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&
La puerta olvidada
La llave
Lapuerta olvidada
norma "",igu"[IIIIffi
Andrés se encuentra un dfa no
o.
E
t!
sirve para abrir ninguna de las
puertas de su casa. pero su padre
!,
Paul Maar
recuerda una puerta olvidaáa
en la =
§c
pared del fondo del desván... IR
iy
deciden abrirla.l ü
OJ
E'
Paul Maar E
co
Nació en Alemania. Brudió Bellas (J
!o
Artes y fue profesor durante l0 R
años. Es autor e ilustrador de 5
libros
infantiles. Ha escrito obras de
teatro y guiones de televisión para
niños. Sus obras han recibido
prelios inremacionales y se han
raducido a varios idiomas. Vive en
Bamberg, Alemania.
cc il05t
cc 260t t05 I
ISBN 95t-o4-r489_X
]ilffi/Jililüilffiflil
www, librerianorrna.com
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Contenid'¡
fT..r
I
L odo empezó un día completa-
rnente normal, en una farnilia com-
¡:letarnente. norn]al y durante un al-
nruerzo r:ompletamente normal.
El c1ía completamente norrnal era
viernes,
La familia c,rmp.letarnente normal
era la familia Buenahora.
-Esta
es tra farnilia Buenahora:
Guillermr¡ Buenahora, de 36 años
de edacl, es el padre.
Helr:na Buenahora, áe 34 años, es
la rn-adre.
Margárita, á. to uáor, és iu hi¡a.
Andiés, qt e aiaba dé cilmplir deis
año's y pronto entrará a la cscuela,
es e[ hijo.
EI almuerzo complctanrentc nor,
E
mal era éste: Espinacas con crema,
papas y filete de pcscado.
Primero, el padre se sirvió espina-
cas y le pasó la bandeja a la madre.
Luego, la madre se sirvió espina-
cas y le pasó la bandeja a Margarita.
Margarita dijo:
saben que a mí no me
-iUstedes
gustan las espina.uí! [e pasó la
bandeja a Andrés. -y
Y ahÍfue cuando la historia empe-
z6 de verdad.
Andrés dijo:
mí rne encantan las espina-
-iA
cas!
Luego tomó el.cucharón y cuan-
do iba a servirse una buena canddad
de espinacas, algo cayó de su manga
IPLAFI y aternzó directamente en
la bandeja, salpicanclo con espinacas
a [a familia. Todos quedaron con la
cara llena de manchitas verdes.
Andrés asusta- --Salló delbolsillo de mipantalón
do.-iPerdórr!
-dijo explicó Anclrés. Primero la tenía r:n
fue eso? --preguntaron el bolsillo del pantalón, pero como
su-lQué
padre, su madre y Margarita casi no podía senta-rme bien con ella allí,
al misrno tiernpo. nre la metí en Ia manga.
':] l^! se me cayó en ta bandeja *-il{o, no! i-o que quiero saber es 11
-Algo Andrés con voz casi imper- cémo llegír la [[ave a[ bolsiilo de ru
-di1o
ceptibte. pantalón --preguntó Ia madre"
sencillo, yc, la puse ahíl
--Ya nos dimos cuenta -dijo
su
padre y se limpió las espinacas de la -iMuyiEs que no me entiendes?
punta de la ¡¡¿¡i7-. jY qué fue?
-.No.
--cli¡o la rnadre un poco incómoda
Anrjrés con'lenzó a busc.ar con la ya-. Quiero saber de dónde sacaste
cuchara por entre las espina.cas. la llave.
está, tire esto! y sa- '-_Ah, i1,a entienclo! Me la encnn-
-iAquí -dijo
có de [a bandeja un objeto alargaclo. tré"
Cuando lo cr¡locó sc¡bre su plato, tin- dclndei
tineó. -¿Y
Andrés refiexionó un momento.
El objeto se veía verCe y estaba cu- *-Aquí, debajo de Ia mesa, creo.
bierto de espinacas. Al parecer se tra- O entre e[ florero. Ya no rne acuerdo
taba de una gran llave antigua. bien.
llave! --gritó la madre sor- de la mesa o entre el
-iUna
prendida-" iDe dónde la sacastel -iDeLrajc',
florero! --.dijo Margarita remedán-
clolo-. iincreíble que seas tan olvi-
--De misentirn.iento
manga
-i{ijo
Andrés
con cierto de culpa-. dadizo!
Se me cayó. Andrés se encogió t{e hornbros.
