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UN PUEBLO QUE SOBREVIVIO A UNA MASACRE AMENIZADA CON GAITAS

1. La masacre de El Salado fue una de las guerras de masacres que en el 2000


caracterizó el conflicto armado de nuestro país, una de las zonas más afectada es la
zona conocida como montes de María pues era un corredor estratégico para los grupos
armados entre el bajo magdalena y la costa caribe, en esta región se encuentra ubicado
un pequeño pueblo llamado “El Salado”.

Entre el 16 y el 21 de febrero del año 2000, más de 300 hombres armados que
portaban brazaletes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) entraron a la
región y sembraron el terror dejando como huella torturas, asesinatos, violaciones y un
sinfín de vejámenes con un saldo de más de 60 víctimas en este pequeño pueblo.

LA MASACRE

La planeación y la organización

Según informes de investigaciones realizadas, esta masacre que se dio a conocer al


país el 21 de febrero del 2000 fue cometida durante dos días que denominaron las
horas del terror, pero fuentes investigativas aseguran que alrededor de 450
paramilitares que hicieron parte de esta masacre perpetrada a los habitantes del
salado, había sido planeada con total frialdad y anticipación en la finca El Avión, en
Sabanas de San Ángel en el departamento de Magdalena, por los jefes paramilitares
del Bloque Norte Salvatore Mancuso y Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40”, así como
por John Henao, alias “H2”, y Carlos Castaño. (Las fuentes de información de para
identificar la planeación y organización de la masacre, son las declaraciones de los
paramilitares capturados por la masacre de El Salado y con los testimonios rendidos
por miembros de las estructuras paramilitares que hicieron presencia en la masacre de
El Salado y que están postulados en la Ley de Justicia y Paz)
Los paramilitares comenzaron a acordonar el área desde el miércoles 16 de febrero de 2000.
Mientras estrechaban el cerco sobre El Salado, se dedicaron a asesinar a los campesinos que
transitaban inermes por las veredas. No los mataban a bala sino a golpes de martillo en la cabeza,
para evitar ruidos que alertaran a los desprevenidos habitantes que se encontraban aún en el
pueblo.

El viernes 18, ya durante la invasión, forzaron las casas que permanecían cerradas y ametrallaron
a sus ocupantes. (Crónica, el pueblo que sobrevivió a una masacre amenizada con gaitas por
Alberto Salcedo Ramos)

A las 9 de la mañana del 18 de febrero del 2000, un helicóptero dispara ráfagas desde
el cielo hacia las casas, hombres y mujeres armados del bloque norte de las
autodefensas irrumpen en el pueblo y sacan a los indefensos lugareños, no hay
escapatoria, todas las vías de acceso estaban acordonadas por los crueles victimarios y
se daba inicio a una masacre que causo indignación y marco terriblemente las
memorias de propios y ajenos.

EL TERROR

2- Rodeado el pueblo por todas sus vías de acceso, más de 300 paramilitares guiados
por cinco desertores de la guerrilla, avanzaban hacia el salado robando ganado,
asesinando campesinos de forma sigilosa para no alertar a los saladeños, ahorcando,
degollando o golpeando certeramente para no usar los fusiles y después de una larga
caminata llegaron a su destino, los desertores guerrilleros vociferaban conocer a
quienes cooperaban con la guerrilla.

Lo que el pueblo viviría acto seguido sería un momento imposible de borrar.

TERROR SELECTIVO: llegaron tumbando puertas, disparando a ráfagas sus fusiles y


separando a los indefensos habitantes, una vez distribuidos en la cancha y la iglesia,
seleccionaron al grupo a quien iban a dar de baja por ser colaboradores de la guerrilla.
Se llamaron a si mismos los mesías aquellos tres que iban ejecutando a los que en la
lista se encontraban.

—¡Partida de malparidos: párense firmes, que somos los paracos y vamos a acabar
con este pueblo de mierda!

—¡Eso les pasa por ser sapos de la guerrilla!

En seguida arrancaron a los pobladores de sus casas y los condujeron como


borregos de sacrificio hacia la cancha, se plantaron tres de los criminales. Uno de
ellos blandió un papel en el que estaban anotados los nombres de los lugareños a
quienes acusaban de colaborarle a la guerrilla. (Crónica, el pueblo que sobrevivió
a una masacre amenizada con gaitas por Alberto Salcedo Ramos)

Se infundió un terror a todos los habitantes, los desertores guerrilleros viles


delincuentes seleccionaron víctimas, en sus manos tenían por así decirlo el poder de
decidir quien moría y quien no; los paramilitares iban torturando y ejecutando a la vista
de un centenar de pobladores presos del miedo.

Al acabar con los de la lista no hubo satisfacción plena en los hombres de las
autodefensas. Decidieron entonces dejar en manos del azar y de los desertores de la
guerrilla por sus señalamientos quienes serían merecedores de morir, o simplemente le
mataban por tener miedo.

Cada media hora se escuchaba y ahora a quien le toca y se llevaba a cabo una muerte
y con ella un festejo de gaitas y tambores.

