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La rueda celeste

Leí por ahí que alguien decía, con respecto a este libro, que era como si Ursula hubiera escrito
una novela de Philip K. Dick. Mientras leía el libro no pude sacarme esa idea de la cabeza. La
temática central de la obra es más propia de la mente enferma de K. Dick que de los mundos
antropológicos de K. Le Guin. En la novela un don nadie descubre de la nada y sin mayores
explicaciones que tiene un poder que lo equipara a un dios en la tierra. Nuestro protagonista,
expresión del cero absoluto, descubre que algunos de sus sueños son capaces de alterar la
realidad. De ahí en más, inicia una búsqueda frenética por desprenderse de estos poderes o en
su defecto por dejar de soñar. Luego de consumir drogas durante un tiempo es enviado a una
consulta con un psiquiatra. Luego de una explicación y algunas pruebas para corroborar que
los poderes del protagonista son ciertos, nuestro psiquiatra en turno decide hacer uso de su
paciente para alterar la realidad y mejorar gradualmente la vida en la tierra.
A pesar de su trama base el relato brilla por la pluma de Ursula. A la ya envidiable escritura de
la autora se le suma su profundo entendimiento de los temas propios de las ciencias humanas.
Estos detalles se dejan ver en algunas elecciones que convierten al relato, un relato que podría
haber sido uno más de los típicos relatos de la ciencia ficción dura, en una reflexión sobre la
condición humana a través del inconsciente.
Sin ánimo de adentrarme en spoilers, recomiendo esta novela a los fanáticos de la ciencia
ficción blanda, es una novela brillante, con una lectura etnográfica muy potente y que amerita
varias relecturas para comprender la profundidad de sus planteos.

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