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Influencia de la cultura árabe en el desarrollo de la ciencia

“Ex oriente lux, ex occidente lex”

Introducción
Cuando se habla de historia de la ciencia, generalmente pensamos en el desarrollo del
método científico y las matemáticas, no obstante, esta visión es por lo menos parcial,
por no decir que equivocada, ya que este periodo abarca como mucho desde antes del
siglo XVII, cuando la historia de la humanidad, al menos de la que se tienen informes
precisos se remonta más de cuatro o cinco milenios atrás. Es cierto que los avances
más sorprendentes se han logrado durante los tiempos más recientes, pero estos
avances son tan solo el último eslabón de una larga cadena de descubrimientos
[CITATION Sar52 \l 9226 ].

Existe además un sesgo cultural en la historia que nos ha sido ensañada, la cual está
enfocada principalmente en los acontecimientos del mundo occidental. La explicación
de esto radica en que el mundo como lo conocemos hoy en día se formó a partir de las
sucesivas revoluciones políticas, culturales e industriales que sacudieron a Europa en
los siglos XIX y XX [ CITATION Hob62 \l 9226 ]. La supremacía económica y tecnológica
europea los llevó a dominar la tierra entera para finales del siglo XIX. Es por eso que
cuando se estudia la historia, nuestros referentes clásicos son los pueblos griego y
romano, que fueron los que más influyeron en el desarrollo de la cultura occidental
moderna.

Pero antes de la época grecorromana ya habían existido civilizaciones milenarias.


Remontándonos en el tiempo encontramos evidencias de una gran civilización que
emergió en Mesopotamia, se considera a los babilonios la primera gran civilización
porque escribían sobre tablillas de arcilla, posteriormente curadas, que se han
conservado muy bien hasta nuestros tiempos [ CITATION Byn12 \l 9226 ] . Sin embargo, los
babilonios eran solo un pueblo más de un numeroso grupo de pueblos poderosos en
su época. De ese tiempo son bien conocidas las imponentes pirámides que evidencian
el esplendor de la cultura egipcia, la cual se desarrolló particularmente aislada del
resto del mundo en el valle de río Nilo, alrededor del año 3500 a.C., en ese tiempo
apareció también el sistema de escritura jeroglífica, basada en principios parecidos a
los del sistema pictográfico babilónico [ CITATION Hay15 \l 9226 ].
Más hacia el este de Babilonia y Egipto, antiguas civilizaciones emergieron en un
tiempo no muy claro, pero que puede datar hasta hace 5000 años, en vastos territorios
a ambos lados del Himalaya, a lo largo de las costas de los ríos Indo y Amarillo. La
India y la China, ambas formaban parte de una amplia red de rutas comerciales de
especias que las mantuvo ligadas desde entonces y sus gentes desarrollaron la
escritura y las ciencias a un alto nivel. Grandes inventos que se usan aún hoy llegaron
de la China, el papel, la pólvora y un instrumento fundamental para la navegación, la
brújula [ CITATION Byn12 \l 9226 ].

Retomando lo dicho antes, la historia del mundo moderno se explica a partir del
periodo convulso de revoluciones que sacudió a Europa en los siglos más recientes.
Una de las más importantes tal vez fue el establecimiento del método experimental,
este permitió dejar a un lado discusiones inútiles sobre antiguos libros para basarnos
en la observación directa de la naturaleza. La fuerza del método experimental radica
en la posibilidad de describir y predecir fenómenos a partir del establecimiento de
modelos de la naturaleza.

Las matemáticas son una herramienta fundamental para interpretar estos fenómenos.
No obstante, cuando se estudia la historia de las ciencias no se da un énfasis
suficiente a la influencia que tuvo el desarrollo de las matemáticas sobre las ciencias.
Los experimentos de Galileo demostraron que el mundo podía ser descrito en un
lenguaje matemático. Pero Galileo tal vez nunca habría podido describir la caída de los
cuerpos o le hubiera tomado más trabajo si no hubiera conocido los números arábigos
que habían sido introducidos unos siglos antes a Europa.

Este trabajo se centrará en analizar el legado matemático de los pueblos del oriente
medio y su influencia en el desarrollo de la ciencia moderna.

