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Capitulo 3 LA FAMILIA Y EL INDIVIDUO EL NACIMIENTO DEL INDIVIDUO EN LA FAMILIA El sujeto humano es esencialmente ur cultu- tal. Es inconcebible e inviable fuera de la cultura. Las leyendas de los hombres-lobo sélo pueden ser, por lo tanto, leyendas. También, entonces es inconcebible el sujeto humano aislado, fuera de los vinculos que lo ‘constituyan. En este sentido, el reac no es sdlo un ser relacionado, sino tam Pichon Riviere, un ser producico desde! 5 cur ala familia 6s Una estructura intermedia entre la sociedad_ y él individuo, el Ambito que media entre la cultura y el sujeto. Por eso, él proceso que dara lugar al sujeto huma- n9 se inicia a partir del momento en qué comi a ocupar un lugar en 6l espacio mental de los futuros padres, quienes van creando, ef su fantasia, image- nes conscientes, pero sobre todo inconscientes, acerca de sus expectativas respecto del futuro hijo, expectativas a sU vez infiuidas en mayor o menor medida por {as expectativas de Sus respectiva gen. Este pro ) continua luego y se intensifica en los sucesivos pasos que, muy esque- maticamente, se podrfan enumerar asi: 1) cuando se toma la decision consciente de tener un hijo; 2) cuan- do se produce la fecundacién y se confirma el emba- razo; 3) durante los largos nueve meses de gesta- cién; 4) cuando se produce el nacimiento biolégico; _ 55 5) a lo largo de los primeros meses de vida, hasta una época poco precisa, pero que puede ubicarse durante la segunda mitad del primer afio, momento en que se puede comenzar a hablar de la presencia de un sujeto, en la medida en que comienza a existir una separaci6n entre el sujeto y el objeto, entre el ni- fio y los otros. Se puede hablar entonces de un suje- to humano con un relativo grado de autonomia. Al principio, el nifio pequefio y la madre son insepara-_ a noiona como yo auxiliar del nifio (SU- ple las funciones yoicas® que el nifio no esta en con- diciones de éjercer atin). El nifio y su madre constitu- yen, pues, en esta etapa, una unidad. Observada desde atuera, esta unidad es vista como una diada: la diada madre-hijo. Pero desde el nifio no existe la “capacidad de diferenciar entre él y los otros. El bebé ‘experimenta sensaciones, placenteras 0 dolorosas, pero no distingue su proveniencia. Al comienzo, s6lo hay en élr 1 Unico lenguaje es el lenguaje corporal. Y su Unica memoria es una me- moria corporal. Y poco a poco comienza a desarro- llarse en él una memoria psicolégica del funciona: “miento_ |. Hay entonces primero una memoria fisiolégica, la que organiza los modelos funcionales corporales, pero cuando el funcionamiento fisiol6gico comienza a ser captado mentalmente, pasa a tener un sentido particular que fisiolégicamente no tiene (Gaddini, 1981). Y ése es un sentido magico, por cuanto el bebé considera que su funcionamiento cor poral es una creacién de la mente. Este proceso co- tresponde a lo que Winnicott ha llamado el proceso de ilusién, ilusién en Ta que él bebé cree que todo lo que sucede (y re Mos que en esta etapa no hay 26 Funciones del yo como instancia psiquica. 56 distinci6n entre él y los otros) es creacién de su men- (e omnipotente; se trata de la asi llamada etapa de omnipotencia infantil. Aqui no hay diferencia entre ei cuerpo propio y el cuerpo de la madre. La leche que viene a calmar el hambre y el pezén que es placen- tero succionar son vivides como creacién magica del bebé. A medida que transcurre el tiempo, el bebé co- mienza a tener experiencias: sensaciones tactiles de las zonas oral y perioral, el contacto con el seno ma- terno y el contacto de piel, el modo como es tamado, manipulado, van a ir dando lugar poco a poco al de- sarrollo de la nocién del s{ mismo. Esto va acompa- ftado por el proceso de Pesilusién, jproceso causado por la paulatina conciencia del nifio de la existencia de un n primer término la madre y, mas adelan- te, el padre (Winnicott, 1960). Asi va surgiendo la noci6n de si mismo (0 self) co- mo unidad, como algo ligado al cuerpo y, al mismo tiempo, comienza a desarrollarse un espacio mental que le permite al infante una creciente conciencia de su dependencia de la madre pero, a la vez, de sentir la posibilidad de confiar en la madre y en su amor. Este amor es sentido, en una primera fase, sobre to- do a través de los cuidados corporales y la respues- ta adecuada a sus necesidades. Asi se va desarro- llando, gradualmente, la noci6n de diferencia, del li- mite entre si mismo y el otro. Y, en primer término, el reconocimiento de la madre como un ser humano di- ferente. Junto a esto, Winnicott (1963) sefiala un momento decisivo en el desarrollo: el del pasaje del egoismo natural del bebé (0 “narcisismo") a la preocupacién por él otro (concern). El otro, que me desilusiona, es 57 stambién el que me gratifica. El nifio desarrolla enton- ces —dice Winnicott— un proceso que va desde la dependencia absoluta a la dependencia relativa y ha- cia la independencia (la total independencia por su- puesto nunca se alcanza: el proceso puede ser re- presentado por una curva asintotica, en que se va hacia la independencia 0, en todo caso, se logra una dependencia mas o menos “madura’). El meaio circundante facilitador (Winnicott) es el medio humano que rodea al nifio. Esta constituido por la madre, pero también por el padre y, en defini- tiva, por todo el grupo familiar. Tiene como funci6n fax, lo de las potencialidades con que el y ademas, tiene que tener un.creci- Miento por si mismo, es decir que debe adaptarse a las necesidades cambiantes del individuo que crece. Sus funciones han sido descriptas por Winnicott co- mo: 1) Sostén (holding): que permite el pasaje de un estado de no integraci6n a la integracién. 