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CATALOGO DE LA SIBLIOTECA DE CLASICOS DOMINICANOS GASTON GASTON F DELIGNE FE DELIGNE ” f OBRA COMPLETA OBRA COMPLETA 2.-GALARIPSOS 1 -SOLERAD Y¥ PROSAS Y PUEMAS DISPERSOS CR Ediciones de la Fundaci6én Corripio, Inc. 426 La Fundacion Corripio, Inc., se complace en ofrecer al publico interesado en los altos valores literarios de la Nacion, esta publicacién, destinada a ofrecer un listado de los titulos que integran su Biblioteca de Clasicos Dominicanos, al cual se afiaden informaciones biograficas sobre los eminentes autores, resultado del ingente trabajo de nuestro asesor, Dr. Jorge Tena Reyes. El doctor Tena, con una extendida trayectoria como educador, historiador y catedratico, ha desarrollado una valiosa labor como divulgador y analista de nuestra historia y de variados aspectos de la cultura universal, ampliando sus funciones como Subsecretario de Estado de Educacio6n y Bellas Artes, Vicerrector académico y profesor universitario. Numerosas publicaciones de primera importancia para el conocimiento de la cultura nacional se deben a los incesantes esfuerzos del Dr. Tena Reyes desde sus distintas posiciones como funcionario. Catdlogo bio-bibliogrdfico de la Biblioteca de Cldsicos Dominicanos Fundacion Corripio, Inc. Catdlogo bio-bibliogrdfico de la Biblioteca de Cldsicos Dominicanos Presentacion y notas bio-bibliograficas: Dr. Jorge Tena Reyes, Asesor de la Fundacién Corripio, Inc. Fundacion Corripio, Inc. Santo Domingo, D. N. 2006 Edicién al cuidado de Andrés Blanco Diaz Disefio, diagramacién y cubierta: Cuesta-Veliz Ediciones cuestaveliz.ediciones@gmail.com Tel. (809) 537-3459 Santo Domingo, Repiiblica Dominicana Primera edicié6n: 2006 ISBN: 99934-54-2 1-4 Impreso por Editora Corripio, C. por A. Calle A, esq. Central Zona Industrial de Herrera Santo Domingo, Reptblica Dominicana. Manuel Rueda Gonzalez (1921-1999) Fundador de la Biblioteca de Cl4sicos Dominicanos Contenido PYOS@NCCION Foie ciectecceosececccsvecescavecceseossersssssstt es eet tel Crist6bali olGrisini:...0::sseseuerseeseesetteyssscasssss-s..1 15 Fray Ration Pane: focsiewcccevtencesesecesseeeeecs sees 19 Fray Pedro de Cérdoba ...........ccccsssscscessscssscccsssscrscsssescccsevsscesevssnsseecesersereces 21 Bartolomé de las Casas.....s.:csssssssscssssscsscscssescssssessessevsssscsssscsecsaseceerseessseees 23 Gonzalo Ferndndez de Oviedo y Valdés ..........:ccsccssccsessescesssesesescserscevsenees 23 Antonio Sanchez Valverde y Ocatia ..........::ccsssssccsesscsccsvssssessssssssssensseeces i José Joaquin Pérez Matos .............:ssssssssssesessessssnsnscssresscsssscesscsenscesesnsnsceseees 3] Salomé Urefia de Henriquez .........ccccccscsecsccsesssesecssscsscsssssecsscacsesscsescoseesenes 35 Gast6n Fernando Deligne Figueroa ...........cs:cssccsescessssssteesseesseeseensneseeeees 4] Manuel de Jestis Galvan ...........cssssccsssssecsessscessssrecessneececsnecesesseteeeerseeceeees 45 José Rambn Lopez Lora ............cssccccsssssccssssceccccssssscccssaneccccsensnaceccsssseeeeeees 49 Fabio Fiallo Cabral .........ccsccssscccssesecsssccssssecsssesensteesstccesereessesecaescesseseeseeeens 53 Isidoro Américo Lugo Herrera ..........::sccssscssscssesssscssscessscsscessseeessessseesacens 57 Virgilio Diaz OrdGiiez ........ccccscessccsscsssssesssssscessscessecsecserssescacessssessesarscsesavaes 63 Ramon Marrero Aristy Beltré .............ccccscccscscceseceeeseccsecesccsscaeeeensaeeeesensess 67 Atistides Sécrates Henriquez Nolasco ....c:scs:cscsc0c: eee 71 César Nicol4s Penson Tejera ....00ccseccscarsccoouctsssssassensrneeteetnnee enone ‘ali Francisco Gregorio Billinide Régla tiacwsiactee perce ce 8] Pedro Franciseo. Bond Mejia cei ctiecessecavaesteeence sees eee 85 Tulio Manuel Cestero Leyba .......c.ccssccsssecssessscesnscssrccsseccsrecstssestscesnessseeeass 91 Francisco Javier Angulo Guridii ..........csscssccsesesscesrccsscececseecessesetscssseserenss 97 Ulises Francisco Espaillat Quifiones ........sescesereeserereeeeeenessesnenereeneesears 101 Federico Garcia Godoy (Don Fico) .....sscsessesereeerectsesseeersnressenrenseneees 105 MAXIMO G6meZ BdeZ........-ssccseccecsreesesserscssseesseeeessaceeceneeseseesseseeserssaeeeeens 109 Presentacion n el afio de 1988 aparecié el primer volumen de la “Biblioteca de Clasicos Dominicanos” dedicado a Cristébal Col6n. La nota preliminar de esta obra, titulada “En los umbrales de una coleccién”, fue escrita por Manuel Rueda, recordado director de la Fun- dacién Corripio, Inc., y, por ende, de la Biblioteca de Clasicos Domini- canos. En la referida nota, Manuel considera como “acontecimiento tini- co en nuestra historia cultural la aparicién de la presente Biblioteca de ClAsicos Dominicanos que ira poniendo en manos del lector interesa- do, de manera ininterrumpida, la obra fundamental de quienes nos han legado una literatura”. En esa misma nota se definen los perfiles y objetivos de la labor emprendida, por lo que el elevado poeta y ensayista afirma: “en la Colec- cién que con este primer volumen estamos iniciando se recogera lo mejor que hemos producido en este campo, unas veces centrando la atencién en obras aisladas que brillaron en su momento, otras en la importancia de los autores. En el primer caso se necesita una labor de rescate, valorativa y en cierto modo antoldgica, que precisa de la investigaci6n constante, de la localizacién de ediciones antiguas y viejos manuscritos que reposan en bibliotecas privadas de dificil acceso al publico”. “La Fundacién Corripio ha abordado el problema