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By Helena Echeverría
Una vez que nos damos cuenta de que el dinero es una fuente
importante de estrés en nuestra vida y que cuando hablamos de
dinero intervienen las emociones, podemos sumergirnos en
nuestra relación emocional con el dinero.
1. DINERO Y EMOCIONES
2. PATRONES FINANCIEROS
2.1. EVASIÓN DE DINERO
3. DESORDENES FINANCIEROS
Gasto excesivo.
Gasto insuficiente.
Pedidos de préstamos en serie.
Infidelidad financiera. Engañar a tu pareja con respecto a un
gasto concreto o mintiendo sobre vuestra realidad financiera.
Adicción al trabajo.
Incesto financiero. Controlar a los familiares a través del
dinero.
Ser cómplice de una adicción financiera.
La acumulación de dinero. No confundir con el ahorro.
Culpabilidad y vergüenza por la pobreza o la riqueza.
Negación financiera. Hacer frente a la ansiedad de dinero
rechazando o evitando la propia realidad financiera.
4. FINANZAS PERSONALES
Entonces resulta fácil darse cuenta de que nuestra conexión con el dinero está
determinada por nuestros hábitos, pensamientos, conductas, percepciones
y sentimientos.
Por eso, tener salud financiera se refiere a que nuestra actitud frente al dinero sea
positiva y no dependiente. Implica tener una relación basada en la conciencia y en
la utilidad que resulte satisfactoria y no estresante.
La salud financiera no significa que debes tomar una actitud conformista o que
puedas “apagar” tus emociones cuando las cuestiones económicas salen mal, sino
que implica gastar de manera inteligente, ahorrar de acuerdo con nuestros
objetivos y estar preparado para emergencias.
¿No estaría bien poder pensar en dinero y sentirse tranquilo? Por eso, sin importar
qué tan buena es tu relación con él, los siguientes consejos te ayudarán a
mejorarla.
1 – Reflexiona y sé honesto
Comprender cómo percibimos el dinero y el papel que tiene en nuestra vida es el
primer paso para poder mejorar. Esta comprensión requiere objetividad y
honestidad cuando analizamos nuestros hábitos financieros.
Al igual que en una relación con una persona, es necesario dedicar tiempo para
examinar nuestras expectativas, nuestros temores y el cómo nos sentimos.
Solo así podemos darnos cuenta de aquellas cosas que debemos cambiar o de
los ámbitos en los que tenemos dificultades. Y una vez que contamos con esta
información es momento de actuar; ir más allá del análisis y tomar acciones
concisas para corregir aquellos fallos que descubramos.
2 – Entiende el rol del dinero
Muchas personas confunden el papel que el dinero debería tener en sus vidas y lo
convierten en el objetivo principal. Sin embargo, el dinero es una herramienta,
no un objetivo.
Comprender esta realidad va a ayudarte a que te liberes del deseo por acumular y
enfoques tus esfuerzos hacia objetivos reales, que te hagan sentir pleno y
satisfagan tus sueños e ideales.
Una casa, un automóvil, pagar deudas, un viaje, pagar una escuela, mantener a la
familia…
No olvides que tus acciones deben alinearse con tus objetivos. Solo así podrás
cumplirlos.
Esto nos impulsará a aprender más, a gastar de manera inteligente y a superar las
barreras que nos impiden mantener nuestra estabilidad.
5 – Cambia tu enfoque
En la actualidad la sociedad sufre de una concepción errónea que está tan
arraigada en nuestras creencias que hemos llegado a creer que es verdad. Pero
voy a intentar que veas el panorama completo:
Pueden ser cientos, miles o millones de dólares al mes, eso no define tu éxito.
¿De qué te serviría tener una fortuna tan grande que ni siquiera sabrías qué hacer
con ella? ¿Te haría más valioso que los que te rodean? No.
Es algo que hemos escuchado mil veces o más, pero eso no lo hace menos
cierto: el dinero no compra la felicidad, ni la salud, ni familia, ni amigos y,
ciertamente, tampoco compra el éxito.
Para encontrar un equilibrio entre estas dos, antes tendrías que hacerte una
pregunta:
¿el dinero que obtienes mes con mes sirve para cubrir tus necesidades básicas?
Si no, es necesario que realices varios ajustes para que sea así: buscar un empleo
mejor, reducir gastos innecesarios, aceptar un turno extra…
Una vez que cumplas con esto, puedes comenzar a acomodar el sobrante
mensual en una cuenta de ahorros o invertirlo.
¡Es mucho que aprender! Por eso, si tienes problemas al organizar tus gastos o
crear un presupuesto, si las deudas te están asfixiando y sientes que tus finanzas
personales están pendiendo de un hilo, que no te avergüence pedir ayuda o
recurrir a personas que tengan un conocimiento más profundo de esos temas.
Vale mucho aceptar que no sabemos algo o que sale de nuestro control y solicitar
ayuda, pues solo así vamos a aprender y mejorar.
7 – Sé rico
Lo hemos mencionado antes: la riqueza es un estado mental y no financiero.
Quizás en este punto puedas pensar que nunca lograrás pagar tus deudas o que
no contarás con suficiente dinero para un lujo ocasional. Pero la verdad es que sí
está a tu alcance. Solo que no será fácil o rápido.
Las personas más ricas del mundo no son las que más acumulan, sino las
que se atreven a salir y crear sus propias oportunidades sin esperar que el
mundo lo haga por ellos o que alguien los salve de las malas situaciones.