Breve historia del mundo antiguo


El estudio de la historia del mundo antiguo está limitado por la poca evidencia
disponible, así toda teoría es temporal hasta que no se encuentre hallazgo que lo
rebata. Las civilizaciones más antiguas de los que se tienen registros emergieron hacia
el año 3500 a.C. en la región de Sumeria, al sur de la antigua Mesopotamia, hoy en
día Irak, en una zona conocida como el creciente fértil. Esta región de suelos
productivos y precipitaciones ligeras se extiende en forma de arco siguiendo el valle
los ríos Tigris y Éufrates [CITATION McNe1 \l 9226 ]. Las primeras ciudades sumerias
estaban dominadas por complejos de templos y dirigidas probablemente por un
sacerdote-rey, que se atribuía ser la deidad patrona de la ciudad [CITATION Hay15 \l
9226 ].
La historia de este periodo es complicada, más que naciones como las conocemos hoy
en día, existían una multitud de ciudades-estado que tuvieron dominio sobre la región
en épocas distintas. Entre las primeras ciudades sumerias destaca la ciudad de Uruk,
la cual se estima llegó a contar con 50.000 habitantes hacia el año 2.700 a.C. La
mayoría eran agricultores que se desplazaban todos los días hacia las tierras y
campos más cercanos. El desarrollo intensivo de la agricultura produjo grandes
excedentes de alimentos, que permitieron a la civilización sumeria sostener a un
elevado número de habitantes especializados en otras profesiones como escultores,
alfareros, panaderos y trabajadores del bronce [CITATION Hay15 \l 9226 ].

Los templos se convirtieron en centros de distribución, donde se reunían los superávits


de alimentos procedentes del campo y los productos artesanales, los cuales se
comercializaban a otras regiones a cambio de materias primas que no se conseguían
localmente. Debido a la necesidad de manejar una economía compleja y una
población tan grande, los administradores del templo de la ciudad de Uruk
desarrollaron un sistema contable extremadamente técnico, el cual para el año 3.300
a.C. había evolucionado en el primer sistema de escritura del mundo, un sistema
pictográfico grabado en tablillas de arcilla conocido como escritura cuneiforme
[CITATION Camrd \l 9226 ].

Mientras los sumerios habían estado construyendo su civilización, su influencia había


contribuido a cambios en otros lugares adyacentes. En todo el creciente fértil nuevos
pueblos como las culturas acadia, hitita y asiria fueron apareciendo, estimulados por lo
que aprendieron del imperio de Uruk, así como por sus propias necesidades [ CITATION
Rob13 \l 9226 ]. Hacia el año 2250 a.C. Sumeria se vio relegada por Acad como centro
principal de la civilización mesopotámica. El auge de Acad se debió en gran parte al
ascenso del primer gran conquistador de la historia, el rey Sargón, así la cultura
sumeria fue asimilada por el pueblo acadio.
Un periodo de alto nivel cultural se produjo a principios del siglo XVIII a.C., Hammurabi
rey de la ciudad Babilonia, hasta ese momento una ciudad poco importante, logró
derrotar sucesivamente a las dinastías vecinas y convirtió durante su reinado de
cuarenta años a Babilonia en el centro cultural y religioso de Mesopotamia.
Hammurabi es bien conocido por ser el autor y promulgador del primer código
legal[ CITATION McN05 \l 9226 ] . Los sucesores de Hammurabi mantuvieron el reino unido
hasta 1600 a.C., cuando los hititas invadieron y destruyeron Babilonia y Mesopotamia
se dividió de nuevo en una serie de pueblos rivales.

Hacia el año 1000 a.C. una nueva oleada de migraciones y la introducción del hierro
provocó el caos en la región, y más tarde durante el siglo VIII a.C. el creciente fértil fue
controlado por completo por los asirios que procedían de la zona montañosa del alto
Tigris[ CITATION Kli72 \l 9226 ]. Un siglo más tarde el imperio asirio es compartido por los
caldeos y los medos, estos últimos muy próximos étnicamente a los persas, con los
caldeos la ciudad de Babilonia vivió una segunda época de esplendor. Finalmente,
hacia el 540 a.C. los persas, un pueblo indo-iraní que había seguido a los medos
desde Asia central hasta irán en el siglo VIII a. C., controlaron por completo el oriente
próximo. El imperio persa fue un estado cosmopolita que unificó elementos de todas
las principales civilizaciones de su tiempo. Al reunir pueblos con orígenes tan distintos
el imperio fomentó la difusión y mezcla de culturas y puso fin al aislamiento
característico de las antiguas civilizaciones [ CITATION Hay15 \l 9226 ].

