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MÉTODOS MATEMÁTICOS

APLICADOS A LA
ARQUEOLOGÍA:

UNA APROXIMACIÓN
A LOS SISTEMAS
METROLÓGICOS
PRERROMANOS EN LA
PENÍNSULA IBÉRICA
ÍNDICE

1.INTRODUCCIÓN .....................................3

1.1. Génesis y objetivos .......................3


1.2. Estructura y metodología ..................4
1.3. Agradecimientos ...........................6

2. SISTEMAS METROLÓGICOS EN LA ANTIGÜEDAD......7

2.1. Sistemas mesopotámicos ...................10


2.2. Sistema egipcio ..........................13
2.3. Sistemas fenicio y púnico ................16
2.4. Sistema micénico .........................19
2.5. Sistema griego ...........................21
2.6. Sistema romano ...........................26
2.7. La cótila ................................30

3. UNIDADES DE PESO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA .31

3.1. Estado de la cuestión ....................31


3.2. Nuevas aportaciones. Sistema Hispano-Cartaginés
..................................36
3.3. Conclusiones .............................39

4. UNIDADES DE LONGITUD Y VOLUMEN .............41

4.1. Estado de la cuestión ....................41


4.2. Metodología ..............................44

5. LAS CERÁMICAS DE SEGEDA I ...................54

5.1. La ciudad celtibérica de Segeda I ........54


5.2. Las cerámicas de Segeda I, área 3 ........55
5.3. Vajilla de servicio ......................57
5.4. Vajilla de mesa ..........................72
5.5. Vajilla de almacenaje ....................90
5.6. Vajilla de cocina .......................105
5.7. Vajilla de importación ..................117
5.8. Los kalathos de Segeda I ................120
5.9. Conclusiones generales de Segeda I.......127

6. LAS CERÁMICAS Y VINO .......................132

6.1. El ritual del vino.......................132


6.2. Conjunto de cerámica griega de Orleyl ...134
6.3. Conjuntos de la Custodia de Viana .......138
6.4. Las necrópolis vacceas ..................145
6.5. Conclusiones generales del vino .........156
7. CONCLUSIONES ................................157
7.1. Unidades de peso ........................157
7.2. Unidades de longitud ....................160
7.3. Unidades de volumen .....................162
7.4. Conclusiones globales ...................164
7.5. Consideraciones finales .................165

8. BIBLIOGRAFÍA ...............................166

8.1. Libros y artículos ......................166


8.2. Recursos de Internet ....................169

9. APÉNDICE DOCUMENTAL ........................170


1. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo corresponde al periodo investigador del programa de


doctorado interdepartamental Estudios sobre Aragón, impartido en la Facultad de
Ciencias Sociales y Humanas de Teruel. La línea de investigación desarrollada ha sido
Fuentes y metodología de la investigación científica, aplicando métodos matemáticos a
la arqueología bajo la dirección del Doctor Francisco Burillo, tutor personal del autor
durante el proceso de doctorado.

1.1 GENÉSIS Y OBJETIVOS

La investigación realizada se enmarca dentro de un proyecto multidisciplinar, el


Proyecto Segeda, que dirigido por el Doctor Francisco Burillo y amparado por el Centro
de Estudios Celtibéricos de Segeda y la Fundación Segeda; pretende poner en valor el
patrimonio arqueológico mediante la investigación, conservación y difusión, del
yacimiento celtibérico de la ciudad de Segeda, situado en los términos municipales de
Mara y Gracián de Belmonte, en las proximidades de Calatayud (Zaragoza).

La vinculación del autor con este proyecto surge a partir de los estudios
desarrollados en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel,
correspondientes a la licenciatura de Humanidades, que le llevaron a tomar contacto
con el Doctor Burillo a través de sus asignaturas de Prehistoria y Arqueología y a la
participación en las excavaciones realizadas en Segeda bajo su dirección.

Dada la formación académica del autor, como Licenciado en Ciencias Físicas y


profesor de matemáticas, se planteó la posibilidad de aplicar estos conocimientos a la
arqueología, encontrando en la metrología un campo poco desarrollado, en el que poder
realizar una investigación que abriera nuevas perspectivas.

El objetivo de este trabajo, que tendrá su continuación en la subsiguiente tesis


doctoral, es realizar una aproximación a los sistemas metrológicos (es decir, unidades de
medida de peso, longitud, superficie y volumen), utilizados por los pueblos indígenas de
la Península Ibérica antes de la llegada de Roma, que tuvo como resultado la
uniformidad cultural después de un largo proceso de romanización.

Esta investigación pretende aportar información y metodologías que sean un


punto de partida para comenzar a cubrir un vacío existente en el conocimiento de las
sociedades antiguas ibéricas; y está proporcionando resultados que son difundidos
mediante la publicación de artículos en revistas especializadas, como Kalathos (Calvo,
2001-2002) y la presentación de una comunicación en el Congreso Nacional de
Arqueología, celebrado en Huesca en Mayo de 2003 (Alegre y Calvo, en prensa).

1.2 ESTRUCTURA y METODOLOGÍA

Para aproximarnos a las unidades de medida peninsulares se hizo necesario, en


primer lugar, estudiar cuales fueron las influencias culturales que podrían haber
determinado su desarrollo. Con este objeto, en el segundo capítulo, se hace un análisis
de los sistemas metrológicos de las principales sociedades del ámbito mediterráneo. En
concreto estudiamos los sistemas babilónicos, egipcios, micénicos, fenicios, griegos y
romanos, dado que, como veremos, todos ellos registraron influencias mutuas a través
de relaciones culturales, comerciales y de conquista; aunque los pueblos que van a tener
una presencia más importante en la Península Ibérica van a ser fenicios (y cartagineses),
griegos y romanos.

En el tercer capítulo se aborda el estudio de las unidades de peso prerromanas en


la Península Ibérica, comenzando por una revisión de los estudios y conclusiones
publicados hasta el momento, realizando una síntesis integradora que aporta una visión
de conjunto. Para ello se centra la atención en los juegos de ponderales (pesas para
balanza) aparecidos en España y otros elementos susceptibles de ser mensurados
mediante el peso, como piezas de joyería, lingotes y tortas de metal. Una vez analizado
el estado de la cuestión, se proponen nuevas interpretaciones, mediante la revisión
crítica de alguna de las propuestas anteriores y la aportación de algunos datos e ideas
inéditas, que abren nuevas perspectivas que habrá que desarrollar en trabajos
posteriores.

En el cuarto capítulo se abordan las unidades indígenas de longitud y volumen.


Para ello se analizan los escasos estudios publicados, que presentan un punto de partida
para la investigación.

Las unidades de longitud se estudian a partir de las dimensiones de adobes y otros


elementos constructivos y de las medidas más características de las vasijas cerámicas
(alturas y diámetros).

Las de volumen se tratan mediante el cálculo de la capacidad de los recipientes


cerámicos procedentes de las excavaciones de distintos ámbitos culturales de la
Península Ibérica. Para ello se hizo necesario establecer una metodología nueva, que es
la principal innovación de esta investigación. El método desarrollado permite calcular el
volumen de una vasija a partir del dibujo de su perfil a cualquier escala. Para ello se
toman una serie de cotas de diámetro a intervalos regulares, que se introducen en un
programa realizado sobre la hoja de cálculo Excel, especialmente creado por el autor
para esta investigación. Como resultado se obtiene el volumen total de la vasija, así
como los parciales a distintas alturas, con el objeto de valorar su volumen útil, que
variará según el tipo de recipiente, su función y contenido. Este método ha sido
contrastado y validado mediante comprobación experimental en el laboratorio,
midiendo físicamente la capacidad de algunos recipientes antiguos y actuales.

En el quinto capítulo se aplica el método sistemáticamente para calcular las


dimensiones y volúmenes de las vasijas procedentes del yacimiento celtibérico de
Segeda. En concreto se estudian los 50 ejemplares procedentes del área 3 de Segeda I,
fruto de la excavación de la campaña del año 2001. La importancia de esta zona de
Segeda I viene dada por el hecho de que los materiales que aparecen forman parte de un
conjunto cerrado temporalmente, ya que pertenecen a una única fase de ocupación, que
concluyó abruptamente cuando la ciudad fue arrasada por los romanos en el año 153 a.
C. en el inicio de las guerras celtibéricas. Esta es la parte central del trabajo y la que
proporciona mayores resultados. En la continuación de la investigación durante la tesis
doctoral, se aplicará el mismo método a diversos conjuntos cerámicos, procedentes de
yacimientos representativos de las distintas áreas culturales indígenas, atendiendo a una
distribución espacial y temporal, para intentar ofrecer una visión global e integradora a
nivel peninsular.
En el sexto capítulo se sigue trabajando el tema de los volúmenes, pero desde un
punto de vista temático selectivo. Dado que en Segeda I ha aparecido en el transcurso de
las excavaciones un lagar para la elaboración de vino, que es único en la zona norte
peninsular, se está desarrollando una nueva línea de investigación por parte del Doctor
Burillo sobre los modelos culturales y rituales desarrollados en relación en la cultura del
vino en las sociedades indígenas prerromanas. Es el Proyecto Segeda Vitivinícola,
dentro del cual, a modo de avance, se presentan los resultados obtenidos al aplicar el
estudio de capacidades a diversos conjuntos de recipientes cerámicos relacionados con
el vino, procedentes de diversos ámbitos culturales ibéricos, con la intención de aportar
información sobre los patrones de consumo de esta bebida.

Para finalizar, se presentan las conclusiones obtenidas a lo largo de todo el


proceso, que si bien aportan algo de luz y sugieren respuestas para algunas de las
cuestiones que nos habíamos planteado, lo cierto es que abren nuevos interrogantes y
plantean líneas de trabajo que deberán abordarse y desarrollarse en la tesis doctoral y en
investigaciones posteriores.

Acompaña al trabajo un apéndice, en el que se aportan los documentos generados


en el tratamiento de todas las vasijas de cerámica, que permiten reconstruir y revisar el
proceso y los resultados de la investigación. Estos documentos son: en primer lugar, un
resumen en base de datos Access de toda la información analizada y, a continuación, el
dibujo, el perfil milimetrado y los resultados del programa informático para el cálculo
del volumen de cada pieza individual.

1.3. AGRADECIMIENTOS

Finalmente, se hace imprescindible el agradecimiento a todos aquellas personas


que han hecho posible la realización de este trabajo.

Al Doctor Francisco Burillo, director del mismo, por su interés e impagable


magisterio, tan sólo superados por su humanidad. Él fue el que me inició en en el
mundo de la arqueología y guió mis pasos por los laberintos de la metrología, con
instinto infalible y mano certera. Sin su estímulo y orientaciones jamás hubiera sido
capaz de llevar a cabo esta empresa.

A los compañeros del Centro de Estudios Celtibéricos de Segeda, Chon, Espe y


Raúl; que me proporcionaron los materiales gráficos y bibliográficos; pero sobre todo
su amistad y apoyo en los momentos difíciles.

Y por último, pero no por ello menos importante, a mi familia, mi mujer y mis
hijos, que soportaron estóicamente mis ausencias y a los que robé todo el tiempo que
precisó este trabajo.

A todos ellos pertenecen los méritos, mientras que los errores son responsabilidad
únicamente del autor.
2. SISTEMAS METROLÓGICOS EN LA ANTIGÜEDAD

Desde los inicios de las primeras sociedades


organizadas de carácter estatal, se hizo necesario el
desarrollo de sistemas métricos estandarizados. Así, por
ejemplo, las unidades de longitud y superficie eran
imprescindibles para la medición de los campos de cultivo y
las distancias. Por otro lado las unidades de peso y
capacidad permitieron la extensión del comercio, más allá
del mero trueque y sentaron las bases para la posterior
aparición de la moneda. Todas ellas, además, facilitaban la
imposición de impuestos y tributos y su posterior
recaudación.

Las primeras unidades de longitud tomaron como medida


el propio cuerpo humano y así encontramos en diversas
culturas pies, codos, dedos, etc. y sólo más adelante
aparecen las unidades abstractas, como la vara, aunque a
menudo son múltiplos de algunas de las anteriores.

Son los sistemas antropométricos, que guardan unas


relaciones constantes entre las distintas medidas, aunque
sus valores varían de unos a otros (Pachón y Manzano,
20022). Así, cuatro dedos hacen una palma, tres palmas un
palmo y cuatro palmas, un pie (Figura 1); aunque el valor
del pie cambie según los sistemas: 296 mm el romano, 373
el egipcio, etc.

Figura 1. La palma y el palmo

Por encima del pie, un pie y una palma (el palmipes


romano o brazo griego) y el codo, que es un pie y medio y
era la medida más noble y sagrada en muchas culturas y,
junto con el pie, la base de partida definir las demás. Y
por último, la braza, que es la anchura de los brazos
extendidos y es igual a la altura del cuerpo humano o la
vara, que es lo mismo, pero con los brazos doblados(Figura

2).

Figura 2. La braza y la vara

Veamos las equivalencias entre todas ellas en el


siguiente cuadro.

Nombre Equivalencias
Braza 1
Vara 2 1
Codo 4 2 1
Brazo 4,8 2,4 1,2 1
Pie 6 3 1,5 1,25 1
Palmo 8 4 2 1 2/3 4/3 1
Palma 24 12 6 5 4 3 1
Dedo 96 48 24 20 16 12 4 1

Lo mismo ocurrió con las unidades de masa, puesto que


la primera fue el grano de trigo, pero la necesidad de usar
grandes múltiplos de éste, debido a su pequeñez hizo que
acabaran desligándose de su significado original(Bodega,
1998,1). Pronto, se establecieron además, correspondencias
con las medidas de capacidad, surgiendo sistemas cerrados
en los que todas las unidades estaban relacionadas
(Pellicer, 1997,14).

Estos sistemas cerrados se componían habitualmente de


una unidad básica de longitud, que solía ser el pie o el
codo, cuyo cubo constituía una unidad grande de volumen
(talento, ánfora o equivalentes)(Pachón, 2002,6), que tenía
sus divisores. A su vez, el peso de esta gran unidad de
volumen lleno de agua, dividido en 60 o en 80 partes, según
sistemas, constituía la unidad de medida de pesos (mina-
libra)(Pellicer,1997,194).

En los pesos a menudo convivían varios sistemas: el


mensural o comercial, basado en el volumen como hemos
visto; el monetario, para las monedas y metales preciosos,
que era 24/25 partes del valor del anterior y finalmente,
el ponderal, basado en el peso, para uso farmacéutico más
restringido (Pellicer, 1986).

Vamos a revisar los principales sistemas metrológicos


de la antigüedad en el ámbito mediterráneo, especialmente
los fenicio-púnicos, griegos y romanos por su preeminencia
sobre los pueblos indígenas de la Península Ibérica;
aunque, como veremos, todos ellos influyeron mutuamente
unos sobre otros debido a las relaciones comerciales y de
conquista y se encuentran íntimamente relacionados.
2.1.SISTEMAS MESOPOTÁMICOS

En Babilonia, por edicto del rey Urukagina (en torno al


2350 a. C.), se estandarizaron los pesos y medidas para
facilitar las relaciones comerciales, siendo la primera vez
en la historia que se hacía un esfuerzo semejante, puesto
que hasta entonces cada ciudad-estado tenía sus propias
medidas (Pellicer 1997,185).

Los mesopotámicos tenían un sistema numérico


sexagesimal, es decir, basado en el número sesenta, por lo
que sus unidades tienen múltiplos y submúltiplos en función
de este numero(Pachon, 2002, 6).

2.1.1 UNIDADES DE LONGITUD

Las unidades de longitud eran:


- Dedo (1,66 cm)
- Pie (20 dedos o 33,2 cm)
- Codo (30 dedos o 49,8 cm)
- Vara o ninda (12 codos, 360 dedos o 597,6 cm)
- Cuerda o ese (10 varas o 5976 cm)
- Us (6 cuerdas o 35856 cm)
- Río o danna (30 us o 1075680 cm, es decir, casi 11
km)
En la siguiente tabla podemos ver las equivalencias
entre estas unidades:

Longitud cm Nombre Equivalencias


1075680 Río 1 1
35856 Us 30 1
5976 Cuerda 180 6 1
597,6 Vara 1800 60 10 1
49,8 Codo 30720 720 120 12 1
33,2 Pie 32400 1080 180 18 3/2 1
1,66 Dedo 648000 21600 3600 360 30 20 1

Hay que tener en cuenta que el ninda equivale


aproximadamente a unos 6 metros, lo que hace de ella una
unidad muy adecuada para medir las longitudes de los campos
sin tener que considerar una gran cantidad de unidades
(menos que si fuera el codo, por ejemplo) o a una fracción
de las mismas, en caso de escoger una unidad mayor (us,
danna). Hay que tener en cuenta que, si bien el ese (unos
60 metros) todavía es posible utilizarlo, el us ya
corresponde a unos 360 metros y el danna se va a los 11 Km.
2.1.2 UNIDADES DE SUPERFICIE
Así pues, si es la unidad ninda la más frecuente en la
medición de longitudes de campos, el cuadrado que tuviera
un ninda de lado sería la unidad de superficie por
excelencia. Este cuadrado es el llamado huerto (sar), unos
36 m2. El cuadrado de lado un ese también recibe una
denominación especial, iku o dique.
Debe notarse la forma de estas unidades, adaptadas a la
que presentaban usualmente los campos. Mientras el sar y el
iku son cuadrados básicos, los campos mayores se podían
llegar a medir con el ese o el bur, que son rectángulos. En
concreto, el ese, equivalente a 6 ikus, resulta ser un
rectángulo de un ese de ancho por un us (60 nindas) de
largo. De modo similar, el bur es un rectángulo de un ninda
de ancho por un danna de largo.
Veamos sus relaciones en una tabla:

Superficie m2 Nombre Equivalencias


64278 Bur 1
21426 Ese 3 1
3571 Iku 18 6 1
35,71 Sar 1800 600 100 1

2.1.3. UNIDADES DE CAPACIDAD

La gran unidad de volumen era el epha, equivalente a


un pie cúbico, es decir, 36,72 litros.(Pellicer 1997,195).
La unidad mínima era el qa o sila, de 0´84 litros, con unos
múltiplos de 6, 36, 72 y 144 silas. Otras unidades
vigentes eran el antiguo gur sumerio (300 silas o 255
litros) y el sadug (30 silas) (Pellicer, 1993, 68). Como
vemos, convivían varios sistemas, por lo que sería
complicado establecer una única tabla de equivalencias.

2.1.4. UNIDADES DE PESO

Las unidades de peso eran el grano (unos 45


miligramos.), el siclo ( 180 granos o 8,4 gramos), la mina
(60 siclos o 505 grm) y el talento (60 minas,3600 siclos,
unos 30 Kg)(Bodega, 1998,2).
Peso (grm) Nombre Equivalencias
30326 Talento 1
505 Mina 60 1
8,4 Siclo 3600 60 1
0,0046 Grano 648000 10800 180 1

Todas estas unidades fueron compartidas, con pequeñas


variantes, por la mayoría de los pueblos mesopotámicos a lo
largo de más de 3000 años, pero su valor y equivalencias
exactas sufrieron pequeñas variaciones en el transcurso de
los siglos y de unos lugares a otros.
2.2 SISTEMA EGIPCIO

Los egipcios también desarrollaron tempranamente


unidades de medida completas y las mantuvieron sin apenas
cambios durante más de dos milenios.

Era un sistema duodecimal, es decir, basado en el


número 12 y sus múltiplos. Sistema, por otra parte, que es
característico de la mayoría de los sistemas antiguos. Sin
embargo muchos de ellos empezaron siendo decimales (diez
dedos), pero con el uso se demostraron mucho más prácticos
aquellos basados en el doce, pues permitían cuadrar mucho
mejor las equivalencias (Pellicer,1997). De hecho, en el
sistema egipcio, perduran divisores decimales, como el
Remen o pie. Hoy en día, con el sistema métrico decimal
hemos vuelto al diez como patrón, pero aún perviven las
populares docenas en productos como los huevos.

Las unidades de longitud eran similares a las


mesopotámicas, pero su sistema de pesos era radicalmente
distinto(Pachón, 2002,7.)

2.2.1. UNIDADES DE LONGITUD

Las principales eran:

- Dedo: su valor era de 1,86 cm


- Palmo: equivalía a 4 dedos (7,47 cm.)
- Remen (Pie): cinco palmos o 20 dedos ( 37,35 cm)
- Codo corto: seis palmos o 24 dedos (45,01 cm)
- Codo Real: 7 palmos o 28 dedos (52,29 cm)
- Khet ( Vara o cuerda): 100 codos reales (5229 cm)
- Iteru (Río): para medidas muy largas, unos 10,5 Km

Casi todas estas magnitudes tienen relación con las


medidas corporales. Por ejemplo, el codo corto era
distancia desde el codo hasta la punta de los dedos,
equivalente a 6 palmos de 4 dedos cada uno, después se
extendió un palmo mas llamándose codo real

Longitud cm Nombre Equivalencias


1050000 Iteru 1 1
5229 Khet 200 1
52,29 Codo r 20000 100 1
45,01 Codo c 23320 116,6 1 1/6 1
37,35 Remen 28000 140 1 2/5 1 1/5 1
7,47 Palmo 140000 700 7 6 5 1
1,86 Dedo 560000 2800 28 24 20 4 1
2.2.2. UNIDADES DE SUPERFICIE

Las principales eran:

- Codo cuadrado: Era un cuadrado de 1 codo de lado, es


decir, unos 2734 cm2.
- Setat: Era un cuadrado de 1 khet de lado, es decir
10000 codos cuadrados o unos 2734000 cm2.
- Codo de tierra: 100 codos de largo por uno de ancho,
unos 273400 cm2

Parece ser que la unidad fundamental era el Setat,


equivalente a un cuadrado de un khet de lado. Los griegos
lo llamaron arura. Fue muy utilizado para medir la
superficie de terrenos. Los submúltiplos de setat (1/2,
1/4....) fueron bastante utilizados, uno de ellos sería el
codo de tierra, que es una franja de setat de 100 codos de
largo por uno de ancho.

Superficie cm2 Nombre Equivalencias


27340000 Setat 1
273400 Codo de 100 1
tierra
2734 Codo cuadrado 10000 100 1

2.2.3. UNIDADES DE VOLUMEN

- Codo cúbico: Equivale a 3/2 khar o 142´97 litros


- Khar: La unidad fundamental, 95,31 l.
- Heqat: equivale a 10 hin (4,76 l.)
- Heqat cuádruple (ipet): cuatro heqat (19,06 l.)
- Hin :0,476 l.
- Ro: unidad mínima (0,015 l.)

La medida de los volúmenes tenia un interés fundamental


para el almacenamiento de grano o la medida de líquidos. La
unidad principal era el khar y sus submúltiplos (heqat,
hin,...)
El heqat cuádruple se utilizaba sobre todo para la
medida de líquidos. El hin se usaba, por ejemplo para
determinar las raciones diarias de comida e incluso el ro
equivalía a la cantidad de grano que una persona podría
llevarse a la boca.
Asimismo, también se utilizaban otras subunidades del
heqat, de manera que fuesen fácilmente operables, según sus
procedimientos matemáticos. Estas fracciones eran 1/2, 1/4,
1/8, 1/16, 1/32 y 1/64. Fracciones que tenían la
particularidad de representarse como fracciones del "Ojo de
Horus", cada signo jeroglífico de cada fracción se
representa como una parte de este ojo.
Como anécdota, puede citarse que la suma de estas
fracciones no da la totalidad, es decir 1, sino que le
falta una pequeña parte:
1/2 + 1/4 + 1/8 + 1/16 + 1/32 + 1/64 = 63/64
La fracción que falta para llegar a 1, es 1/64, ésta
era considerada como la parte que perdió Horus en su lucha
contra Set.