con gallardia, consciente de la responsabilidad y los riesgos que asume al dar inicio a una labor que se extender por largos afios y que esta llamada a resol- 12 Jorge Tena Reyes ver la dificultad que enfrenta el estudiante de nuestra literatura: la falta de textos facilmente localizables, en ediciones depuradas, anota- das y precedidas de estudios autorizados”. Nadie mds autorizado que Manuel Rueda para trazar los lineamien- tos generales de la Biblioteca que nacié bajo los mas auspiciosos augurios, pues la entidad que la sustenta dispone de un amplio aval profesional y decidido respaldo moral, aspectos que, aunados en la consecucién de un fin comtn, le han dado a Ia Fundaci6n Corripio, Inc. la solidez requerida para continuar “por largos afios” la labor iniciada en 1988. Es oportuno destacar que la Biblioteca de Clasicos Dominicanos ha mantenido en cada uno de los titulos publicados las peculiaridades que se le asignaron desde sus inicios. Es decir, “ediciones depuradas, anotadas y precedidas de estudios autorizados”. Con ello se pretende no sdlo presentar los rasgos esenciales del autor de la obra editada, sino facilitarle al lector la comprensién del texto seleccionado. Esta labor se enriquece con estudios actualizados sobre el proceso de nuestra historia interna. Se comienza con Cristébal Colén quien, si bien no fue escritor en el estricto sentido académico de la palabra como hombre del renacimiento, a pesar de su ortodoxia me- dieval, se sintidé atraido por la exhuberancia de la fauna y la flora del trépico antillano y la describié con impresionante sutileza poética. Esto explica la presencia del descubridor del Nuevo Mundo en la “Biblioteca de Clasicos Dominicanos”. Son muchos los autores que le dan a Cristébal Colén la categoria de inspirado observador de la naturaleza americana. Entre ellos estan Joaquin Balaguer, autor de la obra Cristébal Colén, precursor literario; Torcuato Luca de Tena, quien escribié La literatura de testimonio de los albores de América —discurso de ingreso en la Real Academia Espajiola, el 3 de junio de 1973-; Alejandro Cioronescu, con su obra Cristébal Colén humanista. Estudios de humanismo atldntico. Pero, a nuestro juicio, quien con més propiedad sefiala el contenido poético del Diario de Co- l6n es el Dr. Gregorio Marafién en el prélogo que escribié en 1943 con el titulo “Ruisefiores del mar” para la edicién de este documento tinico realizado por Amigos del Arbol, Barcelona, 1944. Para el prestigioso galenoy erudito escritor “el mejor poema no iguala a este Diario, en fervor lirico, en grandeza, en ese valor sobre las cosas con alas trasliicidas y calladas, que es la poesia”. Catalogo bio-bibliografico de la Biblioteca de Clasicos Dominicanos 13 Y para no dejar dudas acerca de su concluyente aseveraciOn, agre- ga: “Leed las paginas de este Diario de navegacion. El argumento marino casi desaparece bajo la anécdota lfrica. Habla Col6n con amor infinito, una y otra vez, de todo lo que heria sus ojos de poeta”. Para el académico Luca de Tena “los relatos de Cristébal Colén sirven de precioso, eficacfsimo, prdlogo a uno de los capitulos mas inte- resantes de nuestra historia literaria y de nuestra literatura histdérica: Las Crénicas de Indias”. Con estas credenciales se presenta el primer volumen de la Bi- blioteca de Clasicos, dentro de la categoria de Los Precursoves. El segun- do tomo es la Relacién acerca de las antigiiedades de los Indias, de fray Ramén Pané, con prélogo y notas de monsefior Hugo Polanco Brito; luego le sigue Doctrina Cristiana yy Cartas, de fray Pedro de Cérdoba, con un erudito prefacio de Emilio Rodriguez Demorizi, y, finalmente, Crénicas escogidas, de Gonzalo Fernandez de Oviedo y fray Bartolomé de Las Casas, con proélogo y notas de Jorge Tena Reyes. Asi se cierra en 1988 el primer ciclo, constituido por los cuatro volGmenes que componen el catélogo de la Biblioteca de Clasicos Do- minicanos, en un proceso sostenido de crecimiento. Dentro de esta labor editorial se han realizado verdaderos rescates y actualizaciones, como son los casos de Antonio Sanchez Valverde y de Javier Angulo Guridi. Del primero, el libro mds conocido era el Idea del valor de la Isla Espariola y utilidades de ella puede sacar su Monarquia, mien- tras que el resto de su produccion filoséfica y teol6gica permanecia su- mergida en los afiejos legajos de archivos europeos, desde donde fueron rescatados tres voltiimenes totalmente desconocidos para la mayoria de los lectores dominicanos: El Predicador, Sermones, Panegiricos, y de Miste- rios, Exdmenes de los sermones del padre Eliseo. Con sobrada raz6n consideraba Manuel Rueda en la nota de pre- sentaciOn de esta hist6rica edicién: “De verdadero acontecimiento edi- torial, no solo para la Reptiblica Dominicana sino también para Améri- ca, puede considerarse la publicacién de los tres tomos de Antonio Sanchez Valverde que ahora ofrece la Biblioteca de Clasicos Domini- canos. Conocido casi exclusivamente por su obra fundamental Idea del valor de la Isla Espariola, por su ensayo La América vindicada..., por uno de sus sermones y por una carta sobre filosoffa, no podemos sospechar que la suerte pudiera poner en nuestras manos un filén de tal magnitud 14 Jorge Tena Reyes como el que ahora nos vanagloriamos de rescatar, consistente en varios cientos de p4ginas de literatura sagrada (tratados, sermones y critica) en donde el padre Antonio Sanchez Valverde nos muestra la faceta mas brillante de su intelecto. La riqueza de estas obras es sorprendente y coloca a