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ETNOFARMACIA
que no respetaban los tabúes, por Otros dioses del panteón azteca gía a los que tomaban baños de va-
ejemplo, a los que no guardaban que tenían poderes de curación o por, e Ixtlilton, el pequeño dios
abstinencia sexual durante las épo- favorecían la salud eran el dios del con la cara negra que curaba las
cas de ayuno, causándoles hemo- viento y la diosa de la lluvia que enfermedades infantiles.
rroides, llagas purulentas y enfer- curaban la gota y la parálisis; el
medades venéreas. dios del fuego que ayudaba en los
Sin embargo, algunos de estos partos; la diosa Tzapotlatenan que Farmacopea azteca
dioses podían sanar las enfermeda- curaba las úlceras del cuero cabe-
des que ellos mismos habían pro- lludo, la afonía y las grietas cutá- Además de las invocaciones, los
vocado si atendían a las preces y a neas; la diosa Ciuacoatl que prote- gestos y las fórmulas mágicas, los
los sacrificios que les hacían los médicos aztecas utilizaban nume-
pacientes y sus allegados. X ochipi- rosas prácticas terapéuticas basadas
lli, las divinidades de la montaña y en un conocimiento, muy avanza-
Tlaloc eran los ejemplos más cono- do para la época, de la anatomía y
cidos de estos dioses ambivalentes. el funcionamiento del cuerpo hu-
X ochipilli era además el patrón di- mano y de las propiedades de las
vino del «sueño florido», nombre plantas y los minerales. Su farma-
con el que los mexicas designaban copea comprendía algunos minera-
el trance visionario ritual y, como les, la carne de algunos animales y
tal, reinaba sobre el ololiuhqui , los un asombroso número de plantas.
hongos psilocibios, el peyote, el Entre los remedios minerales figu-
tlapatl o toloache (Datura sp.), la ra la obsidiana, que finamente mo-
salvia de los adivinos o hierba de la lida servía de emplasto para cica-
María Pastora (Salvia divinorum) , El incienso americano o copal cumplía trizar las heridas con rapidez, y
el sinicuichi (Heimia salicifolia) , el un función esencial por su capacidad de también unas misteriosas «piedras
grano mixitl y otros entéogenos. purificar los aires «habitados por el mal». de sangre» cuyas virtudes fueron
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exaltadas por Sahagún y que, se- boles de los géneros J a tropha y bien surtidos en especies terapéu-
gún él, permitían curar las graves Spondias, entre otros. ticas, que el señor de Texcoco y el
hemorragias nasales que asolaban El axin, cuya eficacia fue corro- emperador Moctezuma mantenían,
Nueva España. Otro misterioso re- borada por Sahagún y por otros respectivamente, en Tezcotzingo y
medio mineral citado por Sahagún cronistas de Nueva España, servía en los alrededores de Tenochtitlán.
era la piedra de lluvia «que caía de para curar las quemaduras y las en- Los conquistadores admiraron
las nubes, penetraba dentro de la fermedades de la piel. Las mujeres estos jardines botánicos y, al igual
tierra y engordaba de año en año» también lo utilizaban para untar que los cronistas de Indias, queda-
y que, según el misionero cronista, sus mejillas y conseguir así la tez ron impresionados por la eficacia
servía para curar la fiebre y el es- amarilla que exigían los cánones de de algunos medicamentos indíge-
panto causado por el trueno. belleza de la época y lo empleaban, nas. Su testimonio y las obras de
Igualmente fantásticos, los efec- asimismo, los viajeros para preve- los cronistas influyeron, sin duda,
tos de muchos remedios animales nir los labios partidos y para prote- en la decisión adoptada por Felipe
variaban desde la estimulación ex- ger la piel de los efectos del frío. II de financiar la expedición de
cesiva de los deseos sexuales mas- De la atribución de propiedades Francisco Hernández, protomédico
culinos, seguida eventualmente fantásticas tampoco se libraron al- general de las Indias, Islas, Tierra
por la muerte, producida, según se gunas plantas, no sólo las que pro- Firme y Océano. La expedición se
creía, por las serpientes de distin- vocaban efectos enteógenos. Pese a inició en 1571. Su principal obje-
tas especies designadas con el tér- ello, no puede negarse que los az- tivo fue escribir una historia natu-
mino genérico mazacoatl , hasta la tecas consiguieron adquirir, duran- ral de la Nueva España y estudiar
capacidad de impedir por comple- te el tiempo y guiándose por la ex- la medicina indígena en todos sus
to la erección que se atribuía a la periencia, una suma ingente de co- aspectos. Hernández viajó por mu-
excrecencia carnosa del pico del nocimient os sobre las especies chas zonas de México y recogió
ave huexololl . Más eficaz debía ser, vegetales de su país. La riqueza en mucha información etnobotánica,
en cambio, la administración del plantas medicinales y la larga tra- además de recopilar muchos datos
axin, una pasta amarilla y cerosa dición en su uso quedan de mani- sobre la cultura prehispánica, la
que se obtenía haciendo hervir y fiesto en la obra de Sahagún, en el historia y las condiciones políticas
aplastando unos insectos homópte- códice Badiano y en la existencia de los nuevos territorios. El pro-
ros (Coccus axin) cosechados en ár- de los j ardines bot ánicos, muy ducto final de sus 8 años de encar-
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La hierba de Azcapan ixhua era ingerida por los aztecas Las raíces de Tlahuehetl, Tlayapaloni y Chipahuac xihuitl
para obtener el sueño. eran utilizadas por los mexicas para la curación de los furúnculos.