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SC21722
SC21722
Contra: la sentencia proferida por la Sala Civil-Familia-Laboral del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Neiva el primero de agosto de dos mil trece en el proceso agrario de
lanzamiento por ocupación de hecho que adelantó contra Jorge Ramírez Cuéllar.
PRETENCIONES:
HECHOS:
3)No se tuvo en cuenta entonces la Ley 1579 de 2012, para un bien solo puede existir una
matrícula inmobiliaria y al no aparecer la nota de prescripción adquisitiva en el folio 202-
5180, quiere decir que carece de validez la que se dejó en el folio 202-53328, por tanto el
señor Jorge Ramírez Cuellar podía tenerse como titular de dominio.
5) La posesión que ejercía Héctor Gaitán Puyo era por explotación económica al
arrendarlo para pastoreo y engorde de ganado, aprovechando los pastos sembrados,
cultivados y cuidados, con lo que se cumplían los tres requisitos de prosperidad de la
acción de lanzamiento por ocupación de hecho, todo lo que se pasó por alto para darle valor
a un título que estaba viciado.
CONSIDERACIONES
Lo primero que deja claro la corte en esta parte de la sentencia es que a pesar de hallarse
el Código General del Proceso, esta impugnación se regirá por las disposiciones del Código
de Procedimiento Civil y se resolverá con base a este, puesto que fue presentado en
vigencia suya.
Posteriormente se prosigue a discutir sobre el recurso que ha sido interpuesto en este
proceso, este es el recurso extraordinario de revisión (el cual se encuentra consagrado en el
artículo 379)este procede ante contra las sentencias ejecutoriadas de la Corte Suprema, los
tribunales superiores, los jueces de circuito, municipales y de menores . La Corte señala
que este recurso no es para que los litigantes remedien errores cometidos en el proceso en
que se dicta la sentencia que se impugna; con este se busca la protección de la buena fe, el
derecho de defensa y la preexistencia de una solución definitiva que es oponible a las
partes.
En este caso el recurso se interpone bajo el amparo de las causales sexta y octava.
La causal sexta consiste en “Haber existido colusión u otra maniobra fraudulenta de las
partes en el proceso en que se dictó la sentencia, aunque no haya sido objeto de
investigación penal, siempre que haya causado perjuicios al recurrente” . Lo que se pide
replantear el asunto son las conductas inadecuadas conscientes de alguna de las partes
para perjudicar a la otra.
La octava causa habla de “Existir nulidad originada en la sentencia que puso fin al proceso
y que no era susceptible de recurso”. La corte precisa que la nulidad que se de en este fallo
debe ser de naturaleza estrictamente procesal.
La corte señala que los argumentos que sustentan las causales de revisión son iguales,
aun así no son son suficientes para derribar la sentencia. Expone que tanto las actuaciones
defraudatorias de la contraparte, como los supuestos constitutivos de nulidad, corresponden
a la existencia de dos folios de matrícula inmobiliaria relacionados con un mismo inmueble,
pero estos planteamientos no demuestran falencias de índole procesal.Tampoco se le
incrimina al demandado ninguna conducta reprochable constitutiva de colusión, el
recurrente dirige su esfuerzo en demeritar lo que se hizo en un pleito extraño, las diligencias
adelantadas por los funcionarios de la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos y la
labor desempeñada por el ad quem, sin esbozar siquiera cuál fue la participación indebida
de Jorge Ramírez Cuéllar para que eso ocurriera. La corte señala que las precisiones
reiterativas del inconforme antes que fundamentar graves vicios susceptibles de corregir, lo
que evidencian es una profunda resistencia a admitir lo resuelto por el sentenciador,
formulando una propuesta de valoración probatoria acorde con sus intereses, como si lo
perseguido fuera un pronunciamiento en tercera instancia que le diera la razón.
Concluye entonces la corte que no se configuraron las causales de revisión consagradas en
los numerales 6º y 8º del artículo 380 del Código de Procedimiento Civil, por lo que se
declarará infundado el recurso extraordinario.
RESUELVE:
En este caso la corte resuelve declarar infundado el recurso extraordinario de revisión y
condenar al impugnante al pago de las costas.