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ATENCIÓN PEDIÁTRICA EN EL PACIENTE QUE ACABA DE CUMPLIR LA

MAYORÍA DE EDAD

Kharen Alessandra Verjel Avila - 201511128

El día que fui al comité de ética expusieron el caso de un paciente de 18 años que tenía una
patología pulmonar grave desde la infancia y que, por tanto, había sido tratado por un equipo
multidisciplinario desde que era muy pequeño, equipo que conocía perfectamente la enfermedad y
estaba al día con los todos los nuevos eventos. Su tratante principalmente era un pediatra, quien ya
lo conocía desde pequeño al igual que el resto del equipo. Poco antes de cumplir los 18, el paciente
se exacerbó en su enfermedad y fue hospitalizado, pero al cumplir la mayoría de edad en ese
periodo de hospitalización, se creó un dilema respecto al posible reemplazo de médico tratante, que
no debía seguir siendo un pediatra por el cumplimiento de su mayoría de edad.

Entre los diferentes puntos de vista expuestos en la reunión del comité, los que destacaron fueron
aquellos a favor de que el médico tratante siguiera siendo el pediatra, que tiene el mayor
conocimiento del paciente, su patología y su evolución. Legalmente, un paciente mayor de edad ya
no debería ser tratado por un pediatra; sin embargo, en este caso en específico cabía preguntarse si
el cambio del médico tratante traería algún beneficio para el paciente. Ante un no como respuesta,
se mantuvo al pediatra encabezando el caso. Posteriormente, el paciente empeoró rápidamente y
murió, pero hasta el último momento no hubo reemplazo del médico tratante ni del resto del equipo
a cargo de la salud del muchacho.

Frente a este tipo de situaciones, cabe justificarse que tan definida está la línea entre la mayoría y la
minoría de edad y si hay fundamentos (medicina basada en la evidencia) que sustenten el beneficio
que trae a los pacientes mayores de 18 años ya no ser vistos por un pediatra. Dado que en nuestro
país esa es la regla, solo queda decir que hay que tener argumentos para saltarse la norma y que
dichos argumentos coincidan con la beneficencia del paciente. Para que esto se lleve a cabo, cada
caso debe ser individualizado y, acorde a eso, tomar las decisiones pertinentes. Esta
individualización de cada caso debería llevarse a cabo no solo en la hospitalización, si no también
en consulta externa, urgencias, cirugías y muchos otros ámbitos en los que la línea entre la mayoría
y la minoría de edad tiende a tornarse borrosa a la hora de la toma de decisiones médicas.

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