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CAPITULO VIII

MEDICIÓN AL CIERRE DEL EJERCICIO -


CRITERIOS GENERALES
1. Introducción
Cuando se constituye una sociedad, empieza a actuar para cumplir los objetivos que ge-
neraron su creación.
Tales actividades en una empresa industrial típica, por ejemplo, consisten en una secuencia de
hechos y decisiones como los siguientes:
1) compras de materia prima e insumos para que, a través de su proceso de producción, se
transformen en productos terminados:
2) pago de esas compras al contado, o financiadas por los proveedores, o con fondos solicitados
a algún banco, para obtener mejores precios;
3) acciones relacionadas con el proceso productivo de transformación de la materia prima en los
productos terminados para vender;
4) venta del producto, ofrecimiento de condiciones al contado o a crédito a los clientes;
5) cobranzas, etc.
Estas operaciones conforman lo que se denomina habitualmente el ciclo operativo de la
compañía, que es dinámico, es decir, se halla en permanente movimiento. No es el objetivo de
este trabajo desarrollar este tema con profundidad, pero sí creemos conveniente señalar que una
de las dificultades principales que encontramos al cierre de un período es que ese ciclo no está
detenido. Como ya se ha dicho, el período o ciclo contable necesita detenerse en ese punto y
seguramente no habrá coincidencia entre ambos, sino operaciones no concluidas que deberemos
medir.
El cierre del ejercicio económico anual o cualquier corte de un período intermedio es el
momento clave del sistema de información contable. Podemos afirmar que, de no existir la re-
ferencia a una fecha determinada, la información contable sería meramente un conjunto de
anotaciones de poca utilidad que no ameritaría casi ninguna atención por parte de terceros y sería
de poca utilidad para los usuarios internos.
La necesidad esencial de “pararnos” en una fecha y elaborar la información contable a ese
momento y por un período de tiempo que finaliza en ese momento, es causa de la mayoría de las
controversias u opciones en materia de medición contable. De lo hasta aquí expuesto se deduce
que el factor tiempo es fundamental en esa materia.
2. Valores de cierre u otros valores
En la actualidad, hay dos opciones claramente diferenciadas para valuar los saldos de las
cuentas patrimoniales al cierre de un período, tal como se expuso en el capítulo I (modelos
contables'). En él se explicaba que la cuestión de la unidad de medida es independiente del cri-
terio de medición que se aplique, por lo que en este capítulo se hará abstracción del tema.
a. Valores del pasado: en esta opción se deja como valor de cierre el saldo que traía la cuenta,
es decir, su valor original más las variaciones (positivas y/o negativas) que ameritaron su
inclusión. Como desarrollamos con el concepto de costo, este no es solo su precio de compra
sino que es más abarcador.
b. Valores del cierre: aquí, para determinar el valor contable del bien, hacemos abstracción del
importe contabilizado y buscamos un valor representativo del momento de cierre del período.
Es decir, buscamos su valor “corriente”. Dada la heterogeneidad de los elementos que
componen el patrimonio de una compañía no hay un concepto de valor corriente para todos
ellos, sino que deberemos analizar las características de cada elemento para aplicar cada
concepto.
En el punto siguiente, exploraremos las distintas opciones que encontramos dentro de los
valores del cierre.
3. Opciones de valores de cierre
Suele decirse que los valores de cierre son los más indicados para cuantificar la riqueza de un
ente a ese momento. También suelen asociarse los valores de cierre con los valores de mercado.
¿Pero existe un único valor de mercado para cada uno de los bienes económicos? Los entes
comerciales e industriales, habitualmente, trabajan con dos mercados: uno, donde adquieren los
productos e insumos y otro, donde colocan sus bienes. Es decir que, cuando nos detenemos al
cierre de un período y observamos la realidad económica de los elementos que componen el
activo de una empresa encontramos que, en principio y en general, tenemos dos posibilidades
para encarar su valuación dentro de los valores de ese momento.
Plantearlo en términos de cuánto nos costaría reponer, reproducir, refabricar o reconstruir los
bienes que tenemos o en términos de cuánto podríamos obtener por la venta de ese bien. En el
primer caso, estaríamos ante valores de “entrada” y en el segundo, ante valores de "salida”.
Conceptualmente, la diferencia entre ambos importes es la utilidad por la venta de los bienes,
cuyo margen es directamente proporcional a su esfuerzo de venta.
A continuación, mostramos las características salientes de cada criterio.
3.1. Costo de reposición, recompra o reproducción
Se trata del costo de adquirir o producir el bien con los precios del cierre del período al cual se
hace la medición, aplicando los mismos criterios que al momento de adquirir el bien. Es decir, se
incluyen en su costo de reposición los mismos conceptos que se incluyen cuando el bien se
incorpora al patrimonio. Este criterio es susceptible de ser aplicado a los bienes que se compran o
producen. En el caso de los bienes que se venden sin transformación alguna, el costo de
reposición será el de recompra, el cual está dado por el precio al contado que debería abonarse
para comprar los bienes (en los volúmenes normales) más los gastos necesarios para que el bien
esté en condiciones de ser vendido.
Para los bienes producidos, el costo de reposición será el de refabricación; este se determina
tomando el costo de recompra de las materias primas y el valor actual de los costos de
conversión (mano de obra y gastos de fabricación). Dichos costos se obtienen de cotizaciones o
listas de precios de proveedores, costos de adquisiciones y producción reales, precios de órdenes
de compra, cotizaciones de revistas y publicaciones especializadas.
No son estrictamente costos de reposición, pero en determinadas circunstancias son
aproximaciones, precios de últimas compras (en un marco de estabilidad de precios), reexpresio-
nes por índices de precios específicos y tasaciones.
Consideramos que este criterio no es el más adecuado para los bienes que poseen un merca-
do transparente. Entre otros, productos agropecuarios con cotización en mercados nacionales e
internacionales, petróleo, oro en lingotes, inversiones con cotización, moneda extranjera y
similares. El motivo de esta opinión es que, en esos casos, el costo de reposición supera su valor
neto de realización. Por ejemplo, las acciones que cotizan en las bolsas de valores, cuyo costo de
reposición es su cotización más los gastos necesarios para la compra de esas acciones, mientras
que su valor neto de realización es esa misma cotización menos los gastos directos necesarios
para su venta. Esos gastos incluyen, al menos, la comisión del agente de bolsa por la operación.
