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Apuntes del Profesor

Curso: Cómo Elaborar una Investigación Científica


Módulo I: El Conocimiento

Semana 2: El Camino del Método

Juan Salas Pérez


Ángel Roco Videla

2014
El Método Científico vs la Técnica

Introducción
Cuando se elabora una investigación científica, se usan dos conceptos fundamentales
relacionados entre sí, pero que generan una interpretación errónea por parte de los
estudiantes.

El primero es el término método; corresponde a un conjunto de operaciones y actividades que,


dentro de un proceso preestablecido, se realizan de una manera sistemática para conocer la
realidad y actuar sobre ella.

En tanto, el concepto de técnica en la investigación es compatible con todo tipo de estudios, ya


sean cuantitativos o cualitativos, donde cualquier técnica puede ser empleada en
investigaciones que traten de explicar un fenómeno o encontrar la significación del mismo.

1. El Método Científico

1.1. Concepto y Definición


La investigación científica implica una manera organizada y sistemática de trabajar para
obtener conocimientos nuevos sobre un conjunto de hechos. Este procedimiento recibe el
nombre de método científico. Por consiguiente, método es cualquier modo ordenado de
proceder. Para el epistemólogo Mario Bunge, el método científico es la estrategia común a
todas las disciplinas que buscan el conocimiento, y cada una de ellas desarrolla tácticas o
métodos especiales para investigar sus problemas particulares.

Bunge insiste: “El método científico es un modo de tratar problemas intelectuales, no cosas, ni
instrumentos, ni hombres; consecuentemente, puede utilizarse en todos los campos del
conocimiento”.

Si analizamos etimológicamente la palabra método, vemos que deriva de las raíces griegas metá
y odos. Metá (hacia, a lo largo) es una proposición que da la idea de movimiento, y odos significa
camino. Por lo tanto, en su origen, la palabra método quiere decir "el camino hacia algo'', o sea,
el esfuerzo y las acciones que se realizan para alcanzar un fin o hacer una búsqueda. De ahí que
el método científico pueda definirse como:
El camino a seguir mediante una serie de operaciones, reglas y procedimientos fijados de antemano de
manera voluntaria y reflexiva, para alcanzar un determinado fin, que puede ser material o conceptual.

La noción de método cubre varias significaciones. En primer lugar, se habla de método en


sentido filosófico, que es la acepción más general y global del término, con la cual se hace
referencia al conjunto de actividades intelectuales que, con prescindencia de los contenidos
específicos, establece los procedimientos lógicos, formas de razonar, reglas, etcétera, que
permiten el acceso a la realidad que se desea captar.

Una razón importante para que todo pedagogo tenga una iniciación al método científico –como
lo expresa el estudioso argentino Ezequiel Ander-Egg en una forma más modesta– es para que
adquiera un modo de pensar y un modo de hacer, de acuerdo con las exigencias del método
científico. Agrega que ello nos haría menos propensos a los fanatismos, a los dogmatismos, a los
comportamientos sectarios y a las reacciones irracionales frente a diferentes problemas y
situaciones. Y, como dice Bunge, “nos haría más cautos, sin duda, a la recepción de información,
a la admisión de creencias y en la formulación de previsiones; nos haría más exigentes en la
contrastación de nuestras opiniones y más tolerantes con las de otros, y nos animaría a tener
una visión realista de la vida humana, una visión equilibrada, no optimista ni pesimista”.

Un método no es una receta mágica. Más bien es como una caja de herramientas, en la que se
toma la que sirve para cada caso y para cada momento. Una herramienta se puede usar tanto
cuanto se necesita para alcanzar determinados objetivos.

Lo que hoy se llama método científico no es una lista de fórmulas para dar con las respuestas
correctas a las preguntas científicas, sino el conjunto de procedimientos por los cuales se
plantean los problemas científicos, es decir, preguntas que son significativas (no triviales), que
probablemente puedan ser respondidas en el marco de una teoría existente o concebible y que
se ponen a prueba con las hipótesis científicas.

El estudio del método científico, o metodología, en pocas palabras, es la teoría de la


investigación. Esta teoría es descriptiva en la medida en que descubre pautas en la
investigación científica, y es normativa en tanto muestra cuáles son las reglas para los
procedimientos, que pueden aumentar la probabilidad de que el trabajo sea fecundo. Pero las
reglas discernibles en la práctica científica exitosa son perfectibles: no son cánones intocables
porque no garantizan la obtención de la verdad, pero, en cambio, facilitan la detección de
errores.