2) Manipulacién (handling), incluyendo aqui la im= portante funcién del contacto corporal, del tocar al ni- fio (ver mas adelante). 3) Presentacin de objeto (object-presenting): la madre se presenta al nifio como alguien diferente de 6127 El desarrollo implica asi: 1) la integraci6n: el nifio llega a tener nocién de si mismo, de sus limites, de su unidad; 2) la colusién psicosomatica (indwelling): la nocion-de que la mente mora en el cuerpo. Apare- cen el interior diferenciado del exterior y el esquema 27 Rocordemos que Winricot distingue la madre ambiente, la que sirve como. sostén (holding) al nif, y la maore-objeto, con la cual el niio desarrolla su pi ‘mera relacién con otro, ciferente 5B corporal. Y la nocién de limite que, desde el punto de vista objetivo, esta representado por la piel; 3) la re- lacion de objeto: | poder relacionarse con él otro co- imo diferente. A partir de aqui comienza a establacerse una rea- lidad psiquica?® interior personal; el nifio puede ako- fa recibir y dar. Es también el comienzo de la mente, @s decir de! pensamiento (proceso secundario y sim- olismo) y de la existencia de un espacio mental.2® A partir de la posibilidad de diferenciar el yo del no-yo (0 el si mismo del no-si mismo), se produce el pasaje de! objeto subjetivo al objeto objetivo, Mas adelante, Winnicott incluird la nocion del pasaje de la rolacién de objeto al uso de! objeto: “El bebé crea el objeto, pero éste ya estaba alli.” El sujeto (el bebé) “destruye” al objeto, pero el objeto debera sobrevivir ala destruccion. La destruccién, en efecto, juega un papel importante en la funcién del establecimiento de Ja conciencia de la realidad. Es un paso en el proce- 0 de ubicar al objeto fuera de la persona. Y sélo en- fonces, ubicado fuera, se lo podra amar. La psique) nace, para. Winnicott, como organiza: cién dela €iaboracién imaginativa del funcionamien- 0 corporal, es decir de “la condicion del cuerpo vivo". Enel estado de salud los confines del cuerpo coinci- den con los de la psique. a La salud implica la continuidad de ser que no de- be ser perturbada para el adecuado desarrollo del psique-soma. Para ello, se necesita, al principio, de 20 EI concepto de realidad psiquica tue establecido por Freud para referee @ Ip tealdlad" de los contenides de la mente, por oposicién a la realidad exterior, ‘ys decir la del mundo externo al suet. 29 &: espacio mental es la posibilidad que tiene un sujeto (io 0 adulto) de re orionat acerca de su experiencia, y de usar el pensamiento simbdiice (ver mas dolate) 59 un ambiente “perfecto”, que responda a las necesida- des del infante, pero luego esta necesidad, que es. absoluta al principio, pasara a ser relativa, La mirada de la madre funciona para el nif espejo: “El self se reconoce a si mismo enlos pre! J en la expresi6n facial de la madre, y en el espejo que después viene a representar el rostro de la madre” (Winnicott, 1975). Es el papel de espejo de la madre, | La madre constituye rato de inf} a” nifio (Gori, 1977). Es decir, ‘eva devil anna la nocién de ser él mismo, de reconocer y nombrar Sus afectos y sus estados de dnimo, sus deseos, etc or , 1952). En esta etapa ya a ela experiencia de un limite, un contin Wespude ce ia Pérdida que significa é! nacimiento. El objeto transi- Cional es un objeto que el nifio toma del mundo exter- NO cercano (un osito de felpa, la frazadita) y al que no vive como exterior a 61, pero tampoco como interior ©, mejor dicho, es externo e internio'ala vez, Es un sustituto de la madre; es el camino hacia el reconocimienta del otf como diferente y de la acep- tacion de fa ausencia, y por lo tanto, de la posi de simbolizar30 _De este modo, se va elaborando la separacién de- finitiva del ambiente y del cuerpo, y Se va producien- do cierto grado de reconocimiento del propio cuerpo, como diferente del cuerpo de ios demas. " ae "sstanca, la posibiidad del uso de simbolos, caraa palabras y/o imagenes, 60 Todo esto se ve enriquecido por fa elaboracion imaginativa de cada funcién corporal y por el creci- miento de la psique junto con el cuerpo, y también con el desarrollo de la capacidad intelectual. Junto a todo esto, se va dando el desarrollo gradual de una (relativa) independencia respecto de los factores am- bientales, lo que permitira una progresiva socializa- cién. La conducta inadecuada del medio (deficitaria y/o impredecible) lleva a una sobreactividad del funcio- namiento mental: en estos casos, la mente debe to- mar a su cargo la organizacion el cuidado de la pro- pia psique y del propio soma. Seguin Winnicott, algu- nas de estas personas, cuando son aduttas, pueden llegar a ser “madres maravillosas” para otros, pero a expensas de postergar permanentemente sus pro- pias necesidades. La colusién psicosomatica puede ser en estos ca- sos precaria; en momentos en que las frustraciones generan impotencia y futilidad, la conciencia del ha- bitar la psique en el cuerpo se debilita y puede pro- ducirse un déficit en