este autor, por la altura de su pensamiento y por la maestria de su estilo, en un sitial cimero entre los pensadores americanos de todos los tiempos”. En verdad que al Racionero de la Santa Catedral Primada de Amé- rica, Antonio Sanchez Valverde, prosador de mérito, al decir de Pedro Henriquez Urefia, puede considerarsele como a una de las mentalida- des més privilegiadas de la ilustracién espafiola. Tal vez de haber vivido en la peninsula su par hubiera sido Benito Jer6nimo Feijoo, porque en su talante est4n presentes los rasgos distintivos de este luminoso perfodo de la civilizaciGn espafiola. Ahora, con la finalidad de acercar mds al ptiblico los frutos de esta labor, la Fundacion Corripio, Inc., ofrece este Catalogo en el que aprupa el conjunto de las obras publicadas, las cuales nos ofrecen un amplio panorama del acervo bibliografico dominicano. Este Catdlogo les permitird a los interesados identificar los textos de su interés y ponerse en contacto con la labor que ha venido desarro- llando la Fundaci6n, la cual ha creado dos colecciones complementarias: Prisma y Premio Nacional de Literatura. Esta dltima con la finalidad de dar a conocer, en forma antoldégica, algunos textos de los autores galar- donados con el Premio Nacional de Literatura, que otorgan la Funda- cién Corripio, Inc., y la Secretaria de Estado de Cultura. En esta colec- cién han aparecido ya los primeros galardonados: Juan Bosch, Joaquin Balaguer, Manuel del Cabral y Pedro Mir. Esperamos, pues, que este Cat4logo sea recibido como un esfuer- zo mas de la Fundacién Corripio, Inc. por motivar la lectura y propagar el mensaje de cultura que irradia esta coleccién en proceso de creci- miento. Cristébal Colén ‘Gan Col6n Fontanorosa nacié en Génova en una fecha que atin no ha podido ser confirmada con absoluta exactitud. Sin embargo, se cree que esto pudo haber ocurrido en 1451, entre el 25 de agosto y el 31 de octubre. Pero como todo lo que se refiere a este personaje apare- ce envuelto en una intrincada atmésfera de misterio, su nacimiento no es una excepcién: “Si la vida de Cristébal Col6n fue una novela, atin mds extrafia y complicada ha sido la novela que las polémicas han teji- do en torno a su nacimiento” (Paolo Taviani: Cristébal Colén. Génesis del gran Descubrimiento). Fracas6 en sus intentos de que el Monarca Lusitano lo apoyara en su proyecto de navegar de este a oeste hasta encontrar las Indias Occi- dentales. Con esa idea en la cabeza y acompafiado por un nifio de corta edad, lleg6 Cristébal Colén a Castilla. En principio encontré el auxilio y la comprensién de fray Antonio de Marchena y del Prior de la Rabida fray Juan Pérez, quien en 1491 decidié marchar con él a la corte hasta conseguir que la reina pusiera su atencidn en el genovés. “Son estos, dicen Charles Verlinden y Florentino Pérez Embid (Cristébal Coldn y el Descubrimiento de América) los meses de maxima miseria que el postu- lante extranjero atraves6 en su vida’. 16 Jorge Tena Reyes El 17 de abril de 1492, en el Campa- mento Real de Santa Fe, Crist6bal Colén cate 3 ap Oe y los Reyes Catélicos firman las célebres Tol np te Capitulaciones de Santa Fe, las que le per- q- Th py mitian navegar a Cathay—Jap6n—porOc- pisiqes ph Sg ee a , ae __sptae “Stan ewe oes ol cidente. Tenfa entonces 40 anos. fm Dae ie ofp ni tee . | 5 eee Seis dias después de su salida de Pa- ap epee Fe 7 . pa pooh ate los debié detenerse en la isla de la Gomera t rn, ep ea ; ~ ae rele! Sey al sakes We HE por desperfectos de la nave capitana, y el on} eee yee fos tne wernt Se 1'° de septiembre se dio nuevamente a la Sere ipa oe a ET LTE oped one mar. El 11 de octubre de 1492, Colén dice Lee Se gan net were rey Siw Be~ s(n haber divisado desde la popa de la Santa nee ee cease eee Maria una luz “como una candelilla”, y el Te gat be Ak vey By /2 porn im ped” pont Plor re Th Te bt ahidias am mer din wwft [rts oe Perse w ww Nieto, 12 un marino de ‘Triana llamado Juan Geli ar? he soa qe ye were rile pile wy “ates Rodrigo Bermejo, vigia de la proa de la Pin- ae res , te ata a ce = Conn ta, da la voz de “Tierra”. Al amanecer la wi rege oe peetlrnpene pee van tripulacién divisa las costas de Guanahani, en el archipiélago de las Bahamas o Lucayas. El Almirante, por ra- zones obvias, le puso como nom- of 4 oe eatng roe) bre San Salvador. ce fa ~--Te hen ent 20 SE ainttns « Lh i fae at «> Sm pp he por pombe Ga Ye Oe FI 27 del histérico mes de ad ey she ony o aon : . 2 ti = A ee octubre de 1492 descubrié a ae say: 5, . ZSOmHf* : ? ea gy Hate : fi Salerefen psmmaf 2-Bn ver omnes Cuba y el 6 de noviembre llega a rt gee ae wi ae Balin Mghsk aye Pore nuestra isla, a la cual le puso el mak fete Sy cd Semmens SO fet Sew Pe gy ~ ate a pV tee pl eae nombre de La Espafiola. Regre- Me ak abeegra arb St weer een hor aed > _ oe fia My ples Pee s6 a Espafia con dos de las tres cin oe Sige a0 Eas, ee ole carabelas con las que salié de la ee i Bees nse insul | f 2 pple ea eve mem BEE we peninsula, pues la Santa Marfa pes alegar ofr ann ee Orrtaes AS. ‘a di weer By dere J APY gee tty Fy Aaganfs ete eee Sar Ex C06 ga tn dx Viet lager PO “Ye rod ARE eaPeh po rn Sate tee ly begs loa Ambas ilustraciones corresponden al primer fo- fof ware fr ay PET Ses f lio del Libro de la primera navegacién -y descubri- es, ee Ste miento de las Indias (Diario de Colén), (Nota del oa SE peop Lage volumen I coleccién “Biblioteca de Clésicos Do- mavegar (veda gral flonre bo Mi tone minicanos’”). Catalogo bio-bibliografico de la Biblioteca de Clasicos Dominicanos 17 encallé el 