La aplicación del método científico consiste en formular problemas sobre la realidad del mundo
y de los seres humanos, basándose en la observación y con la ayuda de las teorías que existen; y
también consiste en proponer o anticipar soluciones a estos problemas y contrastarlas o
verificarlas en la misma realidad, mediante la observación de los hechos.

Existen cuatro objetivos fundamentales de la ciencia o del conocimiento científico, también


llamadas las metas del científico, en cuanto a su campo de actuación y a la realidad de este
mundo, a saber: describir o analizar, explicar, prever o predecir y controlar o actuar.

El primer objetivo de la ciencia es saber cómo es la realidad, qué elementos la forman y cuáles
son sus características.

Después de ello, el segundo objetivo es explicar dicha realidad, llegar a establecer cómo se
relacionan sus distintas partes o elementos y por qué la realidad es como es.

Por una parte, si la ciencia logra saber cómo es un sector de la realidad y los factores que la
explican, entonces está en condiciones de prever los acontecimientos que tendrán lugar en
dicho sector de la realidad. Por otra, el propio conocimiento acerca del cómo y del por qué
faculta también para actuar, para transformar esa realidad e influir en ella, en mayor o menor
grado.

Estas metas científicas se aplican y se observan claramente en las ciencias naturales, pero no así
en las ciencias culturales. Ello se debe fundamentalmente a la complejidad del objeto de estudio
de estas últimas disciplinas: el ser humano y sus relaciones, dificultad que se traduce en no
poder establecer regularidades ni generalizaciones. A esto se suma la ausencia de instrumentos
de observación igual de potentes que los de las ciencias naturales, y la dificultad de aplicar
técnicas de observación experimentales. La consecuencia general es que en las ciencias sociales
no se puede emplear el método científico de modo tan riguroso como en las naturales, ni es
posible, hasta ahora, llegar a resultados tan exactos, exhaustivos, constantes y generales como
en las ciencias naturales.

Las dificultades de aplicación del método científico según los distintos campos no impiden que
dicho método sea uno solo, único y el mismo para todas las áreas del saber. Para elaborar
conocimiento fáctico no se conoce mejor camino que el de la ciencia. Por cierto, el método
científico no es del todo seguro, pero es intrínsecamente progresivo, porque es autocorrectivo,
exige la continua comprobación de los puntos de partida y requiere que todo resultado sea
considerado como fuente de nuevas preguntas.

El método científico en el estado actual de las ciencias es, en primer lugar, un método teórico en
su origen y en su fin. Según explica el epistemólogo Restituto Sierra Bravo, con ello se quiere
decir que el punto de partida es, en general, una teoría previa o un conjunto racional y
sistemático de ideas sobre la realidad en estudio. Es también su fin, porque de los resultados de
la observación e inducción empíricas que se realicen se deben deducir nuevos principios que
reformen, completen o confirmen las teorías iniciales.

Además, también es necesaria la teoría para observar la realidad. Los hechos en sí son muchos y
nada dicen, si no se sabe interpretarlos y no se les aborda con ideas y enfoques previos.

En segundo lugar, agrega Sierra, el método científico es problemático-hipotético, en tanto se


basa en formular problemas o interrogantes sobre la realidad y en adelantar conjeturas o
soluciones probables a dichas preguntas.

1.2. Elementos del Método Científico


Los elementos que intervienen en la estructura del método científico son:

a) Los conceptos
b) Las variables
c) Las hipótesis
d) Las teorías

a) Los conceptos

Las personas se expresan por medio de un lenguaje, que ya es un modo de leer y designar la
realidad. Algunos lenguajes son creaciones históricas más o menos espontáneas: se denominan
lenguajes naturales; por ejemplo, el español, el inglés, etc. Un lenguaje natural sirve,
primariamente, para la elaboración, almacenamiento y comunicación del conocimiento común.
Ningún sector de la ciencia puede prescindir del lenguaje ordinario, pero ninguno puede
tampoco seguir adelante sin construirse uno propio. Toda ciencia construye un lenguaje
artificial propio que contiene elementos tomados del lenguaje ordinario, pero se caracteriza por
tener otros signos y combinaciones, además de signos que se introducen junto con ideas
peculiares de la disciplina científica específica.

