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- En el“Nouvelle méthode pour la flûte” (París 1794) de François
Devienne, primer profesor de flauta del recién fundado
Conservatoire National de Musique de París, el autor distingue dos
tipos de golpe de lengua: uno en el que la lengua debe chocar con los
dientes como pronunciando la sílaba tu, y otro convirtiendo la forma
anglosajona did’ll en la versión francesa dougue, aunque
paradójicamente renegará del uso del doble picado tu-ku que otros
flautistas franceses e ingleses ya practicaban.
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staccato ordinarios y took’- coot para staccatissimo, modificando la
dureza de las consonantes y la duración de la vocal, según lo
requiera la ocasión. Para el mezzo-staccato será conveniente usar
doo’- goo.” Asimismo, habla también de la importancia del golpe de
la lengua en el paladar, sea diciendo too o doo.
Después de este breve viaje por los tratados y manuales de los últimos
cuatro siglos podemos afirmar que no ha habido cambios sustanciales en la
manera de realizar la articulación hasta la tercera década del siglo XX, en
la que comienzan a escribirse los primeros frullatti, pizzicati, tongue-rams,
armónicos, multifónicos, etc. Curiosamente la articulación tere de los
barrocos nunca fue considerada doble picado, quizá porque con ella
buscaban la desigualdad que tanto sentido tiene en un instrumento como el
traverso, de tan pocos recursos expresivos.
Más tarde, con la ampliación de las posibilidades sonoras de la flauta
clásica y más aún de la flauta Böhm, los flautistas comenzaron a desarrollar
formas de articulación cada vez más duras llegando al extremo de “escupir
las notas asomando la punta de la lengua entre los labios”, como nos cuenta
Rockstro. De ahí la controversia en la época de Devienne sobre dónde
chocar la lengua, si en la parte trasera de los dientes superiores o en el
paladar, como decían la mayoría de los escritores ingleses. Por un lado los
instrumentos permitían que cada vez se pudiese tocar más fuerte y
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requerían por tanto más energía del intérprete; por otro los ingleses eran
fonéticamente incapaces de pronunciar la t seca de los franceses, necesaria
para conseguir una articulación nítida.
Como hemos visto, el doble picado se utilizaba ya en el Renacimiento de
Ganassi, y probablemente se utilizaba desde mucho antes, dadas las escasas
posibilidades que tenía las flauta de su época para ejecutar ligaduras.
La fórmulas teke de Ganassi, did’ll de Quantz, o dougue de Devienne (a
pesar de su firme oposición al doble picado) no son más que variantes
fonéticas del lenguaje que nos permiten tocar a gran velocidad pasajes de
notas desligadas.
Como conclusión, me quedo con las palabras del célebre flautista holandés
Frans Vester que tan bien definen el papel que desempeña la articulación
en la música de todos los tiempos: “La articulación no es solamente el
picado, sino una manera de relacionar los sonidos, determinando su
principio y final, y la conexión que existe entre las notas individuales y las
que las rodean.”
Cualquier método, siguiendo esta filosofía, es bueno si con él añadimos
expresión a la música.
BIBLIOGRAFÍA:
-“On playing the flute” de Johann Joachim Quantz, ed. Schirmer Books
1985.
-“The art of playing the german-flute” de John Gunn, ed. Folkers & Powell
1992.
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-“Méthode pour apprendre aisément à jouer de la flûte traversière” de
Michel Corrette, ed. S.P.E.S. 1995.
-“A treatise on the construction, the history and the practice of the flute”
de Richard Shepherd Rockstro, ed. Musica Rara 1967.