“HAY QUE HALLAR A LOS ASTEROIDES, SINO ELLOS NOS VAN A
ENCONTRAR A NOSOTROS” Los asteroides son pequeños objetos rocosos que orbitan al sol siendo siempre más pequeños que un planeta, todos, resultado de la formación de sistemas planetarios. Éstos suelen clasificarse de distintas maneras, ya sea por su tamaño o su ubicación en el sistema solar, no obstante, todos son distintos entre sí, ya sea en su forma, tamaño o composición de la superficie. Dado que se formaron al mismo tiempo que el sistema solar dichos objetos pueden proporcionar mucha información acerca de la historia del universo. Es imposible para el ser humano acercarse a ellos mientras están en movimiento y siguiendo sus respectivas orbitas, aún así, esto no es del todo un problema ya que se puede aprender de ellos mediante el estudio de los llamados Near Earth Objets (Objetos cercanos a la tierra), principalmente de meteoritos que son pequeños fragmentos de asteroides que han volado a través de la atmosfera y cayeron a la tierra. La fotometría es aquella parte de la óptica que se encarga del estudio de las leyes relativas a la intensidad de la luz y de los métodos para medirla. En México como en otros tantos países la aplicación de la fotometría para el estudio de cuerpos celestes como asteroides es relativamente nuevo. Tal es el caso que, de alguna forma, la caída de meteoritos en países como Rusia, siendo más exactos la ciudad de Cheliábinsk provocó que gobiernos de primer mundo e instituciones de investigación como la Nasa o la Agencia Espacial Mexicana(AEM) volvieran a fijar sus ojos al cielo y comenzaran a invertir con más fuerza económica, y capital humano en este tipo de proyectos, así, con la ayuda y colaboración de éstos se creara una red internacional de observación de asteroides. Hoy en día, México cuenta con un grupo dedicado meramente a la observación de asteroides, esto, a raíz del segundo taller de Astrofisica Planetaria en la ciudad de Monterrey Nuevo León y aunque son pocas las personas que dedican su vida a esto, cada día hay más apoyo por parte de organizaciones o universidades con pequeños observatorios, además de que piensa implementar el uso de radares meteorológicos, en la conferencia también se hizo una invitación a volver a mirar al cielo y no dejar que otros países nos ganen esos posibles descubrimientos, ya que a pesar de que muchos de ellos han sido por investigadores, la gran mayoría, cerca del 90% se hace por medio de programas de computadora y cámaras mediante las cuales se puede hacer el seguimiento de los asteroides, e incluso en ocasiones afortunadas la recuperación de estos. En nuestro país los avances son lentos pero cada día más, inclusive el gobierno, aprobó la reforma al artículo 20 de la Ley General de Protección Civil, el cual habla sobre posibles desastres naturales causados por fenómenos espaciales, su alcance y el plan que deberá cumplirse en caso de éstos, así como comisiones especiales en caso de siniestros. Incluso aseguradoras incluyen paquetes contra fenómenos espaciales, en el caso de la caída de asteroides la mayoría han caído en zonas despobladas y si bien el impacto no ha causado muchos daños, la onda sónica sí. Esto, nos hace reflexionar, desde hace miles de años, las distintas culturas que han poblado el planeta tierra han tenido cierto respeto hacia fenómenos espaciales, los mayas son un claro ejemplo y si bien descubrir un asteroide, planeta, estrella o cometa es una tarea complicada y que implica mucho tiempo es bastante gratificante y como dice el doctor, hay que encontrar a los asteroides antes de que ellos nos encuentren a nosotros, la fotometría es una gran aliada, y con el tiempo en México se podrá estudiar mejor la composición y orbitas de los mismos ya que si bien se conocen muchas de ellas aún es posible ser más exactos en cuanto a estas trayectorias y como dice el Dr. Lorenzo Olguín Ruiz, a México aún le queda mucho por recorrer, no solo en el ámbito de la fotometría de asteroides, sino en la ciencia en general pero con ayuda de gente interesada todo es posible y ojalá algún día un asteroide lleve orgullosamente un nombre mexicano.