Si la cotización de una acción fuera de $3,16 por unidad y la comisión del agente de bolsa de
$0,02, y este fuera el único gasto tanto al comprar como al vender, podemos concluir que el costo
de reposición es de $3,18 (3,16+0,02) mientras que el valor neto de realización ascendería a
$3,14 (3,16-0,02).
Otros bienes con mercado transparente, como las monedas extranjeras, tienen un precio
cuando la casa de cambio las vende y un precio, algo menor, cuando la casa de cambio las
compra. En estos días, el dólar estadounidense se vende (tipo de cambio vendedor) a $3,18 por
unidad y se compra (tipo de cambio comprador) a $3,14 cada uno. Las empresas y quienes
compren dólares tienen un costo de reposición de $3,18; si tuvieran que venderlo, su valor neto
de realización sería de $ 3,14 por unidad.
Como puede apreciarse, ambas situaciones son similares, cambia la forma de instrumentarlas.
Para las cuentas por cobrar y similares (como los plazos fijos), su costo de reposición estará
dado por el valor actual del importe a cobrar en el futuro, descontado por la tasa vigente al cierre
para cada tipo de operación. Es decir, el importe que habría que “colocar” en ese momento de
cierre para obtener el monto a cobrar en el futuro que estamos midiendo.
3.2.Valor neto de realización
Es el precio de venta al contado más los ingresos adicionales no financieros menos los gastos
directos de venta. Es aquel valor neto, “limpio”, que obtendríamos por el bien en caso de
enajenarlo al momento de la medición. El precio de venta que debemos computar es el precio de
contado en las condiciones habituales de venta, entre partes no relacionadas. A estos debe
adicionarse aquellos ingresos relacionados, como por ejemplo reintegro de exportación u otros
subsidios vinculados directamente con las ventas. Los gastos a deducir son aquellas erogaciones
que están directamente relacionadas con la venta, que se “identifican” con cada venta, que no
tendrían lugar si la venta no se hiciera. En principio, este criterio es susceptible de ser aplicado a
todos los activos, con algunas excepciones como los intangibles no enajenables, créditos fiscales
no transferibles y algún activo más de similares características. No obstante ello, consideramos
apropiada su aplicación a los bienes que tienen mercado transparente, es decir, que no necesitan
un esfuerzo de venta, ya que esta puede realizarse con facilidad.
En el caso de las cuentas por cobrar y similares (como los plazos fijos) su valor neto de
realización estará dado por el valor a recibir si la intención de la compañía fuera negociarlos y tal
negociación fuera factible. Es decir, depende de su intención y factibilidad. La determinación del
valor neto de realización surge de deducir del valor nominal a cobrar en el futuro los intereses que
nos descontará el comprador. Obviamente, deberá utilizarse una tasa del cierre del ejercicio
aplicable al tipo de operación de que se trate, y luego restarle los gastos necesarios para
concretar la operación.
3.3.Otras opciones
Sin perjuicio de su desarrollo particular en el capítulo siguiente y su consideración en capítulos
anteriores, entendemos, en este punto, cabe hacer alguna referencia a determinadas situaciones.
La financiación es uno de los motores de la economía capitalista dentro de la que se mueven
los agentes económicos. Como ya se expuso en el capítulo III (resultados financieros), cada
decisión de tomar o dar financiación depende de la posición financiera de cada compañía al
momento de esa decisión y de las condiciones del mercado. Tanto la posición financiera como las
condiciones del mercado son dinámicas, por lo que al cierre de un período pueden ser distintas
respecto de las de su origen.
Si a estos dos aspectos le agregamos la intención del ente de negociar su crédito o cancelar
su deuda, estaremos en condiciones de asignarles un valor corriente, que es específico para este
rubro y similares, denominado valor actual. Su concepto es, dado un importe a cobrar o pagar en
el futuro, nos desinteresamos de su origen e intentamos llegar a determinar cuál es su valor hoy,
al cierre del período, momento en el que estamos haciendo la medición. Tenemos que deducir los
intereses contenidos en ese importe a cobrar o pagar en el futuro pero a la tasa de descuento del
cierre del período, que va a ser determinada por el mercado dentro del cual se negocian esos
tipos de créditos o deudas en ese momento. El valor actual también es considerado un valor
corriente. En el caso de los pasivos, la denominación específica es “costo de cancelación’’, que
es el valor actual descontado a la tasa de cierre de la operación más los gastos necesarios para
cancelarla.
Cabe mencionar aquí un método de medición específico para inversiones en sociedades sobre
las cuales se ejerce control societario o influencia significativa, como es el del valor patrimonial
proporcional1 (VPP). Brevemente, este método consiste en valuar la inversión en acciones a
través de la aplicación del porcentaje de participación accionaria sobre el patrimonio neto de la
sociedad emisora.
En este caso, disentimos con quienes clasifican al VPP dentro de los valores corrientes, ya
que su aplicación implica recurrir al criterio de costo al momento de su incorporación (más allá de
que se utilicen distintas cuentas) y registrar el desarrollo de su valuación en función de la
evolución del patrimonio neto de la sociedad emisora (devengamiento), no en función de su valor
de cierre de cada período, es decir, del momento de la medición.
4. Momentos de reconocimiento del ingreso
Ya hemos mencionado la importancia del factor tiempo en la medición contable. Aquí
puntualizaremos su incidencia clave en la medición al cierre de un período. Podemos decir que,
en general, los entes económicos buscan obtener un lucro a través de la venta de bienes o
1 Este tema se desarrolla en el capítulo XII de este libro.
servicios con un margen de utilidad que les permita optimizar una rentabilidad sustentable en el
tiempo.
El reconocimiento de ese resultado admitiría, básicamente, cuatro momentos a ser analizados
que se enumeran seguidamente:
a) La compra de bienes o insumos.
b) El aumento del valor de los bienes durante su tenencia.
1) Por acontecimientos internos
2) Por acontecimientos externos
c) La venta.
d) La cobranza.
Al adoptar el criterio de lo devengado por sobre el de lo percibido, la doctrina contable des-
cartó la posibilidad de esperar hasta el momento de la cobranza para reconocer un ingreso.
Cuando hablamos de compra de bienes o insumos, nos referimos a la adquisición del bien a
ser enajenado en el mismo estado en que se compró (empresa comercial), de los diferentes
insumos necesarios para producir un bien nuevo a ser vendido (empresa industrial) o de aquellos
necesarios para complementar la oferta de algún servicio (empresa de servicios). Este momento
de compra, generalmente, es previo a la generación de ingreso alguno. Aunque hay casos, como
el de la aplicación del método del valor patrimonial a la compra de acciones, que pueden generar
un resultado en ese momento.
