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By pero vivir como si Dios no existiera GIN @ le SiG lal isle DIOS TE BENDIGA FIRMEMENTE cearos que be matele que persdcamentpulieanes en mista pina 1 Ser esurbto en wept en verdd. Per onto exresanos neste mayer 73cecimento a 05 por rosa opie de sored et faa parsonas et mato da ls denoinacones, Pr mado heramlertas coms etl Orta acer ben uo a etn stra que poten se descargas iret ys cextalguna Porat, es eserves reco errr on corse eos Socumenta ara !uedcn yo medicacin praevia ue personas atadesnescrupdoss escarguon reevosacinos pra go sie aplgnas web ste elacrénzs, gia orp en FACEBOOK conta uneo de MONETIZAR (bene cer @ carb 6 Inks) lec de ‘undamers ue as cosas de O10 no teren seco, euitaros cure en pices de ete to. Es por ox0 qe rcstos eras son ares y sn la peculardd de pear don, so de soe mater y ues omen repel, eran a comprenin en adot roses. Ques nos Benge y ns unr con su sbi sero dela ce del ine Puede acer ange consi a core nttuona miagekretieGomat on aa Praesan conocer a Dias, ero con sus acciones io nega: son abominable, desobediones ¢ incapaces de hacer nada buen. —T1T0 116 Carta al lector ANTRODUCCION Un cristiano ateo en recuperacién. capitulo (Cuando crees en Dios. pero no lo comoces de verdad ‘Cuando crees en Dios, pero te avergitenza tu pasado. cavirvio 3 (Cuando crees en Dios. pero no tienes Ia certeza de que te ama caviruno 4, Cuando crees en Dios, pero no en la oracién capituia 5 (Cuando crees en Dios, pero no consideras que sea justo capiruio 6 Cuando crees en Dios, pero no quieres perdonar cavinvio 7 (Cuando crees en Dios. pero no piensas que puedas cambiar Cuando crees en Dios, pero confias més en el dinero Cuando crees en Dios, pero no hablas de tu fe capiruzo xa Cuando crees en Dios, pero no en su iglesia PALABRAS FINALES About the Publisher ‘Share Your Thoughts Carta al lector SIEMPRE QUE VIAIAS EN AVION, sentado junto a personas que no conoces, tienes innumerables oportunidades de entretenerte y sorprenderte. En especial si eres pastor, como yo. Antes de que mi confiado compafiera de viaje se entere de que soy pastor, todo es sonrisas y amabilidad. Sin embargo, apenas descubren cuil es mi profesign, la conversacién cambia En ocasiones, se torna mas profunda y crea un vinculo espir- itual entre ambos. Otras veces se vuelve acalorada, porque mi interlocutor me cuenta sus dudas, confusiones o suftimientos espirituales. Y hay ocasiones en que entiendo el mensaje: auric- ulares, ojos cerrados... la conversacién ha terminado. Hace poco tuve que tomar dos aviones para llegar a mi des- tino, En la primera parte del visje me tocé sentarme junto a ‘Travis, Era un hombre de mediana edad, casado y con dos haijos, el cual volvia a casa después de un viaje de negocios que no habia dado resultado alguno. En la segunda parte del viaje ‘me senté junto a Michelle, una joven de veintitrés afios excep: . Durante la primera parte del vuelo hablamos del negocio inmobiliario de Travis, que pasaba por un mal momento. Dos aflos atrés, las cosas iban perfectamente y vendia propiedades cen los mejores distritos. No obstante, ahora ni siquiera podta negociar el precio de algo, por bajo que fuera, La mala situacién econémica y el deterioro de sus ingresos lo habfan obligado a cambiar un poco su estilo de vida. Sin embargo, tenia exper anzas de que las cosas volvieran a la normalidad pronto. Después de contarme sobre las dificultades de su profesion, ‘Travis me pregunté qué hacfa yo. De modo que a tono con el lenguaje comercial de nuestra conversacién, le dije que me ocu- paba de los asuntos espirituales como pastor de una iglesia. Fue entonces que Travis aflé las ullas: «O sea, que usted es tun ministro»Y esforzindose por mantener un tono cordial, ‘pregunté con obvio sarcasm: «Supongo entonces que cree en todo eso de la creacién en siete dias nada més, . Aunque no recuerdo todo lo que me dijo el pastor, sf re ‘cuerdo sus consejos sobre no causar problemas, no ir tras las ‘chicas y no beber cemveza. En pocas palabras, fueron malas noti