En el año 330 a.C. el gran general griego Alejandro Magno sometió al imperio persa, el
valle del Indo y al Egipto en una brillante campaña militar sin parangón hasta entonces.
Sin embargo, tras su muerte el imperio se fragmentó [ CITATION Wis04 \l 9226 ] . Al periodo
que va del año 300 a.C. hasta los comienzos de nuestra era se le suele llamar periodo
seléucida, del nombre del general griego que fue el primero en controlar la región tras
la muerte de Alejandro. El legado más importante de las conquistas de Alejandro
Magno fue que la influencia griega fue la que predominó en Oriente Medio hasta bien
entrada la edad cristiana.

A pesar de la constante sucesión de imperios y la consecuente destrucción de culturas


en la región del creciente fértil, el desarrollo de las matemáticas y la astronomía
destacó por tener su continuidad a lo largo de los tres milenios de historia de los
pueblos mesopotámicos [ CITATION Kli72 \l 9226 ].
Las matemáticas en Mesopotamia
La principal fuente de información que se tiene sobre la civilización babilónica está en
los textos grabados en las tablillas cuneiformes. Estos textos se han conservado muy
bien, ya que eran escritos sobre la arcilla cuando aún estaba blanda y posteriormente
eran curados en hornos o al sol [ CITATION Rob13 \l 9226 ].

Una buena cantidad de las tablillas cuneiformes contienen problemas matemáticos y


sus soluciones o son tablas aritméticas para apoyar la solución de problemas. La gran
mayoría de estas tabletas data del tiempo de Hammurabi, y otro grupo pequeño data
de la era seléucida. Sin embargo, las tablillas seléucidas son básicamente de las
mismas características y contienen problemas virtualmente idénticos a las babilónicas [
CITATION Camrd \l 9226 ].

La matemática mesopotámica alcanzó su más alto grado de precisión en el periodo


acadio. Los babilonios desarrollaron un sistema de conteo con dos bases, primero
agruparon los números con una base diez, que permitía representar mediando solo
dos caracteres los números desde el 1 hasta el 59. Después, los números mayores se
representaban en un sistema de notación posicional con una base de potencias de 60,
así por ejemplo en número representado como por los babilonios es
2
igual a 3 x 60 + 42 x 60 + 37 (o 13,357) [ CITATION Camrd \l 9226 ].

Originalmente, los babilonios no tenían ningún símbolo para indicar la ausencia de


unidades de valor en una posición cualquiera, en estos casos los babilonios dejaban
un espacio largo entre posiciones, sin embargo, esto se prestaba para ambigüedades
en la interpretación. Finalmente, hacia el año 300 a.C. los babilonios desarrollaron un
símbolo para el 0 [ CITATION Kat93 \l 9226 ].
Aún hay mucho debate alrededor de por qué los babilonios eligieron como base el
número 60, una de las teorías más aceptadas es que la elección se debe a que este
número es divisible por muchos números pequeños enteros, así, cualquier fracción de
un número grande podía ser fácilmente expresada como un número entero más
pequeño. El sistema sexagesimal babilónico aún se usa para medir ángulos y el
tiempo, y es una parte irremplazable de la cultura mundial [ CITATION Kat93 \l 9226 ].

Una vez se tiene un sistema de conteo, es natural empezar a hacer operaciones con
estos números, la suma, resta, multiplicación y división eran operaciones naturales
para todas las culturas que establecieron sistemas de numeración. Los babilonios
desarrollaron símbolos que indicaban cada una de estas operaciones. Uno de los
avances más sorprendentes de los babilonios fue la construcción de tablas de cálculo
para apoyar las operaciones.

