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“DE LAS TEORÍAS DEL DESARROLLO AL DESARROLLO CON

CONCIENCIA AMBIENTAL”

En el presente trabajo se parte de una descripción del estudio del desarrollo


económico desde su origen, se explica brevemente las causa que llevaron al
nacimiento de este estudio y cómo se dio a través de sus diferentes teorías que
fueron cambiando en función de acontecimientos económicos, sociales y
culturales propios de cada nación en diferentes momentos. Posterior a esto se
hace una mención de la situación actual del desarrollo económico en México a
partir de la última teoría del desarrollo que prevalece desde finales de la década
de los 90’s.

Es importante mencionar el papel que el estado ha desempeñado en el proceso


de desarrollo económico y cómo este se ha coordinado con el sector privado
dando paso a una economía de mercado con intervenciones de ambas partes.

Por último se menciona ampliamente las implicaciones que el crecimiento


económico ha tenido en el medio ambiente, importante porque este implica calidad
en las condiciones de vida de la población y condiciona el desarrollo de las
economías. Se establece el papel que el Estado desempeña para la conservación
del medio ambiente y la orientación hacia un desarrollo económico sustentable.
Son diversas las aproximaciones al estudio del desarrollo, en el pasado, el
desarrollo económico era visto como un sinónimo de crecimiento. Los economistas
clásicos prestaban poca atención al estudio de los países más atrasados. En
aquel momento se pensaba que los mercados libres que permitieran a la oferta y
la demanda interactuar sin perturbaciones serían suficientes para que aquellas
economías que aún se encontraban detrás de las líderes mundiales las
alcanzaran.

Según Bustelo (1998) el estudio del desarrollo económico surgió en la década de


1940 debido a los estragos generados por la gran depresión y la Segunda Guerra
Mundial y es desde entonces que el concepto ha ido variando sujeto a los
acontecimientos económicos, sociales y culturales de las naciones. Fue después
de este contexto que los estudiosos de la economía se comenzaron a interesar
por los países “subdesarrollados”. Durante esos primeros años, los economistas
del desarrollo fueron, principalmente, consejeros, buscando resolver el problema
del subdesarrollo, a través de la política económica.

Posterior al surgimiento del estudio del desarrollo económico, aparecieron


diversas teorías del desarrollo como una especialidad de la ciencia económica.
Las economías subdesarrolladas no podían ser estudiadas con los mismos
instrumentos que habían sido diseñados para estudiar a las economías
desarrolladas, esto ha pasado a formar parte de los conflictos de las teorías del
desarrollo económico; tratar de adaptar las mismas medidas de ajuste y
recomendaciones para todas los países subdesarrollados siendo los problemas de
cada nación muy diferentes entre sí.
Los primeros enfoques para alcanzar el desarrollo proponían a la industrialización
por sustituciones de importaciones. En este enfoque, se buscaba desarrollar el
sector moderno con el excedente de mano de obra que existía en el sector
tradicional.

Otra de las teorías considera que el elevado crecimiento demográfico, junto con
intentar imitar las pautas de consumo de países desarrollados, generaba que los
escasos ingresos per cápita se mantuvieran casi constantes. Bustelo (1998)
concluía que en los países subdesarrollados la interacción de la oferta y la
demanda no eran suficientes para alcanzar una senda de desarrollo óptima. Por
ello era necesaria una transformación en la estructura económica que sería
facilitada por el ahorro interno, la inversión externa y la intervención del estado.

Como las teorías mencionadas en los párrafos anteriores fueron planteadas


muchas más, todas buscando atacar los problemas del subdesarrollo.
La mayoría de estas teorías se trataban de propuestas novedosas, alejadas de la
ortodoxia económica, sin embargo, algunos años después llegó la crítica
neoclásica a sus propuestas. Los economistas neoclásicos criticaron la lentitud en
el avance hacia el desarrollo de las economías más atrasadas, señalaban que en
algunos casos incluso ocurrían retrocesos. Además, el fracaso del modelo de
industrialización por sustitución de importaciones se hizo cada vez más evidente,
aunado a esto, los problemas macroeconómicos generados por el modelo, la
pobreza, exclusión y concentración del ingreso se encontraban en aumento.

La escuela neoclásica de economía insiste en los beneficios del mercado como


un factor que impulsa al desarrollo económico; el mercado libre como aquel que es
capaz de aumentar la gama de elección de las personas, además de garantizar la
asignación eficiente de recursos y aumentar el ritmo de crecimiento. De esta
manera, es el Estado el que genera ineficiencias y corrupción, además de carecer
de la capacidad técnica para la gestión del desarrollo.