Nos quedan dos momentos para elegir o evaluar. Esta opción es posible dado que, como ya
se ha mencionado, el problema de la medición contable es consecuencia directa de los “cortes”
en distintos períodos y la asignación de los ingresos a cada uno de ellos.
Con el propósito de ser más gráficos planteamos la siguiente situación.
Una empresa nos muestra su estado de situación patrimonial al 01/01/X1:
Caja 100 Capital 100
El 28/01/X1 compra 100 unidades del producto "B” en $ 100.
El 28/06/X2 vende las 100 unidades en $ 180 en efectivo.
Supongamos que estas son todas sus operaciones y que no hubo inflación.
No hace falta tener nociones de contabilidad ni conocer las distintas opciones de valores de
cierre para que, ante la pregunta sobre cuál es el resultado de la empresa, la respuesta sea casi
obvia. Basta saber restar para responder, acertadamente, que si mi inversión inicial fue de $ 100
y esta me produjo un ingreso de $ 180 tuve una ganancia de $ 80.
¿Pero qué ocurre si a los datos anteriores le agregamos que el cierre de ejercicio de nuestra
empresa en cuestión se produce el 31 de diciembre de cada año y que al 31/12/X1 el valor co-
rriente de las 100 unidades del producto mencionado es de $ 130? ¿Es válida la respuesta an-
terior? En principio sí, ya que la empresa efectuó una sola operación, y esa operación produjo
una ganancia de $ 80.
Ahora bien, nuevamente en escena la cuestión contable y el factor tiempo, otra vez ante la
necesidad de ser precisos en nuestro interrogante contable, nos planteamos: ¿cuál fue el re-
sultado en el primer ejercicio y cuál fue el resultado en el segundo ejercicio?
Aquí, en primera instancia, la respuesta no parece tan obvia. Habrá quienes sostengan que la
ganancia de $ 80 corresponde al segundo ejercicio. Esta fue la respuesta tradicional hasta hace
tres o cuatro décadas. Dicha respuesta conlleva considerar al momento de la venta como el más
apropiado para reconocer el ingreso. Pero también puede apreciarse que, de alguna manera,
habría que reconocer el aumento del valor de las 100 unidades de $ 100 a $ 130, y eso ocurrió en
el primer ejercicio, es decir, el finalizado el 31/12/XI.
En el segundo esquema, debería reconocerse el aumento del valor del bien aun antes de
hacer alguna transacción, o sea, por su mera tenencia. Esto implica utilizar un valor del cierre del
ejercicio, un valor corriente. Si utilizamos el criterio de capital financiero a mantener, la
contrapartida de ese aumento de valor -en el ejemplo, de $ 30 (desde $ 100 hasta $ 130)- es
considerada un resultado por la tenencia del bien, en este caso, una ganancia. En el ejercicio
siguiente, al momento de efectuar la venta en $ 180 se incrementa el activo y el patrimonio en $
50. Por ello, la utilidad será de $ 50 (capital a mantener al cierre de $ 180 mehos capital a man-
tener al inicio de $ 130).
Para comprender mejor la diferencia entre ambos criterios, exponemos en un cuadro sintético
la apropiación del resultado a cada período.
Ejercicio al: 31/12/X1 31/12/X2 Total
Criterio $ $ $
Costo 0 80 80
Valores corrientes 30 50 80

Como puede apreciarse, luego de la venta, el resultado es similar para ambos criterios: se
ganaron $ 80. Lo que hay es una distinta asignación del ingreso a cada período. Al valuar al cos-
to, el ingreso sólo se reconoce en el momento de la venta. Al aplicar valores corrientes, se re-
conoce el ingreso a medida que cambia su valor durante la tenencia, de allí que consideramos
que los $ 30 se ganaron en el primer ejercicio.
Esta, a nuestro juicio, es una cuestión contable fundamental. Las preguntas que nos hacemos
son varias: ¿hay un criterio mejor que el otro?, ¿es aplicable el mismo criterio para todos los
rubros?, ¿los bienes tienen un solo valor corriente o varios?, si tienen más de uno, ¿cuál debería
tomarse?, ¿siempre deben reconocerse resultados por tenencia cuando aplicamos valores
corrientes?. “A contrario sensu”, ¿nunca se reconocen resultados por tenencia al aplicar un
criterio de valuación al costo?
Algunas de las respuestas a estas preguntas ya se han dado y otras se mostrarán a medida
que avancemos en este trabajo.
5. Valores límite
Si bien existen diversos criterios para la medición de los activos y pasivos al cierre de un
período y más de una opción, en algunos casos, para el mismo bien, hay consenso entre pro-
fesionales acerca de que se deben establecer límites a la valuación de aquellos.
Ningún activo debería quedar valuado por sobre el valor de los ingresos netos que generaría
de manera directa o que contribuiría a generar de manera indirecta. Decíamos en el capítulo 5 de
este libro (marco conceptual), punto 4.1.1., que un activo es tal cuando debido a un hecho ya ocu-
rrido, está en condiciones de generar un ingreso futuro, por lo tanto, nunca podría asignársele un
valor que supere ese ingreso, ya que ese exceso no se correspondería con la definición de
“activo".
Del mismo modo que los pasivos deberían quedar valuados al mayor valor entre su costo de
cancelación y el que se determinó en función de sus condiciones, y la intención y factibilidad de
mantenerlos hasta su vencimiento.
5.1.Valor recuperable de los activos
Durante mucho tiempo, el criterio de medición para la mayoría de los activos fue “costo o
mercado, el menor”, es decir, aquello que se conocía como valor de “mercado” actuaba como
límite al que no podía superar el valor contable de los activos.
Ese concepto evolucionó hacia uno más actual como es el de valor recuperable, que incluso
fue recogido y adoptado por las normas contables profesionales.
A fin de determinar el valor recuperable consideraremos dos conceptos muy diferentes: el va-
lor neto de realización, que es el valor de cambio de los activos -tal como se describió en el punto
3.2. de este capítulo-y el valor actual del flujo de fondos futuros, que equivale a su valor de uso.
5.1.1. El valor neto de realización
Cabe consignar que, normalmente, en una compañía pueden existir bienes idénticos con
distinto valor neto de realización. ¿Cuál debe tomarse en ese caso?
Veamos el siguiente ejemplo.
Se trata de una compañía que comercializa un producto que llamaremos X, en tres canales
diferentes de venta con las siguientes condiciones.
