Hace poco más de 2.000 años, el fi lósofo Platón introdujo los
átomos en varios elementos de los timios. Combinó un polígono regular, la llamada pieza platónica, en cada elemento clásico: tierra, aire, fuego y agua, de modo que la tierra era equivalente a un cubo, un octaedro de aire, un icosaedro de agua y un tetraedro de fuego. Platón pensaba que cada elemento estaba formado por sus propios átomos, como suponen las teorías actuales.
De los modelos atómicos actuales, basados en hallazgos
científi cos, el primero es el patrón de bulbo del buscador de electrones Joseph Thomson. Se había encontrado que el átomo era eléctricamente neutro pero estaba formado por partículas cargadas de diferentes marcas. Según la teoría clásica, el único modelo atómico permanente posible era uno en el que las partículas positivas y negativas se distribuyen uniformemente al átomo.
Sin embargo, Ernest Rutherford hizo un experimento en el que
bombardeó una delgada lámina de oro con partículas alfa. Para su gran sorpresa, descubrió que una pequeña parte de las partículas rebotaba a través de las demás, como si la mayoría del átomo estuviera vacío y solo un pequeño núcleo contenía toda la masa. Rutherford terminó en un modelo de sistema solar donde los electrones circulan un núcleo positivo de la misma manera que los planetas del sol. Sin embargo, el modelo atómico de Rutherford no sería estable, según la física clásica, porque los electrones en el movimiento circular pronto irradiarían su energía. Niels Bohr resolvió el problema argumentando que los electrones hacen circular el núcleo solo en ciertos caminos estacionarios permanentes. En el modelo de Bohr, los electrones solo se emiten cuando se mueven de una pista a otra al absorber o emitir un fotón. Las debilidades del modelo están relacionadas con el hecho de que de ninguna manera explica este cuanto.
Finalmente, físicos como Erwin Schrödinger recibieron la mecánica
cuántica desarrollada. El modelo atómico en el que los electrones forman nubes de probabilidad alrededor del núcleo: nunca se sabe con seguridad dónde está el electrón, pero es como si se extendiera por el espacio. Debido a la complejidad y la racionalidad de la mecánica cuántica, los modelos simples de Rutherford y Bohr todavía se utilizan en la enseñanza, y la mayoría de las personas todavía piensa en los átomos como pequeños sistemas solares. Si