TERROR EN PERSPECTIVA DE GENERO: De entre las más de 60 víctimas mortales


esta masacre cobro la vida de 8 mujeres. Los asesinatos y las torturas no fueron
exclusividad para los hombres, las mujeres sufrieron de igual manera y fueron víctimas
de violaciones y agresiones sexuales, fueron ejecutadas en la plaza pública, fueron
golpeadas, amarradas con cuerdas y apuñaladas.

La primera mujer víctima fue Neivis Arrieta, acusada de ser la amante de un


comandante guerrillero. Un paraco la busco casa por casa hasta que la encontró, fue
atacada y vulnerada sexualmente de una manera atroz una joven que no sobrepasaba
los 16 años cuando fue arrastrada, torturada, fusilada y después de muerta empalada y
exhibida en la plaza a manera de ejemplo por si alguna otra buscaba o brindaba
compañía sentimental a sus enemigos.

Otro caso fue el de Rosmira Torres Gamarra, que por ser la madre de uno de los
asesinados se supuso era simpatizante de la guerrilla. La única mujer a quien le
replicaron las torturas que previamente se habían infligido únicamente a hombres, fue
amarrada del cuello y halada de un lado y del otro hasta quitarle la vida, o aquella
enfermera a quien asesinaron por el simple hecho de tener marcas en los hombros
producto del sol a los que ellos dijeron era guerrillera porque esa marca la produce el
morral. Estos son solo menciones de algunas de las víctimas mortales, y bien cabe
nombrar también aquellas mujeres víctimas de acceso carnal violento propiciado por los
paramilitares para su divertimento.

CRUELDAD EXTREMA: La crueldad extrema en la masacre de El Salado es tan


espeluznante e indignante, las torturas cometidas, el uso del cuchillo cual carnicero
blandiendo la carne, aunque un carnicero trata a esta de manera cautelosa, estos
contrariamente ejecutaban tales acciones de manera violenta con esto buscaban
causar un largo y profundo sufrimiento lleno de dolor y agonía.

El acto enfermizo de poner como espectadores a los lugareños que obligaron a ver tal
crueldad, prohibiéndoles expresar el sufrimiento que les causaba presenciar la muerte y
la agonía de familiares y amigos.
Crueldad extrema de llevar a la celebración con gritos de victoria y resueno de gaitas
con cada muerte.

Eduardo Novoa Alvis, la primera de sus víctimas. Le arrancaron las orejas con un
cuchillo de carnicería y después le embutieron la cabeza en un costal. Lo apuñalaron en
el vientre, le descerrajaron un tiro de fusil en la nuca. Al final, para celebrar su muerte,
hicieron sonar los tambores y gaitas.

La crueldad extrema que acabo con la vida de animales por aparecerse en la escena,
una crueldad que aun después de tanto tiempo sigue viva en la mente de quienes la
vivieron y lograron sobrevivir, sus voces se quebrantan al narrar con horror aquellos
hechos y es tal el impacto que genera esta masacre que quienes escuchamos tales
relatos nos invade un sentimiento de profunda tristeza al solo imaginar el dolor que
vivieron.

EL CONTEXTO

3- PRESENCIA DE LOS ACTORES ARMADOS:

El Carmen de Bolívar era epicentro de una disputa armada, la región por su factor
económico era esencial en la logística y obtención de recursos, la prosperidad del
salado era objetivo de la guerrilla por lo cual hostigaron a la fuerza pública hasta que el
pueblo quedo expuesto, víctimas de extorciones y hostigamiento, geográficamente el
territorio proporcionaba conexión entre el Río Magdalena, la carretera Troncal de
Occidente y el Golfo de Morrosquillo. El corregimiento El Salado fue denominado por la
guerrilla como retaguardia estratégica, pues su posición geográfica permite un
despliegue operativo hacia la totalidad de los puntos cardinales en la región y de esta
forma se fue apoderando de la zona y se le atribuyó al salado la etiqueta de pueblo de
guerrilleros.

En este punto las AUC arremeterían contra los lugareños pues el salado estaba
estigmatizado como pueblo activo con presencia guerrillera siendo los saladeños
compinches de estos.
En el momento de la masacre, en la región de los Montes de María operaban los
frentes guerrilleros 35 y 37 de las Farc, y Jaime Bateman Cayón del Eln, también
operaba el frente Rito Antonio Ochoa de las Auc (Autodefensas Unidas de
Colombia). La fuerza pública, por su parte, hacia presencia en el territorio a través
de la Primera Brigada de Infantería de Marina y los Comandos Departamentales
de Policía de Bolívar y Sucre. (datos del grupo memoria histórica)

PRESENCIA DE LOS ENTES DEL ESTADO:

Si el estado no llego durante la matanza tampoco llego después. (palabras de un


sobreviviente, VERDADABIERTA.COM)

En los días en que se llevó a cabo esta masacre, no había presencia de autoridad ni
antes ni durante el hostigamiento, victimizaron a todo un pueblo y los reunieron en una
cancha donde llevaron a cabo muertes y actos de terror desde entrada la mañana del
18 de febrero de ese año, tras las muertes y su vitoreo propio formaron fiestas y
consumaban una matanza sin escrúpulos.

