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Universidad Tecnológica de Santiago

(UTESA)

Nombre
Manuel Aurelio Hernández

Matrícula
2-17-0561
Tema
Resumen del Primer y segundo viaje de Colón

Asignatura
Historia Social Dominicana 028

Docente
Francisco Teodoro Rodríguez
El primer viaje de Colon

La tripulación elegida para el viaje constaba de 89 tripulantes de lo más


variopinto, incluyendo presos a los que se daba una nueva oportunidad (si
sobrevivían a tan incierta empresa), veinte caballeros y varios hidalgos y
funcionarios, algunos al servicio de la Corona y otros al de sus propios
intereses. Las dos carabelas (la Pinta y la Niña) y la nao (Santa María) del
recién ascendido almirante Colón dejaron España por el puerto de Palos, de
menor relevancia que los de Sevilla y Cádiz, pero el más accesible debido a que
en aquel momento estos últimos estaban siendo utilizados para el éxodo forzoso
de los judíos ordenado por los Reyes Católicos el 31 de Marzo de 1492.
La Santa María, con Colón como capitán, tenía 35 metros de eslora (largo) y
18,5 de manga (ancho), con tres mástiles armados de velas cuadradas; la Pinta,
capitaneada por Martín Alonso Pinzón, contaba con la mitad de eslora pero era
bastante más rápida y aparejada de la misma forma; la Niña, con Vicente
(hermano de Martín Alonso) al mando, era la más pequeña de las tres, e iba
armada con el llamado aparejo latino. Todas ellas iban dotadas de cañones,
artículos para el intercambio y el comercio con quien pudiesen encontrarse y
alimentos suficientes para seis meses de travesía. Las tres naves partieron
rumbo a Canarias el viernes 3 de Agosto de 1492.
Las tres naves de Colón viajaron hacia occidente, manteniendo la latitud 28º
Norte, rumbo elegido por Colón tras haber leído un libro de Marco Polo, quien
aseguraba que esta latitud coincidía con la isla de Cipango, en Japón. Esta isla
se encuentra aproximadamente a unods 2.413 km de la costa de Catay en China,
por lo que Cristóbal Colón decidió mantener este rumbo sin importar lo que
sucediese, cosa que les favoreció al mantener sus naves en la línea de los
vientos alisios. El problema añadido (y desconocido hasta entonces) del
magnetismo terrestre hizo que Colón tomase menos en cuenta la brújula y más
su orientación en base a la Estrella Polar.
Colón hizo gala de una gran cautela al no compartir con el resto de marineros
sus inquietudes sobre el viaje, lo cual le sirvió para mantener la calma el mayor
tiempo posible. Otra forma de mantener en calma a la tripulación fue la de
llevar dos diarios de viaje, uno de los cuales dejaba leer a los marineros y otro
secreto, con los descorazonadores datos reales. Con este plan mantuvo a la
tripulación en la esperanza de que aun no habían recorrido las primeras 700
millas de viaje, por lo que no debían preocuparse aun, pero lo cierto es que ya
llevaban superadas las 800.
En un clima muy tenso de desesperanza y posibles motines, las tres carabelas
llegaron al Mar de los Sargazos, otra prueba más de que la ansiada tierra no
podía estar lejos, hecho corroborado también por los hermanos Pinzón. Poco
después, el día 25 de Septiembre Martín Alonso Pinzón avisó a pleno pulmón
desde el castillo de la Pinta que ya se divisaba la tierra, pero se trató de una falsa
alarma que sólo empeoró más la situación a bordo. A Regañadientes, los
marineros decidieron seguir un poco más, pero si no llegaban pronto a algún
lugar los tres barcos darían la vuelta en dirección a España.
Durante el día 7 de Octubre divisaron una bandada de pájaros volando en
dirección suroeste, por lo que decidieron variar sensiblemente el rumbo,
avistando tanto ramas como cañas flotando en el mar algunos días más tarde,
augurando que la tierra no podía quedar muy lejos. Y así fue, ya que el día 12
de Octubre al amanecer la Pinta lanzó el tradicional cañonazo de aviso de tierra,
esta vez sin lugar a dudas.
En los meses siguientes los españoles se dedicaron a explorar tanto Guanahaní
como el resto de las islas Bahamas, con las esperanzas puestas en encontrar
alguna mina de oro pero no hallaron más que riquezas naturales. Cuando Colón
oyó a los nativos hablar de una isla de mayor tamaño (Cuba) situada al
suroeste, el Almirante creyó que esta debía ser la tan buscada isla de Cipango, y
raudo tomó a varios indios como guías y se embarcó rumbo a ella. Martín
Pinzón tomó la misma iniciativa pero sin consultar a Colón, que tan ocupado se
encontraba cartografiando la costa norte de Cuba que no pudo dedicarse a
perseguir al capitán de La Niña.
Tras comprobar que Cuba no era Cipango probó suerte con otra isla situada al
suroeste (Haití) donde pudo contemplar las maravillas y recursos naturales de la
isla, sobre todo maderas y tierras cultivables, y le dio el nombre de La
Española en honor al reino que patrocinó su empresa. Pero una circunstancia
terminó por velar tan hermoso momento, y fue el misterioso hundimiento y
pérdida de la Santa María la víspera de Navidad de 1492 en aguas haitianas. Al
no poder reflotar el barco, se utilizaron sus maderas para construir un pequeño
asentamiento, el primero de los españoles en el Nuevo Mundo.
Cristóbal Colón decidió no retrasarse ni un día más en dar la noticia de su
descubrimiento a los Reyes Católicos, así que se embarcó en La Niña para
regresar a España en busca de sus merecidos honores y recompensas, partiendo
el 16 de Enero de 1493 y dejando tras de sí a un buen número de sus marineros
en la isla. Si bien Colón no temía por las vidas de los que dejaba atrás, debido a
las buenas relaciones que habían tenido con los nativos, lo cierto es que a su
regreso a estas latitudes comprobó con horror como todos habían muerto a
manos de los indígenas, por una u otra razón.
El segundo viaje Colon