la relacién psique-soma. En cier- tas psicosis, la psique (el alma) puede estar ubicada en otros cuerpos. Este fendmeno se expresa también en la idea de metempsicopsis: la psique —el alma— trasmutada a otros cuerpos (Resnik, 1986) Lacan y el estadio del espejo Lacan desarrollé su concepto del estadio del espe- jo, dentro del cual distingue tres etapas Primera etapa: Si a un nifio de seis meses se lo coloca delante de un espejo, reacciona frente a su 61 imagen como si fuera parte de la realidad exterior; por ejemplo, trata de apoderarse de ella. Correspon- de al estado de indiferenciacién yo-no yo y de ilusin omnipotent de Winnicott. Segunda etapa: El nifio ya no trata a esa imagen como si fuera un objeto real. Tercera etapa: Llega a reconocer su propia ima- gen en el espejo. Es una primera identificacion (pri- maria), que es dual (reducida a dos términos, el cuer= po del nifio y su imagen) e imaginaria (el nifio se identifica con un doble de si mismo, con su propia imagen). Hay una indiferenciacién de cuerpos: con- funde su cuerpo con el de los otros, tratados como imagenes especulares (relaci6n especular). Esta eta~ pa corresponde a una relacién dual (narcisista) e in- mediata con la madre: el nifio desea ser el comple- mento de la madre, ocupar el lugar de lo que a la max dre le falta (‘el falo materno”). Se identifica asi con el deseo de la madre; es el deseo del deseo de la ma- dre. Hay aqui una relacién dual, imaginaria, narcisis- ta, y alienacién. Son los rasgos del orden imaginario, Asi, en esta tercera etapa, se logra una primera sen- saci6n de unidad, de subjetividad y de integridad cor- poral. El nifo capta la forma global —gestalt— de su cuerpo propio. Este estadio corresponde al de la identificacién primaria de Freud y al de integracién’ psicosomatica de Winnicott, La separacién madre-bebé y . sus consecuencias. El apego (attachment) Anna Freud y D. Burlingham, en experiencias con bebés separados de sus madres e internados duran- te la Segunda Guerra (1942-44), comprobaron la im- 62 posibilidad de reemplazar satistactoriamente la figura materna. Decidieron entonces reorganizar las guar- derias, de modo que cada nifiera se hiciese cargo de un grupo reducido de nifios. Y, en estas circunstan- cias, los nifios comenzaron a mostrarse posesivos y celosos en relacién con otros si las cuidadoras pres- laban atencion a éstos, y presentaban gran inquietud cuando las cuidadoras se alejaban. También desarro- llaban una insélita hostilidad hacia ellas 0 se mostra- ban retraidos y daban sefiales de un profundo desa- pego. Reacciones que suceden siempre cuando se separa a un nifio de la figura materna durante un tiempo prolongado, cuando él prevé la separacién 0 cuando ésta es definitiva (posible origen de estados de ansiedad y depresién en la vida adulta). En los ni- fios pequefios se observa muy claramente la relacién entre un estado emocional y las experiencias actua- les recientes. Esta necesidad de contacto vital para el sujeto hu- mano (y muchos animales) ha sido denominada ape- go (attachment). Apego se define como “el vinculo afectivo que una persona o animal forma entre él y una figura espectfica (figura de apego). Un vinculo que tiende a mantenerlos juntos en el espacio y per- dura en el tiempo”. La conducta de apego es la que promueve la proximidad y el contacto (Mary Ains- worth). Para Bowlby (1973), la ansiedad que se despierta frente a la separaci6n o pérdida de la figura de ape- go es una respuesta “fisiolégica’, una sefial de alar- ma frente al peligro, ya que la figura de apego tiene una funcién biolégica protectora. Constituiria un me- canismo heredado filogenéticamente, mecanismo que cumple un papel de supervivencia y corresponde a lo que Lorenz (1983) ha llamado teleonomla, es de- 63 3) El sf mismo subjetivo (9 a 18 meses): es la eta pa de biisqueda y creacién de la unién intersubjetiva con el otro. Los infantes aprenden que su propia vida subjetiva (contenidos mentales y sufrimientos) puede ser comipartida con otro. Pueden retener en la mente estados mentales invisibles pero inferibles, como las intenciones y los afectos. 4) El si mismo verbak se forma después de los 15: meses. Las anteriores no son fases que se reemplazan una a otra: todas continuan creciendo y coexistiendo. Stern trata de comparar e integrar el infante clini- co (de la experiencia retrospectiva de los adultos) y el infante observado: la conducta examinada en el momento de su aparicién. Pero rescata la primordial importancia del nivel de la experiencia subjetiva. Capitulo 4 LA TEORIA VINCULAR Y LA TEORIA DE LAS IDENTIFICACIONES. FUNDAMENTOS DEL ENFOQUE PSICOANALITICO DE LA FAMILIA (HACIA UNA METAPSICOLOGIA VINCULAR) La palabra vinculo proviene del latin vinculum: |i- gadura, derivado a su vez de vincire: atar. En el Iéxi- Co forense se refiere a “la sujecién de lcs bienes al perpetuo dominio en una familia”. Pichon Riviére) (1971) afirmé que “no existe psi- quismo fuera del vinculo con los otros”. Y defini6 al vinculo. como “una estructura compleja que incluye el aujeto, el objeto y su mutua interaccién, a través de procesos de comunicacién y aprendizaje, en el mar- €0 intersubjetivo’. El tercero (0 los terceros) funcio- nan en el vinculo como el “tuido” de la teoria de la co- municacién. De modo que, para Pichon, el individuo fie constituye dentro de una