Hacia El Paro Estudiantil en UPN 2017

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Motivaciones hacia el paro estudiantil de la Universidad Pedagógica Nacional.

2017

Andrés Camilo Velasco1


María Alejandra Sánchez2
Javier Arias3

El martes 17 de octubre de 2017 se dio inicio al paro estudiantil de la Universidad Pedagógica


Nacional. La decisión fue tomada en asamblea, para poder enfrentar y llevar a cabo la lucha por
la defensa de la educación pública y su financiación. Con la participación de profesores,
trabajadores administrativos y estudiantes se aprobó la dinámica de paro. Esta decisión generó
diversas discusiones dentro del estudiantado; por un lado, para algunos sectores dicho repertorio
era muy precipitado; y, por otro, el paro conllevaría a un error político para el año entrante en
términos de movilización y reflujo en el movimiento estudiantil.
El paro logró sostenerse a partir de multitudinarias movilizaciones, que permitieron poner
en el escenario del congreso —y a nivel nacional— el debate sobre la desfinanciación de las 32
universidades públicas del país. Para dar desarrollo y dinámica a esta coyuntura, se establecieron
tres comités; el primero estaría encargado de la formación política a partir del estudio riguroso de
documentos como el Acuerdo por lo Superior 2034 y el programa del Ministerio de Educación
Nacional “Ser Pilo Paga”. El sentido de esto fue reconocer las formas de financiación de la
educación superior pública en Colombia, con la finalidad de crear un pliego de peticiones, que
fundamentara el paro. El segundo comité tenía la función de establecer estrategias y actividades,
que mantuvieran al estudiantado en la universidad, asumiendo a su vez las tareas logísticas. Por
último, el tercer comité se encargó de comunicar y difundir, tanto la información de las
actividades a realizar, como los avances que se obtuvieron sobre el estudio de los documentos.
Asimismo, en el transcurso del paro se manifestaron una serie de problemáticas
ocasionadas por la ausencia de cualificación, voluntad política y de comunicación, que se

1 Estudiante de séptimo semestre de la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional y miembro del semillero de investigación problemas
urbanos contemporáneos.

2 Estudiante de noveno semestre de la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional y miembro del grupo de estudios Tupac Amaru y de
la Asociación Nacional de Jóvenes y Estudiantes de Colombia.

3 Estudiante de noveno semestre de la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional y miembro del grupo de estudios Tupac Amaru y de
la Asociación Nacional de Jóvenes y Estudiantes de Colombia.
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mantuvieron durante toda la coyuntura. Una de estas fue la desarticulación entre los comités, que
desdibujó cada una de sus labores e impidió el desarrollo orgánico del paro. Además, es
importante resaltar que la universidad contó con una reducida participación progresiva. Como
resultado de esto, las reuniones por licenciatura, aun siendo realizadas en ambas jornadas,
carecían de un quorum superior a 30 estudiantes.
Sin embargo, es importante señalar que la continua reunión de los comités logró
esclarecer las exigencias que la Universidad Pedagógica Nacional abanderará en el escenario
público. Así lo manifiesta la revista Semana:

Los estudiantes de la Pedagógica le exigen al gobierno un mayor presupuesto


para cubrir el déficit de infraestructura y de planta docente que se ubica en un
billón de pesos, el aumento de rubro para la educación pública que supere el
déficit de los 13 billones y la finalización del programa Ser Pilo Paga. Por este
motivo, estudiantes, docentes y algunos sindicatos de trabajadores decidieron
hacer el llamado a paro que permita construir una propuesta en conjunto que
logre que la Universidad Pedagógica Nacional supere la crisis que afronta.
(Revista Semana, 2017).

Fue fundamental la articulación con otros sectores de la universidad en aras de que el