Impuesto
Comisión
Canal Precio de venta Dto. por pago contado Ingresos Fletes
ventas
Brutos
$ % % % $
Mayorista 150 10 3 0 3
Hipermercados 155 10 3 2 7
Minorista 160 10 3 5 10
Impuesto
Comisión
Canal Precio de contado Ingresos Fletes VNR
ventas*
Brutos*
$ $ $ $ $
Mayorista 135,00 (4,50) - (3,00) 127,50
Hipermercados 139,50 (4,65) (3,10) (7,00) 124,75
Minorista 144,00 (4,80) (8,00) (10,00) 121,20
*Ambos conceptos se calculan sobre el importe bruto de ventas.
Supongamos que al cierre hay un stock de 1.800 unidades de X. ¿Cuál es el valor neto de
realización, $ 127,50, $ 124,75 o $ 121,20?
Si existe la posibilidad de discriminar qué parte del stock será destinada a cada canal, podría
utilizarse esa discriminación. Si no existiera, puede iniciársela sobre la base de la mezcla
determinada en la presupuestación de las ventas o, de no tener un presupuesto, tomar como
referencia los datos históricos.
Por ejemplo.
Porcentaje
Unidades vendidas en Apropiación del
Mercado Mezcla
el ejercicio stock
%
Mayorista 4.000 23,53 423,53
Hipermercados 7.000 41,18 741,18
Minorista 6.000 35.29 635.29
Total 17.000 100.00 1.800.00

VNR VNR
Canal Cantidad Unitario Total
$ $
Mayorista 423.53 127,50 1 54.000,00
Hipermercado
741.18 124,75 92.461,76
s
Minorista 635.29 121,20 76.997.65
Total 1.800.00 - 223.459.41
El valor del stock a valor neto de realización es de $ 223.459,41.
VNR Mezcla Mezcla VNR
Canal
$ % $
Mayorista 127,50 23,53 30,00
Hipermercados 124,75 41,18 51,37
Minorista 121,20 35,29 42,78
VNR promedio ponderado $ 124,14
Por lo tanto, el valor neto de realización del stock es: 1.800 unidades por $ 124,14 equivale a
$223.459,41.
5.1.2. El valor de uso
Hay consenso en considerar que el valor de uso de un bien es el valor actual de los ingresos
netos de fondos que generará ese bien de manera directa o indirecta. A ello hay que adicionarle
el valor actual del recupero por la venta del bien al final de su vida útil. Este concepto, con
mucha tradición en nuestras normas contables, pocas veces ha sido desarrollado profunda-
mente. Su cálculo plantea muchas dificultades debido a que se fundamenta en pronósticos
acerca de ingresos y gastos que generalmente no son sencillos de estimar (más aun en países
como el nuestro, donde la evolución de la economía sufre ciclos con pronunciados altos y bajos).
Salvo en algunas actividades muy particulares donde un determinado bien de uso es una unidad
generadora de efectivo, en sí mismo (v.gr.: taxis, camiones, fotocopiadoras, imprentas) la
mayoría para ser considerados como unidades generadoras de efectivo, deben tomarse en
conjunto con otros bienes. Por ello, decimos de manera directa o indirecta, ya que si bien lo de-
seable es asignar los ingresos que genera de manera directa, en la mayoría de los casos los in-
gresos son generados de manera indirecta, vale decir, en conjunto con otros bienes.
Aquí tenemos una primera dificultad, la de definir un criterio para asignar la parte de los
ingresos que le corresponde al bien en cuestión. Otra limitación es la tasa de descuento a elegir.
Debemos agregar que el flujo de ingresos netos futuros surgirá de una proyección estimada, con
la incertidumbre que ello implica.
Ejemplo de determinación del valor de uso.
Se trata de un conjunto de bienes de uso que constituyen una unidad generadora de efectivo.
Se espera conseguir los siguientes ingresos netos, es decir, los ingresos obtenidos por el uso de
los activos menos egresos atribuibles más (o menos) fondos obtenidos (o desembolsados) por la
disposición final de los mismos.
Se trata de un período de estabilidad monetaria. Se utiliza una tasa de descuento del 8%
anual. Fecha de cierre 31/12/XO.
Cálculo de la generación de fondos futuros
31/12/X1 31/12/X2 31/12/X3 31/12/X4 31/12/X5
$ $ $ $ $
Ingresos de la unidad 700.000 650.000 610.000 540.000 48.000
Ingresos por venta de la unidad 125.000
700.000 650.000 610.000 540.000 173.000
Gastos directos 280.000 260.000 244.000 216.000 32.000
Gastos indirectos atribuibles 105.000 97.500 91.500 81.000 7.200
Generación neta de fondos 315.000 292.500 274.500 243.000 133.800
Cálculo del valor actual
Período Fondos Tasa anual Valor actual
8% $
31/12/X1 315.000 1.08000 291.667
31/12/X2 292.500 1.16640 250.772
31/12/X3 274.500 1.25971 217.907
31/12/X4 243.000 1.36049 178.612
31/12/X5 133.800 1.46933 91.062
Valor actual Total 1.030.020
Es posible que se planteen diferentes escenarios respecto de los ingresos futuros, en ese
caso, podrían combinarse las distintas alternativas de flujos de ingresos. Dice Enrique Fowler
Newton2: ... “Si los ingresos del año 2 pudieran ser de $ 200 con una probabilidad del 60% o de $
170 con una probabilidad del 40% el importe a considerar podría ser: (200X 0,60) + (170X0,40) =
180”...
Luego agrega que sería aun mejor calcular el valor de uso correspondiente a cada escenario y
calcular el promedio ponderado de los valores de uso de acuerdo con la probabilidad de
ocurrencia asignada a cada uno.
5.1.3. El valor de uso o el valor neto de realización
En cuanto a cuál -de los dos aludidos- es el valor más apropiado a tomar para cada bien, nos
encontramos con dos posiciones. Una, directamente asume como valor recuperable el mayor de
ambos; así lo disponen las normas contables profesionales vigentes al momento de elaborar este
trabajo3.
La otra es asignar como valor recuperable para cada bien el más apropiado en función de su
destino probable, es decir, el valor neto de realización, a los bienes que están destinados a la
venta y el valor de utilización económica, a los bienes que están para usarse. Esta posición es la
más adecuada, según el criterio de los autores.
En este punto creemos necesario esclarecer algo: a partir de la sanción de las RT 16 y 17, no
se aplica un criterio de medición único para todos los activos, sino en función de su destino
probable. Esta situación sería más coherente con la determinación de un valor recuperable en
función de ese destino del activo y no del mayor de ambos como lo dispone la norma vigente; por
ello nuestra posición.