Solo hasta el de 20 de febrero un día después de que los paramilitares abandonaron el


pueblo, se dio la presencia de la infantería de marina y después la presencia de la
fiscalía para corroborar los hechos brutales.

Tras la amenaza de los autores de la masacre los lugareños se fueron dejado al salado
deshabitado, aun tras su retorno continuo sin existir presencia activa de la fuerza
pública, no existía una escuela, ni entes bancarios o de salud, solo existía el dolor y el
rostro triste de habitantes horrorizados que día a día reviven en sus mentes tan
terroríficos días.
LAS MEMORIAS

4- Se hace necesario una reconstrucción de los hechos teniendo como narradores a los
directos implicados, parece algo enfermizo porque ¿Quién quiere recordar algo tan
cruel y doloroso?

Hay muchos interrogantes entre las victimas tras la posibilidad de otorgar el perdón a
quienes de manera fría y terrorífica causaron ese marcado momento, un análisis
detenido y riguroso sacara a relucir los alcances que tuvo la masacre, permite entender
lo que implica para los autores, la sociedad y el Estado mismo lo que sucedió y todo
eso que ahoga en diferentes sentimientos a las víctimas.

LAS MEMORIAS DE LAS VICTIMAS: Muchas memorias un solo recuerdo,


desplazados, retornados, sobrevivientes y testigos de la masacre de El Salado dando la
versión de los hechos relatan a su manera aquella masacre los que vivieron tan
desafortunado hecho recuerdan a los muertos, con un relato nostálgico describen
quienes eran y aun se preguntan ¿Por qué le hicieron eso a mi hijo? ¿Por qué matarían
al profesor? Concuerdan al decir es que eran buenas personas, eran trabajadores y no
se metían con nadie. No tenemos idea por que mataron tantos inocentes, queremos
justicia, dicen.

(El recuerdo que tengo de ella [Rosmira Torres] es que era buena persona, y su
hijo, buenas personas, a ellos no debieron de haberlos matado así, personas que
mataron ignorantemente, y buenas, porque a esa niña le gusta servir, le gustaba
trabajar, ella nunca se metió en problemas con nadie, y lo mismo era el hijo [Luis
Pablo Redondo] testimonio de una sobreviviente)
La memoria de las victimas retazos que entretejidos forman un telar de sufrimiento y
horror y preguntas sin respuestas.

LA MEMORIA DE LOS HECHOS: La masacre de El Salado provocó sentimientos de


impotencia y humillación por la barbarie de los autores, y la degradación de la dignidad
de las víctimas, tras la declaración de los hechos se buscaba reivindicar la dignidad de
las víctimas, su lucha para sobrevivir y la resistencia para tratar de proteger a los suyos.

Los hechos hablan por sí solos y demuestran las distintas posiciones de los actores que
van desde terror, miedo y desesperación, pasan por la frialdad, crueldad, mentes
enfermizas y desquiciadas hasta ausencia y desolación.

Las víctimas se sienten desprotegidas ante el maquillaje que se ha querido dar a lo que
llamaron un hecho desafortunado típico de una “clásica masacre” llevada a cabo por
grupos insurgentes. Muchos perciben que su experiencia ha sido invisibilizada,
opacando un poco los hechos sucedidos, pues se pretende desconocer el sufrimiento
de campesinos inocentes a manos de los llamados paracos entre el 16 y el 19 de
febrero, hechos que narran los múltiples actos terroríficos que en su contra fueron
cometidos y que marcaron piel y mente de forma desgarradora.

CATEGORIA DE LOS SILENCIOS:

A una chica de 18 años con embarazo le metieron un palo por las partes [...]
Varias fueron violadas. Desde un rancho próximo a El Salado se escuchaban los
gritos [...].

Este es uno de los testimonios que se dieron a conocer mucho tiempo después de
causada la masacre, ¿se ignoraba los brutales crímenes sexuales cometidos
abiertamente contra mujeres en el salado? Muchos eran los silencios que fueron
irrumpidos cuando se expuso abiertamente estos hechos, silencios de vergüenza por el
atroz acto de empalamiento público y todo tipo de actos inmorales y enfermizos contra
las mujeres y que se cubrieron para no soportar señalamientos.

Los silencios que querían salir a gritos implorando justicia pero, seres humanos somos
que ante la vergüenza preferimos callar y soportarlo todo antes de estar como solemos
decir en boca de todos, si se sabía de los actos sexuales violentos en contra de
mujeres que en un sitio aparte eran sometidas a dar placer forzoso a toda una fila de
los llamados paracos, esas violaciones fueron conocidas; pero el silencio escondió
dolorosamente los infames actos de abuso y empalamiento que mujeres sufrieron en la
plaza pública ante la mirada aterrorizada de los habitantes, silencio que se dio debido a
la incapacidad que tuvieron de dar ayuda a estas, incapacidad resultado del miedo a no
poder seguir viviendo así fuera llenos de remordimientos vergonzosos.

