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Conceptos y modelos básicos

ROCÍO FERNÁ NDEZ-BALLESTEROS 1

OBJETIVOS DEL CAPÍTULO


• Conectar la evaluació n psicoló gica con la evolució n histó rica de la psicología y conocer sus
hitos má s importantes y los modelos derivados. • Conocer la terminología bá sica de la evaluació n
y diferenciar los conceptos bá sicos.
• Conocer los contextos en los que se demanda la actividad evaluadora.
• Ser capaz de diferenciar los distintos modelos teó ricos segú n un conjunto de condiciones y sus
distintas aplicaciones.
• Ser capaz de diferenciar entre los distintos objetivos de evaluació n.
• Conocer las distintas polémicas de la evaluació n y sus posibilidades de síntesis.
• Saber diferenciar entre las distintas agrupaciones de variables implicadas en un amplio modelo de
evaluació n presentado como síntesis conceptual.

1. INTRODUCCIÓN
Un psicólogo está realizando una exploración a un sujeto internado en un hospital psiquiátrico con el fin de llegar a un
diagnóstico y/o recomen-dar un determinado tratamiento. Indaga sobre el motivo de su ingreso, recaba datos de su
biografía mediante entrevistas, dialoga con el paciente y sus familiares con el fin de conocer sus condiciones
socio ambientales, le aplica una serie de tests y técnicas de medida con el propósito de examinar algunas características
psicológicas, observa su conducta en la sala hospitalaria, etc. Con base en todo ello, tras efectuar un
pormenorizado análisis de los datos recogidos, emite un diagnó stico y/o recomienda un determinado
tratamiento. Más tarde, una vez finalizado el tratamiento prescrito, el psicólogo vuelve a explorar al paciente valorando
los cambios que se han producido en su comportamiento y, en su caso, recomendando su alta. Este
psicólogo ha realizado una intervención psicológica en la que han existido distintos momentos de evaluación. En una
escuela se está efectuando una labor de orientació n a una serie de escolares; se trata de conocer
sus aptitudes intelectuales, así como sus intereses y preferencias profesionales, con el fin de recomendar una
determinada alternativa educativa. El psicó logo escolar realiza una serie de mediciones psicoló gicas
mediante tests y entrevistas y en colaboración con cada uno de los escolares, y, en base a las
oportunidades educativas existentes, logra establecer los estudios o la profesi ó n má s idónea
para cada sujeto. También este profesional de la psicología ha realizado una evaluació n psicoló gica base para
la tarea de orientació n vocacional. En una empresa se pide a un psicó logo que seleccione a los
candidatos má s idó neos para un determinado puesto de trabajo. El psicólogo, tras c o n o c e r e l p e r f i l
d e l p u e s t o d e t r a b a j o q u e e l cliente pretende, efectú a una serie de exá menes psicoló gicos
a los candidatos presentados a base de tests, entrevistas, observaciones, etc. Finalmente, a partir de los resultados,
el psicólogo presentará un listado de aquellos candidatos especialmente id ó neos. Ese psicó logo
tambié n llevó acabo una evaluación psicológica como base de esa tarea de selecció n de personal. Se requiere
un estudio pormenorizado de una institució n infantil —pongamos por caso un centro de educació n
especial— con el fin de proceder a determinados cambios encaminados a una optimizació n de sus
servicios. Un grupo de psicó logos y otros profesionales examinan, de ese cont e x t o , a s p e c t o s
f í s i c o s y a r q u i t e c t ó n i c o s , d e política organizativa, de clima social, analizan las relaciones
entre tales condiciones y el comporta-miento de los usuarios y, finalmente, llegan a establecer una serie de
recomendaciones de cambio. Estos científicos sociales han tenido que realizar evaluaciones psicoló gico-
ambientales antes de re-comendar cambios ambientales. Se trata de valorar una intervenció n,
trata-miento o programa con el que se desea conseguir una serie de cambios conductuales en funció n
de una serie de objetivos propuestos. Los psicólogos encargados de tal valoració n seleccionan una serie de
tests o instrumentos de medida con el fin de e v a l u a r l o s c a m b i o s c o m p o r t a m e n t a l e s f i n a l e s