Por otra parte, debemos considerar que hay una combinación de situaciones para algunos
rubros que hacen necesaria su evaluación en función de la realidad económica. Tal vez el rubro
bienes de uso sea el que nos presente más opciones. En principio, podríamos decir que, en este
rubro, los bienes están para usarse y, por lo tanto, el valor recuperable debería ser su valor de
uso. Esto es claro para las maquinarias, plantas industriales, instalaciones para la producción. No
2 Fowler Newton, Enrique, “Contabilidad Superior’’, 5 a edición, Editorial La Ley.
3 Setiembre de 2008.
lo es tanto para los rodados, inmuebles, que tienen una tasación accesible en el mercado;
consecuentemente, podría utilizarse el valor de uso o el valor neto de realización como límite. En
este segundo caso, las empresas habitualmente evalúan cuál es la opción más conveniente; si
utilizar rodados propios o contratar ese servicio a terceros, o bien comprar o alquilar un inmueble.
Del otro lado, aparecen los bienes de cambio que, generalmente, tienen un valor neto de
realización accesible, del mismo modo que las inversiones en acciones u otros títulos con co-
tización, la tenencia de moneda extranjera y otros bienes de similares características. Aunque
también tienen un valor de uso, este no es relevante.
Consideramos importante resaltar que el valor recuperable no es un criterio de medición de
activos, sino sólo el límite que utilizamos para evitar su sobrevaluación.
5.2. Costos de cancelación de los pasivos
El costo de cancelación de los pasivos es el importe total necesario para que la compañía
pueda satisfacer la obligación que tiene hacia el acreedor.
Si los pasivos son en moneda, es la suma que el acreedor está dispuesto a aceptar más los
gastos necesarios para instrumentar el pago. No siempre esta cancelación es posible, sea porque
el acreedor no la acepta, sea porque la compañía no tiene los medios para cancelar la deuda. En
este caso, deberá determinarse el valor actual en los términos del punto 3.3 de este capítulo y
ese será el límite mínimo.
En el caso de los pasivos en especie, será el valor comente de los activos a entregar más los
gastos necesarios para ponerlos a disposición del acreedor.
6. Modo y frecuencia de las comparaciones
Hay dos cuestiones respecto de las comparaciones, que merecen ser comentadas.
La primera es la manera de efectuarlas, es decir, se deben hacer ítem por ítem o pueden
agruparse teniendo en cuenta la homogeneidad de los elementos involucrados. Aquí nuevamente
debemos considerar la naturaleza del activo en cuestión. Si estamos ante bienes de uso, nos
parece que la comparación debería hacerse de manera individual, excepto que su valor de
utilización económica no pueda determinarse de manera directa. En este caso, deberíamos
precisarlo para cada “unidad generadora de efectivo” (UGE)4.
Para los bienes de cambio, acciones con cotización y demás bienes que se valúan a su valor
corriente, no debería ser muy engorroso, es decir, no vemos motivos para que la comparación no
se haga ítem por ítem.
En cuanto al tema de la frecuencia de las comparaciones, lo ideal sería efectuarlas al cierre de
cada período. En el caso de los bienes que se comparan con su valor neto de realización,
creemos que es factible, sencillo y económico; el beneficio de contar con estos datos es clara-
mente superior al costo de obtenerlos. En cambio, no resulta tan accesible -por su costo y tiempo
de preparación, la comparación con el valor de utilización económica, ya que en algunos casos
suele ser laboriosa. En esta situación, debería hacerse cada vez que haya indicios de su
desvalorización. 4
7. Normas contables nacionales vigentes
Ya al final de su desarrollo, la resolución técnica 16 establece que5:
"Las mediciones contables periódicas de los elementos que cumplen las condiciones para re-
conocerse en los estados contables podrían basarse en los siguientes atributos:
a. de los activos:
1. su costo histórico:
2. su costo de reposición;
3. su valor neto de realización;
4. el importe descontado del flujo neto de fondos a percibir (valor actual);
5. el porcentaje de participación sobre las mediciones contables de bienes o del patrimonio;
b) de los pasivos:
1) su importe original;
2) su costo de cancelación;
4 Este concepto se desarrollará en el capítulo siguiente, cuando veremos los casos particulares de medición al cierre.
5 Resolución técnica 16 de la FACPCE, capítulo 6, Modelo Contable, punto 6.2. Criterios de medición.
3) el importe descontado del flujo neto de fondos a desembolsar (valor actual);
4) el porcentaje de participación sobre las mediciones contables de pasivos.
Los criterios de medición contable a utilizar deben basarse en los atributos que en cada caso
resulten más adecuados para alcanzar los requisitos de la información contable enunciados
en la Sección 3 y teniendo en cuenta:
a) el destino más probable de los activos; y
b) la intención y posibilidad de cancelación inmediata de los pasivos".
Como ya hemos mencionado, en su marco conceptual la norma no define un solo criterio para
todos los rubros, ni siquiera define uno preferible y otro alternativo, sino que muestra un abanico
de opciones.
Si vemos la norma que regula las cuestiones de aplicación general, es decir, la resolución
técnica 17, encontramos que reafirma el concepto de devengado, de la siguiente manera 6, “...Los
efectos patrimoniales de las transacciones y otros hechos deben reconocerse en los períodos en
que ocurren, con independencia del momento en el cual se produjeren los ingresos y egresos de
fondos relacionados”. La cuestión ha sido analizada en este capítulo y en el capítulo I, que trata
sobre modelos contables.
Más adelante, la norma se explaya sobre lo que denomina “criterios generales”, con un alto
grado de detalle, del siguiente modo 7 “...Para la medición contable de activos y pasivos y de los
resultados relacionados se aplicarán los siguientes criterios generales con sujeción, en el caso de
los activos, a la consideración de los límites establecidos en la sección 4.4 (Comparaciones con
valores recuperables):
a) efectivo: a su valor nominal;
b) colocaciones de fondos y cuentas a cobrar en moneda:
1) cuando exista la intención y factibilidad de su negociación, cesión o transferencia: a su valor
neto de realización;
2) en los restantes casos, se considerarán:
a) la medición original del activo;
b) la porción devengada de cualquier diferencia entre ella y la suma de los importes a
cobrar a sus vencimientos, calculada exponencialmente con la tasa interna de retorno
determinada al momento de la medición inicial sobre la base de esta y de las condiciones
oportunamente pactadas;
c) las cobranzas efectuadas.
6 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 2, Normas generales, punto 2.2. Devengamiento.
7 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 4, Medición contable en general, punto 4.1. Criterios
generales.