Si las mismas victimas guardaron silencio en algunos hechos, cuán grande fueron los
silencios de los medios que asumían era una evento producto de combate entre grupos
armados, del estado que debido a su lenta actuación solo afirmo era una masacre que
sería investigada y de los mismos victimarios que decían fue un fin justificado para
acabar con la guerrilla, diciendo que eran exageradas algunas de las acusaciones y que
las victimas debían ser más “seriecitos” al afirmar semejantes cosas que sobrepasaban
la barbarie, sumados los silencios y el olvido de las otras víctimas de pueblos aledaños
que tendría que ser otra historia.

LAS MEMORIAS DE LA RESISTENCIA: La crónica que lleva por nombre “El pueblo
que sobrevivió a una masacre amenizada con gaitas” tiene la palabra clave que
determina la resistencia del salado para ser recordado siempre; SOBREVIVIO,
así es la supervivencia de estos lugareños que reclaman justicia y
reconocimiento por su valor y por el deseo de no ser fantasmas ante el gran mal
llamado violencia.

Estas memorias que no se centran solo en la masacre del 2000 sino que desde tiempo
atrás en la masacre del 97 con la muerte de líderes comunitarios se pedía a gritos una
mirada ante el peligro que los rodeaba constantemente, y aun después de tan infame
suceso siguió cobrando victimas al querer retornar y luchar por lo que les pertenece, su
vida, vida en un lugar que con trabajo y amor han construido.

LA VIOLENCIA COMO PROCESO: La masacre del salado en el año 1997 cobro 5


víctimas en su plaza principal, se vio reflejado en la masacre de febrero del año 2000 y
dos años después de la masacre un grupo de líderes decidió retornar y aun bajo
amenazas decidieron permanecer en el salado para retomar su vida, amparados en el
hecho que se daba la militarización de la región por la declaración de los Montes
de María como Zona Especial de Rehabilitación y Consolidación por parte del gobierno
nacional el 21 de septiembre del 2002, la fuerza pública animo a los civiles a volver, la
guerrilla expreso su desaprobación llevando a cabo asesinatos selectivos que cobraron
la vida de los líderes comunitarios que apoyaron el retorno, sumadas desapariciones
forzosas y amenazas a la población civil y a la ONG que los estaba apoyando;
nuevamente el salado estaba bajo el ojo de la hostilidad.
Que desafortunada situación, fueron llamados guerrilleros, motivo por el cual recibieron
ataques de los paramilitares, y atacados por la guerrilla por ser colaboradores de la
fuerza pública o de paracos tristemente acusados por la fuerza pública de ser
informantes de la guerrilla.

Entonces volvieron los sobresaltos: la guerrilla de las Farc (Fuerzas Armadas


Revolucionarias de Colombia) los acusó de ser colaboradores clandestinos de los
paramilitares. ¿Habrase visto ironía más grande? ¡Si los masacraron,
precisamente, porque se les consideraba compinches de los guerrilleros!
(crónicas Soho)
No había circunstancia alguna en donde su posición fuera afortunada y aun así se
resistieron ante la violencia teniendo como recuerdos la violencia misma y así lograr
sobrevivir a este proceso bélico.

EL RETORNO: En noviembre del 2001 un grupo de 120 personas retorna al salado


para labores de limpieza y recuperación y garantizar así el regreso de los habitantes a
su lugar de origen, Cuando llegaron —cuentan— El Salado se hallaba extraviado bajo
un boscaje de más de dos metros de alto e infestado de sancudos.

Dormían apretujados en cinco casas contiguas del Barrio Arriba, pues temían que los
bárbaros regresaran. Reunidos —decían— serían menos vulnerables. Su consigna era
que quien quisiera matarlos, tendría que matarlos juntos. Tan grande era el miedo en
aquellos primeros días del retorno que algunos dormían con los zapatos puestos, listos
para correr de madrugada en caso de que fuera necesario.

Un retorno lleno de miedo, zozobra desaprobación del estado, pero sobre todo con un
lugar a la esperanzar de regresar a su terruño como lo llamaban los desplazados
ansiosos por volver.
El 18 de febrero del año 2002 regresan alrededor de 300 personas Elegir la fecha de
conmemoración de la masacre fue un acto simbólico para
resignificar la tragedia y marcar un nuevo comienzo y demostrar el valor de los
sobrevivientes y su lucha por la dignidad de las víctimas.

INICIATIVAS DE MEMORIA: Los habitantes del salado llevaron a cabo una iniciativa
para recordar los fatídicos hechos que los habían desplazado de su tierra y que dejaron
víctimas mortales.
En memoria a las víctimas se realizaron actos de conmemoración en los cuales se les
rindiera homenaje. A pesar de las dificultades del desplazamiento forzado y la
supervivencia del entorno amenazante, los sobrevivientes organizaron y celebraron la
primera conmemoración el 18 de febrero de 2001 en El Carmen de Bolívar. Desde
entonces, y de manera ininterrumpida cada año se celebra este acto ya desde el mismo
territorio.
Se erige un monumento a las victimas caídas, El 18 de febrero de 2006 se instaló la
primera piedra del Monumento, que fue
inaugurado un año después. Construido sobre la mayor fosa común que se cavó en El
Salado después de la masacre de 2.000, donde aún están los restos de algunas de las
víctimas, está conformado en su centro por una cruz grande que antecede a un muro
visualmente cubierto por ella, en el cual se encuentran las placas con los nombres de
cada una de las víctimas, aunque aún faltan algunos nombres reclamados por la
comunidad: Están los nombres y los apellidos de 49 víctimas de las masacres de
febrero de 2000, marzo de 1997 y las posteriores al
retorno del 2002.