24 de diciembre y con sus restos construy6 el Fuerte de la Navidad. En la Metrdépoli le tributaron un recibimiento apotedsico, a pesar de los intentos de Martin Alonzo, segundo en el histérico viaje, de adelantarse para informar a los Reyes. La actitud de influyentes cortesanos como Rodrigo Fonseca, de minimizar la trascendencia de la gran epopeya, el comportamiento le- vantisco de Roldan en la isla y la desconsideracién de Bobadilla, mina- ron pronto el organismo y las ilusiones de Cristébal Col6n. El reiterado apoyo ofrecido por los Reyes Catdlicos le permitié descubrir a la isla de Puerto Rico y Veragua, asf como la desembocadura del rio Orinoco. No obstante, el ambiente que se formé en torno suyo fue tan negativo que el Rey Catdlico le propuso cambiar los derechos ofrecidos en las Capi- tulaciones por un dominio en Castilla, propuesta que el Almirante re- chaz. El 20 de mayo de 1506 murié en Valladolid, dejando a favor de Espafia el resultado de sus suefios, de su audacia y de su genio. Un ano antes, 1505, habia muerto la reina Isabel La Catélica, su gran protecto- ra y figura clave de la hazafia colombina. Los restos de Cristébal Co- l6n descansan en la Reptblica Dominicana desde 1544. La vi- rreina Maria de ‘Toledo los tras- lad6 a esta isla junto a los de su esposo el segundo virrey Diego Col6n, y fueron depositados en la Catedral Primada de América, donde permanecieron hasta su traslado al Faro a Colén, construi- do con ese expreso propésito. Como hombre del renaci- miento, aunque con suenos me- dievales, Crist6bal Colén leg6 a la posteridad su Diario de a bordo, CRISTOBAL COLON DIARIO DE . NAVEGACION Y OTROS ESCRICS BIBLIOTECA DE CLASICOS documento clave para conocer as- pectos esenciales de su portento- sa hazafia. DOMINICANOS | Fray Ramén Pané ray Ramon Pané llegd al Nuevo Mundo en el segundo viaje de Crist6- bal Col6n, como parte de los misioneros jer6nimos encabezados por el padre Boil. Fray Ramén Pané “fue el primer europeo de quien parti- cularmente se sabe hablé una lengua de América”. Esta aseveracion la comparten, ademas del Conde de la Vifioza, autor de la anterior consi- deraci6n, todos los que se han ocupado del tema, incluyendo a José Juan Arrom, autor de la versién de la Relaci6én que en 1974 publicé Siglo XXI Editores, S. A. Para este autor la Relacién acerca de las Antigiiedades de los indios del fraile Jer6nimo Ramén Pané, marca un hito en la historia cultural de América. Compuesta en la isla Espafiola en los primeros dias de la conquista, es la Gnica fuente directa que nos queda sobre los mitos y creencias de los primitivos moradores de América”. “Si se tiene en Cuenta que se termin6 de redactar hacia el 1498, su importancia trasciende los limites insulares: resulta, por su fecha de composicién, el primer libro escrito en el Nuevo Mundo en un idioma europeo. Y como fray Ram6n Pané fue el primer misionero en aprender la lengua nativa e indagar las creencias de un pueblo indfgena, su Rela- cién constituye la piedra angular de los estudios etnolégicos de este he- misferio”’. Fray Bartolomé de las Casas nos ha legado también un ilustrativo alegato acerca de las pericias lingiiisticas de fray Ramdén Pané. Jorge Tena Reyes 20 Con estos atributos bien merecidos la Relacién acerca de las anti- giiedades de los indios forma parte de la Biblioteca de Clasicos Dominica- nos, porque fue escrita en nuestra isla y con ella se inicia la literatura cientifica en el continente americano. FRAY RAMON FANE RELACION ACERCA DE LAS ANTIGUEDADES DE LOS INDIOS BIPLOTECA DE CLAEICOS DOMINIC ANOS Fray Pedro de Cérdoba ( un perfil jerarquico muy superior al de fray Ramén Pané, desde el punto de vista académico y clerical, fray Pedro de Cérdoba Ilegé ala ciudad de Santo Domingo en 1510, como misionero de la Orden de Santo Domingo en compafifa de varios miembros de esta comunidad religiosa, la que desarroll6 una labor sacerdotal que atin perdura en nuestro pais y en otras partes del continente. Junto al padre Cérdoba tam- bién lleg6 a la isla fray Antonio de Montesinos, a quien, con el apoyo de su superior y de los demas miem- bros de la orden, le cupo la gloria de pronunciar el célebre Sermén del Cuarto Domingo de Adviento de 1511: Ego vox domits in deserto, con el cual no solo cambi6 la inter- pretaciOn politica de la colonizacién espaniola, sino que su esencia fue asumida por el eminente jurista de la Escuela de Salamanca, Francis- co Vitoria, quien con su obra Rela- ciones sobre los indios senté las bases del derecho de gente, doctrina uni- versal que se incubé en nuestra isla | inftructon la poesia hispanoamericana. Catdlogo bio-bibliografico de la Biblioteca de Clasicos Dominicanos 43 En cuanto a su cultura lite- raria, que va de lo clasico a lo mo- GASTON derno, Deligne sobresale entre sus * DELIGN 5 coetdneos nacionales por su hete- rogéneo Ambito cultural, el cual incluye el dominio del latin y algu- Ore nas lenguas modernas. Y PROSAS ‘Tanto en verso como en pro- sa el autor de Soledad (1887), Ga- laripsos (1908), Romances de La His- paniola (1931), y de ese fest6n en prosa que don Emilio Rodriguez Demorizi titulé en 1944 Pdginas ol- vidadas, Gaston Deligne se desta- ca como un creador de impresio- —_—_fgciasicos nante talento y afinado estilo. gureeoe Igualmente no son escasas sus cua- lidades de sagaz polemista, como se aprecia en la que sostuvo con Rafael Abreu Licairac acerca de La justicia y el azar, drama de su malogrado hermano Rafael. Gaston Fernando Deligne dejé también muestras de su aguda sen- sibilidad como critico literario, como puede verse en las Paginas olvida- das; pero por el solo hecho de ser el autor de Galaripsos entra de pleno derecho en la Biblioteca de Cldsicos Dominicanos, obra de la que se hizo, en 1946, una edicién bastante cuidada con prdélogo de Pedro Henriquez Urefia, y posee, ademas, una abundante bibliografia acerca del poeta. 