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Instituto Teológico Internacional.


Vida Nueva para el Mundo A.R.

. _______________________________________________________________________________
Diplomado

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Neumatología

Títulos Descriptivos

I. TITULOS DESCRIPTIVOS______________________________

Al concluir en este lugar la discusión de la Tercera Persona tal como se indica


por su lugar en el nombre completo de la Deidad, puede decirse que todos los
nombres con que el Espíritu es conocido también son meros títulos
descriptivos.

Es llamado El Espíritu por que es espíritu, es llamado Santo por que es santo
hasta lo infinito, es identificado como El Espíritu de Dios porque El pertenece a
la Deidad, es llamado El Espíritu de Cristo porque por Cristo El fue enviado al
mundo.

En su libro The Doctrine of the holy Spirit (La Doctrina del Espíritu Santo), el
Dr. Juan F. Walvoord presenta un precioso estudio sobre los nombres del
Espíritu Santo. Esto bien puede incluirse aquí:

“Un examen de la revelación Bíblica sobre el Espíritu Santo indicará que en


ninguna parte Le es dado un nombre formal, tal como el que tenemos para el
Señor Jesu-Cristo; pero en cambio le son dados títulos descriptivos, de los
cuales el más común en las Escrituras y más usado es el de Espíritu Santo.
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Como Su persona es espíritu puro, al que nada material es esencial, en la


Biblia se revela como el Espíritu. El adjetivo descriptivo santo se usa para
distinguirlo de otros espíritus, que son criaturas. Un estudio de las referencias
al Espíritu Santo por varios títulos en la Biblia revelarán algunos hechos
significativos.

Las palabras básicas en el original también son usadas con referencia a otras
entidades distintas del Espíritu Santo. En el Antiguo Testamento, sin embargo,
ruach se usa más de cien veces para el Espíritu Santo. La cuestión de
interpretación entra en el problema. Cummings presenta una lista de ochenta y
ocho referencias al Espíritu Santo en el Antiguo Testamento (Through the
eternal spirit, p.36).

La Standard American Versión de la Biblia por medio de letras mayúsculas


indica considerablemente más que esto. De cualquier modo, los ejemplos son
numerosos y bien distribuidos en el Antiguo Testamento. Cummings anota que
el Pentateuco tiene catorce referencias (ninguna en Levítico), que Isaías y
Ezequiel tienen quince cada uno, y que las referencias están distribuidas a
través de veintidós de los treintainueve de los libros del Antiguo Testamento
(loc.Cit.).

El conciso sumario de Cummings sobre la importancia de estas referencias bien


pueden ser citadas: “Es imposible decir que los personajes crecen en número o
en claridad con alguna característica especial de los libros de la Escritura.
Parecen no tener relación especial con la cronología, como aparecen
particularmente en Isaías (750 A.C.), en Ezequiel (590 A.C), y en los libros de
Moisés.

Tampoco podemos trazar relación alguna con la comparativa espiritualidad de


los libros, aunque Isaías aparece tan a la cabeza en esta lista, siendo así que
Ezequiel se coloca primero, y Jueces tiene siete, Salmos tiene sólo seis,
Deuteronomio sólo una y 2 Crónicas, cuatro. Pero es posible discernir que cada
uno de los inspirados escritores han captado algún aspecto especial de la
persona o de la obra del Espíritu Santo, que esta repetido en sus páginas. En
Ezequiel, por ejemplo, es la acción del Santo Espíritu que transporta al profeta
corporalmente en los lugares en donde se le necesitaba, lo que sucede en seis
de las ocasiones de las quince apuntadas arriba.

En Jueces es la llenura del coraje o fortaleza a lo que se alude en cada uno de


los siete pasajes. En Éxodo es como el Espíritu de sabiduría que El es
considerado especialmente. En Su oficio como el dador de la inspiración
profética se habla más constantemente en los libros de Samuel y Crónicas. En
Isaías y en los Salmos la doble enseñanza concientemente al Espíritu es su
conexión con el Mesías, por una parte, y lo que pudiera llamarse sus cualidades
personales, tales como el ser contristado u ofendido por ingratitud o rebeldía.
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En el Nuevo Testamento las referencias al Espíritu Santo son aún más
numerosas. La palabra para Espíritu en el Nuevo Testamento, se encuentra en
262 pasajes, según Cummings, distribuidos por la mayor parte de los libros del
Nuevo Testamento. Para citar a Cummings, “Los Evangelios contienen 56
pasajes, los Hechos de los Apóstoles, 57, las Epístolas de San Pablo, 113, y los
otros libros, 36. De estos hechos se puede ver claramente que hay una
consistente referencia al Espíritu Santo desde el Génesis 1:2 hasta Apocalipsis
22:17, y hay una clara inferencia de que hay un constante y adecuado
ministerio del Espíritu Santo para cada dispensación.

Los títulos del Espíritu Santo como se traducen ordinariamente son objeto de
una significativa clasificación que proporciona un interesante fondo a la
doctrina.