1. Contrariamente a lo sostenido por Meyer et al. (2001),que sitú an la evaluació n psicoló gica en el contexto
clínico(Fernández-Ballesteros, 2002).
producidos por la intervenció n o indicadores sobre sus efectos. También, en este caso, se han de realizar
evaluaciones que, cuando tienen que ver con la conducta, son también psicoló gicas. En un laboratorio
universitario se está efectuando un experimento para tratar de comprobarlos efectos de
determinadas manipulaciones experimentales en una serie de pará metros de las respuestas (motoras,
fisioló gicas o cognitivas) de un grupo de sujetos. El proceso de recogida de datos sobre las variables
dependientes mediante observació n, de registros mediante aparatos o autoinformes supone, también,
tareas evaluativas. Estos y otros muchos ejemplos son demostrativos de la importancia y diversidad de la
evaluació n psicoló gica en distintos contextos aplicados; incluso cabe decir que son tareas evaluativas
lasque con mayor frecuencia realizan los psicólogos (Ferná ndez-Ballesteros, 1994). Sin embargo, a la hora de
describir tales tareas hemos utilizado diferentes rú bricas, del mismo modo que los propó sitos
perseguidos en los distintos contextos de aplicación han sido diferentes. Todo ello requiere una
aclaració n; se trata de establecer el concepto de los diferentes términos utilizados (psicodiagnó stico,
medició n, evaluació n, valoració n) en la prosecució n de distintos objetivos (diagnó stico,
orientació n, selecció n, cambio) con el fin de llegará una definició n de lo que es o comprende la
evaluació n psicoló gica.

2. ALGUNAS DISTINCION ESTERMINOLÓGICAS

La constante, en todos los ejemplos presentados en el apartado anterior, estriba en que existe una serie de
actividades de exploració n, medida o aná lisis de comportamientos o fenó menos psicoló gicos relativos
a un sujeto, o grupo especificado de sujetos, que se realizan mediante un proceso de indagació n y toma de
decisiones. La diversidad estriba en que tales actividades se realizan con variados propósitos, en contextos
diversos. Así, no tiene nada de extrañ o que tal pluralidad de actividades, contextos y objetivos
psicoló gicos haya determinado que, a lo largo del tiempo y de los distintos contextos culturales, las
acciones evaluativas hayan adoptado diferentes denominaciones. En primer lugar, como señ alá bamos en
otro lugar (Ferná ndez-Ballesteros, 1980, 1992, 2003; véase también Pelechano, 1988),
el término psicodiagnóstico tomó carta de naturaleza, tanto en Españ a como en otros contextos
europeos, para hacer referencia a las actividades que nos ocupan y sirvió , incluso, como título de
las correspondientes materias de los distintos planes de estudio de psicología durante muchos años. Con
una clara semá ntica mé dica y origen europeo (inicial mente utilizado por Herman Rorschach para
de-signar su conocida té cnica de interpretació n de manchas de tinta), tal denominació n ha
perdido, hoy en día, parte de su vigencia. Sin embargo, aunque su ámbito de generalidad haya
decrecido, tal término sigue teniendo aplicabilidad cuando el objetivo de evaluación es el del diagnóstico
psicopatoló gico: es decir, el de establecer la clasificació n del sujeto en estudio con fines clínicos. Tal
objetivo de la evaluació n psicoló gica es coincidente y compartido con otros á mbitos
profesionales dado que esos sistemas de clasificació n psic o p a t o l ó g i c a u s u a l m e n t e
p r o c e d e n d e u n a especialidad mé dica como es la psiquiatría. Sin embargo, la evaluació n
psicoló gica —que incluye el diagnó stico psicopatoló gico— trasciende este á mbito y abarca los distintos
contextos de aplicació n de la psicología 1.