Volumen l Nombre Equivalencias


142,97 Codo cúbico 1 1
95,31 Khar 1 ½ 1
19,06 Heqat cuad. 7.5 5 1
4,76 Heqat 30 20 4 1
0,47 Hin 300 200 40 10 1
0,015 Ro 9600 6400 1280 320 32 1

2.2.4. UNIDADES DE PESO

Las unidades de peso se utilizaban para hacer


transacciones aplazadas, ya que en el Antiguo Egipto no se
utilizó la moneda hasta época muy tardía. No obstante, las
transacciones económicas entre particulares se hacían en
modo de trueques.
La unidad de peso utilizada para estas operaciones era
el Deben (91 gramos), que normalmente era de cobre, plata u
otros metales, como oro o plomo. Sus submúltiplos eran, en
el Imperio Antiguo el shat (1/12 deben o 7,6 grm) y en el
Imperio Nuevo, el medio Deben y el Kite ( 1/10 deben o 9,1
gramos)(Galilea y Llanos,2002,144). Veamos las
equivalencias:

1 Deben = 12 shat = 91 grm

1 Deben = 10 Kite = 91 grm

1 Deben de plata = 10 Kite de plata = 100 Deben de cobre


1 Kite de plata = 10 Deben de cobre
2.3. SISTEMAS FENICIO Y PÚNICO

Las ciudades fenicias adoptaron sistemas de medida


similares a los mesopotámicos. Con su expansión comercial y
la fundación de nuevas ciudades, exportaron estas medidas a
sus colonias. Así, podemos encontrar la misma metrología en
las metrópolis fenicias que en Cartago o en la isla de
Chipre (Pellicer, 1997,196).

La influencia fenicia llegó a la península ibérica con


la fundación por la ciudad de Tiro de la colonia de Gades
(en el actual Cádiz), hacia el 1100 a.C., según las fuentes
clásicas. Sin embargo, no hay evidencias arqueológicas de
colonización fenicia hasta el siglo IX a. C., comenzando
una etapa de esplendor que abarcaría los siglos VIII-VI a.
C., con el establecimiento de numerosas ciudades en el sur
de la península. El influjo comercial y cultural fenicio
daría lugar al desarrollo del reino de Tartessos en valle
del Guadalquivir, en el que las élites indígenas se
enriquecieron con la explotación de los recursos
metalíferos (oro, cobre y sobre todo plata) para el
intercambio con los fenicios por productos manufacturados
(aceite, vino y productos de artesanía)(Aubet, M.E., 1994).
Esta influencia se extenderá posteriormente al interior a
través de la Vía de la Plata, como veremos más adelante.

A partir del 574 a. c., con la caída de Tiro bajo el


dominio de Nabucodonosor, las colonias fenicias
peninsulares pasaron a la órbita de Cartago, también
colonia tiria, que recogió su legado en el occidente
mediterráneo; comenzando la influencia púnica en el
sureste, que perdurará hasta la entrada de Roma en el
escenario ibérico con la segunda guerra púnica (finales del
s. III a. C.).

2.3.1. UNIDADES DE LONGITUD

Las unidades básicas de longitud eran el pie y el codo,


como en los sistemas mesopotámicos, pero su valor era
distinto. El pie medía 272 mm y el codo, 408 mm o 1,5 pies.
Éstos tendrían a su vez múltiplos y divisores cuyo nombre
desconocemos, pero que serían similares a los babilónicos.

2.3.2. UNIDADES DE SUPERFICIE

La unidad básica de superficie sería el pie cuadrado


(73984 mm2) y tendría múltiplos y divisores, que también
desconocemos.
2.3.3. UNIDADES DE VOLUMEN

La gran unidad de volumen fenicia era el


salaminischer, que equivalía a un pie cúbico o 45,300
litros. Tenía un múltiplo, el mnasis ( 2 salaminischer) y
como divisores el modio (1/10 salaminischer), el chus (1/20
salaminischer) y el choinix (1/60 salaminischer)(Pellicer,
1997, 135).

Volumen litros Nombre Equivalencias


90,6 Mnasis 1
45,3 Salaminischer 2 1 1
9,06 Modio 10 5 1 1
4,53 Chus 20 10 2 1
1,51 Choinix 60 30 6 3 1

2.3.4 UNIDADES DE PESO

Las unidades de peso también son de origen


mesopotámico, pero tienen divisores decimales frente a los
duodecimales de origen. Así, la unidad básica es el
talento, que se divide en 60 minas y la mina a su vez se
divide en 3000 siclos (50 minas), frente a los 3600
habituales (60 minas). El talento era el peso en agua de la
gran unidad de volumen salaminischer (45,3 Kg), la mina
tenía 755.55 gramos y el siclo, 15,1 gramos.

PESOS COMERCIALES

Peso (grm) Nombre Equivalencias


45300 Talento 1
755,55 Mina 60 1
15,1 Siclo 3000 50 1

Además de estos pesos comerciales o de volumen estaban


los pesos monetarios para la acuñación de dinero, con una
mina de 725,33 gramos que se dividía en 100 siclos o
shekels de 7,25 gramos cada uno, patrón que encontraremos
en las monedas púnicas hispánicas de plata
(Pellicer,1997,145). Esta unidad parece provenir del Shaty
egipcio de 7,6 grm. , que es la duodécima parte del deben
(91 grm)(Galilea y Llanos,2002,144 y García-Bellido,
2002,95).
PESOS MONETARIOS

Peso (grm) Nombre Equivalencias


43519,8 Talento 1
725,33 Mina 60 1
7,25 shekel 6000 100 1

Por último, hay otro patrón monetal fenicio,


perteneciente a la ciudad de Tiro, que se origina a partir
del kite egipcio (décima parte del deben) y corresponde a
un shekel de 9,1 gramos, con 50 shekels por mina (Galilea y
Llanos,2002,144). En la península ibérica lo encontraremos
en los ponderales del santuario de Cancho Roano (Badajoz)
(García-Bellido,2002,96) y en las acuñaciones monetarias de
Gades en el s. III a. C., con un hemishekel de plata de 4,7
gramos(García-Bellido,2002,94 y 96). Incluso las emisiones
griegas de Ampurias y Rhode del s. III a. C. se adaptan a
este patrón, dentro de su propio sistema de pesos, al
elegir un pentóbolo de 4,7 gramos para sus monedas de
plata, de forma que fueran intercambiables con las
hispano-fenicias para favorecer el comercio mutuo (García-
Bellido,1999,366).

PESOS MONETARIOS TIRIOS

Peso (grm) Nombre Equivalencias


27300 Talento 1
455 Mina 60 1
9,1 shekel 3000 50 1
2.4. SISTEMA MICÉNICO

La civilización micénica se desarrolló en Grecia en la


Edad de Bronce, entre los siglos XVI y XII a. C. y mantuvo
estrechas relaciones con el mundo minóico de Creta. Su
lengua era un griego primitivo y sus unidades de medida
también fueron el origen de las desarrolladas en la Grecia
clásica y las conocemos a través de los símbolos usados en
la escritura Lineal B para representarlas.

2.4.1. UNIDADES DE LONGITUD

La unidad básica era el pie de 277,5 cm


(Pellicer,1997,191).

2.4.2. UNIDADES DE SUPERFICIE

Actualmente se desconocen las medidas de superficie


micénicas.

2.4.3. UNIDADES DE VOLUMEN

La unidad básica era representada por un símbolo en


forma de copa y probablemente su nombre era similar a la
cótila griega (Chadwick,1976,140). Constituía la ración
individual y era común para líquidos y áridos, con un valor
de 0,425 litros. Por encima había un múltiplo, también
común, igual a cuatro cótilas, que equivale al quénice
clásico. Los múltiplos superiores difieren para líquidos y
áridos y además se separan de las proporciones que siguen
las unidades griegas clásicas.

Para los líquidos tenemos una gran unidad de volumen


llamada maris de 30,6 litros (Pellicer,1997,191) y por
debajo una de nombre desconocido, que vale 1/6 del maris.
Esta unidad desconocida contiene 6 quénices y cada uno de
estos, 4 cótilas (Chadwick,1976,140).
LÍQUIDOS

Volumen litros Nombre Equivalencias


30,6 maris 1
10,2 desconocido 3 1
1,7 Quénice 18 6 1
0,425 Cótila 72 24 4 1

Los áridos tienen una gran unidad de 102 litros, de


nombre desconocido, que tiene un divisor que es la décima
parte y nombre también desconocido, que a su vez contiene
6 quénices y cada uno de ellos cuatro cótilas
(Chadwick,1976,140).

ÁRIDOS
Volumen litros Nombre Equivalencias
102 desconocido 1
10,2 desconocido 10 1
1,7 Quénice 60 6 1
0,425 Cótila 240 24 4 1

2.4.4. UNIDADES DE PESO

También las conocemos a partir de los signos del Lineal


B. Así, la unidad mayor estaba representada por una balanza
y probablemente corresponde al término griego talento, que
además de la unidad de peso clásica, también significa
balanza (Chadwick,1976,137).Su valor era de 29,376 Kg y se
dividía en 30 minas dobles de 979,2 gramos. Éstas se
dividían en cuatro unidades de nombre desconocido, que a su
vez, se dividían en 12 unidades también desconocidas.

Peso (gramos) Nombre Equivalencias


29376 Talento 1
979,2 Mina doble 30 1
244, 8 desconocido 120 4 1
20,4 desconocido 1440 48 12 1
2.5. SISTEMA GRIEGO

Los griegos usaban un sistema que mezclaba una


progresión decimal con otra duodecimal, es decir múltiplos
de 10 y de 12.

Las primeras unidades que se usaron en la zona del Mar


Egeo parece ser que fueron tomadas de Egipto, pero más
adelante cada ciudad desarrolló sus propias medidas. Estas
unidades compartían nombres, pero sus valores diferían de
un lugar a otro. Este orden de cosas permaneció hasta la
reforma de Solón, en el año 594 a. C.. Solón, uno de los
siete sabios de Grecia, impuso en su reforma los patrones
áticos para la longitud, los de Egina para el volumen y el
peso comercial y los eubeo-áticos para el peso monetario,
aunque de manera residual continuaron algunas medidas
antiguas (Pellicer,1995,14 y 196).

La influencia cultural y comercial griega en la


península ibérica alcanza su máxima intensidad en los
siglos V y IV a. C. a partir de la ciudad de Ampurias,
fundación de los griegos focenses de Massalia. El
establecimiento de numerosas colonias en todo el levante y
sureste peninsular jugará un papel importante en el
desarrollo de la cultura ibérica en estas áreas
(Domínguez, 1996).

2.5.1. UNIDADES DE LONGITUD

La unidad fundamental de longitud era el pie, cuyo


valor, si bien inicialmente era diferente en cada ciudad
estado, finalmente prevaleció el pie de Atenas o pie ático
soloniano de 0,296 m. Sin embargo, siguió en vigor el pie
ático antiguo (0,306 m), egineta (de la isla de Egina) de
0,326 m; y, en las carreras del estadio, el pie olímpico,
de 0,320 m.

Estas unidades se dividían en tres grupos: las medidas


ordinarias, las itinerarias, usadas para medir distancias
recorridas y las agrarias.

Medidas Ordinarias

- Dedo: medía 0,18 cm.


- Cóndilo: equivalente a dos dedos (0,037 m)
- Palmo (Doron): cuatro dedos (0,074 m)
- Semipie: ocho dedos o medio pie (0,148 m)
- Pulgar: 12 dedos (0,222 m)
- Pie: unidad de medida principal, 0,296 m)
- Puño: dos dedos más un pie (0,333 m)
- Brazo: 4 dedos más un pie (0,370 m)
- Codo: un pie y medio (0,444 m)
- Braza o Toesa: 6 pies (1,776 m)

Longitud m Nombre Equivalencias


1,776 Braza 1
0,444 Codo 4 1
0,370 Brazo 4,8 1,2 1
0,333 Puño 5,3 4/3 1.1 1
0,296 Pie 6 1,5 5/4 9/8 1
0,222 Pulgar 8 2 5/3 1,5 4/3 1
0,148 Semipie 12 2,75 2,5 2,25 2 1,5 1
0,074 Palmo 24 5,5 5 4,5 4 3 2 1
0,037 Cóndilo 48 11 10 9 8 6 4 2 1
0,018 Dedo 96 22 20 18 16 12 8 4 2 1

Medidas Itinerarias

Servían para medir distancias recorridas:

- Paso: 2,5 pies o 0,74 m


- Pletro: 100 pies ( 29,60 m)
- Estadio: 100 brazas o 600 pies (177,6 m)

Medidas Agrarias:

Utilizadas para medir campos, vemos perfectamente como


coexisten el sistema decimal y el duodecimal.

- Pie: unidad básica (0,296 m)


- Braza o Toesa: 6 pies (1,776 m)
- Pértica o Caña: 10 pies (2,96 m)
- Cadena de agrimensor: 60 pies (17,760 m)
- Pletro: 100 pies (29,600 m)

Longitud (m.) Nombre Equivalencias


29,600 Pletro 1
17,760 Cadena 5/3 1
2,960 Pértica 10 6 1
1,776 Braza 50/3 10 5/3 1
0,296 Pie 100 60 10 6 1
2.5.2. UNIDADES DE SUPERFICIE

Eran usadas preferentemente para medir campos, por lo


tanto son cuadrados de las medidas agrarias, pero
únicamente las decimales:

- Pie cuadrado: La base, 0,87 m2


- Pértica cuadrada: 100 pies cuadrados o 8,76 m2
- Pletro cuadrado o fanega: 1000 pies cuadrados o 870
m2

Superficie m2 Nombre Equivalencias


870 Pletro 1
8,76 Pértica 10 1
0,87 Pie 1000 100 1

2.5.3. UNIDADES DE CAPACIDAD

Las unidades de capacidad variaban según se usaran para


líquidos o para áridos (grano) y sólidos, pero ambas
escalas tenían en común la cótila, unidad fundamental
(0,283 litros).Como hemos visto, derivan del sistema de la
isla de Egina.

ÁRIDOS

Para los sólidos, los múltiplos eran:

- Cótila: unidad de 0,283 litros


- Sextario: dos cótilas o 0,566 litros
- Quénice: de 4 cótilas y 1,132 litros
- Xous: 12 cótilas y 3,4 litros
- Hemiecton: 16 cótilas o 4,528 litros
- Hekteis o sextario: 32 cótilas y 9,056 litros
- Medimno: 192 cótilas y 54´4 litros.

Volumen l Nombre Equivalencias


54,4 Medimno 1
9,056 Hekteis 6 1
4,528 Hemiecton 12 2 1
3,4 Xous 16 2 2/3 1 1/3 1
1,132 Quénice 48 8 4 3 1
0,566 Sextario 96 16 8 6 2 1
0,283 Cótila 192 32 16 12 4 2 1
LÍQUIDOS

Para los líquidos hay dos submúltiplos:


- Oxibafos de 1/4 de cótila o 1,5 ciatas (0,07 litros)
- Ciata: de 1/6 de cótila (0,047 litros).

Los múltiplos eran:


- Cótyla: unidad, equivale a 6 ciatas y 4 Oxíbafos
- Hemichoes: 6 cótilas y 1,698 litros
- Khous: 12 cótilas y 3,396 litros
- Ánfora: media metreta, 72 cótilas y 20,376 litros
- Metreta : 144 cótilas y 40,752 litros

Volumen Nombre Equivalencias


litros
40,72 Metreta 1
20,37 Ánfora 2 1
3,396 Khous 12 6 1
1,698 Hemichoes 24 12 2 1
0,283 Cótyla 144 72 12 6 1
0,07 Oxibafos 566 288 48 24 4 1
0,047 Ciata 864 432 72 36 6 1,5 1

2.5.4 UNIDADES DE PESO

Las unidades de peso usadas en las ciudades griegas


eran originarias de Oriente. Tres sistemas prevalecían
antes de la reforma de Solón: el sistema egineta (de
Egina), adaptación del fenicio, el sistema eubóico (de la
isla de Eubea), copia del egipcio y el antiguo sistema
ático. Solón adopta el eubóico para el peso de las monedas,
pero para las transacciones comerciales se mantiene en
vigor el sistema egineta, con leves
modificaciones(Pellicer,78,17), quedando del siguiente
modo:

- Óbolo: es la unidad y equivale aproximadamente a 1


gramo
- Dracma: 6 óbolos o 6 gramos
- Mina: 100 dracmas, 600 óbolos , 606 gramos
- Talento: 60 minas , 6000 dracmas, 36,39 Kg.
PESO COMERCIAL

Peso (grm) Nombre Equivalencias


36390 Talento 1
606 Mina 60 1
6 Dracma 6000 100 1
1 Óbolo 36000 600 6 1

Para las monedas y metales preciosos, como hemos dicho, se


adoptó el patrón eubóico, con una mina de 435 gramos y una
dracma de 4,35 gr.

PESO MONETARIO

Peso (grm) Nombre Equivalencias


26100 Talento 1
435 Mina 60 1
4,35 Dracma 6000 100 1
0,725 Óbolo 36000 600 6 1
2.6. SISTEMA ROMANO

El sistema romano era una copia del griego y comparte


con él la mayoría de las medidas principales
(Pachón,2002,10) aunque cambien algunos nombres. Es, por lo
tanto, una mezcla de duodecimal y decimal. Toma las medidas
áticas de la reforma de Solón, excepto para el peso
monetario, que toma el propio de la isla de Egina
(Pellicer,1997,196).

2.6.1. UNIDADES DE LONGITUD

La unidad de longitud era el pie para medidas pequeñas


(0,296 metros)y la pertica, que tenía 10 pies para las
mayores. Existían arquetipos para las medidas de longitud
como para las de capacidad: el arquetipo del pie romano
estaba depositado en el templo de Juno Moneta. Había
también pies portátiles de bronce que se plegaban de manera
parecida a los instrumentos modernos, y medidas de hueso,
por el estilo de nuestros dobles decímetros, para ser
llevadas en el bolsillo. Otras medidas de longitud eran:

- Pes o pie: la unidad (296 mm)


- Digitus: 1/16 de pie o 18 mm
- Palmus : palma, 1/4 de pie o 74 mm
- Palmus mayor: palmo, 3/4 de pie 222 mm
- Palmipes: 1.25 pies o 360 mm
- Ulna (brazo) o cubitus (codo) 1.5 pies o 440 mm
- Gradus :2,5 pies o 739 mm
- Pertica: 10 pies, 2,96 metros
- Actus: 120 pies (38,48 metros)
- Milla: 5000 pasos (1478 metros).

Longitud m Nombre Equivalencias


1478 Milla 1
38,48 Actus 38.5 1
2,96 Pertica 500 12 1
1,48 Passus 1000 24 2 1
0´739 Gradus 2000 48 4 2 1
0,44 Cubitus 3360 80 6,72 3,36 1,67 1
0,360 Palmipes 4105 107 8´22 4´11 2´05 1´22 1
0,296 Pie 5000 120 10 5 2´5 1´5 1´25 1
0,222 P. mayor 6657,6 173,3 13,3 6,66 3,32 2 1,62 1,33 1
0,074 Palmus 20000 480 40 20 10 6 5 4 3 1
0,018 Dedo 80000 1920 160 80 40 24 20 16 12 4 1
2.6.2. UNIDADES DE SUPERFICIE

La unidad básica era el pie cuadrado (0,087 m2 ) y, a


partir de este se definían los demás:

- Pes cuadratus: La unidad (0,087 m2 )


- Decempeda quadrata (scripulum) :100 pies, 8,74 m2
- Clima: 3600 pies, 314,64 m2
- Actus: 14400 pies, 1259 m2
- Iugerum (yugada): 28800 pies, 2518 m2
- Heredium: 2 iuguera, 5036 m2
- Centuria: 100 heredia, 503600 m2
- Saltus: 4 centurias, 2014600 m2

Superficie Nombre Equivalencias


m2
2014600 Saltus 1 1

503600 Centuria 4 1

5036 Heredium 400 100 1

2518 Iugerum 800 200 2 1

1259 Actus 1600 400 4 2 1 1

314,64 Clima 3200 1600 16 8 4 1

8,74 scripulum 848000 424000 4240 288 144 36 1

0,087 Pes c. 84800000 42400000 424000 28800 14400 3600 100 1

2.6.3. UNIDADES DE CAPACIDAD

Las medidas lineales estaban relacionadas con las


cúbicas y éstas con las de peso: la base era el pie (296
mm); el pie cúbico correspondía al ánfora; el ánfora
equivalía a 81 libras de vino (libras de 327 gramos). Otras
medidas eran el sextarius (0,566 litros), y sus divisores
la hemina (que equivalía a la cótila griega), el
quartarius, el acetabulum, la ciata (respectivamente, 1/2,
1/4, 1/8 y 1/12 de sextarius). Los múltiplos en cuanto a
los líquidos, eran el congius, la urna, el ánfora y el
culleus (6, 24, 48 y 960 sextarios, respectivamente).
LÍQUIDOS

Volumen l. Nombre Equivalencias


544 culleus 1
27´2 ánfora 20 1
13´6 urna 40 2 1
3´4 congius 160 8 4 1
0´566 sextarius 960 48 24 6 1
0´283 hemina 1920 96 48 12 2 1
0´141 quartarius 3840 192 96 24 4 2 1
0´07 acetabulum 7680 384 192 48 8 4 2 1
0´047 ciata 11520 576 288 72 12 6 3 1´5 1

ÁRIDOS

La unidad común para líquidos y áridos era el


sextarius
(0,566 litros), que eran dos héminas. Los divisores de los
áridos eran comunes con los líquidos y entre lo múltiplos
estaban el semodius, el modius italicus y el modius
castrensis (8, 16 y 32 sextarios, respectivamente).

Volumen l. Nombre Equivalencias


17,51 Modius c 1
8,754 Modius it. 2 1
4,377 Semodius 4 2 1
0,566 sextarius 32 16 8 1
0,283 hemina 64 32 16 2 1
0,141 quartarius 128 64 32 4 2 1
0,07 acetabulum 256 128 64 8 4 2 1
0,047 ciata 512 256 128 12 6 3 1.5 1

2.6.4. UNIDADES DE PESO

Las unidades de peso eran poco usadas por los romanos,


que, al igual que los griegos, preferían usar las de
capacidad (Pellicer,1986,32).Principalmente las utilizaban
para la acuñación de moneda. La unidad principal era la
libra o as para las monedas, procedente de la mina de Egina
cuyo valor era de 327,45 gramos y entre sus divisores
destaca la onza, que era 1/12 de una libra (27,28 gramos).
Es un sistema duodecimal, en el que cada fracción es 1/12
menos que la anterior.
UNIDADES LIBRAS GRAMOS
Libra/as 1 327,45
Deunx 11/12 300,08
Dextrans 10/12 272,80
Dodrans 9/12 245,52
Bes 8/12 218,24
Septunx 7/12 190,96
Semis 6/12 163,60
Quincunx 5/12 136,40
Triens 4/12 109,12
Quadrans 3/12 81,84
Sextans 2/12 54,56
Uncia/onza 1/12 27,28
Semuncia 1/24 13,64
Silicus 1/48 6,82
Sextula 1/72 4,54
Scriptulum 1/288 1,13
2.7. LA CÓTILA

Dentro de las unidades de capacidad directamente


relacionadas con nuestro trabajo debemos destacar la
cótila griega (0,283 l.), que como hemos visto era la base
del sistema griego, siendo común para áridos y líquidos
(Pellicer,1997,90), e incluso dio nombre a una vasija para
beber vino, que tenía ese volumen (Domínguez, A.J.,
1996,20).

El sistema romano se basa en la hémina, que tiene el


mismo valor que la cótila griega y los romanos conservaron
el nombre griego para la copa antes comentada. La hémina
romana incluso perdura hasta época medieval, aunque su
valor va variando con el tiempo, pero mantiene su
significado de ración individual que ya tenía desde época
griega. Así, en la regla de San Benito, que regula la vida
monástica, se establece que la ración diaria de vino que
podía consumir un monje era de una hémina, equivalente
entonces a medio litro aproximadamente(Prado,1989). Incluso
en nuestros días, en la Grecia rural se llama koutoúli al
cazo que se utiliza para servir (Chadwick,1976,140),
conservando esa idea de ración y la "pinta" inglesa tiene
0,540 litros, es decir un sextarius o dos héminas-cótilas.
3. UNIDADES DE PESO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

Los sistemas métricos usados en la Península ibérica antes de la romanización


están poco estudiados. En la mayoría de los casos se restringe a la publicación de los
conjuntos de ponderales utilizados para pesar en balanzas, localizados en yacimientos
arqueológicos, poblados y necrópolis. Aparte de estos trabajos, hay unos pocos artículos
dedicados a las unidades de longitud y menos todavía a las de volumen, pero en todos
ellos parece deducirse que desde los primeros momentos del desarrollo de la cultura
ibérica, se tomaron modelos de origen griego o fenicio-púnico, debido al importante
papel que jugaron estos pueblos en el desarrollo del proceso de iberización.

