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Religión mapuche

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Religión mapuche

Grupo de machis, chamanes en el pueblo mapuche.


Deidad o deidades principales
Ngenechén
Lengua litúrgica
Mapudungún
País o región de origen
Chile
Argentina
País con mayor cantidad de seguidores
Chile
Clero
Ngenpin y machi
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La religión mapuche son las creencias y prácticas religiosas que son propias de la
cultura del pueblo mapuche, un pueblo indígena que habita en Chile y Argentina.

Índice
1
Generalidades
2
El pensamiento espiritual indígena y Occidente
3
Cosmovisión
3.1
En el plano vertical (espiritual)
3.2
En el plano horizontal (terrenal o Nag Mapu)
4
Cosmogonía
4.1
Trengtreng y Kaykay
4.2
Divinidades y espíritus de los antepasados
5
El ser humano en la mitología mapuche
5.1
El ánima y la muerte del ser humano
5.2
El recorrido espiritual del ser humano
6
Concepción colorista del cosmos
7
Personajes de las creencias mapuches
7.1
Seres humanos dentro de las creencias mapuches
7.2
Seres mitológicos
8
Véase también
9
Referencias
10
Bibliografía
Generalidades[editar]

Hija del Lonco Quilapán en 1860. Foto aparecida en el anuario de Chile de 1900.
Al describir las creencias del pueblo mapuche, hay que señalar previamente que no
existen registros escritos de las antiguas leyendas y mitos antes de la llegada
española, puesto que sus creencias religiosas eran transmitidas oralmente. Esto
hace que sus creencias se caractericen por no ser totalmente homogéneas,
presentando variaciones y diferencias entre las distintas parcialidades, como
también entre los diferentes grupos de poblaciones y familias que componían cada
una, y que se distribuían en el territorio que ocupaba cada una de ellas.
Igualmente, hay que tener en consideración que muchas de sus creencias han sido
asimiladas a los mitos y leyendas del folclore de Chile, y, en menor medida, al
folclore de algunas zonas de Argentina, por lo que muchas de ellas han sido
alteradas, en mayor o menor medida, tanto por el cristianismo (debido en gran parte
a la evangelización por parte de los misioneros), principalmente a través del
sincretismo, así como también por el resultado de una mala interpretación, o
adecuación, del mito dentro de la sociedad de ambos países. Lo anterior también ha
llevado a que se hayan producido variaciones y diferencias en muchas de estas
creencias que fueron asimiladas dentro de la cultura de Chile y de Argentina e
incluso dentro de la misma cultura mapuche.
Igualmente, por encima de las comparaciones y relaciones que existen entre las
manifestaciones religiosas y la mitología de América del Sur que son comunes a
todos los pueblos amerindios de este continente, las creencias religiosas y mitos
de los mapuche se destacan por presentar características únicas que están en razón
directa con el mapuche y su idiosincrasia, su moral, su vida social y,
principalmente, sobre su visión cosmológica.y costumbres religiosas
El pensamiento espiritual indígena y Occidente[editar]
El tiempo cíclico es el modelo de pensamiento de muchos pueblos indígenas
americanos, presente en la cultura del pueblo mapuche, que es la alternativa al
modelo de pensamiento lineal diseñado por el racionalismo de Europa y el
positivismo, el que ha impreso el modelo mental existente en el mundo occidental
por los últimos 400 años.1 El tiempo lineal que corresponde a una revolución
filosófica judía basada en el zoroastrismo se presenta como oposición a la teoría
del tiempo cíclico. Su manera de entender el tiempo fue fundamental para el
desarrollo de Occidente y lo que conocemos como modernidad.2
Debido a ello, desde el mundo indígena se señala que «Occidente ha negado
permanentemente la existencia de una filosofía indígena, relegándola a la categoría
de simple cosmovisión, folklore o pensamiento mítico».2 La interacción del
pensamiento lineal con el cíclico se ha llevado a cabo por medio del sincretismo,
pero esta interacción afectaría la esencia de las creencias mapuche, ya que cambia
el fondo de su visión del Universo imponiendo una lineal.
Cosmovisión[editar]
Véanse también: Cosmovisión, Ñuke Mapu y Admapu.

Imagen del Meli witran mapu.