cias. A todos mis amigos les gustaba la cerveza, y también las chicas y meterse en dificultades. Y aunque yo no era su general, por cierto legaba a la categoria de teniente, con un buen poten- cial para un pronto ascenso. Abandoné Ia oficina decidido a dejar de pecar, Era hora de encontrar la zeligion y estar bien con Dios de una vez por todas, Armado con este nuevo llamado, mi siguiente semana en la es cuela estuvo impulsada por el flego espiritual y la determi- nacién de vivir come debia. Sin embargo, luego llegé el vieres porla noche, No fue sino hasta afios mis tarde que descubri lo que dice Pablo en Romanos 7. El afirma alli que todo lo que queria hhacer, no lo hacia. ¥ que todo lo que no queria hacer, si lo hhacia, La historia de Pablo era mi historia, Deseaba vivir con ‘ectitud, pero no lograba hacerlo durante més de cinco minutos. Cxela en Dios, pero seguia copiando Ia tarea de algiin com pafiero, bebia la cerveza muds barata que pudiera encontrar, ‘mentia sobre lo que hacia con mis novias, y siempre estaba con el ojo atento para ver si encontraba alguna revista Playboy por ahi ‘Dios, por favor, no me mandes al infierno! Amén, un mil- Ion de veces améne. MI PRIMER GRAN DESPERTAR Cuando cursaba el primer afio de la escuela secundaria, mi grupo de jévenes de la iglesia me eligi6 como presidente, Parece que para ser presidente no hacia falta vivir como ctistiano, y antes de que me diera cuenta, por ocupar dicho puesto me habia «ganado» una beca parcial a fin de asistir a una univer sidad cristiana Debido a mis habilidades deportivas cubri el resto de los gastos de alojamiento y comida, y asi me embarqué fen Io que suponia que daria inicio a una vida nueva que agradara a Dios. Legué a la universidad con el auto cargado de rapa, lapiceros Bic, mi péster de Cindy Craveford y muchisimos suefios, Sin ‘embargo, en lugar de encontrarme rodeado de jévenes pare cidos a Billy Grahams y la Madre Teresa, me encontré en medio de-una multitud de Lindsay Lohans y Kanye Wests en miniatu- 1a, y entré de Ileno en un ambiente de fiesta. El pecado es divertido, al menos por un rato. No obstante, tiene esa particularidad de no dejarte ir jams y vuelve al acecho a cada rato, en general cuando menos lo esperas. Es como un estornudo: te sientes bien al principio, pero luego ves el Ko que hha quedado, Para cuando terminé el primer afi, me habia dado ‘cuenta de que muchos de mis compafteros ya tenian an: tecedentes policiales por delitos menores, lo cual colocaba a casi todo el grupo en riesgo de expulsién. Mis o menos al mismo tiempo, falté a uma préctica de tenis porque me quedé dormido bajo los efectos de la diversién de la noche anterior. Con un error més como ese, petderia mi beca, Ademds, ya habia gente que me miraba mal por a forma en que habia tratado a algunas chicas, Como sentia que iba de mal en peor, decidi volver a buscar a Dios... una vez més. Se me ocurrié que podriamos iniciar un estudio biblico en nuestra casa tniversitaria, Les presents la idea a algunos de mis ‘companieros, explicéndoles que seria ademas un buen acto de Relaciones Piblicas para limpiar nuestra manchada reputacion. En realidad, que: no me habia ayudado mucho en eso, cref que mas me valia ir saber mis acerca de Dios, y como la iglesia directo ala Biblia para ver qué podia descubrir por mi mismo, En la mafiana del martes anterior a nuestro primer estudio biblico iba caminando por el predio de la universidad cuando me di cuenta de que no tenia Biblia (habia dejado la dorada de si familia en casa). De camino a la clase de literatura mundial se me present un caballeto mayor y me dijo que era un Gedeén. Me pregunté si queria una Biblia gratis. Yo no sabia qué era un Gedeén, pero en ese momento bien podria haber sido un éngel enviado por Dios. Esa noche fuimos unos pocos los que comenzamos a leer la Biblia en una habitacién pequefla, con olor a fiestas y sudor, en la casa Lamba Chi Alpha. Empezamos por el capitulo uno de Mateo, y después de pasar por toda esa langa lista de «padre de, pudimos avanzar. Como éramos