Lo que yo quiero saber es --De verclad que no rne acuerdo
-No.
curno fue a dar csa llave a tu manga --Raro, imuy rarol el
padre. -añadió
la madre.
-dijo
Pero no se estaba refiriendo a An-
--\*
drés.
Luego, tomó la llave con los dedc,s ir\
1^
\, -\ ;
,.."
i,r ,'
i¡*i ! I i
'§ '\,i,1-/ i
es 1o raro? la
-iQué
madre desde la mesa. -preguntó _*Ya [a he prohado en todos los
conozco muy bien. Es la mis- atmarios y no tre sirve a nínguno _-di'
-La
ma llave que perdí de rriño --le expli- jo Andrés--. Y tampoco a tlinguna
có el padre. En esa épr-rca la busqué pirerta.
puer-
durante semanas enteras sin encon. --iI-.a puerta! Pero claro, ila
trarla. Y ahora aparece aquí, de un tal -*exclamó el padre sobresalta-
momento a otro. do_* lCónro pude haberia olvidado?
Todos se acercaron a mirar la ex. Con eltra se puede abr.ir la puerta que
traña llave. queda en el fondo del desván-
dónde es esa llavel --pre- Y sin pensarlo d,:s veces subió a
-iDe
guntó la madre. tocla prisa las escalel'as, con la llave
eI padre y refle- en la rnano. E[ resto 'ie la farnilia co'
-Hrnm...
xionó un rato.-dt¡o rrió tras é]..
todos modos no tiene por ---lDe qué puerta está hablando?
-De
qué estar entre las espinacas ia mac{re mientras 1o se'
servó Margarita. -ob. -preguntó
guía escaleras arriba.
podrá haber urra puer-
ta -iDónde
en ese lugarl Margari" *]t-*"-7'.^*'";.
-preguntó
ta, que corría detrás de su rnadre. rI ." ,!,¿
i : ,/ ,.1t"
--..Yb nunca he visto una puerta I i -r' .""r
'L,} .:l''
allí Andrés que iba de últi. ¿'.
a -dijo
rrl.o--. iNo corran tanto que rnc de.
..rr¿
l
--Desaparecié... ila puerta ya no es tan grave, papá _-,Ci¡o-"
está ahí! finalmente, Estaba -No otras puertas, hay más que
Tbnemos
-dijo
muy confundido y movía [a cabeza suf,cientes en esta casa. Ven, baje-
de un laclo a ot.ro sin parar. mos que la comida se va a enfriar.
posible que alguien la haya
? -Es
tapado con ladrillos... Andrés
para corrsolarlo. -dijo
si fuera así se vería.el sitio
-Pero
en donde estaba antes lapr"rerta-_in-
terrumpió Margarita.
--¿A dónde lle''¿aba tu farnosa
puertal Aquí estamos en el tercer pi-
so. Al omo la,Jo de la puerta no hay
sino vacío. El que la hubiera atrave-
saclo se habría caído ai patio ---co-
mentó la madre como si dudara.
razón. Tienes razón _-_
-Tienes
contestó el padre en voz baja y se sen-
tó en un asiento vie3o y eurpolvado-.
A pesar de todo, yo creo que aquí
existía una puerta. Aunque tal vez
me engane; han pasaclo casi 30
años.
El padre se vcía tarr triste que lvlar-
garita le puso el brazo alrecleclor de
tros hombros.
Z. La puerta
I}
.il-Jos rfías más tarde, el doinin-
go, Andrés entró corno una tromba
en la habitación de los niños. Estaba
muy excitado"
--*ila vi! iSí existel iEs verdadl
--gritaba.
Margarita estaba vistiéndose, sen-
tacla err el borde de la catrna, y dejó
caer las rnedias del susro que Andrés
le dlo.
__-iPor qué gritas tanto? --pregun-
tó rtrisgustada--. iQué pasa?
puertal Andrés-.
Fui-ll-a -gritó
at desván, quería volver a buscar
la puerta y, de pronto, la puerta esta-
ba ahí" I{o sé por qué no la vimos el
otro día.
,o -iYa
se 1o diliste a papá/ --pre- 11
tl
I
**-Bien. Vr-,y por mi ctreaqueta y sa-
limos el pacir:e entusiasr-rrado.
