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La menina

Estoy aquí y no sé porque lo estoy


tengo alma y esperanza
y después de vida y fuego no sé quien soy.

Miro al cielo en infinita añoranza


para descubrir que en una plateada estrella
mi perdida esencia descansa.

En vano trato de alcanzar aquella,


la desterrada historia
que guarda mi frágil querella.

Y acaso vive aún en mi memoria


la cándida Menina
que seducida por la euforia,

languideció, casi divina,


casi profana,
degollada por su propia espina?

Idilios

Una estrellita juguetona


parpadea noche a noche
y su azulada ternura no entona
al cielo jamás un reproche.

Envidiosa de ella una nubecita celosa


se pasea cual espuma
y va tendiendo suntuosa
su exhuberante bruma.

Hasta la engreida luna


de su blanquecino brillo
alardea cual fortuna
concibiendo amores bajo su arrullo.

Y al irrumpir la rosada alborada,


el sol impetuoso
descubre idilios, cual hada
que dispara traviesa su flecha dorada.
Que…

Que no tenerte es como no tener nada,


que el incendio en mí aún no se apaga, que mi esperanza sin rumbo vaga
y que cuando la miras ves una pobre desolada].

Que si el dolor diera semillas


de mi alma brotaría un cultivo
y de cada planta cosecharías una astilla,]
tan filosa y amarga que puedes caer de rodillas].

Que si las lágrimas llegaran al mar


crecería en tan desmesurado modo,
que ni aún la playa tendría acomodo
en el azul que mis ojos no pueden calmar.]

Que si los besos fuesen miel


después de tantos que te ha dado mi boca,]
no tendría en la garganta este sabor a hiel]
y este nudo que la respiración me sofoca.]

Que después de tener tanto


el no tener nada,
no resulta tan tonto
sino que sabe a nada.

Imagina

Imagina que mo hay fronteras,


que la distancia no es más fuerte
que el cariño que te une a quien esperas.]

Imagina que la rosa


en tu jardín
es una carta suya escrita en prosa.

Imagina que la frágil llovizna


es su llanto triste
que el mensajero viento te trae con su brizna.]

Imagina que te sientas a la ventana


como esperando sus pasos
y que de súbito te acarician sus labios de grana.]
Llamas

Salinos parajes,
de insondantes atmósferas planas,
inmensidad de amplias soledades
donde tu nombre y el mío arden en llamas.]

Llamas frías y tostadas,


llamas crueles y fugaces
que volaron libres como hadas,
¡que frías, tostadas, crueles y fugaces!

Fugaces como el rocío en la hierba,


como el rumor del río en el verano,
como la planta mustia sucumbida por la hiedra,]
como el súbito arcoiris...tan cerca y tan lejano.]

Vivir es

Vivir es renacer cada día


junto a la mañana
cuando se despide la noche sombría.

Vivir es disfrutar la fantasía


de los prados, las flores y las mariposas]
colmando a tus sentidos de su melodía.

Vivir es caminar sin miedos,


mostrándote sin máscaras,
permitiendo a tus pasos explorar senderos.]

Vivir es ser tú mismo


genuino, libre y espiritual;
amigo, hermano e hijo del cristianismo.

Libertad

Hoy por vez primera,


siento que soy libre,
libre de aquella quimera
que ardía en mí como fiebre.
Fiebre hirviente que me quemaba,
que la realidad convertía en delirio,
que la tranquilidad me robaba,
y que en la soledad sentía martirio.

Martirio que suprimia mi aliento,


que me tenía a su merced,
que me arrastraba cual viento
y que en mi garganta solo sembró sed.

Sed que aquella agua dulce nunca saciaba,]


que una y otra vez a mi voz Alicante calló,]
que en su resequedad me extasiaba
y que en su propia hoguera se extinguió.

Se extinguió como antorcha sin lumbre,


como alegría sin risas,
como la Serranía sin cumbre,
como brasa que ardía en cenizas.

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