Por otra parte, a lo largo de nuestros ejemplos hemos hecho referencia a la aplicació n de tests, té cnicas o
mé todos de evaluació n que con lleva cualquier actividad evaluativa. Es decir, no cabe duda de que,
cualquiera que sea el objetivo o el contexto de evaluación, han de ser aplicados una serie de dispositivos de medida
o análisis en los que basar los juicios emitidos. Así, a lo largo de la historia de la evaluación psicológica se ha producido la
equiparació n de la evaluació n psicoló gica con los procedimientos de recogida de información a través de
los cuales se realiza ésta —y, más concretamente, con los tests—, que ha llevado, incluso, a denominar a nuestra
disciplina «tests psicoló gicos». O, en otras palabras, se ha equiparado la evaluació n con la pura acció n de
1. Contrariamente a lo sostenido por Meyer et al. (2001),que sitú an la evaluació n psicoló gica en el contexto
clínico(Fernández-Ballesteros, 2002).
aplicar tests (oTesting; Anastasi, 1988). Evidentemente, la importancia de las técnicas a utilizar durante el proceso
evaluativo es grande; ahora bien, elpropioCronbach (1990) señ ala có mo evaluació n es un término más amplio que el
correspondiente a la mera aplicació n de tests, ya que connota la integració n y valoración de la información
recogida. El término «evaluació n» comienza a utilizarse en Estados Unidos en los años cuarenta del
pasado siglo por la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) con el fin de hacer referencia a la integración de un
con- junto de observaciones realizadas en situaciones controladas y otros tests psicológicos cuyo objetivo e r a
s e l e c c i o n a r a p e r s o n a s p a r a d e t e r m i n a d o s puestos (véase, por ejemplo, Cohen, Swerdik y Phillips,
1996). Por eso, hoy en día, también en bibliografía anglosajona, ha ido decayendo el término «tests
psicológicos» a la vez que se ha ido consolidando el de «evaluación psicológica». Hasta aquí, brevemente, hemos tratado
de diferenciar las tres denominaciones má s importantes de la disciplina que va a desarrollarse a lo largo
de estas páginas, con lo que, también, estamos justificando el propio título de esta obra. Pero, además, conviene
añadir, como punto de partida (como ya lo señalábamos hace años; Fernández-Ballesteros, 1980, 1992, 2003; véase
también Sundberg, 1977; Pelechano, 1988), que en los ú ltimos veinte añ os se ha producido una
ampliació n del objeto de la evaluació n psicoló gica. Así, en nuestros tres primeros ejemplos, la evaluación se
dirigía, fundamentalmente, al estudio de las características psicoló gicas del/los sujeto/s en evaluació n,
mientras que en nuestro cuarto y quinto ejemplo la evaluació n se refería a un específico contexto
habitado o, incluso, en nuestro quinto ejemplo (y, en parte, en el primero) la evaluación o valoración se dirigía a una
concreta intervención. Todo esto, que será ampliado convenientemente en las próximas pá ginas, plantea la
necesidad de distinguir entre dos términos etimoló gicamente idénticos en españ ol: «evaluació n» y
«valoració n». Pues bien, tratando de diferenciar entre ambos, a través de u n e s t u d i o e m p í r i c o
( F e r n á n d e z - B a l l e s t e r o s , 1985) se puso de relieve que «evaluaci ó n ( a s sessment) hace
referencia, fundamentalmente, al examen o exploració n de personas, mientras que «valoració n»
(evaluation) implica juicios de bon-dad referidos a objetos (puestos de trabajo, tratamientos, programas).
P o r t o d o e l l o , h e m o s a d o p t a d o e l t é r m i n o «evaluación psicológica» por cuanto vamos a pre-sentar
una visió n introductoria sobre el estudio científico, mediante una serie de procedimientos de recogida
de informació n, de las actividades psicoló gicas de una persona (o grupo especifica-do de personas)
con el fin de alcanzar los objetivos propuestos, que pueden ser de muy variado tipo, desde el
diagnó stico psicopatoló gico al aná lisis de un cambio de conducta o a la valoració n de intervenciones.
Hasta aquí, una referencia sincró nica de los elementos definicionales pertinentes a esta
disciplina. A continuació n vamos a tratar de hacer una breve reseñ a con el fin de presentar un
aná lisis diacró nico de los hallazgos e hitos histó ricos que justificará n, desde esta perspectiva, el
concepto de la evaluació n psicoló gica que sustenta esta obra.