-dijo
Poco después los ffes se despeclían
de la madre delante de la puerta.
verctad no quieres venir
¿Lt
-lDe
con nosotrosl etr padre. 3. El X:acfre se vuetve niñc
-preguntó
de verdact que tlo. For fa-
-NIo,
vor, regresen a las doce para almor-
zat y, ique les vaya bienl
¡\
'*. -"-. '-- t¡
h \lii ii
-Estoy
viendo algo muy distinto '-\"-d ilil i
confundida-. Papá, ino no- ir '".J.\
-dijo ")r, -ri*Í I
tas nada rarcl? i,
El padre se detuvo y preguntó: \¿¿
...-...i::::::..::_\
L'
,--;......ji.....\.,
t: t
-{--...-i-.._._.._-- '{ -...--.-.-,-'.-J
_.*,2 I
ño-l'ú.,. Margarita;
-balbuceó
pequeño? el Su voz tarnbién trabía cambiado, y
-lMás
padre y bajó la vista. -preguntó
Parecía que se ahora hablaba como ttn niño.
hubier.a vestido con [a ropa de su her- Qué vas a hacer cuando te vuei-
mano mayo! Ia chaqueta le daba has-
-i
vas todavía más pequeño?
ta las rodillas. tó Margarita sorprendida-pregun-
un poco
;; raro! y se remangó molesta. '),:"'
-iQué -dijo
los pantalones-. Tienes razón. iTú creo que rne achiqlre mu-
a también te has achicadol
-No
cho mas su pad,re sin preocu-
_*No Margarita.
-dijo ihagamos una carre-
parse-. Vamos,
-dr1oy2, apúrense! ra! A ver quién ilega cle prirnero al
-iVengail
Andrés con impacien.cia. -gritó bosque.
Margarita y su padre si"guieron ca- Y salió corriendo con toda la rapi-
minando. Entonces, Margarita pudo dez que le permitían sus piernas.
observar exactamente lo que estaba se vale! iTú arrancaste an-
pasando: Su padre se ernpequeñecía -iNo
tes que nosotros! "-gritó Andrés, co-
más con cada paso que daba. rriendo rras é1.
Cuando llegaron a la cirna de la Margarita se queCó quieta un
colina, el padre era apenas más alto momento más. Cuanclo notó que su
que Andrés. Pero no solamente se padre se había vuelto tr:davía más
había reducido de tamaño, sin,c que pequeño, salió corriendo también.
ya no parecía un adulto. Los tres alcanzaron la orilla del
te has rejuvenecidol -- bosque casi al misrno tiemprl y se
-iPapá,
di¡o Andrés admirado. echaron en la hierba jadeantes, en
El padre se veía como un niño de medio de ruidosas carcajadas.
siete años.
bueno que ahora tengo ti-
-iQué
ralltes sonriendo-, o si no se
-dijo
me caerían los pantaiones!
4.ELcanguro y la cacatria
clrbierta de unmusgo caÍé muylanu- quedar tieso del miedo. Esta vez de-
do y en la cima crecían dos extraños moró casi un cuarto de hora para re-
árboles. Eran muy peclueñ.os, y casi cuperarse un pc,co. Luego pregunté:
no tenían hojas. eres túl
-iQuién
me llamó Andrés, ésta es
Entonces vieron qué era 1o que pro- -Yo y éste es papá
ducía el ruido: Un canguro que daba Margarita
Andrés con presteza. -explicó
grandes saltos por entre el bosque.
-- ih.4iren! illn canguro! En ese momento un pájaro desgre"
el padre sorprendido"
-gritó ñado sacó ta" cabeza de la bolsa del
El animalquedó paralizado del sus- canguro y gritó con voz estridente:
to en la mitad de uno de sus saltos. iQué nombre más raro
-iPapá?
para url niño! iPapá, papá, jejeje!
El padre había gritado justamente
cuando el animal se había despega- el pequeño no sabe 1o
-Perdón,
que dice -*cllio el canguro avergon-
do del suelo, y, por esa razón, había
quedadci colgando err el aire, como zado, y a toda prisa empujó al pájaro
congelado a un metro c{el suelo. nuevamente dentro c{e la bolsa.
Luego de un rato rnovió los ojos, -§i quieren, me pueden llamar
hacia un lado con mucha precaución "Guillo"-propuso el padre-. 'uPa-
y miedo, hasta que los vio a los dos. pá" no es un nombre de niño.
Respiró aliviado y cayó a tierra El pájaro volvió a sacar la cabeza
con un fuerte "plop". de la bolsa del canguro y gritó:
I
e[ enano,
-Guill,t
gordo marrano,
se pone un abrigo
durante el verano.
l§
AA es níngún abrigo, es mi cha-
JA
-No
queta Guillo un poco ofendi-
-diio
do-. No tengo la culpa de que nre
llegue hasta los piesy i{e que rne que-
de demasiado ancha. Esta rnañana
todavía me quedaba buena.