estructura vincular triddi- €a, que definid como bicorporal y tripersonal, en el sentido de que, si bien al comienzo la relacién ma- dre-bebé puede aparecer como diddica, el tercero funciona permanentemente y actlia, ya desde el co- mienzo, por lo menos dentro de la mente de la ma- dre. En este sentido, \a situacién es triangular ya des- de el principio. Stern sefiala que ya a los 3-6 meses hay una inte- raccin madre-infante de miradas, que es similar al de la interaccién con conductas locomotrices entre: los 12 y 18 meses. Por otra parte, los infantes ejercen un control im- portante de la iniciacién, mantenimiento y termina: cién de y la evitacién del contacto con la madre. decir que ayudan a regular la participacién de la mis~ ma en la interacci6n. También Foulkes (1975) sefals al sujeto humano como inmetso en la trama vincular, y ha descrito el ontramado de los vinculos humanos como una red o 70 71 plexus, cuyos nudos representantes sujetos. Die mo- do que, si la red se deshace, también desapaxrecen los nudos, es decir los sujetos. El individuo nace, pues, de una red vincular \y per- tenece a ella inevitablemente. Ya nos hemos refferido, en el capitulo 1, a los fundamentos, dentro de la teo- rfa freudiana, de una concepcién vincular del pssiquis- mo. Las necesidades son para Pichon Rividre el ffunda-_ mento mofivacional del vinculo. Ya hemos hectho re: “erencia alla situacion de desamparo (hilfiosigkesit) ini- cial del sujeto humano y a su inviabilidad fuera cde los. vinculsg-con los otros. En toda estructura vincular el sujeto y el objetto ac-_ tan realimentandose, en una relacién dialéctioa. En_ el curso de este interactuar se va produciendo la in temalizacion de la estructura vincular, que adquiere | asi una dimensi6n intrasubjetiva. Lo que era interpsi- quico pasa a ser intrapsiquico. Las relaciones intra- subjetivas, 0’ estructuras vinculares internalizcadas, articuladas en un mundo: interno, van a integirar io que ha llamado el grupo interne (modificaciom del concepto kleiniano de munde interno), que represen- ta el escenario interior donde se intenta reconstiryir la realidad exterior. El grupo interno se constituye «@ par- tir de la iniernalizacion de los vinculos externos, dis- torsionados por las necesidades del individuo, «en un proceso que va de la intersubjetividad a la intrasubje- tividad: El grupo interno es, al comienzo, basicamen- te, la intemnalizacién de los vinculos familiares: ko que Laing ha‘tlamado la “familia’. El mod® como se inte- gre este grupo interno pasara a condicionar las ca- racteristicas del aprendizaje de la realidad. Tal aipren- dizaje estara mas 0 menos facilitado 0 distorsionado 72 segin que la confrontacién entre el Ambito de lo in- tersubjetivo y el de lo intrasubjetivo sea dialéctica o dilematica. Pichon reformula los conceptos (kleinianos) de instinto de vida y de muerte, dandoles una dimension intersubjetiva. Y en lugar de instintos, coherente con su teoria vincular, habla de dos tipos de vinculos: un vinculo bueno, originado en las experiencias gratifi- cantes, y un vinculo malo, producto de experiencias frustrantes. Pichon describe también una internalizacién eco- Jégica (unida a la nocién de querencia o pago), como internalizacién de! ambiente en el cual se desarrolla la vida del sujeto, rescatando la importancia del am- biente social en la constitucién y sostén de la identi- dad. El autor enfatiza asi el papel de las relaciones sociales como posibllidad del orden humano y \a gé- nesis del sujeto en el interior de la estructura vincular (negacién del narcisismo primario). El sujeto deseante es, antes que nada, sujeto de la necesidad. \'El individuo humano es un ser de ne- cesidades que sélo se satisfacen socialmente, en re- laciones que lo determinan. El sujeto no es sdlo un sujeto relacionado. Es un sujeto producido. No hay nada en él que no sea la resultante de la interaccion entre individuos, grupos y clases” (Pichon Riviére, 1975). A partir de estos presupuestos, define la psi- cologia como social. La familia es, en este contexto, una estructura in- termedia entre el individuo y la sociedad. Es, para Pi- chen (1980), la unidad basica de interaccién, el ins- trumiente socializador en cuyo ambito el individuo ad- quiere su identidad. Su caracter de estructura surge de la necesaria interdependencia entre los roles co- 73 trespondientes a la situacion triangular basica: pa- dre, madre e hijos, emergentes de las relaciones y las diferencias funcionales y bioldgicas. Esta situa- cién triangular basica y universal, con sus posibles variables culturales, determina el modelo que segui- ran las relaciones familiares. Para Pichon, la imagen interna que el individuo tie- ne de su grupo familiar esta distorsionada por deter- minadas situaciones ocurridas en algiin momento de su historia. E] mundo intemo y las fantasias incons- cientes se definen como “la crénica que el self reali- za de su vinculo a doble via con objetos internos". Siel individuo siente que pierde el control sobre el accionar de sus objetos internos, aparece la Vivencl de “locura’: sensacién de enloquecer y de derrumbe del yo. El sujeto enferma de inseguridad (‘por amor y de odio”, decia Pichon, es decir por necesidad —y fal ta— de amor y el consiguiente surgimiento del odio), ya que el grupo del que proviene no le permite lograt una identidad. No