Desde este punto se han explorado dos escuelas una heterodoxa y otra ortodoxa,
ambas tienen argumentos para defender sus políticas de desarrollo. Las
siguientes teorías pueden ubicarse en una de estas escuelas de economía.

Primero se tiene a la teoría centrada en atender las necesidades sociales básicas,


en ésta se buscaba que existieran oportunidades de empleo productivo para
superar la pobreza, también la distribución de la riqueza tomó importancia. Se
buscaba garantizar el acceso a alimentos, educación, seguridad social, salud,
democracia, entre otros. Este fue el enfoque seguido por buena parte de los
países europeos que crearon una amplia red de bienestar social durante las
últimas décadas del siglo XX. Se trata de otorgar a los ciudadanos de protección
contra las oscilaciones del mercado. Aún con sus ventajas, esta red resulta difícil
de financiar para el Estado, además genera problemas de incentivos para los
participantes en el mercado y por ello se generan distorsiones.

De acuerdo con Bustelo (1998), a partir de la década de 1980 el pensamiento


neoclásico ha dominado los planteamientos de la economía del desarrollo. Las
propuestas de esta escuela de economía llegaron a la generalización del uso de
los instrumentos convencionales de análisis económico de los países
desarrollados a las economías en desarrollo. Las políticas de crecimiento
económico y ajuste estructural son la base del desarrollo económico. Además, se
considera que el mercado es el mejor asignando recursos y los efectos de las
fallas de éste son considerablemente menores que los efectos que trae las
intervenciones estatales. También se defiende que la apertura al comercio mundial
permite que las industrias nacionales más competitivas crezcan, además de
favorecer la especialización.
Los planteamientos anteriores hacen sentido, el instrumental de análisis
económico neoclásico es suficientemente general para ser aplicable a las
economías en proceso de desarrollo. En los modelos de equilibrio general se
pueden incluir las imperfecciones y fallas de mercado que son comunes en estos
países. Al proceso de modelación se deben agregar restricciones adicionales
para conocer el comportamiento de las economías en desarrollo.

Aún con esto, las radicales propuestas por la escuela neoclásica de economía no
tuvieron los avances esperados, generaron resultados pobres, aunque no
catastróficos como en el caso de las políticas de sustitución de importaciones, de
hecho existen algunos ejemplos claros de éxito, donde estas medidas de
liberalización de mercados fueron combinadas con una apuesta hacia la formación
de capital humano y un nivel moderado de intervención estatal, se trata del caso
de las economías del este asiático, estos son países Corea del Sur, Singapur,
Hong Kong y Taiwán. Resalta Corea del Sur y Taiwán ya que pese a ser naciones
carentes de recursos naturales y energéticos fueron en los que se dio el
crecimiento más alto. Estas naciones lograron avanzar hasta convertirse en
naciones desarrolladas.

Con base en lo anterior, desde la década de los 90’s, las políticas de desarrollo
económico siguieron con una tendencia hacia la escuela neoclásica, pero esta
moderó sus planteamientos. Se trata de un nuevo enfoque dentro de la economía
ortodoxa, donde se acepta cierto grado de intervención estatal en algunos
sectores de la economía, siempre durante un periodo limitado y con un nivel
limitado.
Se trata entonces de apoyar a que el mercado funcione sin inconvenientes. Solo
algunas fallas de mercado deben ocasionar la intervención estatal y esta debe ser
siempre armónica al funcionamiento tradicional de las fuerzas de mercado.
Siguiendo con las aportaciones de Bustelo (1998), menciona que las nuevas
políticas de desarrollo deben estar orientadas a mantener estabilidad
macroeconómica con un déficit del sector público sostenible, también es
importante asegurar la existencia de competencia empresarial, atacando a las
estructuras de mercado monopólicas y oligopólicas; una de las fallas que el
mercado puede tener. En este sentido, el papel que el Estado desarrolla es el de
implementar medidas que permitan contrarrestar esta ineficiencia para devolver al
mercado el funcionamiento tradicional antes mencionado.