_-lEstudiante de intercambio?-
-__iNti le pongas arención! El pe- Guillo sorprendido.
-preguntó
Margari"ta se apresuró a explicar:
queño no sabe nada de nada
ei canguro y, enojado, ernpujó-dl1o
al pá-
--Thrnbien existen en nuestra es.
jaro dentrc¡ de Ia bolsa. cuela. LJna vez al año, nos visitan
iéste es... es su hiio? alumnos de algútr país vecino; y
-Dígarne,Margarita muy car:tetro- alurnrros de nuestra escuela también
-preguntó
samente. pasan temporadas en alguno de esos
_-iNo se rrota que es una cacatlial países.
el canguro rnolestcl, es, asíes el can-
-preguntó
.-iClaro que sí! Pero, ipor qué tie- -Así -murmuró
Buro*-. Nr.restro hijo pasa urrá sefir&-
ne una cacatúa en la bolsa? na clc¡nc{e las cacatrias y esta caca-
El canguro sostenía la bolsa con la túa pasa una semana con nosotros.
mano izquierda, indicó hacia eila y Este es un diablillo muy consentido,
murmuró muy ss[smnemente. aquí entre nos. Simplemente, no Ie
__iEs un estudiante de intercarn- gusta saltar. iY siempre protesta por
bio! Nuestro estudiarrte de intercam- la cornida!
bio.
I
A1 parecer la cacatrrla hat¡ía oído
1<l que decfa el cangurr: pues sacé
nuevalrf,nte la cabeza y chilló:
36
-{Jna
ihierha
horrihle comida,
de por vida! *tlü'tiffiii'rirl
el
--Ya1o oyen ustedes --*exclamó
canguro irrdignado--" Pero r{ebo
irnre, el pequeÍio tierre que conocer
r
i\$,1iiul-*l /j
Vi
[a regióre. Ha sido un placer ihasra
luego!
Sa,ltó por encima del neontón de li.r,i. llJ
tierra en dcnde eshban parados Gui-
11o y lviargarita y luego pasó al lado
de Andrés para dirigirse al borde deX
bosque.
Andrés Xanzó un grito. E[ monrén
de tierra se rnovió y se levantó del sue-
1o, y Guillo y Margarita se sujetaron
de los dos ari:olillos para no caerse"
Llenr.:s cle rniedo se dieron cueftta
cle 1o qne en rrerdad estaba sucedien-
dor El rnontón de tierra carrnelita y
ii i inv-.*. ,,rí:hl:r:{
.1.,
ii.,..:..*.,:._*..:."r.,*_ i
cul:ierto de musgo era en realidad
un gigan[esco ciervo que se trabía
quedado dormido en una hondona-
da del bosque, y los dos arbotillos
eran los c.uernos.
El ciervo se quedó quieto u.n ins-
tante y luego se movió lentarre,,ce
para ponerse de pie.
Margarita, illévenrne 5. \-a búsqueda
3S
-Guillo,
con ustedes! -__gritó Andrés asusta.
do y empez6 a corcer detrás del cier-
vo.
El gigantesco anirna[ también se
asustó, dio un bnnco hacia adelante
y puso pies en polvorosa.
Arrdrés no 1o pr-rdo seguir, pues el Á
l-q 1,
ciervo era demasiado veloz, y tuvo Á §"ndrés caminó un rato y llegó
qrr{por-tt"ntarse con ver córno Gui- a una casa situada en pleno bosque.
ilo f;'Margarita se agarraban de ios Se acercó a e].la para preguntar si al-
cuffios para no caerse, y cómo el guien allí había visto al ciervo.
cierúo desaparecía con eilos por en- Buscóel timbre, pero no loencontró.
tre los árboles. Thmpoco había ningúnnombre enla
voy a hacer ahorai puerta, así que simplemente golpeó.