El lenguaje cotidiano es el origen del lenguaje científico, aún cuando haya sido recodificado por
los estudiosos de la ciencia y, en otros casos, ampliado por términos creados para designar
nuevos hechos o nuevos fenómenos. Ambos lenguajes, el natural y el artificial, no solo son
instrumentos para comunicarse sino también para pensar. Por otra parte, el sistema teórico de
la ciencia es un sistema conceptual, por lo que los conceptos son elementos tan básicos del
método científico como las hipótesis; es más, las hipótesis no podrían existir sin los conceptos.
Todo lenguaje científico tiene como matriz el lenguaje cotidiano. En efecto, los conceptos del
lenguaje aprendido condicionan la configuración de nuestra forma de pensar los problemas de
la realidad y nuestra manera de interrogar la realidad, de preguntar acerca de esos problemas.
Más aun, sin esa estructuración lingüística ni siquiera es posible el lenguaje coloquial, que es el
que contiene el vocabulario de nuestra lengua materna y del habla con palabras que traducen
conceptos. Se deduce, entonces, que los conceptos desempeñan una función fundamental en la
comunicación humana.

Los conceptos son siempre construcciones abstractas, puesto que se refieren a la idea esencial que se
tiene sobre algo. Pueden partir o no de la percepción de un objeto concreto existente en la realidad.
Cualquiera sea su origen, los conceptos siempre apuntan a lo que es común a los elementos a los que se
refieren.

b) Las variables

Una variable es la traducción de un concepto a un lenguaje más concreto por lo tanto, contiene
indicadores o indicios mediante los cuales se pueden contar y/o medir aspectos concretos del
concepto.

Las variables son, lógica y gramaticalmente, términos conceptuales o referentes a conceptos.


Presentan dos rasgos fundamentales: ser características observables de algo y ser susceptibles
de cambio o variación respecto del mismo o de otro objeto diferente.

c) Las hipótesis

El término hipótesis tiene su origen en las palabras griegas thesis, que hace referencia a “lo que
se pone”, e hipo, que significa “por debajo”. Hipótesis, por ende, si nos atenemos a la estructura
verbal de la palabra, es lo que se pone por debajo, lo que se supone.

Por lo tanto, es cualquier proposición, supuesto o predicción que se basa ya sea en


conocimientos preexistentes, ya sea en hechos nuevos y reales, o bien, como sucede con mayor
frecuencia, en unos y otros.

d) Las teorías

El quehacer investigativo no finaliza con la acumulación de conocimientos variados y dispersos,


sino que continúa, para darles a estos una sistematización coherente. Estos conjuntos
sistemáticos son lo que se conoce con la denominación de teoría.
Es posible definir teoría como un sistema de hipótesis que, se supone, elabora una explicación
aproximada de un sector de la realidad. Donde no hay teoría, no hay ciencia; se podría decir,
siguiendo a Bunge, que la teoría constituye “el sistema nervioso de las disciplinas”.

A partir de los elementos de una investigación, un científico puede construir las etapas que
constituyen su propia investigación, etapas que son características de cada área de trabajo y de
la finalidad que tenga el estudio.

Por lo general, las investigaciones siguen una secuencia, pero estas no son obligatorias en el
trabajo investigativo. Cada investigador, a partir del método científico, puede definir sus
propias etapas de la investigación.

1.3. Etapas del Método Científico


El método científico pretende establecer reglas o procedimientos generales que aseguren una
investigación significativa para la ciencia. Las etapas del método científico conforman una serie
ordenada de operaciones. Estas son:

a) Formular preguntas significativas, que tengan la cualidad de estimular el proceso de


investigación y que sean factibles de responder.

Por ejemplo, en el ámbito de la educación pueden ser fructíferas preguntas como estas:

- ¿Es mejor el trabajo grupal que el trabajo individual en la enseñanza de las matemáticas?

- ¿Es necesaria la participación de los padres en el proceso educativo de sus hijos?

- ¿Cómo influye el ambiente del hogar en las expectativas de los niños?

El planteamiento de una o varias preguntas significativas conlleva la idea de la selección y


delimitación del tema de investigación. Por lo menos, ya sabemos qué nos interesa y sobre qué
bases podemos definir el problema.

b) Proponer una tentativa de explicación verosímil y contrastable con la experiencia. Esta


explicación se denomina hipótesis.