Muchas de las tablas encontradas son tablas de multiplicación. Para dividir un número
entero por otro los babilonios utilizaban la fórmula de multiplicar el número por el
inverso del otro. Para ello también habían construido tablas que mostraban números
recíprocos en forma de fracciones sexagesimales finitas. En estas tablas destaca la
ausencia números como 7, 11 y 13, ya que estos conducen a fracciones
periódicas[ CITATION Camrd \l 9226 ].

Hay registros de tablillas que muestran problemas típicos de algebra, estos indican
que los babilonios para el año 2.000 a.C. ya estaban familiarizados con la fórmula que
usamos hoy para solucionar ecuaciones cuadráticas. También hay evidencias que
demuestran que los babilonios llegaron a resolver sistemas de ecuaciones con cinco
incógnitas [ CITATION Bur05 \l 9226 ].

Más que la postulación de teoremas o axiomas, las matemáticas babilónicas estaban


basadas en algoritmos. En la mayoría de los documentos disponibles, el autor describe
un problema y procede con el establecimiento de una regla para solucionarlo, sin
embargo, estas reglas, aunque explícitas no estaban basadas en una estructura
racional que demostrará como se llegó a su derivación, por qué funcionaban y cuáles
eran sus limitaciones [ CITATION Kat93 \l 9226 ].

Los babilonios eran buenos en astronomía también. Ellos dividieron el cielo en doce
partes y le dieron a cada parte un nombre asociado con cierto grupo de estrellas. Los
babilonios fueron el primer pueblo del que se tiene registro en trazar constelaciones,
uniendo las estrellas en formas de objetos y animales que ellos veían en los cielos,
crearon el primer zodiaco. Los babilonios dividieron el año en doce meses, los meses
en 29 días de acuerdo con los ciclos de la luna y la semana en siete días, a cada día le
asignaron un planeta, así los babilonios crearon un calendario muy similar al que aún
usamos hoy en día [ CITATION Smi04 \l 9226 ]. Los babilonios creían que la tierra era el
centro del universo y que teníamos una conexión estrecha con las estrellas que nos
rodeaban, esta fue la base de la astrología, la cual permaneció muy ligada a la
astronomía por los siguientes siglos.

También hay que destacar que la utilización por parte de los babilónicos de términos y
símbolos especiales para las incógnitas, el uso de algunos símbolos operativos, la
solución de algunos tipos de ecuaciones, especialmente las ecuaciones cuadráticas
constituyen el punto de partida del álgebra [ CITATION Kli72 \l 9226 ].

Estos ejemplos, que tan solo son una muestra de una de las culturas del mundo
antiguo, permiten ver que un gran cúmulo sistematizado de conocimientos fue anterior
a la cultura griega. Sería difícil imaginar que el pueblo griego por más brillante que
fuera hubiera logrado tales avances en las matemáticas, la astronomía y las artes
partiendo desde cero [CITATION Sar52 \l 9226 ].

La influencia de Babilonia y Egipto seguramente fue muy sensible en el desarrollo del


pueblo griego. Sin embargo, es muy difícil dilucidar en que términos se dio la
transmisión de los conocimientos del mundo antiguo a la cultura griega, ya que la
introducción del hierro en la región produjo un cataclismo de tal magnitud que ha
dejado pocas evidencias preservadas [CITATION Sar52 \l 9226 ].

Una larga pausa


Hoy en día estamos acostumbrados al avance inexorable de la ciencia y la tecnología,
casi nos parece natural que los descubrimientos se sucedan uno tras otro
interminablemente. Esto puede parecer así porque la ciencia moderna apenas cuenta
con unos tres siglos de historia. En cambio, la ciencia antigua y medieval se extiende a
lo largo de milenios, y más que trazar una corriente continua que se ha seguido, se
trata de múltiples caminos interrumpidos y desviados por toda suerte de vicisitudes
[CITATION Sar52 \l 9226 ].

Hacia el comienzo de la era cristiana, la vitalidad del pueblo griego comenzó a


declinar. Al mismo tiempo el imperio romano se expandía de forma acelerada hacia
oriente y occidente y pronto Grecia, junto con Egipto y Mesopotamia fueron
conquistadas por Roma. El esplendor del imperio romano duró del año 800 a.C. al 476
d.C., sin embargo, en estos once siglos no hubo ningún matemático o científico
romano digno de mención [ CITATION Wis04 \l 9226 ]. Los romanos se caracterizaron por
ser un pueblo extremadamente práctico, gobernaban un ancho imperio y estaban más
interesados en la solución de problemas prácticos como la construcción de viaductos,
vías y canales que en el desarrollo de la investigación desinteresada [CITATION Sar52 \l
9226 ].

