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Onchocerca volvulus, causante de oncocercosis

Autores: Geovannetti-Gallardo A; Molina- Carrillo, L; Oñate-Falon J

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA, SEDE SANTA MARTA

Semestre 1, Medicina

ID: 695168. 772522,772661

Resumen

oncocercosis es una enfermedad tropical, producida por el nematodo filárico Onchocerca

volvulus y transmitida por la picadura de la mosca negra del género Simulium. Se considera la

segunda causa mundial de ceguera prevenible y está presente en 35 naciones de tres continentes:

África, América y Asia. Las principales manifestaciones clínicas son dermatológicas y oculares;

pero también se han descrito alteraciones linfáticas y neurológicas. El diagnóstico se realiza por

identificación de microfilarias en biopsia de piel o esclerocorneal, nodulectomía para buscar

gusanos adultos o con lámpara de hendidura y observar el parásito en el ojo. Existe tratamiento

farmacológico con ivermectina o quirúrgico con extracción directa de los nematodos adultos de

los oncocercomas. Los programas mundiales se basan en control vectorial y farmacoterapia. Con

los conocimientos actuales y esfuerzos mundiales, además se han encargado de suministrar estos

fármacos a países con economía baja. La oncocercosis continúa siendo un grave problema de

salud pública y causa de discapacidad.


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Metodología de la investigación

Para la elaboración de este trabajo se realizó un estudio de diferentes fuentes bibliografías

además de hizo uso de la base de datos de la Universidad cooperativa dé Colombia, páginas web

como la de la organización mundial de la salud (OMS), Ministerio de salud nacional, manual

MSD (profesional versión).

Criterios de selección y estrategias de búsqueda

A la hora de recopilar la información para este trabajo y escoger la más adecuada, se

emplearon distintos métodos en donde se buscó dar con un dato o palabra clave, los utilizados

fueron: “onchocerca volvulus” parásitos” “etiología” “epidemiologia onchocerca” “OMS”

“oncocercosis” “onchocerca diagnóstico y tratamiento”.

Introducción

La presente investigación se refiere a Onchocerca volvulus. Una especie de nematodos que en

un estado adulto habita en el tejido conjuntivo y subcutáneo de la piel. La hembra puede medir

hasta 50 cm, mientras que el macho llega a 5 cm; por lo general forman ovillos encapsulados,

donde puede haber más de una pareja de parásitos. Las microfilarias no tienen membrana

envolvente y las masas nucleares no llegan hasta el extremo superior, su longitud varía entre 150

y 350 micras. Es responsable de la oncocercosis.


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La oncocercosis o también llamada “ceguera de los ríos”, este apodo proviene debido a que el

vector que transmite este parásito, se alimentan de corrientes rápidas. Esta afecta principalmente

la piel y los ojos produciendo diferentes formas clínicas, constituye la segunda causa de ceguera

infecciosa prevenible a nivel mundial. Las manifestaciones clínicas de esta infección se deben a

la reacción inflamatoria aguda y crónica frente a los antígenos liberados por la microfilaria

conforme emigra a través de los tejidos.

Los parásitos adultos dan origen a las microfilarias, las cuales se movilizan por la dermis sin

periodicidad especial; pueden invadir los ojos y ocasionalmente la sangre, ganglios linfáticos o

vísceras en la piel. Son tomadas por la hembra del género Simulium más comúnmente por

"Simulium damnosum", díptero hematófago que para alimentarse lesiona la piel y forma una

pequeña laguna de sangre, que se observa como un punto rojizo. Las microfilarias que están en la

dermis son succionadas con esta sangre y dentro del vector sufren transformaciones hasta llegar a

larvas infectantes que se localizan en el aparato picador del insecto. En este caso, el vector

insecto es la mosca negra, mientras que el huésped siempre será el ser humano.

La patología producida por los parásitos adultos consiste en nódulos subcutáneos llamados

oncocercomas, que están formados por tres partes, una cápsula fibrosa periférica, otra intermedia

fibrosa y celular vascularizada y en el centro los parásitos enrollados que pueden vivir 10 años o

más. Después de muerto el parásito, el nódulo se vuelve más fibroso. La localización de las

nodulaciones varía en las distintas zonas endémicas; en América predominan en la cabeza y el

tronco, mientras que en África tienen cierta predilección por la parte pélvica, muslos y brazos,

aunque se encuentran en cualquier parte de la piel. Por acción de la microfilarias y posiblemente

por procesos alérgicos, se producen dermatitis, alteración de la pigmentación, hiperqueratosis,

paquidermia, eczema, atrofia cutánea y fibrosis. Alrededor de las microfilarias muertas se forma
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un granuloma y un infiltrado de eosinófilos. En sangre circulante se pueden encontrar entre 15 a

50% de eosinófilos. Las microfilarias invaden los ganglios linfáticos que se vuelven fibrosos y la

obstrucción linfática, con linfadenitis, pueden causar hipertrofia de los tejidos y raramente

elefantiasis.

