Universidad Nacional de Colombia

Yonnathan Camilo Torres Rincón

Facultad de Ciencias Humanas
Departamento de Geografía
Fecha: 24/04/2019

UNA TIERRA ENSAMBLADA

El desarrollo social que alcanza la especie humana durante los últimos siglos la ha
llevado a especializarse cada vez más en los análisis socio-espaciales, para así
lograr ejercer un poder de control sobre los diferentes pueblos y culturas que se
forman en lugares determinados. Estas áreas pobladas gozan de una dinamicidad
del espacio característica de cada una de ellas. Al querer estudiar cada una de
estas áreas se desarrolla un discurso en la geografía que define desde diferentes
perspectivas el concepto de región, concepto que para el siglo XVIII se basaba en
que las representaciones geográficas fueran representadas por regiones naturales
definidas por cuencas hidrográficas, muchas veces sin tener en cuenta divisiones
político-administrativas.
Francisco José de Caldas expreso en su momento que: la geografía es tan
necesaria al estado como lo puede ser a un propietario el conocimiento perfecto
de sus heredades. Y es por esta razón que cuando se da el encuentro entre los
dos mundos, las monarquías europeas se preocuparan por explorar el territorio y
enviar cada vez más expediciones con el fin de conquistarlo y estudiarlo para
luego dominarlo. Pues bien, antes de preocuparnos por los españoles no solo
existía una territorialidad políticamente definida entre las diferentes tribus y clanes
presentes en el territorio colombiano, sino que además existía una inviolable
definición y uso de los espacios sociales. A su vez, el desarrollo alcanzado en los
métodos de organización de algunas culturas fue extraordinario para su tiempo,
como es el caso de los Muiscas que distribuían su población a través de núcleos
jerarquizados (una capital, unos centros de culto, núcleos menores). De esta
forma se denota una armonía constante entre las grandes tribus presentes antes
de la conquista, y sobresale su originalidad en la creación de su espacio que se
refleja en la distribución geográfica de la población, los caminos, los flujos de
comercio, entre otros.
Al entender que los mapas en la historia han sido vistos como objetos políticos, los
encargados de las expediciones en la colonia interpretaban y armaban rutas de
navegación, así como portulanos y cartas. Fue entonces cuando Juan de la Cosa
incorporo en el año 1500 el continente americano en un mapa, y a partir de ello se
desata una cadena de eventos que a manera de recopilar información de
diferentes investigaciones, expediciones y observaciones, pretenden representar
las riquezas de continente americano. Es por esta causa que al imponer
economías extractivitas y de saqueo, se crea en América un sistema económico
unificado en función de la distancia a los puertos marítimos, en donde el comercio
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y el intercambio de bienes estaba floreciendo. Para aquel entonces la división del

territorio colombiano se basaba en un sistema encomendero que dejo como
resultado la fundación de Bogotá, Popayán, Santa Marta, y Cartagena como
puertos más importantes.
Luego de pasar por el principio del eurocentrismo en el siglo XVI y de establecer
expediciones nuevas por parte de la casa de contratación de Sevilla, Abraham
Ortelius crea el primer estado del arte de la ciencia cartográfica, el theatrum orbis
terranum. Pues Ortelius al ser el cartógrafo real de Felipe II tenía acceso a
información única en el mundo, que a partir de la recolección de datos, estudios, y
mapas ya realizados, se concreta un producto final con una red de personas y
fuentes cartográficas a sus espaldas. Esto deja como resultado que a finales del
siglo XVII la regionalización del país se viera marcada por la creación del
Virreinato de la nueva granada, que montaban bajo su mando a las provincias de
Antioquia, Cartagena, Tierra firme, Choco, y Santa marta.
Al avanzar en las ideas científicas y contemplar una ideología Newtoniana se crea
la expedición Geodésica de la academia de ciencias de Francia que buscaba
medir exactamente la longitud de un grado de meridiano, sin embargo, Jorge juan
y Antonio de Ulloa, enviados españoles, recopilaron información más detallada
sobre la quina, el caucho e historia natural, pero sin duda lo más destacado fue la
realización de la Carta del rio amazonas donde se mapea por primera vez la
morfología de sus aguas. Para empezar el siglo XVIII la ilustración empieza a
implementar estrategias a base de información geográfica, y es por esto que para
1772 y bajo las reformas borbónicas se crea el plan geográfico del Virreinato de
Santa fe de Bogotá, que da como resultado un mapa elaborado por Moreno y
Escandon donde se manifiesta la demarcación territorial, las islas, los ríos, las
provincias y las plazas de armas del Nuevo reino de Granada.
En su mayoría los productos cartográficos son el resultado de una suma de tareas
y de datos recopilados por muchas personas en lugares y tiempos distintos, y esto
mismo fue lo que llevo a Jean Baptiste a construir más de 200 mapas con el mejor
detalle de la época; ayudado por la academia de ciencias de parís, cabe resalta
que entre estos mapas se encuentran muchos del territorio colombiano. Las
razones por las que el territorio colombiano fue mapeado desde sus límites
marítimos sale a la vista luego de conocer los principales puertos de comercio,
entre ellos Cartagena, que fue centro de dominio y por el cual se establecieron
grandes batallas. Fue por esto que se necesitaba una completa información
cartográfica para conocer sus mecanismos de defensa, vías de acceso, recursos
naturales, entre otros factores. Pero no fue hasta finales del siglo XVIII que la
corona emprende un proyecto para actualizar la cartografía de las costas y
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unificarla en el Atlas marítimo de España, en donde Alejandro Malaspina se