Los romanos tenían una aritmética rudimentaria. Los números romanos nos son
familiares aún hoy y fueron el sistema de numeración dominante en Europa para el
comercio y la administración por más de un milenio. Era un sistema decimal, pero sin
notación posicional y no incluía un cero, lo que lo hacía engorroso para propósitos
aritméticos y matemáticos. Para calcular con sus números los romanos utilizaban
diversos tipos de ábacos y con la ayuda de tablas especialmente preparadas [ CITATION
Camrd \l 9226 ].

Entretanto la entrada en escena de Jesucristo trajo al mundo un revolucionario


mensaje de amor y de caridad que llegó a tener extensión universal. La principal virtud
del cristianismo era la humildad. El conocimiento no era necesario para ser humilde, al
contrario, conducía al orgullo y la condenación del individuo. Toda enseñanza diferente
se calificó de pagana. Los jefes cristianos ridiculizaron la enseñanza de las
matemáticas, la astronomía y la física y prohibieron la contaminación con las
enseñanzas griegas [ CITATION Kli72 \l 9226 ].

A pesar de que al comienzo el imperio romano persiguió con vehemencia a los


cristianos, esta religión se difundió rápidamente y llegó a tener tal importancia que
Roma no tuvo otra opción que adoptarla como la religión oficial. Empoderados por el
imperio, los cristianos combatieron toda influencia pagana con una sevicia tal que no
se había visto nunca hasta entonces. Los libros griegos compilados por siglos en
vastas bibliotecas fueron quemados por millares, y los paganos fueron atacados y
asesinados a lo largo del imperio [ CITATION Kli72 \l 9226 ].

Desde el punto de vista de la historia de la ciencia, la aparición del cristianismo tuvo


consecuencias desafortunadas. Puede decirse que la combinación del utilitarismo
romano con el sentimentalismo cristiano terminó por acabar con el espíritu griego de
amor por el conocimiento [CITATION Sar52 \l 9226 ].

El Islam
En el siglo VI d.C. apareció un nuevo profeta. Mahoma (570-632 c.C.) era un mercader
árabe miembro de la tribu Quraysh que vivía en la próspera ciudad de la Meca. Desde
aproximadamente el año 610 d.C. Mahoma vivió una serie de experiencias espirituales
que con posterioridad definirían las bases del Corán y el islam. En cierto modo,
Mahoma era un profeta más de la tradición de profetas hebreos. Las convicciones del
profeta a favor del monoteísmo se enfrentaron a la férrea oposición de los Quraysh,
así que el profeta tuvo que huir de la Meca hacia la ciudad de Medina acompañado de
sus seguidores en 622 d.C. este año es conocido por los árabes como la Hégira y
marca el comienzo del calendario islámico [ CITATION Wal07 \l 9226 ].

Después de abandonar la Meca, Mahoma tuvo un éxito extraordinario. Pronto los


seguidores del profeta se habían multiplicado y Mahoma se había convertido en un
caudillo político. Al tiempo comenzaron los enfrentamientos entre Medina y la Meca
que culminaron con la conquista de esta ciudad y el regresó triunfal a la Meca del
profeta en el año 630 [ CITATION Hay15 \l 9226 ].

Mahoma murió de forma inesperada en el año tras una breve enfermedad en el año
632 d.C. sin haber nombrado sucesor. A pesar de la conmoción que significó su
muerte, el islam se mantuvo firme. Mahoma fue sucedido por su suegro Abu Bakr
quien asumió el título de califa que quiere decir representante y reinó en el periodo de
632-634 d.C.. A Abu Bakr lo sucedió Omar ben al-Jatab (634-644 d.C.) un gran jefe
militar cuyo talento le valió la autoridad sobre los pueblos árabes. A Omar se le puede
considerar el verdadero fundador del imperio musulmán [ CITATION Wal07 \l 9226 ].