hay discriminacién: no se s “quién es quién’. La estructura y dinémica de su grupo interno, con: frontada con la realidad exterior, permite evaluar li intensidad del malentendido, para Pichon enfert dad basica del grupo familiar. Cuando alguien enferma, aparece la_tendend la ‘segregacién del enfermo como depositario. ansiedades del grupo. Se lo aleja con la fantasia di que desaparecerd la ansiedad, En la familia, el entermo es fundamentalmente portavoz de las ansiedades del grupo. Es el dep tario de las tensiones y conflictos grupales. Cuando la proyeccién de aspectos patolagicos es masiva, él 74 sujeto queda paralizado, fracasa en su intento de ela- boracién de la ansiedad y enferma (salto de lo cuan- litativo a lo-cuatitativo). Se configura asi el estereoti- po. La enfermedad opera, por otra parte, como de- nuncia de la situacién conflictiva y del caos subya- cente. El paciente se ha convertido en el portavoz, el “alcahuete” del grupo. EI misterio familiar subyace a menudo en los con- flictos.s@ Hay una conspiracién det silencio. El enfren- tamiento de este “misterio” es vivido como una ame- naza de catastrofe y, por lo tanto, la familia se resis- te al esclarecimiento. Esto lleva a un trato particular hacia el enfermo, una forma de “cuidarlo” para que los hechos queden ocultos, todo lo cual configura una sutil (0 no tanto) forma de segregacion. La tarea correctora consistira, para Pichon, en la feconstruccion de las redes de comunicacién, un re- planteo de los vinculos y una réestructuracion def in: lerjuego de roles. —— LAS IDENTIFICACIONES La identificacién es el mecanismo a través del cual un sujeto va construyendo su identidad, su nocion de or 6I mismo. Identificacién viene de idéntico, y de fa- ere, 0 sea, hacerse igual a otro. Freud (1921) establece dos formas de identifica- ol6n: primaria y secundaria, La identificacion primaria 0s la constitutiva del sujeto. Se produce “antes de to- da relacién de objeto” y “constituye la manifestacion mis temprana de la ligaz6n emocional con otra per- ®? Vor también en el capitulo 8, “Los secretos famiiares’ 75 ona’, “La identificacién aspira a formar el propio Yo Similar al otro tomado como modelo” (Freud, 1921). Por lo tanto, significa las presencias intencionales de los otros en el sujeto, de “los otros en nosotros” (Mijolla, 1975), fundamentalmente de las figuras rentales significativas, sus deseos y mandatos. El ob- jeto se erige en el yo. Los deseos de los padres siem- pre son, por otra parte, mas o menos contradictorios y conflictivos entre ellos, y también dentro de cada uno de los mismos (Losso, 1983). “La identificaci6n primaria entrafia un medio que todavia no se ha diferenciado de lo que sera el indi- viduo" (Winnicott). Precisamente este proceso de ‘identificacién primaria es el nucleo a partir del cual se construira él sujeto, y la nocién de ser 6! mismo (sf mismo'o sell). ; A estas identificaciones primarias se agregaran ms tarde la secundarias, con la resolucién del com- plejo de Edipo y la constitucién del supery6. Las identificaciones secundarias refuerzan la identidad, especialmente la sexual, como salida de la contlict- va edipica. El mandato fundamental que recibe el ni fio es paraddjico: “Deberas ser como yo pero no de- beras ser como yo.” Y asi se desarrollara la dramati- ca edipica. En este sentido, podemos comprender Ia idea de Freud acerca de ia identificacién con el padre (0 con los padres, como sefiala en una nota al pie de pagi- na) de la prehistoria personal. En este proceso es fundamentalla adquisicién de: la identidad sexual. Los padres asignan al nifio un se- xo y le transmiten un cédigo particular, contenido en el lenguaje (verbal y no verbal), y que sirve para la transmisién de los mensajes que han de inculcar una 76 determinada nocién de identidad sexual. Dicho cédi- go lingiifstico comprende el uso de los géneros —en ol sentido gramatical del término—, sustantivos mas- culinos y femeninos, pronombres, y nociones como las de papé-mama, nene-nena, ete.% En sus Tres en- sayos... (1905), Freud escribe: “La madre [...] des pierta la pulsion sexual de su hijo [...]; ensena al nino @ amar.” Y en 1911, en una nota al pie de su trabajo “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psiquico” (1911b), se refiere al-infante diciendo: “El infante, siempre y cuando incluyamos en é! los cuida- dos recibidos de la madre...” Esta frase vuelve a la idea de que el nifio es inconcebible fuera de su me- dio ambiente, y es una primera referencia a la idea de la constituci6n del individuo a partir de los otros, idea que sera desarrollada, a partir de 1914, con la Intro duccién del narcisismo: “His majesty the baby debe cumplir sus suefios, los irrealizables deseos de sus padres.” En ese texto el sujeto es presentado siendo, por un lado, “para si mismo su propio fin” y, por el otro, miembro de una cadena a la cual esta sujeto desde antes de su existencia como individuo. Doble cade- ‘na, en realidad: la de las generaciones y la de sus contempordneos. Pichon Riviere (1962-65) retomara esta idea con su metafora de “la cruz”: el individuo aparece en el entrecruzamiento de lo “vertical” (cade- na transgeneracional) y lo “horizontal” (cadena de los contemporaneos). Ya nos hemos referido en el capitulo anterior al im- portante texto de la Psicologia de las masas. (1921¢), que redefine a la psicologia como social, y que el individuo no es concebible fuera de la relacién 2 Vor también en o capt 5, “Sexual y fai’. 