9.05) Manuel de Jestis Galvdn Ne en la ciudad de Santo Domingo el 13 de enero de 1834. Murié en San Juan de Puerto Rico el 13 de diciembre de 1910. Manuel de Jestis Galvan es el mas castizo de los escritores domi- nicanos del siglo XIX. Le acomparfian Antonio del Monte y Tejada, quien, a juicio de Pedro Henriquez Urenia, “escribi6 en prosa magistral una Historia de Santo Domingo; esfuerzo grande para su época, pobre en fuen- tes. Cuando deje de leerse como historia, podra leerse como literatu- ra’, y don Emiliano Tejera, autor del Monumento a Duarte, escrito en 1894; pero atin asi, Galvan sigue siendo uno de los exponentes mas re- presentativos de la prosa dominicana. Galvan es, realmente, autor de un solo libro, la novela de factura indigenista Enriquillo, aunque recientemente se hayan publicado algu- nos escritos suyos menores. En esto coincide con Tomés Moro y John Milton, autores también de libros Gnicos. Cierto es que la novela Enriquillo, de Manuel de Jestis Galvan, es la obra més apreciada y difundida de la literatura dominicana. A ella se han referido con encomio personajes tan relevantes como José Marti y Pedro Henriquez Urena. 46 Jorge Tena Reyes En su Resenia de la historia cultural y literaria de la Reptiblica Domin- cana, Pedro Henriquez Urefia estima que “espafioles e indios arribaron a la paz y se entregaron a la fe y ala esperanza’. Por su parte la notable ensayista puertorriquena Concha Melén- dez, en su monografia La novela indianista hispanoamencana (1832-1889), expresa que ningtin pais hispanoamericano ofrece una tradicién de li- teratura indianista mas estimada que Santo Domingo. ‘Tradici6n criti- ca iniciada por Las Casas, que alcanza vértice y final al mismo tiempo en la novela Enriquillo. Para ella, “la novela Enriquillo debe tener para los hispanoamericanos un interés profundo. Leyéndola asistimos al pri- mer centro de trasplante a la cultura espafiola de América’. Al critico avezado le resultarA extrafio el hecho de que en una isla del Caribe, donde la tradicién indigena, real y efectivamente, se extinguié en la primera mitad del siglo XVI, se haya producido con tan- ta autenticidad la reminiscencia indigenista, en dos escritores domini- canos del més alto nivel: el poeta José Joaquin Pérez y el prosista Ma- nuel de Jestis Galvan, marcados por el delirio romantico en las Fantasias indigenas y Enriquillo, fenémeno que se explica solo si lo asociamos a la tendencia hispanista que subyace en las entrafias mismas de la cultura dominicana. Manuel de Jests Galvan fue un digno ejemplo de MANUEL esa persistente realidad. Conocida es la actitud asu- ME eng mida por Galvan durante la Anexi6on a Espafia en 1861. Fue secretario particular de Pedro ENRIQUILLO Santana y durante el periodo de la dominaci6on funds y dirigiéd La Raz6n, en cuyas paginas plasmé su pensamiento acerca del conflicto dominico-espafiol a tales extre- mos que cuando Espafia sale de Santo Domingo en 1865, Galvan sale también. Fue compensado con la intendencia de hacienda de Puerto Rico. En 1876 el gobierno de Ulises Francisco Espaillat lo \ i a BIBLIOTECA DE CLASICOS DOMINICANOS Catalogo bio-bibliografico de la Biblioteca de Clasicos Dominicanos 47 designdé Ministro de Relaciones Exteriores, cargo que desempené tam- bién durante la administracién de Cesdreo Guillermo en 1879, durante la cuarta administracién de Ulises Heureaux, en 1898, y lo fue nueva- mente en la segunda administracién de Alejandro Woss y Gil, en 1903. Interinamente fue titular de las carteras de Interior y Policia, en 1876, y de Justicia e Instruccién Piiblica, en 1879. Fue, ademas, en 1859, secretario de la misién diplomatica presidi- da por Felipe Davila Fernandez de Castro, destinada a zanjar un diferendo con Dinamarca. En 1884 fue Enviado Extraordinario, y Ministro Pleni- potenciario en 1891-18972. Otros servicios que presté al Estado dominicano fueron: Vicepresi- dente de la Camara Legislativa que dicté la revision constitucional de 1878 y Presidente de la Suprema Corte de Justicia entre 1883 y 1889. Fue, igual- mente, profesor de Derecho en el Instituto Profesional de Santo Domingo. Ademas de su extensa hoja de servicios como funcionario ptbli- co, se destacé como periodista desde sus afios mozos a través del sema- nario El Oasis, fundado junto a Manuel de Jestis Heredia en 1855. Alli dejé su impronta de articulista y poeta satirico, con marcado desprecio por el quehacer politico que en su madurez ejercidé con gran intensidad. El Galvan de El Oasis y de la Sociedad Amantes de las Letras, no es el mismo que funda La Raz6n en 1862. En su primera etapa comparte ideales éticos y espirituales que se empefan un tanto en la seguridad si exceptuamos la aparicién de su novela Enriquillo, en la que su autor recrea las abundantes noticias que nos legaron los Cronistas de Indias, especialmente el infatigable fray Bartolomé de las Casas. De la novela Enriquillo se han realizado decenas de ediciones en diferentes paises; ademas, ha sido traducida al inglés y al francés. EI ntmero de estas ediciones de Enriquillo se acrecienta con el volumen VIII de la Biblioteca de Clasicos Dominicanos, con prélogo y notas de Jacinto Gimbernard e ilustraciones de