Además de las intervenciones para corregir fallos que el mercado pueda tener el
Estado debería estar orientado a invertir en la calidad del capital humano, en
actividades económicas estratégicas, en infraestructura e innovación que permitan
la competitividad de la nación, en brindar servicios básicos a la población, etc. Es
decir, la participación del Estado es también necesaria para el desarrollo
económico, como se ha establecido desde la década de los 90´s en las políticas
implementadas.
Se debe también prestar atención al fortalecimiento de las instituciones para su
correcto funcionamiento, son necesarias porque se encargan de regular,
estabilizar y legitimar a los mercados.

Podemos decir que la participación del gobierno en la economía ha transitado de


un Estado promotor del desarrollo a partir de la década de los 90´s siempre con la
tendencia hacia la escuela neoclásica, hasta recientemente que se ha orientado
con fines de estabilización como lo menciona Pablo Bustelo.
Respecto a lo anterior Suárez (2018) coincide señalando que actualmente no
existe un sistema de financiamiento del desarrollo para la economía mexicana.
Esto debido a que los volúmenes del crédito total se encuentran muy por debajo
de países de desarrollo similar al nuestro como economías del sur de América.
A esto se suma el deterioro de lo que fueron las capacidades de la banca de
desarrollo.
Bajo el imperio de políticas neoliberales se buscó que el sistema financiero en
México estuviera desregulado. A partir de esto el eje central de este sistema tiene
ahora un solo objetivo, el de la estabilidad de precio. Se plantea que existe la
necesidad de que el Banco Central vuelva a tener dos objetivos incluyendo
procurar el crecimiento económico para con esto lograr un desarrollo de la nación.

También se debe mencionar que incluso dentro de la escuela ortodoxa de


economía, se acepta que el desarrollo económico va más allá del simple
incremento en la producción per cápita de un país. Una buena síntesis del
concepto de desarrollo es realizada por Stiglitz y Meier (2002), quienes defienden
que el desarrollo económico tiene su base en el crecimiento del ingreso real y de
la producción, pero no se limita a estos aspectos.
La concepción moderna de desarrollo abarca aspectos como la disminución de la
pobreza, redistribución del ingreso, aumento de las capacidades, libertad y la
protección del medio ambiente. Es conocido que no existe un solo conjunto de
políticas que generen desarrollo económico en todos los países, sin embargo,
existen algunos factores que impulsan o limitan este proceso.

Debido a la costosa incidencia medioambiental que el crecimiento económico ha


tenido es oportuno mencionar este aspecto con mayor profundidad.
A consecuencia de los daños generados en el medio ambiente por el acelerado
crecimiento demográfico, los hábitos de consumo de la población, los medios de
producción no amigables con el ambiente, entre otros, la protección
medioambiental también ha comenzado a tomarse en cuenta en la economía del
desarrollo.
La ortodoxia económica permite que el Estado actúe para fomentar el cuidado y la
preservación del medio, esto debido a que se considera la contaminación al medio
ambiente una externalidad negativa generada por actividades de producción de
las empresas y también por actividades de consumo.
De esta manera, el cuidado medioambiental para el desarrollo sostenible debe ser
inducido por la acción estatal ya que los mercados ofrecen muy escasos
incentivos para reducir el impacto causado, esto es posible mediante el diseño de
estrategias de política que se orienten a mitigar este problema y a promover la
preservación del medio y los recursos que nos proporción. Sin embargo, para esto
es crucial contar con instituciones fuertes que apliquen las normatividad requerida
de manera eficiente.

Para Gutiérrez (2008), la base del desarrollo sustentable está en la crítica a la


teoría del desarrollo. Se señalan los distintos impactos del modelo de desarrollo
industrializador, al cual se culpa de ocasionar un aumento importante de
emisiones de gases contaminantes a la atmosfera, así como de dañar la integridad
de los ecosistemas por los diferentes tipos de contaminación antrópica.

Se critica que el modelo de desarrollo que proponen los países del llamado primer
mundo conduce a un ciclo de crecimiento económico y al mismo tiempo la
degradación medio ambiental. Esthela Gutiérrez supone que el crecimiento puede
ser ilimitado, sin embargo, modelos de crecimiento económico como el propuesto
por Solow indican que existirá un punto en la senda de crecimiento económico a
partir del cual no será posible mejorar las condiciones económicas, en ese punto
todo el ahorro de la economía se ocupará para cubrir el costo de depreciación del
capital.
El desarrollo sustentable es, en palabras simples garantizar las necesidades de la
generación actual, sin comprometer las de las generaciones futuras, es un campo
de conocimientos que integra desarrollo económico, equidad, ambiente,
biodiversidad, cultura y sociedad. Para lograr un desarrollo sustentable pleno se
deben tomar en cuenta los tres pilares fundamentales que lo integran, estos son;
el progreso económico, la justicia social y la preservación del medio ambiente.