Otras iniciativas han sido la creación de murales y grandes dragones pintados en las
casas para expresar la resistencia, el vencer la impotencia; y simboliza el deseo
personal de cambiar la historia y desaparecer la experiencia traumática.

LA MEMORIA DE ELEMENTOS FISICOS

INSTRUMENTO MUSICALES: En El Salado la música se convirtió en un recuerdo


doloroso, vieron masacrar amigos y familiares y ser celebrada tal masacre a sonido de
cumbiamba por parte de los asesinos, oír música equivalía a disparar otra vez los
fusiles se evitaba cualquier actividad que pudiese derivar en fiesta: nada de reuniones
sociales en los patios, nada de carreras de caballo.
Pero en cierta ocasión, un psicólogo social que escuchó sus testimonios en una
terapia de grupo les aconsejó exorcizar el demonio. Resultaba injusto que los
tambores y gaitas de los ancestros, símbolos de emancipación y deleite,
permanecieran encadenados al terror. (el pueblo que sobrevivió a una masacre
amenizada con gaitas)

Duro fue hacerlo, pero lograron exorcizar tan doloroso recuerdo.

LA CRUZ: un elemento que recuerda el tormento de Jesucristo simboliza también el


triste final de víctimas mortales, El Monumento en forma de cruz ha generado varias
reacciones entre los sobrevivientes de El Salado.
Una parte considera que permite compensar en parte la deuda con las víctimas por la
ausencia de los ritos y ceremonias de entierro que se sucedieron después de la
masacre de 2000, ya que tuvieron que ser sepultados en una fosa común, otros
consideran que se trata de un recuerdo de la tragedia que los ata al pasado, que los
hará incapaz de borrar los hechos traumáticos y el dolor. Otros por su parte evitan la
ruta que pasa por el Monumento de las Víctimas porque éste les produce dolor y miedo.

LA CANCHA DE FUTBOL: En la cancha de futbol comenzó la terrible fiesta, orejas


cortadas, fusilados, asfixias, violaciones y tras cada asesinato una fiesta, es un lugar de
dolor no paran de recordar cada vez que se reúnen en la cancha para jugar fútbol. Se
han generado profundas afectaciones, La experiencia de presenciar los actos de terror
producen traumas que bloquean las ganas de querer realizar una actividad que antes
disfrutabas.

LAS MEMORIAS DE LOS VICTIMARIOS: La memoria de los victimarios está centrada


en las interpretaciones más que en los hechos, una memoria desmemoriada que
minimiza los hechos o los presenta como eventos aislados.
Los paramilitares nunca han nombrado lo sucedido en El Salado como una masacre
sino como un “combate” o “operación militar que tenía como fin reducir el enemigo. Se
reconoce como una táctica de combate según Salvatore Mancuso y “El Tigre” al
degollamiento como una táctica para matar al enemigo sin ser detectado; no hacer
ruido para no alertar al enemigo. No ven en el degollamiento crueldad sino eficiencia de
combate.
“Juancho Dique”, ha hablado de las violaciones, el toque de la tambora, el uso de
bayonetas para rematar a las víctimas, el asesinato de Neivis Arrieta en el árbol
contiguo a la cancha, y el saqueo a las tiendas y las casas; pero a pesar de ello su
reconocimiento de los hechos continúa siendo restringido”
Una de las implicaciones morales más profundas de recuperar la memoria de los
victimarios es que haya un gesto de arrepentimiento y se pida perdón, una demanda
mínima de las víctimas de la masacre de El Salado, pero los victimarios tienen muy
mala memoria.

LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO: el estado siempre presento una clara omisión


ante los casos eventuales que presentaba el salado los cuales estaban desprotegidos
pese al riesgo que existía de una clara intervención paramilitar, y una total violación de
los derechos humanos de los habitantes de esta zona.
Las obligaciones del estado de proteger a la población civil no se vieron a favor de la
comunidad afectada y se denoto un apoyo de las autoridades para con los paramilitares
en cuanto a la incursión y salida de la zona sin problema alguno. La fuerza pública no
se hizo presente en esos días de horror sino después de realizada y acabada la
barbarie. El estado intervino por fallo y obligación tras los hechos ocurridos.