Cristian Martinez (Cris- mar), ediciones de la Fundacién Corripio, Inc. Santo Domingo, 1990. Esta edicién tiene la particularidad de estar ilustrada y ofrecer una foto del autor con su riibrica. Por lo tanto, artisticamente es una de las mejor presentadas, con un formato diferente a las publicaciones an- teriores. Con esta novela se enriquece la bibliografia literaria dominica- na y se le rinde un merecido homenaje a su autor al incorporarlo a la Biblioteca de Clasicos Dominicanos. José Ramén Lépez Lora acié en Montecristi el 3 de febrero de 1866. Murié en la ciudad de Santo Domingo, el 2 de agosto de 1922. Fueron sus padres José Maria Lopez Escarfulleri y Juana de Lora. José Ram6n Lépez ejercié el periodismo desde muy temprana edad. Ain no habfa cumplido los dieciocho ahos cuando era perseguido por sus articulos publicados en La Libertad. En 1886, encontrandose en la cArcel por segunda vez, logré escapar. Desde entonces inicié un largo autoexilio que se prolongé hasta 1897. Durante este perfodo escribié en la prensa de Puerto Rico y Venezuela. En este tltimo pais fue redactor de El Progreso y de El Tiempo. Al regresar al pais escribié en el Listin Diario, siempre en actitud combativa y reformadora. Fue un critico persistente de los males socia- les y politicos que padecia la sociedad dominicana. En 1909 fundé el diario polftico El Dominicano y en 1911 fundé también El Nacional. Asi- mismo se destacé en la redaccién de Pluma y Espada. Numerosas revis- tas locales, como La Cuna de América, se beneficiaron de su activa vo- cacion periodistica. 50 Tuvo plena conciencia de la realidad dominicana y lo expres6 en ensayos como La alimentaci6n y las razas (1896) y La pazen la Republica Dominicana. Contribucién al estudio de la sociologta nacional (1915), obras que han pasado a formar parte de una linea de pensamiento que se ha dado en llamar pesimismo domini- cano, sobre todo la ultima, por el crudo realismo que transmite. Siempre nos ha parecido de- masiado simplista esta categoriza- cién, pues si le damos credenciales de dogma, pesimista seria Salomé Urefia, cuando escribe “Sombras” y “Mi ofrenda a la Patria’; pesimis- ta seria Manuel Rodriguez Objio, 1-CUENTOS PUERTOPLATENOS BIBLIOTECA DE CLASICOS DOMINICANOS Jorge Tena Reyes JOSE RAMON LOPEZ a” . + CUENTOS PUCRTOPLATE::S Tomo Primero Sando Dominga. “Clg. ale C¥by- 20. 1904, cuando escribe en 1863 su largo poema “Historial”; pesimista se- ria también Gaston Fernando De- ligne. José Ram6n Lépez y los de- mAs personajes que hemos citado se expresaron en su momento, compelidos por situaciones ances- trales que ofrecfan poco margen para la esperanza, triste secuela de las dificultades sociales y politicas que de manera inveterada ame- nazaban el porvenir del pais. Para Joaquin Balaguer, el autor de La paz en la Reptiblica Do- minicana “se distinguid, entre los escritores de su generaci6én, por la sagacidad con que estudié como Catdlogo bio-bibliografico de la Biblioteca de Clasicos Dominicanos 51 socidlogo los fenédmenos caracteris- ticos de la evolucién dominicana”. José Ramén Lépez fue un cuentista y gil periodista. Se ha di- cho de él que es uno de nuestros mejores cuentistas, sobre todo en sus natraciones vernaculas, llenas ?.-ENSAYOS de “gracia y espontaneidad”, como Y ARTICULOS se percibe en sus aplaudidos Cuen- tos puertoplaterios. Ademas de cuen- tista, ensayO también, con menos fortuna, el género novelistico. Al concluir su presentaci6n del primero de los tres tomos que la Fundacién Corripio, Inc. le dedi- c6 a este autor, con un magnifico fee prélogo de la socidloga Ramonina Brea, Manuel Rueda expresa: “Después que el lector domi- nicano lo conozca a fondo, tras la lectura de los voltime- nes que hoy se ponen en sus manos, mds de uno se pre- guntard por qué no se le ha 3.-DIARIO rendido el homenaje que me- rece, por qué Montecristi, su ciudad natal, Puerto Plata y Santo Domingo, atin no le dedican un reconocimiento que vaya acorde con su im- portancia”’. BIBLIOTECA DE CLASICOS DOMINICANOS José Ram6n Lépez llegé a pu- blicar, entre otras obras que perpa- tuaron su fama de sociélogo, ana- lista politico, cuentista y ensayista: La alimentacion y las razas (1896); Cuentos puertoplatefios, tomo tinico publicado en 1904; Geografia de la América antillana, en particular de la Repiiblica Dominicana (191 5); Lapaz en la Republica Dominicana. Contribucién al estudio de la sociologia nacto- nal (1915). Incursioné también en aspectos estadisticos y produjo un Manual de agricultura. Fabio Fiallo Cabral acid en Santo Domingo el 3 de febrero de 1866. Murid en La Habana el 23 de agosto de 1942. Fueron sus padres Juan Ramén Fiallo y Ana Maria Cabral. En el parnaso dominicano el nombre de este poeta, encantador de doncellas y libador sempiterno de las delicias que produce la poesia cuando expresa la belleza femenina, quizds sea la figuraci6n humana mas representativa de un romanticismo tardio. Para José Enrique Garcia, prologuista de la seleccién incluida en la Biblioteca de Clasicos Domi- nicanos, Fabio Fiallo se sittia cronol6gicamente entre dos épocas: la ro- mantica y la contemporanea. Sin embargo, su obra se ubica en la prime- ra, la romantica, a pesar de la distancia temporal, pues en el momento de su nacimiento, ya se arribaba a una nueva visién del mundo y, de hecho, del arte, abriéndose la puerta de la modernidad, entendido el término en su sentido extenso. Fiallo escribe su obra en un tiempo en que se suceden varias vertientes de la contemporaneidad, sobre todo el modernismo y las vanguardias. No obstante, no participa de ellas, se instala definitivamente en la modalidad romAntica. 