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Ingeniería en Energías Renovables

Desarrollo de Sistemas de Energía Solar

Unidad 6
Aplicaciones de la Energía Solar Térmica

6.1 Introducción

Autora:
M.C. Esmeralda López Garza
Unidad 6
Aplicaciones de la energía solar térmica

6.1 Introducción
El sector transporte y la industria, con un 42% y un 31% del consumo de la energía
final, requieren de combustibles y calor. Estas necesidades energéticas,
fundamentalmente en los rangos de temperatura media (< 400°C) y alta (>600°C),
podrían cubrirse mediante la integración de sistemas solares de colectores cilindro-
parabólicos y torre, respectivamente. En lo que se refiere a los combustibles, en la
actualidad, su origen es fósil. La síntesis de otros más limpios como el hidrógeno,
bioetanol o biodiesel está basada generalmente en reacciones endotérmicas que
requieren el aporte de calor. Así pues, la utilización de la energía solar en estos
procesos podría reducir enormemente la dependencia energética de los
combustibles fósiles, así como las emisiones de CO2.

La producción de hidrógeno como vector energético limpio está siendo una de las
prioridades de investigación en el ámbito mundial. Entre los métodos para producir
hidrógeno con energía solar (procesos fotoquímicos, electroquímicos,
termoquímicos y combinaciones de éstos), aquéllos que hacen uso de la radiación
solar concentrada presentan muchas posibilidades de desarrollo. Entre ellos cabe
distinguir la electrólisis a alta temperatura y los métodos termoquímicos.

En la electrólisis a alta temperatura se utiliza el calor para calentar el agua y


disminuir la energía eléctrica necesaria para disociar la molécula. El suministro del
calor y la electricidad proceden de colectores cilindro-parabólicos, receptores
centrales o discos parabólicos. La obtención de hidrógeno mediante la ruptura
térmica de la molécula de agua presenta algunos inconvenientes que dificultan su
desarrollo. Por un lado, las elevadas temperaturas que se precisan para obtener un
grado de disociación razonable (superiores a 2500 °K), lo que implica problemas de
materiales; y por otro un incremento de las pérdidas por re-radiación, disminuyendo
así la eficiencia térmica del sistema. A esto hay que añadir que al generarse el
hidrógeno y el oxígeno en el mismo lugar es preciso utilizar técnicas efectivas de
separación para evitar su recombinación. Estos tres inconvenientes son la causa de
que no exista de momento ninguna planta piloto en la que se lleve a cabo este
proceso y que se busquen métodos alternativos, entre los que se encuentran los
ciclos termoquímicos.

Los ciclos termoquímicos engloban un conjunto de reacciones sucesivas basadas


en procesos de oxidación-reducción que reducen la temperatura necesaria para la
disociación hasta valores comprendidos entre los 800 y 1500 K. A medio plazo, las
tecnologías de concentración solar también podrían ser utilizadas en procesos de
descarbonización de combustibles fósiles, como el cracking de gas natural o
petróleo, el reformado de gas natural, petróleo o hidrocarburos ligeros, y la
gasificación del carbón y otros hidrocarburos pesados.

En todos estos procesos la radiación solar se emplea como fuente calorífica para
llevar a cabo una reacción endotérmica. Para conseguir las elevadas razones de
concentración necesarias, se utilizan sistemas de receptor central o discos
parabólicos. A la hora de decidir los ciclos a solarizar se tiene en cuenta factores
tales como el número de reacciones implicadas (a más reacciones, más
complejidad), las temperaturas máximas de trabajo, la disponibilidad y costo de los
reactivos, el poder corrosivo de los mismos, la necesidad o no de transporte de
sólidos, etc.

El par rédox que se perfila actualmente como más apropiado para el ciclo
termoquímico de dos pasos basado en la reducción de óxidos metálicos es el del
ZnO y Zn. El primer paso, a temperaturas de 2000 K y superiores, consiste en la
reducción del óxido a metal (u óxido metálico de menor valencia) con
desprendimiento de oxígeno. Este proceso también se puede realizar utilizando
carbón o gas natural como agentes reductores (reducción carbotérmica). El
segundo paso, consistente en la hidrólisis exotérmica del agua para formar
hidrógeno y el correspondiente óxido metálico, presenta experimentalmente una
tasa de conversión razonable a temperaturas del orden de los 700 K. Basado en el
primer paso de esta reacción, el proyecto europeo SOLZINC (2001-2005) fue el
primero en usar con éxito la energía solar en una planta piloto para crear energía
almacenable a partir de un mineral de metal. Así, mediante la reducción
carbotérmica del ZnO a Zn, la energía solar puede convertirse en combustible
químico, ser almacenada durante largos períodos de tiempo y transportarse a
grandes distancias.

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