¿Tienes alguna duda? ¿Cómo te llevas tú con el dinero? Nos interesa leerte. No
dudes en comentarlo. 😉
3 tips financieros que todos los
jóvenes deberían aplicar
by Mizraim Romero Bertoni 21 enero, 2020
Esta “ignorancia” lleva a los jóvenes a realizar malas prácticas, que con el tiempo
se convierten en una bola de nieve imparable, que los hunde cada vez en más
aprietos económicos.
Hay mucho que decirse sobre temas de finanzas personales, y en nuestro blog
encontrarás diversos posts con tips al respecto, pero en esta ocasión te diré tan
sólo tres cosas básicas que harán indudablemente una gran diferencia.
Pero esto es muy riesgoso, sobre todo si empiezas a hacer de estas prácticas un
hábito.
Así podrás ahorrar gran parte de tu dinero y de esta manera tener el capital para
realizar tu primera inversión.
“Deja que en el futuro los rendimientos de tus inversiones paguen tus lujos”.
Entiendo que en la juventud, sobre todo en la generación millenial, todo se desea
inmediato, somos una generación que no quiere perder tiempo y prefiere la
gratificación momentánea, que aquella que puede perdurar.
Es así de sencillo, utiliza tu tarjeta tan sólo para cubrir aquellos gastos para los
que ya tienes el capital.
De esta forma nunca tendrás deudas que puedan quitarte el sueño, ni caerás en el
pago de intereses. Además, esta práctica te llevará a tener un buen historial
crediticio.
Cabe decir que adquirir una tarjeta no es la única manera de generar un historial
crediticio, hay algunos servicios que se consideran como un crédito, incluso
puedes comenzar contratando un plan de telefonía celular, y eso te sumará
puntos.
Si sabes que hay algo que te gusta hacer y notas que tienes el talento para poder
desarrollar dicha actividad, es momento de que comiences a prepararte y te
vuelvas un profesional.
Hoy a través de internet y todas las nuevas tecnologías, es muy sencillo hacer de
nuestras pasiones un negocio.
Quien iba pensar que algunas personas viajando o jugando videojuegos iban a
poder capitalizar con esas actividades. Hoy en día, a través de plataformas como
YouTube varios jóvenes están ganando dinero cada mes haciendo videos de esas
experiencias.
No quiere decir que cualquiera de tus pasiones puede hacerte dinero, pero con
todos los recursos que tenemos hoy en día a nuestro alcance, es cuestión de que
encuentres aquello que pueda aportar al mundo y que disfrutes hacer, para que el
dinero se convierta en una consecuencia.
Por eso, es importante que cuando estés buscando tu pasión, identifiques cuál de
tus talentos es el que más puede generar beneficio en las personas.
En su libro Portarse mal, el ganador del premio Nobel, Richard Thaler, nos explica
que la teoría económica clásica siempre había considerado el comportamiento
irracional como algo sin importancia en el área.
Es decir, los economistas daban por sentado que nuestros deseos, valores,
miedos, prejuicios y afectos no influían en cómo manejábamos nuestro dinero.
Por eso, aquí te presento 4 errores comunes que cometes de manera instintiva
al manejar tu dinero.
1 – Falacia del costo irrecuperable
Esta se produce cuando alguien hace una inversión que no parece rentable y
realiza el razonamiento de que no puede parar o de otra manera lo que ha
invertido hasta el momento se perderá.
¿Alguna vez te obligaste a terminar una comida que no te gustó solo porque
pagaste por ella? O tal vez se trató de una película aburrida o un libro tedioso, tal
vez incluso algunas prendas que compraste por internet y no te quedaron, pero
aun así usaste.
Esto es explotado por muchas tiendas que venden membresías con las que
ofrecen acceso a sus tiendas, descuentos o envíos gratis, entre otras cosas.
Imagina que vas a comprar un radio que cuesta $25 dólares, pero descubres que
una tienda que está a media hora de distancia lo vende por solo $15. ¿Harías el
viaje para comprarlo?
Ahora imagina que, en lugar de un radio, quieres un televisor que cuesta $640
dólares y la tienda que está a media hora de distancia lo vende con un descuento
de $10. ¿Viajarías para comprarlo?
Muchas personas, por ejemplo, tienen un ahorro para vacaciones o para comprar
un automóvil o una nueva casa, mientras que al mismo tiempo sufren por pagar
una lista grande de deudas.
Esto se puede entender con un ejemplo sencillo: imagina que un día, mientras
limpias un viejo clóset o un ático, encuentras una tarjeta coleccionable firmada y
descubres que tiene un valor de $5000 dólares. Entonces decides enmarcarla y
exhibirla en tu sala.
Ahora imagina que, en lugar de limpiar tu clóset, vas a una tienda deportiva y te
encuentras con que venden una tarjeta coleccionable firmada por $5000 dólares.
Entonces piensas que estarías loco al gastar esa cantidad en una simple tarjeta y
te vas de ahí.
Los cuatro que te presenté aquí son solo algunos de los fallos lógicos que
cometemos al manejar nuestro dinero; la lista es mucho más grande. No obstante,
ser consciente de ellos ya es un gran primer paso en el camino a superarlos.
Por eso, la próxima vez que te enfrentes a una decisión monetaria, por sencilla
que sea, detente un momento y dedícalo a considerar los beneficios reales lógicos
de cada elección. A la larga, tu bolsillo te lo agradecerá.