paro no fuese únicamente un repertorio de carácter estudiantil. No obstante, ni el estamento de
trabajadores ni el estamento docente podían declararse en paro, ya que, al ser servidores públicos
solamente se pueden decretar en esta dinámica si hay un incumplimiento laboral o salarial. De
acuerdo con lo anterior, trabajadores y docentes decidieron entrar en asamblea permanente para
apoyar las iniciativas estudiantiles.
Una articulación de esta naturaleza tuvo lugar en la Licenciatura en Ciencias Sociales, en
tres encuentros con los docentes, que fortalecieron los lazos en la licenciatura y permitieron
consolidar un grupo de trabajo efectivo. En el primer encuentro se organizó un foro a las afueras
del bloque A. Allí se propuso fortalecer el pliego de exigencias y comprender cómo el programa
“Ser Pilo Paga” y la entidad ICETEX afectan a las Instituciones de Educación Superior (IES)
públicas, además de otros aspectos, como los recursos CREE, la estampilla, la acreditación, las
bolsas concursables y el medio punto del IVA social.
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El segundo encuentro consistió en una reunión basada en las decisiones tomadas por el
estamento estudiantil y docentes, con el fin de programar otro tipo de actividades y discutir de
qué manera concluir el semestre académico. Esta reunión fortaleció los lazos comunicativos
entre docentes y estudiantes.
En medio del contexto del trabajo de los diversos comités y licenciaturas, se creó un
evento denominado “Feria Libertaria”, el cual propuso diversas prácticas culturales destinadas a
fortalecer el paro y dar a conocer nuevas formas de construcción. Debido a la participación de
externos y algunos organizadores, este evento desembocó en una fiesta, que promovía tanto el
consumo de sustancias alucinógenas como de alcohol dentro de la Universidad, blindando y
fortaleciendo el microtráfico. A todo esto, se añaden denuncias de casos de acoso, intentos de
robo, exceso de violencia contra algunos trabajadores y estudiantes, y deterioro de las
instalaciones. Lo anterior, se convirtió en un error político para el paro, porque deslegitimó los
procesos realizados por diversos sectores de la universidad.
La “Feria Libertaria”, cerró las puertas que el estamento estudiantil había consolidado
con los trabajadores, los docentes y la administración. No obstante, gracias al diálogo y el
debate, se logró articular nuevas actividades desde las licenciaturas. Como resultado de este
diálogo, tuvo lugar uno de los primeros eventos culturales y deportivos creado por docentes y
estudiantes, en la Licenciatura en Ciencias Sociales. Allí, estudiantes y docentes se reunieron en
un ambiente afable de música, juegos como el microfútbol, el tejo y la rana. Este evento dio
cuenta de actividades culturales, que forjan lazos y dinamicen el paro, sin recurrir al alcohol y a
las drogas en las instalaciones de la universidad.
Las licenciaturas, a partir de las dinámicas expuestas, quedaron bastante divididas y los
comités perdieron aún más fuerza. Así, varias licenciaturas iniciaron clase y otras continuaron en
paro, cuestión que fragmentó el movimiento estudiantil, y lo obligó a tomar una decisión en
cuanto a la continuidad del paro. Lo anterior representó un reflujo para el movimiento
estudiantil, por lo que, en asamblea el martes 7 de noviembre, se levantó el paro estudiantil e
inició la normalidad académica.
Es importante señalar que, si bien el paro surgió desde un marco más emocional que
racional, y tuvo numerosos errores de organización, se materializaron algunas ganancias. Entre
ellas se destaca; un pliego local y nacional de exigencias; la concreción de encuentros distritales
y nacionales ampliados para programar agendas de movilización, y posibles repertorios; además
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de la generación de grupos de trabajo, y el fortalecimiento de los consejos por licenciatura. Estas


cuestiones soportarán una lucha más acertada de la mano de distintas universidades, con el apoyo
de los demás estamentos.
Para concluir, es importante reconocer que desde los postulados expuestos por Svampa
(2009) se puede entender en un plano más amplio el concepto de territorialidad, pues la
universidad se entendería «[…] como un espacio de resistencia y también, progresivamente,
como un lugar de resignificación y creación de nuevas relaciones sociales» (Svampa, 2009, p.
77). Esto permite entender a la Universidad Pedagógica Nacional como un espacio, cuyas
instalaciones no son adecuadas para suplir la demanda del Estado a la educación superior
pública. A parte de ello, fue escenario de repertorios distintos a las movilizaciones; tales como
foros, asambleas, y talleres.
La forma democrática más importante dentro del paro de la Universidad Pedagógica
Nacional fue la Asamblea, en la cual tuvo lugar la toma de decisiones, la construcción y el
desarrollo del paro. Dos aspectos toman relevancia; el primero denota una motivación de los
estudiantes por recoger su opinión a partir de la realización de asambleas, en las que «[…] se
refleja la tendencia a crear estructuras flexibles, no jerárquicas, proclives al horizontalismo y la
profundización de la democracia» (Svampa, 2009, p. 78). El segundo aspecto evidencia una falta
de cualificación política, que dé cuenta de espacios organizativos capaces de decantar las
discusiones llevadas a las asambleas. Además, se hace necesario perfilar y formar líderes y
lideresas, que cualifiquen un escenario real de disputa política con los actores adversarios, y den
respuesta a los motivos de movilización de la universidad.
Finalmente, si bien el paro puso sobre la mesa de discusión nacional la financiación de la
educación pública superior, no llega a difundirse de una forma contundente dentro del escenario
universitario, puesto que no aglutinó o empalmó en la lucha a diversos actores como docentes,
rectores, trabajadores y estudiantes de otras universidades. Se entiende que la categoría de
autonomía es indispensable para el escenario táctico y de fortalecimiento de los movimientos
sociales. Para ello, el paro de la universidad dio un paso hacia adelante en esta categoría. Sin
embargo, es importante la táctica política condensada en la construcción de universidad con los
diferentes actores que la conforman. Esto incluye aquellos que están dentro de la
institucionalidad, como el caso del rector Adolfo León Atehortúa, quien acompañó todas las
jornadas de movilización.
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Referencias

Observatorio de Acciones Colectivas por la Educación y la Pedagogía. (2012). Guía


metodológica para orientar el trabajo investigativo del observatorio OACEP. Bogotá:
Universidad Pedagógica Nacional.

Revista Semana. (2017). No paran las marchas estudiantiles por culpa del presupuesto.
Recuperado de http://www.semana.com/educacion/articulo/marchas-estudiantiles-por-
presupuesto-universidad-pedagogica/544176

Svampa, M. (2009). Cambio de época. Movimientos sociales y poder político. Argentina: Siglo
XXI.

Tarrow, S. (1997). El poder en movimiento: Los movimientos sociales, la acción colectiva y la


política. Madrid: Alianza.

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