Menos de un siglo después de la huida de la Meca de Mahoma, los ejércitos


musulmanes habían conquistado un territorio inmenso y diseminado la nueva religión
en los pueblos politeístas del medio oriente. Primero Siria (635 d.C.) y Egipto (641
d.C.), pronto Persia (642 d.C.) y después los ejércitos victoriosos habían alcanzado
incluso la India y partes de Asia central, hacia el occidente los musulmanes
conquistaron rápidamente el norte del África y para el año 711 d.C. habían entrado a
España [ CITATION Sar52 \l 9226 ].
Una vez terminadas sus conquistas, los árabes pusieron su empeño en construir una
civilización y una cultura. Rápidamente los árabes entendieron que todo imperio
exitoso debía de ir de la mano de las ciencias y el arte. En el año 766 el califa al-
Mansur fundó su nueva capital en Bagdad, una ciudad a orillas del río Tigris que
pronto se convirtió en un floreciente centro cultural, económico e intelectual del mundo
civilizado de su época [ CITATION Kat93 \l 9226 ].

El impulso inicial de la ortodoxia islámica fue reemplazado por una atmósfera de


tolerancia y los logros intelectuales de todos los residentes fueron incentivados. El
califa Harún al-Rashid (786-809 d.C.) estableció una biblioteca en Bagdad. Los
musulmanes comenzaron a adquirir manuscritos de todas partes del imperio [ CITATION
Kat93 \l 9226 ]. Los árabes tenían ingentes recursos culturales a su alcance. Egipto, el
centro del saber griego durante el periodo alejandrino había sido conquistado por ellos,
por lo que la ciencia que sobrevivió allí contribuyó a la actividad del imperio árabe. Las
escuelas sirias de Antioquia, Emesa y Damasco que se habían convertido en los
mayores depositarios del cercano oriente de los trabajos griegos después de la
destrucción de la biblioteca de Alejandría en el año 640 d.C, y los monasterios
cristianos del oriente próximo también estaban bajo el gobierno de los árabes. Los
árabes también establecieron contactos con los griegos del imperio bizantino y
adquirieron documentos de ellos [ CITATION Kli72 \l 9226 ].

Al-Mamún (786-833 d.C.) el sucesor de al-Rashid estableció un instituto de


investigación el Bayt al-Hikmah o casa de la sabiduría. Ahí comenzó con un ambicioso
programa de traducción de documentos. Sabios de todas partes del reino fueron
invitados a colaborar en la traducción de documentos del griego y el hindú, así como
para realizar investigaciones propias. Pronto descubrieron la magnitud del tesoro
griego y para finales del siglo IX las principales obras de Euclides, Arquímedes,
Apolonio, Diofanto Ptolomeo y otros matemáticos griegos estaban disponibles para su
estudio en árabe [ CITATION Kat93 \l 9226 ] . De los hindúes aprendieron aritmética,
álgebra, trigonometría, de los griegos lógica, astronomía, geometría y medicina
[ CITATION Sar52 \l 9226 ].

El mundo árabe se cohesionó sobre dos fuerzas fundamentales: la religión y el idioma.


Una de las pocas obligaciones de todo musulmán ilustrado era la de leer el Corán
durante su vida. Los calígrafos del Corán se encargaron de simplificar la escritura y
fonética árabe para facilitar la enseñanza a su pueblo. Gracias a esta obligación
religiosa, los académicos de diferentes países y culturas que antes no tenían forma de
comunicarse tenían ahora un lenguaje común [ CITATION Sar52 \l 9226 ].

El principal legado de la cultura musulmana fue la de cohesionar la sabiduría que


antes estaba dispersa por todo el mundo. Durante la edad de oro del islam los
musulmanes reconstruyeron este rompecabezas gigante absorbiendo todo el
conocimiento que se había originado más allá del propio imperio [ CITATION Kli72 \l 9226 ].