54 Jorge Tena Reyes Todo el que lea Primavera sentimental, coincidira en que el sello que més identifica la poética de Fabio Fiallo es la romntica, segtin lo acredita el prologuista José Enrique Garcia, sobre todo en poemas como “En el atrio”, donde el poeta aparenta sustraerse a la fascinacién feme- nina, aunque confiesa su claudicacién: Deslumbradora de hermosura y gracia, en el atrio del templo aparecié, y todos a su paso se inclinaron, MeENOS ‘YO. Como enjambre de alegres mariposas, volaron los elogios en redor: un homenaje le rindieron todos, MENOS YO. Y tranquilo después, indiferente, a su morada cada cual volvié, e indiferentes viven y tranquilos iay! itodos, menos ‘yo! Y en “Oriflama’, en forma mds galante y directa, el poeta supera a la beldad que lo cautiva: Deja que en tu sedosa cabellera hunda amoroso mis febriles manos, que sacuda sus ondas y a los vientos esparza su perfume delicado. De ahi que seria vano intento tratar de separar a Fabio Fiallo de su filiacién junto a Gustavo Adolfo Bécquer, José de Espronceda y Ma- nuel Acuria. No debe omitirse en esta apreciaci6n la estrecha relacién con Rubén Dario, patriarca insustituible del modernismo, como se pue- de ver en el libro compilado por don Emilio Rodriguez Demorizi: Rubén Dario y sus amigos dominicanos. Poemas, cartas, atticulos, definen la naturaleza de sus relaciones afectivas y literarias, por lo tanto, sin quitarle la etiqueta de romantico, Catalogo bio-bibliografico de la Biblioteca de Cldsicos Dominicanos habr4 que considerar a Fiallo un modernista por devocién y senti- mientos, pues estuvo muy cerca del monarca nicaragtiense. Para Dario Fabio Fiallo “en SUS VersOs COMO en SUS CUENtOS, es siempre un puro, un fino, un noble poeta [...]” y “ni en sus prosas ni en sus estrofas deja de ser senci- llamente pulcro y sentimentalmen- te elegante. “El sentimiento, he ahi su fuerza. Piensa a través de su cora- zon’. Asi consta en el articulo que le dedicé en 1911 con el titulo “Cantaba el ruisefior.” La cuidadosa selecci6n que forman los dos tomos incluidos en 59 FABIO FIALLO CUENTOS FRAGILES \eorenta de H ANAEUNLICH LAT See. NEW YORK 1UTik la Biblioteca de Clasicos Domini- Canos nos presenta a un Fabio Fiallo digno del prestigio que lo acompa- id como poeta galante y prosista sin remilgos. En cada escrito suyo estA presente el artifice del buen decir que le reconocieron sus co- etAneos y que ha trascendido el tiempo como legado perpetuo. Su bibliografia activa com- prende, entre otras publicaciones en versos: Primavera sentimental (Caracas, 1902); Canciones de la tarde (Santo Domingo, 1920); La canci6n de una vida (Madrid, 1926); Prosa: Cuentos frdgiles (New York, 1908); el cual fue traducido al ale- man y al italiano; Las manzanas de Mefisto (La Habana, 1934); Poemas de la nifia que estd en el cielo (Santo 56 Domingo, 1935) y La Comision Na- cionalista Dominicana en Washington (1920-21). Cuando en 1944 se publicé la Antologia de la literatura dominica- na, como parte de la “Coleccién Trujillo” se llega a decir que Fabio Fiallo era el poeta dominicano mas conocido en el exterior, y era tam- bién uno de los mds populares en nuestro pafs. Ese poeta del amor y del sentimiento también fue fino y elegante cuentista, como se apre- cia en Cuentos frdgiles. Fiallo tam- bién cultivé el periodismo, compro- miso casi obligado en su época. Su labor nacionalista y la defen- sa de la soberania nacional lo lle- varon a la carcel. FABIO nine ee I-LA CANCION DE UNA VIDA BIBLIOTECA DE CLASICOS DOMINICANOS Jorge Tena Reyes FABIO FIALLO 9-CUENTOS FRAGILES Y LAS MANZANAS DE MEFISTO BIBLIOTECA DE CLASICOS DOMINICANOS Dirigié también el semanario El Hogar (1894-95); en 1889 redacté La Bandera Libre; en 1905, en com- pafifa de Tulio M. Cestero, fundé La Camparia, y en 1920 la Unién Na- cionalista lo encarg6é de su érgano Las Noticias. Fue un asiduo colabo- rador del Listin Diario. Como servidor del Estado domi- nicano fue, ademas, Cénsul en Hamburgo, en New York y en La Habana, donde muri6 en agosto de 1942, Isidoro Américo Lugo Herrera Nee en la ciudad de Santo Domingo el 4 de abril de 1870, en la calle SAnchez esquina El Conde. Fueron sus padres Tomdas Joa- quin Lugo y dofia Cecilia Herrera. Murié el 4 de agosto de 1952 en la misma ciudad que lo vio nacer. Discipulo amantisimo de Eugenio Maria de Hostos, gran parte de su conducta civica esta inspirada en las prendas de la moral social del sabio maestro puertorriquefio. El hecho de no haber conciliado el mo- delo hostosiano de finales del siglo XIX, con una visi6n ecléctica al mo- delo dominicano del siglo XX fue su gran tragedia, aisl4ndolo de toda posibilidad de participaci6n en un eventual proceso de transformacién ética con la participacién de sus mejores hijos. Finalmente su hogar le sirvid de refugio, aislandose del mundo exterior. Abogado de un prolongado ejercicio, ensayista como historiador, fue el primero entre nuestros investigadores en recibir oficialmente el encargo de explorar los archivos europeos, especialmente el de Indias, en procura de poner a disposicién de los historiadores locales y extran- jeros las fuentes primarias de nuestro pasado colonial. Gran parte del resultado de esa labor, realizada en condiciones un tanto artesanal, por no disponer entonces de los actuales recursos técnicos para llevar a cabo este tipo de trabajo, consiste en 97 libretas que contienen importantes 58 Jorge Tena Reyes ‘nformaciones acerca de