7 con los otros. Y la teoria de las identificaciones con- fiere status metapsicolégico a la dimensi6n trans- subjetiva de! psiquismo.%4 También Winnicott (1952) ha dicho que “el bebé no existe”, en el sentido de que constituye una unidad indisoluble con la madre (con la ‘madre ambiente’, és decir con el contexto fami- liar). Recordemos que, para este autor, el ambiente (es decir, basicamente la familia), con sus tres funcio- nes de sostén (holding), manipulacion (handling) y presentacion de objeto (object-presenting), debe cumplir las funciones minimas para favorecer el de- sarrollo del sujeto y su espacio mental, y funcionar como espejo que da sentido a las vivencias y a los atectos del infans. Piera Aulagnier (1975), con su concepto de contra: to narcisista, alude al mismo hecho de esta “atadura”” del sujeto humano. El sujeto debe asegurar la conti- nuidad del linaje y del conjunto social, y para aSegu- rar esta continuidad la familia y el grupo social debe- ran investir narcisisticamente al nuevo miembro. contrato narcisista asigna al futuro Sujéto un luga cial: “El contrato narcisista se establece gracias a preinvestidura narcisista por parte del conjunto, infans como voz futura que tomara el lugar para el cual fue designado...” (Aulagnier, 1975). Podemos: agregar que también es un lugar que le es signifi do desde las otras generaciones como ideales, valo- res, modos de lectura de la realidad, conforme al mi- to familiar.5\ El contrato_narcisista_permite_asi_k transmision de lo cultural, y tiene una funcién identi- ficante. implica una violencia fundante, que lleva a “que el sujeto tome un lugar y un sentido en las cade- nas generacionales a las que pertenece. 34 Ver capitulo 1. 35 Ver capitulo 8 78 Todo esto lleva a comprender que la identidad hu- mana es siempre una identidad construida a a partir de los otros. Y este proceso, si bien en la infancia es constitutive del sujeto, continda a lo largo de toda la vida. La experiencia clinica nos demuestra la vulne- rabilidad del sentido de identidad en los seres huma- hos y su dependencia del grupo familiar y del contex- 0 social. Esto ya ha sido sefialado por Freud cuando describe, en la Psicologia de las masas (1921), como ol sentido de identidad del propio yo se pierde dentro de la masa. La identidad, por lo tanto, es, a lo largo de toda la vida, una identidad que tiene que ver con los otros, con el grupo. Los MODELOS DE IDENTIFICACION Seguin cémo se produzcan las identificaciones, se- iin cémo funcionen las presencias intencionales que Sefialabamos, seran mas o menos favorecidos el cre- cimiento, el desarrollo y la autonomia de los indivi- duos. Las identificaciones normogénicas (Garcia Bada- facco, 1985) permiten la creacién de un espacio mental propio dentro del cual se puede sentir y pen- sar como individuo. Permiten que se establezca la colusién psicosomatica (Winnicott, 1960), es decir, la sensacién de que la mente habita en el cuerpo, y per- mite también el desarrollo de sensaciones de limites dol self corpéreo, o la creacién de una piel psiquica propia (Anzieu, 1986). A partir de esas identificacio- es se constituird una nueva identidad propia e iné- dita.36 1 Podcia hacerse al respecto una metétora digestiva, dciendo que las identi- Hieaciones son como las proteinas de la allmentacion:el proceso digestivo y de 79 El interjuego de vinculos dentro de la familia per- mite el desarrollo de una interdependencia reciproc: ‘sana, generadora de recursos yoicos (Garcia Bada- racco, 1985). Por el contrario, en cada familia en la que aparece patologia habra un predominio de identificaciones patogénicas (Garcia Badaracco, 1985), que son ali nantes. Cuando estas identificaciones constituyer una suerte de caricatura de personajes idealizados denigrados de la mitologia familiar, las hemos den minado triviales (Losso, 1990a). Como sabemos, vial viene de trivium, camino romano trifurcado, pet que en sentido figurado significaba camino trillado muy recorrido. Hablamos, por lo tanto, de triviales e1 el sentido de que son identificaciones con aspectos “esquematicos”, repetidos, conocidos y hasta carica- turescos de personajes de las fantasias familiare compartidas 0 del mito familiar.” Lacan y la identificacion Lacan incluye al proceso identificatorio dentro su teoria del estadio del espejo. Describe tres ti pos del Edipo: en el primer tiempo el nifio se identi ca con el deseo de la madre; este tiempo correspo de ala tercera etapa del estadio del espejo. En el st gundo tiempo, interviene el padre, introduciendo tercero y la Ley del Padre (0 “castracion simbdlica’), Es decir, el padre “separa” al nifio de la madre, pri vando a ésta del “falo’, introduciéndose entre el nifi y la madre. Er’el tercero se producird la tdentificaci6 asimilacion las converte de extrafias en propias. As, proceso identitcs hormegénico conviert las presencias de ios otros en elementos con los qua ‘constr la propia ident. 37 Volvoremos sobre ol tema en capitulos sucesivos. 