3.1 ESTADO DE LA CUESTIÓN

A partir de los estudios realizados sobre las unidades de peso, podemos dividir la
Península en tres grandes áreas geográficas, con distintas influencias colonizadoras. La
primera sería la costa catalana y Levante, con una gran influencia griega, la segunda la
zona sur tartésico-turdetana, con influencia fenicio-púnica y finalmente la zona de la
Celtiberia y la Meseta, con posibles influencias desde el sur a través de la Vía de la
Plata. Veamos cada una por separado.

3.1.1 ZONA LEVANTINA

En la zona del País Valenciano y Murcia hay un estudio sobre cinco conjuntos de
ponderales, seleccionados por los autores por encontrarse perfectamente datados entre
los siglos IV y primera mitad del III antes de Cristo (Fletcher y Mata, 1981). Todos
ellos aparecieron acompañados por cerámicas áticas, tres en necrópolis (Cigarralejo en
Murcia; Cabecico del Tesoro en Murcia y Orleyl en Castellón) y dos en poblados
(Covalta y La Bastida en Valencia.

La presencia de abundantes cerámicas áticas hace suponer una intensa relación


comercial con el mundo griego, por lo que los autores plantean la hipótesis de que sus
sistemas de pesos y medidas fueran griegos o relacionados con ellos. Toman como
referencia el patrón euboico-ático, con una dracma de 4´36 gramos y buscan la
proporción con los grupos de ponderales, llegando a la conclusión de que estos se
adaptan bastante bien a la hipótesis, con un sistema de progresión duodecimal, con
múltiplos principales de 2, 4, 5, 9, 18/19, 28/29 y 48 dracmas de 4´36 gramos (Figura
3).
Figura 3. Cuadro de pesos del País Valenciano
(Fletcher y Mata, 1981,174)
3.1.2 ZONA SUR

En el sur de la península ibérica se desarrolló la cultura tartésica, que tuvo desde


sus inicios una importante influencia fenicia, sobre todo a través de la colonia de Gadir,
cuya fundación mítica en el emplazamiento de la actual Cádiz, se atribuye a los tirios en
el año 1100 a.C., pero cuyos restos arqueológicos aparecidos hasta ahora no remontan el
s. IX a. C. Posteriormente, al desaparecer el mundo tartésico, los iberos turdetanos
fueron sus herederos culturales.

Un yacimiento fundamental para estudiar estas culturas es el denominado


santuario de Cancho Roano, en la provincia de Badajoz, asentamiento rural que surge en
el s. V a. C., mostrando la atomización de la que fue periferia tartésica. Se trata de un
gran complejo formado por un núcleo sacral y diferentes estancias alrededor que ha
proporcionado una gran riqueza de materiales, entre ellos una importante colección de
35 ponderales (García-Bellido, 2002,94).

Estos ponderales son de bronce y forman cuatro conjuntos completos, hallados en


diferentes espacios y presentan marcas para indicar el valor de cada uno. Así, la unidad
se representa con un círculo, el duplo con dos, el triplo con tres y el quíntuplo con cinco
(hay cuádruplo, pero sin marcas); mientras que entre los divisores aparecen la mitad, el
tercio y el cuarto, presentando únicamente éste último marcas, con cuatro círculos en
posición diferente a los múltiplos (García-Bellido,1999,376). Tenemos, por lo tanto, un
sistema decimal, con divisores en mitades.

De los cuatro conjuntos, los tres primeros (CR1, CR2 y CR3), presentan una
unidad con valores entre 32 y 36 gramos, el cuádruplo es de 146 gramos y la cuarta
parte, 9´12 gramos (Figura ). Este último valor coincide con el shekel usado en Siria, en
particular en la ciudad de Tiro, por lo que parece que el origen de este sistema
metrológico es claramente fenicio y lo encontramos atestiguado en la Península Ibérica
en las acuñaciones de moneda de plata de Gadir en el s. III a. C., emitiendo un
hemishekel de 4,7 gramos, así como en toda la amonedación de bronce de la provincia
ulterior (García-Bellido,2002,94). Sin embargo, el cuarto conjunto (CR4), presenta una
pesa marcada como unidad con 146 gramos, que coincide con el cuádruplo de los otros
conjuntos, por lo que parece que nos encontramos con un sistema con dos unidades, una
inferior de 32-36 gramos y otra superior de 146 gramos(García-Bellido, 2002,95). Éste
último valor va a tener gran importancia, pues lo vamos a encontrar asociado a los
torques y joyas de la Meseta, como veremos en el siguiente apartado.
Figura 4 . Pesos teóricos de Cancho Roano. Las cifras en negrita corresponden a
piezas reales y los asteriscos a marcas de valor(García Bellido,1999,376)

3.1.3 ZONA CENTRO

En la zona de la meseta y la celtiberia tenemos tres grupos de materiales para


estudiar la metrología de los pesos.

El primero es el conjunto de torques y otras joyas de plata estudiado por García-


Bellido en la zona vaccea (depresión del Duero), que según la autora constituirían un
sistema de pago premonetal (García-Bellido,1999,376). Estas piezas se encuentran a
menudo fraccionadas, para realizar pagos pequeños y presentan en ocasiones marcas
incisas o de troquel, interpretadas como marcas de valor. Entre las piezas estudiadas
destaca el conjunto del tesoro de Padilla de Duero (Valladolid), en el que aparecen
varias piezas marcadas: con tres marcas tenemos torques de 145-159 gramos y con dos
marcas de 106 gramos. Además hay varias piezas con pesos entre 45 y 55 gramos, lo
que lleva a la autora a proponer la existencia de dos unidades diferentes de unos 45 y 55
gramos respectivamente, o bien de una única unidad poco precisa entre 45 y 55 gramos.
Esta unidad tendría un triplo de unos 145-150 gramos que podría corresponder con la
unidad superior de Cancho Roano de 146 gramos, poniendo de relieve la intensa
relación comercial entre la depresión del Duero y el mundo tartésico a través de la Vía
de la Plata. Otras piezas de joyería de la meseta norte y la celtiberia, como el torques
funicular de Camarillas (Teruel), de 150 gramos parecen reforzar esta hipótesis y
ampliar su alcance a gran parte del centro peninsular (Burillo,1997,99).

El segundo es el tesoro de Driebes (Guadalajara), del s. II a. C. en la celtiberia,


formado por barras y tortas de plata, preparadas para convertirse en joyas o para
comerciar con ellas. Analizando sus pesos aparece una unidad mínima de unos 9
gramos, que coincide con el shekel de Cancho Roano y una unidad mayor de unos 35
gramos, que también tenemos en ese conjunto. Así mismo aparecen piezas de unos 144
gramos, como en Cancho Roano y los torques meseteños y finalmente unas piezas
mayores de unos 446 gramos que podrían corresponder a una mina de 50 shekels de 9´1
gramos, en lo que podría ser un sistema decimal.
Por otro lado aparecen numerosas piezas de entre 45 y 55 gramos que no tienen
paralelo en Cancho Roano, pero sí en las joyas vacceas como hemos visto y pueden ser
la décima parte de la mina antes comentada (García-Bellido, 1999,379).
Finalmente tenemos el juego de ponderales del yacimiento berón de La Hoya
(Álava), del siglo IV a. C. Presenta siete pesas, todas de bronce salvo la menor, que es
de hierro, con marcas de valor en forma de líneas radiales, con una unidad, tres
múltiplos y tres submúltiplos. La unidad tiene un peso de 18´51 gramos, con un duplo,
triplo y quíntuplo y como divisores, la mitad, el tercio y el cuarto, lo que parece
atestiguar un sistema duodecimal. (Galilea-Llanos, 2002, 135).

Figura 5. Ponderales de La Hoya (Álava)


(Galilea-Llanos, 2002, 134)

Esta unidad de 18,51 gramos es el doble del shekel de 9´1 gramos que hemos visto
en Cancho Roano y Driebes, por lo que pudiera estar relacionado con estos sistemas,
por lo que la influencia del comercio a través de la Vía de la Plata podría haber llegado
desde el sur hasta tierras beronas (García-Bellido, 1999,381)

En conclusión, parece que el desarrollo del comercio a través de la Vía de la Plata


extiende el uso de un sistema de pesos similar, desde el mundo tartésico del sur
peninsular, hasta la Meseta superior y la Celtiberia, en donde habría que incluir el
mundo berón (García-Bellido, 1999,412). Este sistema parte del shekel fenicio de 9´1
gramos como unidad básica y desarrolla múltiplos principales en torno a 18, 36, 45, 54
y 144-153 gramos (Curchin,2000,250) y una unidad mayor, que sería la mina de 446
gramos, formada por 50 shekels (García-Bellido, 1999,379).

3.2. NUEVAS APORTACIONES. SISTEMA HISPANO-CARTAGINÉS

Finalmente, proponemos la existencia de, por lo menos, otra familia de pesos en el


Levante peninsular, que estaría basada en el shekel cartaginés de 7,2 gramos
(Pellicer,1997,145), que a su vez procede de Siria, a donde llegó procedente del shaty
egipcio de 7,6 gramos (Galilea y Llanos,2002,144 y García-Bellido, 2002,95).
Encontramos esta atestiguada esta unidad en la Península Ibérica en las acuñaciones
hispano-cartaginesas de los bárcidas de finales del s. III a. C., con monedas de plata de
3, 2, 1, 1/2 y 1/4 shekels (García-Bellido,1998,276).

La primera pista para este sistema de pesos la encontramos en el juego de


ponderales aparecido en el yacimiento del Puntal dels Llops (Olocau) del s. II a.C., en
la zona ibera edetana, en las proximidades de Valencia. Dentro del poblado aparecieron
en el departamento 1, caracterizado por ser un espacio de prestigio por los elementos
hallados en él (ponderales, platos de balanza, cerámica de importación) y por ser el
único que contaba con llave para cerrarlo.

Está formado por nueve piezas troncocónicas de bronce, dos de las cuales (las
mayores) están huecas y se pueden abrir y en cuatro de ellas el peso se ha ajustado
añadiendo laminillas o alambres metálicos. Pertenecen a varios juegos distintos pues se
repiten valores y el mayor de ellos (131,84 granos) presenta marcas de valor en forma
de tres golpes de punzón en la tapadera (Bonet y Mata,2002,156).

Sus pesos en gramos son los siguientes: 7,19/ 37,43 / 42,5 / 44,15 / 46,95 / 72,84 /
84,91 / 85,89 / 131,84.

El hecho de que el mayor lleve tres marcas de valor, hace suponer que se trata de
tres unidades, por lo que al dividir su peso por tres obtenemos un valor para la unidad
de 43,94 gramos. Como vemos, tres de las piezas se aproximan mucho a este valor (42,5
/ 44,15 / 46,95), por lo que toma cuerpo la idea de unidad. Si nos fijamos en la pesa más
pequeña, con 7,19 gramos, es la sexta parte de esta unidad (43,94 /6 = 7,32), pero
además coincide con el shekel cartaginés de 7,25 gramos (Pellicer,1997,145).

Estas consideraciones nos llevan a plantear un sistema basado en el shekel de


7,25 gramos como divisor mínimo y una unidad de 43,5 gramos teóricos, que sería el
sextuplo del shekel. Al relacionar el resto de las pesas con esta unidad, quedaría del
modo siguiente:

PESOS REALES PESOS TEÓRICOS PROPORCIÓN / PROPORCIÓN /


(gramos) (gramos) UNIDAD 43,5 gr SHEKEL 7,25 gr
7,19 7,25 1/6 1
37,43 36,25 5/6 5
42,5/44,15/46,95 43,5 1 6
72,84 72,5 10/6 10
84,91/85,89 87 2 12
131,84 130,5 3 18

Figura 6 . Escala de pesos del Puntal del Llops

Como vemos, la relación con el shekel es clara, con múltiplos 5, 6, 10 ,12 y 18.
También con la unidad de 43,5 gramos los múltiplos duplo y triplo y el divisor 1/6
podrían pertenecer a un sistema duodecimal, aunque podrían extrañar los valores de 5/6
y 10/6. Pero notemos que 1/6 + 5/6 dan la unidad y 10/6 es el doble de 5/6 Quizá estas
piezas apunten a sistema decimal, pero es evidente que faltan divisores y las pesas
seguramente corresponden a varios juegos distintos incompletos

Buscando paralelos para el sistema propuesto, revisamos los estudiados


anteriormente en la zona levantina como sistemas griegos (Fletcher y Mata, 1981), para
localizar uno de ellos que no encajaba bien en la hipótesis de la dracma. Se trata del
juego de cinco ponderales de la necrópolis de Orleyl (Vall de Uxó, Castellón), con una
cronología del s. IV a. C.

Estas piezas son de plomo, excepto la intermedia, que es de bronce y pertenecen a


distintos juegos, pues su forma no es la misma, pero guardan proporcionalidad entre sí.
Sus pesos en gramos son: 12,71 / 22,92 /43,7 /92,62 /132,48 (el peso real de la primera
es de 7,7 gr, pero está rota y los autores han establecido ese peso por cálculos de
proporcionalidad con la parte conservada)

Estos valores no se encuentran en los otros conjuntos estudiados y se separan


claramente de ellos (Figura 7). Al analizarlos a la luz de la nueva propuesta, vimos que
correspondían exactamente a una unidad central de 43,5 gramos, como la del Puntal del
Llops, con divisores mitad y tercio y múltiplos duplo y triplo, en lo que podría ser un
sistema duodecimal, perfectamente coherente con el anterior (Figura ).

PESOS REALES PESOS TEÓRICOS PROPORCIÓN / PROPORCIÓN /


(gramos) (gramos) UNIDAD 43,5 gr SHEKEL 7,25 gr
12,71 (7,7) 14,5 1/3 2
22,92 21,75 1/2 3
43,5 43,5 1 6
92,62 87 2 12
132,88 130,5 3 18

Figura 7. Pesos de la necrópolis de Orleyl

Faltaría el divisor mínimo de la serie anterior, el shekel de 7,25 gramos, pero


encontramos la misma unidad y los mismos múltiplos (duplo y triplo), aunque el
sistema de divisores es distinto.

Buscando nuevas aplicaciones de este sistema, nos fijamos en las primeras


acuñaciones de moneda de bronce celtibéricas de la zona del Valle del Ebro, a mediados
del s. II a. C. Estas monedas, como es el caso de Segeda, Calacoricos, Louitiscos y
Oilaunicos, tienen unos pesos que oscilan sobre los 14-15 gramos (Burillo,1998,239),
patrón al que no se le habían encontrado paralelos claros. Algunos autores ( García
Garrido y Villaronga, 1987,38) proponen su origen en la mitad del as romano de 10
monedas en libra, con un peso teórico de 32,7 gramos, cuya mitad sería 16,25 gramos lo
que a nuestro juicio se aleja demasiado de los 14-15 registrados.

En el caso concreto de Segeda, hay una primera emisión con un peso medio de
13,28 gramos, pero el escaso número de monedas conocidas de esta emisión (13) y su
gran variabilidad (más de un gramo por encima y por debajo del peso medio) la hacen
poco fiable para cálculos metrológicos. Pero la segunda emisión, mucho más importante
cuantitativamente (156 ejemplares conservados) y cualitativamente (va acompañada de
unidades de plata, con un denario de 3,66 gramos y divisores mitad y tercio de la unidad
de bronce) presenta unos valores más ajustados en torno a un peso medio de 14,29
gramos, mucho más fiable (Gomis,2001,89).

A la vista de estos valores proponemos como origen de este patrón celtibérico, el


duplo del shekel hispano-cartaginés (7,25*2 = 14,5 gramos), que se ajusta mucho mejor
a los pesos de las monedas de bronce y que tiene precedentes en las acuñaciones de
plata hispano-cartaginesas de finales del s. III a. C., con un dishekel de 14,6/14,75
gramos (García-Bellido,1998,276).
Una nueva aportación que podría reforzar esta hipótesis, sería el ponderal inédito
aparecido en las excavaciones de Segeda I del año 2002 (agradecemos al Dr. Burillo la
información amablemente suministrada). Es un ponderal de plomo, de forma cúbica,
con un peso de unos 1255 gramos, aunque se encuentra muy deteriorado y ha perdido
materia. Este valor podría corresponder a 30 unidades de las propuestas con 43,5
gramos (43,5*30= 1305) o también a 4 libras romanas de 327,5 gramos (327,5*4=
1310). Este peso, anormalmente alto para un ponderal, podría tener su justificación
como valor de equivalencia e intercambio entre las dos escalas.

Esta hipótesis, que tendrá que ser confirmada o refutada en estudios posteriores,
supondría la existencia de un sistema de pesos de origen cartaginés desde el s. IV a. C.,
que se extendería por la zona levantina e incluso podría alcanzar la zona celtíbera
próxima al Valle del Ebro en el s. II a. C.

3.3 CONCLUSIONES

Como hemos visto, los estudios realizados hasta ahora identifican dos familias de
sistemas de pesos en la Península Ibérica, uno de origen griego y otro tartésico-fenicio,
a las que añadimos una nueva propuesta tras revisar los conjuntos publicados, el
hispano-cartaginés.

- El primer sistema sería de origen griego y seguiría el patrón euboico-ático,


basado en la dracma de 4,36 gramos, y se extendería por la zona ibera de Levante.

- El segundo tendría origen tartésico-fenicio y estaría basado den el shekel fenicio


de la ciudad de Tiro de 9,1 gramos, que a su vez procede del kite egipcio. Tendría su
origen en el Sur Peninsular, de influencia tartésico-turdetana y se extendería a través de
la Vía de la Plata, hasta la Meseta y la Celtiberia, alcanzando incluso la zona berona, en
el alto Valle del Ebro.

- Finalmente, proponemos la existencia de, por lo menos, otra familia de pesos en


el Levante peninsular, que estaría basada en el shekel cartaginés de 7,25 gramos, que a
su vez procede de Siria, a donde llegó procedente del shaty egipcio de 7,6 gramos. La
encontramos en conjuntos de ponderales de la Región Valenciana (Puntal del Llops y
Orleyl) y podría extenderse hasta la zona celtibérica próxima al Valle del Ebro, donde
los primeros patrones de acuñación de monedas de bronce parecen responder a este
sistema.
4. UNIDADES DE LONGITUD Y VOLUMEN

Vamos a estudiar conjuntamente las unidades de longitud y volumen, puesto que


la principal fuente de información que vamos a utilizar para ambas va a ser el análisis de
las dimensiones de recipientes cerámicos. Las vasijas seleccionadas pertenecen a dos
grupos principales: el conjunto cerrado perteneciente al área 3 de Segeda I y otro
conjunto más variado, formado por piezas relacionadas con el ritual y consumo del
vino, con procedencias variadas, elegidas por representar a las principales áreas
culturales de la Península Ibérica.

4.1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

En primer lugar, analizaremos los conocimientos que se desprenden de los


trabajos publicados hasta el momento, acerca de los sistemas de medida de longitudes y
capacidades en época prerromana en la Península Ibérica. Como veremos, se les ha
prestado una atención esporádica y puntual, faltando una visión global que se presenta
muy escasa por falta de datos.

4.1.2 UNIDADES DE LONGITUD

En el estudio de las unidades de longitud, tenemos dos grupos principales de


trabajos: los dedicados a los elementos constructivos (adobes, sillares, etc. ) y los que
consideran las dimensiones de recipientes cerámicos.

- El trabajo más importante en cuanto a los elementos constructivos es el de


Leonard A. Cuchin sobre las dimensiones de los adobes en tierras celtibéricas de la
Meseta (Cuchin,2002,248).

El autor ha tomado las dimensiones publicadas de los adobes de un conjunto de


yacimientos de las provincias de Soria (Garrray, Ocenilla, Izana y Calatañazor), Madrid,
Segovia (Ayllón), Teruel (Alto Chacón) y Zaragoza (Daroca), observando valores
similares en todos ellos. Así, las longitudes presentan dos rangos: uno que oscila entre
los 48-50 cm y otro en torno a los 30 cm. Por otro lado, las anchuras oscilan entre los 20
y los 27 cm y, por último, los grosores rondan los 10-12 cm (Figura ).

Según el autor, estas dimensiones parecen corresponder a un pie de unos 24 cm o


algo mayor, puesto que los adobes encogen al secarse. En base a este módulo, las
proporciones de los adobes más largos serían 2 : 1 : 1/2, con dos pies de largo, uno de
ancho y medio de grosor y las de los cortos 1,25 : 1 : 1/2, con una longitud de 1 pie y
1/4 (el palmipes romano o brazo griego), anchura de 1 pie y grosores de medio pie,
aunque algunos tienen 1/4 (Figura 8).

YACIMIENTO DIMENSIONES (CM) PROPORCIÓN


Provincia Madrid 50 25 4,7 2 : 1 : 1/4
Ayllón SG 50 20 10 2 : 1 : 1/2
Calatañazor SO 50 25 11 2 : 1 : 1/2
Garray SO 48 26 11 2 : 1 : 1/2
Garray SO 37 18 12 1 1/2 :3/4 : 1/2
Ocenilla SO 30+ 21-26 9-11 1 1/4 : 1 : 1/2
Izana SO 30 27 10 1 1/4 : 1 : 1/2
Alto Chacón TE 30 27 7 1 1/4 : 1 : 1/4
Daroca Z 30 15 10 1 1/4 :2/3 : 1/2

Figura 8. Dimensiones de los adobes prerromanos de la Meseta

A estos datos podemos añadir los del poblado celtibérico de Los Castellares de
Herrera de los Navarros (Zaragoza), contemporáneo de Segeda I (s. II a C.) y del mismo
ámbito cultural que proporciona los siguientes valores para sus adobes (Burillo,
1983,114):

HABITACIÓN DIMENSIONES (CM) PROPORCIÓN


II-III 46 17/20/26 11,5/14,5 2 : 1 : 1/2
V 44-45 20,5/23 11,5/12,6/14 2 : 1 : 1/2

Figura 9. Dimensiones de los adobes de Herrera de los Navarros

Como vemos, guardan las mismas proporciones que los anteriores, aunque las
longitudes y anchuras son un poco menores, pero podrían encajar en la hipótesis del
módulo de 24 cm.

- Por otro lado. en la zona ibera levantina hay un estudio del yacimiento de La
Picola en Santa Pola (Alicante), que es un hábitat fortificado con puerto de mar,
ocupado en los siglos V y IV a. C. (Moret, P y Badie, A.,1998,53).Este yacimiento
presenta una mezcla de caracteres indígenas y griegos, como son su muralla y
urbanismo ortogonal de tipo griego, junto con viviendas de tradición local y cerámicas
tanto áticas como ibéricas. Al medir los sillares de la muralla aparece un módulo
constructivo que corresponde al pie griego de 296 cm. Los autores plantean la duda de
si corresponde a iberos trabajando con unidades griegas o a un grupo griego establecido
en tierras ibéricas.

- Finalmente, tenemos un estudio sobre los diámetros y alturas de un conjunto de


115 Kalathos levantinos (Fernández,2000,83), en el que el autor propone la existencia
de sistema métrico basado en un pie griego de unos 28 cm con divisores cada 14 mm,
pero no nos parece suficientemente argumentado.

4.1.3. UNIDADES DE VOLUMEN

Las unidades de Capacidad son las grandes olvidadas de los sistemas metrológicos
peninsulares. Únicamente tenemos el estudio realizado Gregorio Fernández sobre 115
kalathos del país valenciano, en el que calcula de forma aproximada el volumen de estos
recipientes mediante fórmulas matemáticas (Fernández, G.,2000). La conclusión del
trabajo es que en la zona levantina se usaban medidas de capacidad intercambiables con
las griegas, con la cótila como unidad básica, aunque maneja un valor de 0,273 litros
frente al comúnmente aceptado de 0,283 l.(Pellicer,1997,69).
4.1.4. CONCLUSIONES

En resumen, parece ser que tenemos, por lo menos, dos grandes áreas culturales
en cuanto al uso de las unidades de longitud y volumen.

Por un lado, la zona celtibérica de la Meseta, en la que se usan unas unidades de


longitud autóctonas indígenas, con un pie de unos 24 cm y de la que no hay estudios de
las de volumen.

Por otro, la zona levantina, en la que podrían usarse medidas griegas, de longitud
(pie de 296 ó 280 mm) y de volumen (cótila de 0,283 litros).

