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El papel del arte en la Revolución Industrial

Leonardo Echeverri Barbosa

Docente:
Luis A. Carmona Sánchez

Universidad Nacional de Colombia


Sede Manizales
02/06/17
El arte ha sido, indiscutiblemente, el mayor testimonio de la historia humana, la mejor
muestra de la evolución social; cosas como la pintura, la música, la escultura y la
literatura son una herramienta fundamental para la construcción histórica de las
realidades sociales del hombre, son como una ventana para ver hacia nuestro pasado,
que además nos permite tener un testimonio personal de quien vivió esta realidad; por
tal razón he elegido el arte como eje principal de este escrito, que se propone entender
las realidades sociales que vivió el hombre (en el caso que más me concierne) durante
la revolución industrial. Entendiendo esto, me he planteado como objetivo demostrar
que el arte, específicamente la pintura y la música, fue usado para denunciar, de
manera consciente o no, las incidencias de dicha revolución y su sistema capitalista en
la sociedad europea, siendo Francia e Inglaterra los mayores exponentes de estas
denuncias artísticas. Ya con este objetivo claro, me surgen preguntas totalmente
válidas, tales como: el arte además de ser herramienta de denuncia, ¿puede también
ser una herramienta de protesta efectiva? ¿Puede el arte cambiar la realidad social del
hombre? Y si es así, ¿es el arte responsable de los cambios sociales durante la
revolución industrial? Las cuáles intentaré resolver conforme avance en este escrito.

Ubiquémonos en la Europa del siglo XVIII, donde se gestaban cambios importantísimos


que empezarían a moldear nuestro mundo moderno; en Francia, la revolución contra el
absolutismo y la ilustración, y en Inglaterra la revolución agraria que iniciaría la
revolución industrial. Para efectos de nuestra investigación, debemos entender la
evolución artística que se dio en este siglo, que había pasado ya por el Renacimiento y
el Barroco. “En el siglo XVIII iban a convivir, por tanto, dos polos opuestos: el rococó,
un arte aristocrático y cortesano, lleno de fantasía y refinamiento, que se apegaba a un
mundo ya caduco, y el neoclasicismo, un lenguaje más acorde con la nueva sociedad
burguesa, que plasmó sus ideales de orden, claridad y razón” (Calvo, 1998, p.513). A
finales de este siglo se produce la Revolución Francesa (1789) que marca ya el uso
exclusivo del neoclasicismo hasta mediados del siglo XIX, es esta corriente la que
representaría a la nueva sociedad burguesa que recién tomaba el poder, pero que al
final terminaría siendo un arte al servicio de la idea del imperio bonapartista.
Paralelamente en Inglaterra se estaba empezando la revolución industrial, con la
expropiación de tierra a los campesinos y la producción de algodón, como afirmó
Mijailov “La revolución industrial se inició en la producción algodonera”. Y surgieron en
ella diversas corrientes que tomaban los elementos formales del estilo medieval,
principalmente el gótico, y también arquitecturas más exóticas, como la india y la
musulmana.
Mientras estas revoluciones fueron cambiando a la sociedad europea, el arte también
cambió, dando como resultado el nacimiento de una nueva corriente que se
contrapondría al neoclasicismo, y esta fue el romanticismo, el cual se nutriría del
sentimiento nacionalista y exaltaría a los mártires de la lucha por la libertad. Es a partir
de esta corriente cuando el artista pintor comienza a denunciar a partir de su trabajo los
cambios sociales que estas revoluciones han generado. En Francia tenemos artistas
como Gèricault o Delacroix, los cuáles centraron su obra en temas de revoluciones
políticas, teniendo como mejor ejemplo a La libertad guiando al pueblo (Ilustración 1).
Mientras que en Inglaterra, artistas como Turner dedicaron su obra al paisajismo inglés,
teniendo como ejemplo a Lluvia, vapor y velocidad (Ilustración 2).

Ilustración 1. La libertad guiando al pueblo, por Eugène Delacroix. En esta obra podemos apreciar a la Burguesía y a la clase
trabajadora (izquierda) luchando juntos, a la juventud también en lucha (derecha) y a la libertad liderándolos a todos (centro).

Ilustración 2. Lluvia, vapor y velocidad, por Joseph Turner. Esta obra es una representación de la transformación del paisaje
inglés, a manos de la Revolución Industrial.

