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El autor se acercó a tres obreros y les preguntó qué estaban haciendo. El primero respondió secamente que estaba preparando piedras, y el segundo dijo escuetamente que trabajaba por su salario. Cuando preguntó al tercer obrero, este respondió con entusiasmo que estaba construyendo una catedral, mostrando una actitud más positiva hacia su trabajo.
El autor se acercó a tres obreros y les preguntó qué estaban haciendo. El primero respondió secamente que estaba preparando piedras, y el segundo dijo escuetamente que trabajaba por su salario. Cuando preguntó al tercer obrero, este respondió con entusiasmo que estaba construyendo una catedral, mostrando una actitud más positiva hacia su trabajo.
El autor se acercó a tres obreros y les preguntó qué estaban haciendo. El primero respondió secamente que estaba preparando piedras, y el segundo dijo escuetamente que trabajaba por su salario. Cuando preguntó al tercer obrero, este respondió con entusiasmo que estaba construyendo una catedral, mostrando una actitud más positiva hacia su trabajo.
Me aproxime al primero y le pregunte mirando con simpatía:
- ¿Qué estás haciendo amigo mío?
- ¡preparo piedras! –respondió secamente. Me encaminé hacia el segundo y lo interrogué del mismo modo: - ¡Trabajo por mi salario! fue su escueta respuesta. Me dirigí entonces al tercero y le hice la misma pregunta que había hecho con los otros dos. - ¿Qué estás haciendo amigo mío? El obrero mirándome lleno de alegría respondió con entusiasmo: -¿No lo ves ? Estoy construyendo una catedral