3. BREVE RESEÑA HISTÓRICA RECIENTE
Cualquier texto de evaluació n psicoló gica remontará sus orígenes a la antigua China (nada menos
que 2.200 añ os antes de Cristo), o incluso pruebas de sus antecedentes parecen encontrarse en la
Biblia y, desde luego, a todo lo largo del pensamiento humano (tanto filosó fico como médico)
desde Hipó crates hasta Plató n o desde San A g u s t í n h a s t a l o s e m p i r i s t a s b r i t á n i c o s c o m o
Hume o Locke. Incluso, entre nosotros, Juan Huarte de San Juan (considerado dentro de un
grupo de médicos-filósofos y hoy en día patrón de los estudios universitarios de psicología) en pleno
Renacimiento escribe su Examen de los Ingenios para las Ciencias (1575), que es reconocido como un
primer tratado de có mo evaluar aptitudes que hacen idó neas a ciertas personas para unos determinados
estudios. Sin embargo, no vamos a tratar aquí de los antecedentes de nuestra disciplina; el lector interesado
deberá consultar textos especializados, como los de Carpintero (1989, 2003), Cohen et al. (1996),
Dubois (1970), McReynolds,(1975), Ferná ndez-Ballesteros (1980, 1983).La visió n histó rica que a
continuació n vamos a presentar se refiere a la evaluació n psicoló gica como subdisciplina de la

1. Contrariamente a lo sostenido por Meyer et al. (2001),que sitú an la evaluació n psicoló gica en el contexto
clínico(Fernández-Ballesteros, 2002).
psicología que, por su-puesto, transcurre histó ricamente en paralelo aella y que se inicia a finales
del siglo XIX. Por tanto, aunque resulta difícil entresacar sus hitos histó ricos específicos, vamos
a abordar aquellos má s relevantes relativos a su constitución y algunos otros desarrollos recientes.

3.1. Constitución
3.1.1. Los «padres» de la evaluació n psicoló gica.
Tres son los autores que comparten la paternidad de la constitució n de la evaluació n psicoló gica: Francis
Galton, McKeen Cattell y Alfred Bi-net. Veamos sus principales aportaciones en lo tocante a
nuestra disciplina.

Francis Galton (1822-1911)


Padre de la psicología diferencial, se centra en el establecimiento de las diferencias individual es
tratando de llegar a la descripció n y medició n de las características humanas. Ya en 1869, con su
publicació n Classification of Men According toTheir Natural Gifts, inicia el estudio psicoló gico de
esas diferencias individuales. Pero fue en 1883 cuando publica su obra má s importante, Inquiries into Human
Faculty and its Development, punto de partida de lo que má s tarde serían los tests mentales.
Galton elabora una primera rudimentaria evaluación psicológica: en 1884 crea un «Laboratorio
Antropomé trico» en el South Kensington Museum de Londres, donde llega a evaluar a unas
9.000 personas en 17 variables medidas mediante distintos tipos de medidas y aparatos entre
lasque figuraban la estatura, el peso, la capacidad respiratoria, la fuerza muscular, la rapidez de
golpeteo, la capacidad auditiva, la agudeza visual, la capacidad sensorial discriminativa y otra serie de
evaluaciones sensoriales, perceptivas y motoras (véase Dubois, 1970). Incluso en la
International Health Exhibition, celebrada en Londres en 1984, realiza una exhibició n de sus tests de
laboratorio procedentes del Laboratorio Antropométrico. Con todo ello, no cabe duda de la importancia de
Galton para la evaluació n psicoló gica, ya que sintetiza con su obra objetivos evaluativos —científicos y
aplicados— y llevando a la vida cotidiana la tecnología psicoló gica que había permanecido durante años
en los laboratorios.

Alfred Binet (1857-1911)


Una primera aportació n de Binet es la ampliació n del interé s por el estudio de las funciones
s e n s o r i a l e s , p e r c e p t i v a s y m o t o r a s — o b j e t i v o s planteados por Galton— a otros á mbitos del
funcionamiento psicoló gico. Así, dice: «no son las sensaciones, son las facultades psíquicas
superiores lo que hace falta estudiar, son ellas las
que juegan el puesto má s importante y la psicología individual deberá prestar mucha má s atenció n a
ellas» (Binet y Henri, 1905, p. 416). En la consecució n de tales objetivos propone el método de lo que
será n los tests mentales; con tales pruebas se pretenderá integrar el estudio de la memoria, las
imá genes mentales, la imaginació n, la atenció n, la comprensió n, la sugestibilidad, los sentimientos
estéticos y morales y hasta la fuerza de voluntad. Una segunda e importante aportació n de Binetes la de
establecer tres tipos de requisitos que las pruebas de medida de esas facultades psíquicas
superiores deberá n reunir: que esté n formadas por tareas sencillas, que en su aplicación se invierta
poco tiempo, que sean independientes del examinador, y que los resultados obtenidos puedan ser
contrastados por otros observadores. Es, también, el primer autor que emite un conc e p t o c l a r o d e
« d i a g n ó s t i c o p s i c o l ó g i c o » . A s í , compara tres tipos de métodos complementarios en el estudio
diferencial del niñ o normal y retrasado: el examen médico, basado en exploraciones físicas y
fisioló gicas, que es realizado por el médico; el examen escolar, que incluye el análisis de los aprendizajes que
se desarrollan en la escuela y que ha de realizar el maestro, y el diagnóstico psicológico que requiere
medidas para la evaluació n de la inteligencia y que él mismo establece con el primer test de medida de