La hipótesis constituye una afirmación a priori que deberá ser puesta a prueba, y es una
proposición que liga los conceptos principales involucrados en la investigación.
Los marcos teóricos elaborados en las distintas disciplinas sugieren a menudo respuestas útiles
a las preguntas de investigación que se formulan. El hecho de extraer de allí una o varias
proposiciones confiere a la investigación la cualidad de ser sistemática, puesto que el nuevo
estudio proporcionará nuevas evidencias que apoyen la teoría, o bien, las evidencias recogidas
no la apoyarán.

c) Derivar consecuencias lógicas de esas suposiciones.

Las hipótesis son un supuesto inicial de carácter general, del cual puede inferirse un conjunto
de consecuencias más específicas, esto es, qué es lo que realmente implica la afirmación general
que se ha formulado. Estas consecuencias lógicas constituyen lo que se somete a prueba.

En la investigación factual, las consecuencias toman la forma de aspectos observables. Este


paso del método científico se desarrolla al convertir la hipótesis general en un conjunto de
“hipótesis de trabajo”, que son supuestos expresados en un lenguaje observable y, por tanto,
menos abstracto.

d) Proponer una serie de procedimientos, métodos y técnicas especiales para someter las
hipótesis a contrastación.

Cada disciplina ha creado métodos y técnicas particulares para someter a prueba sus
proposiciones. Así, por ejemplo, las ciencias naturales cuentan con el método experimental de
laboratorio. Las ciencias culturales, en cambio, han tenido que idear métodos y técnicas
distintos. Por ejemplo, de la antropología social surgió la observación de campo y la observación
participante; de la sociología, la encuesta social y el cuestionario, y de la psicología, el método
clínico, la introspección y la entrevista en profundidad, entre otros.

El investigador puede escoger los métodos y técnicas más apropiados a su problema, y también
puede idear nuevos procedimientos.

e) Someter a contrastación esas técnicas para comprobar su validez y confiabilidad.

Esto implica estudiar si los procedimientos lograrán captar realmente el problema elegido en
toda su complejidad, así como saber si estos mismos procedimientos son confiables, es decir, si
al ser repetido el estudio, por el mismo investigador o por otros, se llegará a los mismos o
similares resultados y si estos resultados conducirán a las mismas o muy semejantes
conclusiones.
f) Llevar a cabo la contrastación e interpretación de los resultados.

En las ciencias fácticas el proceso se lleva a cabo mediante la recolección de evidencias (hechos)
con las cuales se contrastarán las proposiciones, analizando los resultados.

En las investigaciones de carácter cuantitativo, los procedimientos estadísticos, descriptivos e


inferenciales constituyen herramientas de mucha utilidad, ya que permiten aclarar si los
resultados son o no significativos.

g) Estimar la pretensión de verdad de las hipótesis, o sea, analizar e interpretar los datos
recogidos.

En las disciplinas fácticas, la verificación o confrontación con recortes o pedazos de la realidad,


subdividida a veces artificialmente, conduce a resultados provisorios. Por eso se dice que la
proposición es ahora más probable que antes.

Por otra parte, el tipo de técnica adoptada permite recoger evidencias válidas solo para un
determinado grupo que no pueden extenderse a otras colectividades. Por estas razones, forma
parte del método el dar a conocer las limitaciones que tienen nuestras conclusiones y
explicitarlas con toda claridad.

h) Formular nuevos problemas originados por la investigación.

Esto implica sugerir nuevas preguntas significativas, basándose en la experiencia realizada. El


método científico, por tanto, conlleva la idea de la retroalimentación, característica que
consiste en aproximaciones sucesivas y supone la perfectibilidad del conocimiento científico.

No debemos olvidar que la realidad es dinámica, cambiante, imprevisible; de ahí que toda
aplicación rígida y mecánica de un método es un modo “no metodológico” de emplearlo.