De los muchos títulos y variaciones que se refieren al Espíritu Santo, se hallan


once títulos relacionados con el Padre:

(1) El Espíritu de Dios (Gn. 1:2. Mt. 3:16),

(2) El Espíritu del Señor (Lc. 4:18),

(3) El Espíritu de Nuestro Dios (1Co. 6:11),

(4) Su Espíritu (Nm. 11:29),

(5) El Espíritu de Jehová (Jueces 3:10),

(6) Tu Espíritu (Sal. 139:7),

(7) El Espíritu de Jehová el Señor (Is. 61:11),

(8) El Espíritu de vuestro Padre (Mt. 10:20),

(9) El Espíritu de Dios vivo (2 Co. 3:3),

(10) Mi Espíritu (Gn. 10:3),

(11) El Espíritu de Aquel (Ro. 8:11).

Se encuentran cinco títulos que relacionan al Espíritu Santo con el Hijo:

(1) El Espíritu de Cristo (Ro. 8:9, 1P. 1:11),

(2) El Espíritu de Jesucristo (Fil. 1:19)

(3) El Espíritu de Jesús (Hch. 16:7 V.R. y Nouvelle Edition Revue avec Parallels,
1954-N. del T.),
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(4) El Espíritu de Su Hijo (Gá. 4:6),

(5) El Espíritu del Señor (Hch. 5:9).

En los títulos se da abundante revelación para mostrar Sus atributos. A lo


menos diecisiete de estos títulos indican los atributos divinos de Su Persona.

(1) La unidad del Espíritu se revela en el título, Un Espíritu (Ef. 4:4),

(2) La implicación del título Siete Espíritus es perfección (Ap. 1:4, 3:1),

(3) Se afirma la identidad del Espíritu Santo en el título


El Señor es el Espíritu (2Co. 3:18).

(4) La eternidad del Espíritu Eterno (He.9:14).

(5) Espíritu de Gloria connota Su gloria, siendo la misma que la del Padre
y del Hijo (1P. 4:14).

(6) Espíritu de Vida, afirma la vida eterna del Espíritu (Ro. 8:2).

Tres títulos afirman la santidad del Espíritu:

(7) Espíritu de Santidad (Ro. 1:4),

(8) Santo Espíritu (Sal. 51:11, Mt. 1:20, Lc. 11:13), el título más formal
y más frecuentemente usado,

(9) El Santo (1Jn. 2:20).

Cinco de los títulos del Espíritu Santo se refieren


a Su participación como autor de la revelación y de la sabiduría:

(10) Espíritu de Sabiduría (Ex. 28:3, Ef. 1:17),

(11) Espíritu de Sabiduría e Inteligencia (Is. 11:2),

(12) Espíritu de Consejo y de fortaleza (Is. 11:2),

(13) Espíritu de Conocimiento y de temor de Jehová (Is. 11:2),

(14) Espíritu de verdad (Jn. 14:17).

La trascendencia del Espíritu se indica en el título,

(15) El Espíritu Libre (Sal. 51:112). El atributo de gracia se encuentra en


dos títulos,
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(16) Espíritu de Gracia (He. 6:29) y

(17) Espíritu de gracia y de oración (Zac. 12:10).

Muchos de los títulos que revelan Sus atributos también indican sus obras. En
la discusión de los títulos que revelan Sus atributos puede advertirse que el
Espíritu de Gloria (1P.4:14) se compromete a llevar a la gloria a los santos. El
Espíritu de Vida (Ro. 8:2) es el agente de la regeneración. El Espíritu de
Santidad (Ro. 1:14), el Espíritu Santo (1Jn. 2:20) es nuestro santificador. El
espíritu de Sabiduría (Ef. 1:17) el Espíritu de Sabiduría y de Inteligencia, el
Espíritu de Consejo y Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Temor de
Jehová (Is. 11:2) hablan de diferentes ministerios de Dios en la enseñanza,
guianza y fortalecimiento de los santos. El Espíritu de Verdad (Jn 14:17) tiene
una idea similar.

El Espíritu como el manifestador de la gracia, se revela en los títulos, Espíritu


de Gracia (Heb. 10:29) y Espíritu de Gracia y Oración (Zac. 12:10).

En adición a los precedentes, se le dan dos títulos al Espíritu afirmando Su


obra.

(1) EL Espíritu de Adopción (Rom 8:15) tiene referencia a nuestra adopción


como hijos.

(2) El Espíritu de Fe (2 Cor 4:13), aunque quizá impersonal, y en este caso


no refiriéndose al Espíritu Santo como tal, si se admite como una
referencia, indica el ministerio del Espíritu de producir fe en nosotros.

Otro título del Espíritu Santo y que no incluye el nombre espíritu, no obstante,
es el de Consolador (Paracletos), según Thayer, cuando se usa en su sentido
más lato, significa “un auxiliador”, “socorredor”, “ayudador”, “asistente”; así el
Espíritu Santo fue destinado a tomar el lugar de Cristo con los apóstoles.

Frecuentemente se encuentra en el Nuevo Testamento


(Jn 14:16,26; 15:26; 16:7).

Revela al Espíritu Santo como uno que está siempre listo para ayudar a los
cristianos. Los muchos títulos del Espíritu Santo con sus múltiples significados
hablan elocuentemente de las bellezas de la Persona y las maravillas de Sus
atributos. Los muchos aspectos revelados hablan de Su Persona infinita.

Si se citaran muchas otras Escrituras combinadas entre sí, probarían que los
títulos de Dios, Jehová, el Dios de Israel, Jehová Dios, el Dios de los Espíritus,
se refieren al Espíritu Santo.

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