica la disciplina como un capítulo de derecho procesal, el cual se dice que
es una rama netamente procesal, cuya naturaleza no ofrece distintos problemas
que los del derecho procesal en general, por ultima la tercera, es una posición
ecléctica, ya que reconoce elementos constitucionales y procesales sin que uno
supere al otro.9

5. ¿Cuáles son las fuentes del Derecho Procesal Constitucional, explique y


describa cada una de ellas?

Dentro de las fuentes del derecho procesal constitucional encontramos:

La constitución:

La constitución constituye la primera fuente que se debe tomar en cuenta para


el estudio de los procesos constitucionales, Es denominada también como la
norma suprema en la mayoría de los países, lex superior, ya que en primer lugar,
esta define el sistema de fuentes formales de derecho, por lo que solo por
dictarse conforme a lo dispuesto en la constitución, una norma de rango inferior
será válida si es que guarda relación con la norma suprema y segundo, tiene un

8
Sagues, Nestor Pedro, Derecho Procesal Constitucional – Recurso Extraordinario, tomo I, 3, editorial
Astrea, Buenos Aires, 1992, pág. 4-5
9
Osvaldo Alfredo Gozaini, “Introducción al Derecho Procesal Constitucional, editorial Rubinial-Culioni
editores, pág. 13-14
carácter de permanencia al ser la configuradora de un sistema entero. Por otro
lado, la norma suprema configura y ordena los poderes del estado, además de
establecer límites en referencia a las libertades de ejercicio de los derechos.

Dentro de la constitución encontramos las llamadas garantías constituciones, las


cuales son:

Habeas corpus: que según el artículo 200 inciso 1 nos menciona que procede
ante el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona,
que vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos constitucionales
conexos.

Por otro lado, tenemos a la Acción de Amparo, que según la norma suprema
procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario
o persona, que vulnera o amenaza los demás derechos reconocidos por la
Constitución. No procede contra normas legales ni contra resoluciones judiciales
emanadas de procedimiento regular.

También encontramos al Habeas data, en el artículo 200 inciso 3, el cual procede


contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o
persona, que vulnera o amenaza los derechos a que se refiere el Artículo 2°,
incisos 5), 6) y 7) de la Constitución.

El Proceso de inconstitucionalidad nos menciona que actúa contra las normas


que tienen rango de ley: leyes, decretos legislativos, decretos de urgencia,
tratados, reglamentos del Congreso, normas regionales de carácter general y
ordenanzas municipales que contravengan la Constitución en la forma o en el
fondo.

Por otro lado, la Acción popular procede, por infracción de la Constitución y de


la ley, contra los reglamentos, normas administrativas y resoluciones y decretos
de carácter general, cualquiera sea la autoridad de la que emanen.

Y por último tenemos la acción de cumplimiento que procede contra cualquier


autoridad o funcionario renuente a acatar una norma legal o un acto
administrativo, sin perjuicio de las responsabilidades de ley.

Tratados internacionales
No es nada extraño que se puedan tomar las normas internacionales, como los
tratados, para poder interpretar los derechos constitucionales, ya que, si
tomamos en cuenta que el proceso constitucional tiene como finalidad buscar la
tutela juridicial de los derechos fundamentales, entonces esto constituiría una
manifestación de protección de los derechos reconocidos en el artículo 25 de la
convención americana sobre los derechos humano, además de que estos
tratados tienen una jerarquía constitucional.

No obstante, la interpretación de las normas internacionales no es la única fuente


del derecho procesal constitucional, ya que las decisiones adoptadas por los
tribunales internacionales según tratados de los que Perú es parte, también
podrían ser parte de interpretación.

Legislación

Según Luis Alberto Huerta “el estudio del derecho procesal constitucional lo
constituye la legislación sobre los procesos constitucionales y la magistratura
constitucional. Aquí debe resaltarse la importancia de que ambas materias sean
desarrolladas en normas separada, es decir, que exista una legislación
específica para cada tema. En este sentido puede existir por un lado una ley de
control constitucional, y por otra parte, pueden expedirse las respectiva leyes
orgánicas del poder judicial y/o tribunal constitucional.”10

Lo conveniente sería que ambas materias puedan encontrarse en un solo cuerpo


legal, como lo es en el caso del Código Procesal Constitucional peruano, el cual
contiene un título preliminar y trece títulos, de los cuales se establece el marco
normativo de todos los procesos constitucionales del Perú, para poder garantizar
la supremacía normativa de la constitución, no obstante, esta no sería la única
fuente legislativa que podría ser utilizada como fuente, ya que también existe la
ley orgánica del tribunal constitucional.

Jurisprudencia:

10
Luis Alberto Huerta, “Lineamientos para el Estudio, Análisis y Enseñanza del Derecho Procesal
Constitucional, Derecho & Sociedad tomo 23, pág, 130
Se refiere a una decisión judicial del más alto tribunal del país, que al resolver un
caso en concreto establece una línea argumentativa vinculante para el propio
tribunal y para los órganos inferiores.

Por otro lado, la jurisprudencia constitucional se refiere a la interpretación y


aplicación de las leyes por parte de los jueces a las normas con rango de ley
siguiendo ciertos preceptos y principios constitucionales, además de que estas
resoluciones sean dictadas por el Tribunal Constitucional.

Precedente vinculante

Según el artículo VII del TP del Código Procesal Constitucional nos menciona
que:

“Las sentencias del Tribunal Constitucional que adquieren la autoridad de cosa


juzgada constituyen precedente vinculante cuando así lo exprese la sentencia,
precisando el extremo de su efecto normativo. Cuando el Tribunal Constitucional
resuelva apartándose del precedente, debe expresar los fundamentos de hecho
y de derecho que sustentan la sentencia y las razones por las cuales se aparta
del precedente”

Los más altos tribunales del país pueden sistematizar criterios interpretativos de
carácter general al interpretar enunciados normativos a raíz de un caso en
concreto, estos son los llamados precedentes vinculantes, los cuales deben ser
respetados por los jueces de menor jerarquía hasta que las mismas reglas
jurisprudenciales varíen. cabe resaltar que los fundamentos que serán tomado
como precedente vinculante, tienen que estar indicado expresamente por el
Tribunal constitucional.

Doctrina:

Según Eduardo Garcia Maynez establece que “se da el nombre de doctrina a los
estudios de carácter científico que los juristas realizan acerca del derecho, ya
sea con el propósito puramente teórico de sistematización de sus preceptos, ya
con la finalidad de interpretar sus normas y señalar las reglas de su aplicación” 11

11
Introducción al estudio del derecho, op, cit, pag, 76-77
Por otro lado, el jurista argentino francisco Villamil, desde el punto de vista
etimológico, vincula a la doctrina con la enseñanza del derecho y manifiesta que
la palabra doctrina deriva del latin: doctoris, que significa enseñar, y expresa que
la doctrina designa lo afirmado como sabido o impuesto en su carácter por una
escuela determinada12

En síntesis, se conoce como doctrina a todos los estudios y teorías científicas


que se han expresado en libro, tratados, etc, que contribuyen a los juristas y
legisladores interpretar, aplicar y construir la ciencia del derecho.

12
“Doctrina”, enciclopedia jurídica Omeba, tomo IX, Buenos Aires, 1980, p. 185

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