El día 25 de Septiembre de 1493 partía desde los puertos de Sevilla y Cádiz y


rumbo al Nuevo Mundo la segunda expedición comandada por Cristóbal
Colón, en la que participaron cerca de 1.500 tripulantes enrolados en 17 buques,
una tripulación compuesta por gentes de todo tipo (soldados, religiosos,
marineros y colonos) que tenían como misión evangelizar y levantar las
primeras colonias en Occidente, y entre los cuales viajaron personajes tan
relevantes como Juan de la Cosa, Juan Ponce de León, Alonso de Ojeda o Fray
Bartolomé de las Casas.
Durante el 28 de Noviembre, mientras las segunda expedición arribaba a las
costas de La Española, Colón pudo comprobar con sus propios ojos el destino
que habían soportado los marineros que se quedaron en el Fuerte Navidad
durante el primer viaje (fuerte construido con las maderas de la naufragada
Santa María) y a la espera del regreso de su almirante. Tras recabar algunos
testimonios entre los nativos, éstos reconocieron que habían terminado con ellos
debido a los crueles y despectivos comportamientos ejercidos por los colonos,
siendo los caciques Guacanagarí y Canoabó los responsables.
Lejos de tomar represalias sobre los indios, los españoles se limitaron en
principio a iniciar la exploración de todas las islas circundantes y en ese mismo
lugar se erigió y fundó la ciudad de Isabela, que sería gobernada por un consejo
designado por el propio Colón. Las exploraciones se prolongaron por un
periodo de 3 años, se fundaron varios asentamientos en La Española y se
cartografiaron las Pequeñas Antillas, Jamaica y la costa sur de Cuba.
Pero la situación de Colón frente a los monarcas españoles comenzó a cambiar
cuando observaron la forma descuidada y sin organización que el marinero
mostraba a la hora de impartir el orden entre los colonos. Las opiniones tanto en
la corte como en las altas instancias de la Iglesia aseguraban que los cargos
otorgados a Colón eran demasiado para su capacidad, la única persona que
siguió manteniendo la fe en él fue la reina Isabel. También hay que aclarar que
los Reyes Católicos deseaban asegurar con premura la posesión oficial de las
tierras descubiertas, ante los avances colonizadores de Portugal.
Para resolver este conflicto entre coronas se pidió la intervención del Vaticano,
sellando ambas partes un acuerdo en el Tratado de Tordesillas (4 de Junio de
1493), que constaba de 4 cláusulas principales que tanto España como Portugal
debían cumplir.
En la primera se asignaba el meridiano de partición a unas 370 leguas al oeste
de Cabo Verde, siendo a partir de esta división el hemisferio occidental para
España y el Oriental para Portugal. En la segunda cláusula se establecía un
pacto de respeto mediante el cual ninguna potencia podía adentrarse en el
hemisferio de la otra. En la tercera se obligaba a ambas potencias a trazar esta
división en un periodo de 10 meses, para lo que deberían enviar nuevos barcos
dotados de marineros, astrónomos y cartógrafos, partiendo juntos desde Gran
Canaria hasta Cabo Verde para comenzar allí su labor.
El día 10 de Marzo de 1496 Colón regresaba ante Fernando e Isabel, en un
clima de dudas acerca de su comportamiento en el Nuevo Mundo, pero sin ver
del todo empañada su imagen de gran descubridor. Fue entonces cuando
Cristóbal Colón trató de asegurar que su linaje quedase indisolublemente ligado
a la historia del Nuevo Mundo, pactando un tratado de sucesión con los Reyes
Católicos, hecho que debido a reveses políticos y conjuras posteriores nunca
llegó a producirse. Además, el tercer y ultimo viaje de Colón tendría que
demorarse más de lo deseado por el Almirante de la Mar Océana.
Comentario critico

Los viajes de Cristóbal Colón son una fuente de polémica a la hora de opinar o
debatir, puesto a que fue una revolución total en la historia y abrió las puertas a
la modernidad de América, se tuvo que pagar este avance con la sangre de los
aborígenes y de los esclavos provenientes de África.
En lo personal, considero que la historia está para aprender de ella y valorar lo
que nuestros ancestros hicieron para que nosotros gozáramos de estás
oportunidades de hoy en día.

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