En la cultura mapuche tradicionalmente se representa el universo como una serie de
planos superpuestos:
Wenu Mapu ("Tierra de Arriba"), el cielo en que residen seres protectores y los
espíritus de los antepasados; Nag Mapu ("Tierra de Abajo"), el mundo en que habitan
los seres humanos, animales, plantas y ciertos seres espirituales; y Miñche Mapu
("Tierra de Debajo"), un mundo subterráneo que cobija a seres hostiles a la
humanidad.
El Nag Mapu se compartimenta de acuerdo a las cuatro identidades territoriales
mapuches y se simboliza como Meli Witran Mapu ("Cuatro esquinas del mundo"): la
Puel Mapu, el este, Pikun Mapu, el norte, Lafken Mapu, el oeste, y Willi Mapu, el
sur.
La divinidad posee cuatro facetas, que se asocian a las cuatro virtudes más
ponderadas: kuse (la anciana) a la sabiduría, fücha (el anciano) a la rectitud,
üllcha domo (la joven mujer) a la bondad y weche wentru (el joven varón) a la
fortaleza.
La enseñanza de su cosmovisión dada a los niños la realizan mediante el cultrún.
[cita requerida] La cosmovisión en el pensamiento religioso mapuche, antes de
cualquier influencia cristiana, puede resumirse de la siguiente forma:
En el plano vertical (espiritual)[editar]
Tanto la humanidad (che), como los espíritus de los antepasados, Pillán, participan
de los dos mundos, manteniendo un equilibrio dinámico entre el bien y el mal. El
mundo donde vive el hombre es llamado Mapu, y sobre este, el Ankawenu (cielo).3 De
manera didáctica, diremos que son tres las dimensiones que, interrelacionadas,
conforman la estructura del universo Mapuche en el plano vertical:
Wenu Mapu: En el extremo superior de la Nag Mapu está la Wenu Mapu, la tierra de
arriba, espacio sagrado e invisible donde habitan la familia divina, los espíritus
del bien y los antepasados mapuche.3
Nag Mapu: Se denomina así a la tierra central, también conocida como "la tierra que
andamos", aquel espacio visible que es habitado por los hombres y la naturaleza.3
Miñche Mapu: En el extremo inferior de la Nag Mapu, está la Miñche Mapu, la tierra
de abajo, donde se encuentra la fuerza del mal o espíritus malignos.3
En el plano horizontal (terrenal o Nag Mapu)[editar]
Artículo principal: Nag mapu
Igualmente, es por ello que, en el aspecto ritual, la religiosidad mapuche no se
expresa por medio de templos u otras construcciones con carácter de sacralidad. Al
contrario, se traduce en un íntimo contacto con la naturaleza, los Ngen, y la
tierra representada en la Ñuke Mapu. Por lo tanto un claro en el bosque, rodeado
por árboles (ojalá canelos) y purificado a través de bailes rituales, se convierte
en el templo más sagrado. La sola construcción que admiten es el rewe, un tronco de
canelo en el que han sido labrados unos altos peldaños que permiten al oficiante,
el Machi o el Ngenpin, subir a su ápice.
Cosmogonía[editar]
Véanse también: Cosmogonía y Admapu.
La cosmogonía mapuche ubica el origen de los mapuches en la Ñuke Mapu. Se dice que,
antes de poblar la tierra, los espíritus miraban desde arriba y veían todo
desierto, hasta que les fue permitido enriquecerla con innumerables formas
distintas, hechas con el material de las nubes; luego bajaron los hombres del
cielo, conociendo el lenguaje de la naturaleza, y trajeron el idioma mapuche, que
es el mismo que se habla en el cielo. Los espíritus les prometieron que los harían
regresar en el futuro.
Trengtreng y Kaykay[editar]
Artículo principal: Tenten Vilu y Caicai Vilu
Otro mito cosmogónico más conocido describe los hechos finales sobre la creación de
la geografía de Chile a través de la leyenda de Tenten Vilu y Caicai Vilu. Producto
de la interacción histórica entre sus mitos y la religión cristiana, actualmente
este mito en la versión mapuche, y principalmente huilliche, se encuentra
profundamente entroncado con la historia bíblica del diluvio. Debido a ello, más