1. Contrariamente a lo sostenido por Meyer et al. (2001),que sitú an la evaluació n psicoló gica en el contexto
clínico(Fernández-Ballesteros, 2002).
la inteligencia (Binet ySimon, 1905). Sus trabajos sobre la medida de la inteligencia fueron llevados a
cabo por Binet en-tre 1903 y 1909 con la colaboració n de Simon y fueron

 
inmediatamente recogidos por otros investigadores europeos y americanos como Decroly, Stern, Terman,
Goddard y otros muchos, hasta tal punto que en 1914 existían ya 254 estudios publicados referidos a
los tests de Binet. El interé s por la evaluació n de las funciones superiores, la consideración del examen
psicológico como independiente y complementaria de la exploración médica y de la evaluación
pedagógica y la constitució n del primer test de medida de la i n t e l i g e n c i a p a r e c e n s u f i c i e n t e s
m é r i t o s c o m o para considerar a Binet uno de los padres de la evaluació n psicoló gica.

McKeen Cattell (1860-1944)
Los objetivos científicos de James McKeen Cattell fueron, también, fundamentalmente
diferencialistas. Por eso va a realizar su tesis doctoral sobre el estudio diferencial de los tiempos de
reacció n, y ello bajo la direcció n de Wundt. A él se deben una serie de pruebas psicoló gicas para la
medida de la presió n dinamométrica, la velocidad de rotació n del brazo, la habilidad para percibir
estimulació n en la palma de la mano, la memoria para las letras, y otras muchas. En 1890 acuñ a el término
«test mental»; el objetivo de tales pruebas lo estableció en la determinació n del rango, exactitud y
naturaleza de las facultades psicológicas, así como en la posibilidad de reunir suficiente material como para
hallar los factores que regulan el desenvolvimiento de esas facultades, sus conexiones, así como sus
perturbaciones. Es tambié n el primer autor que plantea baterías de pruebas para la evaluació n
psicoló gica, proponiendo en 1896 dos baterías diferentes, cada una conformada por una serie de tests.
Rechaza abiertamente la introspecció n como método científico y mantiene como objetivo prioritario la
utilizació n de procedimientos de medició n objetivos a través del estudio de las ejecuciones de los sujetos
en diversas tareas. La propuesta de los tests mentales como instrumentos de medida de determinadas
características psicoló gicas, las té cnicas de evaluació n defunciones sensoriales, perceptivas y
motoras y el énfasis en la utilizació n de medidas objetivas son las principales aportaciones de McKeen
Cattell a la constitució n de la evaluació n psicoló gica.

3.1.2. Otros autores relevantes


Galton, Binet y McKeen Cattell comparten el mé rito en la constitució n de nuestra disciplina con
otros autores que se presentan sinó pticamente a continuació n: —

Ebbinghaus
 (1850-1909): estudioso de la memoria y su medida, pionero en evaluación en el laboratorio con pruebas objetivas con la
presentacióndeestímulos medianteaparatos. —

Kraepelin
 (1856-1926): proponente de un sistema comprensivo para clasificar entidades psicopatoló gicas
que será n la base del modelo médico en evaluació n. —

Pearson
  ( 1 8 5 7 - 1 9 3 6 ) y S p e a r m a n ( 1 8 8 3 - 1945) desarrollan métodos correlacionales que van a permitir
la construcció n de instrumentos de evaluació n y son los pionero sin discutibles del modelo
psicométrico o del rasgo, como luego veremos.