la historia dominicana, 7702 papeletas y unos 957 documentos. En 1938 se inicié su publicacién, comenzando en el No. 1 del Boletin del Archivo General de la Naci6n. La Misién Lugo, dispuesta por el asesinado presidente Ramén CAceres, se inicié en 1911 y se extendié hasta 1916. Durante ese perio- do exploré los archivos y la Biblioteca Nacional de Francia; el Archivo Hist6rico de Madrid, el Archivo General de Indias, de Sevilla, asi como la Biblioteca de la Ciudad de New York y la Biblioteca del Congreso, con sede en Washington. Ejercié el periodismo como tribuna para exponer sus ideas al set- vicio de los mejores intereses de la patria. Fue un nacionalista insobor- nable, hasta llegar a constituirse en un verdadero paradigma por su vida ejemplar. Los editoriales del periédico Patria, fundado por don Américo en 1922 en San Pedro de Macoris, son ejemplo de sus condiciones civicas y éticas. El mismo espiritu se refleja en los articulos aparecidos en el Listin Diario, en El Nuevo Régimen, en El Progreso, en La Cuna de América, en Letras y en El Tiempo, asi como en todos los demas medios nacionales y extranjeros en los que escribié durante su vida activa como profesional del derecho y escritor de fino estilo y de pensamiento aleccionador. La tragedia de ciudadanos de AMERICO la estatura moral del doctor Amé- LUGO rico Lugo ha consistido en pensar que nuestro pais ha debido ser ORR AS ESCOGIDAS como ellos lo concebian y no como realmente ha sido. De ahi su frus- traciOn y su incapacidad para sot- tear las vicisitudes, permitiendo con su ausencia el predominio de los medioctres, lastre que ha con- taminado nuestro anémalo proce- so hist6rico desde Juan Pablo Duar- te hasta nuestros dias. BIBLIOTECA : + a iepen ste Del Dr Américo Lugo se ha di cho que por su cardcter de “recie- dumbre inquebrantable, es muralla Catdlogo bio-bibliografico de la Biblioteca de Clasicos Dominicanos 59 de civicas virtudes y trinchera de patriotismo inmaculado”. Esto ex- plica su actitud ante la interven- AMERICO ci6n militar norteamericana de LUGO 1916. Ese acto de fuerza, contra- viniendo los mds elementales OBRAS ESCOGIDAS principios consignados en los Con- 9 venios internacionales, debia ser denunciado en todos los escena- rios donde tuviera cabida el de- recho y la justicia. Y asi lo hizo, a riesgo de su libertad y de su pro- pia vida. Su campafia periodistica y sus disertaciones en contra de este insdlito hecho motivé en 1920 DE CLASICOS DOMINICANOS que la llamada AltaComisi6n Mi- Siam litar lo detuviera como a tantos otros patriotas, pero su verticali- dad fue de tal magnitud que desconcerté al organismo opresor, al punto que aplaz6 la causa y el fallo no fue pronunciado y se le concedié la libertad mediante el pago de una fianza de $300.00. El apreciado periodista venezolano radicado en nuestro pais, Horacio Blanco Fombona, comenté el 12 de septiembre de 1920, en las columnas de la revista Letras que él dirigia: “Es esta una muralla més inaccesible que la china, tras la cual se coloca el reo, y coloca también al pais al colocarse él”. Y Pefia Batlle: es “paradigma de dominicanidad. Maestro y guia de su generacién’. Esa misma actitud irreductible acerca de la intervencién militar norteamericana de don Américo puede verse en los lineamientos programaticos del Partido Nacionalista, cuyos estatutos elaboré y cuya presidencia ostentaba en 1925. Pero como se suele decir que genio y figura hasta la sepultura, con ese mismo espiritu rechaz6 directamente a Rafael Leonidas Trujillo Molina, a través de una carta del 13 de febrero de 1936. En una carta anterior, también dirigida al generalisimo Trujillo Molina, el 4 de abril de 1934, le expresa la imposibilidad de aceptar 60 Jorge Tena Reyes ningin cargo oficial, ya que se habian hecho ofertas en ese sentido, “no solo a causa de mi estado de salud, sino también a causa de mi convic- cién de que el pueblo dominicano no constituye nacion”. Represent6 el pais en diferentes congresos y conferencias inter- nacionales, en las cuales demostré su competencia Su variada bibliografia bien puede ser considerada como modelo de voluntad y de dignidad. El 18 de julio de 1935 suscribieron el Dr. Américo Lugo y el Gobierno dominicano un contrato por US5,000 para escribir una Historia de la isla de Santo Domingo, desde el descubrimien- to hasta 1899, pero a Trujillo se le ocurrié decir el 26 de enero de 1936, durante la inauguracién de un acueducto y un mercado en la comuni- dad de Esperanza, que él habia confiado a Lugo “escribir, en calidad de Historiador Oficial, la historia del pasado y del presente”, aseveracion que Lugo rechazé tajantemente. Entendfa que “histori6grafo e histo- riador oficial huele a palaciego 0 cortesano, y yo soy la antitesis de todo eso”, y, ademas, para él “la virtud y la ambicién son en principio incom- patibles”. Su obra, en total, compren- de unos 26 titulos, entre otros: A punto largo (1901), donde dejé consignado que “gobernar es amar’; Heliotropo (1903; Ensayos AMERICO dramdticos (1906); Bibliografia LUGO (1906); Camafeos (1919); Los res- tos de Colén (1927); Baltazar Lépez OBRAS ESCOGIDAS de Castro y la despoblacién del nor- 3 te de la Espariola (1947); Recopila- cién diplomdtica relativa a las colo- nias francesa y espariola de la isla de Santo Domingo (1640-1701), tomo tercero de la Coleccién Trujillo (1944); Américo Lugo. An- tologia. Seleccién, introduccién y notas de Vetilio Alfau Duran. Li- DE CLASICOS breria Dominicana (1949); Anto- eee

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