La intención de este capítulo es aportar un poco de luz al estudio de los


volúmenes, desarrollando un método que nos permita calcular de forma sistemática las
capacidades de recipientes de diferentes áreas culturales de la península ibérica,
especialmente de la Celtiberia. También se prestará atención a las medidas de longitud,
a partir de las dimensiones (altura, diámetros) de las vasijas analizadas.
4.2. METODOLOGÍA

Las unidades de longitud y volumen se han abordado


principalmente, mediante el estudio de las dimensiones y
capacidades de varios conjuntos de vasijas cerámicas,
seleccionados por su representatividad de cara a los
objetivos propuestos.

La metodología desarrollada ha consistido en la


elaboración de unas fichas comunes, en las que aparecen
juntas las unidades de longitud y volumen, pero el
tratamiento que se ha dado ha cada tipo de unidad ha sido
distinto, siendo el cálculo de las capacidades la parte
central y más innovadora de este trabajo.

4.2.1. FICHAS DE LAS PIEZAS

Para poder analizar las unidades de longitud y volumen


a partir del estudio de las vasijas de cerámica se realizó
una ficha de cada una de ellas, en la que se reflejan los
siguientes datos:

- Tipo de pieza y código numérico: el nombre de cada


tipo de vasija, clasificadas según un criterio funcional, y
un código formado por varias letras, que indican el
yacimiento y un número correlativo, correspondiente a las
piezas estudiadas en cada uno. Los códigos por yacimientos
son : Segeda I (P), Orleyl (VO), La Custodia de Viana
(VC), Palenzuela (VP) y las Ruedas (VR).

- Descripción de la pieza: tipo de cerámica,


decoración, características generales y particularidades.

- Grafitos: se describen los grafitos que aparecen en


las piezas cerámicas, puesto que, aunque la mayoría de
ellos se interpretan como marcas de propiedad, algunos
podrían corresponder a marcas de valor, indicando la
capacidad de la vasija.

- Estimación del volumen útil: en cada pieza el volumen


útil (aquel que se usa en su función cotidiana), como
veremos, se calcula hasta una altura determinada,
dependiendo de su forma, función, tamaño, etc., por lo que
se hace necesario especificarlo en cada caso.

- Representación de la pieza: dibujo de la pieza, con


regleta indicadora de su tamaño y escala.

- Medidas: entre las diversas medidas posibles se han


considerado como más relevantes la altura, el diámetro en
el borde y el diámetro máximo para estudiar las unidades de
longitud y el volumen total y el volumen útil, para las
unidades de capacidad.

Todo esta información, además de aparecer en la ficha


de cada pieza, se han volcado en una base de datos Access,
para poder tratarla informáticamente.

4.2.2 CÁLCULO DE LONGITUDES

El método usado para estudiar las longitudes ha sido


simplemente la medida con una regla graduada sobre el
dibujo de las piezas, transformando los resultados según la
escala indicada mediante reglas de tres.

Se han elegido como medidas más representativas la


altura de la vasija, el diámetro de su borde y el diámetro
máximo en el punto más ancho, puesto que estas tres cotas
resumen la mayor parte de la variación morfológica de los
recipientes (Orton et alii,1997,178).

4.2.3. CÁLCULO DE VOLÚMENES

El cálculo de volúmenes de vasijas ha sido objeto de


atención esporádica por parte de los arqueólogos, pero los
escasos estudios realizados no han estado exentos de
dificultades, bien por no poder acceder físicamente a las
piezas, bien por los conocimientos matemáticos que puede
precisar.

4.2.3.1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

El método más simple y directo consiste en rellenar el


recipiente con agua, arena o cualquier otro material y
después verter el contenido en una probeta graduada. Para
ello debemos manipular las piezas, lo cual siempre es
difícil, puesto que no es normal la aparición de vasijas
completas y raramente los museos y entidades depositarias
conceden permiso para ello, y además comporta un riesgo
real para la integridad de los recipientes.

Un procedimiento no manipulativo consiste en calcular


el volumen mediante fórmulas matemáticas, a partir de
figuras geométricas sencillas, como pueden ser el cilindro,
el tronco de cono o los segmentos esféricos. No necesita
acceso a las piezas, sino únicamente sus medidas, pero sólo
puede aplicarse a vasijas muy regulares en sus formas, como
los kalathos y sus resultados son aproximados. Destaca en
este aspecto el estudio hecho por Gregorio Fernández sobre
115 kalathos de la Comunidad Valenciana (Fernández,
G.,1997).

Finalmente se han desarrollado sistemas de cálculo


complejos, como el de Egloff, aplicado al estudio de las
cerámicas coptas de Egipto (Egloff, 1977), o el de Arnold
Beat (Beat, 1982); que permiten hallar el volumen a partir
del dibujo de la pieza, mediante el método integral de las
rodajas. Son sistemas lentos y minuciosos que precisan
mucho tiempo y ciertos conocimientos matemáticos, por lo
que han sido poco utilizados hasta el momento.

Para llevar a cabo nuestra investigación hemos


desarrollado un método matemático que facilita enormemente
los cálculos, al usar un programa informático especialmente
diseñado para la ocasión.

4.2.3.2. MÉTODO DESARROLLADO

Nuestro método permite calcular la capacidad de una


vasija a partir del dibujo de su perfil a cualquier
escala. No precisa, por lo tanto, un acceso directo y
material al objeto real, sino que es suficiente con un
dibujo del mismo, siempre que vaya acompañado de la escala
o de sus medidas para poder inferir esta última. Como estas
condiciones se cumplen en la mayoría de publicaciones que
se realizan sobre materiales arqueológicos, el método nos
permite acceder a todos los especimenes que sean de nuestro
interés en cualquier parte del mundo. Además, ni siquiera
es necesario que se haya conservado la pieza completa,
puesto que a partir de unos pocos fragmentos a menudo es
posible dibujar su forma con bastante precisión.

La única limitación viene dada por la exactitud del


dibujo, que es el único factor que habitualmente no podemos
controlar.

El proceso para calcular el volumen de un recipiente se


compone de varios pasos.

En primer lugar hay que obtener el dibujo del perfil


del recipiente a partir de alguna publicación o por
elaboración propia y calcular su escala, bien por que
aparezca junto al dibujo en forma de regleta graduada, o
por una regla de tres entre las medidas reales del objeto
reseñadas en la publicación y las medidas que podemos tomar
en el dibujo (Si aparece a tamaño natural, los cálculos se
simplifican). Vamos a tomar como ejemplo una copa
campaniense de la forma morel 68, procedente del área 4 de
Segeda I, (Figura 10).
Figura 10. Copa Morel 68 001

El siguiente paso consiste en dibujar el perfil


interior de la vasija sobre papel milimetrado y tomar sobre
él una serie de cotas a intervalos regulares de altura. El
número de cotas depende del tamaño y de la forma más o
menos regular del recipiente, oscilando entre 10 y 30, al
igual que la separación entre ellas, siendo los valores más
habituales de 0,5 cm y 1 cm. En el ejemplo de la copa se
han tomado 12 puntos separados 0,5 cm(Figura 11).

Figura 11. Perfil milimetrado


Sobre el papel milimetrado podemos ahora medir el radio
del recipiente a las distintas alturas marcadas y tabular
los resultados (Figura 12).

PUNTO RADIO (cm)


1 0
2 2,5
3 3,3
4 3,75
5 4,1
6 4,3
7 4,4
8 4,5
9 4,55
10 4,6
11 4,7
12 4,8

Figura 12. Tabla de cotas

Una vez obtenidos los datos, se introducen en un


programa realizado sobre la base de datos Excel, que
constituye la principal aportación de este método.

4.2.3.3. EL PROGRAMA INFORMÁTICO

El fundamento matemático del programa es la Integral de


Riemann, que permite calcular el área encerrada por una
función, descomponiéndola en una suma de rectángulos, cuya
área puede calcularse fácilmente como el producto de la
base por la altura de cada uno de ellos (de
Burgos,J,1994,284). Es un método aproximado, cuya exactitud
aumenta cuanto mayor es el número de rectángulos tomados.

Los rectángulos pueden tomarse por encima de la función


(Suma superior de Riemann, figura 13) o por debajo de ella
(Suma inferior de Riemann, figura 14).
Figura 13 Figura 14

Este mismo principio, llevado a tres dimensiones


permite calcular el volumen de un cuerpo, descomponiéndolo
en una suma de cilindros (método de las rodajas o los
discos), cuyo volumen individual se calcula por la fórmula
geométrica bien conocida:
V =  * R2 * h

donde R es el radio y h la altura.

De igual modo que en el caso de dos dimensiones, se


pueden tomar los cilindros interiores (Figura 15) o
exteriores (Figura 16).

Figura 15 Figura 16

El programa informático desarrollado calcula el


promedio de los volúmenes exteriores e interiores, de forma
individual para cada cilindro, consiguiendo que el cálculo
sea mucho más exacto.
En el programa, cuyo soporte es la base de datos Excel,
deberemos introducir la escala, la distancia que se ha
tomado entre los puntos y los valores de los radios
tabulados anteriormente. Automáticamente calculará el
volumen parcial de cada cilindro y los sumará
acumulativamente, de forma que nos dará la capacidad de la
vasija a las alturas sucesivas, hasta alcanzar el volumen
total. En la figura 17 podemos apreciar como aparecen los
resultados, una vez introducidos los datos.
VOLUMENES DE VASIJAS CON ESCALA

VASIJA = 001 copa camp m68

DISTANCIA ENTRE PUNTOS = 0,5

ESCALA= 1

RADIO PROMEDIO VOLUMEN PARCIAL ALTURA VOLUMEN


ACUMULADO
punto 1 0 0
punto 2 2,5 1,25 2,454367188 0,5 2,454367188
punto 3 3,3 2,9 13,21038595 1 15,66475314
punto 4 3,75 3,525 19,51810962 1,5 35,18286276
punto 5 4,1 3,925 24,19907872 2 59,38194148
punto 6 4,3 4,2 27,7088238 2,5 87,09076528
punto 7 4,4 4,35 29,72336839 3 116,8141337
punto 8 4,5 4,45 31,10566799 3,5 147,9198017
punto 9 4,55 4,525 32,16300937 4 180,082811
punto 10 4,6 4,575 32,8777211 4,5 212,9605321
punto 11 4,7 4,65 33,96451489 5 246,925047
punto 12 4,8 4,75 35,44106219 5,5 282,3661092

VOLUMEN TOTAL= 282,7178887

Figura 17. Hoja de cálculo Excel

En la columna Radio se introducen las cotas tomadas


sobre el papel milimetrado. Automáticamente calcula la
media entre el superior y el inferior (Promedio), el
Volumen parcial de cada cilindro y el Volumen acumulado a
las distintas Alturas, presentando, por último el Volumen
total.
Todas las longitudes están en centímetros, por lo que
el volumen aparece en centímetros cúbicos (para pasarlo a
litros simplemente se divide por mil).

4.2.3.4. VOLUMEN ÚTIL

Una de las ventajas de este programa es que nos da el


volumen a las distintas alturas. Esto es importante, puesto
que los recipientes en su uso habitual no se suelen llenar
hasta el borde, sobre todo en el caso de los líquidos,
puesto que se derramarían con facilidad. Para estudiar
este problema hemos definido lo que hemos dado en llamar
como Volumen útil, que sería aquella fracción del volumen
total de un recipiente que se emplea en el uso cotidiano.

Evidentemente, este volumen útil depende del contenido


de la vasija (sólido o líquido), de su función
(almacenamiento, servicio), de su forma (cuenco, jarra), de
su tamaño y de otros factores. Para determinarlo en cada
caso concreto, hemos recurrido a varias técnicas, como
puede ser la comparación práctica con recipientes actuales
de formas y funciones similares, o el estudio del diseño
del receptáculo (líneas decorativas, cambios bruscos en la
curvatura del perfil, estrangulamientos, etc.). En el caso
de la copa del ejemplo, se estima el volumen útil más o
menos un centímetro por debajo del borde, coincidiendo con
la banda inferior decorativa, por lo que sus resultados
serían:

Volumen Total: 282,36 cm3


Volumen Útil: 212,96 cm3
Estos valores deben ser revisados y comparados
continuamente en el avance de la investigación, por lo que
el hecho de que el programa presente los parciales a las
diferentes alturas lo hace especialmente práctico.

4.2.3.5. COMPROBACIÓN EXPERIMENTAL

Para contrastar la eficacia del método se decidió


comprobarlo experimentalmente. Para ello se tomó la copa
del ejemplo y se calculó su volumen por el método
matemático, como hemos visto en el apartado anterior.
Posteriormente se procedió a medirlo utilizando una probeta
graduada.

En una primera aproximación se realizó el cálculo


llenando la copa con azúcar, para evitar pérdidas por
grietas y fisuras, pero se vio que este sistema sólo era
útil para medir el volumen total (hasta el borde), donde se
podía enrasar con facilidad, pero no para volúmenes
intermedios (volumen útil), ya que en el interior del
recipiente se hacia difícil conseguir unas superficie
completamente horizontal.

Posteriormente se utilizó agua, con lo que el problema


de la horizontalidad desaparecía, pero el líquido escapaba
rápidamente por las pequeñas grietas que presentaba la copa
a pesar de estar restaurada. La solución fue tapar las
fisuras con plastilina, con lo que cesaron las fugas.

Se calculó el volumen total y los volúmenes parciales


en dos puntos indicados por las bandas horizontales
decorativas, uno medio centímetro por debajo del borde
(volumen parcial 1) y el otro, un centímetro (volumen
parcial 2).

La comparación entre los cálculos por los dos métodos


ofrece excelentes resultados, como podemos apreciar en la
figura 18.
ALTURA CÁLCULO CÁLCULO DIFERENCIA
TEÓRICO PRÁCTICO %
Volumen total 282,36 cm3 272 cm3 3,66 %
Volumen parcial 1 246,92 cm3 244 cm3 1,18 %
Volumen parcial 2 212,96 cm3 208 cm3 2,32 %
Figura 18 . Comparación de resultados, copa 001

Como vemos, la máxima diferencia ( 3,66 %) aparece en


la medida total, hasta el borde del recipiente. A esto
contribuye en gran medida la exactitud del dibujo, que se
vuelve crítica en el caso del borde, pues una pequeña
desviación de la medida real, produce cambios importantes
en el volumen.

En los puntos interiores, sin embargo, la diferencia


oscila en torno al 2%, lo que puede considerar muy
satisfactorio, teniendo en cuenta los distintos errores que
se acumulan en el proceso (exactitud del dibujo, método
matemático, desviación en la medida experimental).

Posteriormente se repitió el proceso con otra copa


campaniense Morel 68, también aparecida en el área 4 de
Segeda 4, que sólo presentaba una banda decorativa (Figura
19), por lo que se tomo la medida en el borde y en esta
banda, con los siguientes resultados:

Figura 19. Copa morel 68 002

ALTURA CÁLCULO CÁLCULO DIFERENCIA


TEÓRICO PRÁCTICO %
Volumen total 254,1 cm3 270 cm3 5,88 %
Volumen parcial 206,68 cm3 200 cm3 3,23 %

Figura 20. Comparación de resultados, copa 002


Nuevamente, la mayor diferencia se da en el volumen
hasta el borde, pero los resultados siguen siendo altamente
satisfactorios.

También se realizó la comprobación práctica con


diversos recipientes modernos (cuencos, vasos, copas),
obteniendo resultados similares, lo que ratificó la
excelencia del método desarrollado.
5. LAS CERÁMICAS DE SEGEDA I

El primer conjunto que vamos a estudiar es el formado


por las vasijas que aparecieron en el Área 3 de Segeda I,
en la campaña de excavaciones del año 2001, bajo la
dirección del Doctor Burillo. Se trata de un conjunto
cerrado de cerámica celtibérica, con una datación ante
quem del año 153 a. C., correspondiente, por tanto, a los
primeros contactos de los pueblos indígenas de las
estribaciones del Sistema Ibérico con los romanos.

5.1. LA CIUDAD CELTIBÉRICA DE SEGEDA

La ciudad celtibérica de Segeda se halla situada en


los yacimientos vecinos del Poyo de Mara y Durón de
Belmonte, en la ribera del río Perejiles, cerca de
Calatayud (Zaragoza). El primero de los yacimientos
nombrados (Poyo de Mara), corresponde a la primera fase de
ocupación de la ciudad (Segeda I) y el otro (Durón de
Belmonte) a la segunda (Segeda II).

5.1.1. SEGEDA I

Los estudios realizados en el yacimiento arqueológico


del Poyo de Mara confirman su identificación con la ciudad
celtibérica de Segeda, citada en las fuentes escritas
clásicas con motivo de la declaración de guerra realizada
por Roma en el año 154 a.C. (Burillo y Ostalé 1983-84;
Burillo 1999, 200la, 2001b).Esta ciudad, perteneciente a
la tribu de los Belos, había suscrito los pactos con el
cónsul Sempronio Graco, que pacificaron el valle del Ebro
en el año 179 a. C. Estos pactos prohibían la fundación de
nuevas ciudades y obligaban al pago de tributos.

Sin embargo, los habitantes de Segeda ampliaron su


ciudad mediante un proceso de sinecismo, obligando a sus
vecinos los Titos a instalarse dentro de su perímetro,
para lo que se emprendió la construcción de una gran
muralla. Este hecho fue considerado por los romanos como
"casus belli", puesto que según su interpretación, rompía
los pactos de Graco. Los Belos se defendieron argumentando
que no construían ninguna ciudad nueva, sino que sólo
ampliaban la suya, pero esto no impidió que Roma lanzara
contra la ciudad un poderoso ejército de casi treinta mil
hombres. Los habitantes de Segeda, al no haber terminado
el muro se refugiaron en Numancia, acogidos por los
Arevacos. Estos sucesos dieron lugar al comienzo de las
guerras celtibéricas, que se dilataron hasta el año 133 a.
C. con la caída de Numancia y tuvieron como primera
consecuencia la destrucción de la ciudad de Segeda I por
las tropas romanas en al año 153 a. C.(Burillo 2001,229).

La importancia de la ciudad de Segeda viene


confirmada, además de por las fuentes clásicas, por ser
una de las pocas cecas celtibéricas que acuñaron monedas
de plata, lo que la coloca en un primer rango dentro de la
jerarquía de estas ciudades(Burillo, 1998,292).

5.1.2. SEGEDA II

A menos de 300 metros de Segeda I, en el yacimiento


conocido como Durón de Belmonte, se levantó una nueva
ciudad bajo influencia romana, que continuó con el nombre
de Segeda. Esta segunda fase perduraría hasta el año 72 a.
C., cuando al tomar partido por Sertorio en las guerras
civiles fue totalmente destruida y abandonada, esta vez de
forma definitiva, desplazándose el centro jerárquico del
territorio a Bílbilis Itálica, en el cerro de Bámbola
junto a Calatayud (Burillo, 2001, 235; Burillo et alii,en
prensa,4).

5.2. LAS CERÁMICAS DE SEGEDA I, ÁREA 3

Las vasijas que vamos a ver aparecieron en el área 3


de Segeda I, en la campaña de excavaciones del año 2001,
bajo la dirección del Dr. Francisco Burillo.

El área 3 se encuentra en los suelos sedimentarios


situados bajo el Poyo de Mara y su excavación dio como
resultado la aparición de una manzana de viviendas de un
sólo piso construidas de forma rápida y sencilla, aunque
con una planificación previa, como demuestra la existencia
de un trazado reticular. Estos hechos parecen relacionar
estos restos con la ampliación de la ciudad que
desencadenaron su destrucción y permiten datar los restos
encontrados en torno al año 153 a. C. (Burillo, 2001-02;
2003).

El conjunto de cerámicas de origen indígena aparecidas en el área 3 ha sido


relativamente abundante y con un grado de conservación excepcional, especialmente en
los ejemplares de menor tamaño. El grupo más numeroso corresponde a las típicas
cerámicas a torno de pasta depurada de color naranja, conocidas como de "técnica
ibérica", con un elenco de formas que, en su mayor parte, encontramos presentes en
asentamientos próximos de la primera mitad del siglo II a.C. Pero también han
aparecido junto a ellas imitaciones que adaptan las nuevas formas itálicas, mostrando
los cambios que en la comida y bebida se están produciendo y a la vez, cerámicas en
cuyas formas perviven tradiciones de varios siglos de antigüedad (Burilo et alii, en
prensa).
Al mismo tiempo, han aparecido restos de importaciones mediterráneas, pero
ninguna de ellas está completa. En concreto hay un borde de ánfora grecoitálica,
destinada al transporte de vino itálico, y varios cuencos y copas de barniz negro de
producciones campaniense A y calena (formas Lamb. 28, 31 b, y 33 b), adquiridos para
beber vino al nuevo estilo impuesto por la llegada de los romanos a este territorio
(Burillo et alii,en prensa,6).

5.2.1. LAS VASIJAS DE "TÉCNICA IBÉRICA"

El elenco de las formas de las vasijas de "técnica ibérica" se inscriben, en su


conjunto, entre las propias del ámbito ibérico y celtibérico del valle medio del Ebro de
la etapa cronológica analizada (Cano et alii, en prensa b). Entre ellas encontramos
vasijas contenedores de tamaño grande y pequeño, botellas, oinochoes, vasos
troncocónicos, vasos calicifonnes, kalathos, sítulas, platos, cuencos y copas.

Referente a su procedencia, se han podido diferenciar varias producciones. Una


se identifica como segedense, realizada en la misma urbe o en un lugar próximo a la
ciudad todavía no descubierto, dada la concentración de estas vasijas en Segeda y su
ausencia o presencia escasa en otros asentamientos contemporáneos, no lejanos . Tiene
como característica un engobe blanquecino y una decoración en negro (Cano et alii, en
prensa b). En el caso de los kalathos, dada su funcionalidad de envases para miel,
encontramos una diversidad de producciones, de las cuales sólo se ha podido identificar
la vinculada con el área ampuritana (Cano et alii, 2001-02), desde donde llegarían a
Segeda asociados a los ejemplares de jarras de cerámica gris de la costa catalana.

Para el estudio y análisis de este conjunto de


vasijas, se ha efectuado una clasificación tipológica
funcional, atendiendo a los diversos usos de los
recipientes, estableciendo cuatro grandes grupos: vajilla
de servicio, de mesa, de almacenaje y de cocina (Cano et
alii, en prensa a y b).

Ha sido posible calcular el volumen de 50 vasijas


sobre un total de 253 piezas, es decir, el 19,76%, que
presentamos ahora de forma individual, con la ficha
completa de cada una y la características funcionales de
cada grupo.
5.3. VAJILLA DE SERVICIO

Es la que se utilizaría para transportar y servir


alimentos y líquidos a la mesa. Dentro de esta categoría,
podemos distinguir las siguientes formas:

5.3.1. BOTELLAS

Se aplica a las vasijas medianas, de borde vuelto


redondeado, de cuerpo cilíndrico o ligeramente globular que
se estrecha en el cuello, carentes de asas y destinadas a
contener y servir líquidos (Cano et alii, en prensa b,6).

De las seis que aparecieron se ha podido reconstruir el


perfil de las siguientes (la numeración de las piezas en
este capítulo corresponde a la utilizada en el registro de
la excavación):
- Botella p59 (Figura 21):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, con decoración


de dos líneas horizontales paralelas, a la que le falta el
borde superior.

Presenta un grafito en la base, en forma de flecha o


signo celtibérico "U" (Burillo,2003,18).

El volumen útil se ha estimado medio centímetro por


debajo de la altura máxima conservada, coincidiendo con la
línea inferior del borde.

Figura 21 . Botella p59

Sus dimensiones son:

Altura conservada: 8,8 cm

Diámetro del borde: 6,5 cm

Diámetro máximo (base): 10,5 cm.

Volumen total conservado: 443,37 cm3


Volumen útil: 428 cm3
- Botella p117 (Figura 22):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, sin decoración.

Presenta dos grafitos, una cruz en la zona media del


cuerpo y dos líneas paralelas cruzadas por cuatro trazos
verticales y uno oblicuo en la zona superior
(Burillo,2003,18).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde, coincidiendo con su línea inferior.