tarde los propios mapuches interpretarían este gran suceso como un renacer del
mapuche y un fenómeno que se repite a lo largo del tiempo, como una limpieza y una
renovación macroestacional. No obstante, esta relación entre el Diluvio Universal
fue creada por cristianos, pues el relato original mapuche nos da cuenta no de una
lluvia sino de un cataclismo generado por un terremoto y un posterior tsunami, un
hecho mucho más probable en un lugar como la costa occidental de Sudamérica.
Divinidades y espíritus de los antepasados[editar]
Las creencias religiosas mapuche se fundamentan principalmente en el culto a los
espíritus de los antepasados (míticos o reales), y a espíritus y/o elementos de la
naturaleza. Estos espíritus no corresponden a “divinidades”, como comúnmente se
entiende en el mundo occidental. Referente a las divinidades, tampoco en la
religiosidad mapuche más antigua existe un espíritu principal que sea considerado
“Dios” supremo, creador del universo y del hombre, si bien la palabra “Ngenechén”
generalmente viene traducida como “Dios”. Esta relación Dios-Ngenechén se trataría
de una equivalencia forzosa, creada por los jesuitas en su afán misionero en los
siglos XVII y XVIII, con el fin de hacer más aceptable y comprensible el concepto
cristiano. La influencia jesuita (quienes, por otra parte, eran grandes estimadores
de la profundidad del pensamiento trascendental mapuche) creó un gran número de
equivalencia que realmente no corresponden como tal, pero que, sin embargo, fueron
absorbidas por la cultura mapuche, naturalmente sincrética, generando con ello una
enorme confusión y alteración que hasta la actualidad no se ha logrado superar.
Al describir a las divinidades y espíritus de los antepasados, estas se pueden
dividir en:
Ngen: Espíritus primordiales (En la visión Mapuche, los Ngen representan la esencia
de las cosas que existen en el mundo).
El: Espíritus creadores primordiales (En la visión Mapuche, los El representan la
esencia creadora de las cosas que existen en el mundo).
Pillán: Espíritus benignos masculinos.
Wangulén: Espíritus benignos femeninos.
Wekufe: Espíritus malignos.
Sin embargo en la visión Mapuche, el mal y el bien no están tan radicalmente
contrapuestos como en la cultura cristiana, así que puede ocurrir que los wekufe
actúen para bien y los pillán para mal, sin que se produzca alguna confusión entre
estas dos clases de espíritus.
Pu-am: Es la representación del alma o ánima universal.
Am: Alma o ánima de los seres vivos.
Los seres más importantes serían:
Ngenechén: Espíritu o deidad que gobierna a los humanos.
Antu o Chau: Llamado también Antu fucha (anciano rey sol). Antu además tendría una
dimensión femenina llamada Antu kuche (anciana reina luna), que en realidad sería
la representación de su esposa Kuyén.
Elche: Espíritu creador del hombre.
Elmapu: Espíritu creador del mapu (Tierra).
También se afirma que sería un solo creador con distintos nombres, esto
probablemente debido a la influencia cristiana.
Los espíritus antiguos, existentes antes de la creación del Mapu, comprendían y
estaban representados por los Ngen, El, Pillán y Wangülén, quienes están hechos de
luz, pasión, intuición, sueño y comprensión. Estando todos ellos relacionados con
el Pu-am, que participa de todos ellos y en donde todos ellos son parte de él.
Todos ellos serían seres sin edad, ya que son muy antiguos, pero también jóvenes.
El ser humano en la mitología mapuche[editar]
Véanse también: Mitología y Religión.
El origen mitológico del mapuche4 El objetivo del ser humano en el Mapu, es
poblarla y cuidarla, mientras espera la llegada de todos los espíritus a este
mundo. Los descendientes de los primeros seres humanos formaron el Lituche (pueblo
primordial, originario).
El ánima y la muerte del ser humano[editar]
Véanse también: Muerte, Resurrección y Ngill chenmaiwe.

