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Día de la Madre

El Día de las Madres es una festividad que se celebra en honor a ellas en diferentes
fechas del año según el país.

Historia
Las primeras celebraciones del Día de las Madres se remontan a la antigua Grecia,
donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades.

Igualmente los romanos la adquirieron de los griegos. Se celebraba el 15 de marzo en


el templo de Cibeles y durante tres días se realizaban ofrendas.

Los católicos transformaron estas celebraciones para honrar a la Virgen María, la


madre de Jesús. En el santoral católico el 8 de diciembre se celebra la fiesta de la
Inmaculada Concepción, fecha que los católicos adoptaron para la celebración del Día
de las Madres.

NO ADORAMOS A MARIA NI A REA…SOLO A CRISTO Y ESTE RESUCITADO

Quiero agradecer a Dios por mi madre y también por todas aquellas tuvieron la bendición de
Dios de poder tener sus hijos.

Quiero honrar a las madres a través de este poema.

SI TIENES UNA MADRE TODAVIA


¡Si tienes una madre todavía,
Da gracias al Señor que te ama tanto,
Que no todo mortal contar podría
Dicha tan grande ni placer tan santo.

Si tienes una madre … sé tan bueno


Que ha de cuidar tu amor su paz sabrosa,
Pues la que un día te llevó en su seno
Siguió sufriendo y se quedó dichosa.

Ella puso en tu boca la dulzura


De la oración primera balbucida,
Y plegando tus manos con ternura,
Te enseñaba la ciencia de la vida.

Si acaso sigues por la senda aquella


Que va segura a tu feliz destino,
Herencia santa de la madre es ella,
Tu madre sola te enseñó el camino!
Si alguno no por alguna razón ya no tiene a su madre:

Mat 12:48 Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes
son mis hermanos?
Mat 12:49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis
hermanos.
Mat 12:50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos,
ése es mi hermano, y hermana, y madre.

Sal 27:10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran,


Con todo, Jehová me recogerá.

Madres e hijos que nos son de ejemplo a seguir.

1Sa 1:3 Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer
sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y
Finees, sacerdotes de Jehová.
1Sa 1:4 Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su
mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte.
1Sa 1:5 Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le
había concedido tener hijos.
1Sa 1:6 Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había
concedido tener hijos.
1Sa 1:7 Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual
Ana lloraba, y no comía.

Tener hijos para una israelita era tener o contar con la bendición de Dios.

Gén 1:28 Y los bendijo Dios,(E) y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en
todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Gén 13:16 Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede
contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.

Gén 22:16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto,
y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo;
Gén 22:17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré(C) tu descendencia como las estrellas
del cielo y como la arena que está a la orilla del mar;(D) y tu descendencia poseerá las
puertas de sus enemigos.

Deu 28:1 Bendiciones de la obediencia


Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner
por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te
exaltará sobre todas las naciones de la tierra.
Deu 28:2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz
de Jehová tu Dios.
Deu 28:3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.
Deu 28:4 Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la
cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.

Sal 128:1

La bienaventuranza del que teme a Jehová


Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová,
Que anda en sus caminos.
Sal 128:2 Cuando comieres el trabajo de tus manos,
Bienaventurado serás, y te irá bien.
Sal 128:3 Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa;
Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
Sal 128:4 He aquí que así será bendecido el hombre
Que teme a Jehová.

PDT. Sal 128:3 En tu hogar, tu mujer será como una vid llena de uvas; tus hijos
alrededor de tu mesa serán como plantas de olivo.

Los hombres no eran muy sensibles a cosas como estas.

1Sa 1:7 Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual
Ana lloraba, y no comía.
1Sa 1:8 Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por
qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?

Que hace ana ante esta situación.

1. Oro a Dios.
1Sa 1:10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.
1Sa 1:11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la
aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que
dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y
no pasará navaja sobre su cabeza.

1Sa 1:19 Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron


a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.

Efe 3:20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en
nosotros,

2. Se lo dedicó a Dios.

1Sa 1:26 Y ella dijo: ¡Oh, señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy aquella mujer
que estuvo aquí junto a ti orando a Jehová.
1Sa 1:27 Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.
1Sa 1:28 Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días que viva, será de Jehová.
Y adoró allí a Jehová.
1. lo presenta a Dios en oración

Pro 22:6 Instruye al niño en su camino,


Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

2. lo aconseja con la Palabra de Dios.


Pro 31:1

Exhortación a un rey
Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.
Pro 31:2 ¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre?
¿Y qué, hijo de mis deseos?

3. es un ejemplo con su propia vida.


2Ti 1:5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en
tu abuela Loida, y en tu madre(B) Eunice, y estoy seguro que en ti también.

Que mayor bendición para una madre que ver a nuestros hijos sirviendo a Dios.

Somos una generación como Samuel, como Timoteo.


Que bendicen a sus madres, siendo obedientes, respetando, cuidando, amando y sustentándole.

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