Según la organización mundial de la salud, más del 99% de las personas infectadas vive en 31

países del África subsahariana. También existen algunos focos de la enfermedad en América

Latina y el Yemen. En África, la estrategia fundamental para eliminar la oncocercosis es el

tratamiento con ivermectina dirigido por la comunidad, y en las Américas la estrategia es el

tratamiento semestral a gran escala con ivermectina. La OMS ha podido verificar que cuatro

países (Colombia, Ecuador, Guatemala y México) se encuentran libres de oncocercosis después

de haber aplicado con éxito, durante decenios, las actividades de eliminación de la enfermedad.

Para finales de 2017, otros tres países (República Bolivariana de Venezuela, Sudán y Uganda)

habían suspendido la administración masiva de medicamentos y habían completado el periodo de

tres años de vigilancia pos tratamiento por lo menos en una zona de transmisión. (Organización

mundial de la salud, 2016-2017).

Etiología y patogénesis

El agente etiológico es la especie Onchocerca volvulus, llamado también el gusano enrollado,

pues los adultos se encuentran de esta forma en nódulos u oncocercomas, por lo general en el

tejido conectivo subcutáneo; no obstante, a veces se hallan tan profundamente localizados que no

pueden ser palpados con facilidad. Son parásitos filiformes, de un blanco opalescente y romos en

ambos extremos. El macho adulto mide de 18 a 45 mm de longitud por 130 a 210 mm de ancho,
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y la hembra de 30 a 70 mm de longitud por 270 a 450 mm de ancho. Este parásito puede vivir en

el hombre hasta 15 años y es capaz de producir microfilarias por 9 años. La microfilaria de

Onchocerca volvulus no tiene vaina, sus núcleos no llegan al final de la cola y se encuentran

sobre todo en la piel y la conjuntiva corneal. Raramente se han encontrado microfilarias en la

sangre periférica, así como en la orina y esputo; pero es un aspecto que se debe tener en cuenta en

pacientes con una gran carga parasitaria. En cuanto a la patogenia, se producen dos procesos

patológicos en la oncocercosis. El primero está determinado por los gusanos adultos que se alojan

en las uniones de los vasos linfáticos del tejido subcutáneo, y consiste en el desarrollo gradual de

una cápsula fibrosa alrededor de los gusanos, lo que ocurre casi invariablemente sin que antes se

produzca una reacción inflamatoria aguda; por otra parte, este fenómeno se produce sin que los

gusanos mueran. Se trata de una lesión relativamente benigna de escasa importancia clínica en sí

misma. El segundo proceso es producido por las microfilarias que eliminan los gusanos hembras

en los tumores fibrosos; los embriones escapan hacia los vasos linfáticos de la piel y del tejido

celular subcutáneo y circulan en las capas de este tejido. En muchos de los individuos infectados,

las microfilarias migran dentro del globo ocular, por lo que se les asocia con la producción de

lesiones que son causa de pacificación de la córnea.

El parásito pasa por tres formas que se dan en el hombre, quien es el hospedero. Empieza

cuando el vector pica y le transfiere al humano las larvas estadio, que progresan a la adultez en

nódulos subcutáneos, en tres meses a un año. El macho mide de 2-5 cm, mientras la hembra tiene

una longitud de 33-50 cm y puede dar de 1 300 a 1 900 microfilarias por día, durante nueve años

en promedio. Los adultos pueden vivir en los nódulos por 15 años, aproximadamente.

Las microfilarias miden de 0.02-0.03 cm y migran a distintos lugares como globos oculares,

canales linfáticos y dermis, en los que pueden vivir de 12 a 18 meses, de allí son succionados por
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el hospedero intermediario, la hembra del género Simulium, para pasar a larvas estadio tres

(proceso que demora de 10-12 días) y completar el ciclo. El período prepatente (entre el inóculo y

la aparición de microfilarias) es de 15 meses en promedio.

Fig 1. Ciclo de vida, tomada de:

https://www.redalyc.org/jatsRepo/1590/159049704005/html/index.html

Epidemiologia
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Fig2. Distribución geográfica 2017, tomada de:

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/onchocerciasis

La oncocercosis se produce principalmente en las zonas tropicales. Más del 99% de las

personas infectadas viven en 31 países del África subsahariana: Angola, Benin, Burkina Faso,

Burundi, Camerún, Chad, Côte d’Ivoire, Etiopía, Gabón, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau, Guinea

Ecuatorial, Kenya, Liberia, Malawi, Malí, Mozambique, Níger, Nigeria, República

Centroafricana, República del Congo, República Democrática del Congo, República Unida de

Tanzania, Rwanda, Senegal, Sierra Leona, Sudán, Sudán del Sur, Togo y Uganda. La

oncocercosis también se transmite en el Yemen y las Américas.