Esta medición podrá obtenerse mediante el cálculo del valor descontado de los flujos de fon-
dos que originará el activo, utilizando la tasa interna de retorno determinada al momento de la
medición inicial.
c) cuentas a cobrar en especie: de acuerdo con los criterios establecidos para los activos que se
espera recibir;
d) participaciones permanentes en entes sobre los que se tenga control, control conjunto o in-
fluencia significativa: considerando la medición de sus patrimonios (determinada con base en
la aplicación de los otros criterios enunciados en esta resolución técnica) y los porcentajes de
participación sobre ellos;
e) bienes destinados a la venta o a ser consumidos en el proceso de obtención de bienes o servi-
cios destinados a la venta: a su valor corriente;
f) bienes de uso y otros activos no destinados a la venta, excepto los correspondientes a Activos
Biológicos: a su costo histórico (en su caso, menos depreciaciones). Los Activos Biológicos
deben valuarse de acuerdo con los criterios establecidos por la resolución técnica 22 (Normas
contables profesionales: actividad agropecuaria);
g) pasivos a cancelar en moneda:
1) cuando exista la intención y factibilidad de su pago anticipado: a su costo corriente de
cancelación;
2) en los restantes casos, se considerará:
a) la medición original del pasivo;
b) la porción devengada de cualquier diferencia entre ella y la suma de los importes a pagar
a sus vencimientos, calculada exponencialmente con la tasa determinada al momento de
la medición inicial sobre la base de ésta y de las condiciones oportunamente pactadas;
c) los pagos efectuados.
Esta medición podrá obtenerse mediante el cálculo del valor descontado de los flujos de
fondos que originará el pasivo, utilizando la tasa determinada al momento de la medición
inicial.
h) pasivos a cancelar en especie:
1) cuando deban entregarse bienes que se encuentran en existencia o puedan ser adquiridos:
al costo de cancelación de la obligación;
2) cuando deban entregarse bienes que deban ser producidos o prestar servicios, se tomará el
importe que fuere mayor entre las sumas recibidas del acreedor y el costo de cancelación
de la obligación.
i) Activos y pasivos que son ítems o partidas cubiertas o instrumentos de cobertura: en los tér-
minos de la sección 2 (Instrumentos derivados y operaciones de cobertura) de la segunda
parte de la resolución técnica 18 (Normas contables profesionales: desarrollo de algunas
cuestiones de aplicación particular).
En los casos de activos y pasivos en moneda extranjera, los criterios primarios indicados se
aplicarán utilizando dicha moneda y los importes así obtenidos se convertirán a moneda
argentina considerando los tipos de cambio vigentes a la fecha de la medición. Del mismo
modo se procederá con los depósitos, créditos y deudas cancelables en el equivalente en mo-
neda argentina de un importe en moneda extranjera.
La aplicación de los criterios expuestos implica, entre otras tareas:
a) la verificación de que los elementos incluidos en los estados contables siguen cumpliendo con
las definiciones presentadas en la sección 4 (Elementos de los estados contables) de la se-
gunda parte de la resolución técnica 16 (Marco conceptual de las normas contables profe-
sionales);
b) la aplicación del concepto de devengamiento según la sección 2.2 (Devengamiento);
c) la evaluación déla continuidad del ente y de sus segmentos, para establecer sus posibles efec-
tos en la aplicación del límite del valor recuperable a la medición contable de los activos.
Los criterios de medición utilizados para los activos y pasivos deben coincidir con los utilizados
para las mediciones de:
a) las transacciones con los propietarios y con los accionistas no controlantes de sociedades
controladas;
b) los ingresos, los gastos, las ganancias y las pérdidas;
c) los impuestos sobre las ganancias;
d) los importes que en concepto de efectivo o sus equivalentes se muestren en el estado que ex-
pone su evolución.
Las participaciones de los accionistas no controlantes de sociedades controladas sobre sus
resultados se determinarán sobre la base de las mediciones de estos.
Las cuestiones generales de medición contable que no estuvieren expresamente previstas en
este capítulo se tratarán teniendo en cuenta lo expuesto en la sección 9 (Cuestiones no
previstas)”.
Como puede apreciarse son criterios generales con algunas, tal vez varias, consideraciones
particulares que profundizaremos en cada rubro.
Respecto de los costos de cancelación de una obligación la RT 17 los define como 8 “...la suma
de todos los costos necesarios para liberarse de ella”.
Dispone las pautas básicas para la determinación de valores corrientes de los activos des-
tinados a la venta o a ser consumidos en el proceso de obtención de bienes o servicios desti-
nados a la venta del siguiente modo9: “Los valores corrientes referidos en el epígrafe se determi-
narán considerando, en cada caso, el grado de avance de los correspondientes procesos de
generación de resultados y procurando que representen adecuadamente la riqueza poseída.
Para las cuentas a cobrar se empleará un valor corriente de salida (valor neto de realización).
8 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 4, Medición contable en general, punto 4.2.8. Costos de
cancelación.
9 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 4, Medición contable en general, punto 4.3.1. Pautas
básicas en la derminacion de valores comentes de los activos destinados a la venta o a ser consumidos
en el proceso de obtención de bienes o servicios destinados a la venta.

En los casos de activos cuya venta no requiera esfuerzos significativos, se procederá así:
a) cuando los bienes estén en condiciones de ser entregados, se empleará un valor corriente de
salida;
b) en el caso contrario, se utilizará el valor neto de realización proporcionado según el grado de
avance de la producción o construcción del bien y del correspondiente proceso de generación
de resultados, excepto para los Activos Biológicos, los que deben valuarse de acuerdo con los
criterios establecidos por la resolución técnica 22 (Normas contables profesionales: actividad
agropecuaria).
Para los restantes activos se utilizará -en general- el valor corriente de entrada o costo de re-
posición, siguiendo los lincamientos descriptos en la sección 4.3.3 (Determinación de costos de
reposición)”.