Para lograr satisfacer las necesidades de las generaciones futuras es necesario


establecer limitaciones para la sociedad actual. Entonces obaservamos que el
desarrollo sustentable incluye un componente intergeneracional que garantice
que una serie de generaciones tengan acceso a una canasta de bienes que les
genere utilidades semejantes.

Debido a la aleatoriedad con la que aparecen mejoras tecnológicas y cambios en


la forma de producir resulta complicado modelar. Con ello, las alternativas para
lograr el desarrollo sustentable se vuelven campo de la economía ambiental y
ecológica. Ambas ramas de la ciencia económica han crecido de forma acelerada
en los últimos años.

Según Vargas (2006), la economía ambientan resulta de aplicar los instrumentos


de análisis neoclásico al campo del medio ambiente. Esta rama se encarga de
sugerir cambios en las políticas e instituciones económicas buscando equilibrar los
impactos ambientales con los deseos humanos y las necesidades de los
ecosistemas. En general se tratan la existencia de externalidades y de la
asignación intergeneracional óptima de recursos.
Por otro lado, para el mismo autor la ecocnomía ecológica busca resolver el
mismo problema que la ambiental. Se dice que la economía necesita entradas de
energía y de materiasñes y que produce dos tipos de residuos, calor disipado y
materiales. Se concibe a la economía y la ecología como dos sistemas complejos.
Mencionan que la determinación de políticas necesita de investigación desde
distintas ciencias y desciplinas y va más allá de lo que los economistas pueden
realizar de forma individual.

En el texto de Gutiérrez (2008) se proponen una serie de medidas que permitirían


avanzar por el camino del desarrollo sustentable. Se trata de medidas que buscan
promover el crecimiento y la distribución de la renta a través de acciones
enfocadas al cuidado de la tierra.

Algunas de las políticas propuestas por Gutiérrez (2008) son la creación de


nuevas instituciones y leyes que garanticen los derechos sociales, colocando al
medio ambiente al centro de la regulación de la sociedad. También se propone dar
impulso a un sistema productivo que se base en tecnologías que no degraden ni
agoten los recursos naturales. Se menciona también que se debe impulsar que el
comercio internacional sea compatible con el desarrollo sustentable.

Entonces todo es una cuestión de incentivos, en el primer caso, la creación de


instituciones que coloquen al centro al medio ambiente, se debe considerar el
carácter internacional de estas instituciones, pues si solo se trataran desde el
ámbito local resultaría sumamente difícil evitar que las empresas se libraran de
seguir las regulaciones institucionales de un país trasladando sus operaciones
fuera de este.
Si un país intenta establecer instituciones de protección medio ambiental,
entonces es posible que las empresas afectadas por dichas instituciones se retiren
de la nación. Por ello ningún gobierno cuenta con incentivos suficientes para
imponer regulaciones medioambientales sin la cooperación de otros países.
Ninguna nación desea que las empresas establecidas en ella dirijan o retiren sus
inversiones hacía otros lugares. Debido a ello, el esfuerzo para la creación de
nuevas instituciones de protección al ambiente debe ser de carácter internacional.

El segundo punto de Gutiérrez (2008) se trata de dar impulso a un sistema


productivo que esté basado en tecnologías que no degraden ni agoten los
recursos naturales. De nuevo es una cuestión de incentivos, en este caso se
puede tratar de beneficios fiscales para las empresas que cambien sus métodos
de producción, por otros menos contaminantes o dañinos para el medio.

En este caso el esfuerzo si se puede realizar de forma local, pero se tendrá que
renunciar a algunos ingresos fiscales, que resultan sumamente importantes para
algunos países subdesarrollados. Además, resulta una labor compleja poder
establecer el tamaño adecuado del incentivo fiscal, para que permita que las
empresas opten por convertir sus platas de producción en lugar de mantener las
actuales. Un incentivo pequeño (que no cubra el costo de convertir las plantas en
el mediano plazo) puede evitar que sea efectivo. En cambio, uno demasiado
grande puede ocasionarle al Estado graves problemas de recaudación.