Entierro mapuche en Concepción, circa 1901-1903, con un chemamull al centro.


Para el mapuche, el ánima del ser humano siempre vive en íntimo contacto con la
naturaleza, ejemplo de ello es la celebración de todos sus rituales en los claros
entre los árboles. Para ello, antes que todo, existe el Pu-Am, un ánima universal
que permea todo lo viviente. De esta ánima universal se desprende la de cada
hombre, el Am, que acompaña su cuerpo hasta que muere. Sin embargo, no solo el ser
humano tiene su Am, todo ser viviente posee su propia ánima. Solamente los wekufe
no poseen ánima.
En relación a la muerte carnal del hombre, cuando el hombre muere, su Am se
convierte en Pillü y se resiste a alejarse de su cuerpo. Pero el estado de su pillü
es muy peligroso, pues el wekufe puede adueñarse de esa ánima y esclavizarla o ser
usada por los Calcu. Para salvarse, ella tiene que viajar a la isla de Ngill
chenmaiwe que los muertos pueden alcanzar con las ayuda de las Trempulcahue; en
este lugar se convertirá en Alwe. Por esto, en el funeral, los parientes y amigos
del difunto tratan de ahuyentar su ánima con gritos y golpes. Bajo la forma de
alwe, el ánima podrá regresar cerca de sus queridos sin que los wekufe puedan
amenazarla y así ayudar a sus descendientes, sobre todo a sus nietos. En algunos
casos, cuando el ser humano ha logrado alcanzar su superación en la isla Ngill
chenmaiwe, el pillü puede lograr transformarse en pillán o en wangulén. Finalmente,
con el transcurrir del tiempo, cuando ya los descendientes del muerto han perdido
la memoria del difunto, su alwe vuelve a reunirse al Pu-Am y así el ciclo alcanza
su conclusión.
El recorrido espiritual del ser humano[editar]
Para la cultura mapuche, el fin del ser humano es terminar de recorrer un camino
que le permita el conquistar el conocimiento en sus cuatro formas:
Creatividad
Imaginación
Intuición
Comprensión
Si el ser humano logra cumplir con este camino, alcanza el conocimiento de su
propio ser y de su rol, es decir, se adueña de su propio filew (destino)5y en la
conclusión de su vida terrenal puede convertirse en un pillán. Por lo tanto no hay
una separación neta entre el espíritu divino y los seres humanos, no solamente
porque los segundos han sido engendrados por los primeros, sino porque pueden ellos
mismos convertirse en pillán, si son hombres, o en wangulén, si son mujeres, y
llegar así a vivir en el wenumapu. De aquí la importancia extraordinaria que
adquiere para la cultura mapuche el respeto hacia los padres, y muy especialmente
hacia los abuelos, que es el primero de entre todos los deberes del admapu, el
conjunto de las tradiciones. Para que el ánima de un ser humano puede convertirse
en pillán o en wangulén, debe de existir una gran descendencia que siga recordando
al muerto y honrando su memoria. Por lo tanto tener numerosos hijos que a su vez
engendren un gran número de nietos es una necesidad fundamental para cada mapuche.
Por ello el no tener descendencia sería para el mapuche un verdadero drama, ya que
queda comprometida la posibilidad de cumplir con su filew y de alcanzar al
wenumapu. Así en la visión del mundo Mapuche, los espíritus de los antepasados, los
Pillán, y también los numerosos Ngen intervienen muy a menudo en los asuntos
humanos a través del dominio de las fuerzas naturales. Asimismo, lo hacen los
Wekufe, por lo general con la ayuda de los Calcu. Los primeros premian a los
hombres que se mantienen fieles al admapu a través de los frutos de la naturaleza,
mientras castigan (o permiten que los Wekufe castiguen) con la sequía o las
inundaciones, los terremotos y las enfermedades.
Concepción colorista del cosmos[editar]

Bandera mapuche.
Entre los mapuches, el color está íntimamente asociado a la visión del cosmos y sus
respectivas plataformas.
El azul (kallfü) es un color óptimo y los veremos frecuentemente en los niveles
concretos de la vida cotidiana, tales como los pañuelos con que las mujeres
mapuches cubren sus cabezas, las prendas de vestir, la pintura de las habitaciones
y la decoración y ornamentación generales.[cita requerida] Asimismo, el blanco y
azul son los colores rituales por excelencia, presentes en los principales emblemas
de la machi y del guillatún. estos dos colores están siempre presentes en la visión
del espacio sobrenatural benéfico. Sin embargo, su ordenación respectiva no parece
ser fija ni estar regida por principios normativos, puesto que ellos son colores
percibidos naturalmente en el cielo según el azar de las alternativas
meteorológicas o climáticas.
El negro (kurü) simboliza a la lluvia, al poder material y espiritual, lo ven azul
muy intenso, por lo general lo usa la gente de poder como los lonko, ulmen y
machis, lo que puede deberse a que es la tintura más difícil de hacer para el telar
tradicional mapuche.
El rojo (kelü) se asocia comúnmente a la lucha o pelea, al belicismo o guerra y a
la sangre; consecuentemente, el rojo es el color prohibido en el guillatún. Sin
embargo, el rojo también posee connotaciones positivas al relacionarse con las
flores del campo y, en especial, con el copihue.
El verde (karü) simboliza a la naturaleza en todo su esplendor y exuberancia; es el
color de la germinación de la tierra y, por ende, de su fertilidad y el color de la
propia tierra.
Personajes de las creencias mapuches[editar]
Seres humanos dentro de las creencias mapuches[editar]
La religión mapuche no es una religión institucionalizada, no hay templos ni casta
sacerdotal.
Kalku6
Machi: Es un hombre o mujer que sirve de intermediario entre el mundo de lo visible
y el mundo de lo invisible. Conoce todos los lawen (en mapudungún: lawen,
‘medicamentos’)? naturales y sus usos. Es la autoridad de la medicina tradicional y
conocedora de los secretos del mundo mapuche. Ser escogido, que cumple un rol
religioso de txemon (en mapudungún: txemon, ‘sanación’)?, mediante la ceremonia
conocida como machitún.
Dungumachife: Intermediario entre el lof y el newen (poder) de la machi cuando se
encuentra en küymi (trance), donde él se desempeña como intérprete o asistente en
la sanación.
Ngenpin: Dueño de la palabra, orador oficial y guía espiritual durante la
realización de los rituales.7 Cuando coincide con la persona del lonko se le
denomina genpin lonko Zugu.
Pelom: Personas con características especiales que pueden conocer el futuro.

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