Sin embargo, el romanticismo no denuncia de manera directa, sino que rehúye de


estos cambios y trata de crear nuevas realidades en su arte. “Para la temática, se
ahondaba en la Edad Media y en la historia nacional, y se perseguía lo exótico y
pintoresco, que venían a satisfacer el rechazo por la triste realidad del momento”
(Calvo, 1998, p.518). Fue entonces que a mediados del siglo XIX, tras la consolidación
de la burguesía, la aparición del proletariado como clase social (1848) y la revolución
tecnológica el arte se vio obligada a buscar una temática más acorde con la realidad
social, y aquí es dónde surge el realismo, el cual cambia totalmente las ideas estéticas
y la concepción de la belleza, inspirándose ahora en la realidad y en la contemplación
amorosa del objeto. “Cada ser u objeto tiene su belleza peculiar, propia, que es la que
debe desentrañar el artista” (De la Encina, 1971, cap.8). De esta corriente podemos
destacar a tres grandes artistas, Gustave Courbet, comprometido con las ideologías
proletarias y con la representación de la realidad concreta en su obra; Honoré Daumier,
considerado uno de los mejores caricaturistas satíricos de todos los tiempos; y a Jean-
François Millet, pintor de la vida rural y campesina.

Ilustración 3. El entierro en Ornans, de Courbet.

Ilustración 4. El Ángelus, de Millet.

Ilustración 5. El vagón de tercera clase, de Daumier.


Paralelo a toda esta corriente, en Inglaterra otra forma de arte ha evolucionado y es
presentada para todo el público, la denominada música mecánica es llevada a las
calles, plazas y establecimientos comerciales, convirtiéndolos en lugares de encuentro
de música y baile. Esta música mecánica es producto de la industrialización y nuevas
tecnologías aplicadas a los instrumentos. Antes de la revolución industrial una orquesta
podía tener máximo 20 integrantes y las composiciones se caracterizaban por la
rapidez y el sonido íntimo, como podemos observar en las obras de Mozart o
Beethoven. Pero cuando llega la revolución y aplica sus tecnologías a los instrumentos,
el cambio es inmediato, estas mejoras técnicas le proporcionan al músico mucho más
volumen y la capacidad de sostener las notas por bastante más tiempo, lo que genera
orquestas de más de 200 personas y composiciones caracterizadas por notas largas,
lentitud, efectos y sonoridad, como podemos comprobar al escuchar las obras de
Strauss, Debussy o Wagner. Pero esta música seguía siendo muy inaccesible para los
ciudadanos, pues estaba orientada solo para la burguesía; entonces para cambiar esto
y orientar la música a todos los públicos, se decidió mecanizar los instrumentos y por
consiguiente mecanizar la música, lo que la convirtió solo en música de ambiente y
para animar fiestas. Así que, se podría pensar que la música no incidió en la sociedad
sino que solo se transformó con ella, pero aún no hemos tenido en cuenta las
canciones socialistas de finales del siglo XIX que se compusieron para los obreros, de
las cuales se destaca indiscutiblemente La Internacional, que adoptaron como himno
oficial los obreros de todo el mundo y la mayoría de los partidos socialistas y
comunistas.
Por consiguiente, puedo afirmar que tanto la música como la pintura, fueron
expresiones artísticas usadas como forma de protesta contra los cambios sociales que
la revolución industrial y su sistema capitalista generó en la sociedad, pero al no
encontrar ninguna base o evidencia de que estas expresiones hayan generado un
cambio, no puedo afirmar que sean herramientas de protesta efectivas.

Ahora tomando todos los datos aquí expuestos, puedo decir con seguridad que el arte
nunca cambia las realidades sociales, sino que el arte refleja de múltiples formas estas
realidades, desde los ojos del artista que las crea, y desde los ojos del hombre que las
interpreta, el arte no es más que el reflejo de la sociedad, y cuando esta cambia,
inevitablemente el arte también lo hará.
Bibliografía y Referencias

“Calvo, E. (1998). Rococó y Neoclasicismo. Enciclopedia Estudiantil Lexus. Arte. 513-


517.
“Mijailov, M. I. (s.f). Etapas Fundamentales del Desarrollo de la Técnica. La Revolución
Industrial. 2.1. 33-37.
“Delacroix, E. (1830). La libertad guiando al pueblo [pintura]. Recuperado de
http://www.wikipedia.org
“Turner, J. M. (1844). Lluvia, vapor y velocidad [pintura]. Recuperado de
http://www.wikipedia.org
“Calvo, E. (1998). El siglo XIX: La evolución de las artes plásticas hasta el
impresionismo. Enciclopedia Estudiantil Lexus. La pintura romántica. 517-521.
“De la Encina, J. (1953). Naturalismo o Realismo. Retablo de la pintura moderna.
Capítulo VIII.
“Courbet, G. (1850). Entierro en Ornans [pintura]. Recuperado de
http://www.wikipedia.org
“Millet, J. (1858). El Ángelus [pintura]. Recuperado de http://www.wikipedia.org
“Daumier, H. (1864). El vagón de tercera clase [pintura]. Recuperado de
http://www.wikipedia.org

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