Figura 22. Botella p117

Sus dimensiones son:

Altura : 10,7 cm

Diámetro del borde: 7 cm

Diámetro máximo (carena): 11,5 cm

Volumen total: 580,07 cm3

Volumen útil: 567 cm3


5.3.2. JARRAS

Son vasijas medianas de proporción alta, con cuerpo


ancho y carena baja marcando el inicio de la base, cuello
estrecho y un asa. Aparecieron un total de 10 ejemplares y
todas, excepto la p45 pertenecen a un subtipo llamado
oinokoe, caracterizado por la presencia de la boca
trilobulada, es decir, de un borde con pico para verter el
líquido. (Cano et alii, en prensa b,6).

- Jarra p45 (Figura 23):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, con decoración


pintada a base de círculos concéntricos y eses
entrelazadas.
El volumen útil se ha estimado en la línea marcada por
una moldura del cuello, enmarcada por la decoración, a unos
4,5 centímetros por debajo del borde.

Figura 23 .Jarra p45

Sus dimensiones son:

Altura conservada: 18,4 cm

Diámetro del borde: 12,3 cm

Diámetro máximo (carena): 18 cm

Volumen total: 2220,8 cm3


Volumen útil. 1920 cm3
- Jarra (Oinokoe) p111 (Figura 24):

Vasija de cerámica de técnica ibérica sin decoración.

Presenta un grafito en el cuerpo superior por encima de


la carena, en forma de aspa cruzada por un
travesaño(Burillo,2003,18).

El volumen útil se ha estimado en la línea marcada por


una moldura del cuello, próxima al punto más estrecho de
éste, a 6,5 centímetros por debajo del borde.

Figura 24.Jarra (Oinokoe) p111

Sus dimensiones son:

Altura: 18 cm

Diámetro del borde: 13 cm

Diámetro máximo (carena): 18,3 cm

Volumen total: 1841,3 cm3

Volumen útil: 1558,6 cm3


- Jarra (Oinokoe) p120 (Figura 25):

Vasija de cerámica de técnica ibérica sin decoración


con decoración pintada a base de rayas verticales
paralelas.

Presenta dos grafitos, ambos incompletos. El primero es


una cruz, situada en el cuerpo inferior y el segundo parece
ser el signo celtibérico "Ko" (dos triángulos opuestos por
el vértice),en posición vertical(Burillo,2003,18).

El volumen útil se ha estimado en parte baja del


cuello, en su parte más estrecha donde comienza el cuerpo,
a 6 centímetros por debajo del borde.

Figura 25 . Jarra (Oinokoe) p120

Sus dimensiones son:

Altura: 19 cm

Diámetro del borde: 10 cm

Diámetro máximo (carena): 19 cm

Volumen total: 2251,2 cm3

Volumen útil: 2035,4 cm3


5.3.3. VASO TRONCOCÓNICO

Son recipientes con cuerpo troncocónico de tendencia


cilíndrica, cuello estrangulado, labio exvasado simple, dos
asas planas y base cóncava. Aparecieron tres, uno casi
completo(Cano et alii, en prensa b,7).

- Vaso troncocónico p120 (Figura 26):

Vasija de cerámica de técnica ibérica con decoración


pintada a base de dos líneas de aguas gruesas y un conjunto
de círculos concéntricos.

El volumen útil se ha estimado en parte más estrecha


del cuello, justo a la altura máxima conservada, por lo
tanto, coincide con el volumen total.

Figura 26. Vaso troncocónico p115

Sus dimensiones son:

Altura conservada: 6,7 cm

Diámetro del borde: 11 cm

Diámetro máximo (carena): 11,9 cm

Volumen total: 515,04 cm3

Volumen útil: 515,04 cm3


5.3.4. VASO CRATERIFORME

Vasija de borde vuelto redondeado con cuerpo semiesférico, carena, dos asas y
base con pie alto. Es una evolución de las cráteras ibéricas que imitaban la forma
griega, y cuya función primitiva era la de servir como recipiente para mezclar el vino
con agua.

En nuestro caso, la pervivencia de esta función quedaría corroborada por el hecho


de haber sido positiva la identificación de vino en una de las bases de estas cráteras tras
el análisis de contenido realizado por Juan-Tresseras y Matamala. No obstante, debe
destacarse que son de un tamaño bastante más reducido que las cráteras griegas y sus
posteriores imitaciones ibéricas, lo que dificulta que tuvieran la función indicada de
mezclar vino con agua (Cano et alii, en prensa b,7).

Los vasos crateriformes son relativamente frecuentes en el yacimiento de Segeda,


ya que se conservan trece ejemplares, lo que supone casi un 17%, destacan por sus
pequeñas dimensiones, en general se hallan entre 13 y 18 cm de boca y una altura
máxima de 12,6 cm.

El volumen útil se ha establecido a un centímetro por debajo del borde, por


comparación experimental con recipientes actuales con formas y funciones similares.

Veamos los que ha sido posible calcular su capacidad.


- Vaso crateriforme p109 (Figura 27):

Vasija de cerámica de técnica ibérica que no conserva


decoración.

Presenta un grafito en forma de tres líneas paralelas


sobre el labio, precisamente junto a la zona media del asa
(Burillo,2003,18).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 27 . Vaso crateriforme p107

Sus dimensiones son:

Altura: 12 cm

Diámetro del borde: 17,5 cm

Diámetro máximo (carena): 16,5 cm

Volumen total: 1408,68 cm3

Volumen útil: 1218,14 cm3


- Vaso crateriforme p110 (Figura 28):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, con decoración


en forma de semicírculos concéntricos.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 28. Vaso crateriforme p110

Sus dimensiones son:

Altura: 12,5 cm

Diámetro del borde: 17,4 cm

Diámetro máximo (carena): 17,8 cm

Volumen total: 1735,88 cm3

Volumen útil: 1567,71 cm3


5.3.5. VASO CALICIFORME

Recipiente de borde vuelto redondeado, con cuerpo carenado y base cóncava que
puede presentar una o dos asas. De esta forma se conservan un total de once
ejemplares, de los cuales están completos dos (Cano et alii, en prensa
b,8).

En cuanto a su función, Vaquerizo y otros (2001, 178) los interpretan como vasos
para beber, aunque no descartan que ocasionalmente pudieran usarse para otras
funciones, como recoger y transportar pequeñas cantidades de aceite, dado que una de
estas piezas apareció dentro de un ánfora.

En una situación similar, respecto a una vasija contenedora en el yacimiento de


Segeda, se localizó la pieza nº P107 sin fragmentar en una zona donde abundaban los
restos de grandes tinajas por lo que no se descarta la posibilidad de que se hallara dentro
de una de ellas. Además su volumen útil equivale exactamente a dos cótilas (medida
griega de 0,283 litros) y su capacidad medida en el punto más estrecho es de una cótila,
es decir, la mitad exacta.

El volumen útil se ha establecido, como en el caso de los vasos crateriformes, a un


centímetro por debajo del borde; por comparación experimental con recipientes actuales
con formas y funciones similares.
- Vaso caliciforme p107 (Figura 29):

Vasija de cerámica de técnica ibérica con decoración


pintada formada por dos bandas horizontales y una única
asa.

Presenta un grafito en forma de cruz bajo el asa y otro


en forma de espiral en el centro de la base
(Burillo,2003,18).

Se encontró en una zona en la que abundaban las grandes


tinajas, por lo que podría haber estado dentro de una de
ellas.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde y se obtiene un valor de 584,7 cm 3
equivalente a 2 cótilas (0,283 litros), mientras que en el
punto más estrecho tenemos exactamente la mitad (299,6
cm3), es decir, una cótila.

Figura 29. Vaso caliciforme p107

Sus dimensiones son:

Altura: 9,5 cm

Diámetro del borde: 13,5 cm

Diámetro máximo (carena): 12,4 cm

Volumen total: 691,9 cm3

Volumen útil: 584,7 cm3


- Vaso caliciforme p35 (Figura 30):

Vasija de cerámica de técnica ibérica sin decoración y


una única asa.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 30 . Vaso caliciforme p35

Sus dimensiones son:

Altura: 14,2 cm

Diámetro del borde: 17,4 cm

Diámetro máximo (carena): 17 cm

Volumen total: 2043,56cm3

Volumen útil: 1854,75 cm3


5.3.6. SÍTULAS

Este tipo cerámico se caracteriza por tener el cuerpo globular y borde saliente
redondeado, con la boca cerrada con un asa en cesta sobre el borde, no suele ser un vaso
muy presente en los yacimientos, aunque en Segeda tenemos confirmados un total de
cinco ejemplares de los que dos se conservan prácticamente completos. De éstos, tres
se hallan decorados, destacando principalmente la pieza no 60 por utilizar los típicos
motivos celtibéricos (líneas haciendo zig-zag), además de tener un perfil, del que hasta
la fecha no hemos encontrado paralelos (Cano et alii, en prensa b,8).

Por otro lado, la aparición de sítulas en nuestro yacimiento, destruido en el 153


a.C., ratifica la idea ya propuesta por H. Bonet y C. Mata (Bonet, 2001) sobre la
perduración de formas tradicionales del mundo ibérico, ya que este tipo en Andalucía
queda fechado en contextos más antiguos, en concreto siglos V-IV a. C.

Sólo se ha podido calcular el volumen de la p87


- Sítula p87 (Figura 31):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, con una banda


horizontal de decoración por debajo del borde y una única
asa.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde, coincidiendo con la banda decorativa.

Figura 31 . Sítula p87

Sus dimensiones son:

Altura: 16,39 cm

Diámetro del borde: 12 cm

Diámetro máximo: 21 cm

Volumen total: 3388,28 cm3

Volumen útil: 3311 cm3


5.4. VAJILLA DE MESA

Es aquella que se utiliza para comer y beber. Los tipos que encontramos en
Segeda son: platos o pateras, cuencos y copas.

5.4.1. PLATO O PÁTERA


Pieza de borde reentrante redondeado, cuerpo semiesférico y con base de pie
indicado. Estos recipientes de técnica ibérica imitan las formas romanas (Cano et
alii, en prensa b,8). Son solo dos los recipientes de este tipo localizados en
la excavación del 2001 y únicamente se puede calcular el volumen de uno de ellos.

- Patera p137 (Figura 32):

Vasija de cerámica de técnica ibérica sin decoración y


con un grafito en forma de aspa o signo celtibérico "Ta" en
la parte inferior (Burillo,2003,18).

El volumen útil se ha estimado en dos puntos posibles:


a 0,5 cm del borde y a un centímetro por debajo del borde
(máxima anchura), coincidiendo con las dos líneas del
dibujo.

Figura 32. Patera p137

Sus dimensiones son:

Altura: 5,2 cm

Diámetro del borde: 12 cm

Diámetro máximo: 13,1 cm

Volumen total: 357 cm3

Volumen útil: 302 ó 246 cm3


5.4.2. CUENCOS

Vasija semiesférica, con base de pie indicado. Los


bordes de estas piezas no se amoldan a un criterio
general, encontrándose tanto labios redondeados, como
biselados, apuntados, etc. Es una forma abundante, con 16
ejemplares (21% del total).

En general, son de pequeñas dimensiones (10-12 cm de


diámetro y unos 6-7 cm de altura) y casi todos se hallan
decorados con bandas horizontales paralelas tanto en el
interior, como en el exterior, salvo un ejemplar (p113)
que cuenta con una escena en el exterior (Cano et alii, en
prensa b,6).

Sin embargo, hay otros de mayores dimensiones, con


borde reentrante que parecen ser imitaciones de cerámica
romana de barniz negro (campaniense), en concreto de las
formas Lamb. 26/27, dado que intentan conseguir una
acabado externo negro por medio de un engobe que se
espatula sobre una pasa tosca, similar a la de algunas
cerámicas de cocina (Burillo et alii, en prensa, 9).

En cuanto a su uso, los más pequeños se utilizarían


para beber, mientras que los mayores harían la función de
platos (prácticamente inexistente en el yacimiento, como
hemos visto), destinándose a la comida de productos con
“cuchara”, algunos de los cuales han sido identificados
gracias a los análisis realizados (Juan-Tresserras y
Matamala, en prensa), como es el caso de unas gachas de
bellota y cereales o de los guisos de carne con borraja
(Burillo et alii,en prensa,9).

En todos los casos, el volumen útil se ha establecido a un centímetro por debajo


del borde, por comparación experimental con recipientes actuales con formas y
funciones similares.
5.4.2.1. CUENCOS PEQUEÑOS

- Cuenco p28 (Figura 33):

Vasija de técnica ibérica, con decoración de dos


líneas horizontales paralelas en la parte superior y tres
en la inferior, por el interior del cuenco.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 33: Cuenco p28

Sus dimensiones son:

Altura: 7.25 cm.

Diámetro del borde: 13 cm.

Diámetro máximo (borde): 13 cm.

Volumen total: 479,86 cm3

Volumen útil: 366 cm3


- Cuenco p34 (Figura 34):

Vasija de técnica ibérica, con decoración de dos


bandas horizontales paralelas en la parte superior por el
interior del cuenco.

Presenta un grafito en forma del signo celtibérico


"Ko", aunque incompleto, en posición inclinada en la parte
superior(Burillo,2003,9).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde, coincidiendo con la parte inferior de la
banda más ancha.

Figura 34: Cuenco p34

Sus dimensiones son:

Altura: 5,5 cm.

Diámetro del borde: 11,2 cm.

Diámetro máximo (borde): 11,2 cm.

Volumen total: 233 cm3

Volumen útil: 215 cm3


- Cuenco p64 (Figura 35):

Vasija de técnica ibérica, con decoración de una


bandas horizontal en la parte superior y tres bandas
paralelas en la parte inferior por el interior del cuenco.

Presenta un grafito doble en forma tridente o signo


celtibérico "Ti", uno invertido en la parte inferior y
otro en posición vertical, en la parte superior
(Burillo,2003,17).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde, coincidiendo con la parte inferior de la
banda superior.

Figura 35 : Cuenco p64

Sus dimensiones son:

Altura: 5,8 cm.

Diámetro del borde: 12,3 cm.

Diámetro máximo (borde): 12,3 cm.

Volumen total: 323 cm3

Volumen útil: 220 cm3


- Cuenco p100 (Figura 36):

Vasija de técnica ibérica sin decoración al que la


falta el fondo y el pie.

Presenta un grafito en forma de cruz latina invertida


en la parte superior(Burillo,2003,15).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde, aunque de forma aproximada por estar
incompleta la pieza.

Figura 36: Cuenco p100

Sus dimensiones son:

Altura conservada: 5,2 cm.

Diámetro del borde: 14 cm.

Diámetro máximo (borde): 14 cm.

Volumen total: 402,51 cm3

Volumen útil: 280 cm3


- Cuenco p113 (Figura 37):

Vasija de técnica ibérica, con una escena decorativa


formada por dos soles y una línea sinuosa en la parte
superior exterior. También presenta diversas bandas
irregulares en el interior.

Presenta un grafito en forma de dos triángulos unidos


por el vértice o signo celtibérico "Ko" en situación
inclinada en la parte inferior, sobre la línea de la base
(Burillo,2003,12).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 37: Cuenco p113

Sus dimensiones son:

Altura: 6,7 cm.

Diámetro del borde: 13,2 cm.

Diámetro máximo (borde): 13,2 cm.

Volumen total: 396,88 cm3

Volumen útil: 280 cm3


5.4.2.2. CUENCOS GRANDES

- Cuenco p19 (Figura 38):

Vasija de cerámica de imitación campaniense sin


decoración.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 38: Cuenco p19

Sus dimensiones son:

Altura: 12,3 cm.

Diámetro del borde: 25,4 cm.

Diámetro máximo (borde): 25,4 cm.

Volumen total: 3197,15 cm3

Volumen útil: 2730 cm3


- Cuenco p24 (Figura 39):

Vasija de cerámica de imitación campaniense sin


decoración.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 39: Cuenco p24

Sus dimensiones son:

Altura: 10,6 cm.

Diámetro del borde: 20 cm.

Diámetro máximo : 20,5 cm.

Volumen total: 1569,35 cm3

Volumen útil: 1508 cm3


- Cuenco p25 (Figura 40):

Vasija de cerámica de imitación campaniense sin


decoración.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 40: Cuenco p29

Sus dimensiones son:

Altura: 11,7 cm.

Diámetro del borde: 23 cm.

Diámetro máximo (borde): 23 cm.

Volumen total: 1840,9 cm3

Volumen útil: 1460,7 cm3


- Cuenco p28 (Figura 41):

Vasija de cerámica de imitación campaniense sin


decoración.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 41: Cuenco p28

Sus dimensiones son:

Altura: 15,3 cm.

Diámetro del borde: 21 cm.

Diámetro máximo :22 cm.

Volumen total: 4910,79 cm3

Volumen útil: 4400 cm3


- Cuenco p29 (Figura 42):

Vasija de cerámica de imitación campaniense sin


decoración.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 42: Cuenco p29

Sus dimensiones son:

Altura: 10,7 cm.

Diámetro del borde: 20 cm.

Diámetro máximo (borde): 22 cm.

Volumen total: 1479,86 cm3

Volumen útil: 1196,32 cm3


- Cuenco p30 (Figura 43):

Vasija de cerámica de imitación campaniense sin


decoración.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 43: Cuenco p30

Sus dimensiones son:

Altura: 11,1 cm.

Diámetro del borde: 22 cm.

Diámetro máximo : 23 cm.

Volumen total: 1992,52 cm3

Volumen útil: 1646,16 cm3


5.4.3. COPAS

Vasija constituida por un cuenco de pequeño diámetro generalmente de forma


acampanada, sostenido sobre una base de pie alto y que puede tener asas (Cano et
alii, en prensa b,9).

Se han encontrado dos tipos de copas el Área 3 de Segeda I, ambas parecen ser
imitación de modelos itálicos y su función sería la misma que en éstos, es decir, beber
vino con los nuevos patrones de consumo que llegan con la influencia de Roma.

El primer tipo es de cerámica de técnica ibérica, posee dos asas circulares y


decoración de líneas onduladas en negro y se han localizado dos ejemplares
prácticamente iguales. Es una clara imitación de la forma de barniz negro Morel 68,
con una simplificación de las asas y disminución de sus dimensiones (la mitad de
capacidad). Dos de estas copas de importación han aparecido en al área 4 de Segeda I y
podemos comparar ambas piezas en la figura 44 (Burillo et alii, en
prensa, 8,).

FIGURA 44. 1)Copa celtibérica imitando la forma Morel 68; 2)Copa Morel 68 aparecida en el
área 4 de Segeda I.

El segundo tipo son copas con base en anillo realizada a mano y también parecen
imitar modelos itálicos, en concreto la forma Lamb. 25 de barniz negro, aunque es una
forma simple que también puede haber evolucionado desde modelos indígenas
(Burillo et alii, en prensa, 8).

El volumen útil se ha establecido, como en el caso de los cuencos, a un centímetro


por debajo del borde, por comparación experimental con recipientes actuales con formas
y funciones similares; hipótesis que se ve reforzada por la coincidencia con las bandas
internas decorativas de la forma itálica Morel 68.
- Copa p93 (Figura 45):

Vasija de técnica ibérica, con decoración en líneas


onduladas en negro. Es una imitación de la forma de barniz
negro campaniense Morel 68 (Burillo et alii, en prensa,
8), con una simplificación en las asas y una disminución
en su tamaño, siendo su capacidad prácticamente la mitad (
112 cm3 frente a 213 cm3 de volumen útil).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 45: Copa p93

Sus dimensiones son:

Altura: 6,2 cm.

Diámetro del borde: 9 cm.

Diámetro máximo (borde): 9 cm.

Volumen total: 139,22 cm3

Volumen útil: 112 cm3


- Copa p112 (Figura 46):

Vasija de técnica ibérica, con decoración en líneas


onduladas en negro, muy parecida a la anterior (p93),
excepto por unas bandas horizontales que enmarcan a las
onduladas. Su tamaño es un poco más grande (129 cm3 de
volumen útil frente a 112 cm3 de la p93) Es también una
imitación de la forma de barniz negro campaniense Morel 68
(Burillo et alii, en prensa, 8).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 46: Copa p112

Sus dimensiones son:

Altura: 6,5 cm.

Diámetro del borde: 9 cm.

Diámetro máximo (borde): 9 cm.

Volumen total: 153,65 cm3

Volumen útil: 129 cm3


- Copa p47 (Figura 47):

Vasija realizada a mano, con una base en anillo. Es


posible que imite modelos itálicos, en concreto la forma
Lamb. 25 de barniz negro, aunque es una forma simple, por
lo que también puede haber evolucionado desde modelos
indígenas (Burillo et alii, en prensa, 8).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 47: Copa p47

Sus dimensiones son:

Altura: 7 cm.

Diámetro del borde: 10,5 cm.

Diámetro máximo : 10,7 cm.

Volumen total: 300,11 cm3

Volumen útil: 237 cm3


- Copa p130 (Figura 48):

Vasija realizada a mano, con una base en anillo, muy


parecida a la anterior (p47), aunque un poco más pequeña.
Como la precedente, es posible que imite modelos itálicos,
en concreto la forma Lamb. 25 de barniz negro, aunque es
una forma simple, por lo que también puede haber
evolucionado desde modelos indígenas (Burillo et alii, en
prensa, 8).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 48 : Copa p130

Sus dimensiones son:

Altura: 7,1 cm.

Diámetro del borde: 9,3 cm.

Diámetro máximo : 10,2 cm.

Volumen total: 220,23 cm3

Volumen útil: 162,81 cm3


5.5. VAJILLA DE ALMACENAJE

Es aquella que se utiliza para almacenar y conservar


bebidas y alimentos.

Han aparecido las siguientes formas: vasijas globulares,


tinajas, que son las mayores y kalathos, cada una con
funciones específicas, como veremos.

5.5.1. VASIJA GLOBULAR

Vasija de cuerpo globular, con cuello estrangulado y borde vuelto redondeado (Cano
et alii, en prensa b,9).

Han aparecido veintiún ejemplares, siendo un número muy destacado, de los que se ha
podido calcular la capacidad de tres.

Probablemente tuvieron, por su morfología, la función de contenedores de una serie de


productos; que aun no se han podido determinar, puesto que los análisis realizados no
han dado ningún resultado en esta forma.

Son recipientes de mediano tamaño, con unas capacidades que


oscilan entre los 1400 cm3 y los 2500 cm3, presentando dos
de ellas un volumen similar (p83 y p84), pese a su forma
distinta, que además equivale exactamente a cinco cótilas
griegas y la tercera (p80), mayor, equivale a un poco más
de 8 (8,25 cótilas).

Para estimar su volumen útil con exactitud habría que saber


a que uso estaban destinadas, es decir, que producto
contenían, pero se ha establecido aproximadamente en la
zona del cuello, por debajo del borde, variando un poco
según las formas particulares.
- Vasija globular p80 (Figura 49):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, con cuatro bandas


horizontales decorativas, dos en la parte superior y dos en
la zona media.

El volumen útil se ha estimado a dos centímetros por debajo


del borde, coincidiendo con el final del cuello y el
arranque del cuerpo globular y con la línea decorativa
superior.

Figura 49. Vasija globular p80

Sus dimensiones son:

Altura: 19 cm

Diámetro del borde: 8 cm

Diámetro máximo : 17,5 cm

Volumen total: 2431,885 cm3

Volumen útil: 2338 cm3


- Vasija globular p83 (Figura 50):

Vasija de cerámica de técnica ibérica sin decoración


pintada.

Presenta un grafito incompleto, formado por un triángulo


abierto en su base, con dos trazos verticales que lo unen
con otro triángulo, aparentemente similar, en situación
invertida, situado en el cuerpo medio de la vasija
(Burillo,2003,16).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por debajo


del borde, coincidiendo con el punto más estrecho del
cuello y es de 1429 cm3, equivalente exactamente a 5
cótilas griegas.

Figura 50. Vasija globular p83

Sus dimensiones son:

Altura: 13,7 cm

Diámetro del borde: 11,2 cm

Diámetro máximo : 14,5 cm

Volumen total: 1485,02 cm3

Volumen útil: 1430 cm3


- Vasija globular p84 (Figura 51):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, con tres bandas


horizontales decorativas, una en la parte superior y dos en
la zona media.

El volumen útil se ha estimado a 1,3 centímetros por debajo


del borde, coincidiendo con el final del cuello y el
arranque del cuerpo globular y con la línea decorativa
superior. La capacidad obtenida equivale a 4,85 cótilas,
mientras que el volumen total hasta el borde, equivale a 5
cótilas exactas.

