6.5. La proyección exterior. Política italiana y norteafricana.

a) La guerra de Italia
Con los RRCC las buenas relaciones existentes entre Castilla y Francia desaparecieron
al ser sustituidas por la tradicional rivalidad entre Aragón y Francia. El escenario del
enfrentamiento fue Italia, un conjunto de pequeños estados. Los protagonistas fueron,
por un lado, los reyes de Francia, Carlos VIII y Luis XII, y por otro lado, Fernando el
Católico, apoyado por el Papa Alejandro VI, y cuyo ejército estaba dirigido por Gonzalo
Fernández de Córdoba, conocido como el Gran Capitán. El objetivo era el Reino de
Nápoles. Se firmó el Tratado de Granada en 1500 por el cual se repartía Nápoles, pero
de nuevo entraron en guerra; ocurrieron entonces las batallas más importantes: Ceriñola,
Garellano, Gaeta… El resultado fue la victoria de Fernando el Católico. Con la victoria
se reincorporaron a la Corona de Aragón los condados catalanes del Rosellón y
Cerdaña. Además se incorporó a la Corona de Aragón el Reino de Nápoles desde 1503.
b) Política norteafricana
Desde el siglo XIII los reyes de Castilla habían pretendido la conquista de Marruecos.
Tras la conquista de Granada se pretendió una expansión hacia el Magreb entre otras
razones como la mejor para contener la piratería y los ataques turcos y berberiscos a las
costas españolas. Finalmente la ocupación española del norte de África quedó limitada a
un pequeño número de plazas fuertes en la costa, como Ceuta, Melilla, Orán, Bugía y
Trípoli.
c) La política matrimonial de los RRCC (OMISIBLE)
Los RRCC intentaron reforzar sus relaciones exteriores mediante una política de enlaces
matrimoniales de sus hijos. Para obtener la amistad de Inglaterra, casaron a su hija
Catalina con Arturo, el príncipe heredero, y a su muerte, con Enrique VIII. Para
establecer vínculos con el Imperio se concertó un doble matrimonio: el de sus hijos
Juana y Juan con Felipe el Hermoso y Margarita de Austria, ambos hijos del emperador
Maximiliano de Austria. Carlos I es hijo de Juana la Loca y de Felipe el Hermoso. Para
consolidar su amistad con Portugal, casaron a su hija mayor Isabel con Manuel de
Portugal, llamado el Afortunado, y a la muerte de Isabel casaron con este mismo rey a
otra de sus hijas, María. Del matrimonio de María con Manuel el Afortunado nació
Isabel de Portugal, esposa de Carlos I de España y madre de Felipe II.