80 con el padre (identificacién secundaria freudiana; ver \dentificacién) y aqui el sujeto ingresa al orden sim- bdlico: el padre real que interfiere es sustituido por el Nombre del Padre. Lacan incluye al proceso identifi- catorio dentro de su teorfa del estadio del espejo. Describe tres tiempos del Edipo: en el primer tiempo ol nifio se identifica con el deseo de la madre; este tiempo corresponde a la tercera etapa del estadio del ospejo. En el segundo tiempo, interviene el padre, in- voduciendo al tercero y la Ley de! Padre (0 “castra- cin simbélica’). Es decir, el padre “separa” al nifio de la madre, privando a ésta del “falo’, introduciéndose ontre el nifio y la madre. En el tercero, se producir4 \a identiticacién con el padre (identificacién secunda- tia freudiana; ver identificacién) y aqui el sujeto ingre- 4a al orden simbélico: e! padre real que interfiere es gustituido por el Nombre del Padre. 81 tasias. Uno de los signos de madurez de los padres es el de tener la capacidad de tolerar las ideas y fan- tasias de los hijos. Pero, al mismo tiempo, se debe- ran establecer claramente los limites de la accion. La castracién simbdlica (prohibicién) procura alivio por que, a través de olla, el nifio obtiene libertad psicolé- gica. Si los padres (o sustitutes) llevan a la accion esas fantasias, el nifo queda prisionero de esa ac cién y enterma, La familia tiene, pues, un papel fundamental en el desarrollo de la sexualidad, Una adecuada sexuali- dad en el adulto estara en relacién con el delicado equilibria entre endogamia y exogamia, entre la se- xualidad intratamiliar y la sexualidad extratamiliar. | EL CICLO VITAL DE LA FAMILIA I La familia —organismo_social—, como los indivi- duos —organismos biopsicosociales—, tiene tam- bién uni ciclo vital: nace, crece, 56 repi re. Y en este ciclo vital hay, como en los individuos, momentos de crisis, que ponen a prueba la salud y la madurez del grupo familiar. Hay épocas de crisis que implican momentos evalutivos,'de crecimiento; pero también en otros momentos |a familia puede detener- se en su desarrollo cuando no logra superar adecua- damente tales crisis. Toda crisis implica entrentarse con situaciones de pérdida y, por lo tanto, de necesi- dad de elaboracién de dualos. Estos son los momen: tos en los que puede aparecer, come intenta de solu- cién.44 la enfermédad familiar, o —lo mas frecuente— “46 Ya Freud sofal6 qua todo cintora rs msuitado de un procace tantativo de curacién 404 la enlermedad —fisica © mental— en alguno de sus miembros. El ciclo de vida familiar implica también las vicisi- tudes de los vinculos intersubjetivos entre los miem- bros de fa familia. Tales vinculos, desde ya, van cam- biando a lo largo dal tiempo. Se deberdn analizar, pues, los cambios en la familia y los cambios en la re- presentacién que cada uno de los miembros de la fa- decir, en los respects ropes tamilares internos (Pichon Rivié- re) ‘Las crisis se definen ademas —como se ha di- cho— come momentos de crecimiento, no solamen- te de los hijos, sino también de todos los miembros fed grupo familiar, cuando san adecuadamente supe- radas. Las crisis coinciden generaimente con momentos de la vida familiar ligados con su ciclo hist6rico, como por ejemplo: 1) El matrimonio y la unién de la pareja, momento. en que, entre olras cosas, debe pasarsé diel enamo- ramiento a la desilusién objetal y el desarrollo de un verdadero vineulo de amor, y 58 pone a prueba la ca- pacidad de convivencia de los miembros en la coti- dianidad.** 2) El nacimiento del primer hijo, con el cansiguien- te problema de la inelusiorde un tercero en la pare- Ja. En este pasaje de dos a tres, el hijo puede ser vi- vide como competidor an el amor del cényuge (como -tival edipico): desde un lugar infantil, el hijo funciona como el “hermanito* qué “lé quita a uno el amor da papa o mama® $5 yer tambin santa 6. 105 3) El nacimiento de hijos sucesivos, que puede: var, con mas o menos variantes, a la repetician de: situacion anterior. 4) La entrada de los hiyos on la escolaridad con consiguiente socializacién y su consecuencia, el tacto cercano y frecuente de otros grupos con el gi po familiar (grupos de pares, grupos fafriliares compafieros de los hijos) y, a través dé ellos, el i 80 de otros valores, habitos, modos de vida, ete., grupo familiar, que muchas veces cuestionan los lores famitiares, los que hasta entonces hablan ‘considerades como absolutos @ indiscutibles. 5) Ee aber y ecklescanda. de, los hijos, con el ‘edipica, con el riesgo del incesto verdadero. 6) La llamada crisis de la edad media (de los pa- dres}, que a menudo coincide temporaimente con puntas 4 y/o 5. Es un tiempa en el que los. padres — entre otras cosas— efectuan una revisién de todo io hecho y no hecho en sus vidas y se enirenian con la necesidad de abandonar las fantasias intantiles de omnipotencia. En este momento es cuando se penen mas en evidencia problemas no resueltes relaciona- dos con el sometimiento a las familias de origen, a las normas sociales, a las Conveniencias. etc. 7) La independencia de los hijos: la pareja, que hasta entonces puede haber tenido como pivote oe cuidado y alencién del desarrollo de las hijos, se en- cuentra de nuevo sola, y aqui se pondran a prueba la calidad @ intensidad de los vinculos entre ambos. Pueden reaparecer en este momento dificultades y contlictas no resueltos entre sus miembros. 106. 8) El fin de una etapa de lucha econdmica, la que puede haber unido durante muchos afios a la pareja en el lagro de metas econdmicas y de status social: compra de la casa, automévil, casa de fin de sema- na, etc, Esto significa un desatio para la familia, pues abliga a un replanteo de los abjetives familiares ty do la pareja). 