LA REIVINDICACION DE LA VENGANZA Y LA RESTAURACION DEL HONOR:


Paramilitares locales, en especial de los miembros de la estructura armada de Los
Méndez (Luis Teherán y Dilio José Romero), está centrada en la reivindicación de su
“derecho” a la venganza y la restauración de su “honor”, ellos tras perder parte de su
familia y tierra y animales en manos de la guerrilla optaron por hacerse miembros de las
AUC y su actuar no buscaba frenar la guerra sino más bien desatarla en aras de
encontrar venganza y hallar algo de honor en todo ello y se empezó la guerra por el
territorio que afecto terriblemente el salado.
Se llevó la guerra a un plano no combativo sino más bien un plano tan sensible que
tocaba familias y mujeres buscando generar un dolor mayor y advertivo en los
enemigos.
Donde se supuso se restauraría el honor mediante masacrar habitantes del salado,
hurtando y dejando una estela de daños imborrables para sus habitantes acusados de
ser cooperantes y familia de guerrilla.

LOS IMPACTOS

5- Las huellas de la masacre han causado un terrible impacto en habitantes y aledaños


de la zona, no solo murieron personas sino también sueños colectivos e individuales.

DESAPARICION DEL PUEBLO Y DESTRUCCION DE UN PROYECTO DE VIDA


COLECTIVO: La desaparición del salado y veredas cercanas debido a la violencia
perpetrada en la masacre significó la disolución social y culturales en las que se
desenvolvía su proyecto de vida colectivo de alcanzar la meta de ser nombrado
cabecera municipal. Genera dolor, tristeza e impotencia en las víctimas sobrevivientes
de El Salado acabaron con familiares, amigos, sueños y de paso con la prosperidad
que desde el pasado les venía caracterizando.
destruyeron severamente a los diversos proyectos de vida de personas que tuvieron
que dejar sus vivencias, pertenencias y deseos, deseos que se convirtieron en
humillaciones y dolor, un dolor que manifiesta que ante tal destrucción no hay
reparación que logre borrar el daño.

DESPLAZAMIENTO FORZADO: El desplazamiento forzado los estremeció tanto como


la masacre, el nuevo entorno social los restringía de su cotidianidad, eran extraños en
un ambiente desconocido con distintas costumbres, el cambio
abrupto que implicó el desplazamiento forzado hacia las grandes ciudades impuso una
carga emocional a todos los sobrevivientes de El Salado que intervino decisivamente en
el grado de adaptación de los desplazados a su nueva realidad y condicionó sus
decisiones en relación con deseo de retornar al pueblo pues los nuevos espacios sin
patios, sin posibilidades de criar animales, los afectó enormemente se sentían
deprimidos, humillados, vacíos y hasta prisioneros.

¿Cómo fue la vida de ustedes en la situación de desplazamiento? Mala. Yo no me


pude amañar en la ciudad.
¿Cómo era su vida en Sincelejo como desplazado? Le voy a decir que eso fue una
vida cruel, oyó, que, si yo hubiera tenido una vida buena, quizás no regreso más
para
acá, estuviera bueno en la ciudad. (testimonio de sobrevivientes, “esa guerra no
era nuestra”)

LOS DAÑOS PRODUCIDOS POR LA MASACRE: La terrible masacre de El Salado fue


de gran impacto por lo que las consecuencias ante tal hecho fueron igual de terribles;
pérdidas, daños y traumas que cobran vida ante la narrativa de los hechos generando
un sentimiento indescriptible.

PERDIDAS MATERIALES: La necesidad de abandonar el pueblo para salvar sus vidas


era la gran evidencia de la pérdida total de los bienes materiales, el
abandono de las casas, la perdida de objetos valiosos en el saqueo durante la masacre,
la desaparición de sus animales, la perdida de sus objetos personales tras la
imposibilidad de llevárselos durante el desplazamiento forzado. Todas estas pérdidas
crearon sentimientos de rabia, impotencia y frustración al sentir que sus sacrificios, sus
esfuerzos y sus luchas para obtener de manera digna esos bienes materiales han sido
pisoteadas y además se han perdido.

Las viviendas no se reclaman sólo por su valor económico sino como un símbolo
de seguridad y protección del individuo y de la familia como núcleo afectivo de la
vida social. (esa guerra no era nuestra, la masacre del salado)
DAÑOS MORALES: SENTIMIENTOS Y EXPRESIONES ALREDEDOR DEL
SUFRIMIENTO:
El daño colectivo perpetrado en la masacre de El Salado marco de manera absoluta las
víctimas, emocionalmente son presas del miedo, la tristeza, impotencia, humillación,
vergüenza y un puñado más de sentimientos que generan un trauma en las victimas
difícil de borrar.
Estos impactos psicosociales las han afectado a todas, con variaciones asociadas con
la generación, el género, la condición de retornado o desplazado, y el lugar de la
experiencia.
Todos han experimentado esos sentimientos, que han derivado en episodios de
pánico y de crisis nerviosas, alteraciones del sueño, pena moral y trastornos
mentales y de salud física que somatizan conflictos emocionales causados no
sólo por el hecho violento como tal, sino también por la imposibilidad de procesar
y tramitar subjetivamente la experiencia traumática debido a las difíciles
condiciones de vida a que fueron lanzadas las personas, la permanencia de la
amenaza, la inseguridad y el miedo, la poca solidaridad social y la precaria
respuesta estatal para hacer efectivos sus derechos a la verdad, la justicia y la
reparación.
(esa guerra no era nuestra. La masacre del salado)