Una alternativa que ofrece interesantes y rigurosas herramientas de análisis es la


economía ambiental. Como se comentó antes en el texto, esta rama de la
economía utiliza las herramientas de análisis neoclásico para atacar problemas
medioambientales. Estas herramientas son especialmente útiles para calcular los
efectos que algunos incentivos fiscales pueden ocasionar para las finanzas del
Estado. También resultan de gran ayuda para establecer el tamaño óptimo de
diversos incentivos para que se obtenga el resultado deseado.

Otro punto a favor del análisis neoclásico de los problemas ambientales es que
permite determinar el costo de no intervenir a favor de la protección al medio
ambiente. La determinación de este costo hace posible que el efecto en términos
monetarios, de continuar con el ritmo de emisión de contaminantes, se vuelva
visible para los gobiernos y ciudadanos de distintos países.

Para obtener una regulación eficiente es necesaria la cooperación de un


importante número de países. Debido a que ningún país tiene incentivos
suficientes para regular las emisiones de contaminantes de forma individual, se
requiere de la negociación entre los líderes de diversas economías con intereses
que muchas veces resultan opuestos.

En la actualidad los dirigentes económicos no cuentan con los incentivos para


mantenerse dentro de los acuerdos por el cambio climático. Al no participar en
estos acuerdos los gobernantes pueden vender la idea de beneficiar las
economías de sus países al mantener sin cambios las regulaciones ambientales.

Es necesario generar incentivos para que los gobiernos de distintos países se


sientan motivados a participar en los acuerdos climáticos, estos incentivos deben
ser dirigidos hacia la valoración del público acerca de las decisiones de sus
gobernantes, pues los incentivos económicos son escasos. Para este punto
tenemos que es competencia de la sociedad civil exigir a sus dirigentes participar
en los acuerdos para la preservación ambiental. Lo anterior tomando en cuenta
que si hay países que no participan en los acuerdos, es posible que aparezcan
consecuencias no contempladas, como una disminución de la tasa de crecimiento
económico.
Lograr acuerdos entre las economías más grandes de mundo para la protección
ambiental es un paso importante para reducir las emisiones de contaminantes al
planeta, esto a través de regular las emisiones desde el ámbito internacional. El
obtener un acuerdo de esta naturaleza permite también que el aumento en el
consumo y la producción ocasionado por el comercio internacional no tenga
consecuencias negativas en las emisiones de contaminantes.

Los gobiernos locales preocupados por la protección ambiental en general o por


problemas localizados ocasionados por la emisión de contaminantes pueden
implementar algunas políticas específicas, siempre sujetas al análisis costo-
beneficio.

En general a nivel macro, es posible estimular la adopción de tecnología amigable


con el medio ambiente a través de la política fiscal, en específico utilizando
estímulos fiscales a la producción de bienes y servicios que generen niveles
reducidos de contaminantes. Tomando en cuenta que el estímulo debe cuidar no
tener efectos nocivos en las finanzas públicas.

Es necesario ser cuidadosos en la implementación de políticas dirigidas al


desarrollo sustentable. Como fue comentado, el desarrollo cuidadoso del medio
ambiente requiere de la participación de sectores importantes de la población y
que los países estén dispuestos a sacrificar un poco de su crecimiento económico,
a favor de reducir la presión sobre la degradación y uso de los recursos naturales.
Llegamos a la conclusión de que para lograr que una región logre desarrollarse
económicamente se requiere de una gran cantidad de factores actuando en el
tiempo de forma armónica. Para empezar es necesaria la participación conjunta
del mercado y del Estado porque como sabemos, ambos llegan a presentar fallas
que el otro puede ser capaz de corregir. Además, las instituciones fuertes y
eficientes tienen un papel fundamental en el desarrollo de un país.

El Estado debe orientarse a la financiación de actividades económicas


estratégicas, capital humano y físico, innovación que permita la competitividad de
la economía, etc. Pero como vimos, actualmente en la economía mexicana el
financiamiento del desarrollo se ha visto afectado gravemente hasta el punto de
ser prácticamente inexistente y con esto no es posible lo anterior. Es necesario
que el eje central del sistema financiero persiga, además del objetivo de
estabilidad de precios, el de crecimiento económico. También es necesario contar
con un sistema fiscal eficiente y estable que permita una recaudación de ingresos
adecuadas a las necesidades de una economía dinámica, esto implica una
reforma radical y general del sistema impositivo de México.

Por último, la incidencia medioambiental que el crecimiento económico ha tenido


ha despertado la necesidad de protección medioambiental y también ha
comenzado a tomarse en cuenta en la economía del desarrollo que permita llegar
a un desarrollo sostenible.

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