En cuanto a la manera de determinar los valores netos de realización establece que 5 “En la
determinación de los valores netos de realización se considerarán:
a) los precios de contado correspondientes a transacciones no forzadas entre partes indepen-
dientes en las condiciones habituales de negociación;
b) los ingresos adicionales, no atribuibles a la financiación, que la venta generare por sí (por
ejemplo: un reembolso de exportación);
c) los costos que serán ocasionados por la venta (comisiones, impuesto a los ingresos brutos y
similares);
De tratarse de bienes sobre los cuales se haya adquirido una opción de venta sin cotización o
lanzado una opción de compra sin cotización, el valor neto de realización no podrá exceder los
siguientes límites:
1) bienes sobre los cuales se hayan lanzado opciones de compra (calis) que.no tengan cotiza-
ción: el valor neto de realización no podrá ser superior al precio de ejercicio de la opción me-
nos los costos que serán ocasionados por la venta más la medición contable de la opción lan-
zada que se hubiere contabilizado por aplicación de las normas de la sección 2 (Instrumentos
derivados y operaciones de cobertura) de la resolución técnica 18 (Normas contables pro-
fesionales: desarrollo de algunas cuestiones de aplicación particular);
2) bienes sobre los cuales se hayan adquirido opciones de venta (puts) que no tengan cotización:
el valor neto de realización no podrá ser inferior al precio de ejercicio de la opción menos los
costos ocasionados por la venta menos la medición contable de la opción adquirida que se
hubiere contabilizado por aplicación de las normas de la sección 2 (Instrumentos derivados y
operaciones de cobertura) de la resolución técnica 18 (Normas contables profesionales:
desarrollo de algunas cuestiones de aplicación particular)”.
Como observamos, la manera de determinar el valor neto de realización es la tradicionalmente
propuesta por la doctrina, que se complementa con el tratamiento particular de los bienes al-
canzados por operaciones de opciones de compra o venta regulados en la resolución técnica 18.
Respecto de la determinación de los costos de reposición dispone que 6 "Los costos de
reposición de un elemento deben establecerse acumulando todos los conceptos que integran su
costo original, expresados cada uno de ellos en términos de su reposición, a la fecha de su
medición.
Deberán utilizarse precios de contado correspondientes a los volúmenes habituales de com-
pra o, si estas no fueran repetitivas, a volúmenes similares a los adquiridos.
Los precios que estén medidos en moneda extranjera, deben convertirse a moneda argentina
utilizando el tipo de cambio del momento de la medición.
Los precios deben ser cercanos al cierre del período. En lo posible, deben ser obtenidos de
5 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 4, Medición contable en general, punto 4.3.2. Determinación de valores netos de realización.
6 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 4, Medición contable en general, punto 4.3.3. Determinación de costos de reposición.
fuentes directas confiables, como las siguientes:
• Cotizaciones o listas de precios de proveedores.
• Costos de adquisición y producción reales.
• Órdenes de compra colocadas y pendientes de recepción.
• Cotizaciones que resulten de la oferta y la demanda en mercados públicos o privados, pu-
blicadas en boletines, periódicos o revistas.
Cuando lo anterior no sea factible, podrán emplearse aproximaciones basadas en:
• Reexpresiones basadas en la aplicación de índices específicos de los precios de los activos de
que se trate o de los insumos que componen su costo.
• Presupuestos actualizados de costos.
En casos especiales podrá recurrirse a tasaciones efectuadas por peritos independientes”.
Por último, establece que si la obtención del valor corriente fuera imposible o muy costosa
usará como sucedáneo el costo original. Es muy difícil que una compañía no pueda acceder
rápidamente a los valores corrientes de sus bienes de cambio o de los demás activos a los que la
norma permite aplicarles el valor corriente. Por ello, consideramos que rara vez se darán las
condiciones que ameriten la aplicación del criterio de costo sobre rubros susceptibles de ser
valuados a su valor corriente.
También la norma se refiere a las comparaciones con los valores recuperables. Establece un
criterio general7 8: “Ningún activo (o grupo homogéneo de activos) podrá presentarse en los
estados contables por un importe superior a su valor recuperable, entendido como el mayor im-
porte entre:
a) su valor neto de realización, determinado de la manera indicada en la sección 4.3.2 (Deter-
minación de valores netos de realización);
b) su valor de uso, definido como el valor actual esperado de los flujos netos de fondos que de-
berían surgir del uso de los bienes y de su disposición al final de su vida útil (o de su venta
anticipada, si ella hubiera sido resuelta) y determinado aplicando las normas de las secciones
4.4.4 y 4.4.5”.
Nuestra opinión sobre esta cuestión fue expresada en el punto 5.1. del presente capítulo.
Sobre la frecuencia de las comparaciones establece que 9 “Las comparaciones entre las
mediciones contables primarias de los activos y sus correspondientes valores recuperables
deben hacerse cada vez que se preparen estados contables, en los casos de:
a) cuentas a cobrar (incluyendo a los depósitos a plazo fijo y las titulizadas);
b) bienes de cambio;
c) instrumentos derivados sin cotización;
d) intangibles no utilizados en la producción o venta de bienes y servicios y que generan un flujo
de fondos propio e identificable;
e) bienes tangibles e intangibles que ya no estén disponibles para el uso;
f) participaciones permanentes en otras sociedades, valuadas al costo; y
g) bienes destinados a alquiler.
En los casos de:
a) bienes de uso;
b) intangibles empleados en la producción o venta de bienes y servicios;
c) otros intangibles que no generan un flujo de fondos propio; y
d) participaciones permanentes en otras sociedades, valuadas al valor patrimonial proporcional;
la comparación con el valor recuperable deberá hacerse cada vez que se preparen estados
contables cuando:
1) el activo incluya cualquier intangible empleado en la producción o venta de bienes y servicios o
un valor llave, en la medida que se les hubiere asignado una vida útil indefinida; o
2) exista algún indicio de que tales activos se hayan desvalorizado (o de que una desvalorización
anterior se haya revertido).

7 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 4, Medición contable en general, punto 4.4.1. Criterio general.
8 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 4, Medición contable en general, punto 4.4.2. Frecuencia de las comparaciones.
9 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 4, Medición contable en general, punto 4.4.2. Frecuencia de las comparaciones.
Los indicios a considerar con el propósito indicado en el párrafo anterior son, entre otros, los
siguientes (los indicados entre paréntesis corresponden a situaciones en que se podrían haber re-
vertido desvalorizaciones anteriores):
a) de origen externo:
1) declinaciones (o aumentos) en los valores de mercado de los bienes que sean superiores a
las que deberían esperarse con motivo del mero transcurso del tiempo;
2) cambios importantes ocurridos o que se espera ocurrirán próximamente en los mercados y
en los contextos tecnológico, económico o legal en que opera el ente y que lo afectan
adversamente (o favorablemente);
3) aumentos (o disminuciones) en las tasas de interés que afecten la tasa de descuento uti-
lizada para calcular el valor de uso del activo, disminuyendo (o aumentando) su valor
recuperable en forma significativa.