-iQué
gritó Andrés desesperadr: -le
al cangu- IJna voz firra preguntó desde den-
IO. tro:
Pero el canguro salta'ba nuevamen- --Muerde, muerde la pepita,
te por los aires, tieso de miedo, a dos iquién toca en rni. casita?
metros del suelo. Retrocedió asustado y observó la
casa con más cuidaclo: Estaba toda
hecl"ra de pan y en etr tejado tenía al-
fajores en vez de te¡as"
El niño pensó: "Le preguntaré
.---iCaramtral Por pclco hago una cuando termine de correr. No Ie fal-
tan sino doo vueltas".
tontería y corrtinuó co-
-rnux:rruró Se senró erlrre la hierba a esperar.
rriendo hasta que llegó al exrremo
El reno vr¡lvió a pasar y Andrés al-
4ü cfel bosque.
canzó a aír riesCe lejos sus jadeos y z:1
§e senté a la sombra de los árboles
ronquidos:
y miró a su alred,ectror" **Sótro tres vueltas, sólo tres...
Ante sus ojos se extenclía una es-
no sabes contarl *-di¡o
trecha pradera y rnás adelante ernpe- -iOye,
Anelrés muy enojado. I-uego se acor-
zaba el lago"
c10 de que quería preguntarle atgo y
Justo en ese rnornento un reno ve- gritó*--: lDénde encuentro al cier-
nía corriendo por Ia orilla. Daha fr.rer-
vol
tes resoplidos y repetía ulla y otrra vez
en la oficina de infor"
coll voz ronca: -Pregunta
mación... sólo ffes vueltas.." en in-
sólodosvueitas,
-Sóloelosvuetrta.s... formación... el anirnai con su
No parecía peligroso, así que An- -dt¡o
voz ronca y volvió a rlesaparecer.
drés se interpuso en su carni.no"
El reno no se deruvo y esquivó al **^-*1
niño. Su ronca voz, entre tanto, se- i
I
I
t
*t
Cuando el reno volvió a pasar An- ru,. i
drés le gritó:
irrfr:rmaciónl iDónde es-
-iCuál
tá la oñcina de infornoaciénl
cuatro vueltas... en el otro ¡:.: t'
-Só1o
lado del lago... sólo cuatro vueltas...
4'
en el otro lado... --contestó el reno. 6. La of;cina de inÍbrmación
Y Andrés pudo \¡er una caseta en
el otro laCo del iago.
Caminó a 1o largo de la orilla y en
su recorrido pasó frente a una peque-
ña isla en [a cual había un hombre
de barba que [o miraba. Tenía puesta
una gorra rara y bastante alta y su
T
vesddo era todo de pieles de anima- S*ra c.aseta que había al otro lado
les. Err una mano sostenÍa un fusil era de madera y tenía rrna Pequeña
y en [a otra urra sornbrilla, también ventanaen elfrente. Delante cle Ia ca'
hecha de piel de anirnal. El honrbre seta había unos libros sotre la hierba.
hacía señas y gritaba: Andrés golpeó la puerta.
-iViernes!
iViernes! tln hornbre abrió la ventana, lo
Andrés hubiera querido conversar miró con cuidado y dijo:
un rato con é1pero, en verdad, no te- iQué se le ofiecei
nía tiempo, así que simplemente Xe -¿Sí? queda la oficina de infor-
contestó: -iAqtrí
mación? Andlés.
_-_No" Hoy no es r¡iernes, es clo- -preguntó
sabes leer? el trom'
mingo. iDomingo! --y prosiguió su --iNo -dijo
bre bruscarnente y señaló un aviso
marcha. que había encirna cle la ventana.
Arrdrés con voz casi
-No -dijo
imperceptible-. 'Iodavía no estoy
en el colegio.
comprendo el hom-
-Ah, -di1o
bre. Eso aclara rnuchas cosas. Aquí
e dice:INFORMACIÓX.
Estoy buscando un ciervo...
a decir Andrés.
-comenzó ,-/'*\
/\
-Un
bre,
ciervo...
-repitió
el hc,rn-
se puso los anteojos y comenzó
a hojear un libro muy gordo-. Cier-
i ¡"'*)*{}*---
i\\ n.^¡-.; i-¡'
i
:.!.t"-'- -\
I i t'
I
r De pronro alguien hizo "Ípsstl
iPsst!" junto a é1. Etr hornbre había
r;'ñ------*l
Ii il*\
I i'1*.!
\ \\i
i:ií'i \tt--r
I{
I
i
abierto una puerta en la parte trase-
ra de [a caseta y le hacía sefias para
que §e acercara.
il-:-:-#
lffr i i
t
iba a ser un petirrojol caza-liebres? el co-
-iAcaso una v.¡z rnalhurnorada
.-preguntó -iUn
nejo y se puso bianco -gritó
del puro sus-
debajo de su barbiiia--_. Y a propósi- to-. iDónde está el caza-liebres?
to, ipiensas pasarte e[ día acostado
-*No, un cazabonnbardera -di¡o
encima de mí? Andrés tranquilizándolo.