principiantes, al final de cada estudio biblico solo sabiamos orar asi: «Dios, protégenos cusn- do estamos de fiesta. Dios, evita que la novia de Joe quede em- barazada, Dios, no permitas que nos atrapen copindonos en ell examen de historia de los Estados Unidos». En verdad no se ‘uataba del tipo de oraciones que hactan los estudiantes bautis: tas, pero al menos resultaban sinceras. Eramos un pufiado de tipos que creiamos en Dios, pero no ‘enfamos idea alguna de quién era él. Aunque no sablamos muy bien lo que estébamos haciendo, nuestro pequefio grupo fue creciendo. Al parecer, muchos de Jos que se unian a nosotros en las fiestas también sentian cus viosidad espizitual. Mientras més lelamos la Biblia y més ordbamos, mas gente llegaba y més parecia estar haciendo Dios, ‘Cuando terminamos de leer Mateo, descubrimos que Mar cos, Lucas y Juan contenian muchas de las mismas historias, Después de leer tres capitulos del libro de los Hechos, nos abur rimos y saltamos a Romanos. fbamos por la mitad de Romanos ‘cuando me entusiasé y quise avanzar un poco més. Y cuando legué Efesios, encontré dos versiculos que cambiarfan mi vida para siempre: «Porque por gracia ustedes han sido sal- vados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacteo. ;Seria (Salmo sua, 102). David no intents fingir inocencia, Fue sincera, Sin embargo, ‘tampoco permitié que la trampa de la culpa le robara —o le ro- ‘ara a Dios— el gozo de una vida redimida y restaurada, Sabla que no podia cambiar el pasado, pero esperaba cambiar el fu ‘ture. Cuando tenemos esperanza en lo que Dios ha prometida ordenado— nuestra esperanza equivale a la certeza. Justo antes de que le entregata mi vida a Cristo en la univer: sidad, tomé una mala decisién, muy parecida a la de David. Sulfa con una dulee chica cristiana, pero como yo no era cris iano, cedi a la tentacién destructiva, En esos tiempos era presidente de mi fraternidad y tenia bajo mi cuidado a un «her ‘mano menor», un miembro més joven de esa frateridad. Fl también salia en serio con una chica. Una noche de fiesta en la que este joven no estaba en la ciudad, st novia se me insinud, Al principio me resist, peto después de unos tragos més tuaicioné a mi novia y a mi compafiero. En unos dias, el asunto era la comidilla de todos en la universidad, y de ser un lider xe spetado pasé a ser conocido como un despreciable traidor. Mi vida, tal como la conocia, habfa acabado, No vefa salida para alguien que hubiera cometido tal acto de taicién. No obstante, sentia tal temor —y también me atrevia a ‘tener Ia esperanza suficiente— en cuanto a mi futuro, que per- ‘iti que mi pecado me acercara a Dios en lugar de apartanme de al todavia mis. Por la gracia de Dios, en vez de encerrarme cn la prisién de la vergitenza, me volvi al cielo, al Dios de la sanidad y la esperanza. Con la ayuda de un amigo sabio supe que aunque no podria eshacer lo hecho, si podria hacer lo comecto a partir de en- tonces. Mi intento por remediar la situacién empez6 por discul: parme con toda sinceridad. No me extrafié ver que las personas alas que habia herido no estuvieran dispuestas a perdonarme de inmediato. No abstante, al menos mi arrepentimiento era un ‘primer paso en la direccién correcta, Y aunque mis intentos por hhacer las paces no sanaron enseguida las heridas de las rela- ciones que habia quebrado, si fueron de ayuda para sanar mi quebranto interior. Con el tiempo, gracias al poder de restau: racién de Cristo volvimos a ser amigos. Para muchos es dificil aceptar que el pasado ha pasado. A veces es muy dificil dejarlo alli, donde tiene que estar. Sin em- Dargo, hasta tanto hagamos justo eso, no podremos estar en paz con el presente ni avanzar hacia el futuro con esperanza. CAMBIA TU FUTURO Cuando tomamos la decisién de aceptar ese pasado que no ‘potemos cambiar, tenemos que aferramos a la esperanza que Dios nos da para el futuro. Si bien tal vez secordaremos siempre lo sucedido, debemos creer que lo que pasé no nos define como ‘personas. Somos Io que Dios dice: muevas creaciones (2 Corin- tios 