En Colombia, en el año 1965 debutó el caso índice de oncocercosis con manifestaciones

oculares de la enfermedad. Este consultó por la pérdida casi total de visión por el ojo derecho y

los hallazgos clínicos fueron compatibles con lesiones por O. volvulus. El paciente residía en ese

momento en Buenaventura, no había salido nunca del país y procedía del departamento del

Cauca, de la región del río Chuare y Micay. (Assis-Masri & Little, 1965) Posterior a esto, durante

los años 1965 a 1989 se realizaron tres evaluaciones epidemiológicas que evidenciaron presencia
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de microfilarias en piel entre las personas evaluadas en la región circundante al rio Chuare. En el

año 1995, posterior a la creación del Comité Nacional de Oncocercosis, se realiza la delimitación

del foco colombiano y se descarta la presencia de un foco en la región fronteriza con Ecuador.

Entre los años 1996 a 2007 se realizó intervención con quimioterapia preventiva masiva con

Mectizan® con coberturas óptimas (cobertura superior a 85%) en la comunidad de Naicioná,

alcanzando en total 23 rondas de tratamiento.

Durante el periodo de tiempo que abarcó la intervención con quimioterapia preventiva, la

prevalencia de microfilarias en piel decreció de 40% en el año 1995 a 0% en el año 2007, la

prevalencia de queratitis punteada pasó de 32% a 0%. Teniendo en cuenta lo anterior, en el año

2007 el Programa para la Eliminación de la Oncocercosis en las Américas (OEPA por sus siglas

en inglés), recomendó al entonces, Ministerio de la Protección Social suspender el tratamiento

con Mectizan® por considerarse que la transmisión de esta en el foco de Colombia había sido

interrumpida. Se inicia el periodo de vigilancia epidemiológica pos-tratamiento que abarca los

años 2008 – 2010. En el 2010 se realiza la última evaluación entomológica que evidencia

ausencia de infección en los vectores examinados con lo cual se procede a solicitar la verificación

de criterios de eliminación por parte de la OPS/OMS. (Organización mundial de la salud, 2017)

Manifestaciones clínicas

las manifestaciones clínicas de la oncocercosis podemos encontrar las de compromiso

dermatológico, linfático, ocular y se ha relacionado en estudios con trastornos neurológicos como

la epilepsia.
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Manifestaciones dermatológicas

El hallazgo dermatológico clásico En de la enfermedad son nódulos subcutáneos,

denominados oncocercomas. Se presentan usualmente en la cabeza, torso y miembros inferiores.

Los oncocercomas son de evolución crónica, indoloros y ausentes de inflamación, su tamaño

varía generalmente de 1-2 cm, suelen presentarse menos de cinco nódulos, no obstante, algunos

pacientes pueden presentar más de 100. Existen otros hallazgos dermatológicos que pueden

aparecer en pacientes infectados tales como la piel de leopardo (despigmentación en miembros

inferiores) , la dermatitis, también llamada “sarna filariana”, que se presenta usualmente como

una inflamación papulonodular altamente pruriginosa, se le atribuye su causa a la reacción

alérgica desencadenada por el movimiento de las microfilarias por la dermis, puede acompañarse

de atrofia epidérmica, descamación, edema y cambios en la coloración de la piel.

Manifestaciones linfáticas

Las microfilarias eventualmente se pueden acumular en los canales linfáticos y provocar su

inflamación y ocasionan en la ingle un fenómeno llamado “ingle colgante”. Por la obstrucción

ganglionar linfática se puede causar elefantiasis, en la que, en ocasiones, cuando se da en el

escroto, se asemeja a una filariasis linfática.

Manifestaciones oculares

La oncocercosis tiene la capacidad de producir baja visión y ceguera secundaria a las lesiones

oculares resultantes de la migración de las microfilarias al ojo y la respuesta inflamatoria

desencadenada por su muerte. La enfermedad ocular activa atribuible a oncocercosis se define

con una prevalencia mayor al 1% de microfilarias en la córnea o cámara anterior del ojo. El
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segmento anterior del ojo se ve principalmente afectado por la presencia de las microfilarias

vivas o muertas. Las microfilarias muertas pueden ocasionar una uveítis grave con formación de

sinequias, cataratas, glaucoma secundario y degeneración de la retina. La córnea se puede ver

eclipsada por opacidades confluentes, que conducen, en última instancia a una queratitis

esclerosante con pannus fibrovascular y reducción marcada de la función visual. (Portal regional

BVS)