4) disminución (o aumento) del valor total de las acciones del ente no atribuibles a las va-
riaciones de su patrimonio contable;
b) de origen interno:
1) evidencias de obsolescencia o daño físico del activo;
2) cambios ocurridos o que se espera ocurrirán próximamente en la manera en que los bienes
son o serán usados, como los motivados por planes de discontinuación o reestructuración
de operaciones o por haberse decidido que la venta de los bienes se producirá antes de la
fecha originalmente prevista (o por haberse efectuado mejoras que incrementan las
prestaciones de los bienes);
3) evidencias de que las prestaciones de los bienes son peores (o mejores) que las anterior-
mente previstas;
4) expectativas (o desaparición de ellas) de pérdidas operativas futuras;
c) las brechas observadas en anteriores comparaciones de las mediciones contables primarias
con los valores recuperables de los bienes".
No nos queda claro cuál es el criterio que utiliza la norma para efectuar esta distinción entre
los dos grupos de rubros. Exige la comparación anual tanto para bienes que deben aplicar un
criterio de valores corrientes (bienes de cambio, algunas cuentas por cobrar) como para bienes
que deben aplicar el criterio de costo. Es decir, la distinción no se hace en función del criterio de
medición del bien en cuestión. Tampoco considera la relación costo- beneficio de la información
contable ya que al definir la utilización del mayor entre el valor neto de realización y el valor de
uso, obliga al cálculo de este último con el costo relevante que ello implica en algunos casos.
En cuanto a los niveles de comparación, dispone que se harán al nivel de cada bien o, si
correspondiera, grupo homogéneo de bienes. Posteriormente, desarrolla consideraciones de
aplicación para bienes de cambio y bienes de uso que veremos en el próximo capítulo acerca de
las cuestiones particulares de cada rubro. También junto con bienes de uso trataremos las
normas sobre estimación de los flujos de fondos y las tasas de descuento a aplicar.
Seguidamente, sobre la imputación de las pérdidas por desvalorización determina que 15 “Las
pérdidas por desvalorización deben imputarse al resultado del período, salvo las que reversen
valorizaciones incluidas en saldos de revalúos mantenidos por aplicación de las normas de
transición de la sección 8.2.2 (Bienes de uso y asimilables y saldos de revalúos), que reducirán
dichos saldos.
Las pérdidas resultantes de las comparaciones entre mediciones contables y valores recupe-
rables correspondientes a bienes individuales reducirán las primeras.
Las pérdidas resultantes de las comparaciones entre mediciones contables y valores recuperables
de las actividades generadoras de efectivo, se imputarán en el siguiente orden:
a) a la llave de negocio asignada a ellas;
b) a los otros activos intangibles asignados a ellas, y si quedare un remanente;
c) se lo prorrateará entre los restantes bienes incluidos en la medición contable que se compara,
en proporción a sus mediciones (anteriores al cómputo de la desvalorización) .
Creemos que este punto es suficientemente claro y coincidimos con su criterio.
15 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 4, Medición contable en general, punto 4.4.6. Imputación
de las pérdidas por desvalorización.
Respecto de la reversión de esas pérdidas, establece que 10 “Las pérdidas por desvalorización
reconocidas en períodos anteriores sólo deben reversarse cuando, con posterioridad a la fecha
de su determinación, se produzca un cambio en las estimaciones efectuadas para determinar los
valores recuperables. En tal caso, la medición contable del activo o activos relacionados debe
elevarse al menor importe entre:
a) la medición contable que el activo o grupo de activos habría tenido si nunca se hubiese re-
conocido una pérdida por desvalorización; y
b) su valor recuperable.
Las reversiones de pérdidas por desvalorización se imputarán al resultado del período, ex-
cepto en la medida en que reversen desvalorizaciones de bienes revaluados previamente por
aplicación de la sección 8.2.2 (Bienes de uso y asimilables y saldos de revalúo), en cuyo caso:
a) el incremento de la medición contable del activo hasta el importe que habría tenido si nunca
hubiese sido revaluado, se reconocerá como una ganancia;
b) el resto aumentará el saldo de revalúo.
Las reversiones de pérdidas resultantes de las comparaciones entre mediciones contables y
valores recuperables correspondientes a bienes individuales se agregarán a las mediciones con-
tables de estos.
Las reversiones de pérdidas resultantes de las comparaciones entre la medición contable y el
valor recuperable de una actividad generadora de efectivo se agregarán a las mediciones conta-
bles de los activos en el siguiente orden:
a) primero, a los activos integrantes de la actividad generadora de efectivo que sean distintos a la
llave de negocio, en proporción a sus mediciones contables, con la siguiente limitación: ningún
activo debe quedar por encima del menor importe entre:
1) su valor recuperable (si fuere determinable); y
2) la medición contable que el activo habría tenido si nunca se hubiese reconocido la des-
valorización previa;
b) si la asignación anterior fuera incompleta debido a la aplicación de los topes indicados, se
efectuará un nuevo prorrateo entre los bienes individuales de la actividad generadora de
efectivo que no haya alcanzado dichos límites;
c) el remanente no asignado será agregado al valor llave que estuviere asignado a la actividad
generadora de efectivo, siempre que se cumplan las condiciones expuestas en el párrafo si-
guiente.
La desvalorización contabilizada para la llave de negocio sólo será reversada cuando:
a) haya sido causada por un hecho externo específico de carácter excepcional cuya recurrencia
no se espera; y
b) haya sido reversada por otro(s) hecho(s) externos.
El hecho de que la pérdida de valor reconocida para un activo haya desaparecido total o par-
cialmente puede indicar que la vida útil restante, que el método de amortización o que el valor
residual necesitan ser revisados, aunque el indicio no lleve a la reversión de la pérdida de valor
del activo”.
El tratamiento es lo suficientemente amplio y claro.
8. Normas contables internacionales vigentes
Las normas contables internacionales han ido cambiando desde un criterio de costo hacia un
criterio de valor corriente a través de la adopción del “valor razonable" que definen como 11 "...el
precio que se acordaría entre un comprador y un vendedor, ambos debidamente informados, en
una transacción realizada en condiciones de independencia mutua”.
Este es un proceso todavía en marcha, ya que no se admite aún para los bienes de cambio y
sí, paradójicamente, para los bienes de uso como tratamiento alternativo dadas determinadas
circunstancias que, en la práctica, son bastante factibles.

10 Resolución técnica 17 de la FACPCE, capítulo 4, Medición contable en general, punto 4.4.7. Reversión de pérdidas por desvalorización.
11 Diario oficial de la Unión Europea del 09/12/04. NIC 39, Apéndice A, Guía de aplicación, punto GA71.

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