Freud y Jung
 (1875-1947), que publican la Interpretación de los sueños,  en 1900, y El método asociativo (1904),
respectivamente, en los que hacen un aná lisis del inconsciente mediante la asociació n, inaugurando así
el modelo psicoanalítico y/o diná mico de la evaluació n.

1. Contrariamente a lo sostenido por Meyer et al. (2001),que sitú an la evaluació n psicoló gica en el contexto
clínico(Fernández-Ballesteros, 2002).
Thorndike
 (1874-1949): pionero en estudios sobre aprendizaje y aptitudes y en evaluación educativa. En resumen,
la constitució n de la evaluació n psicoló gica como una derivació n de la psicología científica se produce
durante el ú ltimo cuarto del siglo XIX y la primera década del siglo XX. Durante este período se perfila
el concepto de la evaluació n psicoló gica como aquella disciplina dedicada al aná lisis de la
individualidad a través de la evaluació n de características sensoriales, perceptivas y motoras, así como
de funciones psíquicas superiores, todo ello a través de una serie de técnicas que adoptan el nombre de «tests
mentales».
3.2. Diez hitos históricos: desde1910 hasta 1970
En funció n del objetivo de concisió n que nos hemos propuesto, vamos a presentar los diez desarrollos más
importantes de la evaluación psicológica acontecidos desde 1910 hasta 1970 en forma de listado cronoló gico.
Los criterios que nos han guiado en la elección de los hitos históricos reseñados son dos: conceptuales
y tecnológicos. Es decir, vamos a referirnos a aquellas fechas, autores y obras que produjeron bien un
desarrollo conceptual (en el sentido de introducir nuevas vías de análisis de las cuestiones evaluativas), bien nuevos
desarrollos tecnológicos (en el sentido de innovadores procedimientos de evaluación y medida). Por otra parte,
interrumpimos nuestra breve historia en los años setenta con el fin de dejar un lapso, de al menos treinta años, hasta
nuestro momento presente: 

1914: Woodworth (EE.UU.) construye el primer cuestionario colectivo de medida del ajuste
personal o de la personalidad, el Personal Data Sheet, que se administrará a m i l e s d e s o l d a d o s e n l a
P r i m e r a G u e r r a Mundial. Supone un antecedente del modelo del rasgo.

1918: Los primeros tests colectivos de inteligencia Army Alpha y Army Beta se administran a miles
de soldados durante la Primera Gran Guerra.

1 9 2 1 : H e r m a n R o r s c h a c h ( s u i z o a l e m á n ) publica su Psychodiagnostic, una té cnica d e


m e d i d a d e l a p e r s o n a l i d a d ( n o r m a l y patoló gica) a partir de la interpretació n de manchas de
tinta, y su examen psicodiná m i c o l e h a c e s e r u n p i o n e r o d e l m o d e l o diná mico.

1935: Vygotsky (URSS) formula el concepto de zona de desarrollo próximo, antecedente de


la evaluació n diná mica cognitiva.

1939: David Wechsler (EE.UU.) publica la primera edició n de su Escala de Medida de la Inteligencia del
Adulto (Wechsler-Belle-vue Intelligence Scale),  que se convierte en uno de los tests má s utilizados.

1947: Halstead (EE.UU.), con su obra Brain and Intelligence, y Luria (URSS), con su Restauración de
la función tras una lesión cerebral,  sientan las bases de la evaluació n neuropsicológica.

1948: La Oficina de Servicios Estratégicos ( O S S ) d e E s t a d o s U n i d o s p u b l i c a


Ass e s s m e n t o f m e n , d o n d e s e p r e s e n t a u n a primera definició n de evaluación como «el arte
científico de llegar a conclusiones suficientes con insuficientes datos». Supone un antecedente
indiscutible de la evaluació n conductual y de los Assessment centers.

1950: Monty B. Shapiro presenta a la reunió n anual de la Sociedad Britá nica de


P s i c o l o g í a e l t r a b a j o A n e x p e r i m e n t a l a p p r o a c h t o d i a g n o s t i c t e s t i n g , en el
que plantea la integració n de datos procedentes de tests a través de un proceso experimental inductivo-
deductivo que marcará el antecedente del proceso de evaluació n.

1955: Georg A. Kelly (EE.UU.), en su obra The psychology of personal constructs, presenta el REP y sienta
las bases de un modelo constructivista de la evaluació n.