Figura 51. Vasija globular p84

Sus dimensiones son:

Altura: 15,3 cm

Diámetro del borde: 8,7 cm

Diámetro máximo : 14,6 cm

Volumen total: 1423,54 cm3

Volumen útil: 1374,2 cm3


5.5.2. TINAJAS

Son vasijas de gran tamaño, con una capacidad que oscila


entre los 34 y los 50 litros. Presentan boca ancha, para
poder extraer con facilidad los alimentos almacenados,
probablemente grano.

Las tinajas de Segeda I están siendo estudiadas mediante


análisis estadístico multivariante aplicado a sus bordes,
por el investigador del Centro de estudios Celtibéricos de
Segeda Eusebio Alegre ( Alegre y Calvo en prensa), lo que
permitirá establecer grupos tipológicos entre ellas.

Su volumen útil habría que considerarlo hasta el mismo


borde, que tendría algún tipo de tapadera (la p81 tiene el
borde rebajado para encajarla) para preservar el contenido.
Se ha podido calcular la capacidad de tres de estas
vasijas, con unos resultados equivalentes con gran
exactitud a 120, 160 y 180 cótilas griegas.

Asociado a estas tinajas se encontró el vaso caliciforme


p107, con una capacidad de dos cótilas, que probablemente
se usaba para extraer cantidades medidas de producto.
- Tinaja p5 (Figura 52):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, con cinco bandas


horizontales decorativas, tres en la parte superior y dos
en la zona media.

Presenta un grafito en la zona del fondo, por el interior


en forma de aspa o signo celtibérico "Ta"(Burillo,2003,16).

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde. La


capacidad obtenida es de unos 51 litros, que equivalen a
180 cótilas con gran exactitud. Así mismo, este valor es
muy próximo al medimno griego, que es la gran unidad de
volumen para áridos, con 54,4 litros y 192 cótilas.

Figura 52. Tinaja p5

Sus dimensiones son:

Altura: 40 cm

Diámetro del borde: 36 cm

Diámetro máximo : 50 cm

Volumen total: 51014,48 cm3

Volumen útil: 51014,48 cm3


- Tinaja p50 (Figura 53):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, con seis bandas


horizontales decorativas, tres en la parte superior y tres
en la zona media.

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde. La


capacidad obtenida es de unos 45 litros, que equivalen a
160 cótilas con gran exactitud. Sus dimensiones con muy
similares a la anterior, pero es menos ancha por la zona
inferior, lo que explica su menor capacidad, aunque la
falta de una parte importante en esta zona podría falsear
el resultado y dado que su altura y el diámetro del borde
son iguales que en la pieza anterior, probablemente su
forma y volumen también lo sean, equivaliendo a un medimno.

Figura 53. Tinaja p50

Sus dimensiones son:

Altura: 38,4 cm

Diámetro del borde: 37 cm

Diámetro máximo : 49,6 cm

Volumen total: 45366,96 cm3

Volumen útil: 45366,96 cm3


- Tinaja p79 (Figura 54):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, con una banda


horizontal decorativa en la parte superior

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde. La


capacidad obtenida es de unos 8 litros, que equivalen a 29
cótilas con gran exactitud.

Figura 54. Tinaja p79

Sus dimensiones son:

Altura: 25,5 cm

Diámetro del borde: 24 cm

Diámetro máximo : 27,2 cm

Volumen total: 8024,96cm3

Volumen útil: 8024,96 cm3


- Tinaja p81 (Figura 55):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, con cuatro bandas


horizontales decorativas, dos en la parte superior y dos en
la zona media. Presenta una depresión en el interior del
labio para mejor ajuste de la tapadera.

El volumen útil se ha estimado dos milímetros por debajo


del borde, al nivel de la rebaja para la tapadera. La
capacidad obtenida es de unos 34 litros, que equivalen a
120 cótilas con gran exactitud.

Figura 55. Tinaja p81

Sus dimensiones son:

Altura: 36 cm

Diámetro del borde: 28,8 cm

Diámetro máximo : 41,2 cm

Volumen total: 34133,73 cm3

Volumen útil: 34133,73 cm3


5.5.3. KALATHOS

Vaso de forma cilíndrica y paredes rectas, con borde


horizontal saliente y sección triangular y base cóncava
umbilicada (Cano et alii, en prensa b,9).

Estos recipientes se utilizaban para almacenar miel


mezclada con frutos carnosos, por lo que el volumen útil se
considera hasta el mismo borde, que estaría cubierto por
tela o cuero atado debajo del labio saliente.

Han aparecido 15 ejemplares, que han sido objeto de un


artículo monográfico por investigadores del Centro de
Estudios Celtibéricos de Segeda (Cano et alii, 2001-2002).

Se ha podido calcular la capacidad de 5 de ellos,


obteniendo interesantes resultados, por lo que les
dedicaremos un apartado específico al final de este
capítulo, limitándonos aquí a presentar su ficha ordinaria.
- Kalathos p114 (Figura 56):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, de forma cilíndrica


y paredes gruesas, con borde horizontal saliente y sección
triangular. Presenta decoración pintada con motivos
geométricos dispuestos en dos frisos separados por tres
bandas horizontales paralelas (Cano et alii,2001-2001,193).

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde. La


capacidad obtenida es de 11,75 litros, que equivalen a 40
cótilas con gran exactitud.

Figura 56. Kalathos p114

Sus dimensiones son:

Altura: 26,84 cm

Diámetro de la boca : 25 cm

Diámetro máximo (borde) : 31,4 cm

Volumen total: 11756,18 cm3

Volumen útil: 11756,18 cm3


- Kalathos p127 (Figura 57):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, de forma cilíndrica


y paredes gruesas, con borde horizontal saliente y sección
triangular. Presenta decoración pintada con motivos
geométricos dispuestos en dos frisos separados por tres
bandas horizontales paralelas (Cano et alii,2001-2001,193).

Es muy similar al anterior, tanto en decoración como en


dimensiones, ya que pertenece a una misma producción
estandarizada (ver el apartado "Los kalathos de Segeda I").
Esto ha permitido reconstruir su perfil a pesar de que
faltan partes importantes del mismo.

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde. La


capacidad obtenida es de 11,48 litros, que equivalen a 40
cótilas con gran exactitud.

Figura 57. Kalathos p127

Sus dimensiones son:

Altura conservada: 21,5 cm

Diámetro de la boca : 24 cm

Diámetro máximo (borde) : 30,8 cm

Volumen total: 11483 cm3

Volumen útil: 11483 cm3


- Kalathos p121 (Figura 58):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, de forma ligeramente


troncocónica, con borde horizontal saliente inclinado hacia
el interior y sin decoración. Base cóncava umbilicada (Cano
et alii,2001-2001,193).

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde. La


capacidad obtenida es de 7,2 litros, que equivalen a 25
cótilas con gran exactitud.

Figura 58. Kalathos p121

Sus dimensiones son:

Altura: 22,7 cm

Diámetro de la boca : 24 cm

Diámetro máximo (borde) : 27,2 cm

Volumen total: 7219,47 cm3

Volumen útil: 7219,47 cm3


- Kalathos p123 (Figura 59):

Vasija de cerámica de técnica ibérica, de forma


troncocónica, con paredes finas y borde horizontal saliente
ligeramente caído (Cano et alii,2001-2001,193).

Presenta un grafito en forma de rectángulo o signo


celtibérico "Bu" en la zona superior (Burillo,2003,10).

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde, aunque


el resultado es aproximado por faltar un trozo del cuerpo.
La capacidad obtenida es de 2,8 litros, que equivalen a 10
cótilas.

Figura 59. Kalathos p123

Sus dimensiones son:

Altura: 15,8 cm

Diámetro de la boca : 18 cm

Diámetro máximo (borde) : 21 cm

Volumen total: 2888 cm3

Volumen útil: 2888 cm3


- Kalathos p124 (Figura 60):
Vasija de cerámica de técnica ibérica, de forma
troncocónica, con paredes finas y borde horizontal saliente
ligeramente caído (Cano et alii,2001-2001,193).

Presenta un grafito doble, en forma de dos signos


cruciformes en puntos opuestos de la parte superior del
recipiente (Burillo,2003,13).

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde. La


capacidad obtenida es de 1,7 litros, que equivalen a 6,2
cótilas.

Figura 60. Kalathos p124

Sus dimensiones son:

Altura: 15,5 cm

Diámetro de la boca : 13,2 cm

Diámetro máximo (borde) : 18 cm

Volumen total: 2888 cm3

Volumen útil: 2888 cm3


5.6. VAJILLA DE COCINA

Como su propio nombre indica, es aquella que se utiliza


para cocinar los alimentos y debe exponerse al fuego, por
lo que suelen presentar un desgrasante grueso que evita que
se resquebrajen por el calor.

Son vasijas elaboradas en su mayoría a mano, dentro del


propio espacio doméstico y muy probablemente formando parte
de las tareas propias de la mujer (Burillo,2003,25), aunque
algunas están hechas en cerámica común a torno.

En cuanto a sus formas, destacan por las pervivencias de


antiguos modelos indígenas, remontándose su origen hasta
los siglos VII y VI a. C. (Burillo et alii,en prensa, 9-
11).

Podemos distinguir dos tipos principales:

Las ollas globulares con el borde inclinado o ligeramente


vuelto, con perfil en S; forma que podemos encontrar desde
los campos de urnas finales del valle del Ebro y que
únicamente presentan la innovación, en alguno de los
ejemplares, de una depresión en el interior del labio para
mejor ajuste de la tapadera (Burillo et alii,en prensa, 9-
11). En ellas el volumen útil se ha estimado en el punto
más estrecho, donde termina el borde y empieza el cuerpo
globular, aproximadamente un centímetro por debajo del
borde superior.

Y en segundo lugar, ollas abiertas con paredes de tendencia


vertical, cordón próximo a la boca y mamelones para su
agarre (ollas rectas), con antecedentes desde el siglo VI
a. C. en el Sistema Ibérico Central (Burillo et alii,en
prensa, 10). En estas formas se hace difícil determinar el
volumen útil, por lo que nos limitaremos a calcular la
capacidad total.
5.6.1. OLLAS GLOBULARES

- Olla p6 (Figura 61):

Vasija de cerámica a mano, de forma globular con borde


vuelto y perfil en S.

El volumen útil se ha estimado en el punto más estrecho,


donde termina el borde y empieza el cuerpo globular, a casi
un centímetro y medio por debajo del borde superior.

Figura 61. Olla p6

Sus dimensiones son:

Altura: 20,1 cm

Diámetro del borde: 20,2 cm

Diámetro máximo : 22,7 cm

Volumen total: 5183,54 cm3

Volumen útil: 4805 cm3


- Olla p8 (Figura 62):

Vasija de cerámica común a torno, de forma globular con


borde vuelto y perfil en S.

Presenta un grafito en forma de rectángulo con las


diagonales marcadas, sobre el límite entre el cuerpo
superior y el borde (Burillo,2003,7).

El volumen útil se ha estimado en el punto más estrecho,


donde termina el borde y empieza el cuerpo globular, a un
centímetro por debajo del borde superior.

Figura 62. Olla p8

Sus dimensiones son:

Altura: 14,5 cm

Diámetro del borde: 20,2 cm

Diámetro máximo : 16,4 cm

Volumen total: 2970,95 cm3

Volumen útil: 2787 cm3


- Olla p9 (Figura 63):

Vasija de cerámica a mano, de forma globular con borde


vuelto y perfil en S.

El volumen útil se ha estimado en el punto más estrecho,


donde termina el borde y empieza el cuerpo globular, a un
centímetro por debajo del borde superior.

Figura 63. Olla p9

Sus dimensiones son:

Altura: 11 cm

Diámetro del borde: 12 cm

Diámetro máximo : 14,2 cm

Volumen total: 1125,68 cm3

Volumen útil: 1037 cm3


- Olla p13 (Figura 64):

Vasija de cerámica a mano, de forma globular con borde


vuelto y perfil en S.

Presenta un grafito en forma de cruz latina tumbada en el


interior de la parte superior.

El volumen útil se ha estimado en el punto más estrecho,


donde termina el borde y empieza el cuerpo globular, un
centímetro por debajo del borde superior.

Figura 64. Olla p13

Sus dimensiones son:

Altura: 9,2 cm

Diámetro del borde: 11,5 cm

Diámetro máximo : 13,5 cm

Volumen total: 836,77 cm3

Volumen útil: 796 cm3


- Olla p133 (Figura 65):

Vasija de cerámica común a torno, de forma globular con


borde corto inclinado. Presenta una depresión en el
interior del labio para mejor acomodo de la tapadera.

Tiene un grafito con dos formas rectangulares con doble


trazo en el lado superior, unidas por una línea vertical,
situado en el centro de la base de la vasija
(Burillo,2003,16).

El volumen útil se ha estimado en el punto donde termina el


borde y empieza el cuerpo globular, a 1,3 centímetros por
debajo del borde superior.

Figura 65. Olla p133

Sus dimensiones son:

Altura: 9,1 cm

Diámetro del borde: 9,6 cm

Diámetro máximo : 12,5 cm

Volumen total: 578,54 cm3

Volumen útil: 511 cm3


- Olla p135 (Figura 66):

Vasija de cerámica común a torno, de forma globular con


borde corto inclinado. Presenta una depresión en el
interior del labio para mejor acomodo de la tapadera.

El volumen útil se ha estimado en el punto donde termina el


borde y empieza el cuerpo globular, a 1,3 centímetros por
debajo del borde superior.

Figura 66. Olla p135

Sus dimensiones son:

Altura: 10 cm

Diámetro del borde: 12 cm

Diámetro máximo : 14,4 cm

Volumen total: 957,37 cm3

Volumen útil: 820 cm3


- Olla p143 (Figura 67):

Vasija de cerámica a mano, de forma globular con borde


vuelto y perfil en S.

Presenta un grafito en forma de cruz latina tumbada en el


interior de la parte superior.

El volumen útil se ha estimado en el punto más estrecho,


donde termina el borde y empieza el cuerpo globular, casi
un centímetro y medio por debajo del borde superior.

Figura 67. Olla p143

Sus dimensiones son:

Altura: 17,13 cm

Diámetro del borde: 17,13 cm

Diámetro máximo : 22,13 cm

Volumen total: 4026,26 cm3

Volumen útil: 3763 cm3


5.6.2. OLLAS RECTAS

- Olla p11 (Figura 68):

Vasija de cerámica a mano, abierta con paredes de


tendencia vertical y cordón plástico próximo a la boca.

Presenta un grafito formado por dos triángulos opuestos por


el vértice o signo celtibérico "Ko" en situación inclinada,
en la parte superior de la vasija, junto al borde
(Burillo,2003,13).

Se hace difícil determinar cuál sería el volumen útil, por


lo que sólo se ha calculado la capacidad total.

Figura 68. Olla p11

Sus dimensiones son:

Altura: 21 cm

Diámetro del borde: 22,3 cm

Diámetro máximo : 24 cm

Volumen total: 6503,68 cm3

Volumen útil: 6503,68 cm3


- Olla p23 (Figura 69):

Vasija de cerámica a mano, abierta con paredes de


tendencia vertical y cordón plástico próximo a la boca.

Se hace difícil determinar cuál sería el volumen útil, por


lo que sólo se ha calculado la capacidad total.

Figura 69. Olla p23

Sus dimensiones son:

Altura: 14,5 cm

Diámetro del borde: 13,6 cm

Diámetro máximo : 16,2 cm

Volumen total: 2027,6 cm3

Volumen útil: 2027,6 cm3


- Olla p139 (Figura 70):

Vasija de cerámica a mano, abierta con paredes de


tendencia vertical y cordón plástico próximo a la boca.

Presenta un grafito formado por dos triángulos opuestos por


el vértice o signo celtibérico "Ko" en situación inclinada,
en la parte superior de la vasija, junto al borde
(Burillo,2003,13).

Se hace difícil determinar cuál sería el volumen útil, por


lo que sólo se ha calculado la capacidad total.

Figura 70. Olla p139

Sus dimensiones son:

Altura: 16 cm

Diámetro del borde: 16,6 cm

Diámetro máximo : 18,8 cm

Volumen total: 2870,58 cm3

Volumen útil: 2870,8 cm3


- Olla p149 (Figura 71):

Vasija de cerámica a mano, abierta, con paredes de


tendencia vertical.

Se hace difícil determinar cuál sería el volumen útil, por


lo que sólo se ha calculado la capacidad total.

Figura 71. Olla p149

Sus dimensiones son:

Altura: 19,6 cm

Diámetro del borde: 21,33 cm

Diámetro máximo : 23 cm

Volumen total: 5021,52 cm3

Volumen útil: 5021,52 cm3


5.7. VAJILLA DE IMPORTACIÓN

Por último, hemos querido dedicar un apartado a la cerámica


de importación. Estos productos fueron adquiridos para
beber el vino al nuevo estilo impuesto por la llegada de
romanos a este territorio. Han aparecido pocos ejemplos en
el área 3: un borde de un ánfora greco-itálica y varias
copas y cuencos de cerámica de barniz negro, en concreto
de las formas Lamb. 28, 31 b y 33 b (Burillo et alii, en
prensa, 6); pero se encuentran tan fragmentadas que no ha
sido posible calcular su capacidad.

Sin embargo, introducimos aquí dos piezas que aparecieron


prácticamente completas en el área 4 de Segeda I, fuera del
conjunto cerrado en estudio, pero muy significativas. Se
trata de dos copas de barniz negro de la forma Morel 68, a
la cual imitan algunas de las copas indígenas de cerámica
de técnica ibérica.

Esta forma foránea se está convirtiendo en un verdadero


fósil director de esta etapa histórica (mediados del s. II
a. C.), pues ha aparecido en el área 1 y 4 de Segeda I y en
el poblado coetáneo de los Castellares de Herrera de los
Navarros (Burillo et alii, en prensa,8).
- Copa Morel 68 001 (Figura 72):

Vasija de cerámica campaniense de barniz negro, con dos


asas, usada para beber vino.

Presenta dos bandas decorativas horizontales en el interior


por la parte superior y otras dos en el fondo.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por debajo


del borde, coincidiendo con la banda inferior de las
situadas en la parte superior.

Figura 72. Copa Morel 68 001

Sus dimensiones son:

Altura: 8,7 cm

Diámetro del borde: 10,4 cm

Diámetro máximo : 10,4 cm

Volumen total: 282,71 cm3

Volumen útil: 213 cm3


- Copa Morel 68 002 (Figura 73):

Vasija de cerámica campaniense de barniz negro, a la que le


faltan las dos asas, usada para beber vino.

Es muy similar a la anterior, aunque la decoración consiste


en una única banda horizontal en el interior por la parte
superior.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por debajo


del borde, coincidiendo con la banda decorativa.

Figura 73. Copa Morel 68 002

Sus dimensiones son:

Altura: 8,5 cm

Diámetro del borde: 10 cm

Diámetro máximo : 10 cm

Volumen total: 254,1 cm3

Volumen útil: 206 cm3


5.8. LOS KALATHOS DE SEGEDA I

Hemos querido dedicar un capítulo aparte a los kalathos de


Segeda, debido, en primer lugar, a las características
especiales de este tipo de piezas y, en segundo lugar, a la
importancia de los resultados obtenidos con ellos.

5.8.1. LOS KALATHOS

Entre el variado repertorio de recipientes elaborados por


los ceramistas ibéricos, uno de los más característicos es
el que se denomina comúnmente Kalathos, por su parecido
con formas griegas similares con ese nombre, o sombrero de
copa, por su aspecto. Su aparición se efectúa en una fase
ya tardía del iberismo, que no puede remontarse más allá de
mediados del siglo III a.C., y su uso se generaliza hacia
finales de ese mismo siglo.

Se trata de una forma de origen genuinamente indígena, que


se fabricó a lo largo de más de doscientos años con gran
diversidad de perfiles y decoraciones.

Sin embargo, es durante el siglo II a.C. cuando se difunde


por todo el ámbito ibérico. Resulta especialmente
abundante en el noreste, donde los sombreros de copa,
decorados con combinaciones características de motivos
geométricos, constituyen un verdadero fósil director de los
niveles arqueológicos de este momento. Tanto en el horno de
Fontscaldes (Tarragona) como en los de la zona ampuritana
(Gerona),se detecta una estandarización de la producción a
mediados del siglo II a. C. , en formas, decoraciones y
tamaños, que según M. J. Conde obedecen al control directo
que Roma realiza sobre ella (Conde 1992, 136), pero también
podría ser un proceso autóctono (como veremos mas adelante,
dos de las piezas halladas en Segeda proceden de esta zona
y nos permitirán obtener interesantes conclusiones).

Así pues, una de las piezas más típicas de la cerámica


ibérica tiene su máximo desarrollo en pleno proceso de
romanización. A lo largo del siglo II y durante la primera
mitad dei I a.C., el sombrero de copa se halla presente en
gran número de yacimientos de occidente, en Baleares,
Italia, Córcega, Cerdeña, Sicilia, el norte de África, e
incluso en la costa oriental adriática (Conde 1991). En la
Península Ibérica llegó también hasta zonas muy distantes
de su lugar de origen, como lo demuestran los recientes
hallazgos de Galicia y Asturías y, por supuesto, a la
Celtiberia, donde se copiaron las modelos ibéricos. La
distribución se efectuó principalmente por vía marítima y
la máxima expansión corresponde a los distintos modelos
fabricados en el noreste de Cataluña.

La difusión del sombrero de copa va ligada a su


funcionalidad. La misma estructura del vaso y su presencia
constante en los poblados nos indican que el pueblo ibérico
lo usó como recipiente de algún producto abundante en la
Península, como la miel. En consecuencia, se ha pensado que
pudo exportarse comercialmente como envase de dicho
producto. Esta circunstancia, no demostrada, cuenta
actualmente con un argumento a su favor gracias a la
creciente aplicación de análisis de laboratorio a la
investigación arqueológica, ya que pruebas realizadas han
permitido identificar en su interior restos de miel y
frutos carnosos, lo que sugiere algún tipo de compota o
similar(Conde 1998).

El sombrero de copa se utilizó también con carácter ritual


y religioso, lo que se deduce a partir de los temas
decorativos de contenido simbólico y las inscripciones que
exhiben algunos ejemplares, así como de su presencia en las
necrópolis, ya que es frecuente hallarlo en las tumbas en
calidad de urna funeraria.

5.8.2. CAPACIDAD DE LOS KALATHOS DE SEGEDA I

Hemos visto como de los principales problemas a la hora de


calcular la capacidad de una vasija, es la determinación de
lo que hemos llamado el volumen útil. En el caso de los
kalathos esta cuestión se simplifica, puesto que por su
forma regular y el uso que se les presupone (almacenaje de
sustancias sólidas o semisólidas), podemos imaginar que se
rellenaban hasta su mismo borde, tapándolo después con
algún cuero o tela que se mantendría tenso al atarlo por
debajo del reborde saliente, al modo de algunos botes de
mermelada o de miel actuales. Este hecho va a traer como
consecuencia que la exactitud de los cálculos va a ser
mayor y nos permitirá obtener interesantes resultados.

Se ha podido determinar el volumen de cinco de ellos, ya


que el resto, hasta un total de 15, no presentaban un
perfil completo.

Estos cinco kalathos han proporcionado los siguientes


resultados:

- P114 y P127 : Son kalathos de importación, de


procedencia catalana, probablemente ampuritana. Son los más
grandes, el P114 tiene un volumen de 11´756 litros y el
P127 de 11´500 l., si bien éste último es aproximado,
puesto que los fragmentos conservados no dan el perfil
completo, aunque se puede reconstruir con bastante
exactitud.

Figura 74. Kalathos p114

Figura 75. Kalathos p127


- P127: De procedencia desconocida, pero
probablemente de importación. Es una vasija de
tamaño intermedio con un volumen de 7´220 l.

Figura 76. Kalathos p127

- P121 Y 123 : Son dos kalathos pequeños de


producción local. Sus capacidades son 2´880 l. el
P121 y 1´762 l. el P123.