50 --Ah, discúlpame Andrés todos modos un caza. ".-gri-
avergonzado y se puso-dilo
51
de pie rápida- tó -De
el conejo irritado.
mente.
A1 tumbarse al suelo hahía caíclo
--iNo, ner Yo rne refi.ero a un
avión expiicó Andrés.
sobre un conejo. El conejito tam- -leave qué? el co-
bién se incorporó y estiió sus orejas
--iUn -preguntó
nejo sorprendido.
qi.le estaban un poco arrugada.s. avión!
a decir -iUn
El conejo agiró [a cabeza.
-Discúlpame -volvió
Andrés. Pensé que esa cosa era un ---Ave y avío significan algo y tam.
cazabombarderc'. bién avispero; pero avión no existe
el animatrito rnuy convenci-
-dijo
do-. iDeja de decir tonterías!
que existe! An-
-iClaro -dijo
clrés ofendido-. Lo puedes leer en
cualquier libro.
-*Ctra vez estás diciendo tonte-
rías el conejo en rono arrogan-
te-.-dijo
No deberías perder el tiempo
sino aprender que rro se dice "agüe-
lo" sino "abuelo". Thmpoco se dice
"haigit" sino "haya".
l
I
Andrés se apoyé en el tronccr y Les
dioánimos alosdos, h.astaque se atre-
vieron a bajar. Con mucho cuidarl,¡
Guiilo se trepó sobre los hombros de
Andrés y de allí saltó atr suelo. Marga-
54 rita lo siguió e hizo 1o mismo. 8. EI regreso
Cuando todos estuvieron bajo el
árbo[, se abrazaron, felices"
\.r
V
I ahora, vámonos rápido a casa
-dijo Margarita-. Ya es hora.
L.os tres atravesaron nuevamente
el bosque y treparon la colina.
Iln ia cima se detuvieron un mo-
mento para mirar atrás.
Abajo, sobre la gran pradera, pa-
cía un rebaño de ovejas
! i Apostemos una c?rre-
ra!-iVamos
exclarnó AnCrés. iA ver quién
llega prirnero adonde ias ovejas!
' Esta vez partieron los tres al mis-
mo tiempo, pero pronto los Pasos de
Guillo se tornaron cada vez más lar-
gos y llegó a ia rneta con una gran
ventaja sobre los dos niños.
Guillo, eso no se va[e! .--
-¡Eh,
grit6 Andrés. iTe estás volviendo ca-
e davez más grande!
--Sí, mi chaqueta tne vuelve a
queclar buena Guillerrno-pa-
-dijo
pá sorprendiclo.
en este sitio, te empeque-
-Justo
ñeciste cuando íbamos a la colina
--recordó Margarita.
ahora vuelves a ser grande,
-¡Y
papá!
iY qué bueno fue que ei padre re-
cuperara su antigua estatura pues el
rebaño de ovejas era rnuy numeroso!
El padre tuvo que apartar cada ani-
mal cori mucho esfuerzo para que é1
y sus dos hijos pudieran pasar,
Finalmente dej aron arrás el rebaño.
_-Sí, pero... idónde está la puerta
ahora? Margarita y miró
-preguntó
a su alrededor corno buscando algo.
que buscar e[ montón
-Tenemos
de hierba dijo el padre con mucha
seguridad"
Pero no 1o pudíeron encontrar.
ovejas! ilas tontas ovejas
-ilas
se tragaron nuestra hierbal
Andrés enojado-. Ahora ya-gritó no po-
dremos regresar a casa.
sB Y por más que buscaron no vleron
sino prado y cielo azutr.
no qu.iero quedarrne aquí
-Yo
para siempre Andrés llori-
-decía
queando-. Yo quiero...
En ese instante se ahrió un rectán-
gulo en el cielo azul, exactarnente en
el sitio en donde se tocaban el frrma-
mento y ia pradera, y la marlre sacó
su cabeza por la rendija.
qué bueno que están aquí!
-¡Ah,
Precisamente err este momento iba
a llamarlos --di1o-. Enrren pronto
que ia comida ya está lista.
Cruzaron la puerta y se en.contra-
ron nuevamente en el desván.
La madre cerró la puerta tras L¡brería
ellos. ¡rorma.com
El padre, Ia madre, Margarita v Uno de los portales de libros
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Andrés bajaron la escalera. En toda Regístrese y compre todos sus libros en
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