DAÑOS PSÍQUICOS: REACCIONES LÓGICAS FRENTE AL ABSURDO DE LA


GUERRA:
Tras los hechos ocurridos los traumas que se desarrollaron en los habitantes era algo
de esperar, Los sentimientos experimentados durante la masacre son en muchas
ocasiones indescriptibles ha de ser muy terrible tener que observar obligado como se
está llevando a cabo una masacre tan cruel, causando una impotencia y rabia interna
que debes tragarte para tratar de salir ileso de todo. Las secuelas emocionales en las
no son de sorprender. Los habitantes sobrevivientes del salado sufrieron daños
psíquicos que van desde las alteraciones del sueño, hasta trastornos alimenticios,
depresión, aislamiento, hiperactividad, y desgano de manera colectiva tanto como
individual.

Todas las noches soñaba con eso, soñaba lo mismo que vi, con los paramilitares,
con mis amigos huyendo, con lo que hicieron, todo horrible.
(Testimonio de Mujer, Adulta y Desplazada-El Carmen de Bolívar Testimonio)

HACIA UNA INTERPRETACION GLOBAL:

6- Hacia la superación de la estigmatización


La estigmatización de El Salado como pueblo guerrillero fue, sin duda, uno de los
factores desencadenantes de la masacre de El Salado. Pero antes de explicar bajo qué
condiciones y cómo operó, MH considera pertinente resolver el reclamo de las víctimas
sobrevivientes acerca de la necesidad del esclarecimiento histórico de la
estigmatización como parte de la reparación, de las garantías de no repetición y de la
restitución de la dignidad de las comunidades afectadas.
El origen del estigma como pueblo guerrillero a menudo no se apoya en evidencia sino
en suposiciones sin fundamento. Muchos asumen que no es posible la coexistencia de
la población civil y la guerrilla en un territorio sin que haya legitimación, identificación y
complicidad; pero la banalidad con que se origina un estigma contrasta con la
perversidad de sus consecuencias en un contexto de guerra.
Confrontar el estigma implica explorar las relaciones entre los actores armados, la
población y el territorio, es decir, considerar que quienes actúan están dotados de una
historicidad que antecede y condiciona la estructuración y el desarrollo de sus
relaciones.
Fuente:
LA MASACRE DE EL SALADO: ESA GUERRA NO ERA NUESTRA
Miembros del Grupo de Memoria Histórica (MH)
Gonzalo Sánchez G.
Coordinador del Grupo de Memoria Histórica
Andrés Fernando Suárez
Relator de la investigación sobre la masacre de El Salado

HISTORICIDAD DEL CORREGIMIENTO DEL SALADO: La historicidad de este


pueblo está enmarcada en su lucha por la dignidad, un lugar hostigado por conflictos
sociales de todo tipo, político, armado, explotación económica y bien hoy una batalla de
territorio.

Una historia con olor a tabaco como símbolo de prosperidad, y de auge económico de
gran desarrollo que trastabillaba con movimientos campesino en los años 70 y la
guerrilla de los años 90, sobre todo con la inserción de la guerrilla de las Farc en los
Montes de María que derivó más de una coyuntura ya que acto seguido esta entraba al
radar de los paramilitares, se enfrentaron a actos bélicos y masacres desgarradoras sin
ayuda o protección alguna pues estaban sufriendo de la precariedad estatal, la
presencia de la fuerza pública era casi nula.
Según la historia al decir El Salado no muestra un antes sino un ocurrir terrorífico que
termina denominando El Salado como "el pueblo de la masacre", así como San Jacinto
es el de las hamacas, Tuchín el de los sombreros vueltiaos y Soledad el de las
butifarras.

UNA GUERRILLA COMBATIVA Y DEPREDADORA: La presencia activa de la guerrilla


en la región de los Montes de María, las guerrillas del ELN, el EPL y la llegada de las
FARC denotaban una actividad del conflicto armado. Esta ultima una guerrilla no solo
estratega sino también combativa y depredadora golpear a las fuerzas militares a la vez
que, en acabar con la institucionalidad estatal en el ámbito local, lo cual implicó
incursiones en los cascos urbanos de los municipios para destruir el puesto de policía y
las instalaciones de las entidades públicas, y en especial la Alcaldía, en tanto centros
de poder político-institucional.
Su combatividad era paralela con su capacidad depredadora: No sólo atacaron a la
fuerza pública sino que hicieron sabotajes a la infraestructura eléctrica y vial, y
generalizaron los secuestros, el pillaje y la destrucción de bienes civiles, pues nunca
restringieron los límites de la guerra al Estado sino que lo extendieron atacaban las
haciendas de los terratenientes y ganaderos procediendo a robar el ganado y destruir
las propiedades, cuando no secuestraban al administrador de la finca o a su propietario;
e incluso extremaron sus acciones hasta una variante “perversa” del secuestro a la que
etiquetaron como “pescas milagrosas”, según las cuales instalaban un retén y detenían
por un lapso de tiempo varios vehículos, y luego procedían a secuestrar a las personas
condicionando su liberación a la verificación de su situación económica.
A el salado lo habían llamado pueblo de guerrilleros, por lo cual los paramilitares
provocaron la masacre, y ese hecho no significo nada para la esta depravada guerrilla
de las Farc que demostraba no dependía críticamente de su contacto con la población
civil.