Las matemáticas árabes


Uno de los más grandes descubrimientos de la historia es el de los números, no
obstante, muchas veces no se pone suficiente atención en ellos ya que se asumen
como naturales. Nuestro sistema de cifras se basa en tres ideas importantes. Para
escribir cualquier número nos basta con solo 10 cifras, es decir que nuestro sistema es
decimal. La segunda idea es la del principio del valor, cada cifra tiene un valor
dependiendo de su posición, así un número de tres cifras está dividido en centenas,
decenas y unidades. La tercera idea importante es la de la del cero, si en alguna
posición no se tiene valor se coloca un símbolo especial. Diversas culturas a lo largo
de la historia desarrollaron sistemas que tenían estas ideas. Pero se cree que los
primeros en combinarlas fueron los hindúes alrededor del siglo V o VI d.C. [ CITATION
Sar52 \l 9226 ].

Cuando los árabes eran aún un pueblo nómada tenían palabras para los números,
pero no disponían de símbolos para estos. Los árabes tomaron y mejoraron los
símbolos numéricos de los indios y su idea de la notación posicional en base 10,
simplificaron los caracteres de las cifras y por eso a los números originalmente hindús
se los conoce ahora como números arábigos. La introducción de los números
negativos y el libre uso de los números irracionales también fueron otro de los grandes
avances introducidos por los árabes que permitió la aplicación del álgebra a una gama
mucho más amplia de problemas [ CITATION Kli72 \l 9226 ].
La más escueta enumeración de los aportes árabes a la ciencia sería demasiado larga
para incluirla en este capítulo. Aunque el legado árabe es más sorprendente por
cantidad que por originalidad, los intelectuales árabes hicieron mucho más que traducir
las obras griegas. Los científicos que escribieron en árabe elaboraron el álgebra y la
trigonometría, reconstruyeron y desarrollaron la geometría griega, reunieron
abundantes observaciones astronómicas y sus críticas al sistema ptolemaico ayudaron
a preparar la reforma astronómica del siglo XVI, enriquecieron enormemente nuestra
experiencia médica, fueron los lejanos iniciadores de la química, mejoraron los
conocimientos de la óptica, de la meteorología y de la medición de densidades y sus
investigaciones geográficas se extendieron de un confín a otro del mundo [ CITATION
Sar52 \l 9226 ].

El legado más importante de los árabes es el álgebra. Los árabes tomaron la


aritmética mesopotámica, la combinaron con la geometría griega clásica y produjeron
una nueva disciplina, el álgebra la cual desarrollaron profusamente. La idea más
valiosa que absorbieron del pensamiento griego fue la de la prueba. Ellos
establecieron que no se puede considerar que un problema matemático estaba
solucionado a menos que se demuestre que la solución era válida. ¿Y cómo se
demostraba esto? La respuesta que dieron fue través de la geometría, después de
todo lo que habían aprendido de los griegos era geometría no aritmética [ CITATION
Kat93 \l 9226 ].

La entrada de los números a Europa


A medida que la iglesia extendía su influencia iba favoreciendo el establecimiento de la
cultura romana. El latín era la lengua de las matemáticas y la ciencia. Resultó
inevitable que las academias europeas buscaran el conocimiento en los libros
romanos. Como la matemática romana era insignificante todo lo que los europeos
aprendieron fue un sistema de números engorroso y unos pobres conocimientos de
aritmética [ CITATION Kat93 \l 9226 ].

Alrededor de 1.100 d.C. la Europa occidental se había puesto en contacto con el


oriente próximo a través de los viajes y el comercio con los árabes del mediterráneo y
del oriente próximo, así como con los bizantinos del imperio romano de oriente. Las
cruzadas (1100-1300 d.C.) que buscaban reconquistar los territorios sagrados del
cristianismo bajo el dominio árabe también pusieron en contacto a Europa con los
pueblos musulmanes, no obstante, los hombres de las cruzadas no eran ilustrados por
lo que su efecto no fue tan grande [ CITATION Kli72 \l 9226 ].

Pronto los cristianos latinos comenzaron a advertir la importancia de la literatura árabe,


la cual contenía los vastos tesoros de conocimientos y la experiencia acumulados de
todo el pasado. Los europeos se propusieron buscar copias de los trabajos griegos, de
sus versiones árabes y de los textos escritos por árabes. Los príncipes y dignatarios
de la iglesia respaldaron a muchos eruditos en su búsqueda de esos tesoros. Estos
eruditos fueron a los centros árabes de África, España, sur de Francia, Sicilia y Oriente
próximo para estudiar los trabajos existentes y llevarse consigo lo que pudieran
comprar [ CITATION Sar52 \l 9226 ].