Figura 77. kalathos p121


Figura 78. kalathos p123

Al estudiar las relaciones existentes entre las distintas


cantidades se han encontrado las siguientes proporciones:

Los kalathos grandes p114 y p127 contienen exactamente


cuatro pequeños del P123, como vemos en el siguiente
cuadro:

Pieza Volumen Proporción

P114 11´756 l. 1

P127 11´500 l. 1

P123 2´880 l. 1/4

Por otro lado, el mediano P121 contiene exactamente cuatro


pequeños del P124:

Pieza Volumen Proporción

P121 7´220 l. 1

P124 1´762 l. 1/4

Es decir, tenemos unas piezas mayores de importación, de


diferentes procedencias y unas más pequeñas de producción
local que son fracciones regulares de las anteriores con
relación 1 a 4.

Al observar estas proporciones nos planteamos la


posibilidad de la existencia de una hipotética unidad
métrica normalizada de capacidad. A pesar del diferente
lugar de procedencia de las piezas, se ha encontrado un
máximo común divisor de los volúmenes, obteniendo un
resultado de 0´288 litros. Sobre esta unidad las
capacidades obtenidas serían:

- P114 y P127: 40 unidades.


- P121: 25 unidades.
- P123: 10 unidades.
- P124: 6´12 unidades.

Esta cifra (0´288 l.) se aproxima mucho, con un error del 1


´7 % a la unidad de volumen griega llamada cótila, que es
equivalente a la hémina romana y tiene un valor de 0´283
l. (Pellicer i Bru,1997).

El siguiente gráfico nos presenta estos datos de forma


global:

Figura 79. Capacidades de los Kalathos de Segeda I


En otro estudio realizado por Fernández Mateu (2003) sobre
115 kalathos de la Comunidad Valenciana, también llega a la
conclusión de que en ese ámbito se usaba como unidad de
capacidad la Cótila griega, aunque maneja un valor para la
Cótila de 0´273 litros y su método de cálculo se basa en la
utilización de las fórmulas de volumen del cilindro y el
cono, por lo que sus resultados son aproximados.

5.8.3. CONCLUSIONES

Como hemos visto, tenemos dos Kalathos de importación,


procedentes de la zona ampuritana donde en estos momentos
(153 a. C.), se ha producido una estandarización de la
producción. No es de extrañar, por lo tanto, que presenten
la misma capacidad y que ésta sea expresable exactamente en
una unidad como la cótila-hémina, tan extendida por todo el
ámbito mediterráneo de la mano de griegos y romanos.

Una primera conclusión sería pues, que en el área catalana


se están utilizando unidades de volumen griegas para la
producción de estos bienes que después se exportan.

Por otro lado hemos visto que uno de los Kalathos de


producción local tiene exactamente la cuarta parte de
capacidad que los ampuritanos (10 cótilas). Además, para
otro Kalathos de importación grande (25 cótilas), también
aparece uno de producción local que es la cuarta parte de
él (6.12 Cótilas). Estas concordancias parecen sugerir que
en estas fechas tan tempranas, los celtíberos de Segeda ya
utilizaban habitualmente unidades de volumen greco-romanas
debido a la influencia de los intercambios comerciales,
aunque es posible que sólo las aplicaran a productos como
la miel.

La respuesta a estas preguntas tendrá que esperar a


posteriores estudios en el desarrollo de la investigación
en marcha, que será objeto de nuestra tesis doctoral.
5.9. CONCLUSIONES GENERALES DE SEGEDA I

Vamos a resumir las principales conclusiones que podemos


extraer del estudio conjunto de todas las vasijas de Segeda
I, tanto en el caso de las unidades de longitud, como de
las de volumen.

5.9.1. UNIDADES DE LONGITUD

Al analizar en conjunto las medidas de todas las vasijas estudiadas, resulta difícil extraer
conclusiones, puesto que la gran variabilidad que existe en los valores, cubre
prácticamente un espectro continuo.

Sin embargo, si seleccionamos aquellos tipos que han dado valores más representativos
en el estudio de las capacidades, y por lo tanto, tienen mayor trascendencia métrica,
cambia la situación.

Fijándonos en las jarras y oinokoes, los kalathos y las tinajas, vemos que se repiten
valores en trono a 18 y 24 cm, saltando después a unos 30, 36 y 50 cm en las tinajas
mayores (en negrita en la Figura 80).

NÚMERO TIPO ALTURA D BORDE D MAX


45 JARRA 18,4 12,3 18
120 OINOKOE 19 10 19
111 OINOKOE 18 18 18,3
124 KALATHOS 15,5 13,2 18
123 KALATHOS 15,8 18 21
127 KALATHOS 21,5 24 30,8
121 KALATHOS 24 27,2 27,2
114 KALATHOS 26,84 25 31,4
79 TINAJA 25,5 25,5 33
81 TINAJA 36 28,8 41,2
50 TINAJA 38,4 37 49,6
5 TINAJA 40 36 50

Figura 80. Dimensiones de las vasijas de Segeda I

Estas medidas nos recuerdan al pie celtibérico propuesto por Curchin en torno a los 24
cm a partir del estudio de los adobes, como hemos visto en el capítulo anterior
(Curchin,2002,248, Figura 81).

YACIMIENTO DIMENSIONES (CM) PROPORCIÓN


Provincia Madrid 50 25 4,7 2 : 1 : 1/4
Ayllón SG 50 20 10 2 : 1 : 1/2
Calatañazor SO 50 25 11 2 : 1 : 1/2
Garray SO 48 26 11 2 : 1 : 1/2
Garray SO 37 18 12 1 1/2 :3/4 : 1/2
Ocenilla SO 30+ 21-26 9-11 1 1/4 : 1 : 1/2
Izana SO 30 27 10 1 1/4 : 1 : 1/2
Alto Chacón TE 30 27 7 1 1/4 : 1 : 1/4
Daroca Z 30 15 10 1 1/4 :2/3 : 1/2

Figura 81. Dimensiones de los adobes prerromanos de la Meseta según Curchin.

A la luz de estos resultados proponemos la existencia de un sistema de


medida de longitudes autóctono, aunque siguiendo patrones
antropométricos comunes a las familias mediterráneas, con
un pie de unos 24 cm o algo mayor y un palmo 3/4 partes del
anterior (unos 18 cm). Las medidas en torno a 30 cm
corresponderían un pie y una palma (el palmipes romano o
brazo griego), las de 36 cm a dos palmos o un codo (el
cubitus romano) y las de unos 50 cm a dos pies (Figura 82).

Longitud cm Nombre Equivalencias


36 Codo 1
30 Brazo 2,4 1
24 Pie 3 1,25 1
18 Palmo 4 1 2/3 4/3 1
6 Palma 12 5 4 3 1
1,5 Dedo 48 20 16 12 4 1
Figura 82. Unidades de longitud celtibéricas (propuesta).

Así, los adobes medirían dos pies de largo los mayores (50
cm), y un brazo o palmipes los más cortos (30 cm). La
anchura sería de un pie (24 cm), excepto algún caso que
sería un palmo (18 cm). Y, el grosor sería medio pie o dos
palmas (12 cm), y en los más delgados, 1/4 de pie o una
palma (6 cm).

En apoyo de esta hipótesis podemos aportar el estudio de un conjunto de tinajas del


yacimiento de Valmesón, en Daroca, próximo a Segeda I, con una cronología también
en torno al s. II a. C. (Burillo,1980,109). Sólo se conservan los bordes, pero es
suficiente para apreciar que los diámetros de sus bocas se escalonan en tres módulos de
unos 18, 24 ,30 y 36 cm, correspondientes a un palmo, un pie, un brazo (palmipes) y
dos palmos o un codo, respectivamente (Figura 83).

Figura 83. Tinajas de Valmesón (Daroca). (Burillo,1980,109)


Estos valores coinciden con las tinajas de Segeda I, que como hemos visto (Figura 80),
tienen diámetros de 25,5 cm (pie), 28,8 cm (brazo o palmipes), y 36-37 cm (codo).

Otro argumento a favor lo proporciona la información aportada por el yacimiento


celtibérico de los Castellares de Herrera de los Navarros, contemporáneo de Segeda I y
del mismo ámbito cultural, que presenta adobes que se adaptan bastante bien a los
resultados de Curchin, como ya hemos visto en el capítulo anterior (Burillo,1983,114,
figura 84).

HABITACIÓN DIMENSIONES (CM) PROPORCIÓN


II-III 46 17/20/26 11,5/14,5 2 : 1 : 1/2
V 44-45 20,5/23 11,5/12,6/14 2 : 1 : 1/2

Figura 84. Dimensiones de los adobes de Herrera de los Navarros (Burillo,1983,114)

Tendrían dos pies de largo (unos 48 cm), un pie de ancho (unos 24 cm), aunque los más
estrechos de 17 y 20,5 cm podrían corresponder a un palmo, y medio pie de grosor
(unos 12 cm).

Pero además, presenta un módulo constructivo en sus casas, a la hora de distribuir las
habitaciones, de 210 cm (Burillo,1983,125). Este módulo podría corresponder a 9 pies
de 24 cm (9*24= 216) y 12 palmos de 18 cm (12*18= 216), añadiendo verosimilitud a
los postulados anteriores (Figura 85).

Figura 85. Casa 1 de Herrera de los Navarros (Burillo,1983,124).


Todos estos indicios parecen corroborar la existencia del sistema de longitudes
propuesto, pero será necesario verificar o refutar esta hipótesis mediante la medida
sistemática de adobes, sillares y demás elementos constructivos de distintos yacimientos
celtibéricos, así como de las dimensiones de las vasijas, labor que se llevará a cabo
durante la realización de la tesis doctoral.
5.9.2. UNIDADES DE VOLUMEN

La investigación realizada a partir de las piezas del área 3 de Segeda I, parece confirmar
que en esta zona celtibérica, a mediados del s. II a. C., se están usando unidades de
volumen de origen greco-romano, por lo menos al manejar ciertos productos y tipos de
recipientes de almacenaje.

Así encontramos kalathos de importación con una capacidad estandarizada en cótilas


griegas y además, piezas de producción local, que son fracciones exactas de los
anteriores. Parece ser que en el manejo de un producto como la miel, sujeto a
importantes intercambios comerciales, se ha producido una extensión de estas unidades
mediterráneas, desde la zona catalana y levantina.

Pero al analizar otro tipo de recipiente de almacenaje, como son las grandes tinajas,
encontramos que la mayor de ellas (p5), presenta un volumen de 51 litros ó 180 cótilas,
muy próximo a la gran medida griega para los áridos, el medimno de 54,4 litros (196
cótilas). La siguiente en tamaño (p50), tiene un volumen estimado de 45,3 litros ó 120
cótilas, pero le falta el cuerpo central, por lo que la reconstrucción del dibujo no es muy
fiable. Sin embargo, presenta la misma altura y el mismo diámetro en la boca que la
anterior, por lo que probablemente, su forma y volumen también lo sean, lo que nos
inclina a adjudicarle la misma capacidad de un medimno. Finalmente, otra tinaja
intermedia (p81), tiene un volumen de 120 cótilas y un vaso caliciforme (p107),
encontrado en conexión con estas tinajas y que podría utilizarse para extraer cantidades
fijas de ellas, tiene una capacidad exacta de dos cótilas.

Estos hechos parecen indicar la utilización de estas unidades griegas para el almacenaje
de productos, pero otros indicios, como veremos en el capítulo dedicado al vino,
apuntan a la existencia de unidades autóctonas anteriores, que se utilizaban todavía en
las raciones de consumo.
6. LAS CERÁMICAS Y EL VINO

En este capítulo vamos a estudiar varios conjuntos de


vasijas relacionadas con el consumo de vino y los rituales
que lo acompañan.

El interés por el tema viene dado por el hecho de que en


Segeda I ha aparecido en el transcurso de las excavaciones, un lagar para la elaboración
de vino, que es único en la zona norte peninsular. A raíz de este descubrimiento, se está
desarrollando una nueva línea de investigación por parte del Doctor Burillo sobre los
modelos culturales y rituales desarrollados en relación en la cultura del vino en las
sociedades indígenas prerromanas. Es el Proyecto Segeda Vitivinícola, dentro del cual,
a modo de avance, se presentan los resultados obtenidos al aplicar el estudio de
capacidades a diversos conjuntos de recipientes cerámicos relacionados con el vino,
procedentes de diversos ámbitos culturales ibéricos, con la intención de aportar
información sobre los patrones de consumo de esta bebida.

6.1 EL RITUAL DEL VINO

El vino ha sido desde la antigüedad una bebida con connotaciones rituales y


divinas, por sus efectos de alteración de la conciencia, al igual que otras bebidas
alcohólicas o sustancias alucinógenas. La mayoría de los pueblos del ámbito
Mediterráneo han desarrollado ritos de ofrenda a las divinidades (incluído el
cristianismo), pero también dentro del consumo privado se producen patrones de
consumo cargados de significado ritual.

Así, entre los griegos, el vino lo beben los hombres reunidos en simposium,
donde el anfitrión lo mezcla con agua en grandes vasijas llamadas cráteras, para que no
sea tan fuerte y después lo sirve un muchacho a los invitados con una jarrita.

Este patrón de consumo es compartido, con diversas variantes, por otras culturas,
como etruscos, romanos, etc. y parece ser que llega hasta los pueblos indígenas de la
Península Ibérica con los intercambios comerciales y culturales, que les traen el vino y
otros alimentos, como el aceite, pero también los recipientes relacionados con su
consumo. Estos pueblos adaptarán los rituales a su propia cultura, imitando en unos
casos las vasijas y comportamientos y en otros, desarrollando sus propias formas y
rituales.

Estos procesos están poco estudiados hasta el momento, por lo que vamos a
intentar aportar alguna información, a partir del estudio de las vasijas utilizadas por los
pueblos prerromanos en el consumo del vino. Para ello hemos seleccionado, como
avance de la investigación, varios conjuntos significativos de la zona celtibérica e
ibérica, además de uno griego hallado en España, para establecer comparaciones entre
todos ellos.
6.2. CONJUNTO DE CERÁMICA GRIEGA DE ORLEYL

Está formado por una crátera ática de figuras rojas, una patera y un kilix de barniz
negro y procede de la sepultura II de la necrópolis de Punta de Orleyl ( Vall d´Uxó,
Valencia), con una cronología de mitad del s. IV a. C (Blánquez y Rouillard, 1998,121 y
263).

La crátera ha sido reutilizada como urna funeraria, en una función ajena a su uso
original para mezclar el vino. La patera servía de tapa y el ajuar se completaba con un
kilix o copa ática, un juego de ponderales (estudiado en el capítulo dedicado a los pesos
como perteneciente un sistema hipano-cartaginés), el platillo de una balanza y tres
plomos inscritos (Figura 86). Estos materiales permiten adscribir la tumba a un
comerciante, enterrado con los símbolos de su oficio (los plomos con escritura se
utilizaban como registro o "contrato" de las transacciones realizadas).

Figura 86. Conjunto funerario de Orleyl.

En Grecia, la crátera se usaba para mezclar el vino con agua, y así rebajarlo, el
kilix era la copa para beberlo, y la patera era un plato consumir para alimentos. Veamos
ahora cada pieza por separado.
- Crátera ática VO1 (Figura 87):

Crátera ática de figuras rojas con decoración de un


grifo y tres jóvenes. Se utilizaba para mezclar el vino con
agua.

El volumen útil se ha estimado casi dos centímetros por


debajo del borde, coincidiendo con la línea que enmarca por
encima el friso de imágenes y equivale a 22,6 cótilas.

Figura 87. Crátera ática V01

Sus dimensiones son:

Altura: 33,5 cm

Diámetro del borde: 35,5 cm

Diámetro máximo : 35,5 cm

Volumen total: 8617,17 cm3

Volumen útil: 6400 cm3


- Patera ática VO1 (Figura 88):

Patera de barniz negro, con motivos vegetales en el


interior. Se usaría para comer, como un cuenco.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde, comparando con recipientes actuales
similares. Equivale a 4,16 cótilas.

Figura 88. Patera ática V02

Sus dimensiones son:

Altura: 7,2 cm

Diámetro del borde: 24 cm

Diámetro máximo : 25,5 cm

Volumen total: 1640,77 cm3

Volumen útil: 1180 cm3


- Patera ática VO1 (Figura 89):

Copa de barniz negro, con pie marcado y dos asas.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde, comparando con recipientes actuales
similares y coincidiendo con la carena. Equivale a 1
cótila.

Figura 89. Kilix ático V03

Sus dimensiones son:

Altura: 5 cm

Diámetro del borde: 16 cm

Diámetro máximo : 15,5 cm

Volumen total: 460,64cm3

Volumen útil: 290 cm3

6.2.1. CONCLUSIONES

Nos encontramos ante un conjunto completo, en


el que se mezclaba el vino en la crátera y se
bebía en el kilix. La capacidad del kilix es de
una cótila, que es la ración individual de vino en
el mundo griego. La crátera tiene 22,6 cótilas, es
decir casi 24 raciones. La patera asociada tiene
unas cuatro cótilas, pero no se usaba para beber.
6.3. CONJUNTOS DE LA CUSTODIA DE VIANA

Los conjuntos que vamos a estudiar a continuación


proceden del yacimiento de la Custodia de Viana (Código
VC), que corresponde a la ciudad indígena de Uaracos,
situada en las proximidades de Logroño, pero en la margen
izquierda del Ebro.

Su cronología es de principios del s. I a. C. y


pertenece a la etnia de los Berones, asimilable a los
celtíberos o muy próxima e ellos (Burillo,1998,182).

El primer conjunto está formado por una crátera para


mezclar el vino, un cuenco para beberlo y un cazo para
servirlo, formando un juego completo.

Es segundo consta de una crátera, muy similar a la


anterior, tanto en forma, como en dimensiones y capacidad;
y de un cazo.

Veamos las relaciones entre ellos y las conclusiones


que podemos obtener de su estudio detallado.
- Crátera VC1 (Figura 90):

Crátera de cerámica de técnica ibérica. Decoración con


motivos celtibéricos. Se utilizaba para mezclar el vino con
agua.

El volumen útil se ha estimado casi dos centímetros por


debajo del borde (1,8 cm), coincidiendo con la moldura del
borde.

Figura 90. Crátera VC1

Sus dimensiones son:

Altura: 23,88 cm

Diámetro del borde: 24,6 cm

Diámetro máximo : 24,6 cm

Volumen total: 4185 cm3

Volumen útil: 3466 cm3


- Cuenco VC2 (Figura 91):

Cuenco pequeño sin decoración. Sería la ración


individual de vino.

Apareció asociado a la crátera anterior (VC1) y al cazo


VC3.

El volumen útil se ha estimado A 0,6 centímetros por


debajo del borde, por comparación con recipientes actuales
similares.

Figura 91. Cuenco VC2

Sus dimensiones son:

Altura: 6 m

Diámetro del borde: 11,4 cm

Diámetro máximo : 11,4 cm

Volumen total: 213,19 cm3

Volumen útil: 164 cm3


- Cazo VC3 (Figura 92):

Cazo de cerámica para servir el vino. Se utilizaría


para servir la ración individual en el cuenco anterior, ya
que sus capacidades son similares (unos 160 cm3).

Apareció asociado a la crátera anterior (VC1) y al


cuenco (VC2).

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde,


por comparación con recipientes actuales.

Figura 92. Cazo VC3

Sus dimensiones son:

Altura: 6,4 cm

Diámetro del borde: 6,3 cm

Diámetro máximo : 7,63 cm

Volumen total: 156,82 cm3

Volumen útil: 156,82 cm3


- Crátera VC4 (Figura 93):

Crátera de cerámica de técnica ibérica. Decoración con


motivos celtibéricos. Se utilizaba para mezclar el vino con
agua. Es muy similar a la anterior (VC1).

El volumen útil se ha estimado casi dos centímetros por


debajo del borde (1,8 cm), coincidiendo con la moldura del
borde.

Figura 93. Crátera VC1

Sus dimensiones son:

Altura: 25,2 cm

Diámetro del borde: 25,2 cm

Diámetro máximo : 25,2 cm

Volumen total: 4254 cm3

Volumen útil: 3683 cm3


- Cazo VC5 (Figura 94):

Cazo de cerámica para servir el vino. Se utilizaría


para servir la ración individual en el cuenco anterior, ya
que sus capacidades son similares (unos 160 cm3).

Apareció asociado a la crátera anterior (VC4).

El volumen útil se ha estimado en dos puntos: hasta el


mismo borde y hasta la carena (dos centímetros por debajo
del borde), donde coincide en capacidad con el cazo y el
cuenco anteriores (VC2 y VC3).

Figura 94. Cazo VC5

Sus dimensiones son:

Altura: 7 cm

Diámetro del borde: 9,2 cm

Diámetro máximo : 9,2 cm

Volumen total: 242,8 cm3

Volumen útil: 242,8 ó 160 cm3


6.3.1. CONCLUSIONES

Estos dos conjuntos presentan unas características


similares, tanto en forma, como en volúmenes.

Así, la capacidad de las cráteras oscila en torno a


3700 cm3, mientras que las de los cazos y el cuenco
asociados, ronda los 160 cm3. Esta cantidad podría
corresponder a la ración individual de vino.

Como podemos apreciar, tato la capacidad de las


cráteras, como la de la ración, es mucho menor que las
griegas (algo más de la mitad), pero, curiosamente, la
relación entre ambas es la misma, de forma que la crátera
tiene unas 24 ó 25 raciones, igual que ocurría en el
conjunto de Orleyl. Esto nos permite especular con un
patrón de consumo similar, aunque los berones beberían el
vino más puro, sin rebajarlo tanto como los griegos (quizá
fuera un vino más suave).

Por otro lado, si la ración individual griega


correspondía a una cótila (283 cm3), que es la unidad
básica para medir volúmenes, quizá los 160 cm3 de ración
correspondan a la unidad de medida de los berones y, por
extensión, de los celtíberos.

Esta hipótesis será objeto de estudio durante la tesis


doctoral, mediante el análisis de nuevos conjuntos
cerámicos de los distintos ámbitos de la Celtiberia.
6.4. LAS NECRÓPOLIS VACCEAS

Vamos a estudiar en este apartado conjuntos cerámicos


relacionados con el vino procedentes de los ajuares de dos
importantes necrópolis vacceas.

Se trata de la necrópolis de Palenzuela (código VP) en


la provincia de Palencia, con una cronología del s. I a. C.
y de la de las Ruedas (Código VR), localizada en Padilla de
Duero (Valladolid) y perteneciente a la ciudad vaccea de
Pintia, datada en los s. III-II a.C. Ya conocemos esta
última, pues en el capítulo dedicado a los pesos,
analizamos los torques de plata procedentes del tesoro de
Padilla.

Los vacceos pertenecen al conjunto de pueblos de raíz


celta que ocupan el centro de la Península Ibérica y su
territorio ocupaba la totalidad de la provincia de
Valladolid y parte de las de León, Palencia, Burgos,
Segovia, Ávila, Salamanca y Zamora (Sanz y Martín
Valls,2001,316). Algunos autores los adscriben a los
pueblos celtibéricos, pero otros los consideran una etnia
aparte, aunque próxima es estos, basándose en su distinta
estructura socio-económica. Así, la jerarquización del
territorio vacceo presenta un patrón de poblamiento
distinto al resto de los pueblos peninsulares,
caracterizado por la existencia de grandes asentamientos
urbanos, separados entre sí por distancias de unos 12 Km y
sin intervisibilidad, careciendo de la red de pequeños
asentamientos en torno a las ciudades típica en otros
territorios (Burillo,1998,204).

Veamos ahora los conjuntos cerámicos vacceos.


6.4.1 LA NECRÓPOLIS DE PALENZUELA

- Crátera VP1 (Figura 95):

Crátera pequeña de cerámica de técnica ibérica. Se


utilizaba para mezclar el vino. Apareció con un cazo en su
interior (VP2).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde, coincidiendo con el inicio de la
decoración.

Figura 95 Crátera VP1

Sus dimensiones son:

Altura: 17 cm

Diámetro del borde: 15 cm

Diámetro máximo :17,4 cm

Volumen total: 1445 cm3


Volumen útil: 1304 cm3
- Cazo VP2 (Figura 96):
Cazo para servir el vino. Se utilizaría para repartir
la ración individual desde la crátera anterior (VP1),
obteniéndose unas 22 raciones.

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde,


por comparación con recipientes actuales.

Figura 96. Cazo VP2

Sus dimensiones son:

Altura: 5,6 cm

Diámetro del borde: 6,16 cm

Diámetro máximo : 6,16 cm

Volumen total: 61 cm3

Volumen útil: 61 cm3


- Crátera VP3 (Figura 97):

Crátera pequeña de cerámica de técnica ibérica. Se


utilizaba para mezclar el vino. Apareció con un cazo en su
interior (VP4).