APARICION DE LOS GRUPOS MILITARES: La aparición de este grupo en los Montes


de María profundizo el conflicto armado en el año 1996 y su nivel de actividad se
sostuvo hasta el año 2003. Lo que hicieron los paramilitares se centra en las
infracciones y violaciones a los derechos humanos con sus acciones bélicas; su énfasis
es la violencia contra la población civil y no los combates con la guerrilla: Sus acciones
de violencia se concentran en los homicidios selectivos, las masacres entre las cuales
se evidencia la del Salado y las desapariciones forzadas: De las 42 masacres
perpetradas por ellos entre 1996 y 2003
en los Montes de María, 25 se convirtieron además en acciones de tierra arrasada en
las que destruyeron bienes civiles, realizaron actos de pillaje, infligieron torturas,
cometieron violaciones sexuales y llevaron a cabo desapariciones forzadas.
El despliegue paramilitar en los Montes de María les costó la vida a 620 personas, 95
de ellas combatientes y 525 civiles. Esta cifra puede ser aún más alta si se tiene en
cuenta que 252 casos que produjeron 344 víctimas fatales, presentan indicios de haber
sido perpetrados por actores armados, sin que se haya podido esclarecer si se trata de
guerrilla o de grupos paramilitares.

VOCES:

7- Muchas son las voces que resuenan algunas a bajo tono que con algún tipo de
indignación narran la masacre de un pueblo.

VOZ DEL AUTOR: Son muchas las crónicas narrativas de la masacre de un pueblito
del caribe llamado EL SALADO, los autores de estas narrativas tienen como objetivo
persuadir al lector, sumergiéndolo en el relato directo presentado por las victimas
sobrevivientes de tan fatídico acto.
El autor describe de manera certera el entorno y acto seguido al directo narrador que
fue testigo de la masacre, consiguiendo no solo con asombro conmoverse el sino
también al lector, proporciona de manera clara casi con asombro el transcurrir de los
eventos y como se perpetraron los hechos.
La voz del autor consiguió transportarnos a esas escenas barbáricas difíciles de olvidar.

VOZ DEL LECTOR: Muchos éramos los que desconocíamos este acto tan atroz e
infame en contra de personas tan merecedoras de dignidad, vida y respeto como
nosotros o como todos, como lectores fuimos tocados en fibras muy sensibles y
sumamos nuestra voz al rechazo de tales accionares de parte de grupos insurgentes
sean cual fueren.
Emocionalmente conmovidos nuestra mente hizo su trabajo tras la narración tan
rigurosamente descriptiva del lector, recreamos el evento mentalmente mientras a voz
alta leíamos el relato crónico, perturbados ante algunos de los testimonios de las
víctimas, era imposible no detenerse y decir: -que terrible!
¿por qué hicieron eso?
El relato nos deja un sentimiento, un hecho y un poco de tristeza por las desafortunadas
víctimas.

LA VOZ DEL DERECHO A LA JUSTICIA: Bien dice el dicho que la justicia es coja,
pero llega, ¿en la masacre del salado se escuchó la voz del derecho a la justicia?
Muchos son los actores y factores implicados que por estos hechos han salido a relucir,
tenemos el caso de La Corte Suprema de Justicia que dejó en pie la condena impuesta
contra el capitán de la Compañía Orca del Ejército Héctor Martín Pita Vásquez por no
haber actuado para evitar las acciones de los paramilitares en la masacre de El Salado
que ocurrió entre el 16 y el 21 de febrero del año 2000.

De igual manera la Corte reveló el testimonio de un infante de marina que un mes


después de la masacre afirmó que hubo colaboración entre los militares y los ‘paras’.
Según dijo, el grupo ilegal avisó al ejército su salida de El Salado, para que los
militares entraran.

Las voces proclamando justicia se han ido sumando la Corte Suprema pidió a la
Fiscalía que esta masacre sea declarada como delito de lesa humanidad.

En Colombia, la Corte Suprema se pronunció en el 2010 respecto a los delitos de lesa


humanidad, y acogiéndose a los tratados internacionales, declaró que los delitos que
sean puestos dentro de esta categoría no prescribirán.
Esto implicaría que los delitos cometidos en El Salado podrían ser investigados en
cualquier momento por la Fiscalía que por su parte pidió perdón:  

“Pido perdón por no haber dimensionado la magnitud de su tragedia, por no


haber comprendido el dolor, por lo que se hizo mal hace 15 años, por lo que
hicimos a medias, por lo que dejamos de hacer durante tantos años, y les pido
perdón por llegar al extremo de sugerir que era de ustedes la responsabilidad de
parte de la pérdida de los cuerpos”

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