El metodólogo Guillermo Briones dice:

“En la práctica misma de la investigación –y estamos seguros de que usted recordará esta observación
cuando se encuentre realizando su propia investigación– no se sigue un mismo camino lineal,
continuo, sino uno que avanza y retrocede, se inicia una búsqueda en un sentido y luego en otro, a
veces opuesto; el punto de partida no es siempre el mismo, etc. Con estas afirmaciones no queremos
desconocer que en el trabajo científico se dan diversos momentos o tareas distintivas, sino acentuar
que el proceso de investigación no sigue modelos ni esquemas rígidos y que sus diversos componentes
no se dan en un orden o estructura mecánica”.
El planteamiento de Briones implica que resultaría arbitrario intentar establecer etapas
perfectamente delimitadas o determinar un orden rígido que deba seguirse siempre, cualquiera
sea la característica del hecho que se investiga, pues la experiencia ha indicado que uno de los
rasgos más típicos de una investigación es la interdependencia entre sus etapas. A veces,
mientras se buscan evidencias en un sentido señalado por la teoría, ocurre un hallazgo
imprevisto que hace reformular el problema completamente; en otras ocasiones, es necesario
observar primero la realidad antes de proceder a la formulación del problema.

Sin embargo, es posible reconocer dentro de un estudio, especialmente cuando es de carácter


fáctico, un conjunto de fases interdependientes, que guardan una relación paralela con los
pasos del método científico.

En el esquema siguiente se comparan ambos procesos:

Pasos del método científico Etapas de una investigación

1) Formular preguntas I. Planteamiento del problema de


significativas. investigación.
2) Enunciar proposiciones. Diseño, plan o proyecto.
3) Derivar consecuencias
lógicas.
II. Reunir las evidencias para someter
4) Proponer procedimientos a prueba las proposiciones.
de prueba.

5) Someter a prueba los


procedimientos.
6) Someter a prueba las III. Procesar y analizar la información
hipótesis. recogida.

7) Concluir respecto de las


hipótesis. IV. Concluir respecto de los
8) Sugerir nuevas preguntas. conocimientos obtenidos.
Elaborar informe de la
investigación.

Para una mejor comprensión de lo que es el método científico, digamos una vez más que este
ayuda a utilizar mejor los medios para acceder al conocimiento de la realidad, a fijar de
antemano una manera de actuar racional y eficaz, a operar sobre la misma realidad y a evaluar
los resultados de la acción. Los métodos, sin embargo, por sí mismos no llevan al conocimiento,
a la acción más eficaz ni a la mejor manera de evaluar los resultados. Ander-Egg lo refuerza
diciendo: “Un método es una guía, un camino, un modo de aproximación y no un conjunto de
certezas apodícticas, ya sea en relación con el conocimiento o las acciones concretas. Ningún
método es un camino infalible y, aun más, es necesario cambiar de método para el progreso
científico”.

En resumen, el método científico es un rasgo característico de la ciencia, tanto de la pura como


de la aplicada: donde no hay método científico no hay ciencia. Pero este no es ni infalible ni
autosuficiente. Es falible: puede perfeccionarse mediante la estimación de los resultados a los
que lleva y mediante el análisis directo. No es autosuficiente: no puede operar en un vacío de
conocimientos, sino que requiere algún conocimiento previo que luego pueda ajustarse y
elaborarse, y tiene que complementarse con métodos especiales adaptados a las peculiaridades
de cada tema.

2. La Técnica
Es común confundir el método con la técnica. Esta confusión proviene de la unión que existe
entre ambos, ya que el método solo no basta, se necesitan procedimientos y medios que hagan
operativos los métodos. Por consiguiente, si el método es el camino o procedimiento general
del conocimiento científico, las técnicas son los procedimientos de acción concretos que deben
seguirse para recorrer las diferentes fases del método científico.

La relación existente entre el método científico y las técnicas científicas parece clara, a juicio de
Sierra. Su naturaleza es la misma. Ambos son procedimientos, formas de actuación científica. La
diferencia consiste en su amplitud. El método es el procedimiento general de conocimiento
científico y es común, en lo fundamental, a todas las ciencias. Las técnicas, por el contrario, son
procedimientos de actuación concretos y particulares, relacionados con las distintas fases del
método científico.
Bibliografía

BUNGE, MARIO (1988).


La ciencia, su método y su filosofía. Editorial Siglo Veinte. Buenos Aires

BUNGE, MARIO (1983).


La investigación científica. Editorial Ariel. Barcelona.

SIERRA BRAVO, RESTITUTO (1995).


Técnicas de investigación social. Editorial Paraninfo. Madrid.

ANDER EGG, EZEQUIEL (1995).


Técnicas de investigación social. Editoriasl Magisterio del Rio de la plata. Buenos Aires.

BRIONES AEDO, GUILLERMO (1992).


Metodología de la investigación. Edición CECAP. Caracas.

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