encarga de toda la costa América del pacifico, mientras Cosme Damián le
correspondía los puertos de América central. Este trabajo sirvió por muchas
décadas como la principal base cartográfica de las costas colombianas.
Después de preocuparse por las costas se empieza a cartografiar el interior del
país encabezado por sus acuíferos más importantes, el Magdalena, que
representaba el principal eje de penetración española y donde se daba la
movilización de productos y personas, y no cabe extrañar que fuera el Barón de
Humboldt quien cartografiara la Carta del rio grande de La Magdalena. A esto le
siguen el cura José Gumilla quien a través de sus misiones demostró la
independencia y la cartografía entre los ríos Orinoco y Amazonas, que más
adelante y bajo la Carta itineraria del rio Orinoco, echa también por Humboldt, se
destacaría la historia oral indígena y la experiencia nativa con la cual esta fue
creada.
Del otro lado del país he impulsados por ideas de comerciar entre los dos
océanos, se crean varios contenidos cartográficos con el fin de llevar proyectos
capaces de unir los dos océanos y sus rutas comerciales. Por esto se funda un
ferrocarril en panamá para ayudar a proyectar un comercio expandido. Con la
ambición de nuevos proyectos y con esperas de la nueva expedición botánica
Francisco José de Caldas llega a la capital para ejercer su cargo como geógrafo y
astrónomo en el nuevo observatorio astronómico de Bogotá, donde finalmente
daría forma al proyecto Atlas del Nuevo Reino de Granada. Caldas proporciono
grandes avances en la cartografía colombiana como lo fue el Estado de la
geografía del virreinato de Santa Fe de Bogota, además corrige el mapa general
propuesto por Baptiste, y de esta manera Caldas muestra su autoridad para
redefinir al país en sus límites, toponimia, etc. Como resultado de esto y para 1817
se acumulan más de 200 mapas en el observatorio astronómico. Su aporte mas
importante fueron los perfiles de los andes donde se veían mediciones
barométricas para determinar la variabilidad biología a diferentes alturas dentro de
las cordilleras.
La geografía de las plantas fue un aporte de suma importancia echo por Humboldt
luego de regresar a Europa con un arsenal de información, muestras y mapas. Y
fue gracias a Caldas que Humboldt empezó a relacionar la variabilidad de las
plantas en los diferentes climas y altitudes andinas, sin embargo, mientras Caldas
buscaba proporcionar información para crear una economía propicia y estable,
Humboldt buscaba redactar un inventario de especies para todo el mundo con su
laboratorio en las montañas de los andes. Mientras todo transcurría en la primera
mitad del siglo XIX se creaban 12 departamentos entre los cuales destacan
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Boyacá, Cundimarca, Magdalena, Cauca, Ecuador, Venezuela, que luego

pasarían a ser territorio de 19 provincias, hasta que en 1863 y bajo el nombre de
los Estados Unidos de Colombia se establecen los principales departamentos. No
fue hasta 1886 con el nombre de la Republica de Colombia y bajo un nuevo
mandato que los llamados departamentos fueron establecidos con el fin de
someter las provincias históricas a un mismo poder central.
Durante el cambio de mandatos la preocupación era por la política de la doctrina
Monroe que en 1822 obligo a buscar imprentas para elaborar el Atlas de 1822 con
el cual se daba reconocimiento al país y a sus nuevos gobiernos. Fue así como se
dan cartas como la Arrowsmith con las divisiones políticas de Suramérica, o la
implementación y distribución de la carta de la república de Colombia echa por
José Manuel Restrepo, al igual que el volumen XI de la historia de la revolución de
Colombia. Allí se destaca el elemento más importante que fue la organización y
división política del territorio. Al avanzar con la ciencia cartográfica y ver que se
publicaron ejemplares como el Atlas de Venezuela, Colombia crea una respuesta
luego de unos años y comandada por Agustín Codazzi la Comisión corográfica
colombiana en 1849 cuya principal primicia era la creación de un mapa y de un
inventario geográfico del territorio nacional, fomentando la construcción de vías de
comunicación, el comercio, y la inversión extranjera.
El trabajo de la comisión corográfica dejo más de 12000 kilómetros estudiados y
más de 130 manuscritos, donde se manifiesta la importancia de los guías nativos
para su elaboración, y bajo la técnica de medir distancias entre puntos
referenciales junto con la técnica “perspectiva ideal de las montañas” se establece
la sistematización de la información en patrones comunes que permitió dar cuenta
de las particularidades de cada región y de su importancia en los proyectos
nacionales. Finalmente, para 1889 se da a conocer el Atlas Geográfico e histórico
de la Republica de Colombia, compuesto por un recuento histórico de la historia
del país y sus grandes hitos y de grandes atributos geográficos en cada uno de
sus mapas.
De esta manera y para el siglo XX se empiezan a dar controversias y análisis
sobre la división regional del país, cuando Reyes establece los 26 departamentos,
luego con la determinación de regiones en el informe Lebret, regiones agrarias,
regiones económicas, entre otras muchas categorías que el país puede ser
estudiado. Es gracias a la historia que nos damos cuenta que los criterios dados
entre el siglo XVI y el siglo XXI han guiado la organización del territorio colombiano
a los intereses del poder político de turno, y a las formas espaciales caprichosas
que las elites políticas, económicas y militares han querido dar al territorio para
repartirse su dominio.