Está en la página 1de 1

UNA TRISTE HOJA

Era un día de otoño, gris y nublado.


En el jardín, hay un árbol que todavía tiene hojas amarillentas en sus ramas, que
se resisten a caer en el rastrillo del jardinero.
En una de esas ramas se encuentra una solitaria hoja, con la mirada triste y con
lágrimas en los ojos miraba hacia el cielo, esperando que llegara el viento que de
su rama la arrancaría.
Dijo para sí misma: “recuerdo esa primavera luminosa, cuando en un pequeño
brote en el árbol aparecí, y crecía primorosa, de un bello traje verde me
vestí.
Se llenaba mi alma de los colores de las mariposas, mis oídos del trinar de
los pájaros que entre las ramas sus nidos construían, cobijados por mi
sombra y las de mis hermanas.
Hago memoria de cuando el verano, de caricias cálidas nos envolvía y a otros
brotes en flores de todos colores convertía. Ellas llamaban a las abejas, que
en un arrullador zumbido venían a llevar el polen de sus capullos y una dulce
miel fabricar.
Cuantos lindos momentos llenos de alegría, niños que jugaban, abuelos que
la tarde pasaban.”

Y ahora, la hoja se lamentaba: “mi tiempo ha llegado y el frio viento con mi


vida acabará”

Y de pronto, una suave brisa la envolvió y a su oído le susurro “vamos juntas


hacia el cielo a volar”

La hoja se empezó a elevar, danzando entre las nubes, su sonrisa se hacía


escuchar.
Y el árbol orgulloso, a la nueva primavera se dispuso esperar, para contemplar
nuevas hojas y flores nacer y nuevamente la vida alegrar.
MORALEJA: la vida nunca termina y en otra generación su ser podrá continuar.

AUTOR: Nono Juan


LECTORES: Nono Juan y Nona Nancy

También podría gustarte