9) El enfrentamiento con la menopausia (en la mu- jer) y con lz étapa climatérica (en ambos cényuges), con sus fantasias reactivadas de castracién e impo- lencia, 10) Las crisis econémicas, politicas, etc.. que po- nen a prueba la plasticidad familiar. 11) Las entermedades tisicas, las que por una par- te, alteran el equilibrio familiar, pero, por otra, a veces también aparecen como “solucién” a los problemas familiares. 12) El divorcio y sus consecuencias en los cényu- ges y los hijos.6 13) La canstitucién de “nuevas familias” o familias de segundas nupcias, con toda la problematca que surge a partir de la creacion de estos nuevos nticleos familiares? 14) La muerte de la generacién anterior (los abue- (os), lo que, entre otras consecuencias, lleva a la de- saparicién de las fantasias de los padres (de los pa- dres) como figuras protectoras. Los padres, en este momenta, se ven compelidos a asumirse como tales: tienen que dejar de ser hijos. Par otra parte, pasan a ser la generacion mas préxima a la muerte, con lo que se ven obligados a enirentarse con la posibilidad cierta de la misma. 48 yer canine 10. 47 Var cagitudo 11. 107 15) La muerte de alguno de los miembros de la milla, Gon el consiguiénte dueio, y ta tamilia que que- da incompleta. Estas crisis son momentos en los que, como clamos, la salud familiar se pone a prueba, Cad; sis requiere necesariamente, como se dijo, Una, boracién de duelos, pues implica la necesidad de boracién de pérdidas, Elaboracién indispensable el proceso de cambio, crecimiento y adquisicién 16V08 lagros por parte de todo el grupo familiar y de cada uno de sus miembros. LA FAMILIA SANA Algunas de las condiciones que caracterizan una familia sana*® son las siguientes: a) Predominio de las funciones “introyectivas” so- bre las “proyectivas*, mayor predominio hacia la se- xualidad exogamica que hacia la endogamica. b) Desarrollo de un clima emecional de contianza, pero también con organizacion jerarquica, con fronte- ras sexuales y generacionales claras, pero no imper- meables (“luncionales") c) Capacidad de cambio durante el curso de la vie da familiar, d) Capacidad de equilibrio entre intimidad y distan- cia en las relaciones intrafamiliares. ~ Prelerimos hablar de ‘amila sana y no de normal, ues este timo lécmino "Ras a un crtena normative y. por fo tanto. Bi cumplimieata de ciertas nor- a RECON, Que 8 vecRa evan A Una iperacaplaciOr” a Gchas MOF mas. 108 2) Posibilidad de discriminacion y logro de una (re- lativa) independencia de los miembros entre si y po- sibilidad de soportar la cercania.“® f) Posibilidad de usar los conflictos positivamente, estimulando los cambios y la adaptaci6n a situacio— nes nuevas, g) Plasticidad en las conductas y en la asuncién de roles.52 h) Vigencia de los procesos de mutualidad (Wyn- ne, 1958), que implican la posibilidad de comunica- cién que tiene la familia entre sus miembros como etapa de desarrollo anterior a la resolucién conjunta de los problemas. i) Adecuado grado de discriminacién si mismo- objeto. {) Poder lograr la integracién (colusién) psicosoma- tica (Winnicott): el reconocimiento del cuerpo como parte de los individuos y no negacién del cuerpo (fa- milias “puritanas") ni tratar al cuerpo como algo sepa- rado de la mente (familias “psicosomaticas”).5' k) Equilibrio en ja relacién de cada uno de los miembros con objetos internos y extemos. En el mantenimiento del equilibro familiar es im- portante el papel de! contexto sociceconémico, cultu- ral y comunitario: 45 6 ocr. posibldad oe grar ura setanca aptma: Recorders la path ‘Setopewaue bola e ing puercoeepines oP SO1pienon Fowero usapa Una metilors iviboistica, Bons que una lami ‘a ae come un buen epoch enw ave ca ar Hone By Pune yy st msion especitea pero al mismo tiempo tiene \a capacdad op Seguin fo reguioran lak cireunstancias, a tomar et kugar O° oa cove oovaabe (es de MODS, #6 dese hacerse cargo emporaria y operaivarerie, Ge tas fur ‘ones asigaanas & los otras 51 Ver capitulo 12 En lo social, un cierto grado de identificacion la sociedad (valores, habitos, etc.) es necesario funcionar, pero una identificacién extrema, sobre do de disconformidad critica con algunas de ta normas.. Una de las caracteristicas de la salud es que la fa- ‘milia no reconoce un tiempo en detencién de su de- Sarrollo: es un proceso de cambio continuo, pero ‘siguienda la idea winnicottiana— dentro de una “con= ‘tinuidad del si misma familiar” (Winnicott, 1988), La existencia de momentos depresivos en todos @ algunos miembros de la tamilia torma parte do la. \ud familiar, porque implica la revision de lo hecho ¥ modo, la historia de una sucesién de duslos. EI interjuego de vinculos dentro de la familia p 10 de la experiencia cultural, que comienza por el juego y conduce en general a toda la actividad cultural, la que se desarrolla én los espacios transicionales. Hemos adaptado este concepto a ta familia, de modo que las areas pasan a ser cuatro: 1) La vida en el mundo (extrafamiliar). 2) La vida en el mundo intratamiliar. 3) La vida de la realidad interior de cada uno de los individuos. 4) El area de la expariancia cultural: juego, humor, creatividad.

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