Está en la página 1de 1

En comienzo plantea una mirada en la perspectiva visual de la ciudad, contraponiendo los actos

cotidianos tradicionales como lo es: ir a caballo, la modestia de los estudiantes (refiriéndome a su


aspecto físico y sus elementos de estudio siendo estos muy sencillos) albañiles, comparándolos
con los nuevos esbozos de modernización que sufría la ciudad: el tren, las nuevas modas de
vestimenta, y arquitectos que modernizaban la estructura física de la ciudad. Esto generó que se
vira un hibrido entre lo tradicional, y lo moderno donde al ser un cambio procesual, la convivencia
de estas dos formas de vida en la ciudad genero el punto de análisis del cambio de Colonia a
Republica. Este valor fue simbolizado como la ciudad de dos nombres Santa Fe y Bogotá; uno de
los nombres dándole valor las tradiciones, a la simplicidad, a lo rural. La otra intentando eliminar
todo rastro de colonial, con la intención de avanzar científicamente y ponen en cuestión los
papeles sociales coloniales que debían desaparecer para generar así una nueva política, sopesada
en la balanza.

Estos cambios se veían apoyados (sobre todo) por la burguesía criolla bogotana, queriendo
perpetuar la herencia aristocrática y señorial heredada por España, teniendo anhelos de
modernización en las ideas y la materialidad de la ciudad. Obviando así el patrimonio de vienes
muebles e inmuebles, legado por la influencia española. Esto llevo a José María Cordovez a
preguntarse “el cambio siempre es el mejor” ya que vio como toda la materialidad relacionada con
la corona fue eliminada, sin importar si era bueno o malo, y que representaba para la ciudad. De
igual manera se cuestiono si “todo tiempo pasado, siempre fue mejor”

También podría gustarte