En 1085 Toledo cayó en poder de los cristianos y se abrió allí para los eruditos
europeos un centro importantísimo para el estudio de los trabajos árabes. Sicilia fue
conquistada por los cristianos árabes en 1091 y los trabajos allí disponibles pudieron
ser consultados desde entonces. El árabe era un idioma complejo con caracteres
ilegibles y confusos para la mayoría de los europeos, por lo que estos fueron
traduciendo las obras obtenidas al latín. Como los árabes tenían casi todos los
trabajos griegos de matemática, filosofía, medicina, ciencia, teología y astronomía, los
europeos adquirieron una literatura inmensa. Admiraron tanto estas obras y les
asombraron tanto las nuevas ideas que descubrieron en ellas que se convirtieron en
discípulos de avanzada del pensamiento griego [ CITATION Kli72 \l 9226 ].

Quizás una de las herencias más trascendentes para Europa del conocimiento árabe
fueron los números indo-arábigos. La introducción formal de éstos se debe al
matemático italiano Leonardo de Pisa más conocido como Fibonacci. Leonardo de
Pisa había aprendido la aritmética árabe en numerosos viajes al África en compañía
de su padre que se desempeñaba como comerciante. En su obra maestra el libro del
Cálculo publicó una explicación muy clara de los números indo-arábigos y la manera
de usarlos en cálculos aritméticos [ CITATION Sar52 \l 9226 ].

Para el final del siglo XII d.C., el cuerpo principal de los conocimientos greco-árabes
estaba disponible para los que leían latín. Durante los siglos siguientes estos trabajos
fueron asimilados y los europeos comenzaron a trabajar en nuevas matemáticas por
ellos mismos [ CITATION Kat93 \l 9226 ].

A manera de conclusión
Cuando se habla de historia de la ciencia primero se piensa en el desarrollo del
método científico que vino de Occidente, aunque la incubación de este método fue un
proceso gradual y lento en el que los aportes empíricos de los pueblos de Oriente
fueron muy importantes, la maduración del método solo se completó a comienzos del
siglo XVII en un periodo marcado por el creciente conflicto entre la escolástica
impuesta por el cristianismo y el espíritu experimental que iba tomando cada vez más
fuerza en Europa, en la historia contemporánea se tiene como el heraldo de este
método al científico italiano Galileo Galilei.

Todos los triunfos de la ciencia moderna se deben a la aplicación deliberada de este


método. No obstante, un enfoque racional de los fenómenos naturales y de su
explicación en términos de causas naturales requiere de una herramienta fundamental
como lo son las matemáticas, sin este poderoso lenguaje no nos es posible expresar
los modelos para describir la naturaleza, ni lo más importante utilizar estos modelos
para predecir sucesos a partir de variadas asunciones.

Este lenguaje vino de Oriente, los pueblos hindús desarrollaron un novedoso sistema
de numeración con tres características básicas: una base decimal que permite
expresar cualquier número con tan solo diez cifras, un sistema de notación posicional
que asigna un valor a cada cifra y el concepto del cero o la ausencia de valor. El
lenguaje fue pulido por los pueblos árabes quienes introdujeron el álgebra, una
poderosa herramienta con la que se podía alcanzar la solución de un universo infinito
de problemas.

A través del álgebra se pudieron resolver problemas prácticos que daban a los pueblos
que la dominaban ventajas tácticas en el combate como calcular la la posición de un
proyectil con una velocidad dada, determinar la posición exacta de un barco y
orientarse con respecto a un sistema coordenado. Más tarde el álgebra y el cálculo
derivado por los europeos a partir de esta fueron herramientas fundamentales que
apoyaron el desarrollo de grandes teorías de la física como la mecánica clásica, el
electromagnetismo o la relatividad.
No hay duda alguna que nuestro más antiguo conocimiento científico es de origen
oriental. No habría matemáticas ni física sin algebra. No habría computación sin
algoritmos. No habría química sin álcalis.

Omar Villarreal
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