Diagnostico

El diagnóstico de la enfermedad se realiza mediante varias técnicas: la primera es la

identificación de las microfilarias en biopsia de piel (de la zona escapular, cresta ilíaca y los

miembros inferiores) o esclerocorneal, que se incuba por 24 horas, tras las cuales los parásitos

son visibles al microscopio (este es el estándar de oro vigente); la segunda es una nodulectomía

en busca de gusanos adultos y por último el uso de una lámpara de hendidura, para observar el

nematodo en la córnea, cámara anterior o en humor vítreo. Rara vez se encuentran microfilarias

en orina y en líquido cefalorraquídeo. De esta manera, en centros especializados de investigación

se cuenta con estudios altamente sensibles y específicos como:

1. Pruebas de anticuerpos: antígeno OV-16 y el sistema de inmunoprecipitación luciferasa de

OV, que demuestran un contacto previo, pero no infección y tendrían valor en áreas endémicas.

No ha sido aprobado para el diagnóstico en Estados Unidos.

2. Pruebas de antígenos.

3. Reacción en cadena de polimerasa (PCR).


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Anteriormente se utilizaba la prueba de Mazzotti, en la que se administraban 50 mg de

dietilcarbamazina al paciente y se notaba una exacerbación del rash cutáneo y prurito por la

rápida muerte del parásito.

Por el lado de los paraclínicos básicos, se encuentra eosinofilia y aumento de la

inmunoglobulina E, que son hallazgos poco específicos.

Fig 2. Recomendaciones diagnósticas, tomada de:

https://www.redalyc.org/jatsRepo/1590/159049704005/html/index.html

Tratamiento

El tratamiento de la oncocercosis se realiza con ivermectina. Este fármaco mata las

microfilarias y una única dosis mantiene la supresión de éstas durante un tiempo prolongado,

hasta un año. Además, puede tener un cierto efecto sobre los gusanos adultos, esterilizando a las

hembras, aunque sin matarlos. Se administra una dosis cada 3-6 meses hasta que el paciente se
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queda sin síntomas. A veces puede ser necesario realizar el tratamiento durante 10 años o más.

Como efectos secundarios pueden aparecer fiebre, mareos, picores, y dolores musculares o de

articulaciones.

En las personas que viven en zonas donde puede haber afectación por el gusano Loa loa la

ivermectina puede producir una afectación cerebral grave por entrada de los gusanos en el

cerebro. En estos casos, el tratamiento se recomienda que se realice con doxiciclina y albendazol,

o con alguna otra pauta.

Otros fármacos que se pueden utilizar en el tratamiento son la doxiciclina, la azitromicina y la

rifampicina. Son antibióticos que actúan contra la bacteria Wolbachia (endosimbionte del

Onchocerca). Adicionalmente, hay fármacos de uso veterinario como la moxidectina o el

closantel, que también podrían llegar a ser útiles en un futuro. Finalmente, la extirpación

quirúrgica de los nódulos subcutáneos se puede realizar en los pacientes cuyo síntoma principal

sea este.

Conclusión

Luego de la investigación realizada acerca de onchocerca volvulus, podemos decir que se ha

combatido arduamente la oncocercosis por medio de los programas implementados para

controlarla y eliminarla, estos han arrojado resultados prometedores y han disminuido su

incidencia. no obstante, continúa siendo un grave problema de salud pública y la segunda causa

de ceguera infecciosa. Por consiguiente, se hace necesario que los países con eliminación de esta

entidad supervisen continuamente la no reaparición de esta afección por medio de la vigilancia

activa para identificar oportunamente, confirmar o descartar la patología y activar las acciones
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necesarias para contenerla. La prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno son

los eslabones para impactar en la historia natural de la enfermedad, por lo que se requiere educar

y actualizar a todos los miembros del personal de salud en el tema y lograr el compromiso de

todos para tener un tratamiento adecuado.

Referencias bibliográficas

OMS. (14 de junio de 2019). Oncocercosis. Obtenido de tratamiento: signos y síntomas:

https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/onchocerciasis

Manual MSD. Versión para profesionales (febrero 2017, Reachard D, Pearson) recuperado de

https://www.msdmanuals.com/es/professional/enfermedades-infecciosas/nematodos-gusanos-

redondos/oncocercosis-ceguera-de-los-r%C3%ADos

Murray, (2017) Microbiología médica. Barcelona: Elsevier

Portal de personas con discapacidad, recuperado de: https://www.discapnet.es/areas-

tematicas/salud/enfermedades/enfermedades-endemicas/oncocercosis

Wikipedia. Recuperado de: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Oncocercosis

Access medicina. Recuperado de:

https://accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?bookid=1445&sectionid=96521943

Organización Mundial de la Salud. (2019)

Ministerio de Salud y protección social de Colombia. Recuperado de:

https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Oncocercosis.aspx
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