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde.

Figura 97. Crátera VP3

Sus dimensiones son:

Altura: 10,3 cm

Diámetro del borde: 15,5 cm

Diámetro máximo :16,2 cm

Volumen total: 1358,8 cm3


Volumen útil: 1200 cm3
- Cazo VP4 (Figura 98):
Cazo para servir el vino. Se utilizaría para repartir
la ración individual desde la crátera anterior (VP3),
obteniéndose unas seis raciones.

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde,


por comparación con recipientes actuales.

Figura 98. Cazo VP2

Sus dimensiones son:

Altura: 5 cm

Diámetro del borde: 8,5 cm

Diámetro máximo : 8,5 cm

Volumen total: 200 cm3

Volumen útil: 200 cm3


6.4.1 LA NECRÓPOLIS DE LAS RUEDAS

- Copa VR1 (Figura 99):


Copa para beber, en cerámica de técnica ibérica, con
rica decoración a base de círculos concéntricos. Pertenece
a la tumba nº 30 de la necrópolis, al igual que el cuenco
VR2.

El volumen útil se ha estimado un centímetro por debajo


del borde, por comparación con recipientes actuales.

Figura 99. Copa VR1

Sus dimensiones son:

Altura: 17,52 cm

Diámetro del borde: 15 cm

Diámetro máximo : 15 cm

Volumen total: 804.62 cm3

Volumen útil: 633 cm3


- Cuenco VR2 (Figura 100):
Cuenco pequeño para beber de cerámica a mano. Apareció
en la tumba nº 30, al igual que la copa anterior (VR1).

El volumen útil se ha estimado a 0,8 cm por debajo del


borde, coincidiendo con los agujeros.

Figura 100. Cuenco VR2

Sus dimensiones son:

Altura: 4 cm

Diámetro del borde: 9,75 cm

Diámetro máximo : 9,75 cm

Volumen total: 143,27 cm3

Volumen útil: 90 cm3


- Copa VR3 (Figura 101):
Copa para beber, a la que le falta el pie. Apareció en
la tumba nº 18.

El volumen útil se ha estimado a un centímetro por


debajo del borde, por comparación con recipientes actuales
similares.

Figura 101. Copa VR3

Sus dimensiones son:

Altura conservada: 7 cm

Diámetro del borde: 18,5 cm

Diámetro máximo : 18,5 cm

Volumen total: 952,42 cm3

Volumen útil: 780 cm3


- Cazo VR4 (Figura 102):
Cazo para servir el vino. Se utilizaría para repartir
la ración individual desde la crátera anterior (VP3),
obteniéndose unas seis raciones.

El volumen útil se ha estimado hasta el mismo borde,


por comparación con recipientes actuales.

Figura 102. Copa VR4

Sus dimensiones son:

Altura: 13,4 cm

Diámetro del borde: 11,8 cm

Diámetro máximo :11,8 cm

Volumen total: 642,96 cm3

Volumen útil: 560 cm3


- Crátera VR5 (Figura 103):
Crátera en cerámica de técnica ibérica, con rica
decoración a base de arcos de semicírculos concéntricos. Se
utilizaría para mezclar el vino.

El volumen útil se ha estimado a 1,8 cm por debajo del


borde, coincidiendo con la primera banda horizontal
decorativa.

Figura 103. Crátera VR5

Sus dimensiones son:

Altura: 29 cm

Diámetro del borde: 15,5 cm

Diámetro máximo : 27,2 cm

Volumen total: 7347,4 cm3

Volumen útil: 7150 cm3


6.4.3. CONCLUSIONES

Se hace difícil extraer conclusiones de los conjuntos


vacceos, debido a la gran dispersión de valores obtenidos.

En los materiales de la necrópolis de Palenzuela si que


apreciamos dos cráteras con formas distintas (VP1 y VP3),
pero volúmenes muy similares, de unos 1200-1300 cm 3. Sin
embargo, llevan asociados dos cazos de capacidades muy
diferentes: la primera lleva el VP2, con unos 60 cm 3; y la
segunda el VP4, con 200 cm3. Con el primer cazo
obtendríamos unas 22 raciones, proporción muy similar a las
cráteras griegas y beronas, pero con el segundo únicamente
6 raciones.

En la necrópolis de las Ruedas, la dispersión de


valores es aún mayor. Tenemos una gran crátera (VR5), con
7150 cm3, similar por lo tanto a la crátera griega (VO1) y
dos copas ricamente decoradas, con 633 cm3 (VR1) y 560 cm3
(VR4). Además, hay una copa con el pie roto y 781 cm 3 (VR3)
y un pequeño cuenco con agujeros y 90 cm3 (VR2).

Para poder extraer conclusiones será necesario el


análisis de un número mayor de piezas de todo el ámbito
vacceo, labor que se desarrollará durante las realización
de las tesis doctoral.
6.5. CONCLUSIONES GENERALES DEL RITUAL DEL VINO

Del estudio combinado de todos los materiales cerámicos


estudiados, relacionados con el consumo ritual del vino,
podemos obtener las siguientes conclusiones:

- En el mundo griego se consume el vino en raciones


individuales de una cótila (283 cm3), que además es la
unidad básica para medir capacidades. El vino se mezcla con
agua en grandes cráteras de unas 24 cótilas (6800 cm3 ), es
decir, se obtienen 24 raciones de cada una.

- En el ámbito berón se observa un patrón de consumo


similar al griego, pero a una escala menor. Tenemos dos
cráteras de unos 3700 cm3 y dos cazos asociados a ellas de
unos 160 cm3. Si suponemos que cada cazo es una ración
individual, obtendríamos unas 24 raciones de cada crátera,
como en el caso griego. Sin embargo, la ración es un poco
más de la mitad que la griega, quizá debido a que se
rebajaba menos el vino. Estos datos nos permiten sugerir la
existencia de una unidad de volumen en este ámbito de unos
160 cm3, pero serán necesarios más datos para confirmarlo y
ver si se extiende al resto del territorio celtibérico,
labor pendiente para la tesis doctoral.

- En la zona vaccea no ha sido posible extraer


conclusiones, debido a la gran dispersión de los valores
obtenidos. Será necesario estudiar un número mayor de
piezas durante las tesis doctoral.
7. CONCLUSIONES

A lo largo del trabajo hemos podido comprobar como en todo el ámbito


Mediterráneo se generaron unos sistemas metrológicos de carácter antropométrico, es
decir, basados en las dimensiones del hombre (pie, palmo), que forman una familia
común, pues se hallan relacionados entre sí por motivos comerciales, culturales y de
conquista. Así encontramos dos sistemas iniciales en Mesopotamia y Egipto, con
influencias mutuas, que se extendieron a los diversos grupos culturales que surgieron
en torno al Mediterráneo (fenicios, micénicos, griegos, romanos, etc.), estableciendo
cada uno de ellos sus características propias, pero con muchos puntos de contacto entre
todos.

Con la llegada de estas culturas hasta la Península Ibérica, a través de


intercambios comerciales primero y por conquista más tarde, llegaron los sistemas de
medidas hasta los pueblos indígenas, que los adaptaron a sus propias realidades sociales
y culturales. Entre las influencias más importantes hay que destacar las fenicias, sobre
todo en el sur peninsular, y las griegas, en Levante, jugando ambas un papel decisivo en
el proceso de desarrollo de la cultura Ibera. Más adelante, la conquista por parte de
Roma supondrá el fin de las sociedades indígenas, en un largo proceso de romanización
que abarcará varios siglos y que tendrá como resultado la uniformización cultural del
territorio ibérico.

Vamos a ver ahora cuáles con las conclusiones a las que hemos llegado en cuanto
a la situación de los sistemas metrológicos de la Península Ibérica antes de que se
produzca este proceso de romanización. En primer lugar las desglosaremos por
unidades (peso, longitud y volumen), para después ofrecer una visión global de la
situación, atendiendo especialmente a aquellas propuestas e hipótesis novedosas que se
desprenden de este trabajo.

7.1 UNIDADES DE PESO

Los estudios realizados hasta ahora identifican dos


familias de sistemas de pesos en la Península Ibérica, uno
de origen griego y otro tartésico-fenicio, a las que
añadimos una nueva propuesta tras revisar los conjuntos
publicados, el hispano-cartaginés.

7.1.1. SISTEMA GRIEGO LEVANTINO

El primer sistema sería de origen griego y seguiría el


patrón euboico-ático, basado en la dracma de 4,36 gramos, y
se extendería por la zona ibera de Levante.

Ha sido identificado tras estudiar cinco conjuntos de


ponderales del País Valenciano y Murcia, hallados en
necrópolis y poblados y fechados entre los s. IV y III a.C.
(Fletcher y Mata, 1981). Los autores proponen un sistema de progresión duodecimal,
con múltiplos principales de 2, 4, 5, 9, 18-19, 28-29 y 48 dracmas.

7.1.2. SISTEMA TARTÉSICO-FENICIO

El segundo tendría origen tartésico-fenicio y estaría basado den el shekel fenicio


de la ciudad de Tiro de 9,1 gramos, que a su vez procede del kite egipcio. Lo tenemos
atestiguado en la Península Ibérica en las acuñaciones de moneda de plata de Gadir en
el s. III a. C., emitiendo un hemishekel de 4,7 gramos (García-Bellido,2002,94). Tendría
su origen en el Sur Peninsular, de influencia tartésico-turdetana y se extendería a través
de la Vía de la Plata, hasta la Meseta y la Celtiberia, alcanzando incluso la zona berona,
en el alto Valle del Ebro.

Ha sido definido a partir del estudio de los conjuntos de ponderales del Santuario
de Cancho Roano, en la provincia de Badajoz, con una cronología a partir del s. V a. C.
Se caracteriza por ser un sistema con dos unidades, una inferior de 32-36 gramos y otra
superior de 146 gramos, ambas múltiplos del shekel de 9,1 gramos y con un sistema
decimal de múltiplos y divisores (García-Bellido, 2002,95).

La unidad superior de 145-150 gramos aparece nuevamente al estudiar los torques


y otras piezas de joyería de la zona vaccea de la depresión del Duero y otros puntos de
la Celtiberia, que se interpretan como un sistema de pago premonetal (García-
Bellido,1999,376). En este caso aparecería como el triplo de una unidad básica de unos
45-55 gramos. Esta familia de pesos se vería confirmada al estudiar las barras y tortas
de palta del tesoro de Driebes (Guadalajara), que presentan una unidad mínima de 9
gramos, una intermedia de 35 gramos, como en Cancho Roano y una unidad superior de
unos 446 gramos, que podría corresponder a una mina de 50 shekels de 9 gramos, en lo
que podría ser un sistema decimal.

Finalmente, podría estar relacionado con este sistema el conjunto de ponderales de


La Hoya (Álava), pertenecientes a un yacimiento berón en el alto Valle del Ebro.
Presenta una unidad de 18,51 gramos, con un sistema en apariencia duodecimal(Galilea-
Llanos, 2002, 135). Esta unidad podría ser el doble del shekel de 9,1 gramos de Cancho
Roano y Driebes, por lo que la influencia del comercio a través de la Vía de la Plata
podría haber llegado desde el sur hasta tierras beronas (García-Bellido, 1999,381)

7.1.3 SISTEMA HISPANO-CARTAGINÉS

Finalmente, proponemos la existencia de, por lo menos, otra familia de pesos en el


Levante peninsular, que estaría basada en el shekel cartaginés de 7,25 gramos, que a su
vez procede de Siria, a donde llegó procedente del shaty egipcio de 7,6 gramos.
Encontramos esta unidad en las acuñaciones hispano-cartaginesas de fines del s. III a. C.
con los bárcidas, con monedas de plata de 3, 2, 1, 1/2 y 1/4 shekels (García-
Bellido,1998,276).

Encontramos este sistema de pesos en el juego de ponderales aparecido en el


poblado del Puntal del Llops del s. II a.C., en la zona ibera edetana, en las proximidades
de Valencia. Este juego presenta una unidad central de unos 43,5 gramos, con un divisor
mínimo de 7,2 gramos, correspondiente al shekel cartaginés, que es la sexta parte de la
unidad, y múltiplos duplo y triplo.

Al encontrar este sistema, revisamos los estudiados anteriormente en la zona


levantina como sistemas griegos, para localizar uno de ellos que no encajaba bien en la
hipótesis de la dracma. Se trata del juego de cinco ponderales de la necrópolis de Orleyl
(Vall de Uxó, Castellón), con una cronología del s. IV a. C. Estos ponderales
registraban pesos que no se encontraban en los otros conjuntos estudiados y disonaban
claramente con ellos. Al analizarlos a la luz de la nueva propuesta, vimos que
correspondían exactamente a una unidad central de 43,5 gramos, como la del Puntal del
Llops, con divisores mitad y tercio y múltiplos duplo y triplo, en lo que podría ser un
sistema duodecimal.

Buscando nuevas aplicaciones de este sistema, nos fijamos en las primeras


acuñaciones de moneda de bronce celtibéricas de la zona del Valle del Ebro a mediados
del s. II a. C.. Estas monedas, como en el caso de Segeda, tienen unos pesos que oscilan
sobre los 14-15 gramos, patrón que no se podía identificar claramente. Algunos autores
proponen su origen en la mitad del as romano de 10 monedas en libra, con un peso
teórico de 32,7 gramos, cuya mitad sería 16,25 gramos lo que a nuestro juicio se aleja
demasiado de los 14-15 registrados. Por eso proponemos como origen de este patrón, el
duplo del shekel hispano-cartaginés (7,25*2 = 14,5 gramos), que se ajusta mucho mejor
a los pesos de las monedas de bronce y que tiene precedentes en las acuñaciones de
plata hispano-cartaginesas de finales del s. III a. C., con un dishekel de 14,6/14,75
gramos (García-Bellido,1998,276).

Una nueva aportación que podría reforzar esta hipótesis, sería el ponderal inédito
aparecido en las excavaciones de Segeda I del año 2002. Es un ponderal de plomo, de
forma cúbica, con un peso de unos 1255 gramos, aunque se encuentra muy deteriorado
y ha perdido materia. Este valor podría corresponder a 30 unidades de las propuestas
con 43,5 gramos (43,5*30= 1305) o también a 4 libras romanas de 327,5 gramos
(327,5*4= 1310). Este peso, anormalmente alto para un ponderal, podría tener su
justificación como valor de equivalencia e intercambio entre las dos escalas.

Esta hipótesis, que tendrá que ser confirmada o refutada en estudios posteriores,
supondría la existencia de un sistema de pesos de origen cartaginés desde el s. IV a. C.,
que se extendería por la zona levantina e incluso podría alcanzar la zona celtíbera
próxima al valle del Ebro en el s. II a. C.

7.2 UNIDADES DE LONGITUD

En cuanto a las unidades de longitud, los escasos estudios realizados señalan la


existencia de al menos dos áreas con sistemas diferentes, el griego de Levante y el
autóctono del interior.

7.2.1. SISTEMA GRIEGO LEVANTINO

En la zona ibera levantina aparentemente se usaban unas unidades de longitud


basadas en el pie griego soloniano de 296 cm.
Así, hay un estudio del yacimiento de La Picola en Santa Pola (Alicante), de los
siglos V y IV a. C. (Moret, P y Badie, A.,1998,53), que presenta una mezcla de
caracteres indígenas y griegos, como son su muralla y urbanismo ortogonal de tipo
griego, junto con viviendas de tradición local y cerámicas tanto áticas como ibéricas. Al
medir los sillares de la muralla aparece un módulo constructivo que corresponde al pie
griego de 29,6 cm.

Por otro lado, después de estudiar los diámetros y alturas de un conjunto de 115
Kalathos levantinos (Fernández,2000,83), el autor propone la existencia de sistema
métrico basado en un pie griego de unos 28 cm con divisores cada 14 mm.

7.2.1. SISTEMA AUTÓCTONO CELTIBÉRICO

En la zona celtibérica de la Meseta y el Sistema


Ibérico parece ser que habría un sistema de medida de
longitudes autóctono, aunque siguiendo patrones
antropométricos comunes a las familias mediterráneas, con
un pie de unos 24 cm o algo mayor y un palmo 3/4 partes del
anterior (unos 18 cm)

El único estudio previo conocido es el de Leonard A. Curchin sobre las


dimensiones de los adobes en tierras celtibéricas, que propone la existencia de un pie
prerromano de unos 24 cm (Curchin,2002,248).

Nuestra aportación a este tema surge del estudio de las dimensiones de las vasijas
procedentes de Segeda I, que presentan valores en sus diámetros y alturas que a menudo
corresponden con la hipótesis anterior. Así, en aquellas vasijas que hemos considerado
más representativas metrológicamente por sus resultados en los volúmenes (jarras,
kalathos y tinajas), se repiten módulos de unos 18 y 24 cm, que corresponderían al
palmo y el pie anteriormente mencionados y de unos 30, 36 y 50 cm, que serían un
brazo, un codo (dos palmos) y dos pies, respectivamente.

En apoyo de esta hipótesis tenemos el conjunto de tinajas de Valmesón (Daroca),


muy próximo a Segeda I y con cronología similar. Presentan diámetros en sus bocas que
se escalonan en grupos, en torno a valores de unos 18, 24, 30 y 36 cm, que
corresponderían a un palmo, un pie, un brazo y un codo (dos palmos) de los propuestos.

Otro argumento a favor lo constituye la información aportada por el yacimiento


celtibérico de los Castellares de Herrera de los Navarros, contemporáneo de Segeda I y
del mismo ámbito cultural, que presenta adobes que se adaptan bastante bien a los
estudiados por Curchin. Pero además, presenta un módulo constructivo en sus casas, a la
hora de distribuir las habitaciones, de 210 cm. Este módulo podría corresponder a 9 pies
de 24 cm o 12 palmos de 18 cm, que supondrían 216 cm de longitud, añadiendo
verosimilitud a los postulados anteriores.
7.3 UNIDADES DE VOLUMEN

Las unidades de capacidad han sido las grandes olvidadas de los sistemas
metrológicos peninsulares. Únicamente teníamos como punto de referencia el estudio
realizado por Gregorio Fernández sobre 115 Kalathos del país valenciano, con la
conclusión de que en la zona levantina se usaban medidas de capacidad intercambiables
con las griegas, con la cótila como unidad básica (0,283 litros)

La investigación realizada a partir de las piezas del área 3 de Segeda I, parece


confirmar que en esta zona celtibérica, a mediados del s. II a. C., se están usando
también unidades de origen greco-romano, por lo menos al manejar ciertos productos y
tipos de recipientes de almacenaje.

Así encontramos kalathos de importación con una capacidad estandarizada en


cótilas griegas y además, piezas de producción local, que son fracciones exactas de los
anteriores. Parece ser que en el manejo de un producto como la miel, sujeto a
importantes intercambios comerciales, se ha producido una extensión de estas unidades
mediterráneas, desde la zona catalana y levantina.

Pero al analizar otro tipo de recipiente de almacenaje, como son las grandes
tinajas, encontramos que las mayores de ellas presentan un volumen coincidente con la
gran medida griega para los áridos, el medimno de 54,4 litros (180 cótilas). Además,
otra tinaja intermedia tiene un volumen de 120 cótilas y un vaso caliciforme encontrado
en conexión con estas tinajas y que podría utilizarse para extraer cantidades fijas de
ellas, tiene una capacidad exacta de dos cótilas.

Estos hechos parecen indicar la utilización de estas unidades para el almacenaje


de productos, pero otros indicios apuntan la existencia de unidades autóctonas
anteriores, que se utilizaban todavía en las raciones de consumo.

Así, en el estudio de los conjuntos de vasijas relacionadas con el vino hemos visto
como en el mundo griego se consume el vino en raciones
individuales de una cótila (283 cm3), que además es la
unidad básica para medir capacidades. El vino se mezcla con
agua en grandes cráteras de unas 24 cótilas (6800 cm3 ), es
decir, se obtienen 24 raciones de cada una.
Al comparar este patrón de consumo con conjuntos
similares de la Celtiberia, hemos encontrado que en el
ámbito berón se observa un patrón de consumo similar al
griego, pero a una escala menor. Tenemos dos cráteras de
unos 3700 cm3 y dos cazos asociados a ellas de unos 160 cm 3.
Si suponemos que cada cazo es una ración individual,
obtendríamos unas 24 raciones de cada crátera, como en el
caso griego. Sin embargo, la ración es un poco más de la
mitad que la griega, quizá debido a que se rebajaba menos
el vino. Estos datos nos permiten sugerir la existencia de
una unidad de volumen en este ámbito de unos 160 cm3.
En la zona vaccea, por el contrario, no ha sido posible
extraer conclusiones, debido a la gran dispersión de los
valores obtenidos.
7.4 CONCLUSIONES GLOBALES

El estudio combinado de las unidades de peso, longitud y volumen parece sugerir


la existencia por lo menos tres grandes áreas con respecto a los
sistemas metrológicos en la península.

7.4.1. ÁREA LEVANTINA

La primera sería la zona ibera de Levante y Cataluña,


que penetra por el valle del Ebro hasta el interior, en
contacto con la Celtiberia. En esta zona tendríamos un
sistema de tipo griego, con pesos basados en la dracma
eubóica, longitudes en el pie griego y unidades de volumen
probablemente también griegas, basadas en la cótila. Las
unidades de volumen de tipo griego-romano parecen haber
sido adoptadas, al menos parcialmente, en la zona celtíbera
próxima al valle del Ebro en fechas tempranas de la
romanización, como es el caso de Segeda, a mediados del s.
II a. C.

Sin embargo, en esta zona proponemos la coexistencia


de otro sistema de pesos de origen cartaginés, basado en el
shekel púnico de 7,25 gramos, cuya influencia podría
alcanzar la zona celtíbera próxima al valle del Ebro.

7.4.2. ÁREA SUR

La segunda sería la zona sur peninsular, de influencia


tartésica, con pesos de origen fenicios, basados en el
shekel de 9,1 gramos, que se extienden por la Vía de la
Plata hasta la zona vaccea, berona y la Celtiberia.

7.4.3. ÁREA CENTRAL

Finalmente, tendríamos una gran área intermedia, que


recibe influencias cruzadas de las dos anteriores y que
sería la zona central de la península, abarcando la Meseta
y la Celtiberia.

En esta región tendríamos sistemas de pesos de origen


fenicio-tartésico, que llegan desde el sur y, probablemente
otros de origen cartaginés, que llegan desde levante.

Las unidades de longitud parece estar basadas en un


pie autóctono de unos 24 centímetros, con una palmo de unos
16 cm como unidad menor y parece bastante extendido por
toda la celtiberia.

En cuanto a las unidades de volumen, como hemos visto


en el caso de Segeda, parece ser que ya en el siglo II a.
C. se están adoptando medidas de origen greco-romano, como
resultado de llegada de los romanos al valle del Ebro. Pero
en otras zonas, como en el área vaccea y berona, se
mantienen unidades autóctonas, que serán objeto de
investigación durante la subsiguiente tesis doctoral.

7.5 CONSIDERACIONES FINALES

Como hemos podido comprobar, en este trabajo se realiza una síntesis de los
conocimientos actuales sobre los sistemas metrológicos prerromanos de la península
ibérica y se plantean nuevas hipótesis que deberán comprobarse o refutarse en
posteriores estudios.

Para ello se ha presentado una metodología que se ha demostrado válida para el


cálculo de volúmenes y que deberá aplicarse sistemáticamente al estudio de diversos
conjuntos cerámicos seleccionados por su significación cultural y geográfica, labor que
se abordará durante la tesis doctoral.

Esta investigación se hará extensiva a los elementos ponderales, como pesas,


lingotes e incluso monedas, para analizar las unidades de peso de forma intensiva. Así
mismo, se abordará el estudio de elementos constructivos, como adobes, sillares,
módulos de habitación, etc., junto con las dimensiones de las vasijas, para abarcar las
unidades de longitud.

Con los resultados finales de todos estos esfuerzos, tenemos la ilusión de aportar
un poco de luz al todavía mal conocido mundo de la metrología ibérica.
8. BIBLIOGRAFÍA

8.1. LIBROS Y ARTÍCULOS

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- www.dma.fi.upm.es/docencia/primerciclo/calculo/tutoriales
/ integracion/home.html: Integral de Riemann.

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