5:17). Cuando rechazamos lo que nos dice la vergitenza con respecto a lo que somos, finalmente podemos oir lo que Dios dice sobre nosotros. Hl estd obrando en todas las cosas para bien en nuestras vidas, porque amamos a Dios y somos Lamados segiin sus propésitos (Romanos 8:28) Aunque Rebecca, fiel voluntaria en nuestra iglesia y madre de dos nifios, parecta feliz, en realidad guardaba un oscuzo se creto. Durante afios se habia dedicado a comer todo lo que queria para luego ir en secreto a algtin bafio y devolver lo que ‘habia ingerido. Avergonzada de su problema, de algiin modo Iogr6 que nadie se diera cuenta de su enfermedad. Y suponien do que su pequefia jamés sabria lo que estaba haciendo, no la detuvo cuando un dia la nifta entxé al batt y vio que se obli gaba a vomitar, Rebecca jams habria imaginado que su impre- sionable hijita comenzaria a imitarla, metiéndose el dedito en la ‘doca hasta tocar la campanilla, Al ver que ese geste se convertia cen hibito, Rebecca supo que finalmente tendria que sacar st problema ala luz. Jamis olvidaré cémo lloré cuando se confess ante un grupo de personas en Ia iglesia, En lugar de apartarse, todos —in- luyendo a su esposo— la abrazamos. Rebecca estuvo dispuesta 1a buscar la ayuda de un consejero cristiano y lentamente pudo abrirse paso en medio de la oscuridad de su dolor para llegar a Ia luz sanadora de Cristo. Afortunadamente, Dios ha convertide esto que era un problema en un nuevo ministerio. Rebecca ad: ‘mite con sinceridad su antigua dificultad y ha ayudado a varias ‘mujeres que también vivieron agobiadas por su oscuro secreto, Si vives con un secreto que te avergiienza, Dios puede obrar jun milagro similar en tu vida iY cuando lo haga, te sentirés ‘mejor que munca! Cuando un lnueso fracturado se suelda, suele quedar més fuerte en el lugar de la antigua fractura, Del mismo modo, Dios puede tomar la vergiienza de los fracasos y exrores del pasado y redirigir sus resultados para convertitos en éxitos faturos. Traicioné a mis amigos de la universidad. En realidad engafiar a mis novias era para mi una rutina, En el fondo, me preguntaba si lograria ser fiel alguna vez cuando me casara, Sin embargo, por el poder de Dios, que tomé la vergenza de mi pasado, obtuve el perdén y estoy mejor que si no hubiera tenido el problema. Mi debilidad fue reemplazada por una fuerza op- ‘uesta igual de fuerte. Mi fidelidad hacia mi esposa en todos los aspectos es una parte importante de mi historia. Lo que antes era un profando sentimiento de vergtlenza y pecado, Dios lo 1uss para bien, ‘Yl ansfa obrar de la misma manera en t. caviruno 3 Cuando crees en Dios, pero no tienes la certeza de que te ama HACE UNOS ANOS ESTABA ALMORZANDO con un hombre al que acababa de conocer, Por alguna razén, me conté que tenfa prob- lemas en su matrimonio, Cuando le pregunté qué lugar ecu ‘paba Dios en su relacién matrimonial, su rostro se oscurecié y corté el vinculo recién formado: «No creo en Dios. Y no quiero hablar de religion». Como no querfa presionarlo, respeté su postura y segui hablando de su matrimonio sin decir nada més acerca de Dios, Volvié a interrumpirme y repitié que no crela en Dios y que ne deseabsa que le impusiera la religisn, Callé, asombrado y confindido. Luego seguimos conver sando. Me cuidé muchisimo de no mencionar a Dios. La tercera vez que me interrumpi6, espet6: «No quiero hablar de Dios. No creo en dl. Por tiltimo me di cuenta de algo: Este hombre que suftia en realidad si queria hablar de Dios. Y como no dejaba a un lado el tema, le pregunté con mucho tacto: «Cuénteme sobre este Dios en el que no cree». El comenzé a hablar con todo gusto. Dijo que no creia en un Dios enojade que siempre estaba al acecho para atrapar a la gente haciendo cosas malas y se deleitaba en ‘mandar alas personas al infierno. Esta vez fui yo el que interrumpis: —Es interesante. Tampoco yo exeo en ese Dios. Percibiendo que la puerta estaba entreabierta, expliqué: —Creo en un Dios de bondad, que se interesa personalmente

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