1. Contrariamente a lo sostenido por Meyer et al. (2001),que sitú an la evaluació n psicoló gica en el contexto
clínico(Fernández-Ballesteros, 2002).
1963: Arthur W. Staats (EE.UU.) publica Complex Human Behavior, donde se sientan las bases para
una evaluació n conductual integradora en la que se fusionan un modelo conductual y uno
psicomé trico o tradicional de la evaluació n psicoló gica.

Hasta aquí los hechos histó ricos má s relevantes en la consolidació n de la evaluació n psicoló gica entre
1910 a 1974. Nuestro interé s, con esta sucinta enumeració n, es el de justificar el propio concepto
de la disciplina que determinará el contenido de esta obra. El lector que desee profundizar en estos
aspectos histó ricos deberá consultarl a s o b r a s e s p e c i a l i z a d a s e n C a r p i n t e r o ( 1 9 8 9 , 2003),
Cohen et al. (1996), Dubois (1970), McRey-nolds (1975), Ollendick et al. (2004) y Ferná ndez-Ballesteros
(1980, 1992).Si hemos hecho una enumeración mínimamente sustantiva, el análisis de todos esos eventos históricos nos permite
establecerunaseriedeconclusiones:
— En primer lugar, que gran parte de los sucesos relatados son relevantes no só lo para la evaluació n,
sino para otras á reas o especialidades de la psicología bá sica y la psicología diferencial y de la
personalidad que han ejercido un papel importante por cuanto van a significar nuestro sustrato metodológico
y teórico. 
— Que los avances de otras disciplinas como la psicopatología o la neuropsicología, así como la
aplicació n de los principios de la estadística, han supuesto hechos histó ricos determinantes en la
construcció n de esta disciplina. 
— Por ú ltimo, que las exigencias sociales en el á mbito clínico, escolar y de las organiza ciones y el
trabajo han promovido la elaboració n de técnicas evaluativas que han desembocado en la tecnología de la
evaluación psicoló gica.

En segundo lugar, de lo enumerado se deriva que la mayor parte de las realizaciones producidas en el ámbito de
la evaluación hasta, por lo menos, los años cincuenta se ha centrado en el desarrollo de una tecnología evaluativa
dirigida al análisis y constatació n de atributos psicoló gicos, entidades nosológicas y constructos dinámicos. Esto
puede verificarse si se examinan detenidamente las recopilaciones hechas por Buros (1938, 1941,
1949, 1953, 1959, 1965, 1972, 1978, 1987) y Murphy ( 1 9 9 2 ) l a s s e r i e s Advances in
Psychological Assessment editadas por McReynolds (1969, 1971,1975a, 1978, 1981 y 1987, 1990,
1992), la Encyclopedia of  Psychological Assessment (Ferná ndez-Ballesteros, 2003) o el Comprehensive
Handbookof Psychological Assessment de Hersen (2004). Por otro lado, el aná lisis de los datos histó ricos
que hemos aportado nos lleva a perfilar distintas aproximaciones teóricas:

1. En primer lugar, la mayor parte de las elaboraciones se han producido en el ámbito de la psicología diferencial como
una derivación del objetivo fundamental de este enfoque de la psicología, a saber, el hallazgo de atributos o
características psicológicas y psiquiátricas básicas en las que los seres humanos difieren. Desde esta perspectiva, se ha
formulado el denominado modelo del atributo o del  rasgo, según el cual la evaluació n tendría por objeto el
hallazgo de las puntuaciones diferenciales que un sujeto obtiene en una serie de características,
es decir —su posición relativa con respecto a la que obtienen otros sujetos—, en un determinado rasgo, con el objetivo
de describir su conducta o predecirla en diversas situaciones clínicas, laborales o escolares.
2. Pero en nuestro listado histó rico también figuran hechos que ligan la evaluación con el psicoaná lisis. Son
precisamente el psicoanálisis y la psicología dinámica los que desarrollan las técnicas proyectivas que en una
época fueron las más importantes técnicas evaluativas. Se crearon (y se siguen desarrollando) con el
objetivo bá sico de
 

1. Contrariamente a lo sostenido por Meyer et al. (2001),que sitú an la evaluació n psicoló gica en el contexto
clínico(Fernández-Ballesteros, 2002).

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