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Vida política

Dos concepciones del término política


Para muchos hoy la palabra política es sinónimo de deshonestidad, corrupción,
mentira, intereses personales o de grupo, demagogia. Pero, más allá de los malos
ejemplos de muchos políticos, la palabra proviene del griego antiguo -polis-, que
quiere decir ciudad. En consecuencia, política se entiende como el arte de organizar
bien la vida de la ciudad o de buscar el bien común de todos sus habitantes, como
enseña la Iglesia.
Pero ¿qué entendemos por bien común? Es “el conjunto de aquellas condiciones de
vida social con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr
con mayor plenitud y facilidad su propia perfección humana”
Hay, sin embargo, un sentido más estricto del término política, que se refiere a la
búsqueda, ejercicio y reparto del poder como algo necesario para lograr el bien común
y ser factor unificante de la sociedad: se la llama política partidista y se entiende de
forma más restrictiva.
El poder es un medio para la consecución del bien común; cuando se olvida esto se
cae en la politiquería o en la política sucia. La búsqueda del poder como medio para el
bien común es en sí misma una actividad noble que requiere, por parte de los
aspirantes, idoneidad y honestidad. Pío XI hablaba en este sentido de la política como
de la expresión más alta de la caridad porque puede crear las condiciones para una
sociedad más justa y solidaria.
Una democracia real
Democracia es una palabra griega que significa gobierno del pueblo y alude al derecho
del pueblo a designar a sus representantes y a controlar el modo en el cual ejercen el
poder que les ha sido delegado. De la democracia abierta de la antigua Grecia, se ha
pasado, en la época moderna, a una democracia representativa; el pueblo gobierna a
través de sus representantes, organizados en partidos políticos que concretan sus
propuestas y sus ideas. La primera constitución que consagró el régimen democrático
actual fue la norteamericana en 68 1787. Con la conquista del sufragio universal, se
logró el derecho al voto para todos. Pero aun así los pueblos buscan formas más
eficaces de participación en el ejercicio y en el control del poder.
Aceptado el régimen democrático, debe necesariamente admitirse el pluralismo
político y, por lo tanto, la existencia de partidos e ideologías, la libertad de asociación,
de prensa, etcétera. Y, aunque la lucha por los intereses de cada sector sea legítima,
es fundamental que predomine sobre ella la búsqueda del bien común, para que no se
desvirtúe la esencia de la democracia. A la Iglesia no le ha resultado fácil aceptar el
régimen democrático. Esto se dio recién con León XIII y, sobre todo, con Pío XII, el
cual llegó a afirmar: “La forma democrática de gobierno parece a muchos como un
postulado natural impuesto por la misma razón”. Advirtió, sin embargo, que eran
posibles distintas formas de realización de la democracia. Para que la democracia sea
efectiva y real, esta debe darse también a nivel social y económico. No es suficiente
una democracia de tipo liberal. Se precisa una democracia que apunte también a una
real justicia social y al protagonismo de los trabajadores.
Vida política

Dos concepciones del término política


Para muchos hoy la palabra política es sinónimo de deshonestidad, corrupción,
mentira, intereses personales o de grupo, demagogia. Pero, más allá de los malos
ejemplos de muchos políticos, la palabra proviene del griego antiguo -polis-, que
quiere decir ciudad.

Una democracia real

Democracia es una palabra griega que significa gobierno del pueblo y alude al derecho
del pueblo a designar a sus representantes y a controlar el modo en el cual ejercen el
poder que les ha sido delegado.

Aceptado el régimen democrático, debe necesariamente admitirse el pluralismo


político y, por lo tanto, la existencia de partidos e ideologías, la libertad de asociación,
de prensa, etcétera.

. A la Iglesia no le ha resultado fácil aceptar el régimen democrático.

Se precisa una democracia que apunte también a


una real justicia social y al protagonismo de los trabajadores.

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